Foto: Magdalena Siedecki. Editor: Rael Salvador l Diseño: Arturo Corpus l raelart@hotmail.com / palabra@elvigia.net
DOMINGO 10 de enero de 2016 / Núm. 248
SOBRE A QUIEN CORRESPONDA
POR HERANDY ROJAS
DOMINGO 10 de enero de 2016
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GATUPERIO NEGOCIAR, TRANSAR, CONCERTACESIONAR
SUGERENCIAS II Por Magdalena Calderón
destia o asociativo. Estamos convencidos de que causa una pésima impresión. 28. No seas indulgente con el uso de arcaísmos o palabras muy usadas y reconocidas, más bien usa estructuras rizomáticas que por más que te parezcan como epifanías de la diferencia gramatical e inviten a la derivación deconstructiva, pueden exceder las competencias comunicativas del destinatario. Traducción y adaptación: Magdalena Calderón Guillén. Ahora unas sugerencias muy nuestras: 1. Se deben evitar a cualquier precio las muletillas ¿verdad? o sea ¿me entienden? 2. Las palabras que propician la pobreza de lenguaje son cosas que no podemos usar, son algo de lo que podemos prescindir. 3. Cuidado con los dequeísmos, no debe asombrarles de que yo lo diga. 4. Y a su vez evitemos el queísmo,
SIGUIENDO CON LOS ECOS de Umberto, continuamos con los consejos que el escritor nos sugiere, aclarando que tomó como base el libro Fumblerules on Grammar, escrito por William Safire. Veamos: 17. Cuidado con las analogías demasiado audaces, son como plumas sobre las escamas de una serpiente. 18. Nos use metáforas incongruentes aunque le parezca que “cantan”: son como un cisne que desvaría. 19. Distinga las funciones de la coma, y del punto y coma; aunque no sea fácil. 20. ¡No sea demasiado enfático! Sea parco con los exclamativos. 21. Ni siquiera los más grandes fans de los barbarismos pluralizan los términos extranjeros. 22. Sea conciso, trate de condensar su pensamiento en el menor número de palabras posible, evite las frases largas –o separadas por acotaciones que inevitablemente confunden al lector poco atento– para que su discurso no contribuya a la contaminación de la información que es ciertamente (sobre todo cuando está “Escribe de manera correcta inútilmente los nombres extranjeros como provisto de Beaudelaire, Rooswelt o Niezche” aclaraciones inútiles, o al menos no indispensables) una de las no quitemos erróneamente la pretragedias de nuestro tiempo domi- posición de. Estoy segura que no lo nado por el poder de los medios de olvidarán porque se dan cuenta que comunicación. es muy importante evitar este fenó23. Los acentos no deben sobrar meno. ni faltar porqué quien ser equivoca 5. El verbo haber es un dolor de es como un pajaro sin nido, no tiene cabeza para los guardianes del lenguaje, habemos muchos que no lo donde apoyarse. 24. Escribe de manera correcta los comprendemos. 6. Las expresiones deber y deber de nombres extranjeros como Beaudelaire, Rooswelt o Niezche. deben de cuidarse al máximo. Hay 25. Bigila atentamente la que saber cuándo expresan seguridad ortografía. y cuándo probabilidad. Supongo que 26. Nombra directamente y sin pe- ya deben haberme entendido. rífrasis a los autores y personajes de 7. Las redundancias, huyamos de quienes debas hablar. Así lo hacía uno ellas para no cometer errores invode los mayores escritores mexicanos luntarios y digamos que las personas del siglo XX, traductor de la Iliada y humanas el día sábado lo dedican a creador de la frase: Viajero, detente, descansar. Vuelvo a repetir: huyamos has llegado a la región más transpa- de ellas. Vale. rente del aire: Alfonso Reyes. 27. No utilices el plural de moatena2221@hotmail.com
Suplemento Cultural
No. 248/ 10 de enero / 2016 Director General Santiago Garín Walther
Por Gerardo Sánchez G. EN MÉXICO, EL VERBO negociar tiene una connotación negativa; es, para algunos, sinónimo de una situación ilícita, incorrecta o indebida: “Mmm, mira, ya se sentaron a negociar...”, se dice con recelo o desconfianza. “No aceptaremos negociaciones”, proclama con dignidad casi heroica el líder social, político, empresarial, estudiantil, etcétera. “No tengo porque negociar”, afirma el gobernante, funcionario, directivo, jefe inmediato e, incluso, el padre o madre de familia, o todo aquel que tenga o se sienta con un poquito de poder o autoridad. “El que no tranza no avanza”, es una frase con los que algunos quieren sintetizar al sistema político mexicano y en la que va implícito que todo avance es producto de un acuerdo turbio. Ante una situación cultural así, resulta importante el promover la dignificación, estudio, conocimiento y práctica sistemática y razonada de la negociación como herramienta y vía para resolver conflictos. Jesús Ramón Trujillo y Jesús García Gabaldón han escrito un ilustrativo, ameno y práctico libro sobre ese tema: Negociación, comunicación y cortesía verbal (Editorial Limusa, México, 2010). En ese texto se abordan las estrategias comunicativas, la argumentación, técnicas de escucha activa, preparación y cálculo de la discusión, y las técnicas y estilos de negociación. La vida moderna, dicen en la introducción de su obra, es una continua y constante negociación en sociedades menos autoritarias, más democráticas e igualitarias.
Director Editorial Enhoc Santoyo Cid Gerente Administrativo Alfredo Tapia Burgoin Editor Rael Salvador Foto: Cortesía
DE PALABRAS Y PALABRAS
Se negocia diariamente con los amigos, con los hijos, con los padres, con los jefes, con los gobernantes, con los conocidos y con los extraños. Destacan al respecto la importancia del lenguaje verbal y corporal en el acto negociador y cómo se puede aprender y/o mejorar la capacidad negociadora. La negociación explican: “es una solución basada en el intercambio, apropiada en ámbitos democráticos –en donde la toma de decisiones es compartida–, para aquellos en donde el costo del desacuerdo es superior al del acuerdo y, en general, siempre que la tensión sea de carácter constructiva y compartida”. Promover la cultura negociadora en nuestro país es, pues, fortalecer la democracia, evitar que en cualquier conflicto exista la mera intención de someter, aniquilar, tomar ventaja, de chingar, a la otra(s) parte(s), negociar en miras de una resolución propositiva de las diferencias. Aprender que negociar se conjuga en forma distinta a transar y concertacesionar es, a final de cuentas, fomentar el diálogo democrático que tanta falta hace en todos los niveles de la sociedad mexicana. elsopordelbuitre@hotmail.com
Críticos / Colaboradores Héctor García Mejía, Marcela Danemann, Ruth Gámez, Federico Campbell (†), Olga Aragón, Jorge L. Osiris Fernández, Gerardo Sánchez, Sergio Gómez Montero, Elia Cárdenas, Jesús López Gorosave, Paúl Nazar, Lauro Acevedo, Heberto J. Peterson L., Iliana Hernández P., María Eugenia Bonifaz de Novelo, Ana M. Mora, Herandy Rojas, Ramiro Padilla, Daniel Salinas, Óscar Ángeles Reyes, Gerardo Ortega, Deÿ López, Aldo Calderoni Etcheverri, Jaime E. Delfín V., Manuel Quintero, Martín Caparrós, Eduardo Cruz Vázquez, Miguel Lozano, Jhonnatan Curiel, Óscar Villarino Ruiz, Alberto Manguel, Daniel Iván Arellano G., Carlos Patiño, Joatam de Basabe, Jorge Calderón, Leobardo Sarabia Quiroz, Magdalena Calderón, Enrique A. Velasco Santana, Jorge Valenzuela, Guadalupe Beatriz Aldaco, Gerardo Navarro (Nemónico), Andrea Torres, Concha Moreno, Fabiola del Castillo, Liz Durand Goytia, Alfonso García Quiñones, Leila Guerriero y Onix Galel. Corresponsal en Francia Cony Singüenza Corresponsal en Italia Ferdinando Scianna Corresponsal en Chile Ramón Ángel Acevedo, “Rakar” Corresponsal en Argentina Patrick Liotta Fotografía Enrique Botello Correo electrónico raelart@hotmail.com palabra@elvigia.net Teléfonos para publicidad 120.55.55, ext. 1023 Ensenada, B.C. México.
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EL LECTOR TIENE QUIEN LE ESCRIBA
ALEATORIEDADES UN MELMOTH REVOLUCIONARIO
CUANDO NO PODÍAMOS SABER TODO
Por Daniel Salinas Basave
Foto: Cortesía
SI TUVIÉRAMOS QUE ELEGIR un epitafio para grabar en la tumba del siglo XX, Luis Cabrera podría prestarnos una frase: “La Revolución, como Cronos, se comió a sus hijos”. Ignoro si el intelectual del constitucionalismo pretendió jugar al Nostradamus, pero lo cierto es que las revoluciones acabaron por devorar a sus hijos, a sus padres y sobre todo a sus creyentes. Si la revolución generó en México una épica popular entronizada por Azuela, Muñoz y Urquizo, el naufragio del sueño y su irremediable prostitución ha hecho germinar obras de superior manufactura. Los relámpagos de agosto de Ibargüengoitia es la piedra fundacional de una satírica narrativa del desencanto revolucionario que en tiempos recientes ha hecho brotar novelas como El museo de la revolución de Martín Kohan o La lotería de San Jorge de Álvaro Uribe. A esta familia pertenece Será mañana. La eterna pesadilla de la revolución, del mexicano Federico Guzmán Rubio, publicada en Buenos Aires por editorial Momofuku y en España por Lengua de Trapo. Si quisiéramos encarnar en una obra y un personaje la utopía insurgente del siglo pasado, teniendo el Revolution de The Beatles como música de fondo, ahí está la novela de Guzmán y su genial personaje, Barrunte. Si algunos narradores recurren a repúblicas ficticias para caricaturizar el derrumbe de las revolucionarias lunas de miel, Federico apuesta por encarnarlo en un solo personaje, una suerte de Dorian Gray de la insurgencia. Producto del pasional amasiato entre una soldadera revolucionaria yaqui y un anarquista ruso, Barrunte es concebido el 4 de diciembre de 1914 sobre una trajinera de Xochimilco, mientras villistas y zapatistas dominan la Ciudad de México. Tan alta es la temperatura del revolcón en la trajinera nupcial, que la embarcación se mueve sola por los canales mientras la pareja revolucionaria se ayunta y concibe a su cachorro. Si John Reed fue el testigo privilegiado de la División del Norte y la Revolución Bolchevique, Barrunte será testigo de mil y un idilios devenidos en crepúsculo: la infaltable y prototípica Cuba de Castro y el Che; los guerrilleros argelinos; los republicanos irlandeses; los Montoneros argentinos y los sandinistas nicaragüenses. Para poder mantener su pacto fáustico de juventud e inmortalidad, Barrunte requiere estar encendiendo chispas revolu-
Por Alberto Manguel
cionarias o de lo contrario envejecerá. Cruel metáfora del siglo XX. El resultado es que el Dorian Gray revolucionario poco a poco empieza a parecerse a Melmoth El Errabundo, un personaje que carga su inmortalidad como un lastre porque llegado el siglo XXI la revolución parece transformarse en un objeto vintage, un souvenir pintoresco y chic como una camiseta del Che en marca de diseñador. La genial frase de apertura encarna el dilema del guerrillero con una lacerante duda existencial: ¿Matar al rey o tomarse una cerveza? Federico posee un atípico sentido del humor y una malicia narrativa poco común en una primera novela. Quizá una odiosa comparación podría remitirme al tapatío Juan Pablo Villalobos. Será mañana es uno de los secretos mejor guardados de la narrativa mexicana contemporánea. Leído y reseñado por colegas argentinos y españoles, no lo veo en las predecibles listas decembrinas de las mejores novelas mexicanas, que parecen aferradas a darse “copy paste” repitiendo títulos y autores. Barrunte desnuda y disecciona el idilio revolucionario y, aunque la conclusión podría ser el “cuánto plomo mal gastado” de los punketos vizcaínos de Eskorbuto, lo cierto es que al final de la burla, la semilla y la razón de ser de la pesadilla revolucionaria siguen estando vigentes. Acaso, entre matar al rey y tomarse una cerveza, aún siga siendo más digno optar por la primera alternativa. danibasave@hotmail.com
Tesoro de la Juventud, con sus cubiertas sedosas y azules, donde leí por primera LA PARADOJA ES ESTA: MIENTRAS vez, en versiones resumidas, las aventuras de Don Quijote y de Ulises; la Junior más sabemos menos podemos saber. A través de los milenios, hemos acumu- Enciclopedia, publicada por Columbia, lado conocimientos a un ritmo espeluz- en cuyos mapas coloreados aprendí que nante. Mientras que en el siglo I, Plinio existía un mundo más allá de Europa y el Viejo se jactaba de poder redactar una Argentina; la casi infinita Espasa Calpe, Historia Natural con todo lo conocido que tronaba en el último anaquel de la hasta entonces, a partir del Siglo de las biblioteca de mi padre, en cuyos escaloLuces la empresa ya no estaba al alcan- friantes artículos sobre órganos sexuales ce de un solo hombre, y si bien Diderot y enfermedades venéreas obtuve mi priconcibiera el proyecto de una enciclo- mera educación sexual. pedia total, requirió para llevarlo a cabo Consultábamos la enciclopedia para la contribución de docenas de amigos y obtener un dato preciso, pero nos demoexpertos. rábamos en los artículos precedentes y Por supuesto, las enciclopedias colecti- posteriores, pasando con voluptuosa vas existieron desde mucho antes, desde curiosidad de las medidas cretas de los catálogos y glosarios de la Mesopo- los Alpes a las campañas de Alejandro tamia antigua a Magno y a la ética los mil capítulos altruista que Hodel Taiping yubbes se dedicó a lan compuesto negar. Las miles por orden de de páginas por un emperador descubrir nos chino a fines fascinaban. del siglo X, pero Con la decisión de no el caso es que a publicar más partir del siglo la Enciclopedia XVIII nadie osa afirmar, como Britannica (cuya undécima edición Pico de la Mirán“Las miles de páginas dola en el siglo XV, que Borges consideraba una por descubrir nos lo sabe todo. obra maestra literaria) se fascinaban” Para remediar esa flacierra una era en la que queza, y con un ojo en trocitos de saber universal estaban a nuestro alcance en el bolsillo, a fines del siglo XIX varios editores decidieron lanzar la nuestros anaqueles. moda de las enciclopedias universales. Lo cierto es que recorrer un tomo Ofreciendo de puerta en puerta, o por cualquiera, perdernos en el camino y correspondencia, los imponentes volú- detenernos donde sea, no es igual a temenes de las enciclopedias Chambers, clear una pregunta y recibir la respuesta Brockhaus, Montaner y Simón, Britan- inmediata. La enciclopedia virtual es sin nica y tantas otras, estos nuevos misio- duda más veloz, más fehaciente, más al neros quisieron hacer creer a quienes se día (un intrépido explorador de la Red sentían apabullados por la inmensidad afirmó que la Wikipedia contiene diez de lo que no sabían, que ahora tendrían veces menos errores que la venerada un acceso privilegiado (la frase es una Britannica). Sin embargo, hay en la publicidad para la enciclopedia Larous- lectura demorada, en la curiosidad sin se) “al Parnaso de las Artes y las Ciencias”. prisa, en la vista material de las riquezas Tener una enciclopedia en casa creaba la que la vasta enciclopedia de papel proilusión de que allí, al alcance de la mano metía, algo que no puede remplazarse y en orden alfabético, estaba todo lo que con mera eficacia electrónica. Quizás sea uno quisiera y pudiera preguntar, sin por la nostalgia de saber que no podíamos lo tanto llegar a saber todo. saber todo. Mi generación fue quizás la última que se crió entre enciclopedias. Primero El @albertomanguel
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SOBRE A QUIEN CORRESPONDA
Por Herandy Rojas
A
partir de una narración fluida, el escritor y periodista argentino, Martín Caparrós, hace posible conocer de manera más profunda, personal y directa, la historia de la guerra civil argentina propiciada por la Junta Militar (autodenominada Proceso de Reorganización Nacional, pero conocida como “guera sucia”), situación que se desarrolló durante los últimos años de los 70 y los primeros de los 80, tiempo en el que las desapariciones forzadas fueron la estrategia principal del ejército, donde la muerte –en todo caso– llegó a ser lo menos doloroso. A quien corresponda es una novela de la editorial Anagrama, incluida en la serie Narrativas hispánicas, publicada en 2008. Obra cadenciosa, que atrapa al lector a través de cierto escabroso misterio, el cual nace, naturalmente, a partir de lo impactante que resulta conocer de primera mano, en voz de las víctimas sobrevivientes, lo cruel e insospechadamente aterrador que puede llegar a convertirse el ser un militante de la guerra revolucionaria en manos –de la tortura– del Estado. La trama de la narración, siempre basada en historias reales, se va contando en el fluir conversacional de los personajes; al principio, pláticas comunes, convencionales, que bien podrían ser discusiones entre personas de distinto tinte ideológico o filosofía sociocultural, las cuales se suscitan en lugares cotidianos como cafés, restaurantes, departamentos, iglesias –pues la participación de los sacerdotes en los centros de tortura fue, más que importante, terriblemente fundamental–, pequeños pueblos, oficinas o calles; para después profundizar, poco a poco, en la realidad que se esconde tras esas largas disputas –más en silencio que en palabras– entre los personajes. El protagonista es un ex militante que vive con el pasado de una historia política
y amorosa, fracasada a cuestas, que tiene un amigo que ve una vez cada quince días y con quien se limita a pedir el mismo platillo de siempre, a no hablar más que nunca y fingir que los dos vivieron juntos las mismas atrocidades, en una época, a finales de los años 80, donde ni siquiera recuerdan haberse conocido, pero eso –la verdad, el hecho– es lo menos importante, pues por alguna razón a los dos, a Carlos y a Juan, los reconforta: “Los dos simulábamos creerlo –yo, al menos, simulaba creerlo la mayor parte del tiempo: me dejaba llevar. Pero sabía que era falso: en realidad habíamos armado una amistad hecha de recuerdos que casi nunca recordábamos. Los dos teníamos la memoria de los escenarios, del clima de la época, de algunas personas: no nos resultaba difícil incluirnos en esas escenas y hacer como si siempre hubiéramos sido muy cercanos. Tantas veces me pregunté por qué lo hacíamos”. La guerrilla argentina nació a partir de una visión generacional, como muchas otras –la mayoría–, por cambiar lo que ellos consideraban un intento de capitalis-
Foto: Cortesía
Martín Caparrós.
La narración de Martín Caparrós, en manos de la autora de esta singular reseña, es también un espasmo abierto de posesión sobre las formas más sensibles del ser humano, ahí donde es imposible retroceder, defenderse, rehusarse...
Foto: Eduardo Longoni.
“Somos tan cobardes: creemos que la palabra nos redime. Suponemos que alcanza con decir ciertas cosas para ponernos por encima de esas cosas”.
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Foto: Daniel García.
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“Con el entusiasmo de que un país más humano era posible, nacieron y crecieron las ideas entre los jóvenes, dieron frutos, mas el enemigo no era un oponente fácil”
digo: se nos multiplican. (...) Somos una manga de poetas, una banda de fracasados charlatanes. Nunca supimos hacer nada, pero lo hemos dicho con tanta aplicación –y a veces, incluso con alguna elegancia. De eso que no falte, nadie sabe revolcarse en la derrota con la elegancia de nosotros argentinos”. En la novela se describen abiertamente, detalle a detalle, casi golpe a golpe, las circunstancias por las cuales tuvieron que pasar muchas de las personas victimadas durante aquella época, recuerdos que, para la mayoría, más valdría guardar en el olvido, pues me refiero a la tortura. Esa palabra simbólica que denota un espasmo abierto de posesión sobre las formas más sensibles del ser humano, ahí donde es imposible retroceder, defenderse, rehusarse. Ese es uno de los grandes pesos que lleva el protagonista; no poder confrontar la realidad de Estela, su mujer, aquella secuestrada embarazada y, posiblemente, torturada de las peores maneras. Y saber que posiblemente lo amaba, que nunca lo delató y que murió por él, por resguardar su bienestar, convirtiendo esa carga todavía más pesada, indescriptible, innombrable: “Saber no podía ser, en ningún caso, más que aprender un nuevo modo de espanto –y preferí ignorarlo”. Bajo esas premisas se desarrollaron las torturas, actos de odio e inconsciencia que fluctuaban desde el desgarro espiri-
Foto: Cortesía
mo fallido, incongruente: infértil, desigual, consumista, inoportuno para la mayoría. Con el entusiasmo de que un país más humano era posible, nacieron y crecieron las ideas entre los jóvenes, dieron frutos, mas el enemigo no era un oponente fácil. “Es cierto, no estábamos haciendo nada original: esa misma idea de que había que inventar otro mundo daba vueltas por todo el mundo, y más que nada por el tercero. El que no creía en un futuro socialista era un boludo, uno que no merecía considerarse un hombre”. Por otro lado, las ideas de que el porvenir del país se debió casi completamente a las circunstancias de aquellos momentos se discuten sobre la mesa, el protagonista también se pregunta si fueron ellos quienes, erradamente, enajenaron el desarrollo de la sociedad, si abonaron al aplazo inminente del progreso, económico, cultural, tecnológico, del país. “Hace cuarenta años, cuando teníamos quince o veinte y empezamos a meternos en política, la Argentina era un país bastante próspero. Todos lo sabemos, pero últimamente estuve mirando algunos números para ver si no nos equivocábamos, si no era otro de esos números que uno se fabrica. No era: la desocupación no era importante, la desigualdad no era tan bruta, había pobreza pero no miseria, las escuelas y los hospitales públicos funcionaban, había jubilaciones decentes, hasta había un futuro”. Inhabilitando incluso el arte, desechándolo tal cual, como una mentira que glorifica la caída, el fracaso inminente: “El país se derrumba un poquito y películas libros canciones obras de teatro lo relatan; el país sigue cayendo pero su caída queda bien contada y nos admiran. Las palabras,
tual hasta el desgarro físico: simbólicas manifestaciones de las más cruentas y despiadadas formas de maltrato donde el cuerpo, dice Caparrós, termina convirtiéndose en tu peor enemigo, en “un cuerpo cristiano”. “La tortura es una forma barata de llamarlo: gentileza hacia el lector o el interlocutor... “Llamarlo la tortura no supone ninguna descripción: no muestra un cuerpo vivo atado de las muñecas a una soga que cuelga del techo y el cuerpo a su vez que cuelga de la soga mientras los brazos se le van estirando, descoyuntando, deshaciendo en el esfuerzo de sostener el cuerpo que
ya nada sostiene, que sólo sus enemigos necesitan...”. Respecto al hijo de Carlos, el protagonista, “tuvo que ser un hijo”, existía la posibilidad que, como todos los hijos de los militantes de izquierda, posiblemente fue entregado a una familia de ultraderecha “para mostrar, de un modo diferente, más absoluto todavía, su poder: que no sólo podían dar la muerte sino también la vida, que no sólo podían destruir a sus enemigos sino también convertirlos en otros, en amigos, que nada se resistía a su poder transformador”. Hasta la actualidad, muchas personas siguen buscando a los bebés que nacieron dentro de las comunidades secuestradas por los militares, sólo algunos pocos han podido regresar con sus familias. Se siguen encontrando restos de cuerpos sepultados –maltratados, mutilados, deshechos, asesinados–, pero la tortura permanece en las madres de aquellos a quienes no se han podido localizar y de quienes, quizá, esos cuerpos nunca aparezcan. Este libro, en formato de novela periodística, es una gran propuesta que no sólo aporta algo muy valioso a la literatura actual, sino que también llega a reconstruir los valores profesionales de la comunicación contemporánea, disciplina donde, por desgracia, no suele prevalecer el periodismo literario. A través de las narraciones de Marín Caparrós podemos convencernos que es posible realizar un periodismo atractivo ante la demanda intelectual de muchas personas y lectores con intereses distintos y, sobre todo, que la Historia puede tener una voz realista y certera en manos de sus propios protagonistas y autores. herandyrojas@hotmail.com
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FOTO DE LA SEMANA: LO MEJOR DE 2015
ATRABILIARIO DEL ÁNIMO A LA ANATOMÍA: DEPRESIÓN Y CEREBRO
Tony Maldonado Foto ganadora del año 2015 en Fotografía Diaria. La Foto de la Semana es un reconocimiento que se otorga por el mayor número de votos, avalando el dominio del tema, en el sitio de Facebook Fotografía Diaria.
HIPOCAMPO egún la mitología griega, el hipocampo era un fabuloS so caballo marino, cuya parte inferior del cuerpo es la de un monstruo marino o de pez. El hipocampo aparece en los poemas de Homero como símbolo de Poseidón, cuyo carro es tirado sobre la superficie del mar por veloces caballos. Los poetas y artistas posteriores representaron los caballos de Poseidón y de otras divinidades marinas como una combinación de caballo y pez.
Foto: Tony Maldondo.
Por Guadalupe Beatriz Aldaco
sidad de Costa Rica, y las conclusiones del psiquiatra y profesor Ian Hickie, de la ¿QUÉ OCURRE EN EL CEREBRO de Universidad de Sydney). una persona deprimida? El hipocampo cumple una función imSi bien la sola sintomatología tendría portante en la regulación del estrés, y éste que ser suficiente para considerar a la es un factor importante en el desencadenadepresión como una enfermedad, existen miento de la depresión. Las circunstancias importantes investigaciones realizadas en de estrés generan la sobreproducción de los últimos cincuenta años en el ámbito de unas hormonas que debilitan, disminuyen la neurofisiología que echan por tierra ex- y aíslan a las células gliales que protegen plicaciones del padecimiento relacionadas a las neuronas del hipocampo, con lo que exclusivamente con la debilidad del tempe- éstas pierden conectividad con otras neuramento del sujeto o la falta de voluntad, es ronas, generando una serie de síntomas decir, con actitudes o conductas de raigam- depresivos. bre meramente subjetiva, desvinculadas de La alteración química en el cerebro de las un sustrato o componente bioquímico. personas con tendencia depresiva tienden Así como la hipertensión arterial, la a mantenerse y prolongarse, aun cuando diabetes o la insuficiencia renal son eventuales situaciones de estrés, deenfermedades susceptibles de tonantes de los síntomas, disser diagnosticadas a partir minuyan o desaparezcan. Es de cierto tipo de análisis o interesante esa relación de doble vía: la químiimágenes de órganos del ca del cerebro influye cuerpo, ya es posible en las emociones pero corroborar anatómicamente la enfermedad éstas, a su vez, modifidepresiva. can la química cerebral. Hay otros elementos que Es en ese complejo órgano, intervienen en las variacioel cerebro, compuesto por millones de esta última como nes de células nerviosas, en los cambios hormonales, donde se centraliza el meca“Así como la una mala nutrición y alnismo de la depresión. hipertensión arterial, Desde hace varias décadas gunos medicamentos. la diabetes o la se descubrió que el trastorLos seres humanos no insu�ciencia renal somos igualmente vulneno depresivo tiene que son enfermedades rables al estrés y el funver con los bajos niveles susceptibles de ser cionamiento de nuestra de los neurotransmisores diagnosticadas (...) ya cerebrales o monoamiquímica cerebral difiere. En es posible corroborar nas (serotonina, norepieste punto, como en otras anatómicamente la nefrina, noradrenalina, muchas enfermedades, enfermedad depresiva” cobra un peso importante dopamina), y hace la predisposición genética aproximadamente veinte años se comprobó que personal. Una vez que la depresión se ha declarala anatomía del cerebro de una persona deprimida es distinta a la de un sujeto do, pueden verse afectadas varias partes de sano. La alteración se presenta específi- cuerpo como el sistema vascular, la sangre, camente en la corteza prefrontal y en el los huesos y órganos como el corazón y los hipocampo, pequeño órgano ubicado al pulmones. En general, las personas con interior del lóbulo temporal, relacionado depresión son más susceptibles a contraer fundamentalmente con las emociones y enfermedades. con el funcionamiento de la memoria: en No obstante los descubrimientos y definilas personas deprimidas, el hipocampo es ciones científicas señalados, a los que día a más reducido. Algunos pacientes presen- día se suman nuevos gracias a los avances tan también una amígdala agrandada (Se notables y acelerados en las investigaciones recomienda revisar, entre muchas otras, del funcionamiento del cerebro, existe una las investigaciones de la neuróloga Ivette resistencia social e institucional a asumir Sheline, coautora del libro Depression and que la depresión es una enfermedad y que Brain Dysfunction, 2005; los trabajos de como tal debe concebirse y tratarse. los académicos Sequeira Cordero Andrey y Fornaguera Trias Jaime de la Univeraldacoe@gmail.com
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Un regalo de fe para Harper Lee “Entendía que no le habían dado el regalo en un acto de generosidad sino en uno de amor” “Un amigo es un regalo que te das a ti mismo”. Robert Louis Stevenson.
Por Iliana Hernández Partida
Ilustración: Cortesía
I
nvierno de 1956. Harper Lee vivía en Nueva York y trabajaba como cajera en una aerolínea, el exceso de trabajo le impedía pasar Navidad en su hogar de Monroeville, llena de melancolía encontraba coincidencias en la celebración neoyorquina y su pueblo natal: los villancicos navideños y la banda del Ejército de Salvación tocando en las calles húmedas bajo los rascacielos, calles que le traían la memoria la lluvia discreta sobre los campos invernales de Alabama. Cuenta la escritora, en un artículo publicado en la revista McCalls, en diciembre de 1961 titulado “Una Navidad para mí”, que lo que realmente le producía nostalgia en esa época eran los recuerdos: personas que hacía mucho se habían marchado de su vida, sus abuelos, la inesperada puerta que se abre para dejar pasar un viento frío, oloroso a pino. En Nueva York, Harper pasaba sus tardes con una joven familia, Michael y Joy Brown. Él era compositor en Broadway; brillante y lleno de energía, había arriesgado todo por vivir y triunfar en Manhattan. Confiado en su buena suerte y a pesar de su juventud, logró adquirir una casa y encontrar a una hermosa mujer, Joy, con la que se casó y tuvo dos hijos. La pareja gustaba de recibir amigos en casa y cocinar para ellos, eran felices en su ajetreada manera de vivir, además eran fuente de interminables libros que circulaban entre los amigos; compartían con Harper su gusto por el teatro, el cine y la música. En Navidad los adultos se obsequiaban regalos de poco valor, algo que a Harper le encantaba pues le repugnaba el consumismo de esas fechas, los regalos más significativos eran para los niños. Para ella, la Navidad era un triste recuerdo de viejos amores y habitaciones vacías, algo que había quemado junto con el pasado pero que regresaba cada año en un vago y doloroso reavivar de vivencias. Pero esa Navidad de 1956 sería diferente. Le dieron el día en su trabajo
y pasó Noche Buena con los Brown, por la mañana escuchó el griterío de los niños emocionados con los regalos que abrían sentados en la sala. Entre el caos, la escritora esperaba la reacción de la cara de sus amigos cuando abrieran los regalos que ella había comprado para ellos. Para él, una copia de un retrato de Sydney
Smith que consiguió por 35 centavos, para ella; la obra completa de Margot Asquith, regalos escogidos durante un año de paciente búsqueda. Los niños no dejaban de abrir cajas, de repente Harper empezó a sentirse un poco desalentada ya que no había recibido un solo regalo, trató de que nadie se diera cuenta de su desaliento en esa mañana en la que prevalecían las risas de sus anfitriones. Los minutos pasaron lentos hasta que Joy le dijo: “No nos hemos olvidado de ti, busca en el árbol” Había un sobre entre las ramas, dirigido a Harper Lee, lo abrió y leyó: “Tienes un año en el que no trabajarás y podrás escribir lo que quieras. ¡Feliz Navidad!” La escritora, confundida, no entendió lo que eso significaba, ellos dijeron que no era una broma, habían tenido un buen año y tenían el dinero suficiente para hacer algo por su amiga. Pensaban que Harper tenía mucho talento y querían demostrarle de alguna manera su fe en ella, no importaba si Harper no llegara a vender un libro, eso era secundario, impredecible. Lo que realmente deseaban
era darme la total y justa oportunidad de aprender y desarrollar su escritura, libre de la carga de un trabajo de tiempo completo, le rogaron que aceptara su regalo. Le tomó tiempo pronunciar palabra en esos minutos frente a ellos, les preguntó si se habían vuelto locos, qué les hacía pensar que algo bueno saldría de esta decisión, no tenían tanto dinero para tirarlo de esa manera. Un año era mucho tiempo, les dijo Harper, ¿qué tal si los niños pasaban por algo terrible o ellos? La pareja no se inmutó y le dijeron que eran jóvenes y en un caso extremo ella podía regresar a trabajar de nuevo. Incluso le pidieron que aceptara el regalo como un préstamo, creían en ella y su escritura. A pesar del riesgo que Harper vio en el presente de sus amigos, aceptó. Los niños seguían disfrutando de sus juguetes entre gritos de emoción, Michael y Joy le dijeron que no era un riesgo, “es algo seguro”, a ese grado confiaron en el talento de Lee. Afuera la nieve caía, Harper se acercó a la ventana aturdida por el milagro del día, los árboles navideños del edificio de enfrente se veían borrosos, el fuego de la chimenea hacía que las sombras de los niños danzaran en la pared que estaba a su lado. Su mente estaba encantada con la idea de una increíble oportunidad para una nueva vida. Entendía que no le habían dado el regalo en un acto de generosidad sino en uno de amor. Harper se prometió dar lo mejor de sí en ese periodo para no decepcionar a sus amigos. La escritora permaneció ensimismada en la ventana, viendo la nieve cubrir el pavimento y los techos de la ciudad, en ese momento los recuerdos de sufrimiento que la época navideña le traía cada año desaparecieron para siempre. Harper Lee escribiría en ese año una historia inicial que su editor le recomendó dejar de lado, también una colección de cuentos que tendrían la semilla que se tornaría dos años después en su aclamada novela To Kill A Mockingbird (Matar a un ruiseñor) ganadora del premio Pulitzer en 1961. premoniciones@hotmail.com
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EN SÉNECA RUEDA DE PRENSA EN LOS ÁNGELES
“Guardarse de la mediocridad. ¡Antes la muerte!”. F. Nietzsche.
I El aire falla, la sala es un horno. Obliga a la alevosía del recuerdo: traer a la memoria (corazón del mundo griego) la suave brisa de Ensenada, epifanía costera, donde sólo los viejos y los perros tienen frío. Como buitres de estantería, los periodista sudan, conservan un íntimo estilo de piedras: plumas en pecho, poco movimiento, gabardinas desteñidas sobre sus lomos. A esa hora de la tarde, el Sol activa el germen de las preguntas. Todos se miran, pocos diluyen en sus rostros la insolencia de una respuesta. Vieja escuela, una postal nada novedosa: Los Ángeles Times, qué más decir. II Cosa barata, la comparecencia se atasca. En la onerosa oficialidad de la rueda de prensa, sillas de plástico y vasos de foam, al mejor estilo anglosajón (azúcar regada, café goteando), un cuchicheo digital lame las sienes como si una cuadrilla de moscas hacendosas se encargara de taladrar el aire en los ángulos metafísicos de los ventanales. Los iPhone y las tabletas toman el lugar de las computadoras, que antes tomaron el lugar de los lápices y el pensamiento. III Alguien, como si tocara el lomo de una tarán-
tula dormida, prueba el micrófono principal. Se escucha entonces con claridad el sueño de una nación: Sruuh-sruuh, en un ronco alemán californiano (“Amerrican drream”, calidad de vida nunca superior a la mediterránea). Quien emite el baile de dedos brujos es nuestro interlocutor. Intenta hablar de lo inminente, el suceso que nos convoca. Voltea y desvoltea, las pecas le siguen: ovnis destanteados en un cielo golpeado de edificios (epilépticas chocolatinas m&m’s en el rostro económico del Tío Sam). IV Disparo la cámara. No soy fotógrafo, pero la crisis me ofrece credenciales. Es una ráfaga prolongada: luz que provoca muecas y centellas. Sus pupilas se contraen y sé que me observa. Yo aprieto el disparador como si llevara puesto el overol de un empleado de fumigación: la cámara riega, busca… yo sólo encontraré en la suma lo que necesito.
la incompetencia de una nación de periodistas latinoamericanos –cinco argentinos, tres chilenos, un peruano, nueve venezolanos, dos mexicanos– que nos encontramos en el salón de prensa de Los Ángeles Times. Nadie dice nada, sólo repiten los cuestionarios que, ex profeso, mandaron los respectivos directores, con la aprobada anuencia de sus dueños.
V A pesar de sus glosa, hay en él un gesto que prolonga un saludo de amnistía diplomática: es la hipocresía, la marca de la casa, el sello norteamericano, el estigma de un infierno justificado por una religión disfrazada de política. El preámbulo termina, alza las manos, entrecierra los ojos (sé que nos está observando) y, sin temor al crimen –¿de la verdad o la realidad?, qué diablos sé yo–, escupe: –Chavez is dead, thank God. “Chávez ha muerto, gracias a Dios”, traduce
VI Estoy en primera fila, el aluvión de cámaras de TV toma mi cara como estacionamiento. Pregunto: –Comienza el juicio contra los crímenes de la Operación Cóndor*, ¿comparecerá Henry Kissinger? Se me responde: –No puedo crreer que la interrese más ese tema que, porr ejemplo, la muerrte de Chávez. Parrece una perrsona inteligente, perro, ¿porr qué me hace esa prregunta? Yo no le entienda.
NUMERALIA Novelas
Foto: Jason Reed.
Por Rael Salvador
Entre ellos y yo, el “periodismo corporativo”, no existe mucha diferencia: les podrán arrebatar su dignidad, su tierra, sus hijos y sus mujeres, “no prroblem”, el temor consiste en que les quiten el pasaporte, su visado al “Paraíso”. Podrá morir Bolívar, Chávez o el Che, la muerte siempre tiene permiso, pero no lo que hay de Bolívar, Chávez o el Che en mí: decir siempre lo que pienso, hacer siempre lo que digo. Aunque esto también sea una manera morir, pero por aquellas cosas sin las cuales no vale la pena vivir. raelart@hotmail.com *Plan de coordinación entre las cúpulas de los regímenes dictatoriales del Cono Sur –Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela y Ecuador– con la CIA de los Estados Unidos como operadora, llevada a cabo en las décadas de 1970 y 1980, y que dejó miles de muertos.
Para leer a Martín Caparrós: Otras obras
2005, Boquita.
2013, Comí.
2015, Lacrónica.
2003, Amor y anarquía. La vida urgente de Soledad Rosas
2011, Los Living.
2014, El hambre.
(Historia novelada).
2008, A quien corresponda.
2012, Pali Pali. Impresiones coreanas. / Entre dientes.
2002, Qué país. Informe urgente sobre la Argentina que viene. /
2004, Valfierno.
2011, Argentinismos (Ensayos).
Bingo! (Ensayos).
2001, Un día en la vida de Dios.
2010, Contra el cambio (Crónica literaria y periodística).
2001, Extinción. Últimas imágenes del trabajo en la Argentina
1999, La Historia.
2009, Una luna (Diario de hiperviaje).
(Fotos de Dani Yako).
1990, El tercer cuerpo. / La noche anterior.
2007-2008, La voluntad. Una historia de la militancia
1999, La guerra moderna (Crónicas de viaje).
1986, No velas a tus muertos.
revolucionaria en la Argentina 1966-1978, junto con el periodista
1995, La Patria Capicúa (Ensayo).
1984, Ansay o los infortunios de la gloria.
argentino Eduardo Anguita (3 tomos).
1994, ¡Dios mío! Un viaje por la India en busca de Sai Baba
2006 y 2014, El Interior, crónicas de viajes por las provincias
(Crónicas de viaje).
argentinas.
1992, Larga distancia (Crónicas de viaje).