La Brújula Octubre 2023

OCTUBRE 2023

EDICIÓN No.1

HEBERTO PETERSON LEGRAND

REMEMBRANZAS

JAIME VÉLEZ STOREY P. 8

LA GEOGRAFÍA DE LA ESPERANZA

CARLOS LAZCANO P. 11

UN ‘COYOTE’ RUSO EN CANCÚN P. 14

DESPUÉS DEL HURACÁN (PARTE I)

RAFAEL RACH SOLANA P. 16

DIRECCIÓN

Arturo López Juan Director General jlopez@elvigia.net

Enhoc Santoyo Cid Director de Información esantoyo@elvigia.net

Gerardo Sánchez García Director Editorial gsanchez@elvigia.net

Gerardo Ortega Editor gortega@elvigia.net

PUBLICIDAD

Socorro Encarnación Osuna Coordinadora de Publicidad sencarnacion@elvigia.net

Patricia Ibarra Mena Ejecutiva de Cuentas pibarra@elvigia.net

Rodrigo Olachea García Diseño Editorial

California Estrada Sánchez Diseño Publicitario

EL VIGÍA DIGITAL

Sandra Ibarra Coordinadora de El Vigía Digital sibarra@elvigia.net

Ricardo Meza Godoy Editor

Johana Ochoa Proyectos Especiales

Digita Media BC, S.C. de R.L. de C.V.

Av. López Mateos 1875 Colonia

DEL DIRECTOR:

El Vigía presenta a usted La Brújula, una revista semanal que tiene el objetivo de ampliar nuestra oferta de contenido en beneficio de lectores y seguidores en nuestras redes sociales. Nuestra empresa Digita Media BC de RL de CV está haciendo un gran esfuerzo por poner a su disposición esta nueva publicación cada semana.

En esta revista daremos especial énfasis a la diversidad de opiniones y puntos de vista, así como una visión de fondo de los acontecimientos.

La Brújula es un espacio de opinión, por medio del cual buscamos contribuir a una sociedad más informada, con base en datos y voz de nuestros colaboradores, muchos de ellos especialistas en los temas que nutren sus columnas y otros que son observadores del acontecer político, social y económico de la región, el estado y el país.

En La Brújula también caben trabajos periodísticos de fondo en los que se informa y analizan temas de gran trascendencia para nuestra sociedad escrito por periodistas experimentados, ensayistas e historiadores que nos aportan su visión desde la perspectiva de los datos duros y su visión documentada de temas de

enorme interés para quienes gustan de estar bien informados.

De esta manera se hace patente el compromiso de esta casa editorial de aportar ideas al pensamiento de nuestros lectores y ayudar a que haya una sociedad más participativa y crítica que tome decisiones acertadas para construir un mejor futuro.

Como todos los medios de comunicación y en general la vida moderna, nos enfrentamos al enorme reto de utilizar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, reto que asumimos con ánimo y entusiasmo.

En ese sentido, La Brújula estará disponible no solamente encartada en nuestra edición de El Vigía de fin de semana, sino, además, nuestros lectores la podrán encontrar en diversos formatos a través de nuestras redes sociales.

El nombre de esta nueva publicación está inspirado en la columna que durante toda la historia de El Vigía escribió Don Heberto Peterson Legrand (1941–2023) a quien de esta manera le rendimos un homenaje. Su columna no desaparece, crece y llegará a miles de personas que, como él, tienen un gran interés por el lugar en donde viven.

CRÍ-CRÍ y YA

Baúl de Manías

Un día como ayer (6 de octubre), en el ya lejano año de 1907, nació, para gloria de los orizabenses en particular y de los mexicanos en general, el inolvidable, entrañable, prolífico, divertido y (en suma) genial don Francisco Gabilondo Soler, alias Crí Crí (1907–1990). La efeméride me viene de perlas para poder plagiarme (a mí misma, valga la redun). Lo que sigue perpetré en julio de 2019, de un baúl al que titulé “Sólo los machos cantan”, lo cual parece anfibología. Y lo es. Culpa es (fue) de la canícula (bochorno, calor, sofoco). Y del idioma. Porque, si hacemos referencia a los grillos, esa es una afirmación (casi) incontrovertible: Los gríllidos (Gryllidae) son una fa-

milia de insectos ortópteros, emparentados con las langostas (las que vuelan). Tienen fuertes patas adaptadas al salto, corren raudos por los suelos más escabrosos, excavan madrigueras con túneles de medio metro que terminan en habitaciones esféricas cuyas entradas mantienen siempre limpias, pues son las “zonas de canto” para atraer a las hembras. Lo dice el capcioso título: sólo los machos cantan. Aunque, buenooooo...“cantan” es nomás un decir. Para producir ese “cricrí” tan peculiar, levantan ligeramente sus alas y las frotan contra sus patitas. Nadie me lo contó. Yo lo acabo de ver con mis propios pizpiretos (y pleonásmicos) ojitos. Un grillito llegó quién sabe cómo al fregadero de la cocina y, cuando me levanté a deshoras (por algo del refri) me lo hallé ahí, resbalándose y no pudiendo salir. Lo único que se me ocurrió fue soplarle. Claramente vi cómo frotó sus alitas anteriores con sus patitas posteriores y me regaló unos maravillosos “cricrís”. Tomando en cuenta que hay quienes me dicen “Cricrí”, yo tomé sus

chirriditos como un saludo. Ya luego le canté “¿quién es el que anda allí?” y le puse un trapito para que pudiera salirse del fregadero.

Los grillos no cantan, sino que “estridulan”, del verbo “estridular”. Ese sonido un poco metálico, ese estridor, es el “cricrí”.

Gracias a la Wikipedia, sabemos que el grillo es un personaje invitado ha-

bitual en las fábulas clásicas. También nos enteramos de que el mito griego de los amores entre Eos (la Aurora) y Titono (el grillo) fue cantado poéticamente por la poeta Safo de Lesbos, y estaba relacionado con la creencia de que se alimentaban del rocío por las mañanas. Ahora sabemos que comen de todo, igual plantitas que mosquitos, cuaracuacuá.

EI cuento clásico de la literatura china “El grillo” de Pu Songling, la fábula de Jean-Pierre Claris de Florian “El grillo y la mariposa” y “El grillo del hogar” de Charles Dickens son algunos de los relatos que tienen como personaje a tan simpaticón bichito. Pero tal vez los grillos ficticios más famosillos son el grillo parlante de “Pinocho” de Carlo Collodi y el señor que anda ahí, o sea, Cri-Crí, el “grillo cantón”, como le decía mijo el Diego. (Aquellos eran los tiempos en que “piquishtileta” era bicicleta, “titishco” triciclo y “periécolo” periódico).

Hay como mil canciones que contienen la palabra, pero seguramente una de las más antiguas es la de Cri-Crí: https://www.youtube.com/watch?v=tVoN07a2qHI.

Postdata. Hay que ir al concierto que celebra el 150 aniversario del nacimiento de gran compositor ruso Serguéi Rachmaninov: “Obras para Violín y Piano” con Adrián Justus y Evgeny Korolkov. La cita es el viernes, 13 de octubre de 2023 a las 19:00 hrs en la Galería Ernesto Muñoz Acosta del Cearte. Informes y boletos: Academia Korolkov (646) 178-81-40. bauldemanias@hotmail.com

Para los que nacimos en la Ciudad de México, el centro de la ciudad, al que se le denomina coloquial mente Zócalo, es el corazón y el altar de la Patria; es donde se reúnen miles de personas, hom bres y mujeres, niños y ancianos, unidos por el cariño y el orgullo de ser mexicanos.

Especialmente asistir al “grito” el día 15 de septiembre de cada año tiene un sabor muy especial, pues a quién no se le enchina el cuero al cantar a todo pulmón nuestro Himno Nacional, en muchas ocasiones tomados de las manos para pasar “corriente”, esa rara sensación de estar conec tado a otro ser viviente que está sintiendo lo mismo que tú, que es una sensación que no vives en otras ocasiones, sólo en esos mo mentos. Cuando grita el presi dente, del color que sea el partido en el poder, los nativos respon demos al llamado de la Patria, (es la Patria la que convoca, no el presidente) y desde luego es una educación adquirida desde muy pequeños: amar a nuestra Patria: …más si osare un extraño enemigo, profanar con sus plantas tu suelo… piensa, oh Patria, querida que el cielo…, cantado a una sola voz y con absoluta sinceridad, sintiendo lo que estás expresando, junto a los tuyos, a tus iguales, el verdadero pueblo, los pobres, que arriban desde lejanas colonias y seguramente regresan a pie, si se quedan hasta la una de la mañana que termina la farra.

En mi caso, la vecindad donde nací estaba muy cerca del centro, calculo que a unas veinte cuadras…muy cerca, pues muchos éramos buenos caminantes y recuerdo que desde muy pequeño visité diariamente esa zona que ahora se le denomina Centro Histórico, pues ahí estaban las escuelas que me quitaron lo burro de encima: (al menos eso creo) y además mi padre trabajaba en una empresa alemana ubicada en la calle de 5 de Mayo. El grito, para mí de pequeño, era saborear los ricos buñuelos y hot cakes con

cajeta de Morelia y ricos tamales de todos los estilos y sabores con champurrado o atole de masa, que me parecían exquisitos. Quizá era el lugar, frente a la entrada de Catedral, en bancas y mesas de madera, mucho antes de que arribara el plástico y como llegábamos como a las nueve, pasábamos recorriendo la plaza, mientras sonaban las once en el histórico reloj de la Catedral Metropolitana que tiene también su historia y que algún día les platicaré. Pero caminar por la Plaza, estaba lleno de “peligros” si ibas con la boca abierta, no faltaba quien te arrojará un puño de confeti a la boca y te atragantaba, o te estrellaban un huevo de gallina en la mollera (desde luego no era dañino, solo contenía agua perfumada) o te soplaban a la cara con un espanta suegras, a riesgo de picarte un ojo  y así hasta que sonara el clarín de órdenes del batallón presidencial y que su sonido imponía orden. Nos retirábamos cuando

terminaban los fuegos artificiales y a dormir, pues regresábamos al otro día a las diez de la mañana para ver el desfile, después de ahí pasábamos la tarde

en el Bosque de Chapultepec y rentaba mi padre una chalupa para remar en el lago. Esa fue parte de mi infancia.

Nota: no quiero decir que sólo

nosotros (los nativos); esto es un recuerdo infantil, pues de adolescente es otra historia.

ESCUELA VISIONARIA: HUERTO ORGÁNICO Y COMIDA “DE VERDAD”

Soy Ensenadense

El paladar, como el conocimiento, también se va desarrollando con el tiempo; desde la niñez, en casa, con los amigos, con los viajes y por la apertura a probar nuevos sabores y texturas. Yo crecí en una escuela que también sentó las bases para una educación alimentaria. La escuela Tlamacazqui en Ensenada fue fundada por Estela Parrilla, originaria de la ciudad de México y a quien recuerdo siempre por vestir con ropa mexicana, bordada por artesanos y portar una gran sonrisa que se extendía hasta sus ojos.

Estela se hizo rodear además por grandes maestros a quienes se encargó de transmitir el espíritu de la escuela Tlamacazqui, cuyo estilo de educación era Montesori.

Ubicada en el cerro de Chapultepec, este recinto educativo fue una segunda casa donde puedo decir que pasé una infancia muy feliz, desde el kínder hasta el cuarto grado de primaria, al lado de muchos de mis primos y amigos que sigo conservando.

Y a diferencia de todas las demás escuelas que existieron en aquella época, estaba prohibido vender o llevar comida chatarra, nada de papitas,

sodas o dulces. En la “lonchera” sólo estaba permitida comida nutritiva o, en su defecto, tenías la opción de comprar algo de lo que ahí se preparaba; mi primer agua de pepino la probé en aquellos patios.

Lo interesante de este sistema de cooperativa radicaba en que los mismos alumnos participábamos en el proceso de preparación de alimentos, así como en la venta y limpieza de la cocina de la escuela. Los turnos por salón se hacían mediante una rotación y según mi memoria, se sorteaban los equipos para designar el rol que te correspondía: preparación de alimentos, venta o limpieza.

En la Tlamacazqui teníamos nuestro propio huerto a cargo del señor Corrales, quien nos enseñó a sembrar zanahorias y a tratar la tierra.

Era una escuela que fomentaba la creatividad en todo lo que hacíamos, el intercambio de regalos podía ser sólo con cosas elaboradas por nosotros mismos, llevábamos clases de pirograbado y un diario donde hablábamos de nuestras emociones.

Viajes a las ballenas cada temporada y al Observatorio de San Pedro Mártir se suman a las experiencias de esa escuela que fomentó el amor por las maravillas que nos ofrecía la naturaleza y lugares únicos de Ensenada.

Estela fue una

de las primeras “chilangas adoptadas” por ensenadenses, gracias a esa dedicación varios nos formamos en aquella escuela tan especial y única.

Alejandro, otro “chilango” que adorábamos, fue un excelente maestro de educación física. Era joven, rubio y de pelo lacio, siempre dorado por el sol; él nos hacía sentir libres, las bardas y rejas nunca se sintieron como prisión; nos llevaba a caminar por el cerro mientras recolectábamos piedras y platicábamos en grupo. En temporada de verano se activaba la alberca con clases de natación.

Los compañeros eran amigos y cómplices. Mi prima Anette la más foodie de la familia, a quien he visto comer hasta ojos de pescado y cocinar frente a la estufa por largas horas, llevaba dinero destinado para su torta de “Tortas la doña”, ya que la familia de Erandi, una compañera era la dueña, así que esperaba con ansias el recreo del día siguiente.

Hace algunos años me

encontré a “Nacho”, mi maestro de 4to de primaria, no sé cómo me conoció, pero nos saludamos con mucho cariño. Lo vi en un “Guateque”, esta fiesta tradicional de vino artesanal, donde me comentó que estaba promocionando el vino que él mismo elaboraba.

Y a mi maestra de Inglés, Kathy, la saludé en la terminal de cruceros, esta pasada edición de la “Noche de Cofradía”, ahí en una de las filas para degustación me dijo: ¿Eres Rosela, verdad? En un diploma que aún guardo en la “caja de los recuerdos” se lee: Escuela Tlamacazqui le otorga a Rosella Medina Lencioni, por su participación en el concurso de cuento “Primer lugar literario”, Ensenada, 30 de abril de 1988.

Tenía 9 años, hoy a mis 44, sigo contando historias, fomento mi parte creativa y me encanta comer “comida de verdad”. Gracias siempre a los maestros de escuela y a los de vida por lo que se queda para siempre y crece con el tiempo.

Desde el Campus

Philip K. Dick publicó en los años sesenta del siglo XX la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, misma que fue adaptada veinte años más tarde por el cineasta Ridley Scott, y convertida en una de las mejores películas de ciencia ficción que ha existido, llamada Blade Runner El cuestionamiento que se hiciera Dick hace poco más de cincuenta años giraba en torno al conflicto existente entre humanos y robots (llamados replicantes), y la digitalización de la vida cotidiana de la humanidad.

Hoy en día, en el año 2023, la “amenaza” digital, robótica o computarizada para la vida diaria de la humanidad sigue siendo parte de los discursos de aquellos que desde una mirada tecnófoba rechazan o se atemorizan de la presencia de lo digital

en distintos espacios, tal como ocurre con la aplicación ChatGPT, que ha colocado a la Inteligencia Artificial como el nuevo invitado –para algunos no deseado– en los espacios universitarios.

La llegada –masiva– de la Inteligencia Artificial a la vida universitaria ha traído consigo la aparición emergente de foros, ponencias, artículos y demás abordajes especializados de un fenómeno que al acercarse al usuario común, ha tomado otro rol dentro de la vida cotidiana escolar; sin embargo, esta aparición furtiva provoca cuestionamientos del tipo ¿sueñan los universitarios con ovejas eléctricas?, es decir, si realmente sus sueños, rutinas y actividades giran en torno a ésta y otras nuevas herramientas digitales. En las últimas décadas investigadores del campo de la educación superior en México y las Tecnologías de la Información y la Comunicación, han identificado que, en efecto, la relación entre lo tecnológico y los estudiantes universitarios es cada vez más estrecha, sobre todo por la masificación de dispositivos digitales portátiles, particularmente, smartphones; la diversidad en la oferta de planes de co-

nectividad (wifi, datos móviles), así como el advenimiento de la Sociedad del Conocimiento en las universidades, las cuales han incorporado en sus programas de trabajo, discursos y políticas, a lo digital como algo esencial. A pesar de esta fascinación por lo tecnológico en educación superior, es importante enfatizar que gran parte de las apuestas institucionales se han orientado a la adquisición de equipos de cómputo, ampliación de cobertura de internet en espacios escolares e incorporación de experiencias educativas (materias) relacionadas estrechamente con el apellido de lo digital, pero ¿qué ha pasado con los estudiantes, sus habilidades y conocimientos digitales?

Si recordamos los proyectos emblemáticos en temas de tecnología en el sector educativo de las tres administraciones federales previas al actual gobierno, desde el proyecto Enciclomedia (administración panista de Vicente Fox); Proyecto de Habilidades Digitales para Todos (administración de Felipe Calderón), que fue un seguimiento a Enciclomedia y la intención de equipamiento de aulas temáticas con computadoras;

y el Proyecto de Estrategia Digital Nacional (administración de Enrique Peña Nieto), enfocada en la conectividad, inclusión y datos abiertos. Cada una de estas políticas educativas privilegiaban el equipamiento, la conectividad y secundaban el tema de habilidades, conocimientos y alfabetizaciones digitales de universitarios, a pesar de que el sentido y uso de lo tecnológico recae en el sujeto, en este caso, los estudiantes.

A un año de que la actual administración de Andrés Manuel López Obrador finalice, y por lo tanto el Proyecto Agenda Digital Educativa realice un balance, podemos encontrar que las políticas continúan siendo orientadas a una certificación de planta docente, equipamiento de espacios educativos e idealmente la construcción de una cultura digital educativa; sin embargo, la reflexión de lo tecnológico continúa siendo observada –exclusivamente– en el espacio escolar, aún cuando los dispositivos acompañan a estudiantes, antes, durante y después de haber asistido a las aulas.

Incluso hemos enfrentado recientemente un periodo de dos años –promedio– donde la educación se mantuvo y sostuvo por los atajos y recursos con que estudiantes y académicos del país siguieron sus estudios, porque al parecer la opción de parar, no existió. Es así que preguntarnos ¿sueñan los universitarios con ovejas eléctricas?, es una forma de reflexionar ¿cuál es el lugar de lo digital en la vida escolar?

LA RUTA DEL QUESO, EL VINO Y EL BOSQUE Crónicas

Rurales

lo que encuentran más cercano.

El Valle de Ojos Negros al pie de la Sierra de Juárez en Baja California, con el conjunto de núcleos agrarios que ahí se asientan, forman hoy una gran alternativa turística para extranjeros, nacionales y locales que buscan la diversidad de sitios para disfrutar (y escapar), particularmente en la realidad pandémica que nos aquejó recientemente a nivel mundial y de la cual aún quedan reminiscencias. Los ojos de propios y extraños están puestos en la zona rural. Las ciudades en términos sanitarios resultan un riesgo, razón por la cual la población está dirigiendo su mirada a la zona rural de

Bajo esa tesitura, se constituye la ruta del queso, el vino y el bosque, ubicándose desde el ejido Piedras Gordas en la colindancia Este de la ciudad de Ensenada, hasta el parque Nacional Constitución de 1857, mejor conocido como Laguna de Hanson, en lo alto de la montaña de la Sierra de Juárez.

El negocio más destacado al inicio de esta travesía es la vinícola Piedras Gordas, ubicada en el kilómetro 17 de la carretera Ensenada–San Felipe. Desde luego no debe descartarse el rancho El Tule, en las cercanías del ejido Piedras Gordas, que durante muchos años ha sido punto de reunión bohemia de los citadinos ensenadenses que gustan dar una vuelta por el lugar para escuchar música generada por los propios visitantes, probar el vino Sangiovese que se produce allí, la comida vaquera y el queso regional.

Al llegar al Valle de Ojos Negros, que

traremos los ejidos Real del Castillo Viejo donde en 1890 se asentó la capital de Baja California, Sierra de Juárez, Real del Castillo en el corazón del Valle, Laguna de Hanson, en la parte noroeste, La Huerta, comunidad indígena kumiay, siendo ellos los primeros pobladores de toda esa región y el ejido Cordilleras Molina, ubicado en lo alto de La Rumorosa, observándose a lo lejos desde ese imponente horizonte de montañas, la Laguna Salada y El Cerro del Centinela, cercano a la ciudad de Mexicali.

Con las propuestas para detonar la zona, con seguridad se convertirá en un polo de desarrollo eco turístico y rural. El Valle de Guadalupe podrá decantarse hacia el Valle de Ojos Negros, con la construcción de la carretera que acople esos dos sitios, potenciándolos a ambos y repercutiendo en el impacto económico de todo el estado.

Con la experiencia de crecimiento que ha tenido el Valle de Guadalupe, es importante prever el desarrollo urbano rural de Ojos Negros, para no incurrir en los inconvenientes que hoy están sufriendo pobladores y empresarios de aquella región.

Constituir un Consejo de desarrollo regional, con la participación de todos

tres niveles de gobierno, resultaría de la mayor importancia. También, será de mucha utilidad para la planeación y la propuesta turística hacer un catálogo de los atractivos de estos bellos lugares de la campiña bajacaliforniana.

*El autor es especialista en derecho agrario y promotor de economía

HEBERTO PETERSON LEGRAND. REMEMBRANZAS

Columna INAH BC

Aunque fue un personaje muy conocido en Ensenada, nos empezamos a tratar a partir del año 2019, pero como viejos amigos. Un privilegio breve, que valoro en todo su peso. Al descubrir nuestras coincidencias él tomó la iniciativa –a mí se me imponía el personaje–, y lo primero que me pidió fue que no le hablara de “usted”.

Cierto día llegó espontáneamente a mi oficina para entregarme los dos tomos de sus Crónicas ensenadenses, con sendas dedicatorias, personal e institucional, a poco de que le expresara mi apoyo al desplegado en el que hacía un llamado a revisar las obras de remodelación del antiguo Mercado Municipal, preocupado con lo que sucedería al Archivo Histórico de Ensenada.

En estos ejemplares conocí su versatilidad como cronista local y regional. Son textos sobre la historia de Ensenada, de ciertos lugares específi-

guas familias del puerto, etc. Todo ade rezado con anécdotas historiográficas –como la visita de José Vasconcelos en 1918–, reseñas de eventos culturales, propuestas en torno a la fotografía do cumental y la salvaguarda de la memo ria histórica.

Un encuentro de la crónica con el en sayo y el artículo periodísticos de fondo, así como algunos adelantos de lo que He berto llamaba Remembranzas el género era híbrido, se trata de recuer dos en torno a sus experiencias sociales, y no tanto biográficas o personales.

Esas intimidades existenciales, vita les, decisivas para conocer por dentro al hombre, sus creencias y sentimien tos, las dejó para el final, y fue a pedi do de su familia: su esposa, sus hijos y sus nietos. Algo familiar, íntimo. Ilus trativas con respecto a su formación y sus ambiciones intelectuales, sus senti mientos y creencias.

En el segundo tomo de sus crónicas rinde una especie de homenaje a sus amigos de Ensenada, lo mismo que a ciertos hombres y mujeres famosas.

Una manera de expresar un reconocimiento a sus obras: artísticas, académicas, administrativas, educativas, empresariales, intelectuales, profesionales, político-sociales, religiosas, etc.

Quería preservarlos en la memoria de sus paisanos, recuperarlos para la posteridad, salvarlos del olvido. Entre todos los escritos aparece el titulado

“Un viejo amor”, por supuesto dedicado a su esposa: Antonia Guadalupe, a quien descubrió para siempre cuando Heberto tenía 13 años.

En la primavera del año pasado recibí un correo suyo en el que me decía:

“Mi esposa, hijos y nietos me pidieron que escribiera mis memorias que en un principio no quería hacer. Después reflexionando lamenté que me faltaba información de mis abuelos Peterson y Legrand, y decidí hacerlo y comenzaron a aflorar recuerdos que creí olvidados. Aunque es una trayectoria modesta y no soy hombre de dinero, pensé en dejarles como herencia mis memorias para que no sintieran ese vacío que mucho me hubiera gustado no tener. Gustoso comparto contigo hasta donde las llevo, espero no aburrirte.”

Fueron 13 textos en total, los leí uno tras otro. Una lección de personaje. Se trataba de una biografía construida de remembranzas, de recuerdos y anécdotas que iniciaban con su nacimiento, el 14 de marzo de 1941, en el

Sanatorio Galván, en la calle Tercera. Esto nos dará una idea de lo que sigue. Una vida en la vida de Ensenada y Baja California, como diría un clásico de la historiografía mexicana. Porque narra su vida y la de su familia entre los aconteceres de la entidad y de la frontera. Sin apego a la rigurosidad cronológica, su narrativa puede avanzar y retroceder en el tiempo, y las fuentes se ciñen casi siempre a la memoria prodigiosa de don

Heberto, como insistí en llamarlo. La última vez que nos vimos me invitó a desayunar. Una de las conversaciones más amenas que recuerdo. En un momento dado me dijo: “Mira, Jaime, tengo 82 años, yo espero vivir, máximo cinco años más”. No había tristeza en su expresión. Una mirada clara. Yo guardé silencio.

Confieso que soy necio y torpe. Con el tiempo confío en que lo necio me sea reconocido como terco. Y lo torpe, también confío, en que me lo perdonen y no figure en mi lápida. No afirmo lo anterior por considerarme algo excepcionalmente diferente.

Sería torpe.

La “humanidad humana” entera ha dado muestras, por miles de años, de la enorme carga de torpeza que carga en su mochila de vida.

Y me considero, eso sí, muy humano.

En el marco de esa humanidad (y con fiando en que alguien lea… ahí está lo ter co y torpe) comienzo hoy esta columna en que, espero, pueda desgranar muchos te mas alrededor de una actividad básica del ser humano: habitar.

Desde la mirada del arquitecto, pero también desde la mirada de todas las dis ciplinas y experiencias que confluyen en la creación o “acomodo” de los escenarios para la habitación humana.

Y comienzo esta nueva etapa, con un relato. Una anécdota verdadera, que sólo será enriquecida por ciertos giros retóri cos que le suman fluidez a una historia que considero pertinente y relevante.

Estábamos, años atrás, terminado la sede de Batsil Maya (la cooperativa Tseltal encargada del procesamiento del café: selección, tostado, molido, mezclado y envasado). Una obra de unos 800 metros cuadrados techados, con todos los equipos y espacios idóneos para dicho procesamiento, como también áreas de reunio-

nes, administrativas y servicios sanitarios. Todo ello obligó, durante varios años, a un trabajo exhaustivo en la recolección de fondos para poder terminar la obra. Tal actividad nos puso en contacto con varias organizaciones y/o fundaciones que nos apoyaron de una u otra forma. Sin mencionar nombres, una de estas grandes organizaciones (muy grande y muy conocida), nos llegó un día con la solicitud

de que los apoyáramos para sembrar mil (sí: mil) viviendas para las comunidades tseltales. Ya tenían los planos de dichas viviendas (un “copy paste” de alguno de los prototipos Infonavit), con muros de tabique, ventanas grandes, techos de losa, pisos de cerámicas, baños y cocinas en cada módulo de “vivienda”. Lo único que nosotros teníamos que hacer, era darles mil nombres de futuros usuarios, con sus respectivos INE, direcciones, títulos de propiedad de los terrenos.

Sólo eso.

¡Ah! Y un detalle sin importancia: en aquel momento estábamos en el mes de agosto. Teníamos, entonces, tres semanas para recolectar toda la información ya que, aunque eran modelos pre construidos, debían terminar todo en el mes de noviembre, pues los fondos respectivos debían ejercerlos antes de que acabara ese año.

Cuando logramos recuperarnos de nuestra sorpresa, decidimos hacer un sondeo con cien grupos productores (familias extensas que viven en comunidad varias generaciones), para medir la posibilidad de respuesta de los “beneficiados”.

Dicha respuesta fue contundente: no entendían cómo esos “dibujos” podían ser sus viviendas. Los baños, en sus realidades, eran grupos de servicios de uso para todo el grupo comunitario. Lo mis-

mo sucedía con el comedor y la cocina: estos espacios existían para servicio de todas la subfamilias que integraban el gran grupo familiar.

¿Qué significaban, entonces, esos cuartitos individuales? ¿En dónde estaban los espacios de todos? ¿Realmente una losa de concreto sería mejor, para aislarlos del calor, que un techo de “quincha”?

Bueno, huelga decir que ni una sola comunidad aceptó esa “dádiva” (que, además, debían pagarla) y las intenciones de esa gran fundación fracasaron.

¿Por qué conté este relato? Pues, para ilustrar, con un evento verdadero, cómo la actividad esencial de “habitar” es un resultado de las formas de creer, de los principios de colectividad, de los hábitos y costumbres. Para ilustrar que los modelos “pulidos” a partir de la automatización de los procesos, de la reducción de costos, del abatimiento de tiempos de producción, de nada sirven si no se diseñan considerando las necesidades físicas y espirituales de quienes vivirán el “hábitat”.

Es decir, la vivienda se diseña para personas, no para corridas financieras. Habitar es vivir.

*Arquitecto y catedrático uruguayo radicado en México desde hace más de 50 años. ricardoharte@yahoo.com.mx

Ricardo Harte

Habitar

ALIMENTACIÓN ADECUADA PARA TODOS

Mujer y Poder

Con tanta noticia política y escándalos electorales –que inundan las redes y ocupan tanto tiempo– en ocasiones se nos pasan otros temas de gran importancia.

Es el caso del esfuerzo que se está haciendo en el Senado de la República para lograr que sea una realidad la alimentación para todos en México. Sí, porque pese a que la Constitución estipula –en su Artículo 4– que el Estado garantizará el derecho de todos a tener una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad, la realidad es que todavía hay en nuestro país millones de personas –niños, claro, entre ellos– que a diario no sólo comen poco y de baja calidad, sino que en muchas ocasiones… no comen, sobreviviendo de milagro. Esto se ha debido a que no se otorgan recursos gubernamentales para cumplir con ese derecho humano. ¿Por qué? Por falta de interés. Ese rubro no les parece importante a la mayoría de nuestra

clase política, por increíble que parezca. Ni en el pasado ni en el presente, por que la Cuarta Transformación no llegó a ellos, a los más pobres.

Las escuelas de tiempo completo y los desayunos y meriendas escolares fueron eliminados de un plumazo dejando a miles –o millones– sin ese vital y único alimento cotidiano, suficiente y nutri tivo que tenían en sus vidas… en otros sexenios gubernamentales.

El pasado día 20, en el Senado se aprobó una ley destinada a que se respete la Carta Mag na para “asegurar la producción, abasto, distribución jus ta y equitativa, así como el consumo de alimentos nu tritivos, suficientes, de calidad, inocuos y culturalmente ade cuados”.

Se trata de la Ley Ge neral de Alimentación Adecuada y Sostenible fue ya fue turnada a la Cámara de Diputados y, junto con ella, el exhorto para que el presupuesto de egresos de la Federación contemple el recurso necesario

para la alimentación de los mexicanos más despro-

La “pelota” está hoy, pues, en manos de los legisladores, y qué bien haría la sociedad civil en exigir el cumplimiento del artículo constitucional mencionado, y acabar de una vez por todas con esta injusticia que sufren millones de niños a los que no les queda de otra más que hurgar en la basura o deambular por las calles de todo el país pidiendo limosna y dinero para comprar “un taquito”, en escenas lamentables y deplorables con

las que todos –incluyendo políticos y gobernantes– nos tropezamos a diario, pero que tal parecería que sólo los ciudadanos lo vemos y nos dolemos.

Esta semana se aprobó esta otra ley pero, lamentablemente, todo quedará en papel –en una disposición más “pintada” en los códigos– si no se exige la etiquetación del recurso en la Cámara Baja del Congreso. Se requiere de un presupuesto adicional para que esto sea una realidad y no una entelequia.

Urge saldar esta cuenta pendiente con la población más vulnerable de nuestro querido país.

*Periodista sonorense con más de 40 años de ejercicio profesional. Activista social, fundadora y directora de la revista Mujer y Poder www.mujerypoder.com.mx

Raíces

CARLOS LAZCANO/COLABORACIÓN carloslascano@hotmail.com | Ensenada, B. C.

En 1967 apareció el libro Baja California and the Geography of Hope, publicado por el Sierra Club. Este libro es una reflexión sobre la belleza natural de la península de California, escrita por el naturalista Joseph Wood Krutch y acompañada por excelentes fotografías de Eliot Porter.

Se trata de la visión de un naturalista y de un fotógrafo antes de la carretera Transpeninsular en la que se expresa que la geografía de Baja California es una de las mejor conservadas del mundo gracias al aislamiento secular en que siempre había permanecido. Precisamente por ello hablaba de una “geografía de la esperanza”, llena de biodiversidad y especies endémicas, la que contrastaba con la geografía de su vecina, la California estadounidense, una de las regiones más desarrolladas del mundo.

En la introducción de su libro, Joseph

Wood Krutch nos dice: La naturaleza dio a Baja California casi todas las bellezas posibles en un clima seco y cálido, elevadas montañas, llanos desérticos, pero con cactos que florecen, aguas azules, islas donde anidan multitudes de aves, así como numerosas playas, tan estupendas y atractivas como las mejores del mundo. Todo eso ha permanecido casi totalmente inviolado, justamente porque muy poco ha podido estropearlo eso que llamamos progreso. Más adelante don Joseph comenta lo venturoso que fue el hecho de que la península no haya sido parte de los Estados

Unidos, ya que de haberlo sido habría sufrido un desarrollo turístico que habría afectado gravemente ese entorno natural virgen, tal como ha ocurrido en muchas otras regiones de dicho país. Hace 50 años, en 1973, esa incomunicación desapareció en su mayor parte gracias a que fue inaugurada la carretera Transpeninsular, la que con sus mil 800 kilómetros corre a lo largo de toda la Antigua California, uniendo sus extremos y numerosas comunidades que existen en el medio.

¿Qué ha pasado con esa Geografía de la Esperanza después de 50 años de carretera Transpeninsular?

Poco después de que fuera concluida la Transpeninsular, inicié mis recorridos por la península de California, los que hasta la fecha, luego de 50 años, continúo, ya que se trata de una geografía infinita, la que nunca terminaré de reconocer y explorar. Desde un inicio me di cuenta de que tras esos viajes buscaba mi propia identidad, mi esencia, la historia, la tierra y la raíz, atrás de la región donde nací. En esa búsqueda aprendí a amar a la Tierra, a sus gentes, tradiciones e historia. Hice mía esa “Geografía de la Esperanza” y me volví amante de esa naturaleza tan maravillosa que nos rodea.

Es grato constatar que después de 54 años de que apareciera el libro Baja California and the Geography of Hope y 50 de la carretera, esa Geografía de la Esperanza pervive en su mayor parte. Las ciudades han crecido enormemente, pero la carretera no alteró de manera importante el medio natural de la península. La carretera más bien propició un despoblamiento lento, entre El Rosario, BC y Santa Rosalía, BCS, es decir, en una amplia

región central peninsular. Me parece que la razón más importante se debe a la falta de agua. Sin agua no hay desarrollo y la falta de desarrollo ha favorecido la conservación del medio natural.

Pero además, gracias al movimiento ambientalista se han creado extensas áreas naturales protegidas, tanto en Baja California como en Baja California Sur. Entre otras tenemos en el norte a la Sierra Juárez, la Sierra de San Pedro Mártir, el Valle de los Cirios, la Isla Guadalupe, las Islas del Golfo, la reserva del Vizcaíno, la Sierra de la Laguna, el Cabo Pulmo, la bahía de Loreto, la Sierra de San Francisco con sus pinturas rupestres y próximamente las sierras de La Giganta y Guadalupe.

Sin embargo, aunque en general se encuentra en buen estado la Geografía de la Esperanza, no ha dejado de haber agresiones y las amenazas contra sus espacios naturales crecen.

Estas amenazas, no sólo pretenden destruir la naturaleza, sino excluir de ella a quienes habitamos en esta península. Como lo señala el Papa Francisco en su encíclica Laudato Sí, las amenazas a la naturaleza siempre van acompañadas de violaciones a los derechos humanos, de despojos a comunidades completas, gentrificación y concentración de la riqueza en unas cuantas manos.

Desde antes que se construyera la carretera Transpeninsular, las agresiones contra los espacios naturales de la península se habían iniciado. En la Ensenada de Todos Santos, donde se encuentra la ciudad de Ensenada, en aras de un supuesto desarrollo y “derrama económica”, se inició la destrucción sistemática de sus playas, lagunas costeras y bosques de encino. En el mismo momento que era publicado el libro sobre la Geografía de la Esperanza, dio inicio la famosa carrera “Baja Mil”, un evento depredador que se ha caracterizado por el grave atropello de algunos de los espacios más bellos y sensibles de la península, por promover la corrupción y el desprecio a las leyes ambientales de México, desvalorizar ante los jóvenes las virtudes de la naturaleza, así como otros antivalores, tanto ambientales como sociales. Este evento ha originado otros parecidos e igualmente depredadores, como la Baja 500, la Baja 250 y unos 40 más que se realizan cada año y que ocasionan fuertes impactos en la Geografía de la Esperanza. Otra fuerte amenaza, especialmente contra el Valle de los Cirios, lo representa el proyecto minero del Grupo México, que pretende imponer una de las minas a cielo abierto más grande del mundo, la de El Arco, justo en el corazón del desierto central. La extracción de piedras y arena, el saqueo de flo-

ra, especialmente cactáceas raras y endémicas, la cacería furtiva y la pesca irracional que ya ha provocado la casi extinción de varias especies marinas, son otros de los desafíos que se enfrentan en la Geografía de la Esperanza. Además, se anuncian trenes, más carreteras y numerosos centros turísticos, lo que desde luego no son buenas noticias.

Sin lugar a dudas la mayor amenaza que pesa sobre la Geografía de la Esperanza es la falta de una adecuada educación ambiental, cultural e histórica sobre dicha región, así como un desconocimiento profundo de sus valores y riquezas naturales y humanas. Esa falta de educación genera un alto nivel de ignorancia e insensibilidad, la que permite que tanto autoridades gubernamentales como empresariales, de todos los niveles, promuevan, impulsen y logren imponer proyectos que van en contra de las vocaciones naturales de la península, desperdiciando irresponsablemente recursos naturales invaluables, propios de esta región, a veces únicos.

Ese desconocimiento de la historia, la naturaleza, las tradiciones y la cultura de la Geografía de la Esperanza genera un desarraigo, falta de identidad y desamor, con las consecuencias que ello conlleva. Ahí se aplica eso que nadie ama lo que no conoce.

LOS ACCIDENTES OCURREN

Una Mirada Hacia La Infancia

Los seres humanos están expuestos a diversas situaciones de riesgo y más un pequeño por su estructura física e inmadurez, considerándose más vulnerable por su etapa de desarrollo. Los accidentes ocurren y no discriminan a nadie, pero muchos se pudieran prevenir. Los llamados al 911 están a la orden del día y las causas de muerte o las secuelas severas por traumatismos se ubican dentro de los primeros lugares en la entidad.

Me di la oportunidad de tomar un curso en la Cruz Roja el fin de semana. Éramos personas de distintas profesiones, siendo algunos cocineros, choferes, estilistas, empresarios y, del ámbito de la psicología pediátrica, sólo yo. Diversas procedencias, pero un tema que interesaba a todos: la intervención oportuna en caso de un accidente.

Qué importante es la capacitación para saber ayudar a quien coincide con nosotros en un momento determinado y cómo hacerlo de la mejor forma posible.

Pensé en que sería distinto si

hubiera una mayor cultura de la prevención. Este conocimiento debería ser parte del plan de estudios de los niños desde el nivel básico y seguirse fomentando posteriormente ¿Cómo prevenir o responder a un problema de salud?, ¿cómo pedir ayuda si alguien tiene un percance en casa o cerca de mí? La responsabilidad de preparar a los menores para la vida ciudadana y cívica debe ser de los adultos que les acompañan.

No necesariamente debe de haber un desenlace fatal, un pequeño puede caerse de un juego en el parque, de la bicicleta, sufrir la mordida de un perro o ver a su mascota ser atropellada. Pero no se pueden negar todas las posibilidades; tenemos que estar preparados. Por urgencias hospitalarias pasan muchos, pudiendo ser el abuelito, la madre, el hermano o el mejor amigo. En ocasiones se piensa que un pequeño no siente o no se da cuenta de las cosas que ocurren. Nada tan alejado de lo que es la realidad. Hay que brindar información conforme un niño crece para que vaya incorporando herramientas para la vida. Tal vez el niño no esté directamente en el escenario, como en el deceso de un ser querido, pero al darle ciertos recursos estamos, además de ayudarle a elaborar su duelo, desarrollando la empatía y la humanización hacia los demás, tan necesaria hoy en día y en especial para los desafíos

y retos emocionales que se tendrán en el futuro. Quisiera compartirles un caso. Un pequeño se trasladó con sus padres desde Baja California Sur, ya pasado el huracán, para solicitar valoración psicológica debido a la presencia de terrores nocturnos desde el evento natural. Su casa estaba en proceso de construcción y decidieron desplazarse a la de los abuelitos por la alerta roja en la zona donde vivían. Ya pasadas las intensas lluvias y vientos regresaron, pero no había nada, sólo escombros.

El pequeño paciente tuvo que tomar terapia breve para seguir avanzando y sentirse más seguro. Como tenía cierto historial familiar benéfico pudo estabilizarse pronto. Ante un evento traumáti co pudo salir adelante y volver a conciliar su sueño como lo hacía antes. Es un caso claro de resilien cia. Gracias al entorno y al acom pañamiento de seres queridos se puede fortalecer y seguir con los retos que implica el vivir.

Al final todos pasamos por pe queños o grandes desafíos, diver sas pérdidas, tal vez no físicas, pero sí emocionales. El cuerpo y la mente están interconectadas por lo que si alguien sufre una trage dia hay que monitorear cómo está respondiendo, si hay alteraciones

alimentarias, de sueño, esfínteres, ansiedad excesiva y miedos en un menor, indican que hay que pedir ayudad especializada.

Hay que considerar, además, que un menor está expuesto a las decisiones de los adultos para salvaguardar su integridad. Se deben de promover mayores acciones, por tanto, para prevenir el alto riesgo. Cada quien hacer lo suyo como sociedad y gobierno para tener una sociedad más justa y segura. Inculcar valores con mayor ahínco.

*Posgrado en Psicoterapia de niños laurabelpad@gmail.com

Hay un bonito canto que escuché de niño que decía: “Si al cielo quieres ir, respeta a tus mayores y a tus inferiores dedícate a servir”.

Uno de los valores fundamentales para la buena convivencia y las buenas relaciones o buen trato con los demás es el respeto. Del latín respectus que es como atención, esta palabra a su vez viene de respicere, que significa mirar o ver con detenimiento.

Estamos, si no perdiendo, sí dejando a un lado el respeto, o no dándole la importancia grande que tiene para una interacción social armoniosa.

El respeto implica consideración,

amabilidad, cortesía, fineza. Por esto decimos “con todo respeto” cuando creemos que algo puede malinterpretarse, o estamos mencionando algo que pudiera herir o afectar a otra persona.

Significa también tolerancia, aceptación. Por eso una persona irrespetuosa es alguien intolerante, criticona y suele incurrir en fallas como discriminación, ofensa, menosprecio y aun desdén hacia otras personas.

La persona respetuosa considera a los demás como iguales a sí misma, aunque tenga diferente estatus o nivel económico, aunque tenga otro nivel de educación, aunque tenga diferente manera de pensar, diferente edad, diferentes creencias o religión, diferente sexo o diferentes preferencias sexuales. Todos somos personas, con la misma dignidad, exactamente con los mismos derechos y con aspiraciones semejantes en la vida, de bienestar y felicidad.

EL RESPETO

Si consideráramos un poquito, un poquito nada más, que el que o la que va a mi lado en el autobús o está haciendo fila conmigo en el banco, en el mercado o en donde sea, tiene las mismas aspiraciones que yo de bienestar, de felicidad y que también carga con broncas y preocupaciones como yo, que le preocupan sus hijos, su familia, etc., eso nos ayudaría a tener consideración y respeto para con los demás.

En la convivencia humana el respeto es un tema recurrente, inevitable, insoslayable, connatural a una relación social armoniosa; y hay un valor que incluye, que engloba al respeto y muchos otros valores más; y éste es la buena educación, la cortesía, los buenos modales, lo que se llama urbanidad. Y ésta debería ser un distintivo de todo ser humano que se aprecie de serlo.

Dice el Papa Francisco en su exhortación apostólica Amoris laetitia: “Ser amable no es un estilo que un cristiano puede elegir o rechazar”.

Y más adelante, dice: “Detesta hacer sufrir a los demás” y cita una frase de Octavio Paz en su obra La llama doble: “La cortesía es una escuela de sensibilidad y desinterés que exige a la persona cultivar su mente y sus sentidos, aprender a sentir, hablar y, en ciertos momentos, a callar”.

Santo Tomás de

Aquino, en su (Suma Teológica) asevera: “Todo ser humano está obligado a ser afable con los que le rodean”.

Les comparto una frase que le escuché al famoso y polémico obispo de Cuernavaca, don Sergio Méndez Arceo: “La Urbanidad es la flor de todas las virtudes”.

Nos podemos arrepentir y nos vamos a arrepentir de muchas cosas, pero jamás nos vamos a arrepentir de pedir las cosas por favor, de decir gracias, con permiso y perdón.

*Lic. en Psicología y Filosofía y Letras j_jesusfigueroa_aranda @hotmail.com

DESPUÉS DEL HURACÁN (PARTE I)

Reflexiones de un Abuelo

Posterior a un huracán recibimos noticias de sus efectos en la antropósfera y en los sistemas naturales. Éstas provienen de reportajes transmitidos por radio y televisión, de reseñas de periódicos o de crónicas en la multimedia. Se suman, además, los rumores que corren en redes sociales o cotilleo local. Los primeros, confiables y los segundos, no tanto, ya que están sustentadas en anécdotas o percepciones cargadas de emociones que se van distorsionando al pasar de persona a persona. Son dos fuentes donde finalmente podemos abrevar para construir un relato después del huracán, pero con su debida ponderación.

Las noticias después del huracán suelen ser relatos de las afectaciones adversas: destrucción de parte de la infraestructura, cortes en las vías de comunicación y de severos daños que afectan la vida cotidiana de sapiens. Unos más, descri-

ben daños o modificaciones en los sistemas naturales, como la caída de árboles o la apertura de desembocaduras de ríos hacia el mar. Otros acontecimientos que no constituyen noticia suelen no informarse, aunque en muchas ocasiones resultan beneficiosas para los humanos. En este pequeño espacio reflexionaré sobre ellos y sus beneficios.

Un huracán es un fenómeno meteorológico que se forma en la capa atmosférica más cercana a la superficie terrestre y se desplaza por los océanos formando un remolino en forma de embudo. Se forman en latitudes cercanas al ecuador donde acumula una gran cantidad de energía provocada por la presencia de aire caliente y humedad y recorren los océanos hacia latitudes altas en el hemisferio norteño y en algunas secciones este y oeste del océano Índico y en el Este de Australia. A su paso, además de toda su energía, arrastra aguas superficiales y subsuperficiales, y concentrando nutrientes indispensables para los productores primarios marinos (fitoplancton). Cuando impactan los continentes, sus fuertes vientos se estrellan contra las laderas del sotavento de los sistemas montañosos de los continentes y, este impacto, produce

un portentoso derrame de toda esa masa de agua, para formar torrentes prodigiosos del líqui do vital que escurre por la lade ra montañosa, principalmente sobre los cauces naturales de los ríos. En este escurrimien to se añaden materiales de los propios sistemas naturales de la montaña: troncos o raíces de los árboles, pero también micropartículas que son desplazadas hacia la desembocadura en la costa. Finalmente, todo este material que regresa al ambiente marino enriquece las aguas costeras, fenómeno que permite un incremento importante en los flujos de materia y energía en las redes tróficas de los ecosistemas marinos.

Lo mencionado indica que después de un huracán puede beneficiarse la pesca, viéndose incrementadas sus capturas y la calidad del producto. Imaginemos esto: hay un arrastre de materiales desde la montaña hacia la zona costera. Con ello, se incrementa la oferta de nu-

trientes para el fitoplancton que reacciona incrementando la producción primaria y su cantidad (su biomasa en términos de la ciencia) que es comida por el zooplancton (consumidores primarios) y que, a su vez, incrementa su cantidad. Estos son detectados por cardúmenes de peces que se aglomeran en el área costera, por la gran disponibilidad de alimento. El banquete es percibido por las aves que empiezan a ser parte de este festín. Finalmente, sapiens detecta este ágape, lanza sus redes y se lleva el gran botín. Esto es relatar lo que acontece en las costas de Baja California, posterior al huracán Hilary. Intercambiando mensajes

con un buen amigo asociado al sector pesquero me comenta: “Respecto a la pesca de sardina [monterrey] (Sardinops caeruleus) posthuracán, [efectivamente] sí mejoró [la captura] y también su calidad. En las capturas [de la semana posterior al huracán] el peso de cada pez incremento entre 30 y 40 gramos”, que podemos suponer que es el resultado de mayor disponibilidad de comida. Un dato interesante que mencionada es que “durante 2023 las capturas de pelágicos menores habían sido dominadas por anchoveta (Engraulis mordax) que aparecía en un 60% de la captura total; sin embargo, posterior a Hilary 100 por ciento de la captura se constituyó de sardina monterrey”. Esto que se relata ha sido observado en una desembocadura de un río cercano al puerto de San Quintín, el segundo punto de la península bajacaliforniana donde tocó tierra el huracán. Así que: ¡buena pesca después del huracán!

Algo Más Que Palabras

Puede que envejecer sea un asunto ineludible e irreversible, pero no necesariamente negativo. Todo tiene sus anversos y reversos. Lo significativo está en que nosotros no acortemos el entusiasmo existencial, crucificándonos a diario y olvidemos vivir, hacer familia y renovarnos. Para empezar, somos seres vivos, y como tales, necesitamos alentarnos y alimentarnos de anhelos, para poder rejuvenecernos cada día. Ciertamente, con cada amanecer despertamos, sabiendo que lo mejor está aún por llegar.

Lo importante radica en no desfallecer, en reinventarse como sociedad para todas las edades, con la esperanza de que unidos, mejoraremos la visión del ciclo vital y las correspondencias entre generaciones. Desde luego, con una duración más larga deben acrecentarse las posibilidades, ya no sólo para las personas mayores y sus hogares, sino también para la humanidad en su conjunto. Somos ciuda danos del mundo, con un fondo de humani dad que está interna mente en todos, lo que hace que nada pueda resultarnos extraño.

Es evidente que hay que superar los estereo tipos sociales, no margi nar a nadie y aprender a convivir complementándose unos con otros, como agentes de proyectos compartidos. De ahí, la influencia formativa centrada en el ser, que es lo que verdaderamente nos hace apreciar la savia en todas sus fases, tanto abriéndonos a las posibilidades como poniendo límites. Al fin y al cabo, lo trascendente está en compartir, en cooperar y en colaborar en el hacer, para que nadie se sienta una carga inútil y, lo que es peor, llegue a desear y pedir la muerte.

Resulta público y notorio, observar que nada nos envejece con más rapidez que pensar incesantemente en que nos llega el ocaso; y, con ello, la pérdida del esplendor. Pues no debe ser así. A veces, olvidamos para desgracia nuestra, que los andares se cuentan por sonrisas, no por apenados pasos ni por lágrimas. Cualquier etapa de nuestra historia debe considerarse de manera positiva, si cabe aún más en la ancianidad, en la que la persona es particularmente vulnerable,

víctima de la fragilidad

Comprender el envejecimiento nos ayudará a entendernos y a embellecernos mar adentro. Quizás nuestra gran tarea pendiente sea rejuvenecer el espíritu, en un tiempo en el que la mirada se torna libre y la vista serena. Activar los encuentros e impulsar los vínculos como una escuela de amor es saludable. Hoy más que nunca, tenemos que aprender de las generaciones mayores, salir del aislamiento, sumar las fuerzas para favorecer, sostener y sustentar el entusiasmo por vivir, desviviéndonos unos por otros con la ayuda, la prevención del miedo y del rechazo.

Nos precisamos mutuamente. Los años adicionales nos brindan la oportunidad del tiempo, del que tantas veces andamos escasos, para llevar a buen término nuevas actividades, ya no sólo formativas, sino también de recreo y de realización. Los cultivos abandonados hay que protegerlos y asistirlos de corazón. En cualquier caso, y bajo este peregrinar por aquí abajo, jamás hay que dejarse atrapar por la tristeza. Recibir la gracia de una vida larga, debe hacernos repensar todavía más, para profundizar en la relación entre latidos diversos.

Precisamente, es bajo este contexto,

como se crece uno más y se recrea, al sentirse y verse más alma que cuerpo. Esto es vital, ya que nadie puede vivir solo y sin acompañamiento. Bajo esta corona de sabiduría y de voluntades, que injerta la edad, todo se hace más humanitario y más ternura nos inspiran los individuos en particular. La huella de nuestro paso, va a quedar para siempre sobre el camino, a la espera de encauzar la estética sembrada con la ética vertida.

Sin duda, con buena salud y en un entorno propicio, los humanos debemos afrontar la problemática de la longevidad y libe-

rar su potencial. Ellos, nuestros mayores, son un manantial excepcional de experiencias, que hemos de requerirles, para que se sientan activos, puedan participar plenamente y aporten contribuciones esenciales. Comencemos, pues, por cumplir las promesas de la Declaración Universal de los Derechos Humanos para las personas mayores: entre todas las generaciones. ¡Hagámoslo ahora mismo; que nunca es tarde para unir y reunirse! *Escritor

UN 'COYOTE' RUSO EN CANCÚN

STAFF Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO 30-Sep2023 .-Autoridades federales indagan una red de traficantes que facilita la llegada de ciudadanos de Rusia, Turquía, Uzbekistán y Kirguistán, entre otros países, que llegan en vuelos al aeropuerto de Cancún.

De acuerdo con la investigación, en la red operan funcionarios de Migración que trabajan en el Aeropuerto Internacional de ese destino turístico, policías municipales y estatales, y elementos de la Guardia Nacional que permiten y hasta custodian el traslado de migrantes.

Sergei Kostenko, un ciudadano ruso, con cinco años de residencia en Cancún, es uno de los que ofrece sus servicios como "coyote" para "arreglar" la situación migratoria de extranjeros que quieran conseguir documentación, residencia y hasta ciudadanía en México.

A través de su página de Facebook, el gestor anuncia como su especialidad los paquetes para que ciudadanos de otros países programen el nacimiento de sus hijos en el estado de Quintana Roo y con ello "facilitar" la tramitología para quedarse en el país y obtener un pasaporte que les permitirá viajar, sin visado, a 150 naciones del mundo.

De manera abierta, Kostenko asegura que su equipo de abogados tiene suficientes "conexiones" con funcionarios del Gobierno mexicano para conseguir los papeles.

"Beneficios de trabajar conmigo: A lo largo de los años, hemos seleccionado un equipo confiable de abogados y procuradores con más de 20 años de experiencia profesional. Muchos de ellos tienen con

apoyo al parto en México, desde hace 5 años me he ocupado de cuestiones relacionadas con la obtención de la residencia permanente por nacimiento de hijos. Sin embargo, a petición de los clientes, he ampliado mis actividades y ahora ayudo con éxito a resolver problemas de inmigración por otros motivos legales no relacionados con la maternidad".

El ciudadano ruso, casado, con tres hijos –dos de ellos nacidos en México–, ofrece sus servicios a través de las empresas "Inmigración a México" y "Parto en Cancún".

"(Ofrecemos) Ayuda a preparar documentos para su envío y traducción, certificación, llenado de cuestionarios y otros formularios. Programo citas, lo acompaño en todos los casos y soy traductor cuando me comunico con empleados de agencias gubernamentales", detalla.

"Consulta detallada del método de migración, preparación previa al vuelo, transferencia de aeropuerto, asistencia, la preparación de documentos y apoyo en agencias gubernamentales".

Según Kostenko, sus clientes no sólo vienen de Rusia, sino también de Ucrania, Kazajstán, Bielorrusia, Nigeria, Gran Bretaña, Australia, Emiratos Árabes Unidos y hasta Estados Unidos.

Sobre este último País, el gestor reconoce las complicaciones de usar México como puerta de entrada para migrar a la Unión Americana.

"No recomiendo inmigrar a Estados Unidos a través de México. Si sus planes son mudarse a los Estados Unidos, es mejor volar allí directamente, habiendo completado previamente todos los documentos necesarios, y no utilizar México como puente de conexión", señala.

"La frontera de México con los Estados Unidos está cerrada y si le ofrecen ayuda para cruzarla, entonces, por regla general, se trata de métodos grises o incluso negros, contra los cuales, dicho sea de paso, los gobiernos de ambos países están luchando activamente".

Sin embargo, reconoce que, al conseguir un pasaporte mexicano, se incrementan las posibilidades de ingresar al vecino del norte, sobre todo para quienes provienen del territorio gobernado por Vladimir Putin.

"Si quieres utilizar México para facilitar tu camino a Estados Unidos, entonces la única forma que te puedo ofrecer (que en este caso es la única legal) es obtener la ciudadanía mexicana y, con ella, la posibilidad de obtener una ciudadanía estadounidense,

visa de turista por 10 años o visa de negocios (que no se puede hacer, por ejemplo, con pasaporte ruso).

"De esta manera podrá volar a los Estados Unidos por un largo período de tiempo y durante este tiempo tendrá la oportunidad de encontrar una oportunidad de inmigración legal", explica.

LOS PARTOS

Kostenko, CEO de la empresa "Parto en Cancún", informa a sus clientes que hay siete métodos para migrar al País.

Sin embargo, deja en claro que la "forma más fácil rápida" de hacerlo es el "nacimiento de un niño en México".

"La forma más fácil y rápida de inmigrar a México. Todos los niños nacidos en el país, según la 'Ley del suelo', reciben la ciudadanía mexicana. En base a esto, los padres del recién nacido (también los abuelos y los hermanos menores) reciben inmediatamente la residencia permanente.

"Después de dos años, primero los padres del bebé y luego todos los parientes cercanos mencionados anteriormente pueden solicitar la ciudadanía. Si aprueban el examen de naturalización, los padres se convierten en ciudadanos mexicanos y reciben pasaportes. Los familiares reciben la ciudadanía 'automáticamente' sin examen", detalla.

1.- Dos ciudadanías que recibirá el niño al nacer. El mexicano le dará derecho a vivir en este País y viajar sin visa a más de 150 países del mundo, incluyendo la Unión Europea, Inglaterra, Canadá, Japón y Australia.

2.- Residencia permanente para toda la familia, incluidos los niños mayores, así como las abuelas y los abuelos Y después de dos años podrás solicitar la ciudadanía.

3.- Medicina a nivel de EU y Canadá. Los hospitales están equipados con la última tecnología y los médicos y parteras son profesionales en su campo. Por cierto, dar a luz en México costará varias veces menos que en Estados Unidos.

4.- Posibilidad de organizar un parto en casa; a diferencia de, por ejemplo, en la Federación Rusa, aquí no sólo son legales, sino incluso bienvenidos.

5.- El costo de vida aquí es casi el mismo que en Rusia, y los gastos de capital como bienes raíces, automóviles, etc. son incluso más baratos.

6.- Clima confortable: más de 300 días de sol al año. Además de la oportunidad de pasar tiempo antes y después de dar a luz a orillas del Mar Caribe, cálido todo el año.

‘SEIS RAZONES PARA DAR A LUZ EN MÉXICO’

Agencia Reforma

MI AMIGO EL MONO Y LA ECOLOGÍA

El Valor de la Vida

Me descapitaliza visitar a mi amigo el mono al zoo, ¡mas debe saber de nosotros! ¡La raza superior! ¡Sí señor!

Nos saludamos originalmente como de costumbre e inicio el diálogo agradeciendo su amistad que creo que él no entendería este concepto pero, ok.

Buenos días mi amigo, a lo que me contesta con una colmillesca sonrisa: ¡Amigo humano! ¡Bienvenido a la jungla! Nos reímos uno del otro.

Hoy, le digo, te vengo a hablar del poder que como humanos nos ha sido dado quién sabe por quién. (qué mal inicio que sepa que no sabemos acerca de) Bueno, fíjate que estamos llenos de poder para manejar todas las situaciones. Podemos solucionar casi cualquiera en la que nos encontremos, hasta en alguna forma dominar a los demás o hasta cambiar el clima mismo. Es asombroso, contesta el mono. Nosotros estamos condicionados a mantener el equilibrio sobre todas las cosas y es hermoso experimentar el que todo se

nosotros Pero hay algo que me preocupa de ustedes, pues hace tres días oí una conversación entre cuatro humanos frente a mi jaula que se referían al día en que el agua para beber se terminaría, que algo acerca de mucho hielo se derretiría a causa de lastimar los cielos, de que incluso algunos amigos animales desaparecerían. Me preocupé. Traté de entender, pero no veía una razón justa de lo que decían. Le contesto, para justificarme, que debido a circunstancias muy especiales en los seres humanos tenemos que llevar a cabo ciertas acciones para mantener el equilibrio entre nosotros y la naturaleza. ¡Cómo! exclama el mono. ¡Si la naturaleza necesita de nadie para su equilibrio! Según ustedes, nosotros los simios tenemos miles de años existiendo y desde ese tiempo todo ha seguido igual. Dime la verdad: ¿por qué afectan la naturaleza? Bajo la cabeza y le digo: Es que… ¿cómo te lo puedo explicar? La verdad es que la mezquindad, soberbia y avaricia, más otras muchas causas nos han hecho sentir que el mundo es nuestro y se nos ha olvidado honrar al que todo lo hizo, mucho menos nuestra propia tierra. Pero amigo, ¿cómo podemos parar esto? Me responde: Aunque no lo creas, dentro de nosotros existe un sentir hermoso que nos hace amar todo lo que alrededor de nosotros existe. El follaje, el sol, el alba, el grato aroma de la selva o tantas otras cosas. ¡A

ALMA SE TIENE A VECES

Genio y Figura

¿Cómo experimentas el alma en la vida diaria, la casa, el tráfico, fuera del tapete de yoga, de una iglesia o un templo? ¿Por qué experimentar tu alma cuando podría sonar a un lujo ridículo que agregar a la lista de pendientes del día?

Me gusta la manera en que la poeta polaca Wislawa Szymborska, premio Nobel de Literatura 1996, lo expresa en su poema “Unas palabras sobre el alma”, e inicia con la frase que titula esta entrega: “Alma se tiene a veces”.

Por más meditación, oración y buenas intenciones al levantarnos, nuestro “piloto automático” entra y cubre su luz con una manta gruesa, para pasar el día adormecidos y ausentes de la vida.

Quizá enterramos el alma bajo

una tonelada de pensamientos in cesantes y asuntos de trabajo; o ésta permanece secuestrada bajo la luz artificial de una pantalla; o la igno ramos si sentimos que todo está bien y no tenemos necesidad de buscarla.

Esa falta de alma durante el día es la causante del vacío existencial que nos despierta a las 3:00 de la mañana, sin que sepamos apuntar exactamente el origen.

He de confesar que así pasé esta semana. Y me di cuenta de que no tenía un tema sobre el cual escribir. Para escribir es necesario abrir un espacio al alma y ver con sus ojos, escuchar con sus oídos o percibir desde su esencia la perfección de las personas y la naturaleza. Para mí, es un ejercicio que me obliga a abrir los ojos, escuchar y escuchar-me.

Pero el alma, como dice Szymborska, “es quisquillosa”: “(.) Rara vez nos asiste/ en las tareas pesadas,/ como mover los muebles,/ cargar las maletas/ o recorrer caminos con zapatos apretados”. Y agrega: “Cuando el cuerpo nos empieza a doler/ escapa sigilosamente de su hora de consulta”.

Al mismo tiempo, como dice la poeta: “Podemos contar con ella/ cuan do no estamos seguros de nada/ y tenemos curiosidad por todo”. Sin embargo, para que nos acompañe durante el día, se re quiere llamarla. Con algo tan simple como difícil: poner atención. “Ser feligreses de la iglesia sagrada del notar”, como dice una amiga. Esto significa estar presentes, conectados con el afuera por medio de un hilo de conciencia.

El domingo salí a andar en bicicleta al campo. Recorrí un camino que he transitado muchas veces y que cambia de aspecto de acuerdo con las estaciones del año. Lo conozco con la tierra seca y dura como el barro, con las huellas de caminantes o de herraduras de caballo marcadas, lo que dificulta el paso. Lo he transitado lleno de hojarasca o inundado de lodo y agua. En esta ocasión, sus pastos verdes eran tan altos y cerrados debido a las lluvias que la visibilidad estaba obstruida por completo. La posible existencia de raíces de árboles, piedras, hoyos, troncos y demás obstá-

culos soterrados que podían provocar una caída me hizo poner atención y estar presente.

Bastó un segundo de interés y contemplación para darme cuenta de la generosidad del alma, que de inmediato me regaló una revelación. En el camino, como en lo cotidiano, se requiere una buena dosis de confianza en la vida y en una misma para continuar el pedaleo a ciegas. No hay de otra.

Wislawa termina su poema al alma así: “No dice de dónde viene/ ni cuando se irá de nuevo, pero es evidente que espera esas preguntas. Según parece,/ así como ella a nosotros, nosotros a ella/ también la necesitamos”.

Sí, alma se tiene a veces. Traigámosla a la vida diaria, mientras vamos a una cita, conversamos o cocinamos. El favor será mutuo. Mientras ella nos regala un sentido más pleno de existencia, nosotros le damos a ella la confianza para que nos guíe cuando la vida nos pide transitar a ciegas.

FRANCISCO MORALES V. Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO. El escritor argentino Darío Sztajnszrajber sabe bien que no hay ningún tema, por espinoso que sea, que esté vetado para la filosofía.

Algunas cosas, sin embargo, causan mayor escozor que otras.

“Hay cuestiones con las que se supone que uno no se puede meter”, reflexiona el filósofo, en una visita a México el pasado julio.

“De hecho, es mucho más fácil, a esta altura, hoy, cuestionar y trabajar la

boca abajo, con los rizos alborotados sobre el piso y herido por su propia flecha, con una sentencia por título: El amor es imposible. Ocho tesis filosóficas (Paidós).

“En redes, ni bien el libro salió, y sin haber leído ni siquiera la solapa, mucha gente salió a cuestionar el título”, recuerda.

“Un título que, a esta altura, puede parecer una invitación, por lo menos a ver qué planteo ahí, pero mucha gente se enojó con el título, pero, ¿por qué? Porque hay algo todavía dogmático en el amor”.

LANZA PROVOCACIÓN: EL AMOR ES IMPOSIBLE

Y es que este nuevo volumen de Sztajnszrajber (Buenos Aires, 1968) puede resultar, por decir lo menos, incómodo para muchas personas. losófico, los conceptos sobre el amor que un método para plantear preguntas

En la segunda tesis, se habla del enunciado “el amor es imposible” como una provocación. ¿Qué fue lo que te llevó a realizar esta provocación a través de las ocho tesis?

Yo creo que la palabra ‘amor’ está en el núcleo de la idea misma de filosofía, porque filosofía, como tanto hemos escuchado, etimológicamente significa ‘amor al saber’, y entonces la filosofía, para mí, es una experiencia de provocación, y lo que provoca, contra lo que confronta, es contra el sentido común, que creo que es como el gran adversario de la filosofía.

Un adversario complicado porque tiene mucha fuerza, se instala muy fuertemente como verdad, y cómo aquellas verdades normalizadas, que permanentemente los seres humanos reproducimos y repetimos, de algún modo ordenan y enmarcan nuestra vida cotidiana, y al interior de esos marcos hay cuestiones que damos muy por supuestas, naturalizadas, como el amor, la felicidad, nuestra idea del bien y del mal, de la verdad, que me parece que son aquellos lugares donde más nos cuesta pensar, provocativamente, que hay otras versiones posibles que pueden ayudarnos a relacionarnos mejor con con el sentido de las cosas.

Y, sobre todo, a visualizar que históricamente nuestra cultura es una cultura donde hay versiones que se imponen y y se instalan como única, y que hay ahí un un ejercicio muy arbitrario y hasta violento, porque se ocultan intereses en esa forma de instalarse como normal, pero, a la vez, se obturan otras versiones posibles; me parece mu-

cho más emancipatorio, mucho más liberador, poder tener deconstructivamente una versión diferente de las cosas.

Justamente me gustaría abordar el término ‘deconstrucción’ y la manera en la que es usado. ¿Cuál es el método utilizado aquí para deconstruir la idea del amor?

Yo creo que digamos el libro propone una de construcción del amor y, para eso se parte de dos, o tres, de las ideas más comunes sobre el amor, como la idea del amor como búsqueda de la otra mitad, o que con el amor logramos la plenitud, o que elegimos en el amor como elegimos cualquier cosa en la sociedad de consumo, y me parece que, en la práctica deconstructiva, en general uno parte de esas ideas que están impuestas desde un lugar muy poco cuestionado, que están muy incorporadas como parte de nuestra experiencia diaria. Por eso la deconstrucción desestabiliza, y la primera reacción es que a uno le cuesta como admitir entrar por ahí, porque está tan seguro en su mundo, donde las cosas funcionan bien, que deconstruir lo que funciona bien es, de algún modo, generar una especie de movimiento sísmico, donde se va derrumbando todo aquello que nos daba un poco de de orden,y el amor es de ese tenor, porque uno nace y ya tiene como preconcebida una idea del amor y la tiene como instalada en el cuerpo. Como sostiene Michel Foucault, el poder básicamente cobra fuerza cuanto más disciplina los

cuerpos, y ese disciplinamiento de los cuerpos está en función de cuerpos que tienen que ser productivos, rentables, cuerpos ‘dóciles’, dice Foucault, y es desde ese cuerpo que nosotros creemos que sentimos un determinado tipo de amor, entonces la forma del amor hegemónica es funcional también a un tipo de de ordenamiento.

Entonces, cuando deconstruís, ¿qué hacés? Evidenciás que todo lo que se presenta como verdad incólume es efecto de una construcción, entonces deconstruir no es destruir, es simplemente demostrar que nada existe de por sí, de modo natural, sino que detrás de cualquiera de las categorías que nos circundan hay una historia.

PONER EL CUERPO

Como parte de su método filosófico, Sztajnszrajber se rebela contra el concepto ‘omniabarcante’ del amor y lo contrasta con las ideas de éste que se tenían, por ejemplo, en el mundo griego antiguo, donde múltiples categorías del amor ya no se corresponden con el que tenemos actualmente.

Publicado a mediados de este año, el libro aparece, a decir de su autor, en un momento en que la idea del amor atraviesa posturas en conflicto.

“Creo que la sociedad, básicamente, es un campo de conflicto donde hay intereses contrapuestos permanentes, entonces, ¿qué pasa hoy con el amor en nuestra sociedad? Me parece que ese mundo conflictivo se evidencia más que nunca, porque es cierto que hay prácticas de deconstrucción del amor y teoría sobre la deconstrucción del amor cada vez más incipientes y cada vez más asentadas,

pero también es cierto que hay una especie de reacción conservadora, donde de repente han vuelto a tener lugar formas institucionales del amor, digamos, clásicas, metafísicas, incluso, que parecía que eran de otro tiempo”, evalúa.

Estos cuestionamientos no sólo se realizan desde la esfera de lo estrictamente intelectual, sino desde la propia vida cotidiana, como el mismo Sztajnszrajber plantea en el libro.

Ahí, el fallecimiento reciente de sus padres, sus cuestionamientos de quién fue realmente su “primer amor” -¿es posible determinarlo?- y una separación tras una relación de muchos años, son parte integral del libro.

Por favor platícame sobre la forma en la que tejes tu propia vida en tus disertaciones. ¿Por qué contar la filosofía desde la vida de uno?

Es un recurso que yo venía utilizando

mucho en mis exposiciones, en mis charlas, pero, cuando escribía los libros lo dejaba fuera, pero ahora decidí que, en un libro sobre el amor, no podía dejar afuera cómo todo esto genera una implicación personal, del mismo modo que cuando hago filosofía sobre la angustia, me pasa que me angustio.

En ese sentido, me pasó con este libro que escribía en la tesis seis por ejemplo, sobre el desamor, y me costaba muchísimo terminarlo el capítulo, pero porque, de algún modo, me revolvía algo interior de mis últimos duelos.

Pero sí hubo una decisión en este caso como de que la transferencia con el lector no sea sólo teórica, sino que también tenga lugar desde la literatura, y hablo desde la literatura porque no sólo relato mitos o analizo cuentos, sino que creo que la biografía personal es un género literario.

Hubo un momento, después de un punto de inflexión en el que, después de haber escrito dos capítulos, murieron mis dos padres y eso me desplazó en el lugar de la escritura. Sentí que no podía seguir haciendo teoría sin poner el cuerpo, y mi cuerpo necesitaba esto: hablar de mi primer amor, hablar de tantos amores frustrados, sobre todo en función de cómo también fui reconstruyendo mi relación con el amor a partir de la experiencia de ser hijo de mis dos padres.

DESAMOR

Durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19, Darío Sztajnszrajber dictó unos cursos por streaming que, en gran medida, dieron origen al libro, pues una de las clases estaba ya dedicada a exponer tesis sobre la imposibilidad del amor.

Desde entonces, aunque el filósofo no lo vio en su momento, la sexta tesis, “El amor es imposible porque todo amor siempre es un desamor”, se perfilaba como uno de

los momentos que más impresiones causarían del libro.

“Yo creo que uno de los mitos que hay que deconstruir fuertemente es el mito de la equivalencia amorosa, en esa línea de que ‘hay amor si a los dos nos pasa lo mismo’ y me parece que el mejor ejemplo para desarmar esa equivalencia amorosa es justamente el momento de la separación.

“Hay una frase famosa de Nietzsche, con eso termino la tesis, que dice que no es en el encuentro, sino en la separación, donde terminamos de conocer al otro, evidentemente, y si el amor es el encuentro con el otro, el desamor es clave”, dice sobre esta cuestión.

Las ideas de Sztajnszrajber sobre este tema, según le han dicho ya muchas veces, han sido importantes para que los lectores puedan sentirse mejor sobre sus propios desamores.

Puesto a elegir, el filósofo se declara más partidario de un “pesimismo militante” que de un “optimismo ingenuo”, pero encuentra que su libro podría llegar a dar cierta libertad a algunas personas a través sus tesis.

“Yo creo que todo aquel que siente que hay algo del amor que le hace ruido, el libro no puede no darle una idea, o inspirarlo, o conmoverlo, o estremecerlo en el mejor de los casos”, plantea.

“Ahora, aquel que tiene su ideal del amor funcionando a pleno y está cerrado a dejar que entre algún tipo de resquebrajadura, olvídate, lo va a vivir como un libro no sólo provocativo, sino improductivo, digamos, malicioso”, previene.

Tras la provocación de El amor es imposible. Ocho tesis filosóficas, Sztajnszrajber ya tiene planeada la siguiente.

“Voy por un tema más liviano ahora en mi próximo libro, que es la muerte”, dice con humor.

En el evangelio de hoy Jesús retoma esta imagen de la viña en la parábola dirigida a los líderes del pueblo recreando una nueva historia. El propietario (Dios), después de preparar su viña, la dejó arrendada a unos labradores (Israel, dirigentes, sacerdotes, senadores). En el tiempo de los frutos mandó a sus criados (profetas) a recoger su parte, pero fueron maltratados y asesinados.

Finalmente, envió a su hijo (Jesús) pensando que lo respetarían, pero también fue asesinado para quedarse con su herencia. El pueblo de Israel, con sus líderes a la cabeza, no ha querido acoger este don plantado en medio de ellos (el reino de los cielos) y ha rechazado a Jesús, la piedra angular (Sal. 118,22). Por eso, se les quita la viña y se le da a otro pueblo que produzca frutos (los que siguen la voluntad de Dios, tanto judíos como

paganos, y viven desde el amor).

La parábola no acusa al pueblo sencillo de Israel, sino a los malos viñadores, aquellos dirigentes haciendo que haciendo uso del poder y la autoridad no dudan en traicionar el destino de su pueblo con tal de defender sus propios intereses.

Pero también esta parábola es para nosotros. Somos arrendatarios de la viña. Para nosotros ha plantado y protegido estas tierras, y espera de nosotros el fruto de la cosecha. El fruto es para Dios, no para nosotros, Él espera nuestros frutos.

¿Qué frutos voy a producir para el Señor?

Dios nos dice: “¿Qué más puedo hacer por mi viña que Yo no lo hiciera?”. El Señor nos está diciendo que nos da todo, nos da todo lo que nuestra alma necesita para dar frutos de santidad, para dar frutos de caridad, para dar lo que Él espera de nosotros.

Dios nos ha dado una viña a cada uno de nosotros. Nuestras familias, nuestras comunidades, nuestro trabajo, nuestra parroquia, nuestro medio ambiente: todos son parte de nuestra viña. Dios no excluye a nadie de su viña. La gente se excluye a sí misma al fallar en no mantener la

XXVII DOMINGO TIEMPO ORDINARIO CICLO “A”

viña que les ha sido dada.

Dios me llama a producir buenos frutos en esta viña. En esos tiempos. ¿Cómo estoy usando los regalos que él me ha dado para ayudar a otras personas? Ante la insistencia del Señor a que demos fruto, cabe preguntarnos ¿Damos fruto? ¿Damos fruto bueno? ¿Aprovechamos todas las gracias que Dios nos da para ser como Él desea que seamos? ¿Somos realmente lo que Él desea que seamos?

El Señor nos ha arrendado a nosotros, los cristianos, su viña, es decir, nos ha encargado el cuidado de este mundo para que hagamos de él el reino de Dios, aceptando y predicando el evangelio de su Hijo. ¿Estamos nosotros cumpliendo esta misión, o hemos renunciado al evangelio de su Hijo? Cada uno de los que nos llamamos cristianos ¿estamos siendo fieles al evangelio de Jesús, o estamos tratando de ser fieles a intereses puramente económicos, o políticos, o simplemente mundanos?

Pero Dios ha confiado en nosotros para trabajar en su viña, y Dios sigue recogiendo los frutos que se van sembrando en las familias, en los centros educativos, en los medios de comunicación, en las instituciones políticas, en las comunidades religiosas, en la Iglesia.

Nos recuerda que ninguno de nosotros es dueño de la viña. El dueño sólo es Dios. Y a nosotros, lo que nos pide es que cultivemos con esmero y esfuerzo

esa viña. Pero ¿no la tenemos demasiado abandonada y mal cultivada?

Por eso es importante que meditemos hoy: ¿Qué espera Dios de mí? ¿Soy consciente de los frutos que debo dar? ¿Qué siembro yo?, ¿Qué sembramos nosotros? ¿Qué esperan los demás de nosotros?

Que el amor de Dios los acompañe, proteja y bendiga siempre.

cpomah@yahoo.com

“Arrendará el viñedo a otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo”

(Mt. 21, 33-43)