NOVIEMBRE 2023 EDICIÓN No.6
CORREOS DE MÉXICO: ¿EN PROCESO DE EXTINCIÓN? ORLANDO COBIÁN
UN DÍLER DE LA FILATELIA GERARDO ORTEGA
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PARA ENSEÑAR SON PROFES "RADICALES" DANIEL SANTIAGO
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HOJA TRAS HOJA LAURO ACEVEDO
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DIRECCIÓN Arturo López Juan Director General jlopez@elvigia.net Enhoc Santoyo Cid Director de Información esantoyo@elvigia.net Hugo Toscano Coordinador Editorial htoscano@elvigia.net Gerardo Sánchez García Director Editorial gsanchez@elvigia.net Gerardo Ortega Editor gortega@elvigia.net PUBLICIDAD Socorro Encarnación Osuna Coordinadora de Publicidad sencarnacion@elvigia.net Patricia Ibarra Mena Ejecutiva de Cuentas pibarra@elvigia.net Rodrigo Olachea García Diseño Editorial California Estrada Sánchez Diseño Publicitario EL
VIGÍA
DIGITAL
Sandra Ibarra Coordinadora de El Vigía Digital sibarra@elvigia.net Ricardo Meza Godoy Editor Johana Ochoa Proyectos Especiales
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DEL DIRECTOR:
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uienes hemos enviado cartas por correo postal sabemos esperar. Entendemos que escribir es pensar en el destinatario como si estuviera presente. En especial cuando se plasman de puño y letra las ideas que otro, en otra ciudad, leerá, quizá con gusto. Tiempo atrás era una práctica común el envío de cartas y tarjetas postales, actividad que disfrutaron varias generaciones hasta que el progreso, las nuevas tecnologías y la vorágine de la vida diaria nos alejó de ello. Pero entérense los más jóvenes que el Servicio Postal Mexicano, dependencia gubernamental que gestiona los envíos de correos, aún existe. Orlando Cobián aborda en este número la situación en que se encuentra este servicio en nuestro país. ¿Está en declive?¿Está cerca su extinción? No lo sabemos, lo que sí es visible es que hay una reducción gradual pero sostenida de la demanda de los servicios postales, proceso que Cobián describe en este número. Y por cierto, muy ligado al envío de cartas se encuentra el antiguo arte de la filatelia, ese tipo de coleccionismo, esa puerta al conocimiento universal que practica un selecto grupo de personas
de forma desinteresada. Andrés Elizalde, especialista mexicano en esta área explica en qué consiste esa forma de curiosear por el mundo y detalla por qué la estampilla es, entre otras cosas, un medio de comunicación social. Y otro medio de comunicación, más popular aún, es el libro, artefacto que en México se le celebra cada 12 de noviembre. Para recordar esta fecha, que coincide con el natalicio de la poeta Sor Juana Inés de la Cruz, el escritor Lauro Acevedo lo evoca como descendiente genealógico del árbol. Gracias a su personal talento, logra de forma poética “explicar” la lectura como una transmutación del yo en una misma materia con la hoja leída. Y tal como la lectura es un acto de placer, también se ubica en los pilares de la educación básica. Daniel Santiago nos muestra, en el contexto del estreno de la película Radical, con Eugenio Derbez, cinta inspirada en el profesor tamaulipeco Sergio Juárez, a tres profesores que han logrado, gracias a su talento y creatividad “radical”, resultados más que sobresalientes con sus alumnos de primaria. Esperamos que este número, variado y diverso como nuestros columnistas, sea de su agrado. Bienvenidos.
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Baúl de Manías Cristina Álvarez-Astorga
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l famoso apotegma que reza “No hay quinto malo” viene de los tiempos en que a Chuchita la bolsearon. No, ya en serio: Ahí nomás googleando, me entero de que: “Tiene su origen en la época en la que en las corridas de toros no existía sorteo; entonces el ganadero reservaba el de mejor nota y presumible mejor comportamiento para ser lidiado en quinto lugar”. Chintrólas. Nomás de imaginarme al méndigo ganadero apartando así al pobre “quinto torito”, se me apachurra el cucharón. Es que a mí eso de poner a los toritos a merced de los toreros se me figura que merece pena de cárcel. Mejor pasemos a platicar de otro “quinto”. A uno que es haba que ha de ser cocida aparte. Se trata del Concierto No. 5 en mi bemol mayor, op. 73, del buen Ludwig van Beethoven, mejor conocido como el Concierto Emperador. De algo sí estoy segura: El sobrenombre no se lo puso Beethoven. La dedicatoria que figura en la partitura impresa es “para el archiduque Rodolfo de Austria”, y sanseacabó. El muchacho era hermano menor del mero mero y estudiaba piano y composición con Beethoven. Eran como quien dice amigos, pues. Es más: A Beethoven no le habría gustado el epíteto debido a su desaprobación de la conquista de Napo-
león. Y le había “desdedicado” (por decirlo rápido) su tercera sinfonía. (Oh, yeah. La cambió después de que Napoleón asumiera el título de emperador en 1804). Bueno, pues el caso es que la composición de la obra se desarrolló desde finales de 1808 hasta febrero de 1810, en Viena. Se trata de su último concierto para piano (y el único que no pudo estrenar él mismo como solista, debido a su ya avanzada sordera)… Europa estaba inmersa en las guerras napoleónicas. En abril de
1809 el Imperio austríaco declaró la guerra a la Francia napoleónica. A mediados de mayo Viena había sido bombardeada y ocupada por las tropas francesas de Napoleón. El 4 de mayo la familia imperial, incluido el archiduque Rodolfo, huyó a las regiones húngaras de su imperio. El 11 de mayo los franceses bombardearon Viena. Beethoven pasó la noche en el sótano de su hermano Carl con almohadas en la cabeza, lamentándose y quejándose porque el estruendo de los cañones le dañaba el oído, que ya tenía de por sí más para allá que para acá. El 12 de mayo tempranito las tropas francesas tomaron la capital austriaca. En julio de 1809 escribió a su editor Gottfried Christoph Härtel que a su alrededor “no hay más que tambores, cañones, miseria humana de todo tipo”. En octubre de 1809 los contendientes firmaron el Tratado de Schönbrunn. Pero el archiduque no regresó hasta el 30 de enero de 1810. Es una obra que merece ser escuchada de pe a pa, aunque mi preferido es el tercer movimiento. El tercer movimiento (y último) del “Emperador”. Comienza como si el solista le dijera a la orquesta: “A ver, cheketéta, si eres tan salsa. Échate este trompo a la uña” y, zas, le avienta el tema “A”. Entonces, la
orquesta acepta el reto y pácatelas, le responde lo que se merece a tanta belleza: “Ahí está tu tema, y unos adornos”. O sea… más belleza. Luego, como si fuera el retador del Iron Chef, con unas escalas (de las de acá) el solista introduce el segundo tema, que también es respondido por la envalentonada orquesta. Ya después se presenta el tema “A” en tres tonalidades diferentes y aquello ya no es guerra, sino complicidad explícita. Pero, pa qué le cuento. Cheque nomás al prodigioso Alfred Brendel, al eléctrico Kurt Masur y a la fabulosa Filarmónica de Nueva York haciéndole el honor a esta Maravilla. Ahí ta: https://www.youtube. com/watch?v=76DXQLbXEks. Imagínese usted a Beethoven, en 1809, en Viena, refugiado en el sótano de la casa de su hermano, para escapar del ambiente enrarecido del exterior. Recuerde usted lo que escribió: “¡Qué vida tan destructiva y desolada me rodea! ¡Nada más que cañones y sufrimiento humano de toda clase!”... Y ahora recuerde usted que fue entonces que compuso su quinto y último concierto para piano. Y aquí sí se puede decir que “no hubo quinto malo”. bauldemanias@hotmail.com
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Lectura y Café con Leche Gustavo Olague*
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a teleología es un recuento filosófico que sostiene que las causas finales existen en la naturaleza, es decir, que el diseño y el propósito son análogos a las acciones humanas por lo que también las encontramos en el resto de la naturaleza. El concepto teleológico se puede aplicar a las teorías científicas o discusiones en ingeniería donde los programas de computadora implican apuntar hacia metas [ 1 ]. La palabra teleología del griego τέλος, fin, y λογία, discurso, tratado o ciencia (se traduce como razón de algo en función de su fin o la explicación que se sirve de propósitos o fines) es una palabra que, a pesar de muchos detractores que intentan circunscribirla exclusivamente a aspectos metafísicos, nunca ha dejado de estar presente en la ciencia. En el Cicese se estudia una metodología en la que la comprensión del propósito forma parte esencial del desarrollo de sistemas artificiales complejos. La propuesta implica que si queremos desarrollar sistemas artificiales inteligentes es necesario considerar procesos que desarrollen conceptos que sólo se encuentran en la vida. Pareciera ser una contradicción decir que un proceso desarrolla conceptos, pero eso es precisamente lo que observamos en el código de la vida. Existe una codificación de información que permite describir de manera completa cómo será un ser vivo completamente desarrollado desde el momento de su concepción. En el libro que es parte de la serie de computación natural de Springer se detalla cómo la teoría de la selección natural puede ser entendida bajo la mirada del razonamiento teleológico descrito siglos antes por Aristóteles. La idea parte de que para comprender un problema o contestar una pregunta es necesario definir cuatro niveles de razonamiento que Aristóteles propuso y que actúan de manera simultánea: la causa material, la causa formal, la causa eficiente y la causa
final. La definición de un sistema artificial contendrá estos cuatro aspectos. La computadora y sus programas en este caso representan la causa material, el algoritmo es la causa formal, mientras que la causa eficiente es la acción o lo que el sistema realiza, y la causa final es el propósito u objeto del programa. En el caso de un escultor, la causa material sería la piedra y los instrumentos con los que el artesano realiza el trabajo, la causa formal es la idea en la mente del escultor, mientras que la causa eficiente es el propio escultor que con su trabajo realiza la escultura, y finalmente la causa final sería el objeto o propósito que tiene el escultor que bien podría ser la utilidad o servicio que cuando una vez terminada la estructura, ésta servirá tanto a las personas que la admiran como a quien ordenó la empresa. La idea desarrollada en el libro se ilustra de forma práctica con ejemplos que sirven a la extracción y descripción de características en imágenes digitales, como en tareas de medición de objetos tridimensionales, hasta la clasificación de imágenes. Este libro contiene el recuento de diez años de investigación que forman la base para una metodología en desarrollo que denominamos programación cerebral. Las implicaciones alcanzan no sólo aspectos en ciencia e ingeniería,
alma y se dividen en los cinco sentidos que todos conocemos (vista, oído, olfato, tacto y gusto) además de la imaginación y la fantasía. De esta forma el ser humano provisto de su libre albedrío debe educar sus sentimientos de tal suerte que sus apetitos no controlen sus deseos, sino que al comprender el valor de sus semejantes y de la verdad, puede entonces decidir escoger el bien ante las vicisitudes de la vida. La idea de escoger nos recuerda la idea de selección natural que encontramos en el resto de los seres vivos. La diferencia fundamental es que el objeto de la elección es de naturaleza más profunda en comparación al resto de los animales.
sino cuestiones metafísicas como el hecho de describir cómo la teoría de la selección natural puede entenderse desde una perspectiva donde el ser humano y su deseo de conocer a Dios puede circunscribirse bajo la idea del amor. De acuerdo con San Juan de la Cruz y regresando a Aristóteles, el ser humano puede entenderse por sus componentes axiomáticos que le permiten conocer el mundo. Los sentidos se conocen como las ventanas del
Estos aspectos se identifican en trabajos actuales de las ciencias de la computación, la filosofía y la teología. Sin embargo, publicar estos conceptos no ha sido nada fácil y esto debido a prejuicios que forman parte de la psique tanto individual como colectiva. [ 1 ] Gustavo Olague. Evolutionary Computer Vision: The first footprints. Springer, 411 páginas, https://doi.org/10.1007/ 978-3-662-43693-6. *Investigador titular D en el Cicese. olague@cicese.mx
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Habitar Ricardo Harte*
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ntentaré hoy (podría ser cualquier otro día, pero hoy Sibelius está sonando como pocas veces) explicar lo que pienso/siento/ discierno sobre el hacer de la arquitectura. No es, para mí, un tema fácil. La primera pregunta que me hago es: ¿Por qué he querido ser arquitecto? Y la segunda pregunta es cruel: ¿Lo he logrado? Intentaré contestármelas, pero sin dividirlas en dos, sino mezclando ideas, argumentos, reflexiones de ambos asuntos. Todo empezó cuando, un día, tuve que elegir qué estudiar. Y ello debía hacerlo al comenzar la preparatoria, ya que en aquellas épocas y en mi país de origen, las preparatorias eran ya de las temáticas o carreras que se fueran a estudiar a nivel superior. Lo más parecido que había en aquel entonces a lo que me gustaba (el diseño gráfico), era arquitectura. Una vez terminada la prepa me inscribí en la Facultad de Arquitectura, con la idea de hacer uno año (para recibir los principios básicos de composición, ritmo, equilibrio, etc.), y después ver cómo continuaba con el diseño gráfico. Pero… resultó que desde el primer día descubrí un mundo fascinante, mágico, hipnótico. Enfrentarme al diseño tridimensional, que podía entrar en él, sentir que me rodeaba, que me imponía sus luces, sus sombras, sus calores y sus fríos. Recorrer cada espacio, y poder modificarlo con un lápiz, hacerlo de otra manera y sufrir el cambio fundamental que sucedía en mí cuando cambiaba de lugar una ventana, una puerta, el color de un muro. ¿Se pueden imaginar lo que se siente cuando puedes penetrar en ese diseño de dos dimensiones, el diseño gráfico, y recorrerlo en sus entrañas, en sus misterios?
Lo que dibujaba ya no estaba en un papel enfrente mío, sino que dibujaba imaginando el espacio detrás de mí, por arriba, en mis pies, por delante. Poco a poco fui entendiendo que no se trataba de poner un muro, o una puerta, o un techo, sino que cada uno de esos elementos se conjugaban para moldear un espacio. Que el resultado no era una caja física de materiales, sino el espacio que sucedía dentro de esa caja. Y que ese espacio adquiría sentido cuando un ser humano (el fruente, diría el arquitecto F. Rovalo) lo hacía suyo, lo gozaba, lo moldeaba a su modo, a su ser. Cuando el espacio adquiría la temperatura de “el fruente”, entonces estaba hecha la arquitectura. Se había logrado la “belleza” del equilibrio, de la paz de un espacio bien moldeado. Se había logrado componer la sinfonía de las notas del espacio con la interpretación del usuario. Pues… las cosas tomaron un camino diferente. Terminé la carrera en dicha Facultad, no pude entregar la carpeta (la tesis), gracias a la amabilidad de los militares que, una vez más, entendían que los problemas se resolvían con balas. Que era imprescindible la paz, pero la paz de los cementerios. Salí de ese país. Repetí los estudios y egresé, finalmente, de la UNAM. En todo ese camino, la arquitectura se fue anidando en lo más profundo de mi yo. De tal manera que he llegado a sospechar que ella estaba bordada en mí desde el día en que nací. O antes.
Y de la perorata anterior surge la segunda, cruel, despiadada pregunta. No sé. Creo que no lo he logrado. Todavía. He diseñado y construido muchas obras. Viviendas, edificios, cavas, modificaciones, ampliaciones, etcétera. Sí. He moldeado espacios. Pero existe latente esa tremenda pregunta: ¿He llegado a ser arquitecto? Creo que esta pregunta se contesta si podemos imaginarnos que la arquitectura es similar a un par de sucesiones monótonas convergentes, las cuales, las dos, tienden a cero. Jamás llegarán a cero, pero siempre, hasta el infinito, intentarán lograrlo. Jugaré, manejaré, calcularé dimensiones, espacios, colores, texturas, iluminaciones, costos, tiempos. Todo ello en un malabarismo racional, lógico e intuitivo y subjetivo. Me esforzaré para que esa sinfonía de elementos versátiles y, muchas veces, antagónicos jueguen al compás del equilibrio, de la textura, del color, creando y esculpiendo un espacio que existirá cuando el ser humano lo habite. ¿Habré llegado? No sé. Pero tengo mis serias sospechas de que no. Y que, además, jamás llegaré. Pero no dejaré de intentarlo. *Arquitecto y catedrático uruguayo radicado en México desde hace más de 50 años. ricardoharte@yahoo.com.mx
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Una Mirada Hacia la Infancia Laura Beltrán Padilla*
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sí como los cambios climáticos se desarrollan en transición, también lo son el cuerpo y la mente en las diversas etapas de la vida. En ocasiones se es más fuerte y en otras más débil, pero lo que es un hecho es que un niño desde que nace se expone a las inclemencias del tiempo y al ambiente en casa. Influye su propia naturaleza y las fortalezas que surjan para responder a los diversos desafíos cotidianos, sobre todo cuando llegan un cúmulo de bacterias u otros patógenos por las temporadas estacionales, entonces sí que
¿QUÉ TE DUELE? reacciona el cuerpo de diversas maneras. Del ser humano se espera la convivencia para sobrevivir, crecer y desarrollarse. Qué interesante es apreciar los diversos escenarios y contextos en donde un menor se desenvuelve, pues no es lo mismo nacer bajo temperaturas extremas como los esquimales o los canadienses, que hacerlo como los mexicanos, más al centro del globo terráqueo. Aun así, llaman la atención algunas familias y comunidades que andan con ropa más holgada y otras que, en suma, abrigadas, comparten en un mismo lugar. Un niño puede nacer con cierta debilidad, estar en la unidad de cuidados intensivos, pero aferrarse a la vida pese al mal pronóstico para mantener su latido por mayor tiempo. Cómo hay otros casos en donde pequeños, ya escolarizados, se enferman con la primera ventisca y se debilitan sobrema-
nera. La vida es impredecible, no cabe duda, y no hay una fórmula mágica para precisar el tiempo durante el cual se va a estar más fuerte y saludable o cuándo algo va a alterar el sistema fisiológico y psicológico para impactar de alguna forma. Es muy importante el rol de un padre de familia o abuelito quien debe velar por la integridad de los menores a su cargo; recordando que la responsabilidad mayor debería recaer en los progenitores. Qué compromiso tan grande es el de, no sólo traer hijos al mundo, sino otorgarles lo necesario para crecer y madurar de la mejor forma posible y no darles ni de más ni de menos para su buena evolución. Pregunto: ¿El cuerpo impacta en las emociones o viceversa? Porque en el ámbito clínico, constato que pueden llegar a afectar el organismo de una u otra forma.
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Les comparto mi experiencia personal: Hace algunos años peregriné con mi pequeño hijo en búsqueda de respuestas por observar que algo no iba bien en su desarrollo; fueron meses pasando por diversas especialidades clínicas. Algo me hizo girar en otra dirección y adentrarme a un mundo totalmente desconocido, y ello me indicó que mi vida cambiaría para siempre, la de él y la de la familia. Cuando por fin escuché el diagnóstico de “tu hijo tiene autismo”, mi cuerpo sufrió un desequilibrio tal que comía sin lograr saciar mi hambre, evacuaba constante, me sentía muy ansiosa y adelgacé varios kilos en pocas semanas. Mi hijo se ganaba mi atención, pero estaba en duelo. Estuve contenida meses atrás por el impacto de saber el resultado y cuando por fin lo obtuve, mi cuerpo se desbordó: Se dio un desequilibrio llamado hipertiroidismo. Tengo herencia por la familia materna, sí, pero nunca en estudios de gabinete se manifestó algún síntoma. Cómo el impacto emocional afloró en mí como un problema de salud. Estamos hablando de hace 20 años y de cómo mi cuerpo respondió a tal grado por la magnitud de mis emociones en aquel entonces. Gracias a la naturaleza y a mi fe, al año me estabilicé con un tratamiento conveniente, lo superé, y no he vuelto a tener ese problema de salud; se ha reflejado en mis análisis. Y así he tenido la oportunidad de estar en contacto con los pequeños pacientes y sus familias desde mi espacio laboral, en donde han reflejado un sinfín de problemas psicosomáticos a nivel gastrointestinal y respiratorios. Niños que ya habían logrado dejar el pañal en su tiempo y se inician con problemas estomacales por estreñimiento crónico, anorexia, jaquecas y más. Casos en donde es muy importante estar de la mano de pediatría y psicología pediátrica para lograr precisar si el padecimiento es de origen
bacteriano o el niño está pasando por una situación de estrés dentro y/o fuera de casa. Niños escolares, por ejemplo, que se hacen pipí en la escuela, con dolores intensos o evitación alimentaria. De una u otra forma se da una autolesión. Cuando no se puede controlar el exterior, el cuerpo se manifiesta como un grito desesperado: ¡Aquí estoy! Un niño de diversas formas puede encubrir cierto nivel de afectación por sufrir algún tipo de maltrato sea en el hogar o por acoso escolar, pero no dar el seguimiento pertinente puede impactar con un mal rendimiento e inclusive con deserción. Qué importante es el monitoreo del maestro en este sentido. Aún pasan situaciones en donde el menor se ausenta de la escuela, baja su rendimiento y la institución no pone ojo en la mira para ver qué está ocurriendo. Los que podemos velar y ayudar a un menor somos la familia en primera instancia; el personal de salud, el escolar y la comunidad en general, cuando se trata de un niño que está sufriendo carencias importantes. No necesariamente los síntomas son debido a un entorno anómalo en donde se da algún tipo de negligencia. El niño puede estar predestinado a desarrollar una alteración por la genética o la herencia familiar, como algún tipo de trastorno. Por ello es crucial la atención y evaluación para lograr identificar qué está ocurriendo. Lo primero, considero, es descartar alguna anomalía o enfermedad con el protocolo médico necesario. Porque puede haber síntomas muy similares cuando un niño tiene un problema viral o una infección, a una situación emocional. Hay que intentar equilibrar al organismo, ayudarle en el proceso. Tener en cuenta que los menores, por su etapa, quieren ser el centro de atención. Cuando se da algo transitorio como un cuadro febril o resfriado y se abriga en exceso, puede quedar en
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la memoria como algo significativo y el menor ser quejoso y victimizarse por mayor tiempo con la finalidad de seguir obteniendo lo que quiere: La atención de los adultos. Sí que es compleja la crianza, pero sigo observando la maravillosa resiliencia; en donde pese a situaciones psicosociales muy adversas, algo en el interior de los pequeños persigue el salir a flote. En cambio, hay casos en donde se crece de manera más privilegiada, “en cuna de oro” como se dice de coloquialmente, y se repliegan los hijos hacia sí, afectando todo su ser, llegando inclusive al consumo de sustancias para lesionarse a sí mismos y a los que se tienen cerca, a la familia. Se desencadena una codependencia emocional, un enganche y saboteo psicológico entre padres e hijos de a ver quién puede más, aunque sea de formas inadecuadas, como forma de castigo. No se debe desestimar la función del psicólogo. Tan importante es monitorear la salud física como la mental y, más aún, si un pequeño tiene padecimientos recurrentes. Hay que dar seguimiento para prevenir mayores secuelas a futuro. A un menor se le deben dar los nutrientes necesarios regularmente, así como a un árbol, para después seguir su propio proceso de crecimiento y maduración. Si pasado el tiempo sigue demandando la atención, indica que hay posible sobreprotección y los reforzadores negativos pueden estar haciendo lo suyo. Nunca se es tarde, por tanto, para saber cuándo se tiene que dar el empujón en la crianza y cuándo es necesario aminorar el paso. Estar al pendiente de la salud integral de los hijos, así como darse el merecido valor a uno mismo. Hay que decodificar el lenguaje corporal y emocional de todos para un mejor pronóstico. * Psicóloga con Posgrado en psicoterapia de niños. laurabelpad@gmail.com
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El Efecto Mariposa Griselda Guerrero Corrales*
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erminar un gozo por la escritura en secundaria es quizás el magno desafío de una maestra de Español. El poder de la palabra es ilimitado, una vela cuya luz permanece encendida, franja de sol en invernal estación, hierba que crece hasta ser álamo. Esa es mi óptica, mis sentimientos hacia las letras. Me resulta difícil fecundar ese gusto, esa pasión por tejer versos, por tejer prosa, bordar a mano. Hace unos días les pedí a mis alumnos de tercero que redactaran en una hoja acerca de la importan-
cia de leer. Aún recuerdo sus gestos, sus alegatos, como si les hubiera pedido algo extraordinario, una tesis por ejemplo. Me impresionó bastante cómo no fueron receptivos ante mi instrucción, incluso querían
que descartara la actividad ¿Cómo es posible? (pensé), se está oxidando lo más suculento del universo: la magia de construir eternidades a través de fragmentos escritos. Si busco en el diccionario de la Real Academia Española (RAE) el significado denotativo del concepto escribir desglosa lo siguiente: representar las palabras o las ideas con letras u otros signos teñidos en papel. Me parece una definición bastante gélida, aunque es objetiva, no termina de convencerme. Escribir no es un simple verbo, es un antídoto de los malos pensamientos, un acto de reconciliación, epicentro de la imaginación, una visita constante al hostal de las propias emociones, oda a la conversación interior, cautivadora voz terapéutica; es atreverse a indagar en los propios destellos y sombras. Aquellos que ingieren la píldora del arte escrito, nunca mueren, y si mueren, jamás serán olvidados. Resulta poco alentador ver en las nuevas generaciones lectores y escritores en extinción. En coma se encuen-
tra el hábito literario, la composición, el trazo de verbos, la buena expresión. Prevalecen los monumentos hacia personajes cuya esencia es hueca, estéril. Los estudiantes del ahora son consumidores de materia insustancial, baja en proteína intelectual. En la actualidad gobiernan los discursos vacíos. Es lamentable, pero un adolescente tiene un vocabulario prematuro, barnizado por un lenguaje soez poco nutricio que busca en todo momento denigrar al otro. Imposible generalizar, sería un acto atolondrado hacerlo, no todos los alumnos tienen ese proceder, sin embargo, estando frente a grupo me he percatado de la tremenda vulgaridad que amenaza a nuestra lengua materna. Ojalá existiera un ritual, llámese brebaje o hechizo para mitigar este mal drenador de elocuencia y retórica. Todos los días cruzo los dedos y pido que mis alumnos sean libélulas a merced de una pluma. *Docente de Educación Básica y Superior
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PARA ENSEÑAR SON PROFES “RADICALES” DANIEL SANTIAGO Agencia Reforma
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demás de Sergio Juárez, el profesor de una primaria en Tamaulipas que logró llevar a sus alumnos del fondo de la prueba Enlace a los mejores puestos un año después, hay a lo largo y ancho del país historias de maestras y maestros que, por vocación y compromiso, también son “radicales”. A propósito de la película Radical, de Eugenio Derbez, que se exhibe en cines e inspirada en el maestro Juárez, tres profesores de escuelas públicas en Nuevo León muestran cómo, para que sus estudiantes aprendan, mejoren sus oportunidades de vida, y sean felices, hay que innovar y “salirse de la caja”.
TIEMPO ESCOLAR CON EMOCIÓN
Si alguien pregunta a las niñas y los niños de la primaria 13 de Septiembre, en la colonia Caracol, en Monterrey ¿a qué se va a la escuela? La respuesta suele ser: “¡A ser felices!”. Por varios años, el director, Luis Carlos Villalpando Gallegos, y sus maestras, han buscado que esta forma de ver la escuela sea genuina. En 2015, el plantel ubicado en un barrio viejo era percibido como de bajo nivel académico y como la última opción en el distrito para inscribir a un hijo. “Esa imagen permeaba en los docentes”, relata Villalpando Gallegos, de 36 años de edad, “y eso tiene un impacto en la práctica educativa. Era urgente definir una filosofía de escuela”. Si querían mejorar la calidad de la escuela, había que lograr, primero, que los estudiantes quisieran estar ahí. Entonces comenzó un trabajo con los docentes. Primero, con una capacitación con la teoría de Francesco Tonucci, pedagogo que destaca la importancia de escuchar a la infancia en la escuela. También se establecieron prácticas como recibir a niñas y niños con un abrazo, y una frase afectiva y respetuosa. Diariamente, cada grupo tiene 15 o 20 minutos de baile o canto, no como una activación física, sino simplemente para pasarla bien. Cada semana, en el aula o al aire libre hay una hora de juego con la maestra. Además de cambiar el uniforme a opciones deportivas y coloridas, se eliminó la falda como uniforme escolar, y todos usan shorts deportivos o pants. “La infancia es ensuciarse, echarse maromas, treparse a árboles, para eso no necesitas un uniforme”, comenta el director. Siguiendo la teoría de Tonucci, para quien el
tiempo escolar debe ser en la escuela, se eliminaron las tareas para hacer en casa. “Creemos que el aprendizaje se da cuando hay un componente emocional, si no, difícilmente se aprende”, afirma Villalpando Gallegos. “¿Qué emoción hay para un niño estar escuchando media hora al maestro hablar?”. Hoy, la escuela es más buscada por padres de familia. “Nos permitimos cambiar las cosas, no tenemos miedo porque los cambios que hacemos, que pueden parecer radicales para otras personas, a nosotros nos parecen unos cambios necesarios y con sentido lógico”.
CREA PODCAST DE ESTUDIANTES
Estar en una zona donde hay inseguridad y carencias económicas no detiene a la directora Karina Garza Cedillo. Por el contrario, la impulsa a innovar por sus estudiantes en la primaria Pedro Garza Elizondo, en Juárez, Nuevo León. Durante la pandemia, cuando muchos maestros tuvieron que perder el miedo a la tecnología, esta directora y sus docentes comenzaron a producir, de manera casera, un podcast en el que sus estudiantes se involucraran y expusieran soluciones a problemas como acoso escolar, sequía o la inclusión. Cada podcast es el producto final de una clase para la que los alumnos investigan, realizan campañas, juegan, leen y escriben, explica Garza Cedillo, de 43 años. “El proyecto ha tenido mucho impacto en los estudiantes, porque, además de conocer los temas, han aprendido el uso de la tecnología, a grabar, el uso de micrófonos, hasta cierto punto a editar”, dijo. El proyecto ganó el año pasado el primer lugar del Premio Iberoamericano “Los Objetivos del Desarrollo Sostenible en los Centros Educativos”, con el que pudieron adquirir un mejor equipo de grabación. Este año, el podcast, que puede escucharse en Spotify, fue uno de los reconocidos por la Fundación Somos el Cambio en Puerto Vallarta. Allá, los estudiantes hicieron entrevistas para su podcast y platicaron con el actor Aarón Díaz, quien era invitado al evento, y con el empresario Alfonso Romo Lagüera, presidente de Somos el Cambio. “Estos niños nunca se habían subido a un avión, nunca habían ido a la playa. Fue muy satisfactorio para nosotros”, dijo la directora.
IMPULSA EDUCACIÓN AMBIENTAL
En la comunidad de Hacienda El Mezcal, en Cadereyta, Nuevo León, la primaria Aquiles Serdán se ha convertido en una escuela rural reconocida a nivel nacional, y conectada con el mundo, bajo el liderazgo de varios años del profesor Eduardo Garza Cortez. De ser un edificio precario, hoy cuenta con cocina, cancha techada, equipo de cómputo, con salones y biblioteca climatizados, pero el cambio más significativo y reciente es el proyecto “Desarrollo Educativo Sostenible”, acciones locales con una mirada global. Desde hace cinco años, los padres, muchos de ellos dedicados a la albañilería o al cuidado de fincas campestres, junto con estudiantes y maestros, cuidan un jardín polinizador creado por ellos mismos con plantas de la región para dar refugio a mariposas Monarca. También mantienen un huerto dentro de la escuela, donde cultivan frutas y verduras que las mismas familias preparan y consumen en la cocina del plantel. “Este proyecto trata de egresar nuevas generaciones de alumnos que no solamente atiendan las problemáticas del entorno inmediato, sino que sepan identificar, trabajar, proponer, para erradicar las grandes problemáticas que aquejan al mundo”, contó Garza Cortez, de 48 años de edad. “Que los niños no tengan sólo esa identidad como ciudadanos mexicanos, sino que sean ciudadanos del mundo”. El objetivo es migrar de una educación ambiental teórica en las aulas a una en la práctica. El plantel ha recibido varios reconocimientos nacionales. El más reciente es el otorgado por la OEA y Fundación Santillana, como una de las cinco escuelas sostenibles del país.
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Reflexiones de un Abuelo Rafael “Rach” Solana
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n las anteriores columnas hemos reflexionado sobre las actividades del Sapiens moderno que provocan la aceleración del incremento de temperatura. Las emisiones de CO2 y otros compuestos, los denominados Gases Efecto Invernadero (GEI), relacionadas con la actividad humana no tienen una contraparte en la naturaleza, por lo que estos gases se acumulan en la atmósfera (ver gráfica 1). Esta acumulación acelerada de gases sin un balance trae severas consecuencias que trataremos de abordar en este espacio, reconociendo que esta reflexión es parcial y sesgada. Las consecuencias de la acumulación de GEI en la atmósfera percibidas por el humano son cada vez más frecuentes y severas. De entrada, dado que los GEI absorben calor, se perci-
be un incremento de la temperatura promedio del planeta. El ciudadano común en el mundo lo ha experimentado, e incluso los que niegan que el calentamiento global existe, no niegan que sufren veranos más calurosos o que lo han leído en algún periódico o revista. Según los reportes de estudios realizados por el Instituto Goddard de Estudios Espaciales (GISS), centro perteneciente a la NASA, el verano pasado fue el más caluroso de los últimos 140 años. En su página (www.nasa.gov) se destaca lo siguiente: “El verano meteorológico del hemisferio norte de 2023 fue el más caluroso para la Tierra desde que se establecieron registros mundiales de temperaturas en 1880… Los meses de junio, julio y agosto combinados fueron 0.23 grados Celsius (oC) más cálidos que cualquier otro verano registrado por la NASA, y 1.2 oC más cálidos que el verano promedio entre 1951 y 1980. Ya sólo el mes de agosto fue 1.2 oC más cálido que el promedio”. De acuerdo con las predicciones, si rebasamos el límite de incremento con respecto al promedio de 1.5. oC, esto pudiera resultar irreversible. El incremento de temperatura afecta el ritmo del planeta. Ligeras variaciones en décimas de temperatura provocan importantes cambios en los fenómenos naturales que de manera cíclica y anual se presentan
LOS LÍMITES DEL PLANETA:
CALENTAMIENTO CLIMÁTICO como retos para las sociedades humanas. Si concebimos a la antropósfera como un sistema débil frente a uno fuerte (la naturaleza), este último que ha incrementado su energía por acumulación de calor, los equilibrios inestables entre ellos quedarán debilitados y la acción del fuerte resultará más severo y de consecuencias destructivas para el primero. El enfrentamiento de un sistema débil contra un sistema fuerte ha sido referido desde antes de la invención de la escritura en, por ejemplo, los trabajos encomendados a Hércules relatados en la mitología griega. Un gran acumulador de metano (GEI) era el rey Áugeas (bendecido por los dioses), quien era dueño de un hato ganadero que no sufría enfermedades, por lo que llegó a tener el más grande establo del mundo conocido –detengo aquí el relato, para comentar que cualquier humano bendecido por la modernidad es un potencial rey Áugeas. La consecuencia del acaparamiento de bovinos fue que en sus establos se empezó a acumular estiércol (traducido
al presente, acumulación de GEI en la atmósfera), por lo que empezaron a brotar grandes catástrofes entorno a sus tierras y la muerte entre sus súbditos. Este rey, fanfarrón y prepotente, pero en realidad frágil (sistema débil), condena a Hércules (sistema fuerte), un semidiós concebido por Zeus y la reina Alcmena, a limpiar sus establos. El “humilde” Hércules utiliza su ingenio y su “huracanada” fuerza para desviar los ríos Alfeo y Peneo, con lo que consiguió limpiar los establos del rey (el desvió pluvial lo podemos considerar como un delito ecológico documentado, pero lo platicaremos en otro momento). El rey satisfecho, sede parte de su ganado al héroe mítico. Sin embargo, al final de este relato el sistema fuerte (Hércules) mata al débil (el rey) con la finalidad de imponer un nuevo orden. Regresando al presente, con la presencia del calentamiento climático sentimos la actuación de la naturaleza (sistema fuerte). La naturaleza, como Hércules, busca restablecer el orden o, en su defecto, adoptar uno nuevo y reestablecer los equilibrios. Incremento de huracanes y su severidad, como el que recientemente azotó las costas de Guerrero y principalmente el puerto de Acapulco, el incremento de lluvias, la sequía extrema y la distorsión de los patrones de distribución espacial de la biodiversidad, son las manifestaciones visibles de la naturaleza. Esta, como Hércules, no se humilla ante un sistema débil que han creado los pretenciosos humanos que, como Áugeas, piensan que está bendecidos por los dioses. Dejemos de creer que Homo sapiens es el último grito de la moda creada por los dioses (algunos dicen que a semejanza de ellos) y mejor adoptemos lo que nos dicen los científicos, políticos y organizaciones civiles, ocupados en mitigar los efectos del calentamiento climático. Algunos ejemplos de soluciones que se encuentran en las mesas de negociación del mundo los analizaremos en la siguiente entrega. Gráfica: Emisiones de CO2 relacionadas con la actividad humana.
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APORTES DE LA ARQUEOLOGÍA A LA HISTORIA DE MÉXICO II INAH BC RUBÉN F. GARCÍA LOZANO*
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n mi colaboración anterior abordé cómo la ciencia arqueológica ha contribuido al conocimiento de los orígenes de la humanidad y su devenir histórico, a su vez también mencioné brevemente el caso de la cuenca de México que fue habitada por culturas distintas a los nahuas que la ocupaban a la llegada de los europeos. En esta ocasión quiero abordar algunos otros aportes de la arqueología al conocimiento del pasado en México. Hace aproximadamente 9 mil años, bandas nómadas de cazadores recolectores asentados en las montañas de la cuenca media del río Balsas iniciaron ciertas prácticas horticultoras. Aquellos grupos empezaron un largo proceso de domesticación de una planta herbácea (a manera de pasto que puede alcanzar una altura de más de tres metros) con pequeñas mazorcas de entre seis y ocho granos. Esta planta denominada teocintle evolucionaría lentamente a lo largo de miles de años, con ayuda de las personas, en el maíz, sostén alimenticio de la mayoría de los grupos humanos sedentarios que habitaron América en época precolombina. Restos de almidón y fitolitos de maíz (Zea sp.) fueron colectados e identificados por un equipo de arqueólogos en un sustrato de una cueva en las montañas de Guerrero, este estrato cultural fue datado en 8 mil 890-8 mil 610 años antes del presente. A su vez fitolitos de calabaza (Cucurbita sp.) se encontraron en una capa de 7 mil 920 años de
antigüedad, lo que, de acuerdo con los investigadores que llevaron a cabo el estudio, muestra que para esas fechas el largo proceso de domesticación del maíz y la calabaza había iniciado en esa región. Por otro lado, los restos de mazorcas (olotes) más antiguas han sido recuperadas en el afamado resguardo rocoso de Guilá Naquitz, ubicado en el extremo oeste del valle de Mitla, Oaxaca. Estos olotes son morfológicamente intermedios entre el teocintle y el maíz actual y datan de 6 mil 200 años antes del presente. Otros elementos relevantes recuperados en aquel pequeño abrigo natural son las semillas y pedúnculos de calabaza idénticos a las que conocemos actualmente, mostrando que hace 8 mil años la calabaza (Cucurbita pepo) había sido domesticada plenamente. Al paso del tiempo el proceso de desarrollo de domesticación de las plantas, en particular del maíz, desembocaría en una revolución de las sociedades en lo que ahora denominamos Mesoamérica. En varios puntos del actual territorio nacional, poco a poco, los grupos humanos fueron ampliando tanto la gama de especies vegetales cultivables como el tamaño de las áreas de cultivo. Así, la codependencia de los cultivos y las personas llevó a estos grupos a no abandonar sus cultivos dando paso a la sedentarización paulatina. Las primeras aldeas en México están documentadas para el periodo de entre 4 mil
500 a 3 mil 200 años antes del presente, para los inicios de este horizonte se ha registrado las primeras evidencias del conocimiento de la alfarería, esto en los alrededores de Puerto Marqués, Guerrero. Los trabajos arqueológicos efectuados en varias zonas del territorio nacional han identificado claramente algunos lugares donde se concentraron grupos humanos para hacer vida social aldeana, entre estos se encuentran Zohapilco, Tlatilco, El Arbolillo, Tlapacoya y El Terremote, en la cuenca de México. Estas aldeas fueron fundadas y habitadas entre 3 mil 500 y 3 mil 150 años antes del presente. Estos primeros aldeanos vivían del cultivo de maíz y hortalizas, pesca lacustre y caza y recolección de productos silvestres en los bosques y pastizales que rodeaban el gran lago de la cuenca. Al paso del tiempo, alguna de estas aldeas igualitarias destacaría alcanzando mayor población, prestigio, economía y poder, proceso que se repetiría en los valles centrales de Oaxaca, el Soconusco, la costa del Golfo de México y muchos otros puntos más del territorio mexicano. Las pequeñas piezas del rompecabezas de esa historia las ha recuperado la arqueología que, con las ciencias auxiliares, nos muestra un panorama nítido de las sociedades que nos antecedieron. *Arqueólogo e investigador del INAH-BC
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CORREOS DE MÉXICO ¿EN PROCESO DE EXTINCIÓN? ORLANDO COBIÁN/EL VIGÍA ocobian@elvigia.net | Ensenada, B. C.
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unque sus funciones datan desde 1580, en el siglo XVI, época en la que nuestro territorio formaba parte del Virreinato de la Nueva España, no fue sino hasta el inicio de 1884, cuando el correo se consideró un servicio público, con la institucionalización del Código Postal de los Estados Unidos Mexicanos, sus primeros reglamentos y administración general. Esto sucedió 63 años después de consumarse la Independencia de México de la Corona española; desde entonces, el servicio tomó diversas vertientes, designaciones y ordenaciones, hasta convertirse, durante 1986, en un organismo autónomo y descentralizado al que se denominaría Servicio Postal Mexicano (Sepomex), ahora, desde 2008, llamado Correos de México.
¿A QUÉ VIENE ESTA PEQUEÑA CLASE DE HISTORIA?
En las últimas cuatro décadas, la entrada de nuevos servicios de mensajería al escenario nacional, como
Estafeta en 1979, DHL en 1980, Paquetexpress en 1986, UPS en 1989, FedEx en 1990, y RedPack en 1994, ampliaron las opciones para enviar documentación y paquetes, o movilizar grandes estructuras y mercancías, compitiendo, sin duda, a gran escala con Correos de México. Se podrían suponer muchos aspectos que han permitido la disminución de su estructura y operación; claro está que la diversificación de empresas en el rubro es uno de éstos, aunque también influyen las políticas de austeridad, recortes presupuestarios y de personal, así como el estado en el que se encuentran todos los activos que componen su organización. En la actualidad, según los datos más actualizados de la dependencia, cuenta con 5 mil 525 oficinas postales en el país, entre administraciones, centros operativos, de distribución, servicios directos, sucursales, módulos de depósitos masivos, de transbordo, atención al público, agencias municipales, direcciones regionales y gerencias estatales, por mencionar algunas. Ellas mantienen labores de aseso-
ramiento al cliente individual y masivo, atención en general, clasificación, cobro de servicios de terceros, derecho de porte pagado, despachos, distribución, entrega/a domicilio/con mensajeros/en ventanilla/ de encomiendas postales, franqueo de correspondencia, envío internacional, seguros postales, venta filatélica, entre otras. Del total de la Federación, 27 oficinas se distribuyen en los siete
municipios de la entidad, con 10 en Mexicali, siete en Tijuana, cinco en Ensenada, dos en San Quintín, una en Playas de Rosarito, y una en San Felipe; en cuanto a las de Ensenada, su administración postal, servicios directos, y el centro operativo Mexpost, se ubican en la delegación Centro, mientras que en las delegaciones San Vicente e Isla de Cedros se localiza una sucursal en cada una.
SÁBADO 28 y DOMINGO 29 de octubre de 2023
LOS NÚMEROS NO MIENTEN: PREOCUPANTES ESTADÍSTICAS
En diciembre de 2013 existían 27 mil 037 oficinas y 18 mil 971 empleados, así como una estructura vehicular de 12 mil 036, entre autos, camionetas, motocicletas y bicicletas, mientras que a finales de 2014 se contaban con 25 mil 873 establecimientos, 18 mil 836 elementos y 11 mil 107 transportes, lo que se traduce en disminuciones porcentuales del 4.31, 0.71 y 7.72, respectivamente. Igual desfase tuvo el volumen de piezas procesadas, pues de los 794 millones 734 mil 814 paquetes manejados en 2013 disminuyó a 749 millones 269 mil 655 en 2014, lo que significa un -5.72 por ciento; el declive continúa en 2015, con 8 mil 508 oficinas menos, 254 despidos y 43 unidades restadas a la flotilla; también, la operatividad paquetera bajó un 0.13 por ciento, pues se dejaron de procesar 943mil 061 envíos. En 2016, cerraron siete módulos y 2 mil 294 trabajadores tuvieron que decir adiós a la dependencia, al igual que 609 vehículos, además de presentarse una reducción del 9.95 por ciento en el procesamiento de envíos, quedando en 673 millones 833 mil 973 piezas manejadas.
Durante 2017, no mejoraron los indicadores, ya que la última cifra de paquetes maniobrados se fijó en los 554 millones 827 mil 741, equivalente al 17.66 por ciento menos con respecto al año anterior; asimismo, clausuraron 52 centrales, se destituyó a mil 185 personas y dejaron de recorrer 820 vehículos. Para 2018 se observa un repunte del 4.92 por ciento en los fardos movilizados, con un total de 582 millones 103 mil 186, pese a que continuaron las reducciones de inmuebles (-510), plantilla (-485) y transportes (-176), así, para 2019 se reportó un manejo de paquetería de 444 millones 678 mil 400, lo que representó otra notable baja del 23.61 por ciento; de igual forma, oficinas, empleados y vehículos sufrieron menguas de 905, 487 y 748, respectivamente. Desde ese año, el panorama sólo empobrece, pues del total de bultos y correspondencia indicada, a septiembre de 2023 disminuyó un 36.34 por ciento, con 161 millones 617 mil 189 menos, quedando en 283 millones 061 mil 211; junto a ello, las propiedades bajaron de 15 mil 891 a 5 mil 525 –un notable déficit del 60.9 por ciento–, el recurso humano pasó de 14 mil
131 a 12 mil 454, lo que representa 11.87 por ciento menos. Lo más importante son las diferencias de ingreso capital. En 2013 se recaudaron 2 mil 544 millones 669 mil 686 pesos, en 2014 subió a 2 mil 600 millones 124 mil 892, en 2015 volvió a crecer con 3 mil 152 millones 939 mil 556, en 2016 se reduce a 2 mil 662 millones 639 mil, en 2017 no supera los 2 mil 122 millones, en 2018 se fija en 2 mil 275 millones 043 mil 582, y desde 2019 no supera los mil 790 millones 185 mil 528, con tendencias a la baja en 2020, 2021 y 2022.
¿QUÉ OTROS FACTORES PODRÍAN INFLUIR EN EL MENOSCABO DE CORREOS DE MÉXICO?
El testimonio no es alentador. En la búsqueda de opiniones, Giovanna Delgado, usuaria local del organismo, cuenta que su experiencia general siempre ha sido negativa, aunque continúa utilizando los servicios por el bajo costo que representan a comparación con el de las cadenas privadas; centra su descontento en la atención brindada por el personal. Asegura que quienes despachan suelen ser groseros, tanto si acude a enviar paquetes o recibirlos; por otra parte, señala que el sistema para rastrear las guías no se actualiza constantemente, generan-
do incertidumbre en cuanto al tiempo estimado de llegada de sus pedidos, en su mayoría, álbumes musicales que compra vía internet, así como de sus envíos a Veracruz, en los que manda enseres domésticos para sus familiares. En promedio, calcula, una operación postal dura 15 días en procesarse, desde su depósito en la oficina hasta que llega al destinatario, aunque en algunas ocasiones sus objetos son regresados al remitente lo que considera un mala práctica laboral de los empleados. “Cada que enviamos cosas a Veracruz son paquetes grandes, cosas que mi mamá va a regalar a la familia, pero cuando no pesan más de dos o tres kilos, esos te los tiene que entregar un repartidor, cosa que no hacen; […] yo digo que es falta de personal, aquí sólo he visto a un señor en una motito que anda repartiendo y nada más”, concluye. ¿Cuánto durará el declive de este servicio público?¿Qué tan cerca está su extinción?¿Las empresas privadas tomarán en sus manos la demanda del servicio?¿Qué podrán esperar los usuarios que sigan optando por este sistema? Las preguntas quedan en el aire.
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UN DÍLER DE LA FILATELIA GERARDO ORTEGA/EL VIGÍA Ensenada, B. C.
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duardo Elizalde es un díler de la filatelia: compra, consume, pero no vende. Su actividad es desinteresada y altruista. Nacido en la Ciudad de México hace 60 años, ha dedicado las dos últimas décadas a promover este arte obsequiando estampillas a quien pueda interesarle. Distribuye, regala. Pero no comercia. “Yo no especulo. Prefiero donar, como esta ocasión que lo hice a unos amigos que son productores de abulón en San Quintín, para ayudarlos a difundir su producto porque también la filatelia es una manera de difundir”. La filatelia se originó en mayo de 1840 en Inglaterra, cuando por primera vez se emite una estamilla postal. “Previamente, el destinatario pagaba el costo del envío. Y como algunos cancelaban, el servicio postal tenía pérdidas”, señala el especialista. El británico Rowland Hill diseñó el porte pagado. Su iniciativa de franqueo postal entró en vigor ese mismo año. El costo fue en función del peso de la carta. Sin embargo, fue en Francia que se acuñó el término de filatelia, como la práctica del coleccionismo, a mediados del siglo XIX
COLECCIONISMO O FILATELIA
La filatelia es una especialización de un tema en específico. Por ello, hay quien sólo colecciona estampillas con temas muy concretos, que pueden ser peces, la conquista del espacio, el futbol soccer, pasando por las alusivas todos los líderes mundiales. Elizalde señala que esto es necesario para poder comprender el sentido de determinada estampilla, se trate de Frida Khalo, José María Velasco, de un quetzal de Guatemala o el café colombiano, así como cualquier asunto científico. “Hacer filatelia significa que tú le des un orden a tus estampillas, que le des un orden a tus temas; que se estudien. Hay mucha gente que acumula estampillas pero no sabe qué tiene en sus manos.” Una parte de su labor es difundir el gusto por esta práctica que tiene mucho de curiosidad, constancia y deseo de aprendizaje. “Cada filatelista tiene la obligación de iniciar a otra persona en el mundo de la filatelia”, menciona, para quien su tema principal es México.
ESTAMPILLAS MÁS VALORADAS
En México, la serie más deseada es la colección Prouniversidad, impresa en 1935 y que consta de seis estampillas. Es, para muchos, piezas con una enorme valor. Hay
quien da 10 mil dólares por ella. “Eso es especulación”, condena. Refiere otro caso de especulación en torno a una estampilla conocida como Caballero Águila, de porte aéreo, pieza que la pionera de la aviación estadounidense Amelia Earhart firmó en nuestro país con motivo de un vuelo de buena amistad. Los coleccionistas la valúan en 100 mil dólares, supuestamente por su valor simbólico. Elizalde recuerda que fue su padre, cuyo trabajo lo obligaba a viajar constantemente por el país, que se daba a la tarea de enviarle postales a su mamá. “Por medio de esas tarjetas postales conocimos Monterrey, Veracruz Acapulco y las fuimos conservando” “Poco a poco eso te va adentrando y vas descubriendo estampillas muy especiales”, menciona, y subraya que las estampillas que más le gustan son las del águila volando el volcán Popocatépetl. “Para mí son sumamente hermosas”, evoca.
MEDIO DE COMUNICACIÓN SOCIAL
La filatelia es un medio que tienen los países de difundir sus políticas públicas. Tal es el caso de las ediciones especiales que se han hecho en la lucha contra la tuberculosis, la malaria, el paludismo o el Covid-19. “Con la reciente pandemia del Covid, México emitió una estampilla postal y del trabajador postal en la lucha contra este mal”, señala. Estas campañas ayudan a sensibilizar a la población y a familiarizarse con alguna medida social. “Una estampilla postal tiene la virtud de poder llegar a cualquier rincón del planeta. Es la magia de esto”, refiere. Explica que la filatelia es una pequeña puerta de entrada a cualquier ámbito del conocimiento humano. “Todo tema de la cultura universal del mundo cabe en la filatelia, es lo que te hace especialista de la filatelia”, concluye.
12 DE NOVIEMBRE, DÍA NACIONAL DEL LIBRO
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ISRAEL SÁNCHEZ Agencia Reforma
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l controvertido tema del uso de la Inteligencia Artificial (IA) ha resonado en la 42 Feria Internacional del Libro de Sharjah, que se realiza del primero al 12 de noviembre de 2023 en Emiratos Árabes Unidos (EAU). Invitada a un foro de editores dentro del encuentro librero, la española Núria Cabutí, CEO del grupo internacional Penguin Random House, planteó cómo esta herramienta tecnológica puede cambiar la manera en que los sellos cumplen sus procesos. “Por un lado, yo veo muchas oportunidades en la parte de las operaciones editoriales; (la IA) puede ayudar a corregir más rápido un texto, a maquetarlo. Todo esto puede ser de gran ayuda”, contó la catalana en un encuentro con medios durante su primera visita a esta feria que funge como epicentro de las letras árabes por un par de semanas. No obstante, Cabutí también exhortó a sus colegas a ser muy cautos y analizar qué puede significar la IA para las industrias creativas, para la parte de los contenidos, aunque ella misma dice no creer que la creatividad humana vaya a ser superada por la de la máquina. “Saber que sí que es verdad que una persona con herramientas de IA va a ser más eficiente, más productiva, que una persona sin ellas. Pero creo que no va a sustituir al ser humano, sino que va a ser un complemento; va a ser IA y el ser humano, los dos trabajando conjuntamente”, remarcó. Aunado a esto, quizá lo más ambicioso es la intención de Penguin, firma con presencia en nueve países y que ya apunta a un intercambio de valores literarios con el mundo árabe, por lograr que se transparente si se están usando sus contenidos en el desarrollo de IA y, de ser el caso, que se pague lo correspon-
diente por tales derechos. “Ahora mismo nuestra empresa lo que pretende es que los modelos de IA, si utilizan contenido de propiedad intelectual para entrenarse, pues que haya una transparencia; que se sepa y que se remunere, que se pida permiso y remunere. Esto sí que es muy importante”, subrayó.
NO A LA CANCELACIÓN
Entre los temas que preocupan a su gremio en este momento, Cabutí refiere la preocupación por la llamada “cultura de la cancelación”, específicamente por la tendencia de corregir obras del pasado con tal de hacerlas políticamente correctas para los tiempos que corren. Un ejemplo es el caso de lo sucedido con algunos títulos del autor infantil Roald Dahl, fallecido hace tres décadas, a los que hace poco la editorial Puffin Books hiciera modificaciones en relación con asuntos como
el peso, el género, la salud mental, la violencia o la raza, buscando ser respetuosos con todas las sensibilidades. (Reforma, 21/02/2023) En este respecto, la postura de la CEO de Penguin es firme: “Nosotros como grupo decidimos mantener su edición original”. “Yo pienso que debemos ser capaces de ser críticos, de ponernos en el contexto de cómo fue escrita aquella obra, y aunque sea literatura infantil, no tenemos por que cambiar los textos”, resaltó. “Y también denunciamos toda la parte que está sucediendo en Estados Unidos de libros prohibidos. Que en el siglo 21 se prohíban libros en una sociedad como la americana es realmente una cosa bastante inverosímil”, agregó. “Entonces, nosotros abogamos por realmente la libertad de expresión; por supuesto, siempre con respeto, pero que haya realmente una libertad de expresión”.
DESTINO: GUADALAJARA
A diferencia de Sharjah, en cuya feria librera Penguin sólo ha estado presente a través de las palabras de su CEO, el grupo editorial alista su firme participación anual en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, a llevarse a cabo del 25 de noviembre al 2 de diciembre. “Yo voy cada año, porque para nosotros es la feria de Hispanoamérica más importante, en la que nosotros tenemos una presencia muy destacada”, apuntó Cabutí. Este año, en el que la Unión Europea será la invitada de honor, el despliegue multitudinario sucederá de nuevo a través de dos grandes estands, uno dirigido para adultos y otro para las infancias. “Prevemos que esta feria va a ser muy importante a nivel de afluencia de público. Y la verdad es que lo que queremos es, de nuevo, tener máximo de interacción con los lectores”, destacó.
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Fauna Filantrópica
Lauro Acevedo*
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a historia y todas las historias pueden ir en ese cabalgar de la lectura a través de los renglones de un libro, cuanta sorpresa, cuanto sobresalto, cuanto descubrimiento inesperado, cuanto amor, en esa protección de la partitura que como teclas mágicas nos dan las letras escritas,
símbolos de misterioso origen, para quedar en nuestra memoria interna. Cuando leemos deberíamos sentir un cosquilleo interno, leemos y nos recorremos por dentro, árboles al fin de piel encarnada por el verbo. Dios dijo hágase la palabra y ésta se incluyó en la piel interior del alma. Al desnudarse el primer ser–árbol–palabra, apareció el libro. La escritura nos persigue y nos consigue, surge de nuestros brazos, se convierte en la otra ala que nos falta para ser suficientes en el vuelo. No has sentido acaso que al pasar la página algo se queda en la garganta, es la voz que crece entre las ramas de la imaginación. Un libro te recuerda tus orígenes arbóreos, cuando
sólo eras un murmullo entre las ramas del cosmos, cuando ese aliento del verbo apenas germinaba en el limo del fondo, cuando ni siquiera el mar se atrevía a desafiarte, cuando las olas de la tormenta no sabían de tu furia. Porque fuiste fondo y después mar, oscuridad y después superficie de la calma. Un libro es la embarcación mayor, la que adoraron tus mayores, el arca donde se llevaron por parejas; al bien y al mal, al dolor y al placer, al vino y a la hiel, porque éstos estaban condenados a desaparecer de la tierra. Un libro es un rostro, el primer rostro de la voz; busca los gestos de la palabra en la fruta madura, en el agua envenenada, en el pan. Sal y acaricia la dureza de la armadura; hay una piel que desconoces. Desciende hacia ti mismo, por tu edad conocerás tus círculos. Entiende ahora por qué el árbol bajó para tentarte, comprende el símbolo de la sabiduría, conoce ahora por qué le hiciste caso. Por ello el Dante colocó a la sabiduría en el Purgatorio. Porque somos un árbol, crecemos en palabras y nos desnudamos en libros, para ser puros otra vez. Cuando leemos nos convertimos en hojas porque es la hoja el nombre para leer. ¿Cuándo sucede que repasamos nuestros libros, es claro que leemos por sucesos, es decir por estratos de humus, por párrafos guía? ¿En qué párrafo nos detenemos, cuál nos hace arrancar de tajo la hoja y sentir heridos nuestros dedos con sus bordes? ¿Cuándo acariciamos el párrafo y gastamos la hoja con la caricia del recuerdo? ¿Cuándo la mojamos con la lluvia de la memoria, esa que amarga el ápice de nuestra lengua? ¿Cuándo y por qué párrafo, lanzamos la hoja al viento, para que éste la lleve fuera de nuestro entor-
no, con la ansiedad de que otros la lean, con el placer premeditado de que otro árbol sienta el latir de las letras que nos cautivan? ¿Sabemos acaso el momento en que dimos vuelta a la hoja para dejar el párrafo a medio leer? Formamos nuestra historia en esa fronda que nos crece, desde las hojas–retoño, cuando apenas empezamos a vivir, hasta las caricias de los primeros vientos del amor y el azote de la ventisca del desamor. Raíces en el viento las hojas de un libro sufren el ciclo de las estaciones propias de nuestra especie. Hay libros– primavera, verano, otoño y libros–invierno. A fojas del libro del destino se inscribe la muerte milenaria, que también es casa, es bastón de mando, es soporte para sostener el regreso el tamaño de la infancia, cuando recorremos lentos las aceras de la vida. Los libros saben del fuego nacido en la tormenta, del desgaje en el huracán de los sentimientos.
Hay libros que protegen con los bordes de las vocales con el canto consonante de la poesía. Hay libros que hacen vivir el suspenso al pasar las páginas de la novela y que guardan celosamente la sorpresa al final de los cuentos. Bajo el peso blanco de los sueños, los libros viven el invierno, la palabra es su hija predilecta, única madre redentora que persiste en el humus de la vida, dormida, latente, bajo el amoroso cobijo del oro, en la hojarasca. Los libros son la escritura de la vida, finas letras que cantan, roces que recorren, –erótico tacto– nuestra piel desnuda, donde, cuando conocemos el verdadero amor, todo es posible. Un libro es ese fuego arbóreo que abre la semilla. Ciudad y puerto de Ensenada, Baja California, noviembre 2023. * El autor es poeta con 50 años de trayectoria y autor del Himno Oficial de Ensenada enardecidavoz@gmail.com
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ARBORANZA. YO, LA MULTITUD, DE LAURO ACEVEDO Lenguaje, Género, Cultura Gerardo Ortega*
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os poetas suelen usar elementos conocidos para expresar lo desconocido, o bien, para expresar lo que ha de mencionarse por vez primera. No hay dos poetas iguales, como no hay dos filósofos iguales como no hay dos árboles iguales. Un árbol más añoranza no da un jardín ni un bosque, da un estado hasta ahora desconocido pero que clama por ser expresado. De la misma forma en que dentro de cada uno de nosotros han nacido y se reúnen los muchos que hemos sido y que algunos que han muerto, también los árboles se reúnen en muchedumbre y crean un estado de cosas. Lo que es afuera es adentro. Lauro Acevedo es seguidor de la belleza, y de tan seguidor termina por crearla. Muchos árboles eran otros o no habían nacido cuando, en la década de los sesenta, en el interior de nuestro poeta crecieron raíces, ramas y hojas. Pasaron algunos años y la luz del sol, la música de las palabras que el viento acarrea en soledad y, sobre todo, ese batir en el pecho que pugna por vibrar, decantaron su vocación hacia las letras. Su vocación, su oficio y ministerio ha sido la palabra. Pero hay mucho más. Las raíces que son genealogía y recuerdos, las ramas que son afanes, madurez y fortalezas, y los frutos que son los logros merecidos cosecha de paciencia y tenacidad, todo
esto se reúne en este breve jardín de la palabra llamado Arboranza. Yo, la multitud. Un árbol más añoranza, un yo que es muchos. Un tumulto en uno solo que da forma a muchas etapas, muchas voces y abundantes vistas del mundo, tanto externo como interno. Porque lo que es afuera es adentro. *** Con la sutileza del lenguaje se expresa, se comunican las emociones del yo lírico que habla en estas páginas. El poemario es una crónica poética de vida en la que se retratan las diferentes etapas, como en un diario. Cada texto retrata un momento, una situación, pero trabajada desde el lenguaje. De este modo, encontramos versos tan ricos en varios sentidos como: La vida misma en el jugoso sabor de los duraznos (p.36). O el siguiente: Vivir es un poema en estaciones donde atraca la nave cotidiana (p.37).
El poeta no se limita al lenguaje conocido; es creador de nuevas realidades y de traductor de otras, pues el verso es una nueva realidad hecha de imágenes inéditas pero comunicables, personales pero sociales, íntimas y a la vez compartibles. Cuando la expresión conocida no alcanza, se establecen nuevas. Como ejemplos tenemos se en libra, se empoema, se enieblan, poemación, de invitaje. Todas éstas salen de la alquimia ya natural del poeta que, veterano del oficio, crea en su propio taller las herramientas que va necesitando. *** La poesía de Lauro Acevedo es pulcra, sus textos en verso libre toman la forma de la cadencia que extrae el jugo de la vida. Es notorio un oficio reposado y al mismo tiempo de un bullir sereno. Nuestro autor no brillaría si no indagara y se cayera en sorpresas. Esto lo digo en dos sentidos: En el de observar minuciosamente la vida y dejarse sorprender por los hallazgos, y en el de sumergirse en el lenguaje para extraer, como minero, la palabra justa, como la del orfebre o carpintero que toma de la naturaleza del lenguaje lo que nece-
sita. Y de no encontrarla, crearla sin restarle claridad al poema. Los poemas de Lauro Acevedo son una combinación de ritmo, imagen y sentido. Ritmo en su forma —el verso libre, pendular y cadencioso—, imagen en el fluctuar de la naturaleza que se empoema en un verso, y sentido, que evoca a la metafísica — es decir, más allá de lo tangible— y evoca también a la filosofía oriental, es decir, al conocimiento ancestral de los que somos cada uno. Los invito a que se acerquen a este libro, bellamente producido por Pinos Alados e ilustrado por el pintor Arturo Ponce Gálvez, para descubrir un yo lírico que aparentemente nos habla de la naturaleza, de bosques, agua, viento, pero que en realidad llama a conocer el palpitar del amante, la vibración de quien contempla extasiado, la curiosidad del niño que duerme pegadito a la tierra. Gracias, Lauro, por regalarnos un poemario que habitará en el jardín de nuestros presentes ancestros. *El autor es reseñista de libros de poesía yadivia@gmail.com
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El Diario Vivir Alfonso Torres Chávez*
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l 1 y 2 de noviembre es fiesta. Los mexicanos nos burlamos de la muerte casi desde el nacimiento: eso es lo único que tenemos seguro. Las fiestas con las que celebramos a los fieles difuntos y a los santos inocentes tienen un fuerte raigambre religioso y cultural. Obviamente las cosas están candentes y vemos velas por todas partes y la flor de cempasúchil es clásica en esta época. Todas las florerías las venden a destajo. Algunos señalan que el dichoso maratón Guadalupe–Reyes pudiera comenzar desde el 1 de noviembre hasta el 6 de enero. Las velas, las flores, el perro y otros enceres que son clásicos del altar de muertos representan nuestra cultura. La muerte entonces es cultura. Una cultura que enaltece desde luego toda la cultura espiritual de la muerte. Los espíritus nos visitan y por eso en los altares vemos los alimentos que gustaban al muerto y todas las cosas que en vida le gustaron desde alimentos hasta la música, las flores y otros enseres que son parte del altar de muertos. Las calaveritas son cultura. Las calaveritas son desde luego una mofa a la muerte. Quizá porque es lo único que los mexicanos tenemos seguro es algo de lo que nos burlamos casi desde el nacimiento. Mictecacíhuatl es la diosa azteca de la muerte. Ixtab es la diosa maya de la muerte. La muerte está presente siempre, no podemos eludirla, ni tampoco escapar de ella. No intentamos hacerlo desde luego y siendo lo único seguro que tenemos tampoco es algo que podamos hacer en la práctica. La vida es la muerte misma. ¿Somos los mexicanos espirituales? La respuesta es sí. Somos un pueblo con una fuerte carga tanto espiritual como teológica porque somos un pueblo con una amplia fe en Dios, (aclarando desde luego que México tiene habitantes de todas las religiones que desde luego son muy respetables).
Las creencias espirituales es lo que hace precisamente que los mexicanos veamos la muerte como una transición de la cual además nos burlamos en demasía casi desde el momento mismo de la concepción. Hoy desde luego la muerte está presente todo el tiempo. No hay que olvidar que nuestra fuerte carga espiritual es precisamente la creencia en una deidad. Los dioses están presentes todo el tiempo. Cada persona es libre de creer en lo que mejor le siente espiritualmente. Decía Calderón de la Barca que la vida es sueño y los sueños sueños son. De eso se trata la vida. De soñar un sueño que es precisamente eso un sueño. La muerte misma es un sueño eterno. Eso escribió Nezahualcóyotl, que la muerte es un sueño que nunca termina. Las catrinas, los altares, los alimentos que se ponen en los altares, las flores, son todos elementos típicos que además nos ayudan a mejor sentir. Desde luego toda la parte triste de la muerte es llorar a nuestros difuntos. Por eso tenemos el 1 y 2 de noviembre: 1 de noviembre el día de los Santos Inocentes y el 2 de noviembre el día de los Fieles Difuntos. Todos los pueblos del mundo celebran o festejan a la muerte de diferentes formas. La muerte aparece en todas las representaciones culturales. Diferencia cultural Cabe hacer una digresión: 1. Una cosa es la cultura de la muerte y 2. Otra muy diversa es celebrar a nuestros difuntos. Las celebraciones lúgubres del día de muertos son fundamentales en la cultura occidental. En Oriente Medio las celebraciones son diferentes, pero el fin es el mismo: la cultura celebra la parte espiritual de la muerte. O sea: No estamos celebrando la cultura de la muerte sino a la parte espiritual de la muerte. Los espíritus son precisamente los que se acercan a las ofrendas para tomar todos los elementos que se les ofrecen, desde los alimentos hasta los elementos como el perro, el palo guía y otros. Es quizá por eso que celebramos tanto. Todos los elementos del altar de muertos y la misma música es también una forma de festejar. Las calaveritas, el pan de muerto, las velas, las flores son simbolismos tanto espirituales como culturales que nos permiten festejar a la muerte desde un aspecto cultural que eleva el espíritu. ¿Dónde estamos?
CUATRO SOLES Y DOS MEDIANAS
¿A dónde vamos? ¿A dónde vamos después de la muerte o a dónde nos lleva el espíritu mortuorio? El pan de muerto es una delicia. El azúcar, las almendras o las nueces (que se ponen en los panes de muerto en algunos estados de nuestro país) son simbolismos culturales que además de un sabor dulce y delicioso nos recuerdan que la muerte es cultura. Y si la muerte es cultura en el buen sentido del término. Ese termino que nada tiene que ver con las concepciones modernas de que la vida sólo se vive una vez.
EL AMOR Y LA MUERTE
Jhon Keats, poeta británico del romanticismo, escribió poemas a la vida que son una belleza. Me duele el corazón y un pesado letargo. Aflige a mis sentidos, como si hubiera bebido cicuta o apurado un opiáceo hace sólo un instante y me hubiera sumido en el Leteo: Y esto no es porque tenga envidia de tu suerte, sino porque feliz me siento de tu dicha. Cuando, ligera dríade alada de los árboles.
En algún melodioso lugar de verdes hayas. E innumerables sombras. Brota en estío tu canto enajenado. Primera estrofa de “Oda a un ruiseñor”. Mayo de 1819. Jhon Keats. La cultura de la muerte puede verse con cierto color y eso precisamente es lo que hacemos los mexicanos cada 1 y 2 de noviembre. Por eso nos esforzamos en vida para los altares de muertos, porque tenemos amor a nuestros difuntos. Por eso la muerte es una fiesta, porque intenta siempre alcanzarnos a precoz velocidad y también por eso es una tranquilidad no saber cuándo llegará. ¿A dónde nos llevara? ¿Qué necesitamos saber de la muerte? Quizá sólo que es algo con lo que convivimos desde el nacimiento. Algo que desde que nacemos está con nosotros y por eso las misas y los altares de muertos, porque eso es lo que necesitamos saber: que la vida es vida mientras dure la vida – salió verso sin esfuerzo. ¡Hasta la próxima! *Doctor en Derecho por el Inpocipe alfonso.torres@inpocipe.edu.mx
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La Turicata
José Carrillo Cedillo
MARILYN M
arilyn Monroe, mi rubia soñada (fue mi novia durante un tiempo), desde luego ella no lo sabía, si no, habría dejado todo el glamour hollywoodense para trasladarse a este paraíso llamado México. Bobadas aparte, se han preguntado alguna vez, ¿cuál fue su mejor película? Nadie puede negar que ella fue en su tiempo un verdadero símbolo sexual del occidente, o sea, de esta parte del planeta, pues recordemos que oriente y otras regiones compiten con soltura con Hollywood sin demérito alguno, en calidad y, sobre todo, en número de películas producidas por año. Encontré en la red, varias cintas de las 30 que filmó en su corta vida, con la particularidad de que están calificadas con el clásico del uno al diez, ordenadas según la puntuación alcanzada y son las siguientes: Bus Stop, (1956): 6.6. El príncipe y la corista, (1957): 6.5. Río sin retorno, (1954): 6.6. Cómo casarse con un millonario, (1953): 6.9. Niagara, (1953): 7.0. Encuentro de una noche, (1952): 7.1. Los caballeros las prefieren rubias (1953):7.2. La comezón del séptimo año (1955): 7.7. Vidas rebeldes, (1961), 7.3. Una Eva y dos Adanes, (1959) (con escenas filmadas en San Diego): 8.2. Se observa, de acuerdo con esta puntuación que su mejor película fue Una Eva y dos Adanes, dirigida por Billy Wilder, donde alcanzó un Globo de Oro, por actuación femenina en película de comedia y la cinta pasó a ser considerada por la crítica especializada como la mejor de todos los tiempos (lo que sea que esto signifique). La película tiene un ritmo frenético y escenas hilarantes de primer nivel y Marilyn brilla en su papel de Sugar Kane, una rubia ingenua y medio atolondrada que canta muy bien en el tren la canción I wannabe loved by you y desde luego no voy a contarles la película como otros disque “críticos” que nos salen con el choro de que eso es crítica cinematográfica. Sólo agregaré que si acaso no la han visto, no pierdan tiempo, pues la recomiendo con la garantía de un cinemaniático apasionado, a ojos cerrados. jcarrillocedillo@hotmail.com
MI AMIGO EL MONO Y EL FINAL El Valor de la Vida Juan Rudametkin
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e quedo parado a la entrada el zoológico. Algo está pasando aquí, me digo. Si entro, casi seguro que este primitivo mono me va a sermonear y la verdad ya me puso a pensar. Ha escuchado tantas cosas tan negativas de nosotros los humanos que casi cualquier argumento que esgrimo lo termina traumando. Ya le hable de la vida, del amor, de nuestra gran descendencia, de cómo cuidamos de ellos mismos encerrándolos para que sobrevivan, cuidándoles su medio ambiente que ya di el ancho en temas. Pasaré a despedirme de él deseándole que le vaya bien en su mundo animal y ya. A la otra platicaré con una cucaracha. ¡Ésta sí me entenderá! Amigo, le digo, quiero en este día platicarte de algo que en verdad tú ni siquiera has imaginado: ¡Y en ese momento se me viene a la mente a Dios! ¡Sí! De esto ningún mono sabe algo. ¡De Dios! Y te explicaré: Dios para nosotros es un ser muy poderoso, invisible pero percibimos su presencia. Él es quien todo lo ha creado y por él todas las cosas han sido hechas. ¡Qué estoy haciendo! ¡Si yo no creo en Dios! ¿Por qué le estoy diciendo esto? Me siento impotente, mas este mono no me va a avergonzar, así que
continuo: Oh sí, ustedes no conocen de esto, pues son animales irracionales, por lo que no pueden percibir su presencia. Miren: Él nos llena de su amor, nos enseña a soportarnos unos a otros, nos alimenta diariamente, nos ha llenado de capacidades tan grandes que hemos construido muy grandes obras en el mundo, como incluso este zoológico para que ustedes vivan felices, ¡hasta hemos llegado a la luna y otros planetas! Así que nada hay comparable con el ser humano, ya que él nos creó a su propia imagen. ¿Qué tal? Ustedes como animales no la pueden experimentar. Lo siento, les digo, pero nos tienen a nosotros que nos encargaremos de cuidarlos y equilibrarlos en su propia naturaleza. ¡Sí! Les daremos el poder de autopercibirse como quieran. Hasta pueden aspirar a ser un ente humano, ¡pues sepan que uno de nosotros cree que es un perro! Y así vive, ¡como un perro! El mono me dice: No, amigo, nosotros ante su espíritu nos inclinamos. ¿Sabes? Está en nuestra naturaleza. Antepasados animales cuentan incluso de un hombre que nos dijo como nos llamaríamos. Ser humano, tú eres especial y escogido para entendernos, pero nuestra conjetura a este asunto nos lleva a esta conclusión: Creemos que quienes deberían estar en cautiverio son ustedes, pues la crueldad con que tratan todo lo que existe no merece menos. De hecho, creemos que no los preservaríamos ni en mismo cautiverio pues a nuestro parecer no valen la pena. Su existencia se acaba. Buena suerte.
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Mujer y Poder Natalia Vidales de Bitterlin
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e Atenas volamos a El Cairo para iniciar nuestro recorrido por Egipto y adentrarnos a ese nuevo mundo totalmente desconocido para nosotras –ya que por primera vez pisaríamos suelo africano. Al empezar a descender el avión, tuvimos ante nuestros ojos un escenario totalmente diferente al de otros países que hemos visitado. La impactante vista del desierto Del Sahara fue algo espectacular, sin duda, pero intrigante también fue ver –desde las alturas– lo que parecía ser la ciudad, pero algo extraña. No teníamos certeza de ello pues todo era simétrico y color arena, sin árboles ni calles. Sólo grandes extensiones divididas en enormes “manzanas” y ahí, apilados, lo que parecían ser edificios…. O almacenes, o contenedores. ¿De qué se trataba eso? No alcanzábamos a entender. Fue un enigma que posteriormente descifraríamos. El trayecto del aeropuerto a nuestro hotel se dio por la amplia avenida –la principal de El Cairo–, en tramos de hasta ocho carriles y de primer mundo, en perfectas condiciones. Así, fuimos conociendo algo de este país de grandes contrastes: los edificios que desde el avión divisamos resultaron ser conjuntos habitacionales –verticales–, todos juntos, sin calles, ni diseño arquitectónico, ni árboles. Son departamentos de miles de personas del área occidental que ahí viven y cuya pobreza se aprecia por el deterioro y la ropa colgada en las ventanas y barandales para secarse al sol. Nos vino a la mente la ciudad de La Habana, Cuba, donde ese escena-
rio es característico pero encontrarlo en este país nos pareció increíble. El escenario de construcciones a medias, vidrios quebrados y suciedad fue la constante en nuestro camino al hotel. Se observan kilómetros y más kilómetros de edificios en un estado por demás deplorable porque, además de la ausencia de vegetación, el color arena es uniforme y los edificios semidestruidos y/o semihabitados. Son “las viviendas de los pobres”, nos informó posteriormente un residente. En contraste, al ir adentrándonos en la ciudad
fueron apareciendo edificios emblemáticos, construcciones lujosas, modernas, hermosas. Y de repente…¡las pirámides!, que a la expectativa de contemplarlas se unió el impacto de tenerlas enfrente. Compartimos algunas gráficas con fotos de nuestro recorrido por Egipto, con breves explicaciones en cada una de ellas, no sin antes comentarles que de todo nuestro recorrido de cinco semanas por varios países –con todo lo ya de por sí espectacular de la zona arqueológica de Grecia– acá , en Egipto… la majestuosidad de los templos y esculturas opaca a cualquier otro país. Conocer el legado histórico de Egipto ha sido lo más hermoso e increíble en lo que va de nuestra travesía. Las dimensiones de sus esculturas y la enorme cantidad de templos y monumentos conservados a través del paso de los siglos –por haber estado cubiertos de la arena protectora– son un tesoro invaluable para la Humanidad. Pudimos visualizar más de cinco mil años de historia en cada paso que dimos por este enigmático país, para el que aún no se encuentran respuestas al eterno cuestionamiento de cómo pudieron construir esculturas tan colosales. El cómo. ¿Con qué técnica y equipo lograron edificar los monumentales templos y… las espectaculares pirámides?, son preguntas cuyas respuestas ocultas le dan un aire de misterio adicional a esta ya de por sí indescifrable cultura milenaria coexistente con la Mesopotamia antigua. Egipto es, sin duda, un país de singular atractivo. Esperamos que nuestras fotos muestren su grandeza y su belleza. Única, espectacular.
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Raíces
CARLOS LAZCANO*/COLABORACIÓN Ensenada, B.C.
La Tierra nos cuida a nosotros, no nosotros a ella … más bien necesitamos protegernos a nosotros de nosotros mismos. Lynn Margulis
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ace unos días adquirí un par de libros que algunos amigos me habían recomendado ampliamente. El primero de ellos se llama Un mar de esperanza, escrito por la bióloga mexicana Andrea Sáenz–Arroyo y publicado por el sello editorial Taurus. La edición data de marzo del 2022. Andrea es bióloga marina y tiene un doctorado en Economía y Medio Ambiente. Muchos años trabajó en Baja California buscando el papel de la integridad ecológica en el bienestar de la sociedad. Actualmente trabaja en el Colegio de la Frontera Sur. Fue galardonada en el 2011 con el premio Pew de Conservación Marina y gracias a ese apoyo pudo escribir el libro que comentamos. En su libro la autora nos presenta varios casos de diversos lugares del mundo donde grupos de ciudadanos autoorganizados han logrado empresas exitosas que aprovechan recursos naturales del mar de forma responsable y sustentable. Empresas en Baja California Sur, Islandia, España, Dinamarca, California (EU) e islas Fiyi que han logrado cuidar los ecosistemas naturales al mismo tiempo que prosperan económicamente. Un aspecto que destaca la autora, común a todas las empresas que presenta, es la participación colectiva en la toma de decisiones. Ella la llama “inteligencia colectiva” y surge “cuando nos escuchamos unos a otros y creamos juntos un futuro que jamás habríamos imaginado solos”. Cuestiona la participación del Gobierno en estos procesos y apunta que “nunca se debe dejar en manos del Gobierno algo construido por los ciudadanos”. Ciertamente, este libro nos presenta un panorama optimista y nos hace ver que “cuán profunda es la conexión de nuestro propio bienestar con la integridad de los procesos ecológicos… a medida que conocemos más cómo opera la vida en la Tierra nos percatamos de que no tenemos otra opción más que imitar lo que la naturaleza ha aprendido a lo largo de millones de años”. Andrea nos dice que para lograr que preservemos nuestros ambientes naturales tenemos que
modificar nuestra noción de progreso, por una comprensión que incluya conservar todos esos elementos de la naturaleza que nos dan bienestar y que se nos dan en forma gratuita. En su libro nos menciona como ejemplo de empresas sustentables que cuidan muy bien sus recursos naturales y al mismo tiempo los explotan de una manera sensata, a las cooperativas de la isla Natividad.
EL TEJIDO DE LA NATURALEZA
La autora del libro El tejido de la naturaleza es la destacada científica Anne Sverdrup–Thygeson, de origen noruego. Tiene un Doctorado en Biología de la Conservación y es profesora de la Universidad Noruega de Ciencias de la Vida (NMBU) y asesora científica del Norwegian Institute for Nature Research. Sus estudios se centran en la ecología de los insectos, la biodiversidad biológica forestal y la gestión y conservación de la naturaleza. En su libro, Anne nos habla de esa vinculación que tenemos con la naturaleza y de la cual muchos no se dan cuenta. En su libro nos habla a manera de viaje, haciendo un recorrido por numerosos ecosistemas que nos rodean y que muestran muchas de las maneras sutiles en que todas las especies, incluyendo la nuestra se encuentran interconectadas. Es un texto hermoso que despliega ante nosotros esas bellas redes de la naturaleza, las que al conocerlas nos dan ese sentido de amor y respeto por lo que nos dan vida y sostienen nuestro bienestar como especie parte de este planeta. Agua, oxígeno, plantas medicinales, suelos, alimentos, control del clima, además paz e inspiración. Es tanto lo que nos da la naturaleza.
Igualmente se nos advierte de los daños que estamos ocasionando a este sistema que nos sustenta y que debemos actuar para revertir el daño que ocasionamos, ya que si no lo hacemos nos afectará profundamente. Como nos dice la autora: “Cuando pensamos en la naturaleza, la vemos como una especie de banco de recursos ajeno e inmutable. Un lugar separado de nosotros, los humanos, y de nuestras vidas cómodas. Un centro de servicios del que podemos obtener recursos ilimitados y esperar favores sin reservas, cuando queramos, pero que, por lo demás, no nos concierne especialmente. Y no es así. Tú y yo formamos parte del tejido de la naturaleza y estamos más integrados en él de lo que crees. La naturaleza, con sus grandes cantidades de organismos diminutos y poco visibles, es lo que nos mantiene en pie, lo que sostiene la vida humana, incluso cuando esa vida es urbana y moderna”. Sin lugar a dudas, la lectura de estos dos libros nos ayudará a entender nuestra pertenencia y dependencia de la naturaleza. Y como dice Lynn Margulis: es la naturaleza la que nos cuida, no nosotros a ella. Lo que estamos haciendo es modificar los ambientes naturales que nos permiten vivir con bienestar. Si seguimos por ese camino mucho sufrimiento nos estaremos causando y podríamos llevarnos a la extinción. Es decir, debemos cuidarnos de nosotros mismos, de todo eso nuestro que da más valor al dinero que a la naturaleza que a la vida. * El autor es investigador, escritor y uno de los más destacados espeleólogos del país. carloslascano@hotmail.com
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Columna Invitada José A. Ciccone
Para mi gran amigo Rubén Sarmiento Ortiz, compañero de rutas profesionales y gran mentor de muchos empresarios exitosos José A. Ciccone
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i ya peinamos más de una cana –o lustramos calvicie– y pasamos airosos la tercera edad, entrando a la etapa azul de la vida, hacemos siempre un balance de lo vivido en nuestras lejanas juventudes. La conclusión, plagada de comparaciones, a veces odiosas pero necesarias, es casi la misma. Los que somos baby boomers algunas vez fuimos jóvenes, cuando no existían ni la tecnología tan avanzada, ni primaba la inmediatez como en la comunicación de hoy, no había home office –acelerado por una pandemia como el Covid–, ni telefonía celular –nuestros padres nos ubicaban por los teléfonos fijos de amigos, novias o parientes–, dentro de un clima más o menos calmado, las calles eran más seguras, no aplicaba el monitoreo con cámaras porque había poco que vigilar, tampoco se hacían compras por internet, no teníamos Netflix, tampoco Inteligencia Artificial… ¿será porque nos gustaba todo lo de procedencia natural? No contábamos con tantos adelantos benéficos como los que hoy tenemos a nuestro alcance. Las redes no eran virtuales, ni confundían en su afán por unir, sino reales y “para uso exclusivo de los pescadores que extraían el fruto de los mares”. No existía el Uber eats ni el food delivery. Conocíamos la procedencia de lo que comíamos, lo cocinaban en casa o en algún restaurante de confianza, donde el dueño nos informaba sobre el plato del día. Nuestra forma de divertirnos –ni mejor ni peor–, nada tiene que ver con la actual, donde predominan las pantallas en el hogar y su andanada de plataformas que acercan películas de estreno, pero nos alejan de las salas de cine, no contábamos con la play para jugar
con amigos invisibles y a la distancia, todo era en directo, trato muy humano y de vez en cuando con la compañía tierna de algún perrito querido que oficiaba de mascota y nos seguía hasta la puerta de casa en nuestras travesías. Convengamos que también algunas diversiones se conservan, como es el deporte en general, hoy mucho más descaradamente comercializado, fabricante de millonarios por los pases que se realizan año con año. En el caso del futbol soccer, aderezado de vez en cuando por algún acto salvaje, desorden interior con insultos penalizados, nudismo gordo en las tribunas, o escándalo fuera de los estadios, las formas cambiaron, el encanto sigue. Las conquistas amorosas de antaño eran más elaboradas; todavía había pudor y respeto para iniciar una relación. El piropo ocurrente y caballeroso era un homenaje permanente a la figura de la mujer. Se hablaba con los padres de ciertos asuntos privados, sobre todo pidiéndoles orientación y consejo. La familia era un vínculo sagrado; los mayores significaban algo más que un montón de años, los abuelos dejaban su impronta en cada familia, ya sea en los gustos y dominios por la cocina tradicional elaborada con insumos naturales, o su preferencia por los libros y en especial por algunos autores o géneros literarios, también por la música que ellos oían y que algo de ella nos gustaba. En esa época las cosas no cambiaban tan rápido, se podían saborear por más tiempo. Los amigos eran de apretón de manos y para siempre, la mayoría fumábamos o nos echábamos un trago, por moda, esnobismo o supuesto estatus, había menos “amiguito y amiguita”, pero mayor respuesta a la hora de apoyar al otro. Existía más diálogo, más tertulia entre pares. Cuando decíamos “niños” la palabra comprendía los dos géneros, la mayoría de los discursos iniciaban con un “señoras y señores”, había más vida privada, nadie, excepto la familia, sabía dónde andaba uno de viaje o cuándo se celebraba un acontecimiento y fiesta de tipo privada, entre íntimos. No había muros exhibiendo “lo mejor” de cada uno, ni poses permanentes con fotos repetidas hasta aburrir a todos; “mira lo que estoy comiendo, ahora veme cómo me subo al avión, hoy celebrando nuestro aniversario”, etcétera, etcé-
tera. Todo de manera pública, exhibiendo paso a paso nuestras vidas (ex) íntimas, para que la vean hasta los que no nos quieren, con tomas mágicamente rejuvenecidas por el Photoshop, expuestas con la esperanza que una masa virtual multiplicada, más atenta a sus pantallas táctiles que a las personas, haga like muchas veces para que entremos en el trending topic. Los nuestros, eran otros tiempos, claro está. Recuerdo vivamente cuando el hombre había llegado a la luna, plantando los primeros pasos de lo que disfrutamos hoy tecnológicamente para tener lo que tenemos. Competíamos por un puesto de trabajo, de otra manera y si al final lográbamos emplearnos, en casa había una fiesta porque nuestros viejos festejaban ese hecho como algo sublime. El trabajo dignificaba, la atención al cliente era primero, reinaba la educación por lo demás, las drogas eran generalmente de consumo medicinal, para curar enfermos; hoy es de uso habitual para enfermarse. Habíamos sufrido guerras mundiales y civiles devastadoras, estábamos ocupados en restablecer un orden mundial con base en la preparación académica, la ciencia que seguía adelante y con rumbo fijo, el trabajo creador útil y fecundo hacía su parte poniendo creatividad, músculo y buenas intenciones de avanzar. Una nueva revolución industrial y comercial estaba en marcha, nacía un reacomodo de los países, una renovada intención mundial. También hubo un Kennedy y un
Luther King asesinados, hechos repudiables condenados por las mayorías y una incomprensible, injusta, larga y sangrienta guerra de Vietnam, que dejó una estela millonaria de muertes. Gobiernos de facto en Sudamérica, que ponían orden a su manera, de forma violenta y condenable. Un Tlatelolco de 1968, cuya represión empleada avergüenza parte de la rica historia de México. Una juventud del “Mayo francés” que salía a las calles de París a pelear por sus derechos estudiantiles, que movilizó también a la clase obrera de aquel país. Reinaba la convicción y el amor por la política, hoy destrozada en su genérico, para poder hablar o representar alguna corriente, había que estar preparado y saber qué estábamos exponiendo. La política no era una carrera tan descarada y brutal por prebendas como la de hoy. Teníamos gobernantes buenos y malos, pero todos, absolutamente todos, eran gente con un grado aceptable o sobresaliente en materia cultural, de conocimientos generales y, sobre todo, del giro que ejercían, verdaderos maestros, conocedores del rubro. La política primero se estudiaba y se aprendía, luego se ejercía. La rúbrica de este pequeño recuento es que hay que vivir el mundo que nos toca transitar, respetando al máximo la realidad actual, pero también explicando a los más jóvenes, cómo vivíamos en un pasado con menos tecnología de avanzada, pero con más apego a las convicciones, donde la familia era el pilar que sustentaba los esfuerzos de cada uno de sus integrantes. No creo que regresarnos totalmente en el tiempo sea bueno, pero sí, debemos echarle un vistazo al pasado para revisar cuantas cosas aprovechables se pueden rescatar de él, sobre todo para que hoy, tengamos una mejor convivencia, porque tengo la impresión que la esencia humana–comunicativa–presencial está perdiendo terreno aceleradamente.
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VALORES. SOCIEDAD… Y ALGO MÁS REFLEXIONES SOBRE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
Ser Ser Humano Héctor Lecuanda*
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n nuestra entrega anterior afirmamos que en el momento en que fue creado el Hombre, fue dotado con un algo diferente, porque el Creador decidió que fuéramos un ser muy especial. Ese algo nos hace tener una dignidad que además nos hace objeto del amor infinito del Creador. Somos un tesoro para Él. También afirmamos que la gran diferencia es que somos un ser compuesto de cuerpo y espíritu (alma para los creyentes), pero ¿a qué evidencias podemos apelar para soportar semejante afirmación? ¿Cómo sabemos que tenemos espíritu? No lo podemos ver, tocar escuchar, etc. ¿Por qué el hombre tiene ese privilegio y otros seres no? En esta entrega intentaremos responder a esas preguntas.
VEAMOS:
1. En primer lugar, somos capaces de generar ideas universales. Si el día de hoy escuchamos la palabra huracán, cada uno de nosotros podemos pensar en diferentes eventos; en este momento pensamos automáticamente en Otis, pero habrá otras personas que piensen en Katrina, Gilberto, o cualquier otro. Cada uno con diferentes características y consecuencias, pero todos son huracanes. Igual podemos pensar en pelota. Un objeto esférico que sirve para jugar… cada uno de nosotros podemos pensar en una pelota específica, pero en la mente siempre conservaremos la idea universal. Ningún otro ser de la creación es capaz de hacerlo; se han hecho experimentos con chimpancés, delfines, cuervos, etc., todos con los mismos resultados. 2. En segundo lugar, somos capaces de pensar en realidades no tangibles. Esto es tan claro, como que todos sabemos qué es la generosidad… en este momento viendo la reacción de la sociedad ante la devastación de Acapulco, lo podemos afirmar con
claridad. ¿Qué color tiene?¿Cuánto pesa?¿En dónde la puedo guardar?... sin duda existe, igual que la humildad, que la simpatía, y tantos otros conceptos intangibles que a diario usamos y conocemos. En este caso no he sabido de experimentos con otros seres, porque estamos ante algo totalmente diferente y fuera del alcance de algún otro ser. 3. En tercer lugar, tenemos una condición de libertad… somos libres. Con esto se afirma que somos capaces de definir nuestras reacciones, no estamos condicionados por instintos, sino que tenemos la facultad de decidir aun en condiciones extremas nuestra respuesta, basados en la voluntad. Se afirma que cuando Víctor Frankl (sobreviviente del campo de concentración de Auschwitz) recibió la noticia de que iba a ser castigado con una noche de “dormir en un calabozo”, contestó: “Me podrán obligar a pasar la noche en el calabozo, pero… dormir o no dormir es decisión mía¨. Otros seres obedecen a sus instintos. Nadie conoce un perro, por muy educado que haya sido, que sea casto. En períodos de celo, siempre tienen la misma reacción. 4. En cuarto lugar, tenemos capacidad de reflexión. El gran consejo que todos hemos recibido es “Piénsalo dos veces…” . Aún en estos tiempos en que nos admiramos de las capacidades de la IA, cuando se trata de tomar una decisión no hay computadora por muchos gigas que tenga que sustituya a una reflexión. Por ejemplo: ¿Este filete que me ofrece el carnicero será blando (más digerible) o duro?¿Cómo me ha ido comprando en otras ocasiones? ¿A la hora de cocinar me acordé del carnicero o no? Esto es algo muy sencillo en que la tecnología no nos puede ayudar. Veamos otro asunto más trascendente. ¿Me caso con...? ¿O con... ? Como que cambia el panorama y más vale que se piense no sólo dos, tal vez tres o más veces… 5. Por último, tenemos una capacidad infinita de progreso de entendimiento. Todas nuestras facultades físicas están definidas por ciertos límites. No podemos escuchar frecuencias muy bajas, tampoco muy altas (se nos reventaría el oído). La intensidad de la luz que podemos ver, es también limitada, demasiada luz nos encandila y podría llegar a dañarnos; por otro lado, en la oscuridad no podemos ver nada. No digamos algo de la temperatura, no soportamos temperaturas muy altas y tampoco extremadamente bajas. Sin embargo, en cuanto se refiere al entendimien-
to, sí podemos expandir nuestro conocimiento infinitamente, aun las personas con una escasa educación formal nos admiran en sus conclusiones basadas en su experiencia. Especialmente en el ambiente de la investigación científica, no tendríamos los sorprendentes avances si cada investigador partiera de cero. Por la vía de la fe sabemos que el Creador, además de las relaciones admirables de nuestro organismo (algunas en este momento aún no explicadas), quiso darnos a cada uno un alma inmortal que nos hace diferentes. Precisamente ese hecho es el que nos confiere una dignidad indiscutible a cada uno de nosotros. Y esa dignidad nos permite afirmar que, para Dios, todos y cada uno de nosotros somos un verdadero tesoro. Precisamente el hombre es el punto de partida de la Doctrina Social de la Iglesia. Una vez establecida su importancia y dignidad, estaremos en condiciones de reflexionar en su dimensión comunitaria como elemento de la sociedad. Tengamos mientras tanto muy presente que todos somos objeto del amor infinito de Dios Creador. *Miembro de Odeco
Día del Señor Carlos Poma Henostroza*
E
n el Evangelio de este día, Jesús nos invita a dirigir nuestra vista al horizonte del camino y que no significa quedarnos contemplando este acontecimiento como si se tratara de un cuadro apocalíptico, significa mirar y vivir nuestro presente a la luz del acontecimiento. Para ello Jesús nos presenta la prudencia como un requerimiento para entrar al Reino de los Cielos, y para ello, nos cuenta la parábola de las vírgenes necias. La fiesta nupcial judía, estaba cargada de ritos simbólicos, y esto le sirve para hablar del Reino de los cielos. En la ceremonia de recepción y de acompañamiento que hacen las amigas solteras de la novia a la feliz pareja, tienen que ir con sus lámparas encendidas y su alegría juvenil contribuían, sin duda, a la felicidad de los novios. Todos juntos iban hacia la sala del banquete, inundada de luz y de alegría. Iniciada la fiesta se cerraba entonces la puerta y la noche, oscura y triste, quedaba fuera, en fuerte contraste con la luz y el alborozo que había dentro, en la sala del banquete. Eso viene a ser el Reino de los cielos, un banquete de bodas rea-
les. En la noche, cuando menos se espera quizá, llegará el esposo, Cristo Jesús, para celebrar por siempre la gran fiesta nupcial. Entonces el que tenga su lámpara encendida, quien tenga su alma en gracia, quien viva la fe, quien tenga despierta la esperanza y caridad, ese entrará en la sala del Reino, y participará de esa fiesta que nunca terminará. En cambio, el que tenga su lámpara sin aceite, quien tenga el corazón seco y frío, quien vista los harapos del pecado, quien
duerma el sueño de los indolentes y los superficiales, quien sólo piense en sí mismo, ese se quedará fuera, inmerso en esa oscura noche, sin amanecida posible. Por eso, tenemos que vigilar, estar alerta, vivir preparados, siempre en gracia de Dios y luchar cada batalla como si esa fuera la última. No podemos descuidarnos, no podemos andar jugando, es mucho lo que se solventa, la salvación eterna. Para poder entrar a esa Fiesta a la que todos somos invitados, tenemos que estar preparados, con nuestras lámparas llenas del aceite de las virtudes y de las buenas obras. Debemos vivir y estar siempre preparados para encontrarnos con Jesús, con Dios, cuando tengamos que comparecer ante él, en cualquier momento que él nos llame. Y como no sabemos cuándo nos va a llamar, debemos vivir preparados, es decir, esperándole siempre. Durante toda nuestra vida, debemos hacerlo con esperanza activa, como lo hicieron las cinco vírgenes prudentes; no imitar nunca a las cinco vírgenes necias. No dejemos la preparación para cuando seamos viejos, o cuando estemos gravemente enfermos. La esperanza activa supone una vigilancia continua
sobre nuestra manera de pensar, de hablar, de comportarnos. Ser buen cristiano supone un esfuerzo, una lucha, contra nuestras malas inclinaciones naturales. Porque, de hecho, todos nacemos con una inclinación original al pecado, al mal. Es cierto que también nacemos con buenas inclinaciones, con inclinación al bien, pero nuestras buenas inclinaciones naturales siempre, durante toda nuestra vida, están mezcladas y muy limitadas por nuestras inclinaciones malas. Ser bueno, ser buena persona, es una lucha continua y un esfuerzo personal continuado. Imitemos a las cinco doncellas prudentes de la parábola, con el aceite de la virtud siempre encendido, para que podamos recibir a Dios, cuando nos llame, con nuestras lámparas de la virtud encendidas. Sólo así podremos entrar al banquete de bodas que es el Reino de los cielos, y que Dios tiene preparado para todos sus hijos desde el principio de la creación. ¿Cómo tienes tu lámpara? ¿Tienes suficiente aceite? Que Dios, los bendiga hoy, los acompañe y proteja siempre. *El autor es presbítero cpomah@yahoo.com