Palabra, 25 de enero de 2015

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DOMINGO 25 de enero de 2015 / Núm. 199


2 EL CASO NISMAN

DOMINGO 25 de enero de 2015

Otro momento decisivo

«No se sabe qué pasó. La versión oficial dice suicidio, pero el secretario de Seguridad de la Nación, cuando la anunció ante la prensa, habló de “la víctima”»

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Foto: Cortesía

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a historia empezó en septiembre de 2004, cuando el entonces presidente Néstor Kirchner designó al fiscal federal Alberto Nisman al frente de una unidad judicial dedicada a seguir buscando a los culpables de la voladura de la Asociación Mutual Israelita Argentina –AMIA– que había dejado, diez años antes, 85 muertos. En ese momento sólo había hipótesis: ni un acusado en firme. El fiscal Nisman trabajó durante años sin llegar a conclusiones definitivas. Pensaba, sin embargo, que el gobierno iraní estaba relacionado con el crimen; en enero de 2013, cuando el gobierno argentino firmó un “memorándum de entendimiento” con Irán para “colaborar” en la investigación –el principal sospechoso se transformaba en colaborador–, se sintió traicionado. Hace unos días anunció que había descubierto, a través de escuchas telefónicas y otros informes, una conspiración de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el canciller Héctor Timerman y varios más para ocultar la culpa iraní en el atentado: que el memorándum de entendimiento era el modo de garantizar la impunidad iraní a cambio de prebendas económicas. En un país menos anestesiado, la acusación de que un gobierno protegió a los culpables del peor atentado de

su historia habría producido una crisis potente. En la Argentina hubo chistes e insultos, tuits y gritos, ministros que salieron a decir que el fiscal estaba loco y diputados que lo invitaron al Congreso a presentar sus pruebas. Debía ir este lunes 19 por la tarde; unas horas antes, en la madrugada, Alberto Nisman, 51, dos hijas, divorciado, apareció muerto de un balazo en el baño de su piso en el barrio más caro de Buenos Aires. Hay mañanas en que parece que la caída argentina no va a terminar nunca. No se sabe qué pasó. La versión oficial dice suicidio, pero el secretario de Seguridad de la Nación, cuando la anunció ante la prensa, habló de “la víctima”. Es difícil suponer que alguien que ha pasado diez años trabajando se mate la víspera del gran día en que por fin presentará el resultado de sus esfuerzos. Portavoces oficiosos del gobierno dicen

MÚSICO P E C S.

Son manos fuertes en apariencia Tienen la ternura suficiente Para prodigarla a seres que lo aman Despiertan historias ocultas Hace que vuelen y lleguen a la memoria Se instalen, no duerman, recorran caminos, horas Transiten por la melodía y la introduzcan A laberintos desconocidos y todo lo colmen de paz La música es un refugio donde dejar de atormentarse La lleva consigo irriga desde siempre su adentro No puede abandonarla Es esclavo gozoso Fiel a la melodía. bioelia@hotmail.com

Suplemento Cultural de

que lo hizo porque le dio vergüenza “que se descubrieran sus mentiras”. La presidenta Kirchner se apuró en apenarse por el “suicidio” y desarrolló, en una larga carta, otro relato de conspiraciones: en este caso, que la acusación del fiscal contra ella había sido un complot organizado una vez más por la prensa y relacionado –de forma casi delirante– con el atentado contra Charlie Hebdo. Pero muy pocos argentinos creen en un suicidio o, en el mejor de los casos, hablan de “suicidio inducido” –por razones políticas. La duda se ha instalado: en la Argentina no es fácil despejarlas. De hecho, Alberto Nisman investigaba un caso de más de veinte años que sigue sin dilucidarse. Las conjeturas sobre su muerte son variadas: que si lo mató un comando iraní, que si algún sector desesperado del gobierno, que si un grupo de los servicios de inteligencia –cuyos jefes fueron despedidos

semanas atrás– para ensuciar al gobierno con la sospecha. Queda dicho: vistas las costumbres criollas, es probable que nunca se sepa qué pasó en ese baño. O, peor: si la policía anuncia que fue un suicidio, millones de argentinos no lo creerán –y supondrán que su gobierno tiene algo que ocultar, que de algún modo más o menos cercano fue cómplice del hecho. Es un dato brutal: no se puede gobernar un país en esas condiciones. Ni se puede, en verdad, vivir en un país en esas condiciones. O sí, como los argentinos nos empeñamos, una y otra vez, en demostrar. La muerte del fiscal Alberto Nisman parece uno de esos eventos que reescriben la historia, que se recuerdan muchos años después como aquel momento en que todo cambió. Pero también es cierto que la Argentina produce, de esos, demasiados. @martin_caparros

No. 199/ 25 de enero/ 2015 Dirección General Jorge Camargo Director Editorial Ariel Montoya Editor Rael Salvador Editor de Fotografía Jorge Calderón Críticos / Colaboradores Héctor García Mejía, Marcela Danemann, Ruth Gámez, Arnulfo Estrada, Federico Campbell (†), Olga Aragón, Javier Cruz, Jorge L. Osiris Fernández, Gerardo Sánchez, Montserrat Buendía, Sergio Gómez Montero, Elia Cárdenas, Jesús López Gorosave, Patrick Liotta, Paúl Nazar, Renata Sández Oseguera, Lauro Acevedo, Benjamín Pacheco, Heberto J. Peterson L., Iliana Hernández P., María Eugenia Bonifaz de Novelo, Enrique A. Velasco Santana, Mélida ojeda López, Kepa Murua, Dr. David Rodríguez de la Peña, Ana M. Mora, Herandy Rojas, Manuel Guillén, Alina I. Gallardo, Ramiro Padilla, Daniel Salinas, Óscar Ángeles Reyes, Gerardo Ortega, Deÿ López, Aldo Calderoni Etcheverri, Elba Jordán S., Gabriel Ríos C., Diana Venegas, Fernando Macillas T., Jaime E. Delfín V., Manuel Quintero, Martín Caparrós, Eduardo Cruz Vázquez, Norma Herrera, Jorge Valenzuela, Miguel Lozano, Jhonnatan Curiel, Gustavo Dessal, Óscar Villarino Ruiz, Alberto Manguel. Corresponsal en Francia Cony Singüenza Corresponsal en Italia Ferdinando Scianna Corresponsal en Chile Ramón Ángel Acevedo, “Rakar” Fotografía Enrique Botello Correo electrónico raelart@hotmail.com palabra@elvigia.net Teléfonos para publicidad 120.55.55, ext. 1023 Ensenada, B.C. México.


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ALEATORIEDADES

EN SÉNECA

¿QUIÉN ESCRIBIRÁ LA NOVELA NEGRA DEL FISCAL?

TREN NOCTURNO La muerte, la lujuria y el sentido de la vida Por Rael Salvador

Foto: Cortesía

SUCEDE A VECES que una Novela Negra se escribe sola. La extraña muerte del fiscal argentino Alberto Nisman es tan respetuosa con el canon literario y cinematográfico del thriller político, que hasta el más ortodoxo de los narradores hubiera dudado a la hora de presentar un guión tan estereotípico, tan de manual. nos detectivescos con Isidro Parodi. Sin Hasta parece que lo estoy leyendo en la embargo, si me dieran a elegir, me hucontraportada de un libro premiado en biera gustado leer esta historia escrita por la Semana Negra de Gijón: Un fiscal con un Rodolfo Walsh (uno de los no recolas pruebas para involucrar a altos fun- nocidos padres de eso que llaman Nuevo cionarios de Irán y Argentina en el en- Periodismo) o un Tomás Eloy Martínez. cubrimiento un crimen terrorista come- Lástima que ninguno de los dos esté vivo. tido hace 21 años, muere en extrañas cir- Walsh, desaparecido por los esbirros de cunstancias horas antes de la audiencia. Videla en 1977 luego de publicar una carLa versión oficial apunta al suicidio, pero ta donde denunciaba los crímenes de la la voz de la calle habla de asesinato. junta militar, escribió un no reconocido El escenario y la situación son también clásico de la no ficción: Operación mael non plus ultra de la ortodoxia cuando sacre. Pocos años antes de A sangre fría de novela negra hablamos: Un departa- de Capote o Los Ángeles del Infierno de mento en Puerto Madero donde el fiscal Thompson, Walsh reconstruyó un crimen está solo; una mesa repleta de papeles; de estado cometido en 1956 con las reun disparo en la osglas del mejor Non fiction. curidad; una ambuEloy, por su parte, “Y, sobre ellos, los Tomás lancia a la que se niereinventó las vidas de perga el ingreso; un se- muertos, los canijos sonajes de la historia arcretario de seguridad gentina impregnando el muertos de hace que misteriosamente mejor periodismo narrati21 años que no llega a la escena del vo con furtivas dosis de reacrimen minutos deslismo mágico como sucede descansan” pués del disparo; una en Santa Evita o La novela custodia que se relaja; de Perón. Con ese estilo me una puerta de servicio abierta; un arma gustaría poder leer la historia de la extraajena para quitarse la vida (cuando el fis- ña muerte del fiscal. cal era dueño de dos pistolas de mayor caLa muerte de Nieman puede transforlibre), ausencia de pólvora en las manos marse en un clásico de la mejor narratidel supuesto suicida; una presidenta que va periodística, aunque por ahí se me anintenta salvarse del desbarrancadero; un tojan ciertas licencias literarias: el diálopaís islámico ocultando terroristas y, so- go interno del fiscal en los minutos prebre ellos, los muertos, los canijos muertos vios a la muerte; las voces de sus demode hace 21 años que no descansan. nios susurrando al oído; la respiración ¿Cómo escribir una historia que ya se del posible asesino oculto en las somescribió sola? Sí, le queda mucha tarea bras; la cuenta regresiva en la eternidad al periodismo duro y desnudo de Jorge de los instantes que preceden al dispaLanata (que, sin duda, se tirará a matar) o ro; el balazo irrumpiendo en la oscuridad a la crónica de un Martín Caparrós o una porteña; la sangre oscura sobre la alfomLeila Guerriero. Claro que la ficción de- bra; la noche de insomnio de la presidentectivesca tiene tarea y en Argentina hay ta; las tinieblas que todo lo devoran; los a pasto. Me gusta el policial ortodoxo de fantasmas que nunca duermen. ¿Quién Guillermo Orsi o Sergio Olguín, o ese tendrá la maestría para escribir una hispedazo de pulp jarcorero que fue Entre toria que ya está escrita? ¿Quién diablos hombres de German Maggiori. Vaya, la escribirá? hasta los mismísimos Borges y Bioy (o Biorges Bustos Domecq) pisaron terredanibasave@hotmail.com

“No puedes quedarte esperando la inspiración. Tienes que ir a buscarla a un Bar”. Jack London.

NO ES MI GÉNERO, pero te la voy a presentar. Es una novelita del inglés Martin Amis, titulada Night Train (Tren nocturno). Apenas 190 páginas para no dormir, para pensar que la vida dispone de más salidas que las que habitualmente estamos acostumbrados… La trama, lo sucedido: suicidio. ¿Suicidio? La muerta es la bellísima Jennifer Rockwell, joven científica –¿puedes creerlo, apenas veintisiete años?– que, de no ser por sus desestabilizadas inclinaciones, ahora debería estar investi- Trader Faulkner, profesor de filogando astrobiología, costras de se- sofía y pareja de Jennifer, en una men en el espacio de ochenta mi- burda confrontación por demás exllones de años de antiquisita, donde la muerte, güedad, intentando de- «Me pareció la lujuria y el sentido de velar el origen de nuesla vida vuelven a tomar que sabía tra especie. rumbo… Tren nocturno. Pero eso es lo Hace unos días utilicé de lo que de menos. un aforismo de él, Martin La encargada del caso hablaba: “Un Amis, para abrir una de es Mike Hoolihan (es buen artículo mis columnas. Me pareció que sabía de lo que mujer, aunque tenga es aquel nombre, voz y aparienhablaba: “Un buen artíque cuando culo es aquel que cuancia de hombre), una detective que trabaja do terminas de leerlo te terminas para el Departamento ganas de pagarle de leerlo te entran de Homicidios de New una copa a su autor”. York, teñida de rubio, entran ganas Gasolina del alma. con una vida expectansalí a buscarlo. Y de pagarle loHoy te, que además carga encontré. Apenas 190 en su cuenta sentimen- una copa a su páginas para no dortal el fracaso de su relamir, para pensar que la autor”» ción con algunos canavida dispone de más sallas, incluido su propio lidas que las que habipadre. tualmente estamos acos–He visto cuerpos que tumbrados… llevaban muertos tanto tiempo que Llueve, la noche es un agujero cirlo único que se le ocurre a uno para cundado de luces urbanas. “Ahí viedeterminar la hora de la muerte es ne el tren nocturno. Primero ese somedir el tamaño de los gusanos. nido como de cuchillos que alguien Más cercana a un trailero ruso, su estuviera afilando. Luego el grito, faceta de alcohólica acaba de termi- duro pero sinfónico, como un arnar y las reflexiones circundan la lu- pegio de cláxones”. cidez alucinada de la inteligencia, la ternura y el misterio. Investiga a fondo la psique de raelart@hotmail.com

Foto: Cortesía

Por Daniel Salinas Basave


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JOSÉ E M I L O PA C H E C O E N C O L OMBIA

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omo agregado cultural de la embajada de México en Colombia, entre junio de 2001 y agosto de 2005, si algo disfruté fue organizar la visita de los exponentes de nuestra cultura. Tan entrañable la de José Emilio Pacheco (JEP) a mediados de junio de 2004, que generó un breve pero intenso intercambio epistolar. Mensajes que son cartas que revelan desde las minucias del viaje, pasando por las angustias del trotamundos, hasta emociones vitales al momento de teclear en la computadora. Al recobrar de mis archivos de ese tiempo colombiano los correos de JEP (fluyeron del 18 de marzo al 24 de agosto), no exagero al decir que siento su voz. Pocos tienen la dicha de escribir como hablan, de leerlos como si estuvieran de frente. Poco más de 10 años después de esa temporada, a un año de su fallecimiento, Berny –su apellido materno– aparece lleno de intensidades y sabiduría.

Los preparativos

Foto: Indira Restrepo

Para la visita de José Emilio se combinaron dos invitaciones. Una de la Universidad Nacional de Colombia, a través del escritor Fabio Jurado, a efecto de rendirle un homenaje. La otra, del Festival Internacional de Poesía de Medellín. Cuando pactamos su estancia, aún no ganaba del Premio Pablo Neruda. Y cuando ocurrió el fallo, resultó un privilegio llegara a Colombia antes de recibir el galardón. En esos años de diplomacia cultural, conté con el apoyo de dos extraordinarias colombianas, Olga Beltrán y Paola Cortés. A Pao le tocó velar por la infinidad de detalles que imponía el periplo de JEP.

El primer correo data del 18 de marzo 2004. Lo pongo tal cual: De: erny1939@yahoo.com A: angol97@yahoo.com.mx Querido Eduardo: Muchas gracias por todo lo que has hecho, por la carta y por el mensaje electronico. Perdona mi silencio pero no habia recibido nada hasta hoy. Me parece muy generoso el plan de Colombia. Lo unico es que no se si a esta edad tendre fuerzas para resistir el programa. Respecto a la conferencia, se me ocurre algo respecto al encuentro de Bogota de Tablada y el joven Pellicer en que se origina la vanguardia mexicana. Si es de tu interes y de los maestros de la universidad sigo adelante. En caso contrario buscare otro tema. Te escribo desde la Universidad porque en en la casa, si asi puede llamarse, no tengo aun Internet. No me se el numero de fax y del telefono. Te llamo manana para saludarte y para dartelo. Perdona la falta de acentos. Ignoro como poner el teclado en espanol, Te mando un gran abrazo con todo mi afecto Jose Emilio En ninguno de los 16 correos que recibí, usó acentos. “Amarrar” una agenda de visita, es una labor extenuante. José Emilio fue muy organizado. Del correo del 3 de mayo destaco estas palabras: “Todo me parece bien excepto las entrevistas.

Detesto las entrevistas y no quisiera tener atención ninguna sobre mi persona, por lo demás bastante gris”... “Me parece terrible perder ante una grabadora lo único que tenemos: nuestra manera de ordenar las palabras”. Y del correo del 6 de mayo lo siguiente: “Dile por favor a Paola que hago con ella lo que aquí llaman ‘blind date’ y que si me acompaña acepto con gusto hasta el martirio de las entrevistas”. “La emoción especial es que, excepto la ceremonia inevitable en Chile, el viaje a Colombia será mi despedida. Se acabaron las lecturas y presentaciones. Ya llegué (en junio) a la tercera edad que es como el tercer mundo: la séptima o novena”. Cierto, no tuve el cuidado de conservar mis correos. Sin embargo, José Emilio me deslumbra con la cadencia y seguimiento en las comunicaciones. El 8 de mayo escribió: “Hice mal en adelantarte mis justificables sentimientos de retirada. Son un buen deseo y, como tal, no depende de mi voluntad. Pero no miento cuando te digo que llegué tarde al mundo del espectáculo”. “No me gusta verme ni escucharme. Estos dos factores, o mejor dicho sus contrarios, son indispensables para moverse en el. Pero dime tú si alguien puede negarse a algo lo que has organizado en Colombia”.

Los tesoros

En esos meses de 2004, con ayuda de mi que-

rido amigo, el escritor Marco Antonio Campos (hoy en día un extraordinario “colombiólogo”), me di a la tarea de revisar mi pobre producción poética (fui becario “Salvador Novo” del Centro Mexicano de Escritores en 1983). Por supuesto no resistí la idea de pedirle a JEP su lectura y opiniones. Y eso dio paso a una cauda se sentimientos, entre ellos, transmitirle que me vivía como un viejo. Al tenor, Berny me escribió el 9 de mayo. “No sabes cuánto te agradezco esta amistad invisible (por Internet y por teléfono). A lo mejor al vernos las caras no sabremos qué decirnos”... “Yo cometí la estupidez de sentirme viejo a los 30 y ahora que de verdad lo soy comprendo mi error ya irreparable”. Al dialogar sobre el género epistolar, llegó este bello mensaje el 14 de mayo: “La carta poseía una intimidad que no puede alcanzar este nuevo medio. En tres meses y medio no recibí ninguna. Esa emoción de la que hablas se perdió para siempre. Nunca tuve talento para el género y sin embargo, escribí muchísimas. Nunca guardé copia. Lo aterrador es que muchas de ellas ahora están en los archivos, no por mí sino por las amigas y los amigos que se volvieron famosos. Es horrible que alguien diga: ‘Estuve leyendo tus cartas en el fondo reservado de Donoso en Princeton’. Nunca seguí el consejo de Churchill: ‘Jamás escribas una carta que te avergonzaría ver publicada’ “.

Fotos: Cortesía

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Paola Cortés, en compañía de JEP.


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Intenso intercambio epistolar, pletórico de sensibilidad inteligente, mensajes que son cartas que revelan desde las minucias del viaje, pasando por la humilde grandeza de un ser inolvidable...

“Me avergonzarían todas, no por lo que digo sino por su falta de vuelo literario. El último gran corresponsal fue Octavio Paz. De las muchísimas cartas que me envió hay (una) que apareció en ‘Vuelta’ acerca de Jorge Cuesta”. “Gracias por enviarme lo de Botero. Está muy bien”. “Saludos a Paola y un gran abrazo”.

Flashes entre Bogotá y Medellín

A su llegada al altiplano, disfrutamos de un almuerzo con comida del Valle de Cauca, en el restaurante Fulanitos de La Candelaria. Recorrimos el barrio y los museos del Banco de la República. Me enteré entonces de que una co-

«Al tenor, Berny me escribió el 9 de mayo. “No sabes cuánto te agradezco esta amistad invisible (por Internet y por teléfono). A lo mejor al vernos las caras no sabremos qué decirnos”... “Yo cometí la estupidez de sentirme viejo a los 30 y ahora que de verdad lo soy comprendo mi error ya irreparable”»

lección suya de grabados de Francisco Toledo, la había entregado para su exhibición y resguardo al Banco. Así fue la generosidad de JEP. Cierto, nuestro recordado escritor se fajó bien con la agenda. Atendió todos sus compromisos, incluyendo numerosas entrevistas. Pao lo recuerda agobiado por la gente en Medellín, amable y discreto. Pao me cuenta al teléfono de que al llegar a la ciudad de la eterna primavera, al subir a su habitación de un céntrico hotel, tan pronto entró al baño y abrió la llave... vino una fuga que, tan incontrolable, les llevó a salir corriendo a otro hotel de la ciudad. De su andar bogotano, cómo olvidar una compra callejera. Al caminar por la Zona Rosa,

rumbo a la emisora cultural HJCK, un vendedor de plumas nos abordó. Con la musicalidad y rapidez que puede alcanzar un rolo al hablar, le vendió una fabulosa Montblanc. ¡Claro! Traté de persuadir a José Emilio... Fue tal su emoción que no dudó en adquirirla. Pocas horas después, me la obsequió: “La mandas a arreglar o le reclamas al vendedor”. Ni una ni otra cosa pude hacer. Esa tarde la fotógrafa Indira Restrepo, en plena calle, disfrazó a JEP. Convirtió su saco en una suerte de gabán de detective, le puso lentes oscuros y tomó una bella y enigmática imagen de un maestro que se rindió a todas las muestras de cariño y admiración: una recepción en la embajada de Chile, una cena en una tienda

de antigüedades de La Candelaria, una lectura ¡enorme! en la Casa de Poesía Silva... Creo que Berny estuvo una semana. Y para la fortuna de los colombianos, regresaría en 2009. En julio de ese 2004, falleció mi padre. Confieso que dejé de escribirle a JEP. El 24 de agosto llegó este breve mensaje. “Me alegra haber correspondido mínimamente a todo lo que te debo. Espero con ansia el libro publicado. Es muy distinto leer los textos que en manuscrito. Abrazos”. No volvimos a encontrarnos. asesoresencultura@yahoo.com.m


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CUENTO

FOTO DE LA SEMANA: AUTOMÓVIL

¿DÓNDE ESTÁN?

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VERÓNICA RENTERÍA

La Foto de la Semana es un reconocimiento que se otorga por el mayor número de votos, avalando el dominio del tema, en el sitio de Facebook Fotografía Diaria.

Foto: Verónica Rentería

Ocupación: Asistente de maestra. Lugar de residencia: San Bernardino, California, USA.

rlando abrió el ropero de Alondra, se asomó detrás de su vestuario y, con los ojos llorosos, exclamaba: “¿Dónde están? ¿Dónde están?”. Abrió sus cajones y, precipitadamente, buscaba y buscaba sin encontrar. Subió a pasos acelerados hasta el desván de su casa, que era de dos pisos, encendió la luz y, afanosamente, escudriñaba cada rincón y movía cuanto objeto le impidiera ver, pero después de una hora de infructuosa búsqueda, salió aventando la puerta violentamente y dejando entrever en su rostro su desesperación, frustración y amargura... Bajó de prisa las escaleras, tropezándose y rodando los últimos cuatro escalones, provocándose raspaduras en el brazo izquierdo y un golpe en el costado derecho. Se introdujo al ropero que ocupaba el espacio debajo de la escalera y, enérgicamente, echó fuera del mismo un sinnúmero de objetos hasta casi vaciarlo con el mismo frustrante resultado. “¿Dónde están? ¿Dónde están?”, se repetía una y mil veces, volteando para todos lados. Se encaminó hacia el comedor, se sentó en la silla de la cabecera; se puso tenso, las manos sobre su cara y, como un niño, soltó el llanto mientras gritaba “¿Dónde están? ¿Dónde están?”. Y, con el puño derecho cerrado, golpeó fuertemente la superficie de la mesa, arrojando al piso unos cubiertos. “¡Alondra! ¡Alondra! No guardes silencio, no calles, dime: ¿Dónde están? ¿Dónde están?”. Rendido, dobló sus brazos sobre la mesa, inclinó su cabeza sobre ellos y quedó sumido en un profundo sueño, soñándose en un bosque tomado de la mano de Alondra y corriendo junto a un lago, para luego acostarse sobre un pedazo de césped, fundiendo sus cuerpos, llenándolos de caricias y besos... Orlando despertó de aquel sueño, del que hubiera querido se convirtiera en eternidad, pero de repente

Foto: Cortesía

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sintió la soledad que le rodeaba en aquel inmenso comedor. Sintió una especie de miedo, un vacío que le inquietaba y atormentaba. Encaminó sus pasos hacia la cocina, abrió la alacena y, para poder ver bien, la fue vaciando desordenadamente y, deprisa y nuevamente, se preguntaba ya, a gritos aún más fuertes: “¿Dónde están? ¿Dónde están?”. Y, por respuesta, un silencio total y sombrío. Alondra, de belleza sobresaliente, de ojos verdes y almendrados, tez clara y un cuerpo escultural, unos labios carnosos dibujados en la belleza de su rostro, culta y, sobre todo, de una dulzura que acariciaba y un calor humano que contagiaba. El día menos esperado, Alondra tomó vuelo con rumbo desconocido en un viaje sin retorno y... ¡Ésto no lo pudo soportar Orlando! Quedó fuera de quicio. Alondra se había convertido en el centro de su vida, en la razón de su existencia, en su musa... No sin razón, gritaba a los cuatro vientos, ya vuelto loco. “¿Dónde están? ¿Dónde están?”. Los besos y caricias de Alondra, que fueron el alimento y que desesperadamente Orlando, en su búsqueda, quería encontrar... pero ya dentro de su irrealidad, sin saber dónde.

«“¿Dónde están? ¿Dónde están?”. Y, por respuesta, un silencio total y sombrío»

petersonhebert@live.com


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DETRÁS DE LAS COSAS DE POLICÍAS

Foto: Cortesía

de defensores de la ley mexicana, ¿por qué no con�ar? ¿No deberíamos mirar el rostro de NO ES LA PRIMERA VEZ que escribo de la nuestros o�ciales como si nos re�ejáramos en fuerza policial; alguna vez dije que los policías un espejo? ¿Nos tememos a nosotros mismos? parecían nuestros padres, o debí decir nues- ¿Qué nos hace diferentes, qué condición mental tros padrastros. Somos hijos adoptivos de ese nos distancia de ellos? Llevan una insignia, van grupo que nos perdona o nos castiga cuando armados. ¿Tener una pistola, ametralladora, incometemos una falta. “La policía es una fuerza cluso un garrote, nos modi�ca al grado de ser de seguridad encargada de mantener el orden otros? ¿La pulcritud en la vida de los mexicanos, público y la seguridad de los ciudadanos”, una o el desmadre que nos caracteriza, favorece la de�nición general. falta de respeto de nuestras autoridades? (No hablo en este espacio de los políticos, de Granaderos, granalocos, tamarindos, canas, carabineros… Judas, polis, picoletos, esbirros, gori- aquellos humanoides que se acorazan con una las, checos, tiras, cuicos… Pigs, tombos, pitufos… retórica y un deber superior que llaman el “bien Distinguiéndose por colores, pero también por de todos”.) El verdadero papel de la policía suele ir entre actitudes, por maneras y modales. la contención, la agresión perPero, ¿cuál es el verdadero mitida, la generación de delinpapel de la fuerza policial en la “¿Cuál es el sociedad? Se trata de personajes cuentes y la fachada de lucha como nosotros, manejados por verdadero papel anti crimen. Pero, ¿qué sucede el Estado. Pero “como nosotros” si desnudamos a un policía? de la fuerza trae algo detrás: ellos… somos, tiemble, y sea policial en la Probablemente más nosotros mismos. Pero por tanto debiéramos tener la policía que merecemos. Sin los compañeros polis no tiemsociedad?” blan en condiciones normales, embargo, las fuerzas de seguridad son una entidad indepenhacen temblar... ¿en contra de diente, y se distinguen claramente de nosotros: la naturaleza social? La policía de países como Estados Unidos no van uniformados y tienen una consigna que parece noble: nuestra protección. Somos ani- es superior, sólo que parece mejor alimentada; males-humanos que requerimos el cuidado de ellos tienen el problema con el uso de la fuerza otros, lo que por alguna razón me parece un en un medio multiracial. En la Ciudad de México poco lamentable. la �gura de los granaderos es mítica; en Chile los La policía en México se mezcla con la milicia carabineros, la Policía Militar en Brasil… A dóny se diversi�ca en municipales, estatales, fede- de vayamos está el grupo que de�ende el orden rales (entre ellos, la gendarmería), además de público. Lo cierto es que estamos lejos de la auotras �guras menos reconocidas con claridad, tocontención, pero la �gura social que diseñamos pero muy presentes: judiciales, ministeriales; resultó peligrosa, contraria a los intereses o a la y, seguramente, otros cuerpos que se manejan búsqueda del bien común: el de todos. con secrecía. Luego entonces, después del nutrido grupo todoestodo@gmail.com

Foto: Cortesía

Por Óscar Ángeles Reyes

CON TODO, AL RANCHO Por Óscar Villarino Ruiz

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cercándose el verano, y estando por finalizar el año escolar, nuestra salida al rancho Peña Blanca era inminente. En la ciudad no teníamos casa propia y se rentaba una por el periodo escolar de septiembre a junio. Así que salíamos con todo al rancho: camas, mesas, sillas, estufa, platos, ollas, cobijas, colchones, ropa, juguetes y libros. Tardábamos en acomodarnos los primeros días. Dejábamos Ensenada por 2 meses y medio y regresábamos con todo del rancho a finales de agosto, poco antes de entrar a clases. Esto se repitió de 1963 a 1967. Se rentaba una casa nueva cada año, a veces en otra colonia, con otros amigos y nuevas distancias a la escuela: la “Concepción Legaspy”, “Matías Gómez” y la “Migoni”. De esta manera llegamos a vivir en la colonia Aviación, la Bustamante, en la Hidalgo (en 3 casas diferentes), la Maestros y la Obrera. En 1967 no se pudo rentar y 6 de los 7 hermanos fuimos a dar con diferentes tíos y escuelas. Fue un año malo, dura la separación, pero no dejamos de estudiar. Nos reunimos en Navidad y en Semana Santa, mi mama sufría y nosotros también, y para el verano de 1968 ya no fuimos al rancho, nos tocó ver las Olimpiadas en una tele de mueble donde las figuras humanas se alargaban cuando se calentaban los bulbos. A pesar de las dificultades de ir y regresar con todo del rancho, lo veranos que allá vivimos fueron inolvidables. No había ruidos, acompañados de la orquesta del silencio, interrumpidos por el canto de un gallo novato que nos despertaba más la risa que provocaba su famélico canto, burla que pagaríamos años más tarde, cuando se nos vino el cambio de voz. Sonidos de gallinas, vacas, grillos, pájaros y coyotes, estos últimos, con una intensa relación con el ranchero bajacaliforniano y motivo de muchas de sus pláticas.

En el rancho se escuchaba mucho la radio: Radio Bahía y las noticias con Lamberto Astorga; a Martin Becerra, en Radio 95, de Los Ángeles; La tremenda corte y las radionovelas, como Chucho el roto, Kalimán y El ojo de vidrio. Por las tardes, don Goyo sintonizaba su radio de 5 bandas para oír la W de México, Radio Habana, la BBC de Londres en su trasmisión en español. Por las noches escuchábamos Radio Cañón de Ciudad Juárez, cuyos saludos que mandaba eran cañonazos. En la madrugada, de Los Ángeles California, escuchábamos el programa de los Laboratorios Mayo, cuya dirección aún recuerdo PO BOX 56. Jugábamos a los carritos, canicas, trompos, ranchitos, papalotes y bicicletas. Por las noches: lotería, serpientes y escaleras, dominó, ajedrez, el de las canicas, y hacíamos teatro y cinito usando una lámpara y una sabana a través de la puerta, de un cuarto a otro. La lectura siempre fue una gran compañía: de puras letritas, los clásicos: Julio Verne, Víctor Hugo, etc. Hasta Marcial Lafuente Estefanía. Los comic del Pato Donald, El Llanero solitario, Gene Autry, Roy Rogers, Hopalong Cassidy, Superman, Lagrimas y risas, Memín Pinguín, La familia Burrón, el Libro vaquero, que puntualmente nos surtían los Cuates Verduzco. Después de la comida, llegaba la hora de la lectura, recostados en la cama o bajo las moras; por las noches no podíamos leer, por ahorrar el petróleo de las lámparas. Ayudábamos en la limpieza de patios para alejar a las víboras; la pizca de frijol, muy de mañana; cultivo de maíz, calabazas, sandías; regar árboles frutales; ir por las chivas al cerro; recolectar huevos del gallinero; acompañar en silencio en la cacería de conejos y liebres; atrapar codornices; cortar leña para la estufa; echar petróleo a las lámparas y llevar la comida hasta los campos donde andaba la trilladora. Estos fueron nuestros veranos felices en el rancho. oscarvillarino@hotmail.com


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DOMINGO 25 de enero de 2015

CONTRAPUNTOS, FUGAS, INVERSIONES Y SIMULTANEIDAD POR GABRIEL RÍOS CORTÉS

auel de Elías, el compositor, tiene una visión ecléctica de la música, y no puede ser de otra manera. Lo que ofrece, es un panorama de cómo los lenguajes de su obra han ido evolucionando, a la par que las tendencias, siempre en la búsqueda de una verdad estética. Hasta donde puede tener conciencia, nunca se he atado a una fórmula específica. Permanentemente lo que hace es fusionar contenido con continente, con un discurso propio, único, personal. Así es como le conviene. Está muy lejos de creer en definiciones y en reglas. Expresa que cada compositor debe ser un inventor, en el sentido, no del que quiere escribir cosas inéditas y nadie las reconozca en ninguna parte. Eso no existe, porque, dice, no somos hijos de probeta, ni estamos incomunicados del resto del mundo. Cuando comenta que el compositor necesita ser un inventor, es porque si no es así estará copiando, más o menos, de cerca o de lejos, reproduciendo lo que otros hacen. La invención consiste en hacer aquello que para uno mismo lo representa. Finalmente lo de los lenguajes, ahora más que nunca, es irrelevante. Primero, para Manuel de Elías, hay que concebir, y luego, hacer un análisis del material que se está imaginando, con una técnica, para que el discurso sea congruente. Es su manera de proceder, de contemplar el fenómeno del arte musical. Si nos adentramos en el proceso íntimo, es demasiado complejo para que sea suficientemente elocuente. No da clases de composición, porque cada día cree menos en enseñar procedimientos. Piensa que cada compositor tiene que partir de una base para ser su propio maestro y tener una sólida formación analítica. “Cada quien debe encontrar afinidades a sus búsquedas”. A su manera comenzó a buscar recursos, procedimientos, para ampliar su lenguaje: aprender a través de la exploración, como ocurrió en determinado momento con el mundo de la dodecafonía. Recursos que estaban flotando en torno a una generación. En otro momento se adentró en el mundo aleatorio. Siempre teniendo como prioridad, el sentido estético. En el año de 1967, la Universidad Nacional Autónoma de México le encargó la composición de su primer Cuarteto de Cuerdas. Para entonces ya había analizado y trabajado con los procedimientos del dodecafonismo y algunas de sus consecuencias. Este Cuarteto de Cuerdas es un juego de espejos en la estructura. Existe la explotación de los colores, en donde se establece el qué se puede hacer en un cuarteto de instrumentos: la concreción de las series, con un motivo original desde el principio, varias veces, hasta su conclusión.

Foto: Cortesía

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La composición para Manuel de Elías es algo más, en el sentido del pensamiento musical. En cuanto a los elementos constructivos se da por sentado que son manejables, y para eso son. Vuelve a decir que es apenas el continente. Al sentarse ante el papel, dice, percibe algo parecido a la tragedia Canciones del Ocaso las concibió simultáneamente para voz y piano y también para orquesta. Apuntó que la versión para piano, no es una reducción de la versión orquestal; a partir del piano concibió la versión orquestal. “Son dos versiones, una después de la otra”. En ese lapso tuvo todo el trabajo de copiar las partes, y también el no contar con una orquesta. Como músico no se conforma con una estructura o una época. Hace aquello que le complace. Al tocar este punto, siempre recomienda a los jóvenes y a los que ya no lo son, que no se olviden de hacer música. Siempre debe haber una gran armonía, explica, entre discurso musical y la expresión textual, es decir, la fonética. “Existen sonidos, que si los producimos en una región aguda, se van a opacar y el texto no va a funcionar”. Ha llegado a la conclusión, después de muchos años, que en su caso, cabe el manejo ecléctico, y trata de evitar la rigidez de un esquema personal. Sin embargo, cree que la universalidad puede ser consecuencia de que hay ciertos rasgos de un perfil propio. No tiene preferencias. Por ejemplo, maneja los dos semitonos unidos, que realmente aparecieron desde que era un adolescente. Si hay eclecticismo en alguna parte de su trabajo, sería en la partitura de su Sonata No. 11. Hay tres momentos en la Sonata, donde se encuentra la presencia gregoriana, con una organización armónica totalmente distinta. Para Manuel de Elías, el músico debe haber pasado por el canto gregoriano y haber caminado hasta nuestros días con otros recursos. Se puede percibir en su obra: siempre hay un contrapunto riguroso, donde se encuentran los elementos de la fuga concentrados, además de inversiones y simultaneidad. En su obra aparecen muchísimas técnicas. Desde muy joven llenaba cuadernos de ejercicios. Ese tiempo invertido lo celebra y recomienda.

“Está muy lejos de creer en definiciones y en reglas. Expresa que cada compositor debe ser un inventor...”

gabrielrioscortes@hotmail.com

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