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Foto: J. C. Casado
DOMINGO 8 de febrero de 2015 / Núm. 201
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DOMINGO 8 de febrero de 2015
LAS MUJERES DE ANTANANARIVO
No. 200/ 8 de febrero / 2015 Dirección General Jorge Camargo Director Editorial Ariel Montoya Editor Rael Salvador Editor de Fotografía Jorge Calderón Críticos / Colaboradores Héctor García Mejía, Marcela Danemann, Ruth Gámez, Arnulfo Estrada, Federico Campbell (†), Olga Aragón, Javier Cruz, Jorge L. Osiris Fernández, Gerardo Sánchez, Montserrat Buendía, Sergio Gómez Montero, Elia Cárdenas, Jesús López Gorosave, Patrick Liotta, Paúl Nazar, Renata Sández Oseguera, Lauro Acevedo, Benjamín Pacheco, Heberto J. Peterson L., Iliana Hernández P., María Eugenia Bonifaz de Novelo, Enrique A. Velasco Santana, Mélida ojeda López, Kepa Murua, Dr. David Rodríguez de la Peña, Ana M. Mora, Herandy Rojas, Manuel Guillén, Alina I. Gallardo, Ramiro Padilla, Daniel Salinas, Óscar Ángeles Reyes, Gerardo Ortega, Deÿ López, Aldo Calderoni Etcheverri, Elba Jordán S., Gabriel Ríos C., Diana Venegas, Fernando Macillas T., Jaime E. Delfín V., Manuel Quintero, Martín Caparrós, Eduardo Cruz Vázquez, Norma Herrera, Jorge Valenzuela, Miguel Lozano, Jhonnatan Curiel, Gustavo Dessal, Óscar Villarino Ruiz, Alberto Manguel, Alicia González. Corresponsal en Francia Cony Singüenza Corresponsal en Italia Ferdinando Scianna Corresponsal en Chile Ramón Ángel Acevedo, “Rakar” Fotografía Enrique Botello Correo electrónico raelart@hotmail.com palabra@elvigia.net Teléfonos para publicidad 120.55.55, ext. 1023 Ensenada, B.C. México.
ILIANA HERANÁNDEZ P.
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“Un día fui a la montaña sola. Al principio no me fue posible escalar; me quedé tumbada boca abajo en la ladera, con la sensación de que estaba siendo absorbida por la tierra”. Leonora Carrington.
ecir que el compendio de cuentos Mujeres que viajan solas (2004), de José Ovejero, es sólo un libro de viajes, sería generalizar y expresar poco de estas historias que tienen como elemento principal lo femenino; ¿qué hacen, cómo son las mujeres que se encuentran viajando en México, Cuba, Alemania, Pakistán o Madagascar? Son mujeres que tienen una particularidad: han elegido su destino, sus perversiones, su soledad, vicios, no les perturba todo lo que está en su contra, van por las calles sin untarse protector solar, ajenas a la complacencia, engrandecidas por una ruta que ya trazaron desde su infancia, no piden perdón cuando son cómplices de asesinar turistas ni les quita el sueño que las vean besarse entre ellas, sobre la playa. Los hombres a su alrededor tratan de meterse entre sus piernas, las adoran o las usan, ellas lo saben porque han pactado con sus debilidades y con los caminos por los que en estos tiempos se aventuran a viajar “solas”, porque aunque vayan en grupo de ocho, las mujeres están ante el resto del mundo “solas” si no va entre ellas al menos un hombre, ellas se ríen de eso porque así ha sido siempre para muchas de ellas, se aman y se acompañan madres e hijas, amigas, vecinas, amantes; a veces viajan solas aunque lleven por un lado al marido, siempre encontrarán a otras mujeres para hablar con el lenguaje de la complicidad. Cada vez más mujeres se arriesgan a cruzar fronteras para mezclarse y enfrentarse al otro, al extraño que ni comparte su cultura ni habla su idioma. Al ser complejas y en ratos vulnerables, las mujeres que se desplazan de un país a otro buscan también rea�rmarse, escapar, decirse que pueden borrar su pasado y empezar de cero en otro lugar en el que nadie las conoce; Ovejero da cuenta de lo que les
duele con un lenguaje directo, el almidón del adorno queda fuera de su narrativa. Según Platón, el hombre habría de estar en la permanente búsqueda de su otra mitad que Zeus le había arrancado, el ser femenino que Ovejero plasma en sus cuentos ha cesado en tal búsqueda primigenia; aún con aristas y retazos de vivencias que no concuerdan con sus expectativas, ellas se han entregado a vivir para el presente complementándose a sí mismas, incluso en el caso de amar u odiar al otro. Así, estos personajes femeninos tienen su paralelo en las mujeres de carne y hueso; se les encuentra bebiendo en bares, saliendo exhaustas de las fábricas, buscando pareja en sitios por Internet, re�ejándose en un espejo y no en los hijos que han tenido, ya no buscan preservarse sino entenderse y hacer de su estancia en la tierra un momento signi�cativo en la historia de todas las mujeres que les sucederán. En el cuento El hombre de la casa, Leyla es una mujer embarazada que huye
«Aunque vayan en grupo de ocho, las mujeres están ante el resto del mundo “solas” si no va entre ellas al menos un hombre» de Senegal junto con otras personas que son transportadas en una balsa, arrojados al mar a media travesía, ella apela a “la niña” que carga en su vientre, la trasladan a una isla en donde Leyla creerá que ha encontrado el mejor sitio para criar a su pequeña, está segura que es una mujercita que habrá de estar siempre a su lado, imagina su rostro, se siente unida a ella y hará lo que sea porque la niña arribe con bien a este mundo. La ironía rompe la mediana paz de Leyla cuando al llegar el momento del alumbramiento la enfermera le anuncia que ha tenido un hijo varón, el que será “el hombre de la casa”, el cierre del cuento permite que en la mente del lector se
A LA VIDA P E J S. El amor entra por asalto, no te percatas. Entra como un suave aire que mueve la cortina. Te envuelve, te deleita. Igual, cuando acaba, de pronto lo descubres: miras sus ojos y no te encuentras,
Sólo queda levantar la sábana, caminar descalza, despeinada, encontrar la puerta, tocarla por /decisión, y dar el paso desnudo. En tierra �rme, /que germina con mi lágrima. edicionesjordan@live.com.mx
Foto: Cortesía
Suplemento Cultural de
dibuje claramente la desilusión de Leyla, en su historia personal los hombres tarde que temprano se van, y ella necesitaba a otro ser que no la desamparara, símil de su propio estupor ante un mundo que le ha sido cruel. Una niña la hubiera protegido, habría sido la depositaria de su historia personal pero no había nacido. Los cuentos de Ovejero son equilibrados, ni aderezan o restan voz a las mujeres que transitan solas por el mundo, son solas porque están enteras en sus in�ernos o paraísos, no son más ni menos que los hombres que las rodean, simplemente caminan sin detenerse asiéndose a lo que pueden; dice Ovejero que viajan con el �n de probarse vidas a ver cuál les queda bien. preomoniciones@hotmail.com
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ALEATORIEDADES
ECONOMÍA CULTURAL: DOMINIOS
PONERSE EN LOS ZAPATOS DE LOS REPORTEROS MUERTOS
SECTOR CULTURAL: CINCO AÑOS SIN CRECIMIENTO Por Eduardo Cruz Vázquez
Foto: Cortesía
A LA COFRADÍA DE INTELECTUALES que promueven boicotear a Veracruz como sede del Hay Festival, les tengo una mejor propuesta. En lugar de “castigar” al gobierno estatal no asistiendo al evento o quitándole la sede, mejor tomen el toro por los cuernos y jueguen a la ofensiva. En vez de darle la espalda, mi sugerencia es que vayan al festival y ahí, en la tierra donde viven las familias de los periodistas asesinados, confronten y reten públicamente al gobernador. blicamente al alcalde que mandó matar a El impacto sería contundente, en todo Moisés Sánchez y, por favor, exijan un escaso mucho más fuerte que simplemente pacio en el festival para los reporteros de boicotear con la inasistencia. Imagínense trinchera, los soldados de a pie. el peso mediático que tendría ver a un Ustedes no tienen una idea de lo que Juan Villoro o a un Martín Caparrós es la vida de un reportero de provincia sacar un moño negro durante su inter- como Moisés Sánchez y los cientos de vención o colocar en su mesa fotos de colegas que hay como él en todo México, los colegas asesinados. los anónimos obreros de Imaginen si Villoro (o el “Imagínense el la información que nuninvitado que a ustedes se en su vida van ser inpeso mediático ca les ocurra) llega a la sala vitados a un foro como el que tendría donde va a presentarse Hay Festival ni los van a acompañado de la viuda publicar en Gatopardo, ver a un Juan o la madre de un reporEtiqueta Negra o El malVilloro o a un tero asesinado y la sienpensante y cuyo nombre ta junto a él. Piensen por Martín Caparrós solo va a ser mencionado un momento en la trassacar un moño por los rockstars del pecendencia que podría riodismo cuando un narnegro durante tener el mensaje si los copolítico los mate. su intervención escritores promueven Traten de imaginar por una reunión con los faun momento lo que signio colocar en miliares de los reporfica impulsar un humildísu mesa fotos teros muertos o exisimo semanario como La de los colegas gen que en el calendaUnión y trabajar de taxista rio del festival se inclupara mantenerlo. Sospecho asesinados” ya una mesa con reporque La Unión no manejateros veracruzanos. ba ese pretencioso lenguajiEso sí le dolería en serio a Javier Duarte, to hipster del que algunos abusan, ni tenía no su inasistencia. publicidad de relojes o alta moda y la semVayan y peleen, atrévanse a retar al lobo blanza biográfica de Moisés Sánchez (me en su cueva. A ustedes no los va a tocar ni temo) nunca apareció escrita con ese ridía amenazar nadie. Si los censuran o coar- culo tonito de ironía vanidosa que marca la tan su derecho a expresarse libremente en moda del periodismo narrativo. ¿Quieren el festival se haría un escándalo y Duarte se hacer algo trascendente? Vayan a Veracruz hundiría aún más en su arena movediza. y confronten a Duarte y traten de vivir un Quitándole el festival a Veracruz a los úni- día de sus vidas, un solo día, como vivió cos que castigan son a los lectores veracru- Moisés Sánchez. Pónganse verdaderamenzanos y a la gente que acude a disfrutar de te en sus zapatos. Ustedes con su poder las diversas actividades del evento. Vayan de convocatoria pueden hacer muchísimo y protéstenle a Duarte en su cara, mirán- más que mandar una simple carta y desdolo a los ojos, no escribiéndole una car- airar un festival. tita. Vayan y visiten los pueblos donde vidanibasave@hotmail.com vían los colegas asesinados, enfrenten pú-
las telecomunicaciones). La contribución del comercio cultural, es de apenas 2.7%. HACE POCO MÁS de un año se dio a conoPor lo que refiere a las importaciones pacer la Cuenta Satélite de Cultura (CSC). Y hace saron de 44 mil 839 mdp en 2008, a 44,147 unas semanas el INEGI publicó las cifras preli- mdp en 2012. Muy moderadas si consideraminares de 2012, las cuales indican que el sec- mos que el valor del mercado de videojuegos tor cultural no registra crecimiento. cerró en 2014 en alrededor de 17 mil milloCon un número cuya inamovilidad gene- nes de pesos, en tanto la venta de boletos de ra dudas sobre la arquitectura y alcance de cine sumó casi 12 mil millones de pesos (el la Cuenta, si bien hay unos miles de millo- negocio gana por las películas norteamericanes de pesos de por medio, el 2.7% de apor- nas). En el capítulo de las exportaciones, ya tación al PIB de 2008, lo ha nos acostumbramos a los monsido en los años 2010, 2011 “¿Por qué el tos que dan pena. Mientras en y 2012. En 2009, en plena 2008 fueron 12 mil 866 mdp, en crisis financiera, el merca- sector cultural 2012 bajaron a 11,069 mdp. do obtuvo un punto, para ¿Por qué el sector cultural no no puede situarse en 2.1% y el PIB en puede crecer? Hay más razones crecer?” 2.8%, pero el Valor Agregado de las que imaginamos. La inBruto (VAB), es el más bajo mediata es que le ocurre lo que de la medición, 318 mil 414 millones de a otros sectores donde el consumo se liga al pesos (mdp). ingreso. La Encuesta Nacional de Consumo En los primeros cuatro años de la Cuenta, Cultural del INEGI, indica que en 2012 el apenas se movilizaron 50 mil mdp de incre- gasto por adquirir bienes y servicios culturamento en el flujo sectorial, para alcanzar un les ascendió a 122 mil 269 millones de pesos, máximo de 379 mil 907 mdp al 2011. Mientras que se traduce en el 3.8% del recurso dispoen 2008 había 788,094 puestos de trabajo re- nible en la economía familiar. Lo interesanmunerados, para 2011 se perdieron 9,138 em- te de dicho monto es que la friolera de 57 mil pleos. La actualización ratifica que en la in- mdp la destinaron a “productos culturales en tegración del PIB cultural, 2.0% lo aporta el la vía pública”. mercado, 0.1% el flujo del gasto público iden¿Puede ser una buena noticia que el sector tificado (147 unidades económicas del gobier- cultural sostenga un ritmo de aportación al no federal y de los estados de la República) y PIB? ¿Qué puede hacer el sector para crecer? el 0.6% la producción en los hogares, consi- Para un sector carente de conciencia sectorial, derando el trabajo voluntario. tal vez si sea buena nueva. Pero las respuestas En la estructura de la CSC, el mercado cul- para crecer, no las tendrán tan a mano. Para tural con respecto al PIB nacional observa la los distintos niveles de gobierno, resulta inconcentración del 60.7% de las actividades en trascendente dar respuestas. Y estimo por ello, los sectores 71 Servicios de esparcimiento cul- entre otros incentivos, que el INEGI debería turales, deportivos y otros servicios recreativos reestructurar la Cuenta. Urge que tomemos (44.0%), y el 51 Información en medios masi- más en serio a la cultura en la economía. vos (con una diferencia abismal que lo sitúa en 16.7%. Recordemos que en este sector entran asesoresencultura@yahoo.com.mx
Foto: Cortesía
Por Daniel Salinas Basave
Rafael Tovar y de Teresa y Eduardo Sojo, artífices en dar a conocer la Cuenta Satélite de Cultura.
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PEQUEÑA CRÓNICA DE GRANDES DÍAS
Relato del pasado, travesía de la memoria, refugio donde la nostalgia y sus bendiciones continúan vivas... P Ó V R
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esde hace dos años que estudio en el Distrito Federal, inscrito en Ciencias Químicas de la UNAM, pero estos días de Fiestas Patrias, la nostalgia me ha crecido al calor de unas copas de vino. Todo empezó el 14, por la noche, cuando el Felipe y yo decidimos venir a Ensenada a pasar las �estas con la familia. Felipe es estudiante del Politécnico, de complexión delgada, ojos hundidos y pómulos resaltados. Es originario de Ensenada y desde hace cuatro años que no venía. A las ocho de la mañana, del día 15 de septiembre, abordamos el avión de “Aeromex”; a las 9:30 horas aterrizamos en Tijuana, considerando la diferencia de horario. Para el medio día estamos llegando a Ensenada, el puerto que nos vio nacer. Desde la entrada al puerto, mis ojos empiezan a recorrer sus instalaciones, las calles del centro y a su gente, algunas caras conocidas, y nos en�lamos a nuestras casas en la colonia Hidalgo. Para esas horas, la cruda hace crisis: la cerveza que me dieron en el avión fue insu�ciente. Llego a casa y no encuentro a nadie. En la mesa del comedor veo un recado para otro de mis hermanos: “Roberto: Nos fuimos al rancho. Hay comida en el refrigerador. Regresamos el 17. ¡Cuídate! Atte. Tus papás”. Así me entero donde están. Con el Felipe quedamos de vernos dos días después, para regresarnos en el mismo vuelo. ¿Y ahora qué hago?, me pregunto. Vengo de tan lejos y no los encuentro. La cruda arreciaba, la zona de sequía en mi garganta hacia crisis y si tomaba agua me oxidaba. No lo pensé más y fui a la tienda de la esquina a comprar una caguama para apagar la sed... La cruda empezaba a ser derrotada. Decido trasladarme al rancho, distante a unos ochenta kilómetros al sur de Ensenada, en la delegación Santo Tomás. Le hablo al Gaby, un amigo de la familia, y que pretende integrarse a la misma, pues anda tras los huesitos de mi hermana, la más chica. Marco el número 9-13-40. El teléfono suena varias veces y, al �n, me contesta mi amigo. –¿Bueno? –pregunta el Gaby – ¿Quién habla? –Gaby, habla Carlos. Acabo de llegar del D.F.,
pero no encontré a mis papás, andan para el rancho. –¡Órale, qué bien! A ver si nos damos una vuelta por las Fiestas Patrias y el Hussong´s. –Más bien quisiera pedirte un raite al rancho –le digo, medio apenado. –Sí, cómo no –dice el Gaby –, es cuestión de echarle gota al picucho y nos arrancamos.
–Vamos yendo preparados: carne para asar, unas cervezas para el calorcito y un vinito o tequila para la noche del grito, por si hace friíto. –Ok, a las cuatro nos vemos. Conseguido el raite, me voy al mercado a surtir la despensa... Al regreso me siento en el viejo sillón reposet a esperar al Gaby.
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“Tomamos la carretera, pasamos por Maneadero, El Zorrillo, Las Ánimas, puente San Miguel, Ejido Uruapan. Bajamos la cuesta La Herradura, pasamos frente a la entrada a La Bocana y el Ejido Ajusco, enseguida está el rancho Los Dolores, donde se ubican los históricos viñedos de Santo Tomás. Luego se encuentra el poblado y, a mano izquierda, El Palomar, lugar de recreo y sitio de la ex misión de Santo Tomás, fundada en 1791”
A las cuatro en punto llega y salimos al rancho Peña Blanca. Tomamos la carretera, pasamos por Maneadero, El Zorrillo, Las Ánimas, puente San Miguel, Ejido Uruapan. Bajamos la cuesta La Herradura, pasamos frente a la entrada a La Bocana y el Ejido Ajusco, enseguida está el rancho Los Dolores, donde se ubican los históricos viñedos de Santo Tomás. Luego se encuentra el poblado y, a mano izquierda, El Palomar, lugar de recreo y sitio de la ex misión de Santo Tomás, fundada en 1791. Ya en el poblado nos trasladamos rumbo al panteón y, a la derecha, una subida que nos lleva al rancho El Chocolate, más adelante una desviación que se dirige a Rancho Viejo. Al terminar El Chocolate subes la Cuesta del Maíz y entras a Los Llanitos, enseguida están Los Nativos, un ejido colectivo, luego llegas al Refugio, después el rancho de Don Hilario, posteriormente al de los Cuates Verduzco, las Codornices, el rancho de los Amezcua y, al �n, el Peña Blanca. Los perros anuncian nuestra llegada, han sentido nuestra presencia a más de un kilómetro de distancia. Cuando arribamos ya nos están esperando, reunidos todos, como se acostumbra a recibir en los ranchos de la región. La alegría de mis padres es enorme, a todos abrazo y beso. Les cuento de mi nostalgia y la decisión de
Fotos: Tomás Castelazo
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venir a verlos, de pisar esta tierra, de sentir su aridez y su clima mediterráneo. El Gaby también los saluda y, luego luego, se dirige a platicar con mi hermana. En los ranchos, al recién llegado se le ofrece agua y comida. Mi madre pronto se pone a mover las ollas en la cocina. Mi padre y yo nos sentamos a la mesa y platicamos. Mi madre, en su cocina, nos sirve algo de comer y con ello se remueven los registros en la memoria, que cada quien lleva dentro. Sabores, gustos, colores, olores que también alimentan las nostalgias. Quién no recordará una sabrosa machaca con carne seca de res o de venado, con frijoles y tortillas de harina. Un conejito tierno, recién cazado y frito, para ser desayunado; un pescadito frito como desayuno o bien un abulón en trocitos con cebolla, tomate y chile california, unidos por un caldillo espeso de harina; unos frijoles fritos con manteca, acompañado con tortillas de harina, queso fresco o requesón; los nopalitos con carne y chile rojo y arroz colorado; los choros recién sacados del mar, cocidos y preparados con limón y chile; el caldo de papas con trocitos de carne seca y queso... y, por qué no, una exquisita langosta con mantequilla y especies obtenida en un trueque suculento para ambos, rancheros y pescadores, al cambiar frijoles por langosta. De esta tierra no puedo olvidar el vino, el agua dulce y, por escasa, sabrosa; el café de calcetín por las mañanas o por las tardes, con la interminable plática de los viejos. Así no puedo olvidar. A pesar de la sequía y la tristeza que da ver la tierra sin agua, la vida se endulza, como el postre después de la comida. Saboreamos el piloncillo con queso, las empanadas de frijol dulce, la mermelada de higo untada en una tortilla de harina o pan birote, las empanadas de calabaza o el dulce de calabaza con piloncillo, acompañado con un vaso de leche, la miel de abeja en penca o ya colada. Los dátiles de San Ignacio, con queso y con café con leche, también
del Sur la sabrosa panocha de gajo. Cómo olvidar las tunas, las granadas, las aceitunas, las uvas antes de ser vino y pasas. Los zapotes y la moras en su temporada. Las sandías, melones y elotes de temporal, sin riego alguno, como que saben diferentes, es cuestión de que los pruebes. Después de comer y haber hecho el recorrido en mi memoria de las sabrosas comidas que hemos degustado mis hermanos y yo, llega la noche y salgo a ver aquel cielo estrellado, que en el Distrito Federal tanto extrañaba, bajo un silencio incomparable y que no había vuelto a sentir en los últimos años. ¡Si conocieran la diferencia! Bajo el techo estrellado, recordamos a los amigos que ya no están vivos y que tantas noches como éstas compartimos. ¡Esto no se puede olvidar! La noche transcurre tranquila, acompañados por la orquesta del silencio. A lo lejos, las voces de los viejos. Se escucha el diálogo de re�exión: siempre lo hacen cuando uno de nosotros recién llega al rancho. –Oye viejo – dice mamá–, ¿cómo viste al Carlos? –Bien –le contesta la voz cascada de papá–, un poco �aco, pero bien. –Dice que ya no vive acompañado, que está solo. –Ya no vive con ella –corrige papá –, pero tiene candidatas. –Ojalá le vaya bien esta vez, ya viste lo que pasó. –Le va a ir bien, vieja. No te preocupes. Mamá llora quedito, luego sigue con el diálogo: –¿Por qué tenía él que irse tan lejos? –Sorbe un poco la nariz. –Allá les gustó; le va bien. Ya no llores, vieja. –Ya ves, cómo les gusta venir al rancho. –La vida en el rancho nunca se le va a olvidar –dice papá. Después de estas últimas palabras ya no se escuchó nada, sólo los ronquidos del viejo que dominaron la noche. Han pasado más de doce horas de mí llegada a Baja California, la cruda ha sido derrotada en toda su extensión, la nostalgia sigue viva en mí por mucho tiempo más. No pretendo derrotarla, pero cada vez que pueda regresaré al rancho donde viven mis viejos, mis padres. oscarvillarino@hotmail.com
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RECONOCIMIENTOS
H J. P L
Foto: Humberto González
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HUMBERTO GONZÁLEZ Originario de Lagos de Moreno, Jalisco. Radica en Glendale, Arizona. La Foto de la Semana es un reconocimiento que se otorga por el mayor número de votos, avalando el dominio del tema, en el sitio de Facebook Fotografía Diaria.
acía veinte años que no veía a Renato. Terminamos juntos la carrera de Medicina y él fue un destacado alumno que siempre ejerció cierto liderazgo entre los compañeros, y para algunos fue un modelo, un paradigma del éxito. Nuestra amistad fue sincera, la lealtad a la misma, el lazo que siempre nos mantuvo unidos a pesar de las ausencias. Yo estuve en el extranjero haciendo unos posgrados y me quedé algunos años a vivir fuera de mi país, hasta que la tierra y la sangre me hizo regresar para instalarme definitivamente en él. Me recibió en su consultorio una recepcionista de fino trato, me instaló y ofreció café con galletas, mientras Renato terminaba de atender a un paciente. A un lado del sillón había una serie de revistas médicas y de cultura general. Tomé una de ellas y, al estarla hojeando, levante la vista y en ese momento me percaté de que estaba sentado al frente de una enorme pared tapizada de reconocimientos, tanto médicos, de clubes de servicio y otras instituciones. En el recorrido de mi existencia había pertenecido a distintos organismos intermedios y asistido en calidad de invitado a muchísimos; recibí y fui testigo de la entrega de un sinnúmero de reconocimientos: unos, por verdaderos méritos que justificaban su entrega; otros, por simple gestión administrativa; otros más por ser una costumbre establecida, etcétera. No se cómo me vino a la mente el recuerdo de un día que estaba yo de visita en una gran biblioteca y vi un letrero que decía: “Testigos
mudos de mi ignorancia”, me impactó y recordé a Sócrates, quien dijo: “De todo lo que sé lo único que sé es que no se nada”; recorrí mi vista y, al ver aquellos miles de libros atesorados en ella, me pregunté: ¿De todo lo que está allí qué tanto sé? Ni mi propia ignorancia pude medir de tan grande que era... Nuevamente puse mis ojos en aquel enorme muro tapizado, como muchos otros que ya había visto, y pensé en un letrero que dijera: “Testigos mudos de mi ego”, u otro que enunciara: “La autoestima desbordada”. Me puse a reflexionar, cómo en ciertos estratos sociales, sobre todo, se tiene la necesidad de alimentar egos con ficción, una especie de parafernalia... qué sé yo. Tantos auténticos héroes anónimos, merecedores de reconocimiento, y que forman parte de la nómina de los ignorados por no tener estatus social o porque su mano izquierda no ve lo que ofrece la derecha. Estaba absorto en mis pensamientos, cuando de pronto se abre una puerta y aparece Renato despidiendo a su paciente, y con una sonrisa de oreja a oreja, y los brazos abiertos, me recibió para introducirme a su consultorio. Me encontré con un colega ya canoso, arrugas que surcaban su rostro. Yo me había quedado con la última imagen de Renato, pero el tiempo se encarga de dejar sus huellas. Su carácter seguía siendo jovial, pero con una mayor formalidad y madurez que los años se encargan de agregar. Se tomó el resto del día y nos fuimos a recorrer viejos lugares, y para sorpresa mía, él había citado a viejos amigos y, en tan grato encuentro, afloraron los recuerdos que profundizaban aún más las raíces en mi patria hogar.
«Puse mis ojos en aquel enorme muro tapizado, como muchos otros que ya había visto, y pensé en un letrero que dijera: “Testigos mudos de mi ego”»
petersonhebert@live.com
Foto: Cortesía
CUENTO
FOTO DE LA SEMANA: ROJO
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D E WALTER BENJAMIN A MUDDY WATERS, PASANDO POR M I C H E L M A F F E S O L I
Por Gabriel Ríos Cortés
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l concepto que tenía Platón de la poesía y el poder en la Grecia antigua, lo adquiere sin meter las manos en la política de la democracia, hoy en día exclusiva para lo más macilento de la masa. De manera velada, la poesía natural, juzgada super�ua, dañina, no por culpa del �lósofo (considerado una especie de extranjero-sedentario), sino por una lista de mandarines de lo más ridículo, mediadores del entorno de las torturantes miserias del tiempo. Comentario que lleva cierta melancolía, tristeza, enojo por no haber vivido la década de los treinta del siglo XX e insistir en apuntar, como en su momento lo hizo Walter Benjamin, en la ciudad de París, que la tendencia política correcta incluye una literaria. Innumerables ejemplos me vienen a la memoria de productos culturales conformados indistintamente por la publicidad, que somete la parte creativa, resultando para ello, la separación entre autores y lectores. Han pasado muchos años del discurso
de Benjamin: “El autor como productor”, y todavía la cultura no se constituye en un instrumento e�caz en manos de nadie. Nos de�ne el sabernos a veces parte de la empresa global. Como el decir, sin ambages, de las ventajas que se encuentra en escribir notas sin sentirnos por ello espirituales, porque eso sería caer en las lecturas obligadas de los consejos de redacción, en el arte de pensar en la cabeza de los otros. Nos lo hemos permitido desde hace años: redactar lecturas intensas que nos apremian a desechar el “sentido común”. Desdibujado el ego nos creemos Brecht. Parafraseo muy mal las dudas que tenía Walter Benjamin del sí mismo. Me encuentro como un elemento de utilería, falseo, pues siento vivísimo el alejamiento del arte posaurático. Quizá esa sea la causa de que Eduardo Subirats al �nal de su libro, Una última visión del paraíso, declare muerta su conciencia. Ante la destrucción mediática de las memorias culturales escupe frases como “carburantes para la manufacturación y falsi�cación industrial de nuevas identidades lingüísticas, raciales y religiosas y sus exclusiones sociales”. En el ensayo que lleva el nombre del libro relata la experiencia intelectual que atravesó la aventura antropofágica brasileira de Oswald de Andrade y Tarsila de Amaral, en los años veinte del siglo anterior, en la que se aparejó la nostalgia del pasado y se creó un proyecto innovador: el de integrar la moderna civilización El sociólogo francés Michel Maffesoli. tecnológica dentro de una concepción pagana. “Se pregunta Benjamín La crítica a la civilización industrial del aura, del reposar reaparece en otro libro de Michel Maffesoli, que ha escrito El tiempo de en una tarde de las tribus, El conocimiento ordinario: verano, siguiendo la compendio de sociología y el que nos interesa mencionar, El nomadismo. línea montañosa en el Vagabundeos iniciáticos. horizonte o la extensión Maffesoli dice que hay un “alma desconocida” dentro de cada inde la rama que echa su dividuo en el conjunto social. Las sombra sobre el ser...” errancias, como las concebía Walter Benjamin, es un éxtasis que permite librarse del enclaustramiento del intelectuales y corporales compuestas por tiempo individual, del principio de la sociedad. identidad, y del con�namiento doConcede que más allá o más acá de la hismiciliario social y profesional. toria y de lo político existe un “no ser nadie”, Se pregunta Maffesoli si este fe- un tanto trágico, pero no por ello menos nómeno del nomadismo no sería gozoso, que ya no se asigna una meta por la reapropiación de los arqueti- alcanzar o un proyecto que deba cumplir, pos latentes, donde lo individual sino que vive una forma de eternidad, lo que se ha despojado de las posturas representa siempre algo novedoso.
Fotos: Cortesía
AVENTURA DE UNA PIEDRA RODANTE
Pájaros migratorios, emblema de Maffesoli: se sienten cómodos en todas partes y se sitúan al mismo nivel en las relaciones con sus congéneres. Para Maffesoli existe una innegable relación entre el nómada y el iniciado: uno y el otro condenan el conformismo del ser. Se pregunta Benjamin del aura, del reposar en una tarde de verano, siguiendo la línea montañosa en el horizonte o la extensión de la rama que echa su sombra sobre el ser: respirar el aire de las montañas y la rama. El �anêur, comenta Maffesoli, puede ser considerado como una forma de resistencia que acentúa la ociosidad con lo que la moral económica designa como vicios engendrados por ella: es dueño de una vida más abierta; es la nostalgia de la aventura al ritmo de una piedra rodante a lo Muddy Waters. gabrielrioscortes@hotmail.com
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Memorias en travelling
TALLER DE PERI OD ISMO CULTURAL EN EN SENA DA
Con mis abuelos me sumergí en el universo de las letras. Jugábamos a que leyera los letreros iluminados en la calle, historias contadas en papel o con los dedos como si adquirieran personalidad. Al mismo tiempo que me cobijaba la sobreprotección, yo me desvivía en el Sol y hielo, la “traeís” y los retos amorosos y amistosos de Girl Talk, que a veces me colaba stickers de acné por no seguir las encomiendas. Un travelling de aproximación se atraviesa en escena. Presente. El fondo es el mismo: la ciudad ardiendo en la prisa y personajes hablándome como si me conocieran de siempre. Mis primeros amigos son bocetos en mi cerebro que intentan reconstruirse. El timbre de su voz acude como imagen y me aconseja huir de la monotonía. Un efecto de barrido se escurre como un cuadro. Apenas reconozco sus rostros. Son pocos los amigos que tengo y tantos sus consejos. Sus líneas de expresión y pequeñas sonrisas debajo de sus ojos, me dicen que están por llegar a los treinta. Algunas facciones se enfocan más que otras, unas están a milímetros de mí, intentan sofocarme con los labios, mientras olvido quien soy. Hombres de diversas edades, personajes secundarios ambientan las memorias en travelling. El semáforo controla la conciencia y el devenir de pensamientos. Algunos se detienen porque son inconvenientes y perturban porque la plusvalía está prohibida en uno mismo y se recurren a circunstancias non gratas, como reñir con mamá hasta que amanezca o besar a quien no se ama. La toma avanza en cámara lenta y los mejores recuerdos se proyectan en la pantalla cerebral. Correr hasta cansarse y perder el aliento, imaginar que se puede hacer cualquier cosa, como estirar los brazos y considerarlos alas, mientras mi padre me abraza o bien comer helado y leer hasta hartarse, al mismo tiempo que se sigue filmando la película en travelling mientras avanza el autobús. gonzalez.alicia99@gmail.com
DE LA MÁQUINA DE ESCRIBIR AL PERIODISMO DIGITAL REDACCIÓN
NUMERALIA 9 libros que hay que
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el día 9 al 24 de febrero, el editor Jaime Cháidez Bonilla conducirá el taller de periodismo cultural De la máquina de escribir al periodismo digital, dirigido a escritores y periodistas, así como a profesionales y estudiantes, maestros de comunicación, artes, ciencias y otras disciplinas interesados en actualizar sus contenidos sobre la realidad cultural de distintos medios de comunicación. Las asesorías de llevarán a cabo en la Galería Ernesto Muñoz Acosta y Teleaula del Ceart Ensenada (Centro Estatal de la Artes), los lunes y martes, de 18:00 a 21:00 horas (la admisión es de $300 pesos. Para mayor información, ponerse en contacto a este correo: espaciosdelect ura@yahoo.com.mx). De la máquina de escribir al periodismo digital se propone un acercamiento a las diferentes herramientas que se utilizan en el periodismo cultural contemporáneo. El taller es accesible para principiantes y avanzados, con el propósito de actualizarse sobre el acontecer cultural que se promocionan en los distintos medios de comunicación en el país. Objetivos: t El participante entenderá el periodismo cultural contemporáneo que se practica en México y Baja California. t Se realizará un repaso por distintos géneros de información y opinión que pueden ser utilizados en el periodismo cultural. t El alumno pondrá en práctica lo expuesto en las clases con distintos ejercicios periodísticos. t Géneros en el periodismo cultural: nota informativa,
leer antes de morir:* Foto: Stefan Falke.
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r en la ventana del autobús es como filmar una película en travelling. Todas las estampas urbanas y los recuerdos se mezclan sobre mis ojos, dibujando líneas imaginarias que corren como delincuentes al huir de la justicia. Los vendedores en bicicleta apurados se concentran en el pedaleo, los voceadores declaman noticias cual si fuera poesía en espera de que alguna moneda les sonría; los misteriosos personajes se cuelan en vidas ajenas por unos segundos y captan la atención humana, la velocidad transcurre y las criaturas felinas y caninas, se vuelven una misma, al adornar las calles de hambre y curiosidad animal. Los semáforos controlan la euforia de la gente y actúan como directores de cámara en la intemperie. Alto, lento, siga. Luces, cámara y acción. Veo a las bicicletas y pienso en la infancia que no tuve, la de comer tierra y pedalear en la banqueta gracias a la sobreprotección de mi madre a principios de los noventa, cuando las promesas políticas se vuelven fraudes y matan a candidatos presidenciales. Ver a los niños jugar en la calle o platicar hasta pasadas las diez de la noche, era como ir al museo, contemplar como si fuera una pintura desde la ventana, las travesuras infantiles, mientras un deseo quieto me arrasaba y querría cobrarlo hasta pasados los veinte. ¿Sustitución? Jugar a las “barbies” e inventar historias absurdas donde el bien triunfaba siempre y cualquier Ken buscaba a su Julieta sin importar los problemas. Televisión, televisión. —No hagas esto, haz lo otro—. Fui lo que vi. Desplazamiento horizontal, sigue corriendo la cámara y salta a flashback cuando me topo con las noticias impresas. Nada positivo, solo los domingos cuando las declaraciones de lunes a viernes dan para nota en fin de semana. Mis padres siempre compraron el periódico, sintonizaban a los mismos líderes de opinión y les creían, mientras yo hacía lo mismo con ellos y si no me dejaban hacer algo era porque creían tener razón o temían a que cayera en el nido de errores infantiles que podrían volverse tragedia adulta. Casi nunca se equivocaron cuando alguien decía ser mi amigo o quererme y resultaba como el pronóstico del tiempo, siempre ocurría lo contrario a lo que yo creía.
Foto: Stanley Kubrrick
POR ALICIA GONZÁLEZ
Jaime Cháidez, conductor. entrevista, crónica, reportaje y columna de opinión. t El Internet como alternativa para difundir el trabajo periodístico cultural. t Concluido el taller, se propone que los alumnos presenten textos periodísticos en distintos géneros. Jaime Cháidez Bonilla es egresado de la carrera de Periodismo y Comunicación Colectiva de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) Aragón de la Universidad Nacional Autónoma de México, 1978-1984. Desde julio de 2004 es editor del suplemento cultural Identidad, del periódico El Mexicano. Se trata del suplemento cultural con mayor antigüedad en la República Mexicana, con más de 40 años de imprimirse todos los domingos; produce y conduce, desde 1994, el programa radiofónico Cada Jueves, una revista cultural informativa donde ha entrevistado a más de 4 mil artistas nacionales y de Baja California; miembro del Seminario de Cultura Mexicana, corresponsalía Tijuana; coordinador del festival cultural Jornadas Vizcaínas. Ha editado las secciones culturales del semanario Zeta (1984-1987), El Heraldo (1988) y Baja California (1988-1994). Su columna “Frivolitos de la olla” se publica desde 1996 (Semanario Bitácora y suplemento Identidad).
1. La señora Dalloway, de Virginia Woolf. 2. Lolita, de Vladimir Nabokov. 3. El corazón de las
tinieblas, de Joseph Conrad. 4. Trópico de Cáncer, de Henry Miller. 5. Auto de fe, Elias Canetti. 6. El gran Gatsby, de Francis Scott Fiztgerald. 7. Doctor Zhivago, de Boris Pasternak. 8. El Gatopardo, de Giuseppe Tomasi de Lampedusa. 9. Opiniones de un
payaso, Heinrich Böll.
*Según Mario Vargas Llosa.