colección C OMPA ÑERO DE V I A JE serie E x travíos y Direcciones S I S T E M A N A C I O N A L d e I M P R E N TA S BARINA S
Arnaldo Erazzo BARINAS
Arnaldo Erazzo . Santa Lucía. Barinas (1960) Ha publicado: Quebrada Amarga, relatos (Ediciones de la revista ICAM. 1995) El Libro de Raml, relatos (Asociación de Escritores de Venezuela, capitulo Barinas, 2002) Tras la Arena del Ayer, novela ganadora por la región de los llanos en el Certamen Mayor de las Artes y las Letras. Caracas 2005) El Perfil Glorioso de Celeste Bracco, novela (Fondo Editorial Napoleón Sebastián Arteaga, 2005) La verdad Cansada y otros Textos Teatrales, obra ganadora del primer lugar “Libro de creación literaria, mención dramaturgia” del premio regional del libro región occidente, 2007 (Teatro, 2006). La casa de las nubes (Sistema regional de imprentas, el perro y la rana, 2008) Ángel Hurtado y el artesano escribidor (Instituto Autónomo de Cultura del Estado Barinas, 2008) El llano voces y testimonios de sus cultores (Secretaría Ejecutiva del Poder Popular para la cultura, Deporte y Turismo, 2013. Actualmente es referente del Sistema Nacional de Cultura y se desempeña como Director de la Escuela de Artes Pláticas Cristóbal Rojas del Estado Barinas.
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Pistas para mirar Apuntes para un retrato de las artes visuales en el municipio Barinas
Pistas para mirar Un retrato de las artes visuales en Barinas
© ARNALDO ERAZZO © FUNDACIÓN EDITORIAL EL PERRO Y LA RANA, 2015 CENTRO SIMÓN BOLÍVAR, TORRE NORTE, PISO 21, EL SILENCIO, CARACAS - VENEZUELA, 1010. TELÉFONOS: (0212) 768.8300 / 768.8399. COMUNICACIONES@FEPR.GOB.VE EDITORIALELPERROYLARANA@FEPR.GOB.VE WWW.ELPERROYLARANA.GOB.VE WWW.MINCULTURA.GOB.VE/MPPC/ SISTEMA NACIONAL DE IMPRENTAS, (BARINAS) CASA CULTURAL DEL ALBA, AV. MARQUÉS DEL PUMAR FRENTE A LA PLAZA BOLÍVAR, BARINAS ESTADO BARINAS SISTEMADEIMPRENTASBARINAS@GMAIL.COM SNIMPRENTAS@FEPR.GOB.VE SNIESTADO@FEPR.GOB.VE RED NACIONAL DE ESCRITORAS Y ESCRITORES SOCIALISTAS DE VENEZUELA CONSEJO EDITORIAL POPULAR:ANA MARÍA OVIEDO / LEONARDO RUIZ / YARISMA UNDA / ORLANDO ARAUJO CAMACHO / MICHEE DASMAR / ARNALDO ERAZZO / ÁLVARO SAMUEL / RONALD LINARES / DANIEL CAMACHO. FOTOS DE PORTADA: © DIAGRAMACIÓN: DANIEL CAMACHO CORRECCIÓN: LEONARDO RUIZ IMPRESIÓN Y MONTAJE: TATIANA MOSQUERA / DANIEL CAMACHO DEPÓSITO LEGAL: ISBN LF IMPRESO EN LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
Pistas para mirar Un retrato de las artes visuales en Barinas Arnaldo Erazzo
El Sistema Nacional de Imprentas Regionales es un proyecto editorial impulsado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a través de la Fundación Editorial El perro y la rana, en corresponsabilidad con la Red Nacional de Escritores Socialistas de Venezuela. Este sistema se ramifica por todos los estados del país, donde funciona una imprenta que le da paso a la publicación de autoras y autores, principalmente inéditos. Cuenta con un Consejo Editorial integrado en su mayoría por promotoras y promotores de la cultura propia de cada región. Tiene como objetivo fundamental brindar una herramienta esencial en la difusión de ideas y saberes que contribuyan a la consolidación del Poder Popular: el libro, como documento y acervo del pensamiento colectivo.
A la memoria del maestro Rafael MarĂa Calvo JimĂŠnez.
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Presentación El ensayo de Arnaldo Erazzo tiene como objeto establecer una serie de precisiones históricas en torno a los problemas de la historia de las artes plásticas en el municipio Barinas, en específico de la ciudad. Se me antoja como los derivados de las manifestaciones más recientes en el campo de la plástica, la arquitectura que las ha albergado y algunos esbozos sobre el urbanismo inmanente de la Barinas contemporánea. Supone una reflexión articulada al ejercicio de más de treinta años en el campo artístico, poético, teatral y escritural. Desde siempre Erazzo ha asumido el trabajo de la docencia, la teoría y la práctica del arte y ahora la historia del arte: en, para y desde la ciudad de Barinas. Este cultor de la diversidad artística, nacido en Santa Lucía de Barinas; plantea una mirada invectiva en torno a la práctica artística del pasado reciente y el presente barinés, no solo desde la experiencia, sino con una continuada investigación realizada basada en una metodología etnográfica que en práctica le permite recopilar con sus amigos escritores, pintores, poetas, fotógrafos, diletantes, críticos e historiadores de arte acercarse a la realidad, a la creación, a los epistemes del arte venezolano y extranjero presentado en Barinas durante el Siglo XX y el Siglo XXI. Definitivamente el trabajo está orientado desde la necesidad que visualiza el autor de la ausencia elementos confiables para dejar constancia de la historia de las artes plásticas en Barinas. Esto ya hace de 11
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carácter invalorable la investigación de Erazzo. Su reflexión presupone para el arte en nuestra ciudad, la contemporaneidad como práctica que afirma una autonomía inédita con respecto a las otras expresiones artísticas sobre las que sí hay noticias historiográficas. Es importante manifestar que el trabajo de Arnaldo Erazzo postula otras exploraciones de la relación entre artisticidad e historicidad del arte en Barinas. Por otro lado, afirma la tesis del arte como entidad simbólica y fuente inagotable de indagación. Establece la expresión contemporánea del arte como el resultado de una disensión entre aficiones, mandatos e intuiciones. Entiende la historiografía como el arte de escribir la historia y/o el estudio bibliográfico y crítico de los escritos sobre la historia y sus fuentes, y de los autores que han tratado estas materias. Es por ello que nos deja plasmado en este libro un razonamiento sobre la historiografía del arte por fuera de las taxonomías y un historiar lo artístico no como una interpretación exterior al objeto, sino como un afecto de campo derivado de la práctica misma. Ramón Arroyo Pérez Historiador y Crítico de Arte Barinas, 18 de octubre de 2015
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Introducción Cuando uno se propone analizar el desarrollo de las artes visuales en el Estado Barinas, obligatoriamente tiene que hacer referencia a una serie de circunstancias y sucesos históricos que frenaron el normal crecimiento y desarrollo que tuvieron las diferentes ramas del arte en otras regiones de nuestro país. Y esto me lleva a imaginar, que aquella Barinas, la ciudad de las mansiones blancas, tan hermosamente idealizada por el insigne memorialista, escritor y doctor, me refiero, obviamente, a José León Tapia; la cual fue considerada, en su época, la segunda ciudad de Venezuela, y que llegó a tener más de veinticinco mil habitantes, con hermosos edificios de dos plantas, con sus calles perfectamente alineadas, según consta en el libro Rasgos Biográficos de algunos Curas ejemplares de la antigua provincia de Barinas y una interpretación histórica sobre la misma, del padre Enrique María Castro; ha debido engalanar sus estancias, con obras de arte, traídas de España o cualquier otra parte de Europa, que fueron probablemente destruidas o saqueadas, al convertirse esta zona en uno de los escenarios de guerra más importantes de la lucha Independentista y años más tarde de la Federación. Y si a eso le sumamos la acción devoradora de los incendios alevosamente planificados para arrasar los registros, con el fin de abolir la propiedad, la carencia de escuelas, las dificultades geográficas para tener acceso a estas tierras y por lógica 13
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simple a la educación e información, más el abandono total del estado que no se ocupaba en absoluto de las necesidades del pueblo, no debería extrañarnos que la historia de las artes visuales barinesas, y por qué no decirlo, de importantísimas manifestaciones aquí cultivadas, apenas se estén empezando a escribir. Pese a todo esto, existen documentos y testimonios que como antorchas encendidas van despejando el sendero que poco a poco nos conducirá a tener una mejor visión del asunto. Y es que, durante los primeros asentamientos de los españoles en territorio barines comenzó también la evangelización y esto trajo la devoción de las imágenes para inculcar la fe católica en los indígenas obviándose las tradiciones ancestrales. Es por ello que al fundar la ciudad bajo la advocación de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, lo primero que se edificó fue un templo, es así como las representaciones tanto pictórica como escultóricas de temática religiosa llegaron a Barinas. Así lo refiere Virgilio Tosta cuando escribe: La iglesia, de calicanto y tejas, tenía cinco tapias de alto. Cada tapia media vara y media. La iglesia tenía 53 varas de largo y 12 de ancho; con una sacristía bastante capaz y
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un camarín donde estaba colocada la imagen de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, patrona de la ciudad. 1 Como podemos observar, la descripción sugiere de algún modo la presencia de las artes en la ciudad, traída por los españoles o elaborada en algunos casos con ayuda de los habitantes, pudiendo ser el caso de la construcción de la catedral de Barinas. Aparte de que ciertos autores refieren que algunas congregaciones religiosas cuando fundaron los pueblos de doctrinas trajeron objetos artísticos y hasta se dice que algunos tenían talleres donde elaboraban las obras. En el caso de Barinas, la orden de los Agustinos y los Dominicos tenían mucha presencia en el territorio barinés. Estas representaciones religiosas fomentaron las expresiones artísticas de los santos de su congregación en cada ciudad, villa o pueblos que eran fundados. Narra Tosta, que cuando el licenciado Baños y Sotomayor realiza una visita en 1657 a El Curay donde se hallaban los indios de encomiendas, observa en la iglesia un lienzo al óleo de la Virgen del Rosario, una imagen de Nuestra Señora de la Concepción, asimismo 34 imágenes pintadas en papeles y un cuadro pequeño con la figura de Santo Domingo. Asimismo, había objetos de orfebrería como una caliza de plata una vinajera del mismo material.
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Léase Virgilio Tosta en Ciudades, Villas y pueblos barineses. Editorial Sucre, Caracas 1997, pág. 19 15
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También tenía objetos elaborados con madera como bancos y una cruz grande. Ya en el siglo XX, puede decirse con propiedad pues aparece en gacetas oficiales, que eran artistas de la capital los que hacían el trabajo artístico, prueba de ello es el decreto de Carlos Jiménez Rebolledo, quien en 1911 ordena la colocación de retratos de Simón Bolívar, José Antonio Páez y Manuel Antonio Pulido en la casa de gobierno y en las oficinas públicas como una manera de exhibir las imágenes al público que visitaba las referidas oficinas y casa de gobierno, a la vez como una manera de rendirles tributos a estos héroes de la Patria. La elaboración de estos retratos estuvo a cargo del estudio Manrique y Cª, que era propiedad del reconocido fotógrafo y pintor caraqueño Pedro Ignacio Manrique, mejor conocido como Manrique. Lo que pudiera demostrar dos cosas: que la ciudad carecía de artistas o el prestigio que suponía tener obras de tan calificado sello. José Nucete Sardi en su obra titulada: Notas sobre la pintura y la escultura en Venezuela, nos apunta, que así como muchos artista venezolanos emigraron a otros países en busca de formación, también en nuestras provincias surgieron loables intentos que trasladados a Caracas hicieron lo mismo en busca de estudios y obra, pero otros se quedaron en las dormidas ciudades del interior por la escasez de estímulos 16
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oportunos. No obstante, dejaron realizaciones más o menos valiosas por el empeño que representan, o que trataron de divulgar conocimientos con loable propósito. Prueba de ello es, que el 14 de marzo de 1922 la Asamblea Legislativa del estado Zamora aprobó la Ley de presupuesto y una de las partidas estaba referida a la Instrucción Pública y allí aparece reflejado en Gaceta Oficial del estado Zamora. Nº 252. 28 de marzo de 1922, página 6, que el gobierno del estado Zamora le dio al joven Rafael Norberto Quintana 140 Bolívares para sus estudios en la Escuela de Artes Plásticas en la ciudad de Caracas. En Barinas, recientemente, la voz acreditada de José Ignacio Vielma, pintor, escultor, fotógrafo e investigador, se deja oír para manifestar que los primeros datos que él tiene se remontan a la época republicana, cuando Francisco Ariza, escultor residente en la zona, realizó la imagen de la virgen del Pilar aún existente en la catedral de nuestra ciudad y para la cual, según la tradición oral posó una nieta del Marqués del Pumar que poseía un hermoso rostro. Esta talla fue donada por Dominga Ortiz de Páez pues la virgen original había sido destruida por un incendio. Posteriormente, Napoleón Sebastián Arteaga sorprendió a propios y extraños con un busto de Bolívar que se colocó en una pequeña plazoleta al frente de su residencia llamada La quinta y que se inauguró con toda pompa. No está demás acotar que en dicha ceremonia él le hizo creer al pueblo que lo había traído de Europa, 17
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lo que nos revela que Napoleón Sebastián Arteaga además de Gobernador, periodista y editor también era un gran bromista que se dedicaba a la escultura como aficionado, ya que él mismo había mandado a quemar en el pueblo de Punta Gorda la parte baja del busto que fue modelado en arcilla para luego ensamblarla a la cabeza de yeso, y pintarla de color grana. Otro artista originario de Barinas fue el destacado fotógrafo Enrique Avril quien es considerado el primer reportero gráfico de Venezuela y era natural de Libertad. Las imágenes de Enrique Avril muestran escenas de la vida campesina y de los pescadores, sus costumbres y peculiaridades de las distintas regiones, también documentan la devastación de la Revolución Libertadora de 1903, acaudillada por Manuel Antonio Matos. Más adelante, encontramos otro artista barinés que figura en el diccionario de las artes visuales en Venezuela, su nombre es Manuel Vicente Gómez, nacido en Puerto de Nutrias el 19 de julio de 1918 y cursó estudios en la Academia de Bellas Artes de Caracas, y en la Escuela de Artes Aplicadas de la misma ciudad, donde fue alumno de Antonio Edmundo Monsanto, Marcos Castillo y Armando Lira. Siguiendo las tendencias realistas que predominaban en la década del cuarenta Manuel Vicente Gómez se inicia como pintor figurativo de tema social, y en sus últimas obras pone de manifiesto cierta intención expresionista dentro de un colorido claro, luminoso y 18
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temático tradicional. E igualmente, Ramón Contreras Frías, personaje olvidado y a quien gracias a sus fotografías podemos tener referencia visual de la Barinas de mediados del siglo XX. Así como de diferentes regiones del país. Tomando en cuenta lo referido podríamos indicar que la enseñanza de las artes visuales en esta ciudad era sumamente difícil por no decir inexistente. Fue luego de la aparición del petróleo, con la llegada de agentes foráneos y el éxodo de los campesinos que abandonaron sus tierras en busca de mejoras económicas, cuando empezaron a manifestarse aquí tímidos intentos por adecuar espacios donde estos oficios pudieran trasmitirse y desarrollarse. A propósito de la materia a abordar, cada apartado del libro se centra en temas íntimamente relacionado con el inicio y desarrollo de las artes visuales en el municipio Barinas. Por un lado se aborda los orígenes de la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas, el Taller Municipal de Arte Rafael Calvo y el Ateneo de Barinas. De la misma forma, se presentan algunos sitios de exhibición, museos y galerías, así como la creación de la Asociación Venezolana de Artistas Plásticas de Venezuela (AVAP), capítulo Barinas, comentarios sobre algunos artistas, exposiciones y sus obras.
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De manera, que la intenciĂłn de este trabajo no es narrar en profundidad la historia de las artes visuales en Barinas, ni hacer un inventario de los artistas nuestros, sino, dar a conocer algunos aspectos puntuales, que mĂĄs temprano que tarde podrĂan servir a futuras investigaciones.
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La Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas de Barinas Hay quienes indican que el primer intento de crear una escuela de artes plásticas en este estado lo hizo el gran maestro venezolano Oswaldo Vigas, quien al parecer iba de tránsito hacia Mérida y decidió pasar una temporada acá. Estudió el terreno, le pareció adecuado sembrar la semilla e inmediatamente se dispuso a emprender la labor. El sitio escogido para dar las clases fue la antigua casa cural, localizada para ese entonces a un lado de la catedral. Lógicamente las condiciones de la ciudad no estaban dadas para albergar a un artista de este calibre, y como suele ocurrir en estos casos, alguien dejó correr la voz, esta llegó a oídos de los merideños, le ofrecieron el cargo de Director de Cultura de la Universidad de los Andes (ULA) y sin pensarlo dos veces se marchó. Luego vino otro grande de las artes, Regulo Pérez; pasó algo más o menos semejante. Así transcurrió el tiempo hasta que el 11 de diciembre de 1959 un artista plástico, arquitecto y docente que manejaba con destreza las técnicas del dibujo, la acuarela, carpintería, mecánica dental, repujado en cuero y cobre, entre otros, de origen colombiano; como reseña Xiomara Ortega en un artículo publicado el 24 de enero del año 2010, en el diario De frente, llamado Rafael María Calvo Jiménez, reunió un 21
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grupo de jóvenes y con ellos logró dar inicio a lo que aún hoy llamamos Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas de Barinas, que comenzó funcionando debajo de las escaleras del Liceo O’Leary. Este proyecto fue consolidándose a través de los años y por petición de sus alumnos ante el gobernador de entonces, Adonay Parra Jiménez, se le conceden honorarios profesionales. Al breve tiempo surgió la necesidad de mudarse a la casa donde nacieron los ilustres poetas Alberto Arvelo Torrealba y Rafael Ángel Insausti. Pero ocurrió algo inesperado: la matricula siguió aumentando y el espacio se hizo insuficiente, razón más que justificada para cambiar nuevamente de domicilio. Luego de múltiples diligencias se logró el traslado a la calle 5 de julio Frente a la plaza Bolívar, actual sede de la Orquesta Sinfónica de Barinas, de donde salió, el año 1980, a su estancia definitiva: el edificio que fue residencia del geógrafo, explorador y militar italiano Agustín Codazzi, y donde funcionó, brevemente, el liceo Raimundo Andueza Palacios, antiguo liceíto, ubicado en la avenida Páez entre Calle Arzobispo Méndez y Calle Bolívar. Una de las obras más importantes que realizó el maestro Calvo, de quien se dice rechazó una beca para estudiar arte en Francia cuando conoció a Adela Garavito y decidió quedarse para contraer nupcias con ella, es el mural al fresco de la logia masónica de esta ciudad. El único estudiante, colaborador que tuvo el maestro en la ejecución del mismo, fue José Ignacio 22
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Vielma, los demás apoyaban moralmente, pero no subían andamios. De esta escuela salieron formados personalidades como Lourdes de Filippo, Ignacio Vielma, Laura de Lugo, Franco Rosso, Isidro Flores, Rafael Avendaño, Iván Dávila, Alirio Gonzales, Marina Cadenas, Rafael Alvarado, Juan Francisco Parras Rumbo, Hugo Chávez Frías, Pedro Luis Guédez, Alba de Parra, Malissa Messori, Francisco Calvo, Luis Ramón Figueroa, Ibor Sánchez, Rosario Alvaray de Mendoza, Nahir Peñaranda, Rafael Vegas, Alirio Orlando Medina (MAO), Ligia de Mercado, Marianela Torrealba, Paquita Guevara, Henry Alizo, Alexis Osuna, Asdrúbal Romero, Miguel Ángel Rodríguez y otros que como asegura el propio Ignacio Vielma, con distinta suerte y destino se han dedicado a la enseñanza y o a la creación de una obra propia. Es justo señalar que luego de la desaparición física del maestro, un selecto grupo de estudiantes que tuvieron la suerte de salir a completar sus estudios en otras ciudades del país y el exterior, regresaron a su lugar de origen, y tomaron las riendas de la institución que como artistas los vio nacer. Otros se dedicaron a crear nuevos espacios donde la tarea continúa en pro de la profesión. Los directores titulares de la escuela han sido: Rafael María Calvo, Francisco Calvo, Freddy Clemente, Manuel Díaz Moronta, Pedro Guédez, Erwin Romero, Adonay 23
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Cordero, Rafael Avendaño, Luis Ramón Figueroa, Oswaldo Andrade Tapia, Filippo Vita, Juan Carlos Meza, Misael Valero, Alonso Márquez y Arnaldo Erazzo. El personal docente que ha cumplido labores en esta escuela son: Rafael Calvo Garabito, Lourdes Di Filippo, Rosario Alvaray, Atala Maninat León, Pedro Guédez, José Coa, Freddy Clemente, Duilio Sepúlveda, Rafael Avendaño, Ignacio Carrero, Oswaldo Andrade Tapia, Rosario de Mendoza, Luis Ramón Figueroa, Henry Alizo, Adonay Cordero, Ibor Sánchez, Ninfa Herrera, Nahir Peñaranda, Alirio Medina, Raúl Herrera, Alonso Márquez, Ítalo Bascone, Argenis Rangel, Dariela Rodríguez, Ronald París Koesling, María Gil, Indira Alizo, Asdrúbal Romero, Máximo Calanchi y Jofredys Fajardo .
Escuela de pintura cuando funcionaba en la calle Bolívar. Casa natal de Alberto Arvelo Torrealba y Rafael Ángel Insausti. Aparece el viejo Calvo, Aura de Lugo y otra alumna. (Foto: Archivo José Ignacio Vielma)
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El Taller Municipal de Arte Rafael Calvo En el año de 1984 el Concejo Municipal del distrito Barinas bajo la presidencia del Dr. Ezequiel Mota Cárdenas, quien también fue alumno del maestro Rafael María Calvo, se decreta el Taller Municipal de Arte “Rafael Calvo” y se le encomienda a José Ignacio Vielma la tarea de fundar y dirigir esta institución, la cual brinda la oportunidad de formar artistas en las disciplinas de dibujo, pintura, serigrafía, grabado, escultura y fotografía. No es exagerado señalar que este taller se ha convertido en una referencia de las artes gráficas venezolana debido a la calidad de sus obras. El personal de planta asignado al taller en sus primeros años, estaba conformado por: Asdrúbal Romero, en la cátedra de dibujo, Efrén Montilla, escultura, Jimmy Soto, artes gráficas y José Ignacio Vielma, pintura y fotografía, Willian Correa como asistente y la secretaria Eneida Mirabal. Es importante apuntar que con la llegada de estos profesores el arte barinés va poco a poco adaptándose a las nuevas tendencias y se va alejando de la temática paisajista y retratista, de corte costumbrista, para enrumbarse en la búsqueda de un lenguaje nuevo, más auténtico, que más temprano que tarde le va dar prestancia y personalidad. De allí en adelante el nombre de los artistas barineses y el taller como institución 25
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misma, comienza a oírse en los distintos salones de artes visuales que se realizan a lo largo y ancho del país. También laboraron en él, tiempo después: Freddy Rodríguez, Erwin Romero, Manuel Ojeda, Wladimir Puche, Alirio González, Luis Castillo, Alberto Velásquez, Raúl Herrera, Moralba Rivas y María Gil. A mi entender, el aporte más importante de este taller se evidencia en las artes gráficas, principalmente en la especialidad del grabado, que con gran dominio técnico y un trabajo sistemático que condujo y conduce el profesor Jimmy Soto, al cual hay que hacerle una referencia aparte, pues sin proponérselo se convirtió en el pionero en la enseñanza de esta disciplina en el estado Barinas. Este cultor, oriundo del Táchira, dio sus primeros pasos en el arte en la escuela Elbano Méndez Osuna, de Tovar, una extensión de la Universidad de los Andes, y en la escuela experimental de diseño industrial de Valera. Completó su formación en el Centro de Enseñanzas Graficas (CEGRA) de Caracas y trabajó en el Taller de Artes Gráficas (TAGA) como impresor. Entre los maestros y amigos más influyentes de este artista, están: Alirio Palacios, La Nena Luisa Palacios, Carúpano, Zulay Herrera, Manuel Espinoza, Martín Morales, Ricardo Domínguez y otros. Lógicamente toda esta experiencia es trasmitida al alumnado e inmediatamente empiezan a surgir nuevos códigos, nuevas formas
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expresivas y un fervor extraordinario de darle rienda suelta a la creatividad. Por otra parte, en el área de escultura el profesor Efrén Montilla presentó una serie de proyectos donde planteaba que el arte debía ir a la calle para el disfrute de la ciudadanía y el embellecimiento de la ciudad. Lamentablemente la estrechez mental de los gobernantes de turno, y por qué no decirlo, también las rencillas personales, no permitieron que proyectos de gran envergadura como El Recorrido Arqueológico Caño de Oso, o el Bolívar ecuestre de más de quince metros de alto rompiendo el viento barinés, diseños realizados bajo la mirada de arquitectos de gran renombre, entre ellos José Fructuoso Vivas Vivas (Fruto Vivas), llegaran a buen fin. Sin embargo, se lograron cosas importantes. Una de ellas fue el emplazamiento del cristo rojo, (escultura de corte moderno, hecha en papel maché y fibra de vidrio, de casi diez metros de alto) colocado al lado de la capilla El Carmen, pero que desgraciadamente debido al desinterés de quienes administraban el ornato público, que nunca quisieron entender, y creo que todavía, los que ocupan esos cargos, no entienden, que el mantenimiento de las obras de arte requiere recursos; la pieza se fue deteriorando y hubo que desmontarla. Otra experiencia exitosa fue la instalación de la carpa itinerante, que se plantó primeramente en el terreno que ahora ocupa el palacio de gobierno, para que los alumnos mostraran sus avances y el 27
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público de la calle, el ciudadano de a pie, pudiera apreciar el talento de una generación que emergía, que sin lugar a dudas, si seguía preparándose, en breve tiempo, iba a tener mucho que aportar. Los premios más importantes que ha obtenido este taller son: • II premio en el Salón Nacional de artes de Aragua (Mención grabado) Año: 1986. Autor: María Josefina Villegas • Primer premio en la II Bienal Nacional del Estado Mérida (Mención Escultura) Año: 1987. Autor: José Ignacio Vielma. • Primer premio del Circuitos culturales del taller, Salón colombo-venezolano, del Estado Táchira (Mención pintura) Año: 1986. Autor: Jimmy Soto • Primer premio en el I Salón Regional de Artes Visuales del Estado Barinas (Mención dibujo) Año: 1989. Autor: Arnaldo Erazzo. • Primer premio en el I Salón Regional de Artes Visuales del Estado Barinas (Mención Grabado) Año 1989. Autor Jimmy Soto. • Primer premio en el II Salón Regional de Artes Visuales del Estado Barinas (Mención dibujo) Año: 1990. Autor: Arnaldo Erazzo.
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Primer premio en el II Salón Regional de Artes Visuales del Estado Barinas (Mención escultura) Año: 1990. Autor: Freddy Rodríguez. Primer premio en el II Salón Regional de Artes Visuales del Estado Barinas (Mención grabado) Año: 1990. Autor: Nikolai Soto y José “Chuchú” García. Mención honorifica en la I Bienal de Artes Visuales de los Llanos Occidentales (Mención Dibujo) Año 1991. Autor Arnaldo Erazzo. Primer premio en la I Bienal de Artes Visuales de los Llanos Occidentales (Mención grabado) Año 1991. Autor: Eneida Mirabal. Mención honorifica Coca-cola Arte Nuestra Gente (Mención escultura) Año 1991. Autor: Jimmy Soto. Primer premio en el III Salón Regional de Artes Visuales del Estado Barinas (Mención grabado) Año: 1991. Autor: José Chuchú García. Primer premio en el IV Salón Regional de Artes Visuales del Estado Barinas (Mención dibujo) Año: 1998. Autor: Freddy Rodríguez. Primer premio en el IV Salón Regional de Artes Visuales del Estado Barinas (Mención grabado) Año: 1998. Autor: Jimmy Soto. Primer premio en el VI Salón Regional de Artes Visuales del Estado Barinas (Mención grabado) Año: 1999. Autor: Ángel Olmos. 29
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Primer premio en el V Salón Regional de Artes Visuales del Estado Barinas (Mención grabado) Año: 1999. Autor: Ángel Olmos. Mención honorifica en el XI Salón Nacional Ciudad de Guanare (Mención pintura) Año: 2004. Autor: Arnaldo Erazzo. Primer premio en la VII Vitrina Turística de Occidente (Mención pintura) Año: 2004. Autor: José Ignacio Vielma. Tercer premio en el XII Salón Nacional Ciudad de Guanare (Mención dibujo) Año: 2005. Autor: Arnaldo Erazzo. Primer premio en el Salón Pintores del Piedemonte. Homenaje a Genadio Ledo (Mención Pintura) Año 2006. Autor: Luis Castillo. Tercer Premio de la I Bienal Nacional de Artes Visuales del Estado Barinas. Año 2006. Autor: Luis Castillo. Bolsa de trabajo “Tercer Certamen Mayor de la Artes y las Letras, capitulo Barinas. Año 2008. Autor: Juan Carlos Meza. Mención Honorifica en el Certamen Mayor de las Artes y las Letras, capítulo Artes visuales. Barinas Edo. Barinas. Año 2011. Autor: Jesús “Chuchú” García. Premio Artista Joven de la III Bienal Nacional de Artes Visuales del Estado Barinas. Año 2013. Autor: Luis Castillo. 30
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Mención especial en la XIV Bienal de miniaturas gráficas Luisa Palacios. Año 2013. Autor: Juan Carlos Meza. Bolsa de trabajo “León Topel Capriles” en la I Bienal Nacional del Dibujo y la Estampa. Año 2013- Autor: Raúl Herrera.
El taller cuenta con una de colección de grabados, xilografías, serigrafías y colografías, que supera las cien obras y me atrevo a considerarla como una de las más importantes de la región occidental.
Inauguración del Taller Municipal de arte Rafael Calvo (Archivo José Ignacio Vielma, 1984)
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Algunos sitios de exhibición, museos y galerías Como ya fue reseñado, durante mucho tiempo y a través de muchas generaciones no se crearon, en el estado Barinas, centros de formación artística y menos sitios expositivos, lo que produjo un letargo que estancó el quehacer artístico, disminuyendo así la actividad creadora y museística que en algún momento pudo existir. Según Rafael Cartay en su libro en su libro “Memoria de los orígenes, economía y sociedad en Barinas” 17861937, pág. 163, en 1904 se comenzó a reedificar el Palacio del Marqués, a limpiarlo y pintarlo para convertirlo en la sede de una Escuela de Artes y Oficios. El señor Alirio Acosta testimonia que su tía Clementina Acosta Francis y su prima Victoria Acosta recibían clases de dibujo y pintura en la Escuela Federal Graduada Soublette y preparaban pinturas para restaurar los retablos y santos de la catedral con aceite de ricino, trementina y pigmentos naturales. Tomando como base algunas fuentes orales, el antecedente más lejano de haberse adecuado, o aprovechado, un sitio para la realización de alguna actividad expositiva, de reconocido nivel, donde el público pudiera asistir masivamente, lo encontramos en el período 1.936 – 1.939 cuando 33
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por mandato del General Carlos Jordán Falcón, Presidente del Estado Barinas, mediante decreto fechado el 6 de mayo de 1.936, ordena la reconstrucción del Palacio del Marqués de las riveras del Boconó y Masparro y Vizconde del Pumar que fue inaugurado con la presencia del Presidente de Venezuela, General López Contreras, donde se exhibió un catálogo fotográfico de Manuel Antonio Pulido Villafañe, que hacía constar el estado ruinoso en que se encontraba el inmueble antes de la intervención. Más adelante, cuando el gobierno tomó posesión del edificio, se adquirieron algunas obras para ser exhibida de carácter permanente como las de un señor italiano apellidado Ruggiero, también las de Rafael Avendaño, Ezequiel Mota, Asdrúbal Romero e Ignacio Carrero que contenían temas alusivos a las potencialidades de las riquezas naturales del estado Barinas: explotación ganadera, maderera, agricultura, petrolera y algunos de estilo costumbristas y folclóricos, como el joropo. Poco a poco la ciudad fue extendiéndose, y su crecimiento desordenado en la mayoría de los casos producto de las invasiones, sin ningún tipo de planificación, dio origen a una gran cantidad de barriadas donde pululaba el analfabetismo y la miseria, pero que con la participación colectiva y el deseo emprendedor de un pueblo que se abría paso de manera inusitada hacia la transformación iba esbozando la nueva ciudad. Alberto Pérez Larrarte, nos señala: 34
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Con la bonanza petrolera, y la llegada de muchos extranjeros sobre todo españoles, árabes, italianos y portugueses, se fue transformando la ciudad, muchos de ellos establecieron gran cantidad de comercios, contribuyendo de manera positiva con el desarrollo económico de la región. En ese auge económico en que se desenvolvía la ciudad, fue aumentando el tránsito automotor y muchos de los nuevos barrios o sectores urbanos se convirtieron en una zona de gran demanda comercial. 2 Para aquellos años cincuenta, parafraseando al cronista, el gobierno regional consideraba que la ciudad de Barinas acusaba un decisivo avance en el orden social y material que implica su reencuentro con un pasado de esplendor y prosperidad, merecía obras de utilidad y ornato que estimularan el espíritu colectivo que a fin de cuentas iban en beneficio de todo la comunidad. Lógicamente la creación de escuelas y otros centros educativos no podían faltar. Y esto, sin lugar a dudas, favoreció el proyecto artístico del profesor Calvo quien recién llegado de Bogotá, Colombia, se radicó de estas tierras para no irse nunca más. Ahora bien, desde la creación de la Escuela de Artes Plásticas “Cristóbal Rojas”, la Casa de la Cultura “Napoleón 2
Léase Alberto Pérez Larrarte en “Barinas, Memorias y Recuerdos. Año 2014” 35
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Sebastián Arteaga”, y años más recientes, el Taller Municipal de Arte “Rafael Calvo”, la Asociación Venezolana de Artistas plásticos “AVAP” capitulo Barinas, el Museo “Alberto Arvelo Torrealba,” el Museo “Henry Alizo”, el Museo de Arte Colonial y Costumbrista “San Francisco de Asís”, la Galería “Mateo Manaure”, la Galería Universitaria “UNELLEZ”, la Galería “Red de Artes” y ahora el Museo de los Llanos, la situación ha empezado a cambiar y se aprecian resultados que ofrecen esperanzas para un futuro mejor en el arte regional. Sin embargo, como nos advierte Misael Valero en su Proyecto de Trabajo para optar al Grado de Magister en Museología; “Gestión de museos: creación del museo regional “El Marqués del Pumar”, todavía no se ha corregido de manera satisfactoria la poca o casi nula actividad museística y de galerías, que obstaculizan e impide el avance del coleccionismo y creación de colecciones permanentes. No obstante, hemos avanzado. Pasar del salón de lectura que estuvo ubicado al frente de la plaza Bolívar y del auditórium del liceo O´leary, así como las bibliotecas públicas “Andrés Eloy Blanco y Luis Fadul Hernández”; de igual forma, el desaparecido Ateneo de Barinas, que sirvieron en su momento de espacios expositivos, a un proyecto en pleno desarrollo como es el Instituto Museo de los Llanos, o la Casa del Alba recientemente inaugurada es un logro significativo que no debemos pasar por alto. 36
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Otra Institución que merece una mención especial por haber jugado un papel preponderante en el desarrollo de las Artes Visuales es la Casa de la Cultura Napoleón Sebastián Arteaga del estado Barinas, situada dentro de una estructura arquitectónica colonial construida antes del año 1787 que originariamente funcionó como prisión para los enemigos del régimen realista, y posteriormente en el año 1799 pasó a ser sede del Ilustre Cabildo barinés, para finalmente en el año 1969 ser decretada y destinada a las actividades culturales bajo la conducción del poeta Guillermo Jiménez Leal. La primera exposición de gran envergadura que se llevó a efecto dentro de este aposento, me refiero a las dos salas frontales de la planta baja del edificio, fue una muestra colectiva, auspiciada por el Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes (INCIBA), que presidía la escritora Gloria Stolk, donde participaron celebridades de la plástica venezolana, como Jacobo Borges, Alirio Oramas, Alirio Rodríguez, Mateo Manaure, Humberto Jaimes Sánchez, Alirio Palacios, Pascual Navarro, Armando Barrios, Mercedes Pardo, Alejandro Otero, Régulo Pérez, Oswaldo Vigas, entre otros; todos con obras originales, según cuenta el profesor Asdrúbal Romero quien relata: “aquello era para mí como un sueño, era como si Caracas la hubieran trasladado hasta aquí”.
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Y no podía ser de otra manera. Para un niño que apenas daba sus primeros pasos dentro del mundo del arte, en una ciudad donde la monotonía y lo común marcaban la pauta y nunca antes había tenido la oportunidad de presenciar un evento donde las nuevas tendencias del arte venezolano se vieran reflejadas y representadas por maestros de tal magnitud, indudablemente aquel suceso tiene que haber dejado una gran impresión. Pero la cosa no paró allí. Poco después, un nutrido grupo de artistas, residenciados en Mérida, encabezados por Francisco Grissolía, organizó otra muestra colectiva donde participaron maestros de la talla de Omar Granados, Mauro Bello, Emiro Lobo y Carlos Contramaestre, este último de grata recordación por su estrecha amistad con los poetas del patio. Otro acontecimiento de gran impacto dentro del mundo de la cultura en la ciudad de aquellos años fue la exposición de Pascual Navarro y su escuela de niños, quien daba clase en la Torre La Prensa y vivía en Sabana Grande, Caracas. Este artista, famoso por sus extravagancias, en su afán de atraer la mayor cantidad de público posible para la muestra, tomó un megáfono y salió a recorrer las calles invitando sobre todo a los niños que asombrados veían pasar el torbellino de gente que acompañaba a aquel hombre que por su vestimenta y
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ademanes, parecía un juglar. Quizás este haya sido el primer happening que se realizó aquí. Puede deducirse entonces que cuando los barineses, o mejor dicho el grupo de personas que asistían regularmente a disfrutar de tales actividades menos lo esperaban, las salas de exposiciones de la Casa de la Cultura Napoleón Sebastián Arteaga los sorprendían con invitados, que sin tal vez ellos imaginárselo, al cabo de pocos años se convertirían en artistas de gran renombre nacional e internacional. Vale la pena recordar junto a otros exponentes que ahora se me escapan de la memoria a Nuria Fernández, Pedro León Zapata y Campos Biscardi, todos con exposiciones individuales de magnifica factura que dan una idea del prestigio que habían adquirido aquellas salas y el grado de excelencia demandado de quienes se encargaban de llevar las riendas de la institución. Lógicamente, esto significó un estímulo muy grande para los jóvenes estudiantes de la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas, quienes queriendo emular a los maestros empezaron a trabajar con mayor ahínco para tener el honor de mostrar en esos espacios los avances que iban logrando. Es importante aclarar que durante la década del 60 y mediados de la del 70, los alumnos de la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas realizaban sus muestras de fin de curso en el 39
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auditórium del Liceo O´leary y en el Salón de Lectura que funcionaba donde ahora se erige el palacio Episcopal. Pero no vaya a creerse que esto se hacía por menospreciar el talento regional. No, nada de eso, más bien todo lo contrario, lo que se pretendía era que los futuros artistas entendieran que existen niveles de exigencia que se deben tener en cuenta a la hora de mostrar un hecho artístico para no desmejorar la imagen de tal o cual institución. Además, la Casa de la Cultura Napoleón Sebastián Arteaga apenas acababa de nacer. Por eso, hubo que esperar hasta el año 1974, cuando Manuel Darío Grüber, quien en reemplazo de Vicente Peña Pulido, haciendo valer su cargo de director de la Casa de la Cultura, le pidió al profesor Rafael Vegas que contactara un grupo de jóvenes, para organizar la I exposición colectiva de Pintura y Escultura de los artistas plásticos barineses en los salones de la prestigiosa entidad. Esa exposición recogió un grupo grande de participantes, según indica una nota de prensa aparecida en el periódico “Nuevo Mundo” de Palo Negro, Acarigua, y se inauguró el treinta de octubre de 1974. Entre los expositores allí nombrados se destacan: Hermes Guio, Ibor Sánchez, Gonzalo Poblete, Mireya Fajardo, Nelson Garrido, Asdrúbal Romero, Henry Alizo, la señora Malissa Messori, Elí Lurracera, Leticia Ramírez, Rafael Vegas, Paredes Mota; este último, un general que era el comandante del batallón Santiago Mariño.
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Es significativo reseñar que allí se entregaron placas de reconocimiento a las cuatro mejores pinturas y una placa especial a la mejor obra escultórica, premio que recibió el joven escultor Henry Alizo. A la manera de algunos interpretar los hechos, el entusiasmo fue tan grande después de la inauguración que quienes no estaban registrados como alumnos en la única Escuela de Artes existente, se dieron por inscritos y se sumaron a ella de una vez. Uno de los principales animadores para que tal acción se llevara a efecto fue Alirio Orlando Medina (MAO), cuyos primeros pasos en el mundo del arte los dio en la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas del estado Barinas, bajo la tutela del maestro Calvo, en la segunda mitad del año 1.960; y quien luego de estudiar 5 años arte puro, en una extensión de la Universidad de las Andes (ULA) denominada: Centro Experimental de Arte (C.E.A.), llegaba nuevamente a su tierra natal. También Henry Alizo que venía trabajando de manera autodidacta desde los años 1970 al 1973, una serie de obras talladas en maderas y otras modeladas en arcillas. Igualmente Oswaldo Andrade. Con el transcurrir de los años y producto de las donaciones, compras y los premios con carácter adquisitivos que se realizaron en los diversos salones de artes visuales del estado 41
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Barinas, se logró una colección que constaba de algo más de cuarenta de obras de medianos y grandes formatos, de las cuales por falta de mantenimiento y extravíos, sólo se conservan unas cuantas. Un poco más tarde, en el año 2006, bajo la administración de Adelsi Rodríguez, quien ocupaba en ese momento el cargo de Coordinador de Cultura del estado, se le da nombre a las salas de exposiciones de la Casa de la Cultura Napoleón Sebastián Arteaga, la cual, pasa a llamarse Galería Mateo Manaure. Pero antes de seguir nombrando personalidades que indiscutiblemente son dignos de mencionar por haber hecho aportes para la realización de ese proyecto, me voy a permitir recordar que para esos años la actividad museológica y museográfica en la Casa de la Cultura Napoleón Sebastián Arteaga, pasaba por un periodo de letargo, por no decir otra cosa, debido a que sus dos salas habían sido destinadas como depósitos de la institución. Cuestión que incomodaba a propios y extraños porque los artistas y el ciudadano común no entendían cómo era posible que un área tan fundamental para la promoción y difusión de las artes plásticas en nuestro territorio, y que tenía en su historial haber sido sede de por lo menos ocho ediciones del Salón Regional de Artes Visuales
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del Estado Barinas, que dicho sea de paso nunca más se volvió a realizar; estuviera en tal condición. Fue así, como en una visita del profesor, periodista y crítico de arte Aquiles Ortiz, surge la idea de reactivar estos espacios, pero con la condición de traer un artista de gran renombre a nivel nacional e internacional. Y quién más merecedor de tal invitación que el maestro Mateo Manaure, que siempre brindó un apoyo incondicional en pro del desarrollo de las artes plásticas barinesas, para recibir tal honor. Sin pretensión de ninguna índole, quiero dejar constancia que tuve el honor de acompañar en este propósito a Aquiles Ortiz, Adelsi Rodríguez, Isidro Flores y Misael Valero quienes de manera unánime decidieron que el mejor homenaje que se le podía hacer al maestro era colocarle su nombre a la galería y que celebrara sus 70 años acá. Así se hizo y todo salió según lo programado. Imagínense como sería el éxito que el maestro pasó tres días parrandeando entre nosotros y fue condecorado con la Orden Batalla de Santa Inés. Fue tanta la gente que vino a verlo que muchos amigos de los estados vecinos tuvieron que hacer cola en la entrada de las dos salas para poderlo entrevistar.
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Después de eso, el entusiasmo volvió a resurgir. Sobraban las ofertas de artistas de prestigio que querían venir a exponer. Por allí pasaron maestros como Manuel de la Fuente, Alfredo Chacón, Wladimir Puche, Julio Jauregui, Ramón Lameda, Rodrigo Benavides, Amílcar Alejo, Emilio Agra, Susana Suniaga, Antolines Castro, Ramón Albornoz, Richard La Rosa, José Gregorio Gotopo, Edgar Mata, Demetrio Silva, Luis Emilio Alcalá, Gregorio González, Belén Girad, El Chino Chung, Rodolfo Urdaneta, José Luís Aldana, Raúl Herrera, Luis Castillo, Mariano Arismendi, Edison Erasmo Sánchez, Framtho Salager, Toribio Quintero, Henry Alizo, Eliseo Solís Mora, Andrei Quintero, Carlos Iglesias, Efraín Arteaga (César Barro), Blanca Carrero, Jhonidel Mendoza, Juan Lucas Ojeda, Pedro Hernández, Dajoviel Silva, Heber Monasterio, Xiomara Ramírez, y otro prolongado número de artistas tanto regionales como nacionales. Sumado a lo anterior, también se realizaron algunos eventos colectivos de significativa trascendencia como la Megaexposición retrospectiva del arte venezolano del siglo XX, Arte venezolano del siglo XXI. Segunda Mega Exposición. Homenaje a Jesús Soto, Colección Casa de la Cultura Francisco Lazo Martí, Fotógrafos de Aragua, I, II, III Certamen mayor de las artes y las letras, capitulo artes visuales, Barinas. Premios Salón de Artes Visuales Francisco Lazo Martí. Premios del Salón Nacional Ciudad de Guanare. 44
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Exposición de alumnos del Instituto Universitario Armando Reverón, I Bienal de Artes Visuales del Estado Barinas. Muestra de estudiantes y profesores de la Universidad de los Andes (ULA). Muestra de artistas de San Fernando de Apure, Muestra de artistas de Portuguesa. Premio de fotografía Enrique Avril, Expo-Cuba Gráfica Contemporánea. También se realizaron intercambios con artistas de otros estados y ciudades para promover el talento regional. Para nombrar algunos: Caracas, Maracay, Lara, Táchira, Mérida, Apure, Portuguesa, Cojedes, Carabobo, entre otras regiones del país. En reducidas palabras: el objetivo previsto se cumplió. Lo cual contribuyó para que Barinas fuera, por lo menos en ese periodo, en la acción galerística, una referencia nacional. Lamentablemente, la estupidez ilustrada de ciertos funcionarios que creen que lo saben todo y no tienen nada que aprender, comenzó a obstruir la labor y al cabo de poco tiempo, todo lo logrado se derrumbó. En la actualidad, esta galería se encuentra cerrada debido a que el edificio está siendo sometido a un proceso de restauración desde hace tres años. Amanecerá y veremos, dicen algunos amigos por ahí. 45
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El Museo Alberto Arvelo Torrealba “El museo…quiere ser la caja de resonancia de las expectativas socio-culturales de nuestro pueblo…Y qué mejor sitio para contar nuestra historia de afectos y bravuras que esta casa que tanto amó el General de las palomas blancas José Ignacio Pulido y que mejores ojos que los del afectuoso peregrino del llano Alberto Arvelo Torrealba para mirar en las tolvaneras las muchas claves del alma de los héroes del pueblo llanero”. José Manuel Alfonzo Mauhad
En una síntesis realizada por el cronista de la ciudad de Barinas, Alberto Pérez Larrarte, sobre algunos aspectos que rodearon el inicio y funcionamiento del museo Alberto Arvelo Torrealba hasta hace algunos años, apunta lo siguiente: “La hermosa e histórica casa pulideña sirve de asiento al museo de Barinas Alberto Arvelo Torrealba, institución museística que llegó a convertirse en el principal centro cultural de la ciudad marquesa, donde el debate, la participación, angustias, sueños y esperanzas de muchos barineses nacidos y por adopción, han recorrido como eco sonoro por las vetustas paredes de tapia y la voz de los que no han tenido voz se ha dejado escuchar en las espaciosas salas, amplios pasillos y salir al viento como 47
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corcel cimarrón en la fe de cada uno de los contertulios, transformándose en rayo de luz para todo un colectivo que cada semana se reúne en esta vieja casona colonial, que es testigo fiel del pasado y presente de la Barinas de todos los tiempos” .3 Así fue, y debería seguir siendo. Ya que el 31 de mayo de 1981, fecha en que por primera vez se abren las puertas al público, de esta institución museística, inaugurada por el entonces presidente de la república Luís Herrera Campins, acto que contó con la presencia del entonces ministro de Estado para la Cultura, poeta Luís Pastori y gran parte del gabinete presidencial y personalidades vinculadas a las actividades literarias y museológicas del país, Barinas se vistió de gala. Recuerdo que el crítico de arte y escritor Rafael Pineda declaró en esa oportunidad al periodista César Álvarez, corresponsal del Diario “El Nacional”, que “el museo va a ser muy importante para Venezuela porque una obra de esta naturaleza no tiene precedentes en el país, puesto que por primera vez la literatura nacional se proyecta a través de imágenes gráficas”. De igual manera, el entonces gobernador del Estado, doctor José González Puerta, expresó:
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Revísese Alberto Pérez Larrarte en Barinas Memorias y recuerdos. Año 2014 48
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“El museo fue concebido para que sea un reflejo de las reminiscencias del medio cultural barinés y el mismo es como una especie de cita con la historia, porque en él estarán expuestos al público muchos recuerdos de los Arvelo y también de los hombres que se distinguieron en la historia regional. También funcionará este museo como escuela permanente de la historia.” 4 Lo cual quiere decir, citando palabras más, palabras menos, del cronista, que este museo fue creado como un “núcleo de promoción y difusión cultural, dentro de modernos criterios dinámicos, creativos y pedagógicos.” O lo que es lo mismo, una institución cultural, creada por el Estado venezolano con el propósito de difundir, estudiar, investigar, fomentar, preservar, colectar y organizar todos los elementos que constituyen el acervo histórico, documental y ambiental del estado Barinas para la formación socio-cultural de la región. No está demás señalar, que al historiador José Esteban Ruiz Guevara le correspondió estar al frente de la coordinación del museo de Barinas, y fue el encargado de diseñar el primer perfil museológico de la institución. Del mismo modo, al artista Rafael Pineda le tocó coordinar todos los detalles técnicos de la transformación de la casa en museo. 4
Diario El Nacional 1 de junio de 1981 49
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Así fue que el 30 de julio de 1981, a través del Decreto presidencial 1.160, publicado en la Gaceta Oficial No. 32.281, de fecha 31 de julio de1981, se establece proceder a constituir la junta de la fundación museo de Barinas Alberto Arvelo Torrealba; pero lamentablemente, por las razones que fueren, dicho mandato no se concretó. Lo que originó un vacío jurídico por muchos años. De manera, que en 1982, en vista de lo ocurrido, el gobierno regional, designa al profesor José Manuel Alfonzo Mauhad como Director administrativo del museo, cargo que desempeñó hasta el momento de su muerte, el 24 de agosto de 1998. Por el vacío jurídico existente desde el momento de su creación, el museo funcionó de hecho; pero no de derecho. Lo que llevó a un grupo de personas a relanzar esta institución museística para darle su nacimiento legal y crear una fundación regional que dirigiera sus destinos. Entre ellos se encontraba el profesor Adán Chávez, actual gobernador del Estado, quien influyó con su activa participación en la derogación del Decreto Nº 1.160, que establecía la constitución de una fundación desde la capital de la república. Obviamente, esto facilitó las cosas, así que el 14 de febrero de 2002 mediante Decreto presidencial Nº 692, dictado por el barinés presidente Hugo Rafael Chávez Frías, se 50
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deroga el Decreto Nº 1.160 dando paso a la constitución de una Fundación Regional. De esta forma, el museo pasa a ser dirigido por el licenciado Alexis Gómez Briceño. En abril de 2002 por renuncia del Director, la Asamblea de miembros de la Fundación designa al Licdo. Alberto Pérez Larrarte, años más tarde, al Prof. Edinson Pérez Cantor, luego, a la Licda. Norma Cañizales, al poeta José Rafael Reyes, a Humberto Morillo y últimamente, al poeta Guillermo Jiménez Leal. Pero volviendo al tema de los sitios de exhibición debo manifestar que el museo llegó a tener ocho salas expositivas, cuatro de ellas con muestras permanentes de la vida y obra de Alberto Arvelo Torrealba y las restantes dedicadas a albergar exposiciones de artistas nacionales e internacionales. Dentro del mismo contexto, vale la pena recordar la sala Llanerías que impresiona por la diversidad de herramientas elaboradas a mano, en madera, y equipos de prensa de algodón y tabaco. Entre los artistas plásticos cuyas obras han exhibido en estos espacios, destacan: Armando Reverón, Oswaldo Subero, Régulo Pérez, Bárbaro Rivas, Luis Alfredo López Méndez, Luis Guevara Moreno, Pastor García, Elvia Armas, Pedro León Zapata, Rogelio Morales, Nicasio Duno, Alexis Pérez Luna, Ángel Muñoz, Jimmy Soto, José Luís Aldana, Roberto 51
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Morales, Pedro Reyes, José Ignacio Vielma, Adonay Cordero, Raúl Herrera, Rafaela Baroni, Ali Daría, Iván Dávila, Alirio Ramón González, María Villegas, Julieta Soto, Luis Castillo, Pedro Paredes, Carlos Iglesias, Jessy Fazzi, Freddy Rodríguez, Elide Salas, Eneida Mirabal, Arnaldo Erazzo, Edison Erasmo Sánchez, Ángel Olmos, Gisela Guerrero, Rebeca Solórzano, José Ignacio Vielma, María Coromoto Landaeta, Juan Carlos Meza, José Jiménez, Yosmar Molina, Xiomara Ortega, Ignacio Carrero, José Fernéli Hernández, Ronald París Koesling, Nilda de Lima, Maritza Bastardo, Máximo Calanchi, Héctor Méndez, José Octavio Castaño Marín, Jackson Niño, entre otros. En cuanto a las obras artísticas, piezas arqueológicas, antropológicas y otros objetos que ha adquirido el museo mediante donaciones y otras formas legales, con el fin de preservar, investigar y difundir nuestra cultura; debo privilegiar la serie de paneles (serigrafías) que diseñó Régulo Pérez para la elaboración del mural de la poesía y otro conjunto de obras que con distintos motivos e intereses aquí dejó. Igualmente el barinasuchus arveloi la pieza arqueológica más importante que posee el MAAT, igualmente una colección de piezas arqueológicas recolectadas en diversos sitios del estado y el país. Del mismo modo, una selección de obras de artistas regionales que por su calidad estética y lo que representan para la memoria artístico-cultural de nuestro estado se deben conservar. 52
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Hablando de eso: urge dotar este museo, y todos los demás que existen en la zona, incluyendo galerías y otros espacios expositivos, de implementos técnicos y un equipo humano capaz de garantizar la conservación y restauración de las colecciones que en cualquier momento por falta de mantenimiento o por estar infectadas de una gran variedad de hongos, podrían perderse.
Detalle del pasillo que conduce a la sala Caminos que andan (Foto: Francisco Fadul, 2015)
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La galería universitaria UNELLEZ Los primeros antecedentes de esta galería se remontan a enero del año 1977 cuando la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora (UNELLEZ) para motivar a la comunidad universitaria al interés por las artes, organizó una muestra pictórica del artista plástico Pastor García, oriundo de Barquisimeto, estado Lara, quien estudió en la Escuela de Artes Plásticas “Martín Tovar y Tovar” y acababa de regresar de una gira por varios países: Estados Unidos de Norte América, Francia, Italia, México y Colombia, en la cual iba combinando la observación con el estudio de la actividad creadora. Esta exposición se realizó en los pasillos de los cubículos de profesores y constaba de diecisiete (17) obras, dieciséis (16) pintadas en acrílico sobre tela y un (1) óleo sobre cartón. “Mis personajes no están sujetos a la mera percepción de una realidad tangible, concreta, son seres que se mueven en mi realidad interior. Y he querido proyectar esa realidad sobre ciertos personajes que se debaten en su propia existencia.” Opinaba el maestro. Y puede decirse que logró su cometido, porque hasta el espectador más desatento pudo apreciar en esas telas, imágenes de hombres cuyos rostros lacerados por la irracionalidad y la alienación, eran víctimas de una sociedad caótica que se empeñaba y aún se empeña en crear objetos y luego los adora como fetiches para ir aniquilando la naturaleza de su propio ser. 55
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Seguidamente, ese mismo año, en el mes de marzo, se lleva a efecto la I Semana Deportiva- Cultural Universitaria y allí se realiza una exposición de Pintura y Dibujo del personal de la UNELLEZ. En dicho programa participaron como expositores: Ana Buick, Jesús Benjamín Oraa y Edinson Pérez Cantor. Ana Buick, una dama de nacionalidad inglesa, con estudios en el Instituto de Arte Maidstone, Kent, Inglaterra, y egresada en diseño gráfico y comunicación visual del Politécnico de Birminghan, También cursó estudios de postgrado en la Universidad de Birminghan donde obtuvo el título en educación. Jesús Benjamín Oraa, nació en Guanare, Estado Portuguesa, estudió en la Escuela de Artes Pláticas de Barquisimeto, fue director del Centro Audiovisual de Barinas y se desempeñó como empleado de la Unidad de Servicios Audiovisuales de la UNELLEZ. Edinson Pérez Cantor, nació en Caracas, estudió en la Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos y ejercía el cargo de profesor de atletismo de la UNELLEZ. Pero el entusiasmo no paró allí, unos cuantos meses más tarde se publicaron las bases del I Salón de Fotografía
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Conservacionista, que finalmente terminó montándose en la Biblioteca Central de la UNELLEZ-Barinas. La segunda muestra de pintura fue exhibida en febrero de 1978, este evento fue organizado por el Centro Conservacionista Universitario (C.C.U) con motivo del ingreso de los nuevos compañeros a la máxima Casa de Estudio de esta entidad. La idea era sembrar el interés por actividades culturales y a la vez ir manifestando la necesidad inmediata de una Dirección de Cultura y la Sala de Arte de dicha Universidad. En esta exposición participaron: José E. Coa, Nelson Luciani, José G. Hernández, Carlos E. León Mejías, Birme Rivas, Milagros Poleo, Jesús Oraa, Anna Buick y Pedro L. Guedez. Para marzo de 1980 la Asociación de Empleados de la UNELLEZ, conjuntamente con la Biblioteca Pública “Andrés Eloy Blanco” realiza en la Semana del Empleado Universitario, una exposición de artistas barineses, donde mostraron sus obras los siguientes artistas: Dr. José Gregorio Hernández, Pedro Guedez, Rafael Vegas, Rafael Calvo, Álvaro Padilla, Alirio Medina (MAO), Ignacio Carrero y José Coa. En octubre de 1980 Zaritza Bernay, Jefe del recién creado Programa de Cultura, brinda la oportunidad al profesor 57
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Rafael Avendaño, fundador del Taller de Artes Plásticas de la UNELLEZ y director de la Escuela de Artes Plásticas “Cristóbal Rojas” del estado Barinas, para que realice una muestra de su autoría, la cual constó de veinticinco obras y fue montada en el Taller de Artes Plásticas. Casa del Estudiante. Otro artista invitado fue el barinés Henry Alizo, en diciembre del mismo año, quien presentó un conjunto de piezas escultóricas, en los pasillos de la Casa del Estudiante. Así mismo, el Taller de Pintura Infantil, de Barinitas, dependiente de la Coordinación de Cultura del Estado Barinas y dirigido por Álvaro Padilla. Resumiendo este largo proceso que fue decisivo en el desarrollo de las manifestaciones culturales de la región, debo señalar que para el año de 1981 la actividad de las artes plásticas dentro y fuera del recinto universitario se hacía sentir con gran intensidad. En vista de ello, la universidad, decide apoyar la iniciativa y empiezan a visitarnos artistas y muestras de artistas de la talla de Emilio Boggio, Armando Reverón, Marcos Castillo, Andrés Pérez Mujica, Oswaldo Vigas, Mario Abreu, Humberto Jaimes Sánchez, Luis Ordaz, Manuel Espinoza, Freddy Pereira, Secundino Rivera, Juan Calzadilla, Luis José Bonilla, Carmelo Rickel, Luis Ludert, Ana Zapata Reyes, Agustín Guerrero, Francisco Vadillo, 58
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Giulio Dreossi, Edgar Jiménez Peraza, Abelardo Girón, Mario Quaglia, Mario Guacarán. Pero también artistas locales como Asdrúbal Romero, Ignacio Vielma, Carlos Botero, Carlos Iglesias, Isidro Flores, Argenis Rangel, entre muchos. Otra exposición importante que no puedo pasar por alto por la calidad técnica y la receptividad que tuvo entre los moradores, fue la titulada: “Cinco Creadores de la Nueva Figuración” del año 1982, la cual tuvo como espacio expositivo el auditórium de la UNELLEZ, en ella participaron: Leonor Mosquera, Julio Pizzarro, Álvaro Gómez, José Vicente Blanco y Rubén Núñez. En resumidas cuentas, en todos esos años, algo más de una década, hasta la inauguración de la “Galería Universitaria UNELLEZ en el año 1989” La llamada popularmente “Galería el pasillo”, que era itinerante, porque funcionaba en cualquier espacio, dentro y fuera de universidad, se convirtió en el eje central de la actividad expositiva en nuestro estado, no sólo por la calidad de las obras e invitados de gran factura que traían, sino por la receptividad con que eran acogidas estas muestras en diferentes espacios de nuestra ciudad. Valga decir: Museo Alberto Arvelo Torrealba, Casa de la Cultura Napoleón Sebastián Arteaga, la Biblioteca Pública Luis Fadul Hernández y Andrés Eloy Blanco, entre otras instituciones.
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En honor a la verdad, esta actividad no hubiese tenido el éxito que tuvo, sin el apoyo del Programa de Cultura, y el empeño de la coordinadora de Arte del Programa de Cultura de la UNELLEZ, profesora Atala Maninat, y desde luego, los colaboradores internos: Asociación de Empleados de la UNELLEZ, Federación de Centros Universitarios “FCU”, Grupo Ecológico Conservacionista Simón Bolívar. Así como también el apoyo de instituciones foráneas: el Museo Alberto Arvelo Torrealba, la Casa de la Cultura Napoleón Sebastián Arteaga, la Biblioteca Pública Luis Fadul Hernández, el CONAC, y algunas personalidades, junto a muchos, el incansable promotor de las artes visuales el crítico de arte, profesor y periodista, Aquiles Ortiz. Otros amigos que a lo largo de esos años tuvieron la gentileza de prestar sus obras para ser exhibidas recuerdo a Pedro Lapenta, Fernando Correa, Elvia Armas, Antonio Cristancho, Marcos Briceño, Freddy Rodríguez, Eddy de Mora, Ana Isabel de Chávez, Laura Carolina Ramírez, Leony Clavijo de Rojas, Maritza Gamarra, Porfi Montoya, Mercedes González, Malvi Monzón, Gina Dávila, Lila Gagliano y Leonelo Acabán. Como si fuera poco se logró hacer la I Bienal de los Llanos Occidentales y la muestra de todos los premiados del “Salón Aragua” hasta el año 1989.
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De manera, que ese trabajo constante, de hormiguita podría decirse que rindió su fruto, y fue así que el día siete de julio de 1989, a las cinco de la tarde, se dio inicio a la Exposición inaugural de la Galería Universitaria UNELLEZ, cuya apertura estuvo a cargo del Vicerrector de Planificación y desarrollo Social de la Institución, profesor Osmar Buitrago Rodríguez. La exhibición constaba de veinticuatro obras pictóricas, elaboradas por reconocidos artistas de los Llanos Occidentales, y la misma llevaba por nombre: Patrimonio artístico de la UNELLEZ. En la muestra participaron José Luís Aldana, Pastor García, Jirge Arteaga, Morella La Riva, Iván Dávila, Arnaldo Erazzo, Oswaldo Subero, Rogelio Morales, Eneida Mirabal, Chicho Ruiz, José Gregorio Hernández, Rafael Avendaño, Ignacio Carrero, José Coa, Álvaro Padilla, Adonay Cordero, Elovis Bilnotean, Pierre Ownel, Felicenda Salazar, Elvias Armas, Cordero Japenta, Melisa de Messoris, Mariano Arismendi, Alirio Medina (Mao), Luís Figueroa y Mogollón. Esta sede se encuentra ubicada en el sector Barinas I de dicha casa de estudios. Como era de esperarse, su primera coordinadora fue la profesora Atala Maninat.
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La Galería Red de Arte Esta galería inaugurada el 29 de septiembre del año 2007 estuvo situada en la esquina de la avenida Olmedilla con calle Plaza frente a la licorería La cucaracha Mix. Era parte de un proyecto realizado por el Ministerio de la Cultura que quedó cargo de la plataforma del Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio (Iartes) cuya directora fue Rosangela Yagure. El objetivo del mismo era representar y difundir la producción artística y artesanal en todo el país. Lógicamente para que esta acción tuviera el impacto deseado, era imprescindible ir hacia la conformación de estas redes de tiendas, librerías, galerías y centros de artesanías, en todos los estados, donde la obra de los artistas nuestros pudiera ser presentada y promocionada. Aquí en Barinas, le correspondió a la Licda. María Verónica López la responsabilidad de servir de enlace entre la Fundación Red de Artes y la comunidad. En ese sentido y siguiendo los lineamientos emanados de la capital, luego de una etapa de búsqueda y acondicionamiento del espacio escogido y selección del personal que iba a trabajar allí, se programó la primera exposición. Esta galería tuvo en la etapa inicial dos garantes, el Licdo. Édison Erasmo Sánchez y el señor Rolando Abreu. El primero
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encargado de la galería propiamente dicha y el segundo de la tienda de arte. Gisela Guerrero, fue la asistente de ambos. El primer montaje realizado en esta sede estuvo bajo la tutela de Francisco Gonzáles quien para esos años ejercía el cargo de Director General de la Fundación Red de Arte. Los artistas seleccionados para dar inicio a la propuesta fueron: José Ignacio Vielma, Raúl Herrera y Luís Castillo. Todos radicados en Barinas y con vasta experiencia en la materia. Sin exagerar un ápice, el entusiasmo los involucraba a todos por igual. Y no podía ser de otro modo, ya que por fin se contaba con una sala digna que reunía todas las condiciones técnicas que certificaban el buen resguardo de las obras que se iban a exhibir. Pero además, la tienda de la Red ofreció al público una expoventa, de carácter permanente, con piezas de artesanos de distintos lugares de Venezuela a precios accesibles. Daba gusto verlos regocijados ante tanta variedad de texturas y color. Adicional a todo lo expresado, una de las cosas que a mí en lo particular más me llamó la atención fue el agrado de la gente ante el dispositivo museográfico, porque no estábamos acostumbrados a aprovechar los espacios, ni a presentar los objetos con el decoro que se merecen, no por falta de conocimiento e imaginación, sino por la carencia de recursos que para tales fines siempre se les ha negado a quienes se ocupan de 64
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esto. Lo cual, obviamente, va en detrimento de la muestra y de la imagen de la institución promotora. Para resumir añadiré, que la Galería Red de Arte de Barinas desde su inauguración, tomando en cuenta las dos etapas: cuando estuvo en la avenida Olmedilla y después de ser mudada a la sede del Instituto Museo de las Culturas del Llano, ya con Gisela Guerrero como encargada de la galería desde el año 2008, realizó aproximadamente de 40 a 45 muestras con una participación cercana a los 170 artistas, mientras que en la tienda se han colocado dos exposiciones contando con el talento de 20 artesanos de la región. Con el cambio de denominación de la Red que pasó a ser Centro Nacional de Artesanía y la mudanza a la recién inaugurada Casa del Alba, La Galería Red de Arte de Barinas perdió sus espacios y desapareció. Sólo nos queda la tienda. Ojalá Naylet Sierra, quien ahora se encuentra al frente de la misma, en esta nueva etapa tenga mejor suerte. Es mi mayor deseo. Lo digo de corazón.
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La Galería Hugo Chávez Frías. Este espacio dedicado a las artes visuales nace sobre los cimientos de lo que fue el Salón Mateo Manaure de la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas, inaugurado, con la presencia del maestro Mateo, el 25 de noviembre de 1985, dentro del marco de la juramentación de la primera junta directiva de la Asociación Venezolana de Artistas Plásticos de Venezuela (AVAP), seccional Barinas, y está ubicado en la planta baja del edificio que alberga la escuela nombrada con anterioridad. Según testimonios, en aquella visita del maestro se expusieron alrededor de cuarenta obras de artistas locales, las cuales, fueron donadas al organismo naciente como un estímulo para seguir en la lucha e ir formando, con el transcurrir del tiempo, una nutrida colección. Allí, motivados por los logros obtenidos, se realizaron algunas exhibiciones donde predominaba el estilo costumbrista de la vieja escuela, que atraía a los compradores quienes estaban más interesados en adornar sus estancias que en el valor que pudiesen adquirir las obras con el paso de los años o los puntos de vista estéticos e ideológicos que los vanguardistas de aquel momento pudieran haber estado desarrollando. Con la mudanza de la AVAP a su nueva sede, en el año 1987, llegó también el declive del Salón Mateo Manaure, sobre todo en cuanto a actividades expositivas se refiere. Poco a 67
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poco los artistas se fueron alejando y aquel punto de encuentro que en algún momento sirvió de referencia y espejo a los alumnos de la escuela donde ellos podían mirarse para medir los avances logrados se fue transformando en un recinto decadente donde se celebraba cualquier tipo de reunión, o un aula donde ocasionalmente se dictaba equis taller, se realizaban muestras de fin de curso, en depósito, o quién sabe qué... Y así se mantuvo, sirviendo para lo que se necesitara, hasta el 5 de agosto del año 2014 fecha en que se inauguró con presencia del gobernador del estado Barinas Adán Coromoto Chávez y toda la plana mayor de la cultura estadal, encabezada por Marlene Sánchez, presidenta del Instituto Autónomo de Cultura del Estado Barinas (IACEB), y Ana María Oviedo, representante del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, capitulo Barinas, La Galería de Arte Hugo Chávez Frías; un ente cultural que está llamado a constituirse en uno de los pilares fundamentales, que indiscutiblemente son prioritarios, para elevar el nivel académico de la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas de Barinas y para la promoción y difusión del arte nacional. Es oportuno aclarar, que el nombre de la Galería se debe a que el comandante Hugo Chávez fue alumno del maestro Rafael María Calvo Jiménez y por lo tanto, eso lo hace merecedor de tal distinción. Además, nadie podrá negar el peso
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que tiene este personaje en la historiografía cultural de nuestra nación y más allá. Debo señalar que la adecuación de este espacio no se hubiera logrado sin la decisión y el aporte brindado por la Licda. Marlene Sánchez y su equipo de trabajo, en especial el profesor Alonzo Marques, director para ese entonces de la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas, Alirio Medina (MAO) y quien suscribe, quienes nos pusimos al servicio de la idea, sin esperar nada a cambio, para aportar todo nuestro conocimiento técnico e intelectual. En este corto tiempo, apenas 14 meses, contados a partir del día de la inauguración, sin ánimos de parecer inmodestos, la Galería Hugo Chávez Frías ha realizado 11 exposiciones, 6 conferencias, 5 talleres, se dio inicio al ciclo de cine: Maestros del arte universal, también se produjeron eventos especiales como: asesorías técnicas, recitales de poesía, bautizos de libros, visitas guiadas y encuentros con estudiantes y la comunidad. Entre las personalidades más importantes que han expuesto o han ejecutado algún trabajo en pro del arte venezolano en estos espacios figuran: Nicasio Duno, Amilcar Alejo, Richard La Rosa, José Jiménez, Aquiles Ortiz, Cecilia Guadalupe Bravo, Thaidee Uranga, Luis Castillo, Jessy Fazzi y Jorge Jaimes, entre otros. 69
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En definitiva, podrĂa decirse que se lleva un buen ritmo en esta larga carrera donde lo importante no es llegar primero, sino llegar.
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El Museo de Artes Visuales Henry Alizo Nace en 1994 con el objetivo de promover y difundir las artes plásticas mediante talleres libres de dibujo, pintura y escultura dirigidos a la comunidad. Está ubicado en la avenida principal del Barrio Negro Primero y presenta una fachada, algo “ecléctica” dirían algunos, porque consiguen en ella posturas intermedias y no se rige por soluciones extremas o bien definidas que son perfectamente entendibles si nos preocupamos en investigar un poco los orígenes del creador. Y es que Henry Alizo proviene de una familia de campesinos, cuyos abuelos vivían en Altamira de Cáceres donde pasó la mayor parte de su infancia. Y fíjense como son las cosas, fue allí, precisamente allí, que él empezó a ver formas y figuras que imaginaba salían de los inmensos piedrones que bordeaban la casa, cuando se sentaba a recoger la leña que su abuela necesitaba para meterle al fogón. Eran tiempos de extrema pobreza pero donde nunca faltó el respeto ni el amor. Así que a la edad de siete años cuando lo mandan a casa de sus padres para estudiar la primaria no pudo aguantar la tentación de hacerse ayudante de su papá, que dicho sea de paso, era carpintero, albañil, herrero, electricista, lutier, y como si fuera poco, bandolinista. Con el transcurrir de los días fue asimilando todo ese conocimiento práctico, intuitivo, que le brotaba por la piel a su progenitor. 71
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A medida que iba creciendo también iba aumentando el número de amigos de su edad. Constantes fueron los paseos por los potreros y las lagunas aledañas al barrio San José en busca de guayabitas sabanera. Inolvidable fue el primer contacto con la arcilla que los más mayorcitos recogían y amasaban para hacer metras, o balas para jugar a la guerra, que al endurecerlas con el sol utilizarían para dispararle con sus chinas, o fondas, como decimos nosotros, a los pájaros que se veían a la orilla del canal. De manera, que la permanente improvisación con la materia prima le fue enseñando los secretos del arte de modelar. Ahí, empujado por familiares y compañeros que reconocían en él un don especial para esculpir, cogió consejo y decidió exponer sus ejercicios creativos en la Casa de la Cultura e inscribirse en la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas de Barinas, donde pasó cuatro años, que le sirvieron de base para hacer una pasantía de doce meses en el Centro Experimental de Arte de la Universidad de los Andes (ULA) de donde salió directo, con su obra, a recorrer el país. Al poco tiempo volvió. Pero no vaya a creerse que le resultó fácil instalarse. Nada de eso, tuvo quedar cien mil vueltas, pero a final de todo, la constancia y la necesidad de tener un techo para colocar sus colecciones hicieron que lograra aquella casita de INAVI, de dos habitaciones, un baño, una cocina y a la vez lavadero. Más una sala pequeñita que era también comedor.
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Ahí comienza la ampliación. Es importante destacar que el ambicioso proyecto se formalizó primeramente como el Taller de Artes Visuales Henry Alizo (TAVA), pero que luego de cuatro años de arduo trabajo, donde él junto a su familia eran los financistas, los profesores, los arquitectos, los albañiles y los ayudantes, pasó a llamarse Museo de Artes Visuales Henry Alizo (MAVHA), el cual orgullosamente sigue abriendo sus puertas a la comunidad. De manera que la riqueza de contrastes, texturas y hasta la torre rectangular con techo en forma de cúpula que corona con una escultura perfectamente nivelada que da la impresión de vigilar nuestros pasos, le da al edificio una inusual originalidad. Definitivamente el Museo de artes visuales Henry Alizo es un proyecto de vida de su autor. Esta edificación consta de dos salas de exposiciones permanentes, en la planta baja, donde a primera vista nos encontraremos con una escalera metálica, que se adelanta a un puente y una fuente, perfectamente iluminada por un ventanal diseñado con elementos geométricos, que conduce al primer piso, desde cuyos peldaños se puede apreciar un fresco pintado en la cúpula por el incansable creador. Al llegar al punto inmediato nos encontraremos con otra sala en forma de ele que se conecta con un salón espacioso, que da a la calle trasera, donde funciona el taller de arte y se exhibe una 73
hemeroteca del artista, cuidadosamente enmarcada y exhibida en la pared. Luego, hay otra escalera que nos lleva a una terraza franqueada por una balaustrada con cuatro esculturas de la serie titulada: lunas negras, que representan el sufrimiento de aquellas mujeres embarazadas, deformadas por haber tenida relaciones sexuales a temprana edad. No estaría mal precisar que desde este sitio que sirve a su vez de taller personal, se puede apreciar íntegramente las cinco esculturas que coronan el inmueble, otra cúpula pequeña y buena parte de la zona baja de la ciudad. En las salas permanentes se exhibe un grupo de obras del artista que consiste en una colección de esculturas talladas en madera y otros materiales, así como algunas pinturas realizadas en diversas etapas de su proceso creativo. También una serie de litografías del Maestro Mateo Manaure y una selección de obras de los nuevos valores que se forman en los talleres que ofrece esta institución. Otra cosa queda una idea del compromiso, el esfuerzo y la humildad del este señor, es que todas las ventanas de hierro forjado, las puertas de madera tallada y el mobiliario ha sido diseñado y elaborado por él. Y como si esto no fuera suficiente, la vivienda original, donde aún vive con su familia, se mantiene intacta, entre paredes de alto relieve, que cuando la
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gente pasa ni siquiera se imagina que pueda existir. En resumidas cuentas: un auténtico valor. Honor a quien honor merece.
Fachada Museo Henry Alizo. Año 2008 (Foto: Colección MAVHA)
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El Museo San Francisco de Asís Al llegar frente a la casa natal del insigne escritor barines José León Tapia, no pude aguantar la tentación de retroceder en el tiempo y verme venir de la calle Pulido, donde vivía mi amigo Francisco Aranguren y su familia, rumbo a la casa de la Cultura Napoleón Sebastián Arteaga, para encontrarme con un grupo de muchachas y muchachos que tratábamos de aprender el arte de la actuación. Lejos estaba yo de imaginar, que esa señora, que en aquel momento, ocupaba ese viejo caserón construido en 1875, a quien cada tarde uno veía sentada en la penumbra a través de la única ventana que casi siempre permanecía abierta, de las tres que tiene la fachada, estaba registrando e inventariando una de las colecciones de corte costumbrista más importante que tiene la ciudad. Y es que esa casa que fue adquirida por la familia Concha, quienes son sus actuales propietarios, posee una planta en ele con un patio claustral y otro lateral, y en su interior cuenta, además, con cinco salas, más otros dos pasillos dedicados a exposiciones, en los cuales se pueden encontrar, como bien expresa una nota del Registro del Patrimonio Cultural de Venezuela, e igualmente pude comprobar, imágenes religiosas, joyas coloniales, objetos históricos, trajes y objetos de personalidades de la vida local y nacional. Así como también: Proyectores cinematográficos, equipos de radio y televisión, cámaras fotográficas, 77
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enseres y utensilios del hogar de épocas pasadas, herramientas y objetos propios de la faena llanera. Así mismo, equipos e instrumentos quirúrgicos del antiguo hospital Luis Razetti, periódicos de la primera mitad del siglo XX y algunas armas de los siglos XVI y XIX. De tal modo, que gracias al empeño que le puso esa señora, la profesora Liz Marisela Oria Ibarra, a la adquisición, conservación y restauración de ese gran número de objetos, es que ahora los barineses podemos contar con una gran variedad de piezas, que reflejan parte de nuestra idiosincrasia que indiscutiblemente van a ser valoradas por las generaciones contemporáneas y por venir. Este museo nace en 1973 como una asociación civil sin fines de lucro, pero se formalizó el 20 de diciembre de 1984 cuando adquiere personalidad jurídica propia con el nombre de Museo de Arte Colonial y Costumbrista San Francisco de Asís. Sin embargo, se tiene conocimiento que entre los años 1980 y últimos meses del 1984 se organizaron actividades culturales que tuvieron una excelente acogida en la población. Sin ánimos de dejar por fuera a nadie y haciendo un ejercicio de memoria recuerdo que allí se realizaron conciertos de la Banda del Estado, la Orquesta Típica de Barinas, y se presentaron artistas de reconocidísima trayectoria como Simón 78
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Díaz, Magdalena Sánchez, María Teresa Chacín, Morella Muñoz, Guillermo Jiménez Leal, Anselmo López, Héctor Valero, al igual que caricaturistas como Pedro León Zapata, Carlos Iglesias, también poetas: Arnulfo Quintero López, Livio Delgado Godoy, Avilmar Franco, Aidé Segura, laurencio Zambrano, Ángel Muñoz, Leonardo Ruiz Tirado, Manuel Díaz, Manuel Darío Grüber, Segundo Rojas Garrido y otras distinguidas personalidades tanto del medio político como cultural. En el año 1990 la Cámara Municipal del Municipio Barinas lo declaró Patrimonio Histórico Cultural Municipal. En el 2003 el inmueble fue declarado Patrimonio Municipal por su antigüedad y por haber sido lugar de nacimiento de José León Tapia, en el año 2005 el Instituto de Patrimonio Cultural, declara la colección y la sede como Bienes de Interés Cultural, y en el 5 de marzo del año 2007 la colección denominada “Costumbrista del Populismo Cultural Venezolano” pasa a ser propiedad de la Alcaldía municipal, adquirida por el extinto Instituto Autónomo Municipal del Patrimonio y el Acervo Cultural (IAMPAC). Con esta transacción, como sostiene Marinela Araque en un artículo publicado el 23 de octubre del 2014, en cultureandoenbarinas, titulado Un museo para la ciudad. Casa Natal Dr. José León Tapia: “la Alcaldía logró obtener todos los 79
derechos sobre la colección antes mencionada, mas no fue contemplada la cesión o transferencia de la denominación social Museo de Arte Colonial y Costumbrista “San Francisco de Asís”, por consiguiente la fundación civil conserva todavía, todos los derechos que les confiere la ley sobre la denominación social, establecida en su acta constitutiva”. Actualmente, la colección se encuentra bajo la custodia de la Unidad de Patrimonio Cultural del Departamento de Cultura de la Secretaría Ejecutiva del Poder Popular para la Cultura y Turismo adscrita a la Alcaldía de Barinas, cuya jefa es la economista Yajaira García.
Pasillo principal de la casa natal de José León Tapia, donde se exhibe la colección (Foto: Francisco Fadul. 2015)
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Instituto Museo de las Culturas del Llano La primera vez que oí hablar de un museo de las culturas del llano fue entre los años 2005 o 2006, en sala multimedia de Barinas I de la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora, si no estoy equivocado; gracias a una invitación que me llegó del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, para que asistiera, junto a un selecto grupo de amigos, a una reunión con el ministro Farruco Sesto quien tenía algo importante que quería compartir. Confieso que en aquel momento no tenía la más mínima idea del tema que se iba a tratar, y creo que a la mayoría de los invitados le sucedía lo mismo, sin embargo nos acercamos al sitio con la mayor disposición. Después de las palabras de recibimiento de Ana María Oviedo como representante del Ministerio por el estado Barinas, y el ministro al exponer con esa sencillez que lo caracteriza, el motivo de su visita y la magnitud y alcance del proyecto que habían acordado realizar de manera conjunta con el gobierno regional, las muestras de satisfacción e incluso sorpresas en los rostros de quienes estábamos presentes no se hicieron esperar. Y no era para menos, porque Farruco no sólo venía a darnos la noticia de que Barinas había sido escogida como sede oficial del pretendido museo, sino que quería escucharnos y que le brindáramos el mayor apoyo y la mayor 81
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información posible para seleccionar un terreno estratégico donde se pudiera construir la edificación para llevar a buen fin el ambicioso plan. En esa oportunidad, se supo, de manera extraoficial, que el señor alcalde y sus ediles, totalmente desenfocados como suele ocurrir cuando se trata de algún asunto de interés cultural, habían sugerido un terreno ubicado en la vía de Santa Inés, allá, bien lejos, como a tres kilómetros de los linderos de la ciudad. Evidentemente nadie podía estar de acuerdo con eso. Razón por la cual se hizo una lluvia de propuestas de donde surgió la recomendación de solicitarle a las máximas autoridades del estado una parte de terreno del parque ferial, por ser una vía de acceso rápido, con todos los servicios, con facilidades para la expansión, y a donde se podía llegar cómodamente desde diferentes puntos de la localidad. Así se hizo. Y al final, luego de varios encuentros y desencuentros con el equipo del ministro y sus iguales del gobierno regional, el burgomaestre de la ciudad de Barinas accedió. Así que el 31 de marzo del año 2011, en horas de la mañana, después de una larga espera, en medio de un espectáculo ecuestre, representaciones folclóricas, regalos de libros, sonrisas, saludos y abrazos de amigos e invitados especiales, se inauguró el Instituto Museo de las Culturas del llano con la presencia del ministro del poder Popular para la cultura, Farruco Sesto, quien estuvo acompañado del gobernador de la entidad Adán Coromoto Chávez, entre otras autoridades locales. 82
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Esta institución nacida para visualizar las tradiciones, raíces y el espíritu creador del pueblo llanero, de más de cinco mil metros cuadrados de estructura, diseñada por el arquitecto Raúl Grioni, está conformada por tres salas de exposiciones y un auditorio con una capacidad de aproximadamente 150 personas sentadas, un cafetín, dos plazoletas internas al aire libre; acogía, asimismo, una imprenta regional, una Librería del Sur, una tienda de la Red de Arte y un espacio para la Cinemateca Nacional, además, de un Centro de Investigación, documentación y educación. Es bueno apuntar que este museo era la punta de lanza de una serie de instituciones que se tenían proyectadas construir, como el Instituto de las Culturas de Lago, de la Culturas Orientales, el Instituto del Caribe, el de las Islas, los Andes, Amazonas y también de la Cultura Urbana, con lo cual se buscaba profundizar en la revolución cultural. Recuerdo que se insistía mucho, en que no debía ser visto como un museo de la cultura del llano barinés, sino, como un instituto orientado a la investigación de la cultura de los llanos venezolanos: Apure, Portuguesa, Cojedes, Guárico, y por supuesto, Barinas, sin dejar de incluir Anzoátegui y Monagas. Daba gusto ver a la gente arremolinada aguantando aquella pepa de sol frente al portón principal, hermosamente 83
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diseñado, esperando el despeje de cintas para tener acceso a los espacios expositivos para ir a disfrutar del trabajo museológico y museográfico, realizado por expertos traídos de la Galería de Arte Nacional. Los maestros escogidos para tener el honor de ser los primeros expositores fueron: Rodrigo Benavides, Orlando D´elia y José Ignacio Vielma, tres grandes estudiosos de la llaneridad, que curiosamente no nacieron en el llano, pero que lo viven y lo sienten como el que más. Rodrigo un caraqueño con raigambres guariqueñas, Orlando D´elia un documentalista extraordinario, caraqueño también, y José Ignacio Vielma un merideño que se hizo barinés. Los tres con extraordinarias muestras fotográficas, cuyas imágenes más impactantes se han convertido en emblema de la institución. Igualmente se dio apertura a la Librería Del Sur, la tienda de la Red de Arte, al tiempo que el joropo tronaba en el recinto y los asistentes estorbábamos buscando espacio por donde caminar. El primer director de este museo fue Leonardo Gustavo Ruiz Tirado y el equipo que lo acompañó estuvo integrado por Ramón Arroyo, Mayerling Quintana, Ángel Muñoz, José Luis Quintero, Reynaldo Márquez, Osman Méndez, Andy Arroyo, Carla Urbina, Yajaira Pérez, Juan Camacho, María Beatriz Velásquez, Yumeli Solórzano, Walkiria Gómez, Elvis Rojas y Julio Avendaño.
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Haciendo un balance del corto periodo que estuvo Leonardo al frente de este organismo se puede decir que fue satisfactorio porque el museo se popularizó, se recibieron decenas de miles de visitas tanto de lugareños como de turistas venezolanos y extranjeros. Además, se implementaron programas cinematográficos, visitas guiadas a instituciones educativas, se activó el Centro de documentación, se realizaron foros, seminarios, conferencias, ferias de libros, talleres, encuentros de movimientos sociales y todo tipo de actividades en pro del acervo histórico-cultural de los llanos venezolanos. Podría decirse que el trabajo estaba un poco orientado e inspirado en las propuestas de Henri Riviére y Hugues de Varine quienes plantean una forma innovadora en la cual el museo no concentra su atención en una colección sino en todo un ecosistema humano incluyendo elementos de cultura material pero también inmaterial, como bailes, cantos y tradiciones locales; y en lugar de unos facultativos de museos trabajando ocultos al público, era la propia comunidad la que debía gestionar el funcionamiento del museo, involucrando activamente a los visitantes y locales. Sin embargo, la conflictividad política y los lineamientos emanados del estado que exigía a sus funcionarios fijar postura, provocó quiebres dentro y fuera del seno del organismo 85
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que afectaron el buen desarrollo y la armonía que debe regir en este tipo institución. Esto generó una fuerte dependencia ideológica, lo que obviamente no puede suceder en un museo. Esto demuestra que la experiencia de acudir a entes subsidiarios y patrocinadores, vengan de donde vengan, puede resultar peligrosa, porque en algunas ocasiones los organismos culturales, para mantenerse, se ven obligados a seguir las orientaciones de aquellos que están pagando. Demasiados elementos para vender y el museo se transforma en una galería de arte o en un anticuario, o peor, en una tienda de aeropuerto; demasiada injerencia de quienes aportan en nombre del estado, se transforma en la voz del sistema. No obstante, como solía decir Leonardo de manera bien tajante y muchos estamos de acuerdo con él, esto realmente sería un museo en un 30 a 40 %, de resto es una institución de corte cultural, pero eso no implica que no se esté trabajando en función de elevar ese porcentaje. Recordemos que este proyecto respondía también a la nueva geometría del poder que estaba planteada en aquella reforma constitucional que fue la única elección que perdió el presidente Chávez. Y eso responde, no solamente a una visión geopolítica, sino que como lo dice Ramón Arroyo Pérez, director desde el 1 de febrero del 2014 del Museo de 86
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los Llanos, obedece también a una visión desde el punto de vista positivista del país. De la tierra, de la tierra que nosotros ocupamos. De la diferencia que nosotros tenemos entre un andino por ejemplo con un oriental de Margarita, desde el punto de vista de la personalidad, de las creencias, de las vivencias, del ambiente, de esa teoría filosófica del positivismo. Hippolyte Taine considerado uno de los grandes teóricos del naturalismo nos señala de alguna manera eso. Hay diferencias Incluso en el dialecto, en el arte, eso afecta absolutamente todo, la música, la poesía, la plástica, absolutamente todo, incluso hasta la espiritualidad. Es mucho más religioso y católico un merideño o tachirense que un maracucho o que un llanero de Zaraza. El llanero no asiste con tanta devoción a esas cosas. Cultiva más bien la visión de las ánimas, cultiva el espíritu de la sabana. Cree en los espíritus que el hombre deja después de esta vida. Bueno, este instituto estuvo pensado en función de eso, en función de las creencias, en función de la gente que habita cada lugar. Y así estaban pensados los otros siete que iban a ser diseminados por todo el país. Al principio fue así y de alguna manera todo se quedó en el limbo con la enfermedad y la muerte del líder de la revolución, porque la pérdida física del presidente trastocó absolutamente todo. Hasta la misma visión de país y de cultura que tenemos. Pese a todo eso, poco antes de la salida de Leonardo Ruiz y eso es muy importante decirlo, se produce la adscripción 87
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del Instituto con la denominación de Museo de los Llanos en la sesión ordinaria del Consejo Directivo de la Fundación Museos Nacionales 009/2011 celebrada el 29/11/2011 en atención a instrucción ministerial, de allí que ahora forman parte de la FMN junto a otros 15 museos del país, pero en general, según el último censo, existen 276 en todo el territorio nacional. Lo cual comporta una ventaja, no sólo desde el punto de vista administrativo, sino también de las sinergias que se pueden hacer entre los museos para poder mostrar obras que normalmente no se les ve en ese, entre comillas, interior del país. Esa es una ventaja. Solamente que como este museo fue concebido de la manera planteada, no hay condiciones museológicas y a veces museográficas para traer por ejemplo un Armando Reverón, por decir algo. Eso por un lado, cuando Leonardo Ruiz estaba como director del museo y Ramón Arroyo Pérez como profesor jubilado del Ministerio de Educación se le da un empuje a la parte didáctica y pedagógica del museo. Se tuvo por ejemplo las peñitas Miguel Vicente Pata Caliente, que eran peñas culturales que iban a las escuelas. Donde se realizaban incluso, cuenta cuentos, obras de teatro, de títeres, o las visitas guiadas donde traían a los niños a ver exposiciones con los docentes de educación inicial, lo cual hacía evidente y verdadero eso de que el museo va a las comunidades. Eso desapareció porque implicaba mover un personal más o menos grande 88
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para la atención de los niños y niñas. Con todo ello, lo siguen haciendo pero con talleres de pintura, impresión en serigrafía, talleres de cerámica que los dicta la profesora Fátima Clemente y Jackson Niño que colabora con ella. Del mismo modo, se han hecho talleres con algunos artistas como José Hernández quien acaba de montar una exposición de los alumnos de su taller. Se ha hecho muy buena sinergia con el colectivo de arte Entre Locos, el grupo de Acarigua, el grupo de Araure, pero también se aprovechan esas muestras colectivas para, según el ojo crítico de los especialistas, escoger un maestro y brindarles la oportunidad de exponer de forma individual. Uno de ellos es Jhomar Hendrith Loaiza, el caso de Alirio Sánchez, Pero también, el de otros artistas como Adelis Gonzales Campos, José Jiménez (Topocho) José Gregorio González y Benito Mieses. Este año se han hecho 14 exposiciones en las dos salas que están disponibles más el vestíbulo, pero aparte de eso cuentan con cinco exposiciones itinerantes que fundamentalmente tiene un corte socio político. Porque como apuntala Ramón Arroyo: “este espacio se debe a la revolución, y yo creo también que es pertinente, y es importante que nosotros hagamos un homenaje al comandante Chávez desde los espacios de este museo que él un día soñó”. Colecciones permanentes no tienen, pero poseen algunas obras que han recibido por parte de amigos del museo. Hay también otras obras que están en tránsito. De igual manera, 89
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disponen de una exposición que se llama Barinas Testimonial, trabajo realizado en concordancia con Junior Palacios, que era el nombre que le daba José Esteban Ruiz Guevara a una exposición muy pequeña que se le hizo en la parte baja donde está el auditorio Jesús Enrique Guédez, ahora consta de 40 fotografías hermosamente enmarcadas. El resto son las obras de Christian Belpaire y obras de la llaneridad, así como una colección de rostros llaneros propiedad de Silvino Molina que está en comodato en la sala José León Tapia. En cuanto a la infraestructura planificada y diseñada por el arquitecto Raúl Grioni para contener los restos del vapor Masparro, que por demás, bien se sabe, es un icono de la resistencia que hicieron aquellos valientes venezolanos que se enfrentaron a la dictadura gomecista en el eje fluvial llanero, está avanzada en un 75 a 80 %. Y en lo referente a la restauración del vapor Masparro, ya está armada la proa y fue contratado un equipo de arqueólogos y antropólogos quienes están trabajando en Caracas todo lo concerniente a la museología que sustenta los aspectos conceptuales de la obra. La museografía será asumida en conjunto por diferentes museógrafos que pertenecen a la Fundación Museos Nacionales todo el país. Al concretarse lo soñado, brindaremos por eso. Hasta una próxima oportunidad. 90
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Preparativos de la inauguración del Instituto Museo de las Culturas del Llano. Detalle del salón principal. Colección Semanario Todos adentro. (2011)
Exposiciones realizadas en el museo de los llanos (Marzo 2011- febrero 2013) • •
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Creadores Visuales de Venezuela. Sala: Rafael Avendaño. Fecha: 31 de marzo hasta 21 de junio de 2011. Catorce Cantas Llaneras. Una Mirada de Rodrigo Benavides. Sala: Humberto Febres. Fecha: 31 de marzo hasta 25 de junio de 2011. Llanos Horizonte de Hierba. José Ignacio Vielma. Sala: Henrique Abril. Fecha: 31 de marzo hasta 20 de julio de 2011. Barinas Testimonial. Colección José Esteban Ruiz Guevara. Auditorio: Jesús Enrique Guédez. Fecha de exposición: 31 de marzo de 2011
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Piezas Etnográficas. Colección Museo Alberto Arvelo Torrealba. Vestíbulo Antonia Volcán. Fecha: 31 de marzo de 2011. Muestra Museográfica de la Asociación Venezolana de Artistas Plásticos (AVAP-Barinas) Grabados en las Piedras. Nelson Montiel. Sala: Rafael Avendaño. Fecha: 23 de junio- 16 de septiembre de 2011. Certamen Nacional de Pintura y Grabado (Gran Explosión Cultural Bicentaneria) Venezuela Instrumental. Hiroma. Sala: Rafael Avendaño. Fecha: 21 de septiembre- 17 de enero de 2011. El Azar es Deseo. Ramón Lameda. Salas: Humberto Febres y Henrique Avril. Fecha: 17 de noviembre 2011. Neuro Ilustraciones de Toribio Quintero y La Ascención de la Ofrenda. Sala: Rafael Avendaño. Fecha: 20 de enero de 2012. Piedra Pagûey. Zulaima Núñez. Sala: Rafael Avendaño. Fecha: 08-03-2012 Exposición Colectiva “Entre Locos”. Sala: Henrique Avril y Humberto Febres. Fecha: abril 2012. Muestra de Instrumentos Afroamericanos. Auditorio: Antonia Volcán. Fecha: mayo 2012 Barro Originario. Julieta de Soto. Sala: Humberto Febres. Fecha: julio de 2012. Exposición Colectiva “16 Miradas del Mercado”. Sala: Henrique Avril. Fecha: 10 de agosto 2012. 92
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Topochales. Sala: Rafael Avendaño. Artista. José Jiménez. Fecha: 14 de septiembre 2012. Rostros de Barinas. Sala: Henrique Avril. Fotografía: Félix Gerardi. Fecha; 29 de octubre de 2012. Un Vistazo a la Cultura China. Auditorio: Antonia Volcán. Fecha: 15 de noviembre de 2012. Exposición Colectiva “Juntos y Revueltos”. Sala: Rafael Avendaño. Fecha: 6 de diciembre de 2012. “Musa-Seas”. Ángel Muñoz. Sala: Rafael Avendaño. Fecha: 14 de febrero de 2013.
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“El Rostro de Bolívar” (Inaugurada en el MULLA el día 15 de febrero) “Chávez y el Llano, Horizonte Eterno” (Inaugurada en el MULLA y de manera itinerante el día 10 de marzo) “La Mujer Nueva” de Armando Arce (Inaugurada en el MULLA el día 01 de Abril) “El Rostro de Bolívar” Itinerante” (Inaugurada en el Municipio Cruz Paredes el día 10 de Abril) “El Cuatro y la Bandola Llanera” del luthier Carlos Hernández (Inaugurada en el MULLA el día 21 de Abril) “Presencias” de Jhomar Loaiza (Inaugurada en el MULLA el día 10 de Mayo)
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“Pabellón Hugo Chávez” (Inaugurada el día 15 de Mayo en el MULLA) “AguaPalabras” (Inaugurada en el MULLA el 16 de Mayo) “El Rostro de Bolívar” (inaugurada en la Casa de la Cultura Eduardo Alí Rangel en Sabaneta Municipio Alberto Arvelo Torrealba el día 24 de julio) ”Casa de Infancia del Comandante Supremo Hugo Chávez” (Inaugurada en Sabaneta Municipio Alberto Arvelo Torrealba el día 28 de julio) “Carrera de Cintas” del fotógrafo Félix Gerardi (Inaugurada en la Posada Cielito Lindo en Calderas Municipio Bolívar el 14 de agosto) “Poemografías” del Artista Plástico Arnaldo Erazzo (Inaugurada en la Casa de la Cultura Don Avelino Moreno en Calderas Municipio Bolívar el día 14 de agosto) “Chávez y el Llano, Horizonte Eterno” (Inaugurada en la Biblioteca Pública Enriqueta Arvelo Larriva el día 05 de septiembre) “Chávez y el Llano, Horizonte Eterno” (Inaugurada en la Alcaldía del Municipio Rojas el día 26 de septiembre) “El Rostro de Bolívar” (Inaugurada en la Casa de la Cultura Canoero del Caipe en el Municipio Obispos el día 01 de octubre) “La Mujer Nueva” (Del artista Armando Arce, inaugurada el 8 de octubre en la Plaza Rodríguez Domínguez de la Parroquia Rómulo Betancourt) 94
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“El Rostro de Bolívar” (Muestra fotográfica inaugurada el 01 de octubre en la Casa de la Cultura Canoero del Caipe Municipio Obispos) “20 Años del 4F” (Inaugurada el 4 de octubre en la Casa de la Cultura Don Avelino Moreno Municipio Bolívar Parroquia Calderas; y el 13 de octubre en el instituto Autónomo de Cultura del Estado Barinas) “Carrera de Cintas” (Exhibida en la Posada Cielito Lindo Parroquia Caldera Municipio Bolívar) “Poemografias” (Del artista Arnaldo Erazzo Casa de la Cultura Don Avelino Moreno Parroquia Caldera Municipio Bolívar) “Chávez y el Llano, Horizonte Eterno” (Exhibida en la Alcaldía del Municipio Rojas, e inaugurada el 30 de octubre en la Alcaldía de Ciudad de Nutrias Municipio Sosa) “Entre Líneas” (Del artista Jackson Niño inaugurada el 16 de octubre en el Estado Falcón, Coro) “Rostros de Barinas” (Colección del Fotógrafo Félix Gerardi, inaugurada el 28 de noviembre en el Museo de los Llanos) Carteles por la Paz” Exposición Itinerante del Museo del Diseño y de la Estampa Carlos Cruz Diez, (Inaugurada el 28 de noviembre en el Museo de los Llanos) “Aperos y Monturas” (Inaugurada el 28 de noviembre en el vestíbulo Antonia Volcán del Museo de los Llanos)
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“El Color se hizo erotismo” (Inaugurada el 13 de febrero en la Sala Humberto Febres Rodríguez del Museo de los Llanos) “Betas y ensamblajes” (Inaugurada el 27 de febrero en la Sala Henrrique Avril del Museo de los Llanos) “Barinas Testimonial” (Inaugurada el 31 de marzo en la Sala Humberto Febres Rodríguez en el marco del IV aniversario del Museo de los Llanos) “Desde el Taller” (Inaugurada el 16 de abril en la Sala Henrrique Avril del Museo de los Llanos) “La arcilla se convierte en sonrisa” (Inaugurada el 18 de mayo en Centro de Documentación, Investigación y Museología (CEDIM) del Museo de los Llanos) “La Mujer Nueva” (Inaugurada el 30 de junio en la población de Calderas Municipio Bolívar, en el marco de la Celebración del Día de Barinas) “Carteles Conmemorativos del 4F y El Rostro de Bolívar” (Inauguradas el 15 de Julio en la UBV) “Juventudes de Barinas cuenta su historia con Chávez” (Inaugurada el 28 de Julio en el Vestíbulo Antonia Volcán del Museo de los Llanos) “Trashumancia” (Inaugurada el 30 de Julio en la Sala Henrrique Avril del Museo de los Llanos)
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“Del Amor y La Piel” (Inaugurada el 30 de Julio en la Sala Humberto Febres Rodríguez en el Museo de los Llanos) “Los Amigos de la Luz (Inaugurada el 13 de Agosto en el muro Hugo Chávez) “Chávez y el Llano Horizonte Eterno” (Exhibida en el Municipio Rojas, Parroquia Libertad) y “La Mujer Nueva” (Expuesta en Municipio Bolívar, Parroquia Calderas) “Notas prácticas y reflexiones para la pintura al óleo” (Inaugurada el 2 de octubre en el espacio Antonia Volcán del Museo de los Llanos) “Chávez y el llano, horizonte eterno” (Inaugurada el 21 de octubre en la UNES) “Carteles Conmemorativos del 4F” (Inaugurada el 29 de octubre en la Casa de la Cultura Eduardo Alí Rangel en el Municipio Alberto Arvelo Torrealba) “Juventudes, cuenta su historia con Chávez” (Inaugurada el 4 de noviembre en la Casa de la Cultura Don Avelino Moreno en la población de Calderas, Municipio Bolívar) “Llano y Expresión, Portuguesa” (Inaugurada el 10 de noviembre en la Sala Humberto Febres Rodríguez del Museo de los Llanos) “La Mujer Nueva” (Expuesta en el vestíbulo Antonia Volcán desde el 17 de diciembre) “El Rostro de Bolívar” (Expuesta en las instalaciones de la UBV Barinas)
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Organizaciones de artistas plásticos El primer intento de crear un equipo de trabajo que fuera capaz de promover y difundir las obras que realizaban los artistas plásticos en esta localidad lo encontramos a principios de la década del 1980, cuando un grupo de jóvenes pintores y escultores se reunieron en el salón del hotel Bristol para plantear la necesidad de formar una asociación de artistas e igualmente discutir sobre las ventajas y desventajas que tendría anexarse o no a la Asociación Venezolana de Artistas Plásticos de Venezuela (AVAP), cuya sede principal se encontraba en Caracas y que para ese momento presidía Mateo Manaure. Ya para esos años algunos artistas regionales habían tenido participación en otros estados y poco a poco nuestro movimiento plástico iba dándose a conocer. Obviamente, el contacto directo con otros creadores, con otros críticos y profesores, fue despertando la necesidad de establecer un contacto permanente donde el intercambio de saberes y la igualdad de oportunidades debía ser el norte a seguir. Fue así, entonces, como un reducido número de preocupados en la materia, encabezados por Alirio Orlando Medina (MAO), Ibor Sánchez, Henry Alizo, Rafael Alvarado, Pedro Miguel Paredes, Temístocles Pulgar, Emiro Bonilla, Ramón Valero, Elio Ramírez, Segundo Rojas Garrido, José Manuel Alfonzo Mahuad, Hermes Guio, Sammy Musali, Oswaldo Andrade, Álvaro Padilla, Ignacio Carrero, José Díaz, Ramón Niño 99
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González, y uno que otro que ahora se me escapa de la mente, se pusieron de acuerdo para nombrar a Alirio Orlando Medina (MAO) como responsable de hacer las gestiones que le daría basamento jurídico a la pretendida organización. Sin embargo, se avanzó muy poco. Lo que motivó que al año siguiente se reunieran nuevamente, pero ahora, en la sede de la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas y se comisionara a Henry Alizo para que fuera a Caracas a recibir asesoría técnica y entrevistarse con Mateo Manaure que ocupaba el cargo de presidente de la AVAP. Satisfactoriamente, el objetivo principal se logró. Al arribar Alizo de su viaje, mostró el documento que le había dado Mateo Manaure donde lo autorizaba para fundar la Asociación Venezolana de Artistas Plásticos, capítulo Barinas, y a los cuatro meses de la asamblea de miembros haber aprobado los estatutos, vino la firma del acta ante la oficina subalterna de registro público del distrito Barinas, del estado Barinas, exactamente el 13 de noviembre de 1985. Luego, doce días después, el 25 de noviembre del mismo año, con presencia del maestro Mateo Manaure, a quien se le rindió un merecido homenaje, y el invitado especial José Luis Aranaga, se hizo la juramentación en el auditorio Barinas I de la UNELLEZ.
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Cuando pasaron los festejos concernientes al acto que los investía de legalidad para llevar las riendas de la asociación, decidieron emprender la lucha por conseguir un sitio donde pudieran funcionar. Y no podía ser de otra manera, llevaban demasiado tiempo reuniéndose en la Escuela de Artes Plásticas y era imprescindible tener una sede para poder desenvolverse con plena autonomía y libertad. De allí que al enterarse que la casa ubicada frente a la farmacia de Coronado, esquina de la calle Arzobispo Méndez con avenida Medina Jiménez, les había sido asignada, enseguida, en cambote, todos se fueron para allá. Fue tanta la emoción y el entusiasmo que todavía sobran los mamadores de gallo que comentan, que Alonzo Márquez cuando supo la noticia, botó un tacón de los zapatos machotes en la carrera y llegó hasta la casa de Celeste Tapia brincando en un sólo pie. Proceso de Fundación AVAP (año 1984) Escuela de Artes Plásticas “Cristóbal Rojas”
De izquierda a derecha: Ignacio Vielma, Haydee de Montilla, Henry Alizo (foto Colección AVAP) 101
Nahir de Quintana, Miriam de Angarita, Paquita de Guevara y Rafael Alvarenga Alizo (foto Colección AVAP)
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La primera junta directiva La primera junta directiva de la Asociación Venezolana de Artistas Plásticos, capítulo Barinas (AVAP) estuvo integrada por: Henry Alizo (Presidente), José Coa (Primer Vicepresidente) Haydee de Montilla (Segundo Vicepresidente), Rafael Calvo G. (Secretario de Asuntos Legales y Reivindicativos), Ramón Niño A. (Secretario de Relaciones Nacionales e Internacionales), Ignacio Vielma (Secretario de Programas Culturales), Asdrúbal Romero (Secretario de Información y Prensa), Nahir de Quintana (Secretaria de Finanzas) y Rafael Vegas (Secretario de Organización). Enrique Alvarenga, Miriam de Angarita, Francisca de Guevara, Duilio Sepúlveda e Igor Rubio como suplentes de las respectivas secretarias.
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Artistas fundadores de la AVAP-Barinas, noviembre 1985. Henry Alizo, Nahir Peñaranda, Ramón Niño, Rafael Vegas, Ignacio Vielma, Rosario de Mendoza, José Coa, Enrique Alvarenga, Rafael Alvarado, Asdrúbal Romero, Pedro Paredes, Duilio Sepúlveda, Rafael Calvo, Haydee de Montilla, Miriam de Angarita, Francisca de Guevara, Ibor Sánchez, Helio Ramírez, Orlando Alirio Medina (Mao), Ignacio Carrero, Rafael Avendaño (Foto colección AVAP)
Mudanzas y algunas exhibiciones. Luego de la reelección de Henry Alizo en el año 1987 comenzaron las gestiones para buscarle un mejor espacio a la AVAP. Recordemos que aquello, me refiero a la sede de la calle Arzobispo Méndez, era un salón sumamente modesto, muy incómodo, sin más ventilación que los dos portones de acceso al público y un ventiladorcito de mesa que le chirriaba el aspa cada vez que lo ponían a girar. También tenía un baño en no muy buenas condiciones, algunas lámparas, una mesa que hacía las veces de escritorio y un techo raso de anime que 103
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escondía las envejecidas láminas de zinc. Alizo y el equipo que lo acompañaba preocupados por darle una mejor imagen a la asociación, lograron establecer contacto con destacados personeros del gobierno de turno y el apoyo vino raudo y sin condición. Para sorpresa de ellos mismos, fueron reubicados frente al palacio de gobierno en el edificio que ocupa la prefectura central. Allí funcionaron desde 1996 hasta el año 2000, de donde salieron para instalarse, donde funciona actualmente, al lado del banco Industrial, en la avenida Marqués del Pumar.
Inauguración de la I Exposición Colectiva de la AVAP Capitulo Barinas junto con el Salón “Mateo Manaure” en la Escuela de Artes Plásticas “CRISTÓBAL ROJAS”. Año 1985. (Foto Colección AVAP)
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Salvo contadas excepciones la mayoría de las exposiciones que se han realizado en esta asociación son muestras colectivas de artistas plásticos barineses afiliados a la AVAP. Tratando de ser sucinto: • • • •
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I Exposición Colectiva, Sala de Exposiciones Mateo Manaure. II Exposición Colectiva, Casa de la Cultura- Barinas. Muestra Colectiva de Pinturas y Esculturas, en homenaje a Altamira de Cáceres, Altamira de Cáceres. IV Muestra de Pintura y Escultura, homenaje a la XVIII Convención Nacional de la Asociación de Radioaficionados de Venezuela, Museo Alberto Arvelo Torrealba. VI Muestra de Pintura y Escultura de Artistas Plásticos de Barinas, homenaje al Primer Pleno Zonal Centro Occidental de Periodistas del Partido Acción Democrática, Museo Alberto Arvelo Torrealba. XIV Exposición, Homenaje Semana Aniversario del Policía, Comandancia de Policía. I Muestra de Pintura Taller Vacacional Libre, Sede AVAP, Av. Medina Jiménez. IX Muestra de Pintura y Escultura, Artistas Plásticos Barineses, Homenaje a la XXII Feria Nuestra Señora del Pilar.
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XV Exposición Homenaje LX Aniversario Creación Batallón de Infantería Gral. en Jefe “Santiago Mariño”. Sede AVAP. Exposición de Pintores Tachirense, Sede de la AVAP. Mis Huellas en el Barro, Rosario Alvaray, Fundación Museo Alberto Arvelo Torrealba. Exposición de Fin de Año, Homenaje a Rafael Vegas, Centro Básico de Artes Plásticas Cristóbal Rojas. II Exposición Individual de Martina Audouin. Sede de la AVAP. Manuel Ojeda, Sede AVAP. Exposición de Pinturas con motivo del 169 Aniversario de la Batalla de Carabobo y Día del Ejército. Sede AVAP. Exposición de Pintura Homenaje a los 413 Años de la Fundación de Barinas. Sede AVAP. Muestra Artística Barinesa, Homenaje a Armando Reverón. Exposición Reencuentro 92, Galería Casa de la Cultura. Centro Básico de Artes Plásticas Cristóbal Rojas, Día del Artista, Homenaje a Armando Reverón. Sede AVAP. Colectiva de Artistas Plásticos, Colegio de Abogados del Estado Barinas. II Exposición de Artes Plásticas, en el marco de la celebración del IV aniversario, Instituto Universitario de Tecnología Antonio José de Sucre.
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Tierra Forma y Color en Terracota, individual de Silvia Perdomo, Galería Permanente de Artes Visuales. Edif. Prefectura, local 001. Marcos Giovanni, individual, Galería Permanente de Artes Visuales. Edif. Prefectura, local 001. Exposición Colectiva Huellas de Mujer, Galería Permanente de Artes Visuales. Edif. Prefectura, local 001. XIX Salón Municipal de Pintura, Concejo del Municipio Girardot. Exposición Colectiva Día de Barinas, Dirección de Cultura. Exposición de Pintura en Honor al XVIII Aniversario de la Fundación AVAP barinas, El Azar Configurado de Wladimir Puche. Galería Permanente de Artes Visuales. Edif. Prefectura, local 001. Exposición Colectiva Colores para mi Pueblo, Galería Permanente de Artes Visuales. Edif. Prefectura, local 001. Exposición Colectiva AVAP 2004, Galería Permanente de Artes Visuales. Edif. Prefectura, local 001. Exposición Colectiva Homenaje al Día del Artista Plástico, Galería Permanente de Artes Visuales. Edif. Prefectura, local 001. Muestra colectiva XXIV Aniversario, Homenaje a Rafael Avendaño. Sede de la AVAP. Exposición El Arte y su Diversidad, Casa de la Cultura Napoleón Sebastián Arteaga. 107
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Exposición Colectiva Día Nacional del Artista Plástico, Galería Red de Arte. Primera exposición Individual de César Romero, Sede de la AVAP. Exposición 21 años de la AVAP, Sede de la AVAP. Objeto de Estudio I: Jofredys Fajardo, de Yosmar Molina. Sala AVAP Casa de las Artes. Testimonio Huellas Pétreas de Barinas de Taíz Colmenares, Sala de la AVAP Casa de las Artes. Abstracción Onírica de la Naturaleza Cósmica, Maritza Bastardo, Sala AVAP Casa de las Artes. Objeto de Estudio II Autorretratos Violencia de Genero, Sala AVAP, Casa de las Artes. Exposición colectiva Entre mitos y leyendas, espantos y aparecidos, Sala AVAP Casa de las Artes. Ristras de un Topochal de José Jiménez, Dirección de Cultura, Alcaldía de Sucre.
Presidentes de la AVAP-Barinas (1985-2015) Periodo de dos (02) años según los Estatutos • • • •
Henry Alizo, 1985-1987 Henry Alizo, 1987-1989 Henry Alizo 1989-1990 Cesar Villegas, 1990-1992 108
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Frank Calderón, 1992-1994 Temístocles Pulgar, 1994-1996 Antonio Boza Terán, 1996-1998 Oswaldo Andrade, 1998-2000
Periodo de tres (03) años según Reforma de Estatutos • • • • • •
Oswaldo Andrade Tapia 2000-2003 Oswaldo Andrade Tapia 2003-2006 Oswaldo Andrade Tapia 2006-2008 Nahir Peñaranda 2008-2011 Nahir Peñaranda 2011-2014 Inocente Moncada 2014-2017
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FacsĂmil del documento entregado Por Mateo Manaure a Henry Alizo el 25/9/85.
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La cerámica Pese a que Barinas cuenta con uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Venezuela (Caño de Oso) dentro del cual fue encontrada la cerámica policromada más antigua de centro y Suramérica, que tiene una data de más de 1000 a.C., y que es uno de los materiales más estudiado por arqueólogos venezolanos y extranjeros, curiosamente son casi inexistente los antecedentes de sitios educativos que se hayan dedicado a la enseñanza de este oficio en la región. Sin embargo, eso no quiere decir que el legado ancestral este totalmente perdido. No debemos olvidar que las creencias, artes y valores, las prácticas y tradiciones que se transmiten de generación en generación, sugieren la presencia de una memoria que vive en el espíritu del pueblo. Memoria que en nuestro caso, y con fundamentos legítimos, muchos podrían argumentar que está extinguida, yo, en un acto de optimismo pero también de porfía, basándome en que el espíritu no muere nunca, me atrevo a pensar que sólo duerme bajo las calzadas aguardando a que vayamos a su encuentro. Y posiblemente este haya sido el leit motiv principal que llevó a la Escuela Cristóbal Rojas a crear el primer sitio de enseñanza formal de esta disciplina artística en esta ciudad. 111
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Porque sólo de esa manera, creando y recreando a diario nuestras tradiciones, revalorizando las expresiones y constituyendo una referencia obligada de nuestra identidad, se puede garantizar que estos saberes se sigan trasmitiendo. Pero antes de continuar con el papel que le tocó jugar a la escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas de Barinas en la instrumentación de un plan que a la larga sirvió para dar inicio al relanzamiento del movimiento ceramista, a través del taller infantil que esmeradamente conducía su fundadora, la profesora Rosario Alvaray de Mendoza, es justo referir que varios años antes, concretamente en el año 1983, una señora, de origen colombiano, llamada Julieta Morales de Soto, quien se había formado como ceramista en la extensión universitaria Elbano Méndez Osuna de Tovar, estado Mérida, se radicó en Barinas y montó en un alero de su casa su taller particular. En aquel tiempo no se conocía alguien que tuviera un taller de cerámica artística en Barinas. Porque talleres donde se trabaja la especialidad a base de moldes y barbotina suelen conseguirse donde uno menos se los espera. Sin embargo, ese no era su interés, porque Julieta con aquella formación que traía de Mérida y la influencia de su maestro Manzanilla que se reflejaba en el trabajo que venía desarrollando de estilo modernista, luchaba internamente por encontrar una manera de expresarse que le diera prestancia y personalidad. De allí que al descubrir la arqueología barinesa, se enamoró de ella y 112
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abandonó las corrientes aprendidas para empezar a hacer replicas que buscaban establecer un puente entre aquel mundo del pasado y el presente que a fin de cuentas terminó interviniendo con elementos propios, diseñados por ella misma, que atraía la atención de propios y extraños. Julieta siempre trabajó sola. Lamentablemente no dejó escuela. Dictó muy pocos talleres, entre ellos: tres a la Casa de la Cultura Napoleón Sebastián Arteaga, otro a los obreros de CANTV y una vez trabajó con niños. Entre sus exposiciones más importantes están: la que realizó en la Casa Guipuzcoana de la Guaira, tres en Tintorero, estado Lara, varias exposiciones en Mérida, Caracas, Guanare y Barinas. Parte de su colección la conserva su hijo Jimmy Soto y el resto se cree que está en manos de instituciones irresponsables que jamás dieron cuenta de lo prestado ni asumieron ningún tipo de responsabilidad. Pero volviendo al caso anterior, cuando se supo la noticia que la escuela de artes plásticas a través de Rosario de Mendoza había logrado traer a Beatriz Plaza, famosa ceramista caraqueña, con colecciones en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, España; Banco Central de Venezuela (BCV); Centro de Arte, Ciudad de México; Centro Wifredo Lam, La Habana; Galería Organización de Países Exportadores de 113
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Petróleo (OPEP), Viena; MACCSI; Ministerio de la Cultura, El Cairo; Museo de la Ciudad de Faenza, Italia; Museo Soto; Unimet; USB, para que dictara un taller de cerámica a los niños de la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas de Barinas, un nutrido grupo de damas, unas ajenas y otras no a la institución, se presentaron en el sitio y colmadas de entusiasmo decidieron asistir a clase como cualquier alumno. Fue tanta la empatía del grupo y la disposición al trabajo que manifestaron aquellas mujeres, después de realizar el taller, que siguieron reuniéndose y al poco tiempo el Programa de Cultura de la UNELLEZ, bajo la jefatura, en aquellos años, del profesor Elio Vitriago Abreu, les asignó un espacio para que continuaran formándose y pudieran trabajar. Este grupo se autodenominó La Cabaña de la UNELLEZ y lo coordinaba la profesora Atala Maninat. Obviamente, la idea ya no era la cerámica infantil, sino de adultos. No obstante, el trabajo formativo tanto en la Escuela de Artes Plásticas como allá, seguía su ritmo habitual. Naturalmente, el nivel técnico requerido a los miembros de La Cabaña era muy alto. Sin embargo, la férrea actitud de Atala Maninat, la fuerza de voluntad de los integrantes del grupo, la decidida colaboración del Rector Ricardo Castro y la amplia participación de todos los sectores universitarios, hicieron posible la primera Muestra de Artes del Fuego en los espacios de la Galería Universitaria, en 1991. 114
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Allí participaron: Alida Mariño de Paredes, Blanca de León, Virginia de Montesino, María de Chacón, Coromoto Díaz, Migdehe D Páez, Nahir de Quintana, Mónica Johanaeux, Soraya Ostuni de Cuneo, Yina Dávila, Luisana Paredes, Ana Isabel de Chávez, María Rodríguez, Athala Maninat y Margarita Marini. Este grupo denominado La Cabaña duró diez años, realizó diez exposiciones y recibió un buen número de talleres, entre los cuales destacan los dictados por profesores como Cándido Millán, dos veces Premio Nacional de Artes del Fuego, Margarita Meller y Clemencia de Betancourt. Otro grupo que estuvo muy relacionado a la capital de Barinas, exponiendo y dictando talleres, aunque su sede estuvo ubicada en la Urbanización Moromoy de Barinitas, municipio Bolívar, fue el Movimiento Cultural Mocumo que dirigía Alicia La Rosa. Entre los integrantes más regulares figuran los hermanos Cristóbal y Juan Parra, José “Chuchú” García, Freiman Páez y de alguna manera el poeta Alfredo Ramos. También es justo referir esfuerzos individuales como el de Carmen Vidal del grupo Telón y Luisana Paredes del Círculo popular Femenino donde tenían un horno y se dictaron varios talleres.
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Por otro lado, no se debe pasar por alto el apoyo brindado por los organizadores del evento Tertulia a la promoción y difusión de esta actividad, ya que en los primeros años se realizaban encuentros de ceramistas de varias regiones del país, con lo cual se garantizaba no sólo la venta de lo producido sino el intercambio de conocimientos y el espíritu de hermandad. Lamentablemente, después de la muerte de Rosario de Mendoza, la larga convalecencia de Atala Maninat que la llevó a una jubilación prematura de la universidad, los cambios de residencia y los compromisos maritales, los equipos de trabajo se fueron disgregando. Hoy Nahir Peñaranda y la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas, como en el mito de Sísifo, vuelven a empujar la piedra montaña arriba, soñando con una generación de relevo que más temprano que tarde tomará el testigo para caminar sobre lo andado e ir más allá.
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El Ateneo de Barinas Esta institución fue fundada por iniciativa de los hermanos Erwin y Asdrúbal Romero. Pero sobre todo por el primero de ellos, quien luego de una larga experiencia obtenida con diversos grupos artísticos, al lado de emblemáticas figuras del arte teatral venezolano como Edilio Peña, Freddy Torres, Rómulo y Regulo Rivas, Paulino Duran, entre otros creadores que hacían vida en el estado Mérida; se ve obligado a abandonar sus estudios de derecho en la Universidad de los Andes y se traslada a Barinas donde junto a su hermano, el artista plástico y profesor Asdrúbal Romero, deciden montarse en un ambicioso proyecto que al cabo de pocos meses se conoció como el Ateneo de Barinas. En aquella oportunidad los hermanos Romero aprovechando que su hermana mayor se había ido a vivir a San Cristóbal y tenía una casita allá, se ponen de acuerdo para, entre otras cosas, ir a visitarla y tratar de establecer contacto con Etha de Ramírez que era la presidenta del Ateneo del Táchira. Pero como dicen por ahí: cuando uno nace para martillo del cielo le caen los clavos, el encuentro fue más fácil y provechoso de lo previsto, lo que permitió que ella, a su vez, los conectara con el poeta Pedro Pablo Paredes, y a los pocos días logran enrolarse como invitados a la Federación
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Nacional de Ateneos de Venezuela que tenía una asamblea nacional en Escuque, estado Trujillo. Los deseos de asistir al evento más la falta de recursos para movilizarse los empujo a pedir colas. Y así, tratando de no arrugar demasiado los trajecitos recién planchados que llevaban para mitigar el frío e igualmente asistir a la apertura del promocionado acontecimiento, sobre los lomos de un camión que transportaba papás los vieron llegar a Escuque. Como es de esperarse, allí estaban congregados todos los representantes de los ateneos del país, desde Oscar Zambrano Urdaneta con su hermana Mirian hasta Rosa Betelmí. Luego de los actos protocolares y dar inicio a las deliberaciones, que duraron cuatro días, los hermanos Romero, con el apadrinamiento de la gente del Táchira, reciben todas las herramientas necesarias para fundar la anhelada institución. A los quince días, con Romelia Arias, presidente de la Federación Nacional de Ateneos a la cabeza, alquilaron por seis meses la casa que perteneció a la sucesión Carmona, con el compromiso de pagar el alquiler con el dinero que esperaban recaudar de los talleres que se dictarían ahí. Al conocerse la noticia, los ateneístas de toda Venezuela se sumaron en bloque a apoyarlos para que fuera un éxito la inauguración de la sede, que se encontraba ubicada en la calle Bolívar entre la 118
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avenida Medina Jiménez y la avenida Libertad, y que años más tarde fue adquirida por el gobierno regional. Pero vamos a ser sinceros, al principio no todo fue color de rosa, la inexperiencia los ponía a dudar ante semejante responsabilidad. Sin embargo, con los estudios de derecho que había realizado Erwin en Mérida y el asesoramiento permanente de quienes los estaban iniciando fueron venciendo las dificultades. Para ese entonces, la doctora Aurora Díaz de Sánchez estaba en la notaría pública, y como ella siempre era muy dada a este tipo de actividades, metió la mano para que se les exonerara el pago del documento que sin ningún equívoco habían sudado la gota gorda para poderlo redactar. La primera junta directiva la conformaron la doctora Aurora Díaz de Sánchez como presidenta honoraria, José León Tapia como presidente honorario, Erwin Romero como presidente, Omar Beherens el administrador, el cronista Carlos Yusti Vargas, doña Celeste Tapia, don Rubén Tapia, Fernando Pesoa, Manuel Darío Grüber, Avilmar Franco, Arnulfo Quintero López, Marisabel Tapia, Asdrúbal Romero, Carlos León y José Gregorio Hernández. En aquellos tiempos la Federación Nacional de Ateneo consciente de que los ateneístas no tenían sueldo y que todos los gastos debían subsanarse con la autogestión, tenía programado una serie de talleres de formación permanentes para 119
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los promotores culturales que rotaban a solicitud de los 170 ateneos que la conformaban. Esto generaba una actividad constante y garantizaba unos ingresos mínimos para el funcionamiento de cada institución. Obviamente, había estados que tenían más apoyo que otros, sobre todo los ateneos orientales, pero también los de Trujillo, los de Carabobo, el ateneo de Caracas, el de Guanare, claro, hay que tener en cuenta que eran ateneos que tenían una larga trayectoria y realizaban eventos de gran trascendencia a nivel nacional e internacional, como el Festival Mundial de Teatro o el Salón Michelena, por nombrar solamente dos. Pero recordando un poco lo expresado por Erwin aquella tarde-noche donde generosamente me informó con lujos y detalles los pormenores que rodearon el auge y la caída de la referida institución: “En ese momento, señaló Erwin, sonaba mucho el cuatro y maracas y la cultura era como puro eso y nosotros no queríamos mostrar eso solamente, porque eso lo tenía yo aquí en Las Amazonas, eso lo tenía yo aquí en Cantarana, en La Casa de Goyo Castillo, en la Casa de la Cultura, en fin, estábamos haciendo un ateneo para mostrarle a la comunidad cosas distintas, demostrar que existían alternativas distintas, que se podía llegarle a la gente de otra manera. Y no era tampoco que no las diéramos de elitescos, no, sino que era una oportunidad para intercambiar conocimientos con otra gente y ver lo que se estaba haciendo por allá”
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No hay que ser demasiado inteligente para darse cuenta que lo expresado refleja de forma muy clara la seriedad con que estaban asumiendo el compromiso y el nivel cultural en que se encontraba la región. Entonces se fueron para donde Don Alfredo Bulton y le tocaron la puerta, allá, en Caracas, en la sede de la Fundación Bulton. Y vean como son las cosas, después de poner una férrea resistencia lograron convencerlo, y el día de la inauguración ahí estuvo sentado, dictando una conferencia que se llamó: Pinta el Rostro de Bolívar. Un estudio de toda la iconografía pictórica que le realizaron hasta el día en que murió. Aquello, según me recuerdan, fue un exitazo. Al punto que el exigente caballero mandó una carta de agradecimiento por la convocatoria obtenida y felicitándolos por la excelente labor. Ahora, volviendo al punto que nos interesa, la primera muestra de arte que realizó este ateneo fue la del taller de tapices guajiros, del Taller Mali Mai, que se dio a conocer en 1969 con sus alfombras y tapices multicolores en una exposición organizada por el Centro de Bellas Artes de Maracaibo y presentada en el Museo de Bellas Artes (MBA). Pero antes que se me escape, hay un dato que no debo pasar por alto, y es la colaboración brindada por Romelia Arias y María Teresa Castillo de Otero Silva que habían logrado constituir una red donde lo que un ateneo no tenía se lo mandaba el otro, 121
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de manera que los programas se iban ejecutando dentro de un espíritu de camaradería y solidaridad. Así se logró traer la exposición Dibujos de Arturo Michelena que por razones de espacio y seguridad se montó en la biblioteca Luis Fadul Hernández Aragón. La de Pascual Navarro, que también vino con la Fundación Nacional de Museos y la UNELLEZ. Se trajo a Pedro León Zapata, Ana María Ramos, Frasso, Bárbara Pasternak, varios pintores de Mérida, del Zulia, de Portuguesa, Aragua, casi todos los locales, Hiroma, Ramón Lameda, los de la escuela, la gente del taller, bueno pues… En esos años, me dice Erwin: “los gobernadores adecos o copeyanos aperturaban las exposiciones en el ateneo porque toda la rimbombancia y el protocolo lo manejaba la oficina de relaciones públicas quienes incluso llegaron a pagar hasta el seguro de las obras que se traían.” Desde luego, ese apoyo le daba una gran seriedad a lo que estaban haciendo, y un gran centimetraje en los medios periodísticos y por ende una proyección extraordinaria. Podría decirse que fue la época dorada del ateneo. Cuestión que seguramente a los hermanos Romero los debe llenar de orgullo y satisfacción. Porque en los diez años que duró Erwin en la presidencia, se implementaron un conjunto de programas que merecen ser recordados. Por ejemplo, en el área de artes plásticas, los talleres infantiles, las visitas guiadas, las conferencias y el intercambio con otros estados, eran frecuentes. Cada pintor que exponía en los espacios del ateneo, dejaba una obra, con lo cual se garantizaba que la institución fuera 122
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formando su propia colección. Colección que llegó a tener casi cien obras y que no se quedaba guardada en una bóveda, sino, que viajaba por los municipios y era prestada para ser exhibida en otros Ateneos, como el Ateneo de Mijagual, Santa Lucía, Boconó. Había obras de gran formato, obras en fibra de vidrio. Todo, todo eso después de la renuncia de Erwin Romero a la presidencia, y la toma de posesión de la nueva junta directiva que al cabo de unos cuantos días por desavenencias de todo tipo se disolvió, lo que permitió el ascenso de vocales y cuadros de poca monta a la conducción del organismo, todo eso desapareció. Dicen que cuando se mudaron a la avenida Briceño Méndez, entre la calle Pulido y Arismendi, para que se realizaran unas mejoras de infraestructura a la sede, la empresa constructora acabó con lo guardado sin darles tiempo de sacar nada. Pero continuando con la gerencia de Erwin, también se apoyaron artistas barineses para que fueran a mostrar sus obras en otros estados. En Caracas a través del alcalde Claudio Fermín y Carmen Inés Otaola que era la directora del Museo de Caracas se mostró una selección de obras de artistas barineses en un evento que se llamó Barinas le pinta a Caracas, en la sala Emilio Boggio. Entre ellos estaba Argenis Rangel, Ignacio Carrero, Rafael Avendaño, Asdrúbal Romero, José Ignacio Vielma, Henry Alizo, Oswaldo Andrade, los hermanos Javier y Salvador Rivero. También se hizo una muestra 123
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de arqueología, patrimonio del municipio Pedraza. Con el presidente del Ateneo de San Antonio del Táchira se realizó la muestra Barinas le pinta y le canta a la frontera. Con Rafael Avendaño hizo una retrospectiva con casi todos los pintores que habían pasado por la Escuela de Arte Cristóbal Rojas y se le entregó la orden Cristóbal Rojas en su única clase. Cuando Vicente Peña Pulido era el presidente del colegio de periodista se logró que cada pintor donara una obra para la casa del periodista logrando una colección de 32 obras que también se perdieron. En resumidas cuentas, con la salida de Erwin, llegó la mala gerencia, se implantó la irresponsabilidad, que sumado a las rencillas internas motivadas por el reparto del supuesto botín “existente”, y la inacción de los órganos contralores del estado que al parecer en casos como estos siempre se hacen los desentendidos, llegó también la debacle de un proyecto que pudo haber dado muchísimo más de lo que dio al arte regional. Hoy ya casi nadie se acuerda de eso. Ojalá esto sirva, no para poner en entredicho a alguien, sino para evitar que acciones como estas se repitan.
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Erwin Romero en la exposiciĂłn Barinas le canta a Caracas. AĂąo 1993. (Foto: Archivo Erwin Romero)
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Algunos artistas, exposiciones y sus obras Al compás…. He decidido comenzar la presentación de esta exposición: Al compás de los pioneros…ayer y hoy, parafraseando este texto que leí recientemente en una página de internet: “No existe una cultura conocida donde no se haya manifestado alguna expresión musical. La historia de la música abarca a todas las sociedades y todas las épocas, y no se limita tal expresión como ha venido siendo habitual, en occidente, únicamente para referirse a la historia de lo que hoy se denomina música docta (incorrectamente llamada música clásica)” Y lo hago, porque a mi juicio, partiendo de esa premisa, podríamos conseguir el hilo conductor de gran parte de lo ocurrido y el devenir de nuestro acontecer musical. Como bien se sabe, Barinas fue escenario de guerras, razón por la cual tuvo que soportar el azote de las fuerzas contrincantes y lógicamente esto perjudicó el desarrollo de la entidad. En la memoria de los abuelos quedaron las imágenes de aquella ciudad de las mansiones blancas, la Barinas vieja, tan magistralmente narrada por José León Tapia en sus libros que hoy constituyen un patrimonio invalorable que debe seguir trasmitiéndose de generación en generación. Con todo eso, esa misma Barinas, tantas veces pintada de sangre y tantas veces incendiada, pero también tantas veces cantada y 127
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celebrada, supo levantarse cual ave fénix para decir presente, aquí estamos con nuestras banderas, seguimos siendo parte de esta tierra, seguimos teniendo voz. Y es precisamente esa necesidad de Ser, el ingrediente, que le da sentido de identidad y pertenencia a los pueblos. Por ello, la expresión de las emociones y las ideas a través de las artes, en este caso la música, está estrechamente relacionada con todos los demás aspectos de esa misma cultura, como la organización política, económica, el desarrollo técnico, la actitud de los compositores y su relación con los oyentes, las ideas estéticas más generalizadas de cada comunidad, la visión acerca de la función del arte en la sociedad, así como las variantes biográficas de cada autor. De allí, la importancia de esta exposición. De allí el reconocimiento y el agradecimiento perpetuo a los iniciadores. A esos personajes que venciendo las dificultades propias de cada época, supieron promover y difundir el arte musical, en todas sus especificidades. Son muchas las generaciones que han pasado para llegar a ser lo que somos. Para llegar a tener lo que tenemos. En esta selección fotográfica nos encontraremos con buena parte de los rostros de quienes se encargaron de regar las semillas, que luego darían el fruto que hoy disfrutamos a lo largo y ancho de nuestra localidad. Testimonios como los de Don César Acosta dan fe del doble papel que tuvieron que 128
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asumir los integrantes de ese colectivo, pues no sólo servían de intérpretes, sino de formadores del recurso humano que con el transcurrir de los años daría origen a la Escuela José Ángel Lamas, institución que hoy cede sus espacios para dar a conocer, gráficamente, parte de su historia que debería ser del dominio público de los hijos de esta ciudad. El tiempo sigue su curso inexorable. Nuevas generaciones se levantan. Pronto tendremos sus cosechas. Y en el horizonte el sol se levantará de nuevo para seguir bañándonos de luz.
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“Hay un espectáculo más grande que el mar que es el cielo; hay un espectáculo más grande que el cielo, que es el interior del alma”. Víctor Hugo. “Los Miserables”
Paisaje interior en la obra de Luis Castillo Identificarse y sentirse parte del paisaje es legítimo y ancestral. El ambiente físico de cada región causa una manera de pensar y sentir en el individuo. La interiorización del territorio tiene un efecto en la comunidad y va gestando su identidad. El lugar se convierte en un centro de significado dotado de un lenguaje simbólico. Y esto, me atrevo a asegurar, lo ha estudiado y lo ha aprehendido bien el artista barinés Luis Castillo, quien en esta propuesta artística no busca definir el mundo, sino más bien revelárnoslo a través de una atmósfera variable, que a veces es luminosa y vibrante y otras veces ocre y reseca; todo ello producto de una observación paciente y una percepción intensa. Podría decirse entonces, que este artista nos deja una mirada subjetiva que se sitúa en ese punto de diálogo que colinda entre la abstracción y la figuración; entre lo visible y lo invisible de un paisaje, donde los límites se desdibujan y la fuerza del color, el trazo y las texturas aparecen y desaparecen, desvelándonos una relación más íntima, más poética. 131
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Este paisaje de apariencia incierta, de gran poder sugestivo confiere a la muestra, un carácter misterioso, mágico, que pone en marcha nuestra imaginación, la deducción, la especulación y la fantasía creando nuestro propio PAISAJE INTERIOR a través del cual, podemos reconocernos. En este conjunto de obras (informalistas) realizadas mediante las técnicas de serigrafía, pintura y esculturas en metal, Luis Castillo pone de manifiesto la relación existente entre el observador y lo observado. Un universo dentro de otro, donde persona y mundo se complementan y transforman mutuamente. No es casual ese estallido de color. No es casual esa fuerza antagónica que está presente en cada impresión, en cada pincelada, en cada golpe que forjó el metal. Recordemos que Barinas es pie de monte, tierra de contrastes, donde la montaña se muestra altanera, como queriendo tragarse el llano, y este a su vez, la reta de brazos abiertos deseoso de sacudirse el calor. De allí le viene el ímpetu a este artista. De allí le viene el vuelo creativo. En una palabra: tierra y hombre en perfecta comunión.
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Entorno a la obra de José Fernéli Hernández Para aproximarse al trabajo creativo de José Fernéli Hernández se hace necesario establecer diferencias entre una representación que toma sus imágenes directamente del hecho real, donde el artista permanece fiel a lo que percibe, y una figuración imaginativa, en la que las formas aluden de manera vaga, ambigua, y por qué no, caprichosa, esa misma realidad tomada como móvil para plantear su obra. Recordemos que para los surrealistas la obra nace del automatismo puro, es decir, de cualquier forma de expresión en la que la mente no ejerce ningún tipo de control; intentando plasmar por medio de formas abstractas o figurativas simbólicas las imágenes de la realidad más profundas del ser humano, el subconsciente y el mundo de los sueños. Pero no existe una sola forma de concebir el arte surrealista. Hay dos. Una que defiende el automatismo (por cierto de escasa simpatía en Venezuela, caso excepcional en Barinas, Ramón Lameda) y la otra que cree que la figuración naturalista es un recurso igualmente válido para despertar el interés por lo onírico, por aquello que está un poco más allá, por encima, sobre, el realismo. En esta última se inscribe nuestro amigo José Fernéli Hernández, colombiano de nacimiento, pintor y grabador, cuyos primeros pasos en el mundo del arte los dio en Venezuela, entre los estados Mérida y Barinas, donde participó en numerosas 133
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exposiciones colectivas que sumadas al ejercicio consuetudinario le han servido de aval para que su obra sea reconocida en países como Colombia, Ecuador y Perú. En esta oportunidad Hernández vuelve por el camino andado para mostrarnos una exposición titulada: Y el color se hizo erotismo. En dicha muestra el discurso artístico se vuelve cuerpo erótico cuyo poder de seducción radica en la demanda de una interpretación. Lo oculto, lo prohibido, lo invisible, lo reprimido representan la posibilidad de que el espectador se vea atrapado y seducido, y se aproxime a lo creado con el deseo de descubrir el velo, de trasgredir el discurso, para ir más allá, hacerlo hablar. Foucault, ese ilustre historiador de las ideas, psicólogo, teórico social y filósofo francés, nos enseña que el acto más perverso del hombre es el de hablar y hacer hablar. De este modo, los discursos de la crítica y la teoría se nos muestran como aquellos más perversos por su voyerismo que se demora amorosamente en torno al objeto y despliega esos espacios prohibidos. Hay una condición estética en los objetos que definimos eróticos, pues estos deben seducir, conmover nuestros sentidos para atraernos. José Fernéli Hernández lo logra a través del color y las imágenes, casi siempre insinuadas, donde la ciudad, el caos, el placer, el pecado y la inocencia, se manifiestan para establecer el conflicto entre la vida y la muerte. 134
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“Detrás de cada objeto real hay un objeto soñado” (Baudrillard)
Inocente Moncada (El tico) José Inocente Moncada. Venezolano. Nace en el año 1950, en un pueblito llamado La Mitisú del estado Mérida, y a la edad de siete años se radica junto con sus padres en la ciudad de Barinas. Es un artista autodidáctico, cuya línea temática está orientada casi en su totalidad al arte sacro. Este artista aborda partiendo de varios planteamientos relacionados con las diversas técnicas que permiten la presentación de objetos en el arte, a quien considera el hombre más emblemático de todos los siglos que no es otro que el Cristo redentor, estableciéndose así una ruptura de los códigos y lenguajes dentro de los parámetros estéticos. En este sentido, se propone un recorrido en el que en principio se parte del estudio del objeto como elemento comunicador de mensajes y portador de múltiples significados. Además que paralelamente se indaga en la problemática de presentar los objetos en vez de representarlos. Es decir, los objetos pasan de una estructura objetiva a una estructura subjetiva, en la que lo importante no son los objetos como objetos, sino el objeto-significado con el cual el hombre se comunica. 135
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Entre los objetos encontrados que Moncada reúne para luego ensamblarlos y convertirlos en símbolos de adoración, podemos referir: piezas de distintas clases de carros, bicicletas, de motos y otros. José Inocente es, a mi juicio, uno de los artistas más originales, radicados en Barinas, y de mayor proyección.
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Festín de pájaros Quizás ni siquiera la propia Jessy Fazzi llegó nunca a imaginar que aquel: “no seas pendeja tú, si la quieres bella y preciosa hazla tú misma, ahí están los trapos, hazla”, que le sermoneó su madre cuando apenas tenía 6 años se iba convertir en un reto para toda la vida y le marcaría por siempre el camino de lo que a la larga iba ser su oficio por excelencia y verdadera pasión. Y es que, a mi entender, a partir de ahí, de ese desafío y el convencimiento de que ella era capaz de hacer algo mejor con sus manos, es que van surgiendo sus primeras creaciones. Al principio realizando sus propios juguetes, que no eran otra cosa que muñecas de trapo, esas mismas muñecas por las cuales su mamá, aquella vez, la increpó; y luego tejiendo bolsos, alpargatas y zapatos de cascarón de plátano que vendía, a cinco y diez bolívares la unidad. Pero como suele hacer todo aquel que lleva por dentro un artista, no pudo aguantar la tentación de experimentar con otros materiales que le permitieron adiestrarse en técnicas como el tallando en madera, modelado en arcilla, en taparo, con los cuales hacía grandes rebaños de vacas, que en su mente de niña, algún día imaginaba tener. Sin embargo, fue después de los diecisiete años, luego de una larga estadía en Italia, donde vivía con su esposo, que empezó a darse cuenta del inmenso tesoro que tiene por dentro. Porque estando allá, le dio por confeccionar algunas muñecas 137
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de trapo y aquello fue una sensación. Luego de regreso a Venezuela continua la labor, pero más como una satisfacción personal. Hasta que Alexia Ramírez, procedente de Caracas, y designada por el extinto Concejo Nacional de la Cultura (CONAC) llegó a la Casa de la Cultura Napoleón Sebastián Arteaga de Barinas, invitando a todos los artesanos regionales a una reunión, porque aquí no existía ninguna asociación que agrupara el sector. De manera que esta noticia llegó a oídos de su hermana, y esta a su vez, se la trasmitió. No resultó fácil convencerla, vamos a estar claros, no obstante, al final lo logró. Fue tan grata la impresión que causó su obra en Alexia, que a los pocos días, luego de mover todos los recursos que tenía en sus manos, logró que Jessy inaugurara su primera exposición individual de artesanía en el Museo Alberto Arvelo Torrealba de esta ciudad. De ahí en adelante comenzó su largo peregrinar. Hoy en día es una referente e invitada de lujo en todas las exposiciones de artesanos del país. Ha sido galardonada con el premio Nacional de Cultura Popular en 1997 y sus obras se han expuesto en países como Inglaterra, Francia, Alemania y Méjico. Por eso, para la galería Hugo Chávez Frías de la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas y el Instituto Autónomo de Cultura del Estado Barinas (IACEB) es un inmenso placer poner al servicio de la comunidad esta exposición titulada: Festín de Pájaros que constituye un hermoso homenaje 138
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a nuestra fauna tropical y un llamado a su protección y conservación. Las técnicas empleadas en la elaboración de estos objetos son el modelado y el tallado en fibras vegetales, concretamente, el cascarón de plátano, las hojas del maíz y también la hierba vetiver, fibras que gracias al talento y la habilidad de sus manos atrapan nuestra atención para brindarnos una poética de la imagen capaz de transgredir los valores de la realidad. Realidad que ocupa un espacio poético, donde lo vivido es revivido, con todas las parcialidades de la imaginación.
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Señores de la distancia de Ronald París Al conocer el nombre de la serie: Señores de la distancia, enseguida me llegó a la mente una gran cantidad de imágenes que encontré en un poemario de Luis Alberto Crespo que Monte Ávila Editores hace algún tiempo, con el mismo título, publicó. Libro que seguramente ha debido servirle a mi amigo Ronald París como fuente de inspiración. Y es que este título: Señores de la distancia, en mi caso, me traslada al llano, allá, a la sabana profunda, donde habita el hombre sólo horizonte y su fiel amigo, el caballo, que más que un medio de transporte y herramienta de trabajo, es símbolo de libertad y señorío. Ronald quien trae consigo una vivencia caraqueña, muy alejada a nuestras costumbres, nos regala una mirada muy distinta, analizada desde la perspectiva del hombre de la ciudad que se deslumbra ante la luminosidad del paisaje y la diversidad cultural existente en un pueblo llamado Socopó que está anclado en pleno pie de monte barinés. Desde allí nos muestra un conjunto de obras que evocan aspectos de la llanería, del día a día de sus habitantes, pintadas en acrílico sobre tela, que se desdibujan utilizando recursos geométricos, diferentes texturas y el contraste del color que en cierto modo nos remite a los primeros años del movimiento cubista. Elementos como el cuatro, el ganado, las sillas y hasta el mismo horizonte parecen competir en un primer plano para otorgarnos una visión particular de ese mundo que más 141
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de uno tranquilamente podría catalogar de irreal, pero que atrae, que incita a revisar nuevamente lo mirado y volverlo a mirar para ir armando, dentro de nosotros mismos, esa especie de rompecabezas que el pintor dispuso para invitarnos a soñar. Y allí pudiera estar la clave su obra: convertir al observador pasivo en activo. Dicho de otra manera, en la obra de Ronald el espectador toma partido y va construyendo, a partir de los elementos dados, esa imagen que sólo a él le pertenece y ocupa un espacio dentro de su ser. Podemos estar de acuerdo a no con su planteamiento estético, podemos estar de acuerdo o no con su visión cubista, geométrica, tal vez a destiempo, y a veces hasta ligera y contradictoria de plantear las cosas; pero en algo sí creo que vamos a coincidir: nadie en Venezuela, hasta donde yo conozco, ha intentado pintar el llano como él lo ha hecho, y eso basta para que su obra ocupe un lugar especial.
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La ciudad como texto y pretexto en la obra de Raúl Herrera “La irrupción de la metrópolis, y la necesidad o querencia moderna por abordarla desde los distintos ámbitos epistémicos (antropología, sociología, historia, estética, arquitectura,…) hizo de ella el texto en el que se acrisolaron las diferentes texturas de una modernidad que fue perdiendo progresiva y lamentablemente su agitada y experiencial condición metropolitana inicial en favor de un perfil más funcional, racional, y también frio e impersonal.” Nos dice el primer párrafo del resumen de un texto que leí en Arte y Ciudad – Revista de investigación, publicado en el año 2013, por José Gaspar Birlanga Trigueros, profesor titular interino del departamento de filosofía del área de estética y teoría de las artes de la universidad autónoma de Madrid. Y lo refiero porque coincidentemente el trabajo artístico de Raúl Herrera hace rato está enfocado en ese sentido, en el estudio de la ciudad. Pero no la ciudad como un espacio gris, deprimente, sino como un lugar donde también existe una gran cantidad de objetos, sujetos y destellos estéticamente agradables, donde se establecen puentes para la transformación. “La ciudad sigue manteniendo en alguna medida su condición de segunda epidermis del hombre que se sirve de la palabra y de la razón implicada, para hacer efectiva desde la prudencia la convivencia.” Nos sigue diciendo el autor. “Representar al hombre de la ciudad obliga a reconocer a la 143
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ciudad no sólo como un espacio representativo sino como un espacio de representación.” De allí que todas las líneas, todos los trazos, todos los colores, todos los volúmenes, planos, texturas, remite a lugares, visiones, tiempos. Tiempos que se remontan en la obra de Raúl en una primera etapa, a los primeros años de estudiante en el Taller Municipal de Arte Rafael Calvo y las clases particulares que recibía de José Hernández donde estudiaba el paisaje tradicional. De estas dos maneras de interpretar el entorno, totalmente disimiles, debido a que en el Taller su trabajo se enfocaba más hacía los elementos estructurales y la mujer, parece venirle toda esa expresividad que más tarde se consolida al cursar estudios de licenciatura en Artes Gráficas en el Instituto Universitario Armando Reverón de Caracas. La ciudad adquiere entonces un lugar primordial en su obra y van emergiendo nuevas imágenes y nuevos conceptos que justifican tal acción. Según sus palabras, la ciudad es el pensamiento y la construcción del hombre hacia su trascendencia. El hombre lleva ahí su ejercicio práctico y su visión cósmica. De tal modo que al igual que José Gaspar para Raúl vivir en la urbe en condiciones de modernidad implica ver lo viejo, lo de siempre, de manera moderna, o sea, rápida, fugaz, transitoria,… con desasosiego, con angustia, con desesperación, casi sin tiempo alguno para la experiencia. En esta serie de obras pintadas recientemente por Raúl Herrera, utilizando acrílico sobre tela, hay una gran variedad 144
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de efectos visuales que ocurren a la hora del alejamiento. No hay perspectiva sino un plano de color donde se valoriza lo pictórico y lo plástico. Es decir, ya no se trata únicamente de usar la pintura para hacer ver una imagen, sino que la pintura por si misma exprese algo. En esa dimensión el observador se siente en las alturas como espectador privilegiado de una ilusión que le pertenece, que está ahí, que posee visos de una ciudad, donde no se advierte figurativamente él pero que sin embargo, se sabe presente. En ese espacio que a todas luces ha dejado de ser un texto para convertirse en pretexto, afloran, a través de la composición plástica, nuestras emociones, nuestras vivencias, nuestros sueños, nuestra soledad.
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Fuentes consultadas Bibliográficas • •
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Arte y Ciudad - Revista de Investigación, 2013 ( Junio) nº 3 (I) Extraordinario, 327-348. Araque Rivero, Marinela. Un museo para la ciudad. Casa Natal Dr. José León Tapia en cultureandoenbarinas wordpress.com. 23 octubre, 2014. Castro, María Enrique. Rasgos Biográficos de algunos Curas ejemplares de la antigua provincia de Barinas y una interpretación histórica sobre la misma. 1891. Diccionario de las Artes Visuales en Venezuela. 1.983. Diario De frente, 24 de enero del 2010. Nucete Sardi, José. Notas sobre la Pintura y la Escultura en Venezuela. 1957. Pérez Larrarte, Alberto. Barinas, memorias y recuerdos. 2014. Registro del Patrimonio Cultural de Venezuela, 2005. Tosta, Virgilio. La Ciudad Viajera. 1968. Valero, Misael. Proyecto de Trabajo para optar al Grado de Magister en Museología; Gestión de museos: Creación del Museo Regional “El Marqués del Pumar”. 2015.
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ÍNDICE Presentación 11 Introducción 13 La Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas de Barinas 21 El Taller Municipal de Arte Rafael Calvo 25 Algunos sitios de exhibición, museos y galerías 33 El Museo Alberto Arvelo Torrealba 47 La galería universitaria UNELLEZ 55 La Galería Red de Arte 63 La Galería Hugo Chávez Frías. 67 El Museo de Artes Visuales Henry Alizo 71 El Museo San Francisco de Asís 77 Instituto Museo de las Culturas del Llano 81 Organizaciones de artistas plásticos 99 La cerámica 111 El Ateneo de Barinas 117 Algunos artistas, exposiciones y sus obras 127 Paisaje interior en la obra de Luis Castillo 131 Entorno a la obra de José Fernéli Hernández 133 Inocente Moncada (El tico) 135 Festín de pájaros 137 Señores de la distancia de Ronald París 141 La ciudad como texto y pretexto en la obra de Raúl Herrera 143 Fuentes consultadas 147
Pistas para mirar Se terminĂł de imprimir el 10 de abril del 2016 en el Sistema Nacional de Imprentas Barinas, Estado Barinas RepĂşblica Bolivariana de Venezuela la ediciĂłn consta de 300 ejemplares