Teatro emergente desde mi esquina
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
© María Miguelina González © Fundación Editorial El perro y la rana, 2016 Centro Simón Bolívar, Torre Norte, piso 21, El Silencio, Caracas - Venezuela, 1010. Teléfonos: (0212) 768.8300 / 768.8399. www.elperroylarana.gob.ve www.mincultura.gob.ve/mppc Sistema de Editoriales Regionales - Miranda Centro de la Diversidad Cultural “San Benito” de Santa Lucía. Municipio Paz Castillo del Estado Bolivariano de Miranda Código Postal: 1215 Teléfonos: 0426-318.93.59 / 0416-404.79.01 sistemadeimprentasmiranda@gmail.com Edición y corrección: Isaac Morales Fernández Diseño y diagramación: Jesús Mota Impresión y montaje: Julio Valderrey Depósito Legal: DC2016000128 ISBN: 978-980-14-3507-5 IMPRESO EN LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
Teatro emergente desde mi esquina M aría Miguelina González
El Sistema Nacional de Imprentas Regionales es un proyecto editorial impulsado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a través de la Fundación Editorial El perro y la rana, en corresponsabilidad con la Red Nacional de Escritores Socialistas de Venezuela. Este sistema se ramifica por todos los estados del país, donde funciona una imprenta que le da paso a la publicación de autoras y autores, principalmente inéditos. Cuenta con un Consejo Editorial integrado en su mayoría por promotoras y promotores de la cultura propia de cada región. Tiene como objetivo fundamental brindar una herramienta esencial en la difusión de ideas y saberes que contribuyan a la consolidación del Poder Popular: el libro, como documento y acervo del pensamiento colectivo.
A MANERA DE PRÓLOGO No es nuestra usanza lanzar lisonjas al albur para que por la causalidad de los vientos se aromaticen las almas multidistantes que a bien estén en las veredas de la brisa; menos podríamos lidiar con las vicisitudes del tiempo y el espacio para lograr acercarnos siquiera a la meta imperiosa de hacer justicia a la obra literaria de la Lcda. María González. Por ello estas notas han de percibirse apenas como un recato solícito a la necesaria presentación de esta versátil dramaturga. La Dama del Muro; como nos hemos acostumbrado citar a nuestra dramaturga, dado el impacto que nos causó, hace algunas décadas, la lectura de su opera prima en los gratos momentos en que la misma conquistara los lauros de un afamado concurso literario. Para entonces apenas empezaba a derramarse, en gotillas de devoción y sed de justicia social, la represa exquisita que contenía todo el talento y calidad humana de la hermosa y tierna artista; quien desde entonces ha sido un efluvio incontenible de voluptuosas creaciones. Esta vez, y gracias a sus extensos estudios de la mano del inmortal genio de la dramaturgia nacional Rodolfo Santana; María González nos obsequia una antología excelsa y cuidadosa; con un contenido de cinco de sus más representativas obras, que no son solamente, como muchas, producto de la imaginería del talento de un ser ensimismado
en el oficio de escribir. No. Estas obras implican el testimonio vivencial arrancado a su misma experiencia en la sociedad real con sus protagonistas cotidianos para, en pinceladas magistrales, hacerlos papel para la inmortalidad de su ser. En Amor bajo el sol estalla todo el colorido y la ternura de su alma mediante la exposición de los valores ingénitos de los seres humanos, luego en Mercaíto nos conmueve de manera intensa con el embozo magistral del drama social que afecta a la población infantil que a la deriva sobrevive en las urbes de hoy; Sacrilegio Póstumo retrata el drama, el sarcasmo y el dolor ante la incomunicación que afecta a las familias ante los rigores del divorcio y la muerte; y mientras en Señora Constitución incursiona en el teatro histórico contemporáneo con una marcada y profunda gama de reflexión política. Por el contrario, en Reciclaje Urbano, musicaliza el drama social que viven las familias ante la violencia en que se debaten las comunidades urbanas latinoamericanas. Sin duda alguna la diversidad de la temática, la innovación de los enfoques y la pertinencia de esta antología la hace una referencia obligada para quienes son estudiosos de tan compleja rama del arte, así como de aquellos que hoy osan incursionar en el escabroso mundo de la dramaturgia; la obra de María González es pues un documento testimonial del talento, la sensibilidad y la calidad literaria de una Dama que optó por llevar al papel la esencia misma de la sociedad donde por obra del destino le tocó vivir, un sacrilegio sería no atesorar esta obra para, a través de ella, mirarnos el alma ciega y tocarnos el corazón con los ojos.
José M. Milano M.
A mis amigos incondicionales los cuales me han apoyado desde mis primeros pasos para que cada uno de estos proyectos sean llevados a escena: Manuel Tejada, Santa Durand, Rosa Córdova, José Manuel Milano, Carlos Gómez, Marcos Milano, Malgyuri Muñoz, El Chino Urbina. A mis compañeros Dramaturgos del Municipio Plaza. A los integrantes y directivos de mi Grupo de Teatro Miel y Casabe. Al poeta Marcelo Seguel. A mi maestro, el dramaturgo guarenero Rodolfo Santana.
Teatro emergente desde mi esquina
AMOR BAJO EL SOL OBRA TEATRO MUSICAL Dedico esta obra a mis padres Francisco González y Lucila Padrón agricultores y floricultores de La Falda del Ávila
Sinopsis: Obra de teatro que recoge las costumbres ancestrales de nuestros campesinos, su arraigo, sus tradiciones, religiosas y sus conocimientos sobre los fenómenos naturales con los cuales mantiene un contacto natural y profundo a cuyos designios se apega armoniosa y respetuosamente. PERSONAJES: Isidro La Espantapájaros –luego Margarita Brisálida (mariposa) Plantas de maíz: Maice, Espiga, Tierna Candelas: Devasto, Candente, Cenizo Lluvias: Tempestad, Tormenta, Garúa, Rocío ESCENA 1
Música nº1(flauta). Un conuco de nuestras zonas campesinas. Se divisa un rancho a lo lejos, lateral derecho del escenario, algunos guacales que luego servirán para improvisar el altar de la cruz y para que el campesino tome asiento. Al lado de los guacales se encuentran sus instrumentos de trabajo, un rastrillo, y una chícura. Lateral izquierdo, se encuentra inmóvil la Espantapájaros. El conuco está muy seco, la tierra agrietada cruje bajo los pies cansados del campesino, el sol es inclemente. Fuera de escena se acerca Isidro mientras canta la canción Sabana de Simón Díaz. Entra muy triste cuando la canción da su segunda parte. Trae un machete, una 15
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
cantimplora con un poco agua, un saco donde guarda una Cruz de Mayo, velas, flores de papel; un sombrero para la espantapájaros, dos manteles pequeños para adornar el altar y algunas mazorcas de maíz para sembrar. Isidro observa muy triste la desolación que lo rodea. Empieza su labor, limpia y recoge ramas y hojas, las amontona a los pies de la Espantapájaros. Ya habrá concluido la canción. Música nº 2 (efectos).
ISIDRO: Por seres vagos como tú... Que no saben ni sembrar una zanahoria. Hay tanta hambre en las grandes ciudades... Ya se comen los unos a los otros. ESPANTAPÁJAROS: ¡Tú si eres ingrato y mal agradecido, yo soy la única que te acompaña! ISIDRO: ¡Claro! ¿Qué vas a hacer? Eres un espantapájaros. ¡Ese es tu trabajo! ESPANTAPÁJAROS (Llora.): Yo soy tu amiga... ¡Mírame! ¡Estoy desvencijada! ¡Soy una piltrafa! ISIDRO (La consuela.): Ya vendrán las lluvias y se pondrá verde la sabana. ESPANTAPÁJAROS: Este año no habrá cosecha de maíz... No espantaré a los pericos. ISIDRO: El que persevera vence.
LA ESPANTAPÁJAROS: ¡Isidro! ¡Isidro!
Isidro se alerta, mira a todos lados. Sigue trabajando. ESPANTAPÁJAROS: ¡Isidro!
Isidro se acerca a la Espantapájaros. ISIDRO: ¡Ah, eres tú! ESPANTAPÁJAROS: Sí, yo. La Espantapájaros. ISIDRO (Rascándose la cabeza): ¿Estaré volviéndome loco con este solazo? ¡Malaya sea! ESPANTAPÁJAROS: La gente habla sola. ISIDRO: Hasta es bueno hablar solo, pero.... ¿Con un espantapájaros? ESPANTAPÁJAROS: Soy tu amiga.
Isidro saca unas mazorcas secas. ISIDRO: Mejor preparo las semillas para la siembra. ESPANTAPÁJAROS: ¿No te cansas? ISIDRO (Habla para sí): Sí, me canso. (Se sienta en un guacal y desgrana las mazorcas.) ESPANTAPÁJAROS: Años y años trabajando... ¿Por qué no te vas? ISIDRO: Por eso es que estamos así. Sin agricultura, todos se van. ESPANTAPÁJAROS: Anda, vale. Así me liberas de esta inútil quietud, bajo este sol inclemente. 16
Isidro sigue su labor mientras la Espantapájaros lo observa curiosa. ESPANTAPÁJAROS: ¡Que hombre más porfiao! Isidro le coloca un sombrero a la Espantapájaros. ISIDRO (Suspira): ¡Ay, espantapájaros! Amiga, te voy a poner este sombrero viejo para protegerte de este solazo. ESPANTAPÁJAROS (Coquetea feliz): ¡Me queda muy bien! ISIDRO: Ahora te ves mejor. ESPANTAPÁJAROS: Lo malo son esas nubes, que están lejísimo... ISIDRO: Pero yo sigo con mi fe, ya verás que pronto lloverá. ESPANTAPÁJAROS: Isidro, Isidro, a mí me huele a humo desde esta mañana. ISIDRO: Mi última esperanza es el Velorio a la Cruz de Mayo. Para ella es la promesa. Prepárate unas décimas, por si acaso. ESPANTAPÁJAROS: No inventes, Isidro. Los Velorios de Cruz se hacen con un gentío. ISIDRIO: Eso no importa. Yo solo, y mi fe, haremos reverdecer esta sabana. 17
María Miguelina González
ESPANTAPÁJAROS: ¡No mejora nada el enfermo! Isidro adorna el guacal con el mantel y las flores de papel. Saca la cruz y la coloca respetuosamente. Se quita el sombrero, se persigna con reverencia, y enciende dos velas. ESPANTAPÁJAROS: Bueno, si no hay más remedio; te acompaño con mi Salve. ESCENA 2
Isidro canta fulía con alegría y fervor. Luego toma una flor y le ofrece sus décimas a la Santa Cruz de Mayo. ISIDRO: Te saludo San Cruz vine a hacerte petición de agua mándame un chaparrón en el nombre de Jesús. Esto bien lo sabes tú que sin agua no hay comía Santa Cruz devota mía te pido con magnitud que consagres mi salud la agricultura y la cría. Mándame una lloviznita que la tierra está agrietada y está muy necesitada que caiga una garuíta ahorita sobre tierra no se para tiene las patas quebradas y las costillas rotitas tanto que se necesita y no me sirve de nada. ESPANTAPÁJAROS: Si no sirvo es culpa tuya sinvergüenza y parrandero mejor quítate el sombrero canta y deja la tertulia 18
Teatro emergente desde mi esquina
en conuco no hago bulla para espantar los pericos pará en un solo sitio mi pellejo no se arruga venga sol o venga luna por nada me mortifico ISIDRO: Yo soy el agricultor Isidro Campos es mi nombre trabajando soy un hombre canto gulía y galerón te pido con devoción Santa Cruz encantadora cantando te cumplo ahora con la fulía y el tambor un humilde labrador junto a la sabana llora.
Cesa la música. Pausa. Isidro ruega de rodillas en silencio. Luego se pone de pie. ISIDRO: ¡Ay, crucecita, yo no quiero dejar mi conuco! Muchos se han ido a la ciudad, mi cuñado Fulgencio con sus muchachos y su mujer. (Pausa.) ¡Me han dejado solo! ESPANTAPÁJAROS: Bueno, ¿no eres guapo, pues? ISIDRO: Guapo no.... Soy heredero. ESPANTAPÁJAROS: ¿Heredero? ¡Será capachero! ISIDRO: ¿Tú no te acuerdas de mis antepasados? ¿Los Tomuzas y los Cimarrones que sembraron en este conuco? ESPANTAPÁJAROS: ¡Yo, no! Soy de los noventa para acá. ISIDRO (Muy triste): Me quedé solo, Espantapájaros... esa es mi verdad. ESPANTAPÁJAROS: ¿Ahora te vas a morir de tristeza? Isidro sacude la cantimplora con desilusión. ISIDRO: De tristeza, de sed. ¡Mira, ya no queda agua! (Pausa corta) 19
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
Y el cuñado Fulgencio se llevó a Margarita.... ¡Tan bonita la muchacha! ESPANTAPÁJAROS (Para sí): Ese lo que está es despechado. ISIDRO: Vendió todo: las gallinas, el cochino congo, el perro cazador. ¡Y eso que tenía una buena siembra de quinchonchos, batatas, ñame, yuca, lechosa… Hasta mangos tenía. ESPANTAPÁJAROS (Para sí): ¡Ah no! ¡Se iba a queda en este sequero! ISIDRO: Bueno, chica, ¿estás conmigo o no? ESPANTAPÁJAROS: Ahora yo voy a pagar tu calentera (Conciliadora). ¡Quiero verte alegre, como antes, cantando silbando! ISIDRO: Además, Fulgencio tenía un buen rancho... ¡Úmju! Se llevó el gallo piroco. ¿No sé pa’ qué? ESPANTAPÁJAROS: Di tu verdad, tú querías comerte ese gallo ajeno. ISIDRO (Molesto): ¡Yo no soy ladrón y ese era un gallo viejo y duro! ESPANTAPÁJAROS (Conciliadora): Bueno a lo mejor lo amarra en la pata de la cama para que lo despierte. ISIDRO (Suspira): ¡Cuando este maizal este más alto que yo, y la brisa la meza (Se mecen). ¡Pa’lla, pa’cá! ESPANTAPÁJAROS: ¡Ya sé, buscas a Margarita y te casas con ella! ISIDRO: Yo no me caso. ¡Me la robo! ESPANTAPÁJAROS: (Salta de su quietud) ¡¿Viste?! Te descubriste. Eres ladrón, chico. ¡Yo lo sabia! ISIDRO (Apasionado): Sí, vale, me robo a Margarita y ella se deja robá feliz... ESPANTAPÁJAROS (Suspira convencida): Debe ser tan lindo estar enamorada. Isidro lleva a la Espantapájaros hasta su lugar y la coloca en su posición estática.
Se amarra el morral con las semillas de maíz, agarra la chícura mientras se dirige al frente del escenario. Bendice la tierra, luego perfora con la chícura y pone las semillas de maíz en cada uno de los hoyos que ha hecho.
ISIDRO (Molesto): ¡Te quedas ahí, estás hablando demasiado!
20
ISIDRO (Mientras realiza su siembra, nostálgico): Cuántas cosechas he sacado de esta tierra que fue de los abuelos de mis abuelos. ESPANTAPÁJAROS (Desde su lugar): Es verdad ¡Ahorita está seca y áspera, pero cuando llueve se pone suavecita! ISIDRO: Y ese olor a tierra mojá, hasta los pájaros se contentan a la primera lloviznita. ESPANTAPÁJAROS (Pícara): Y yo le pego un susto a los pericos. ISIDRO: Y nacen las matitas con esas hojitas tiernitas. ESPANTAPÁJAROS: Lo mejor es cuando llega la cosecha y se reúnen todas las mujeres para preparar las cachapas y la mazamorra.
Isidro se transforma de humilde apariencia a férrea decisión. ISIDRO: ¡Yo no dejaré mi conuco! ¡Aquí me quedaré sembrando! Aunque el sol me queme el alma y la candela me amenace día tras día, esperaré las lluvias. Lloverá, lloverá.
Después de sembrar y regar con el agua que le queda, recoge sus herramientas, hace la venia ante la cruz, apaga las velas y sale lentamente viendo al cielo en busca de una nube que le anuncie la lluvia, mientras la Espantapájaros queda en su triste quietud. Baja la luz. ESCENA 3
Música suave. Entran las tres matitas como semillas al árido conuco, luego van naciendo lentamente. Inmediatamente se acerca Brisálida, una crisálida buscando qué comer, pero todo está seco y polvoriento.
21
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
BRISÁLIDA: ¿Y ahora qué hago yo? ¿Me moriré de hambre en este triste rastrojo?
MAÍCE: El fuego arrasa lo que queda. BRISÁLIDA: ¡Todos no se fueron, nosotras tenemos nuestro Isidro! TIERNA: ¿Qué puede hacer? Es un campesino solitario y soñador. Brisálida toma un poco de tierra y la saborea golosa. Le ofrece a Maíce.
Música alegre. De pronto descubre el nacimiento de las débiles matitas, siente una gran alegría, danza feliz y se acerca a Tierna, que está a la derecha, y la acaricia mientras les habla. BRISÁLIDA (Alegre): ¡Qué alegría! ¡Llegué a tiempo! La Espantapájaros observa esperanzada. TIERNA (Decepcionada y agotada): No lucharé contra este horrible verano. ESPANTAPÁJAROS (Entusiasmada): ¡Claro que sí, Tierna! Tienen que crecer por Isidro y por mí. BRISÁLIDA: Mírenme. Abandoné mi capullo de seda, dejé mi hogar, casi muero en el desierto, he rodado por riscos, me he arrastrado por sabanas secas, casi me ahogo en el pantano. ¡Todo por llegar aquí! ESPIGA: Brisálida, este suelo árido, seco, sólo cría serpientes.
BRISÁLIDA: Maíce, pruébala. Está dulce, suave, fértil... ESPIGA (Angustiada): Brisálida, mira mis hojas. Perdieron el color, están marchitas. MAÍCE: Tengo mucha sed. ESPANTAPÁJAROS: Pronto lloverá. Nosotros le hicimos un velorio a la Cruz de Mayo y eso nunca falla. BRISÁLIDA: ¡No se mueran por favor! La Espantapájaros sale de su lugar y se acerca para auxiliar a las matitas recién nacidas.
BRISÁLIDA: ¿Por qué lloras, Maíce? MAÍCE (Asfixiada): Es ese humo espeso y gris que no me deja respirar. ESPANTAPÁJAROS: Crecerán como hermosas siembras de maíz, con cabelleras al viento húmedo de agosto. MAÍCE (Nostálgica): Cosechas pasadas (Pausa). Isidros luchadores, trabajadores. Isidras cariñosas abnegadas. TIERNA: Isidritos felices jugando a las escondidas entre la fiesta del maizal. ESPIGA: Los Isidros se fueron; unos con los pelirrojos, otros con los peliamarillos. ESPANTAPÁJAROS: Espiga, no te des por vencida. Ustedes disfrutarán lo que ellos dejaron.
TIERNA (Tose asfixiada): El calor no me deja respirar. BRISÁLIDA: Miren la necesidad de este pobre campesino. TIERNA: No puedo crecer sin lluvias en este conuco azotado por el humo. ESPANTAPÁJAROS: No digas eso, por favor. Isidro traerá agua de donde sea y las regará. ESPIGA: ¡No me digas! ¿Acaso no viste las dos gotitas de agua con que nos regó? BRISÁLIDA: ¡Miren, allá lejos viene una nubecita! ESPIGA (Señala al lado contrario. Desesperada): Y por allá viene el humo. TIERNA: Nosotras no daremos cosecha este año. BRISÁLIDA: ¡Claro que sí, Espiga, ya verás que pronto lloverá! MAÍCE (Desvanecida): Amiga, no sueñes. BRISÁLIDA: Maíce, no permitas que el verano le quite el verdor a tus hojitas. ESPIGA (Muy débil): Ya nada podrá salvarnos.
22
23
Las matitas de maíz se retuercen de sed. Maíce llora.
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
TIERNA: Brisálida, tú puedes huir, pero nosotras estamos sembradas en esta tierra, indefensas. MAÍCE: ¡Qué dolor! ¿A qué vinimos a este mundo seco y contaminado? BRISÁLIDA: Resistan un poco más y verán, que la lluvia y el amor de nuestro amigo nos recompensará.
DEVASTO: ¡Ni siquiera un estúpido grillo sobrevivió! CANDENTE: ¡No debe quedar ningún campesino, devoto e idealista en esta tierra...! CENIZO: ¡…Que pretenda arborizar o recuperar este lugar! DEVASTO: ¡Mira que ese Isidro es testarudo! Todos los años le hacemos lo mismo y ahí está, sembrando otra vez. CANDENTE (Retorciéndose): ¡El fuego me hierve por dentro! CENIZO: ¡Hay que destruirlo todo! DEVASTO (Señalando a la cruz con temor): Pero con esa sí no podemos. CANDENTE (Se cubre): Ese es un poder superior: la fe. CENIZO (Señalando la sabana): No dejaremos ningún rancho a cien leguas a la redonda.
Un humo espeso las cubre. Brisálida y la Espantapájaros tratan de sostener a las matitas que están cada vez más débiles. MAÍCE (Se desploma poco a poco): Brisálida, amiga mía, las fuerzas me abandonan, siento que mis raíces se queman y mis hojitas se marchitan. BRISÁLIDA (Asfixiada): ¡No, por favor, no!
Todo se oscurece y se oye un crepitar de fuego que viene por la sabana. Las maticas se retuercen de miedo. Música. Humo. BRISÁLIDA (Aterrada): ¡La candela, la candela! ESCENA 4
Brisálida huye a toda prisa, mientras la candela con los colores del fuego y maquillaje de guerra, quema el conuco incluyendo la espantapájaros. Expresión corporal. Finalmente rodean y queman a las matitas que salen de escena. DEVASTO: ¡Miren cómo todo se achicharró! (Ríe.) hemos cumplido con nuestra misión, devastarlo todo! CENIZO: Hoy quemamos cuatro hectáreas. CANDENTE (Satisfecho): Ya no queda ningún árbol en esta sabana. DEVASTO (Frotándose las manos): Ni un colibrí. CENIZO: Ni escarabajo. CANDENTE (Con maldad): ¡Cómo corrían esos bachacos, lagartijas y todo bicho de uña! 24
Expresión corporal de destrucción. CANDENTE (Gesto con los dedos): Sólo con una chispa incendiamos la sabana más grande. DEVASTO: ¡Convertimos en cenizas a los árboles que a nuestra enemiga la naturaleza le cuesta decenas de años levantar! CANDENTE: Desde que el mundo es mundo… (Resentido) Y se creó el mar, las aves, la vegetación, nosotros rumiamos nuestro poder en los volcanes. CENIZO (Macabro): Ustedes se van y yo me quedo… cenizas, cenizas...
Ecos de la voz de Cenizo. CANDENTE: ¡Fuera las cosechas de maíz! DEVASTO: Fuera las fastidiosas bandadas de pericos. CANDENTE (Inspira): Esta noche disfrutaremos del olor a leña verde. CENIZO (Se desplaza como un rey): La brisa arrastra mi manto por ríos mares y montañas. Llegaré pronto a la ciudad y transformaré el día en noche. CANDENTE (Pensativo): Yo estoy un poco cansado de quemar año tras año, siglo tras siglo, milenio tras milenio. 25
María Miguelina González
Devasto y Cenizo le practican un ritual a candente DEVASTO: Tú estás unido a nosotros por el pacto del fuego, fuego, fuego (Ecos). CANDENTE (Sofocado): Me quiero retirar. Me ahoga el calor. DEVASTO: ¡Ay, no me digas que te estás poniendo viejo! CENIZO: Viejo estoy yo y no me quejo. ¡Esta juventud de ahora! CANDENTE: Claro que sí, y ustedes también. ¿Acaso no tenemos todos los años del mundo? DEVASTO: ¡Ahora resulta que tienes un ratón moral! CENIZO: ¿Aprendiste esas extrañas palabras en los cigarrillos de los despechados? CANDENTE: Yo me voy a retirar a las antorchas sagradas.
Teatro emergente desde mi esquina
ESCENA 5
Extremo derecho. Niebla truenos y relámpagos, para la entrada de las lluvias. Expresión corporal.
DEVASTO: ¡Lo logramos! ¡Te encendiste de nuevo! CANDENTE (Burlón): Mañana será otro día para quemar, arrasar, devastar y arruinar lo que queda de este conuco. DEVASTO (Bosteza): Esta noche dormiremos como dignos carbones. CENIZO: Y tibias cenizas. Humo rojizo. La candela se arrastra al extremo izquierdo y forma un montón de brasas, al acecho.
TEMPESTAD (Triste): ¡Qué desolado está todo! ROCÍO (Llorosa): Nos vamos a quedar sin bosques. TORMENTA (Nostálgica): Sin flores, sin árboles ni vida. ¡Qué reflexione el hombre de este planeta y mire el paisaje verde que lo rodea! GARÚA: ¿Qué será de los lirios de la primavera? TEMPESTAD: Las madres no podrán amamantar a sus crías, sus pechos estarán secos. TORMENTA: Para la humanidad, llenaremos los ríos y manantiales. ROCÍO: Llegaremos con suave niebla al amanecer. GARÚA: Haremos crecer los follajes, para que aniden las aves. ROCÍO: Y se oirán los trinos alegres de los turpiales y paraulatas. TORMENTA (Con coraje): Tenemos que ayudar a nuestro valiente amigo. TEMPESTAD: Que suba el hombre ciego a sus azoteas de piedras frías, abra los ojos desde su altar, mire el brillo de oro de las estrellas y respire el aire puro que aún le queda. GARÚA: Isidro vendrá con su alegría para cantarle a la Cruz de Mayo sus décimas. TORMENTA: Apagaremos los incendios en esta tierra fértil y hermosa. ROCÍO: ¡Llena de prodigios! TEMPESTAD: ¡De cantos y de amor! GARÚA: De magias y colores. ROCÍO (Preocupada): Pero miren cómo la desolación, el humo y el calor, están arruinando todos los conucos. TORMENTA: ¡Cómo lloran y suplican estos pobres seres! Su poder es nada, serán como plumas batidas por el viento. TEMPESTAD: Los incendios derretirán los polos y se inundará el planeta. GARÚA: Estaremos alertas a la traición y les saldremos al paso a
26
27
Devasto y Cenizo se interponen agresivos entre la cruz y Candente, que se arrodilla. DEVASTO (Furioso): ¡Cobarde! CENIZO (Burlón): ¿Qué pasa, quieres estar en manos de las rezanderas? DEVASTO: ¡Traidor! Tú estás unido a nosotros por el pacto del fuego, fuego, fuego…
El escenario se cubre de humo rojizo se oye ruido de maracas. CENIZO: Tú lo que necesitas es una brisita para que te enciendas de nuevo.
Lo abanican. Expresión corporal. Candente se transforma; ahora toma una expresión de terrible maldad, cenizo y devasto celebran con él.
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
esos encendidos canallas. TORMENTA: ¡Eso es culpa del piromaníaco! ¡Está lleno amargura! TEMPESTAD: Él enciende los bosques y las sabanas. ROCÍO: Hace secar los ríos para que perezcan las especies. GARÚA: ¡Lo detendremos! TORMENTA: Isidro, no estudiaste en las escuelas enciclopedias, pero aprendiste aquí en tu tierra, cuando florece la primavera y cuando estamos nosotras cerca. ROCÍO: Isidro nos invocó con sus fulías. Llenaremos sus ríos para que se multipliquen los peces. GARÚA (Segura):¡Isidro tendrá su cosecha! TEMPESTAD: Nosotras cumpliremos nuestra misión. ROCÍO (Con decisión): Somos las enviadas. TORMENTA: Aquí estamos contigo, por la promesa ofrecida. Tú nos invocas y respondemos porque somos hermanos del mismo suelo. ROCÍO: Cuando el sol te queme el alma, yo refrescaré tu día y llenaré tu corazón de alegría. TODAS: Crearemos una barrera, crearemos un torbellino y les cerraremos el camino.
Ahorita estas en invierno. ¿Y cuando llegue el verano? ROCÍO: Cenizo, ¿Por qué te arrastras y opacas la luz del sol? ¡Yo refrescaré con lágrimas ese odio, y ese rencor! CENIZO (Ladino): ¡Eso no importa, dulce Rocío, el año que viene vendré de nuevo! TEMPESTAD: ¡Arrepiéntete, Candente! ¡No quemes más las sabanas! CANDENTE: No trates de convencerme, dulce Rocío. ¿Sí dejo de ser el fuego, qué pasará con el frío? TODAS: ¡Ya su tiempo terminó! ¡Miren nuestro poderío! DEVASTO: No se confíen, que el agua hierve con fuego.
Truenos relámpagos y niebla. De pronto, Tempestad descubre unas llamas que se levantan con fuerza.
ISIDRO: ¡Llovió, llovió! Bendita seas, Santísima Cruz de Mayo, yo no dejaré mi tierra ¡Aquí me quedaré sembrando, ¡Bella mi tierra... mi tierra bella! La en penumbras convertida, ahora es una bella muchacha, está de nuevo en su lugar. (Se le acerca lleno de alegría). ¡Mira qué linda está la sabana! ¡Huele a mastranto y a yerba buena, a cundiamor a tierra mojada! ESPANTAPÁJAROS: ¡Cantan las aves, amado mío! ¡Vendrán alegres a hacer su nido!
TEMPESTAD: ¡Miren donde están allí agazapados, los muy cobardes! TODAS: ¡Vamos a echarlos! ¡Fuera, fuera, fuera!
Las candelas se enfrentan a las lluvias agresivas. ¡Fuego, fuego, fuego! Expresión corporal de poder y seducción entre los dos elementos.
Se enfrentan al ritmo de tambor, en una danza de fuerza contra fuerza. Salen de escena pareja por pareja, vencedora la lluvia, vencido el fuego. Baja la luz. ESCENA 7
Se ha cumplido la promesa del campesino. El altar está bellamente adornado, la cruz iluminada mágicamente. Huele a tierra mojada, los pájaros cantan, es fresca la tarde. Entra Isidro eufórico mojado por la lluvia. Se santigua.
ESCENA 6
Isidro y Margarita se abrazan. Canción Venezuela. Entran cantando las matitas de maíz las lluvias, la candela y finaliza Crisálida convertida en mariposa, en sus alas la bandera de Venezuela.
TORMENTA: ¡Devasto, deja renacer la vida y florecer la esperanza! DEVASTO (Desafiante): Tormenta, es tu poder contra el mío.
TELÓN
28
29
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
MERCAÍTO
noches. Elenita viste una gastada braga corta, usa una boina marrón de pana y lleva un viejo bolso de colegio. Anita, peinada con dos colitas, viste con ropas de colegio desteñidas y sucias. Desde hace horas deambulan por las calles buscando a su mamá. Aturdidas, no saben cómo llegan a este sórdido lugar. Música tenebrosa. Las niñas irrumpen desesperadas. Entran al escenario, primero Anita y segundos después Elenita.
Dedico este trabajo con todo amor a todos los niños de Miel y Casabe que han integrado el elenco de Mercaíto.
Obra de teatro que recoge el dolor, los sueños y el abandono de los niños por sus padres, por la sociedad y el estado. Niños que sin embargo sueñan y esperan porque les regalemos una sonrisa, les proporcionemos un hogar y hagamos valer sus derechos. PERSONAJES: Mercaíto Anita Elenita Pimienta Mostaza El Papi Azote La Menor La Banquera
ANITA (Llorando desesperada): ¿Por qué nos abandonaste? ELENITA (Lastimera): Nos dejaste solas en esta ciudad tan grande. ANITA: ¿Por qué no vienes? ELENITA: Eso fue que se puso brava... ¡Le boté el número de la lotería! ANITA: Tengo mucho miedo ¡Nadie nos busca ni se ocupa de nosotras! ELENITA (Llorando y abrazándose a su hermana): ¡Vuelve! ¡Me portaré bien, haré todos los mandaós!
El puente se encuentra en penumbras. Alo lejos se oyen perros callejeros. Elenita palpa las llagas en sus piernas, resultado de la última paliza.
Doce y media de la noche, silencio total. Tenuemente alumbrado por las luces de la autopista, un recodo abandonado bajo un puente en las cercanías del Nuevo Circo. A la derecha, una fogata improvisada, utilizada para cocinar lo que salga. A la izquierda tres pipotes para el escondite de los niños, sacos y cajas para recolectar latas y trastos. Al centro, cartones y trapos para dormir. Al fondo, se recorta entre las sombras una pared con letreros de protesta.
ANITA: No me abandones, no importa que me pegues (Con rabia y dolor). ¡Pablote tiene la culpa, él te embrujó y te puso contra nosotras!
De entre los trapos y cartones, se levanta Mercaíto, un muchacho vestido con ropas gastadas. Se cubre con una larga chaqueta. Usa zapatos de marca que no se quita ni para dormir.
El pesado silencio es roto por los gritos y el llanto desesperado de dos niñas, Anita y Elenita, abandonadas el día anterior por su mamá. Están solas en medio de la gran ciudad, que ajena vive sus lujuriosas
MERCAÍTO (Recrimina a las niñas amargamente): ¿Pa’ dónde van ustedes a esta hora? ANITA (Asustada y sorprendida): ¿Y tú quién eres? MERCAÍTO: ¿Qué importa quién soy? Lo que importa es quienes son ustedes y por qué lloran. ELENITA (Llorosa): Mi mamá se perdió esta mañana, y no la hemos encontrado.
30
31
ESCENA 1
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
MERCAÍTO: ¡Ja! Llorando por una madre. Seguro se buscó otro señor. ¿No me ven a mí? Mi mamá se murió y no conozco a mi papá. ¡Ni falta que me hace! ANITA(Se le enfrenta): ¡Nosotras sí conocemos a nuestra mamá! MERCAÍTO: Okey, okey. ¿Y? ELENITA (Encarándose valerosa): Ella volverá. Y yo buscaré a mi papá para que nos defienda. ¡Él es un llanero muy guapo! MERCAÍTO (Imitando): ¡Seguro! Grandote y fuerte. ELENITA (Ofendida): No te burles de nuestro papá. MERCAÍTO: ¿Dime, sí él las abandonó antes, por qué regresará ahora? ANITA (Triste): Ésta foto es de él. MERCAÍTO: ...¡Segurito que no las conoce! ELENITA: Pero nosotras lo queremos igual. MERCAÍTO (Reticente): ¿Como las quiere su madre? ANITA (Seca sus lágrimas): Ella nos quería, hasta que llegó El Pablote. MERCAÍTO: ¿Se dan cuenta? (Pausa corta.) Así son los padres de todos los niños de la calle. ANITA: Nosotras no somos niñas de la calle. MERCAÍTO: ¡Claro que sí! ¡Por aquí han pasado muchos con el mismo cuentico! ELENITA (Convincente): ¡Mi mamá no es así! ANITA: ¡Es la más buena y la más linda del mundo! MERCAÍTO (Sarcástico): ¿Hasta en las mañanas? ¡Ja! ¿Me vas a decir que nunca se ponía fea? ELENITA (Colérica): Se ponía fea cuando tomaba, pero eso se le pasaba. MERCAÍTO (Con desprecio): Es una borracha y desnaturalizada, chica. ANITA: ¡Nosotras la queremos como sea... y tú eres un envidioso, un desmadrado!
MERCAÍTO: Pobre de ustedes. Ahora tendrán que ponerse duras como yo. ELENITA: ¿Duras? ¿Cómo duras? MERCAÍTO (Zumbao y misterioso): Aprender a defenderse, inventarse una. ELENITA: Yo sé correr. ANITA (Grita con fuerza): ¡Yo gritar
La discusión sube de tono, pero Mercaíto baja la guardia.
Mercaíto se tapa los oídos. Elenita le tapa la boca a Anita. MERCAÍTO: Acomoden su rincón con estos cartones y esos trapos. ANITA (A Elenita): ¿No tendrá un colchoncito? ELENITA: ¡No seas gafa! MERCAÍTO: ¡Ah! Y en esa perola queda algo de sancocho. Coman rápido antes de que el Papi llegue.
Las muchachas corren hacia la perola. ANITA: ¡Sancocho!
Elenita retiene a Anita, pidiéndole compostura. ELENITA (La aparta un poco): No te atores, creerá que estamos muertas de hambre. ANITA: ¿Y no estamos? MERCAÍTO: Hambre tenemos todos y aprovechen que está tibia.
Las niñas se acercan a la perola. Mercaíto les entrega dos pocillos para que se sirvan. ELENITA (Con repugnancia): ¡Fo! ¡Estos pocillos están sucios! MERCAÍTO: Los fregamos ayer. ANITA: ¿No tienes cucharillas? MERCAÍTO: Esto no es el Hilton, chama. Y ya les dije, coman rápido, antes que llegue El Papi.
Anita y Elenita murmuran mientras toman el sancocho. 32
33
María Miguelina González
ELENITA: ¡Qué raro! Sí tiene su Papi... ¿Por qué vive aquí? ANITA: Quizás es recogelatas.
Mercaíto, que las ha oído, se acerca. MERCAÍTO: Aquí se hace de todo. Hasta se roba.
Elenita suelta el pocillo y toma a su hermana de la mano. ELENITA: Vámonos de este horrible lugar. ANITA: No queremos que nos metan presas.
Se han alejado unos pasos cuando la triste voz de Mercaíto las detiene. MERCAÍTO: Estar preso es lo peor.
Elenita lo mira impactada. ANITA: ¿Tú caíste preso? MERCAÍTO: Sí. Pero me escapé. ELENITA: ¿Entonces te busca la policía? ANITA (Alarmada): Si te encuentran, nos llevarán también a nosotras. MERCAÍTO (Triste): Ellos no se meten por aquí a esta hora. ELENITA: ¿Por qué? MERCAÍTO: No les interesa, nadie nos reclama. ANITA: ¿Pero mañana sí? MERCAÍTO: No te hagas ilusiones y prepárense para dormir en ese rincón.
Las niñas resignadas se disponen a acurrucarse en los cartones y bajo los trapos. ELENITA (En voz baja): No nos quedaremos aquí. Cuando amanezca nos vamos con nuestra madre. ANITA: ¡Abrázame hermana! Y no te quedes dormida. Nos pueden morder las ratas. 34
Teatro emergente desde mi esquina
ESCENA 2
Se oyen las risas y el tintinear de unas latas. Llegan “Los duros del rap”: Pimienta y Mostaza. Mostaza es una niña disfrazada de varón. Sus caritas están sucias pero sonrientes. Usan cachuchas y visten con bermudas y franelas amarillas. Sus medias son intercaladas: una roja para Mostaza, una roja para Pimienta; una negra para Mostaza, una negra para Pimienta. Llegan y montan un show de rap. Usan cada uno una lata como si fuese un micrófono. Recrean un gran espectáculo con luces y ritmo, a los que se suman la coreografía de Anita, Elenita y Mercaíto. Logrando que todos se olviden de su abandono. MOSTAZA: Hoy salí por esas calles Buscando un mendrugo duro y me encontré con una mirada filosa como un cuchillo, que me detuvo. PIMIENTA: Yo quizás tuve unos padres Pero pronto los perdí Soy el hijo de la calle, es así MOSTAZA: Tú, tú, tú. (CORO) Tú, comerciante que vives la vida acosándome. Tú policía que pasas el día persiguiéndome ¿Tú no tendrás un hijo en la calle, como yo? PIMIENTA: Y que somos el futuro; futuro de Venezuela pero si no nos ayudan ¡Que pena! MOSTAZA: ¿Cuánta carne compran? y se la dan a los perros y nosotros, sangre de la misma tierra ¿Qué comemos? PIMIENTA: Yo conozco la miseria Tú, te abrigas esta noche yo me abrigo con cartones y tú ... nadas en derroches MOSTAZA: Tú, tú, tú. (CORO) Tú, secretaria que trabajas y corres 35
María Miguelina González
Cuando el jefe te llama. Tu hijo estará en la casa ó en la vereda PIMIENTA: Los niños que ves ahora tienen un triste final amanecerán un día muertos en la oscuridad MOSTAZA: Somos niños de la calle la culpa tuya será cuando abandonas un hijo y no sabes dónde está PIMIENTA: Tú, tú, tú. (CORO) Tú chama que a escondidas en la plaza Acaso guardas un hijo que luego botas. MOSTAZA: Esta noche será igual ¿Acaso amaneceremos? ¿Veremos la luz del día en este mismo terreno?
Al terminar la coreografía, Mercaíto increpa a “Los duros del rap” mientras les revisa los bolsillos. MERCAÍTO: ¡Ay-ay-ay-ay-ay…! ¿Ustedes como que no le traen dinero al Papi? PIMIENTA: ¡Suelta! MOSTAZA (Se cubre con pudor): ¡Deja la tocadera y respeta! MERCAÍTO (Inquieto): Y después quieren que yo haga milagros. ELENITA: ¡Claro! ¿Tú no haces de todo? ANITA: ¡Verdad! MERCAÍTO (Abre los brazos en señal de bendición): ¡Que todas estas latas se conviertan en pan, qué todos estos trapos se conviertan en cobijas, que todo el odio se convierta en amor! (Vuelve a la cruda realidad. Se acerca a Pimienta). ¡Ajá! ¿Dónde ésta la lana?
Mostaza, que se ha escondido escurridiza detrás de Pimienta, se arma de valor. MOSTAZA: Nosotros somos artistas, chamo. MERCAÍTO: A los artistas, El Papi les pega más duro. 36
Teatro emergente desde mi esquina
PIMIENTA: ¡No nos cortes la nota! MERCAÍTO (Sentencioso): Nota es la que les dará el Papi. ANITA: ¿Y quién es ese Papi? MOSTAZA: Es un ser horrendo. ELENITA: ¿Por qué le tienes miedo a tu papi? MERCAÍTO: ¡¿Qué?! ¡¿Ese animal mi Papi?! ANITA (Mofándose): Desde que llegamos: “¡El Papi! ¡El Papi!” PIMIENTA: ¡Es un remoquete, gafa! ANITA: ¿Cuándo llega? MOSTAZA: ¡Ojalá no llegue nunca! ELENITA (Desesperada): ¿Qué les hace? MERCAÍTO: Es un chulo peor que tu Pablote. PIMIENTA: Ojalá los pise un camión a los dos. MERCAÍTO: ¡Pila! Ya saben que hacer cuando llegue. MOSTAZA: Bueno, Mercaíto. En último caso, tú nos defiendes. ANITA: ¡Pero si Mercaíto es tan flaquito! ELENITA: ¿Cómo podrá con ese monstruo de maldad? MERCAÍTO: No tiene alma, pero yo conozco su debilidad. ANITA (Curiosa): ¿Dinos cuál es? ELENITA: A mí primero. PIMIENTA (Con rabia): Dímelo a mí. ¡Que yo le tengo unas ganas!
Todos acosan a Mercaíto para que responda. MERCAÍTO: ¡Está bien...! Le tiene miedo a las cucarachas. TODOS: ¿Cómo?.. ¡Ayyy, se le cayó el plumero! MOSTAZA: Déjalo quietecito. Un día de estos le hago una maldad. MERCAÍTO: Ni se te ocurra, será pa’ que te mate. PIMIENTA: ¿Hasta cuándo seremos esclavos del Papi? MERCAÍTO: ¡Y sus compinches los Chupa Cabra! ANITA: ¿Pero hay otros? MERCAÍTO: ¿En qué mundo vives tú, chica? ELENITA (A Anita): No preguntes más. Ya tenemos muchos problemas. MOSTAZA: Puro trabajá y nada de comé (Se acerca al fogón). ¿Y qué pasó aquí? ¿Dónde está la papa? 37
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
Mostaza y Pimienta miran a Mercaíto y a las niñas con desconfianza. Anita disimula. Elenita baja la cabeza con vergüenza y miedo.
MERCAÍTO: ¡Eso lo dijo Bolívar! Y quédense. Ya mañana veremos.
PIMIENTA: Y después de tanto baile, ahora ¿quiénes son estas? ELENITA: ¡Estas, no! ANITA: Nosotras tenemos nombre. LAS DOS: Anita... Elenita. MOSTAZA: ¿No ves? ¡Dos más pa’l plato, y un plato menos! MERCAÍTO: Deja el hambre. MOSTAZA: Yo la dejo, pero el hambre no me deja a mí. MERCAÍTO: Ellas son mis huéspedes. MOSTAZA: Tú siempre tan hospitalario. PIMIENTA: ¿Y se puede saber dónde carrizo las vas a alojar? MERCAÍTO: Aquí. MOSTAZA: Todos los cartones están ocupados. Y mi cartón no lo comparto con nadie. MERCAÍTO: Yo resuelvo. PIMIENTA: ¿Cómo? MERCAÍTO (Decidido): Aquí sobra espacio y el cartón se comparte. ANITA (A Elenita): No quiero dormir en esos cartones hieden, a perro sarnoso. ELENITA: ¡Cállate, bocona! MOSTAZA: Ahora sí es verdad; éramos muchos y parió la abuela.
Anita abraza a su hermana buscando la salida. ANITA: Mejor será que nosotras nos larguemos. PIMIENTA (Burlón): ¡No se vayan! MOSTAZA (Resignada, le alarga un cartón): Bueno, si la cosa es así, toma. PIMIENTA: Yo les brindo el desayuno en el bote del restaurán chino. MOSTAZA: De repente formamos un buen grupo de rap con ustedes. PIMIENTA: Así hay más fuerza. ELENITA: Vámonos (Dispuesta). Esta gente no nos quiere. 38
Las niñas obedecen. MOSTAZA: Ya salió el histórico... el héroe. PIMIENTA: Histórico no. Historiador ¿O acaso Mercaíto no te lo explicó el otro día? ANITA (A Mercaíto): ¿Y dónde aprendes tú tantas cosas? ELENITA (Prepotente): Verdad... No sabrás ni leer. PIMIENTA: Mercaíto sabe muchas cosas, ¿oíste? MOSTAZA: Él se cuela en las conferencias de la universidad. PIMIENTA: ¡Va a misa! MERCAÍTO (Con nostalgia): Me gustaría ser sacerdote ó profesor de historia. ANITA: ¡Qué fastidio! ELENITA: ¿Por qué te dicen “Mercaíto”? PIMIENTA: ¡Señor Mercaíto! ELENITA (Tocándose la boina con reverencia): Bueno, está bien, señor Mercaíto. ¿Por qué te dicen así? MOSTAZA: Se llama así, porque pide en los mercados desde muy pequeño ANITA: ¿Desde cuándo estás aquí? PIMIENTA: Ni él mismo se acuerda. ELENITA: ¿Cuántos años tienes? MOSTAZA (Sabihonda): Bueno calculando así… por encimita, tiene como… doce o trece. PIMIENTA: ¡Mi’jita! Te pareces a una periodista que vino el otro día, y nos preguntó de todo.
Mercaíto escucha callado la conversación, mientras se acurruca en su larga chaqueta. ELENITA (A los raperos): ¿Ustedes también son hermanos como nosotras? MOSTAZA: Bueno, no. PIMIENTA: Bueno, sí. MOSTAZA (Temiendo que la descubran): Somos medio hermanos. 39
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
ANITA: ¿Cómo es eso? PIMIENTA: La misma pure con padres distintos. ANITA: ¿Y de dónde son? MOSTAZA (Remedando): Orientales, de Carúpano, la tierra más alegre del mundo. ELENITA: ¿Y sus padres? PIMIENTA: Somos “güerfanos”. MERCAÍTO: ¡Cuántas veces te voy a decir que no se dice güerfanos, sino huérfanos! PIMIENTA: Se me olvida, chamo. MOSTAZA (Triste): Huérfanos. PIMIENTA: Nuestra mamá y el papá de Mostaza se murieron en un choque cuando veníamos a Caracas a visitar a mi tía Angustias. MOSTAZA: ¡Esa tía si fue mala! PIMIENTA: ¡Y chora con nosotros! ANITA: ¿Chora? PIMIENTA: ¡Ladrona! MOSTAZA: Nos botó de su casa ensegui’ita que enterraron a los pures y me quitó mi muñeca patas largas.
ELENITA: Ustedes nos están vacilando. Son unos chamos. MERCAÍTO: Mejor quédense quietas. PIMIENTA (Bromeando): Prepárense para que se disfracen de varones. ELENITA: ¿Por qué? MOSTAZA (Resignado): Corren menos peligro disfrazados de varón. ANITA: Nosotras volveremos a nuestra casa. ELENITA: Nosotras éramos felices en nuestro ranchito azul, con su mata de mangos en el corral. (Con desprecio). Hasta que llegó El Pablote. ANITA: Cuando él llegó a la casa, parecía un angelito. ELENITA: Besitos, abracitos, caramelitos. ANITA: Después embrujó a mi maíta. ELENITA: Mira como tenemos las piernas de las pelas que nos dio.
Anita y Elenita miran a Mostaza estupefactas. LAS DOS: ¡¿Quééééé?! ELENITA: ¿Tú juegas muñecas? MOSTAZA (Disimula señalando a Pimienta): Él. PIMIENTA (Señalando a Mostaza): No. Él. ANITA (Escandalizada): ¿Qué pasa aquí? MOSTAZA: ¡Nada! ELENITA: Yo creo que son raros. MOSTAZA: Raros no, uno de nosotros es una niña. ANITA: No les veo nada de niñas. PIMIENTA (Sonríe con picardía): ¡Claro, somos bien machitos!
Anita y Elenita dan vueltas alrededor de Pimienta y Mostaza mientras los escudriñan de arriba abajo, queriendo descubrir cuál de los es la niña. 40
Anita y Elenita se abrazan y lloran. MERCAÍTO: ¡Ya se pusieron lloronas! ANITA: Las niñas lloran. ELENITA: Y las mujeres también. ANITA: ¿No ves las telenovelas? PIMIENTA (Irónico): Todas las noches. MOSTAZA: ¡En nuestro televisor de veinte pulgadas!
Secreteos entre Mostaza y Pimienta. ANITA: ¿Qué pasa? ELENITA: ¿Se están burlando de nosotras? PIMIENTA: No se pongan bravas. MOSTAZA: Parecen un ají. PIMIENTA (Haciendo señal de silencio): Mercaíto tiene una clave, un escondite. ELENITA: ¿Dónde? ANITA: Esto es sólo un puente abandonado. MERCAÍTO (Sentencioso): No confíen tanto en mí. Un día de estos los agarran El Papi o Los Chupacabras fuera de base y… ANITA: ¡Otra vez Los Chupacabras! 41
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
ELENITA (Asustada): Yo vi uno el otro día en el televisor. Era horrible. MOSTAZA: Ellos nos pasan raqueta todas las noches y nos quitan lo que conseguimos. MERCAÍTO (Con desprecio): Para resolverse sus vicios. PIMIENTA (Pausa corta): ¿Te acuerdas del Ñangara? Ellos se lo llevaron y más nunca apareció. ELENITA: Tengo miedo. ANITA: ¡Terror!
Anita se transfigura poniéndose poco a poco de pie. En su mano abandonada a lo largo de su cuerpo sostiene su vieja muñeca. Los niños la miran alelados. Anita deja oír una canción que es un lamento.
Anita se acurruca junto a su hermana. Sirenas de patrullas lejanas. ELENITA: Tengo mucho frío. ANITA: Todo está tan oscuro...
Elenita cierra los ojos y se tapa la cabeza con las manos. MERCAÍTO (En tono de secreto): Oigan sí se ven acorralados, se meten en esos pipotes. ANITA (Burlona): ¿Ya te creo, que no nos encuentran? MERCAÍTO (Señalando misterioso): ¡Pues créeme! Son mis pipotes mágicos. Sirenas de ambulancia que cruzan por la autopista. Aullidos de perros callejeros. Relámpagos y truenos. MOSTAZA: ¡Esta noche está fea! ¡Parece que lloverá! MERCAÍTO: Vamos a rezar. ANITA (Resentida): Nosotras no pudimos hacer la comunión. PIMIENTA: No importa, pidamos en nuestro idioma.
Los niños se acurrucan junto a la hoguera. Una luz celestial los ilumina. MERCAÍTO (Junto con Pimienta y Mostaza): Tómense de las manos y pidamos por nosotros y por los demás. ¡Repitan! Por los niños del mundo. Por los niños de África. Por los niños de la India. Por los niños de América. Por los niños de este puente... 42
ANITA: Yo tuve una madre linda, Linda, como una azucena Pero llegó el ogro malo Y la convirtió en ajena. Somos polluelos sin nido Que se cayeron al fango Dejando el nido vacío, y extraño. ¡Me botaste a la basura Y te tapaste la cara! Para no ver mi agonía Que te golpeara en el alma. Madre de mi corazón regresa pronto a mi lado regresa pronto mamita que ya te hemos perdonado Y cuando llegues aquí Te estaremos esperando...
Anita va a continuar la canción, pero en ese momento el ruido ensordecedor de unas motocicletas los paraliza. Llenos de terror oyen a Mercaíto alertar.. MERCAÍTO (Grita): ¡A los pipotes! ESCENA 3
Los niños no saben qué hacer, para dónde correr. Mostaza se escurre por el primer pipote, Pimienta por el segundo. Las niñas están asombradas, petrificadas. Mercaíto las toma por los brazos y las arrastra a los pipotes. Desaparecen segundos antes de que los Chupacabras entren a escena. Música de suspenso. Son tres pandilleros que acaban de bajar de sus motocicletas y entran violentamente. Visten de negro con mensajes de terror y odio. Llevan zapatos de marca. 43
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
LA BANQUERA: ¿Dónde estarán esos mocosos? LA MENOR: ¡Ese fue un complot de Mercaíto! ¡Seguro! EL AZOTE: Nos quiere tumbá el negocio hace tiempo… LA BANQUERA (Amenazante): Si sigue así, pronto será un recuerdo, como el Ñángara. LA MENOR (Busca ansiosa): ¿Dónde estará la muna? (Consigue una botella de licor vacía y se la escurre en la boca). AZOTE: ¡Tenemos que encontrarla para echarle gasolina a las motos! LA BANQUERA (Señalándose los zapatos): De mañana no paso sin comprarme una marca nueva. AZOTE: Miren, mis jevas, esos están escondíos por ahí como unas ratas. LA BANQUERA: Deja que los agarre, me van a pedí cacao. LA MENOR: El otro día seguí a los raperos para ver cuánto recogían. ¡Cargaban un hambre! (Ríe). De los pipotes del Mercado de Coche sacaron unos tomates y se los comieron. Les regalaron unos cambures magullados, también se los comieron. Después se instalaron en la plaza a pedir toda la tarde. LA BANQUERA: ¿Y cuánto recogieron? LA MENOR: ¡Una miseria! EL AZOTE (Molesto): ¡Pero lo escondieron! LA BANQUERA (Sentenciosa): Déjaselos al Papi.
LA MENOR: ¡Ja...! Suerte que tienen algunos. EL AZOTE: La suerte se la hace uno... ¡Esta es la ley del más fuerte! LA BANQUERA: ¡Plata tiene mi familia! Mi pure es gerente de un banco, tiene carros de marca, perros de marca. LA MENOR (Burlona): Covera, siempre sacándole la muna a los raperos. EL AZOTE: ¡Sigue con tus sueños de grandeza! LA BANQUERA (Furiosa): ¡Cállate o te…!
Siguen buscando por todos los rincones. Al no encontrarlos se ponen furiosos, patean, rompen y desordenan todo el lugar. Consiguen la muñeca de Anita y entre los tres la descuartizan. LA MENOR: ¡Miren lo que esta aquí! EL AZOTE: ¿Cómo que tenemos visitas? LA BANQUERA: ¡Niñas…! ¡Buen negocio! LA MENOR: El otro día agarré a Mostaza y le lancé duro. Una vieja que estaba barriendo una acera me amenazó con llamar a la Ley del Menor. EL AZOTE: ¡Que estúpida! A mi nadie me defendió cuando me botaron de mi casa. LA BANQUERA: En cambio a mí; mis padres me persiguieron, me metieron en escuelas de monjas, en granjas de rehabilitación… 44
El azote se la quita de encima. EL AZOTE: No te me alces y busca la plata.
Están tan furiosos que chocan entre sí llegando casi a golpearse. Olfatean cerca del escondite donde están los niños. Por momentos parece que los encontraran. Están cerca, muy cerca. Suspenso. Se asustan entre ellos. Más enardecidos, salen para buscarlos en otros lugares. Se alejan en sus motocicletas. Todo queda en desorden. ESCENA 4 Silencio total. Ya no se oye el ruido de las motocicletas. Del escondite sale primero Mercaíto muy sofocado. Observa con cautela. MERCAÍTO: Vengan, vengan ya no están.
Los niños salen temerosos. Anita y Elenita lloran temblorosas. Pimienta y Mostaza están llenos de impotencia. PIMIENTA: ¡Esos perros! MOSTAZA: ¡Asesinos! ANITA: ¡Mira mi muñeca! ¡La mataron!
Elenita y los niños recogen los pedazos de la muñeca diseminados por el escenario. MOSTAZA: Ya estoy cansado de esconderme. 45
María Miguelina González
PIMIENTA: De los buenos y de los malos.
Mientras tratan de ordenar el lugar y reconstruir sus camas de cartón. PIMIENTA: ¿Por qué nosotros que somos niños tenemos que pedir y trabajar? MOSTAZA: ¿Tenemos derecho a estudiar? MERCAÍTO: Claro que si. ELENITA: ¿A tener una madre? MERCAÍTO: ¡Pero una verdadera madre! ANITA: ¡Un padre! MERCAÍTO: ¿A dormir en un buen colchón? MOSTAZA: A comer ensalada, quesillo. PIMIENTA: Pollito frito en cajitas. MERCAÍTO: Asado, frito horneado y guisado TODOS: ¡Tenemos derecho a que nadie nos pegue! ESCENA 5
Anita, triste y cabizbaja, mete lo que quedó de su muñeca en su viejo bolso. De pronto se oye la carcajada de El Papi. Música de suspenso. Esta vez los niños no tienen tiempo de usar la contraseña y deben meterse rápidamente bajo los cartones y trapos. El escenario tiembla junto con ellos. El Papi viste de negro igual que los Chupacabras. Usa prendas de oro y lleva un látigo. Simula buscar. Cuando está cerca de Anita, la atrapa violentamente. EL PAPI: ¡Dame lo que tienes es ese bolso! ANITA (Se defiende): Tengo mi muñeca destrozada y una arepa dura de ayer.
Elenita se le encima a El Papi para defender a su hermana. ELENITA: ¡Déjala cobarde! El Papi hala el bolso, las niñas también. Al fin, la fuerza de El Papi los domina. Les bota las cosas y les pisotea el bolso. 46
Teatro emergente desde mi esquina
El PAPI: ¡Aquí no se queda nadie que no trabaje y me pague este lugar! ELENITA (Llora): Por favor no. El PAPI: ¿Qué favor del carrizo? ANITA: No nos eches de aquí a esta hora. EL PAPI: ¡Se me van, las dos pa’l puente de los Chupacabra!
Elenita se queda petrificada y muda. Cree reconocerlo. ELENITA: ¿Tú no eres Osvaldo, el hijo de Matasiete? EL PAPI (Sentencioso): ¡Quítame la mirada de encima si no quieres morir! ANITA: ¡Sí, eres tú! ELENITA (Armándose de valor): ¡Claro, eres tú, el hijastro de Lucía!
El Papi la sostiene violento por los brazos. EL PAPI: ¡No me conoces! ¡Ni pretendas conocerme! ANITA (Le grita desde el otro extremo): ¡Osvaldito, acuérdate de nosotras! ELENITA: Mi mamá te abría la puerta, cuando tu madrastra te echaba a la calle en la madrugada. EL PAPI (Persigue a Anita): Yo no conozco a nadie, no tengo familia ni pasado. Sólo tengo presente y ahora. ANITA (Temblando): ¡Sí, tú eres! EL PAPI: Muchachas estúpidas; se les perdió uno igual a mí. ¡Y ya lo han encontrado!
El Papi lanza latigazos contra las niñas que corren de un lado a otro mientras gritan llenas de terror. ELENITA: ¡Somos del mismo barrio! ANITA: No hablabas con nadie; te decíamos El Mudo. EL PAPI (Con gesto de sacar una navaja):Mudas las dejaré yo; les voy a corta la lengua.
47
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
Las niñas huyen despavoridas. Ahora El Papi se acerca a donde están escondidos Mostaza y Pimienta, que tiemblan bajo los trapos. Los descubre. Toma a Mostaza por el cuello y la levanta.
la cucaracha, ya no puede caminar…”. El Papi tiene miedo. Está encogido en el piso. Los niños llevan las de ganar. De pronto El Papi se levanta de un salto y, furioso, deja ver su cara. Tiene largos colmillos. Los niños sueltan las latas y caen de espaldas al piso. Se paralizan de miedo.
EL PAPI (A Mostaza): ¿Dónde está lo que me trajiste? MOSTAZA: El día estuvo malo EL PAPI: ¡Dame lo bueno! MOSTAZA: ¡Déjame cobarde, abusador!
El Papi suelta a Mostaza y agarra a Pimienta que estaba escondido y lo arrastra por los pies. Mostaza trata de defender a su hermano a patadas y mordiscos. En el forcejeo se le cae la cachucha a ella y ante los incrédulos ojos de El Papi aparece la abundante cabellera. EL PAPI (Violento): ¿Con que una niña? ¡Me has engañado como un mentepollo!
Mostaza corre a esconderse tras los pipotes y El Papi retoma contra Pimienta. EL PAPI (Lo registra): Tienes los bolsillos vacíos; hasta hoy se quedan aquí. PIMIENTA: ¡Por favor Papi, no me hagas nada! EL PAPI (A Pimienta): ¡No te escondas, cobarde, y dame el billullo! PIMIENTA: Lo gasté en el desayuno. Un cachito. EL PAPI (Lo golpea): ¿Y con qué desayuno mañana? PIMIENTA: ¡La gente no colabora! EL PAPI: ¡Cobarde tienes vergüenza de pedir! PIMIENTA (Impotente): La gente me ve como un ladrón. EL PAPI: ¡Entonces, roba! PIMIENTA (Llorando): Yo no soy ladrón como tú, soy un artista.
El Papi levanta el látigo para pegarle a Pimienta y en ese momento Mercaíto, que estaba escondido entre las latas, empieza a lanzarlas contra El Papi seguido por los demás niños. El Papi, sorprendido, se tapa la cabeza con las manos y se acurruca en el piso. Los niños toman las latas y tocan y cntan en ritmo “La cucaracha, 48
EL PAPI: ¡Se me van todos ya pa’l puente de los Chupacabras! Los niños huyen despavoridos, menos Mercaíto que se le enfrenta. MERCAÍTO: Conmigo no. Yo te entregue todo lo que pedí en el mercado ésta semana. EL PAPI: Tú estas muy alza’o últimamente. Te voy a bajar los humos. ¡Y tú sabes como! MERCAÍTO: ¡Cobarde, te vales de tu tamaño! EL PAPI: Así me enseñó la vida. MERCAÍTO: No te queda mucho tiempo, recapacita. EL PAPI: ¿Qué me vas a dar lecciones para sobrevivir? MERCAÍTO: Si te lo propones te salvaras y nos salvaras a nosotros. EL PAPI (Furioso): Ustedes van a robá, a pedí para mí... okey. MERCAÍTO (Llora): Quieres que yo sea peor que tú. ¿Acaso tengo la culpa, de que tu madrastra te maltratara con ese horrible látigo. EL PAPI (Se tapa los oídos): ¡Cállate, cállate, cállate...!
Y sale de escena casi huyendo de la triste verdad de su vida. Mercaíto lo espía hasta que oye alejarse el ruido de la motocicleta. Luego se asoma con cautela al lugar por donde se han ido los niños. ESCENA 6 MERCAÍTO (Los llama): ¿Pa’ dónde van ustedes a esta hora? Ahora si los agarraran los Chupacabras.
Los niños regresan acobardados y llorosos. Toman una actitud reflexiva, caminan en direcciones opuestas con la cabeza baja y las manos atrás. De pronto todos se detienen a coro. 49
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
TODOS: ¡Ya sé! MERCAÍTO: Vamos hacer una huelga para buscarnos una madre para cada uno. ANITA: ¿Cómo? MERCAÍTO: Sí, una huelga. Con pancartas ¡Y de hambre! PIMIENTA: ¡¿Quééé?! ¡Nos vamos a desaparecer! MOSTAZA: A mí no me cabe más hambre. PIMIENTA (Ilusionado): Yo quiero una mamá rubia que se parezca a mí. MOSTAZA (Imita): Yo quiero una mamá gorda. ELENITA: Yo quiero a mi mamá. ANITA: Sólo a nuestra mamá. MERCAÍTO: Su madre las abandonó. ¿Cuándo se van a convencer? MOSTAZA (Resignada): Es la misma historia que se repite. MERCAÍTO (A Elenita): Y como sabes tanto, empieza a escribir. (Le alarga una cartón a Elenita). ANITA: Yo también sé escribir y bien clarito. MERCAÍTO: Toma tú, otro. PIMIENTA: ¿Y la mía? MOSTAZA: Nosotros no sabemos escribir. MERCAÍTO: Ellas escribirán por nosotros. ¡Anoten pues, bien grande! “Niños buenos, obedientes, trabajadores buscan madre buena”… PIMIENTA: ¡Linda! MOSTAZA: No tan gorda. ANITA Y ELENITA: ¡Yaaa! ELENITA: No nos van a adoptar si pedimos tantos requisitos.
Mercaíto se acerca al frente del escenario como un subastador y le pregunta a su gran público de madres imaginarias. Mientras, Anita se ha disfrazado con un elegante traje y una rizada peluca. Es una señora muy fina.
Los niños ya tienen cada uno su pancarta
MERCAÍTO (Muestra a Elenita): ¡Señora! ANITA: Doña Pechugona Rodríguez del Country. MERCAÍTO: ¿Qué quiere? ANITA: Una hijita...
Mercaíto le muestra a Elenita. MERCAÍTO: ¿Qué le parece esta belleza de niña? ANITA: Se ve un poco marginal. ELENITA: Sé leer, cocer, bordar... MERCAÍTO (A la distinguida señora): si usted quiere le puede poner su apellido. LA DISTINGUIDA SEÑORA: Sí, yo tengo muchos apellidos para ella. MERCAÍTO: Ahora. ¿Jura usted darle estudios, alimentación, vestidos y amor a Elenita, su nueva hija? LA DISTINGUIDA SEÑORA (Levantando la mano): Sí juro.
Elenita con su nueva mamá. Mercaíto toma a Mostaza del brazo, ya vestida como niña, y la ofrece. MERCAÍTO: Señoras, aquí tienen a esta niña conocida cariñosamente como Mostaza la niña de las mil caras. Sólo pone una condición; que su nueva madre sea una buena cocinera.
MERCAÍTO (Se pone al frente, pancarta en alto): Ahora a marchar. TODOS (Marchan de un lado a otro): ¡Huelga! ¡Una mamá! ¡Huelga! ¡Una mamá! ¡Huelga! ¡Una mamá! ¡Huel…! MERCAÍTO: ¡Yaaaa!
Elenita se ha disfrazado de cocinera y entra secándose las manos en el delantal. Es una cocinera robusta, de cachetes sonrosados. ELENITA COCINERA: Gracias Dios mío, por fin consigo un niño que le gusta comer. MERCAÍTO: Ahora ¿Jura usted dar estudios, alimentación, vestidos y amor a Mostaza?
50
51
María Miguelina González
Mostaza se despide con un gran abrazo. MOSTAZA (A Mercaíto): Adiós, pana mío, y cuando lleguen nuevos niños a este puente, cuídalos como nos cuidaste a nosotros.
Salen Mostaza y su nueva mamá. MERCAÍTO:Ahora tenemos a Pimienta. Es el mejor cantante de rap de todos los puentes.
Entra Anita disfraza de Maestra. ANITA LA MAESTRA (Feliz): ¡Este es el niño que me hace falta para mis clases de rap! ¡Me lo llevo! PIMIENTA (Se despide muy triste de Mercaíto): Adiós, hermano querido. No te olvidaré. Nos vemos en la vía. Entra Anita por el lado contrario, muy angustiada. ANITA (A Mercaíto): ¿Y a mí no me vas a buscar una madre? (Solloza). Ayúdame por favor, no me dejes en este puente lleno de fantasmas, de maltratos, de odio.
Mostaza entra disfrazada como una gran ejecutiva. Repiten la misma acción de Anita y Elenita. Mercaíto está solo. Una luz tenue lo ilumina. Canción de cuna. Mercaíto levanta la pancarta. Inútil. Luego la deja caer con un gran dolor.
Teatro emergente desde mi esquina
Sonrisa de amanecer Con olor a nenerina No te pude conocer. Cuántas veces te he soña’o Que me arropas con tu manto Pero luego me despierto Anega’íto de llanto. Tú no tuviste la culpa La culpa la tienen ellos Por olvidar a los niños ¡que son hijos de pendejos!
Mercaíto se acurruca en sus cartones. Llora amargamente. MERCAÍTO: ¡Madre, no permitas que sea como El Papi! ¡Dios mío, dame una oportunidad!
Llora y se arropa con los sucios trapos. Se oscurece la escena por completo mientras se oye su triste llanto de Mercaíto. A lo lejos, los perros callejeros aúllan de soledad mientras el ruido de los camiones anuncian la madrugada. TELÓN
MERCAÍTO: ¡No encontraré nunca una madre! Sé que mi madre fue la más bella, la más dulce, la que cocinaba mejor.
Mercaíto toma uno de los trapos y lo arrastra hasta el centro del escenario donde está su cartón y le dedica una oración a su madre, mientras se oscurece la escena lentamente. MERCAÍTO: Madre, hojita de terciopelo 52
53
María Miguelina González
RECICLAJE URBANO Dedico esta obra a las madres que han perdido a sus hijos a causa de la violencia y a los jóvenes que a pesar de ello siguen amando.
En esta obra producto de una investigación sobre la violencia de las comunidades se evidencia la lucha de la mujer por levantar a una familia y como ese medio social influye y deteriora los valores de la juventud de finales de las décadas de los ‘90s y principios del 2000. Trata la degradación moral del sistema de justicia y de la lucha eterna del individuo por sobreponerse a la miseria humana, en un mundo de consumo y anarquía y revela la búsqueda a lo espiritual, cuyo único reencuentro es el amor. PERSONAJES: Alberto Aníbal Anastasia Abuela Alicate Canilla Diego Estefanía Juez Guillén Guaperó Ganzúa Peluche Tragabala
Ciudad perdida. Plazoleta de los enamorados, delimitada por barandas laterales. Lateral derecho, un viejo poste con un farol. Lateral izquierdo, un banco para los enamorados. Escritos en la pared, graffitis con mensajes de amor. A ambos extremos de la pared sobresalen dos escaleras. 7:00pm. Alberto Nieves, de 30 años, viste 54
Teatro emergente desde mi esquina
camisa y pantalón anaranjados. En su espalda se lee la inscripción “Sancionado”. Lleva en el bolsillo delantero un pañito para pulir las barandas y el piso de la plazoleta. Acarrea un carrito para depositar la basura con sus respectivos instrumentos de limpieza: palas, cepillos y bolsas negras. ESCENA 1
De la tasca cercana del caraoque (lateral derecho) se oye música de salsa brava. Alberto comienza a cantar. Baja luz. Canta y baila con el cepillo, al ritmo de la música. Cesa la música. Luces. Aplausos del Juez Guillén. JUEZ GUILLÉN (Burlón): ¿Cantando y bailando en horas de trabajo, Alberto Nieves? ALBERTO: Sólo era un descansito, mi juez Guillén. JUEZ GUILLÉN (Le grita): ¡Vamos! ¡A limpiar! ALBERTO: ...Estoy limpiando... JUEZ: ¡Póngase las pilas...! Sáquele brillo a este piso o traslado su caso al tribunal regular para que lo manden a la cárcel. ALBERTO: No entiendo por qué se ensaña conmigo. ¿Por qué me avergüenza delante de la gente que me conoce? JUEZ: ¡Precisamente! Esa es la idea, que sienta vergüenza. Que lo vean realizar su labor social. ALBERTO: Me humilla. JUEZ: Quiero que mi compadre cuando salga del Karaoke, compruebe que de alguna manera le está pagando la deuda. ALBERTO (Para sí): ¡Claro! Para sacarme del Karaoke… JUEZ: Usted se lo buscó. ALBERTO: Lo hizo para estar en la buena con su compadre y ganar todos los concursos. JUEZ: ¡Caramba Nieves! ¡Los detergentes como que te sulfataron la tarjeta madre! ALBERTO: ¿Cuál tarjeta? JUEZ: La del entendimiento. ALBERTO: ¡Entiendo más de lo que usted se imagina! ¡Me condenó Injustamente! (Pausa) ¿No sería por... otra cosa? 55
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
JUEZ: No pagaste la deuda en la tasca. ALBERTO: ¡Eso fue una tontería! (Reacciona). Pero reconozca que tengo mi público. ¡Le gané! JUEZ: Eso crees. ALBERTO: Canto mejor que usted. (Con rabia): ¡Y no me he negado a pagar! JUEZ: ¿Dónde está la plata? ALBERTO: Primero tengo que pagar el alquiler de mi pieza. JUEZ: ¡Tomaste¡ ¡Cantaste! ¡Te emborrachaste en la tasca de mi compadre y después te fuiste con la cabuya en la pata! ALBERTO: ¡Esa deuda era suya! JUEZ: ¿Mía? Lo dicho: revísate la tarjeta madre (Sale). ALBERTO: ¡La suya! (Utiliza un micrófono imaginario). ¡Buenas noches señoras, señores, chamitos y chamitas! ¿Sabían ustedes que Freddy Guillén, nuestro Juez de Paz, se embriaga?... Derrocha dinero a manos llenas.....Y le dicen “Pollo Ronco” por lo feo que canta.... ¿No lo sabían verdad...? Pues así es; ese honorable juez, muy serio él, cambia de personalidad después de las doce de la noche... ¿Sabían ustedes que se desnuda en la Tasca del Karaoke...? (Pitos y rechiflas. Canta) Sorpresas nos da la vida... (Deja el micrófono vuelve a su realidad. Remedando mientras limpia). Bien limpio, Alberto... ¡Bien limpio, Alberto!... Quisiera verlo sacudiéndose los gusanos (Pausa). ¡Que se le pegue el olor a basura...! ¡Que no se le caiga ni con ácido muriático! (Va hacia el lateral).
ABUELA: ¡Son para mí! ANÍBAL: ¡Que lindas se ven en tus manos! ABUELA: (Emocionada): ¡Rosas rojas! (Pausa): Son demasiado hermosas para mí. ¿Cómo las compraste? ANÍBAL: Con mi última beca (La abraza). Además, tú eres la única madre que he conocido... desde que mi mamá me abandonó en el hospital... ABUELA: No recuerdes cosas tristes... Mi hija no cumplió con su deber, pero yo lo hice por ella. ANÍBAL: Estas rosas te las mereces, por tanto lavar, planchar, cocinar... ABUELA: (Inspira el perfume de las rosas): ¡Ya verás la cara de envidia que pondrá Florita cuando las vea!... ¡Dígame cuando te vea! (Saca una toga). ANÍBAL: Abuela guarda eso. ¡¿Que va a decir la gente?! ABUELA: ¿Que van a decir? ¡Que soy una abuela orgullosa y feliz!
ESCENA 2
Entran Aníbal y su abuela. Traen unos paquetes. Se sientan en el banco. La abuela abraza a Aníbal. Alberto, curioso observa desde el lateral. ABUELA: Mi nieto querido, creí que este día nunca llegaría.
Aníbal coloca en el regazo de su abuela una caja alargada, con unas rosas rojas. ANÍBAL: ¡Sorpresa!.... 56
Alberto se acerca mientras barre. ALBERTO: ¡Por fin te gradúas, Aníbal! ABUELA: Ya quisieras tú ponerte la toga y el birrete como mi nieto. ALBERTO: ¡Soy cantante! ANÍBAL: Antes querías ser policía. ALBERTO: ¡No vale la pena! Hay menos riesgo en el canto. ANÍBAL: En la Tasca del Karaoke te dicen “Mata tigre” ABUELA: Y ahora, también “Alberto, el barrendero sin sueldo”.
Alberto se coloca el birrete, toma su cepillo. ALBERTO: Me gradúo summa cum laude. ¡Hombre de honor! ABUELA: Así es Alberto, no te dejes someter por el Juez Guillén. ALBERTO (Jocoso): ¡Soy más libre que el viento! ABUELA: El jura que se quedará como juez para siempre. ALBERTO: ¡Hay gente que lo apoya! ABUELA: Son como él. ANÍBAL: Se ha hecho rico de la noche a la mañana. 57
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
ALBERTO: Mientras su propio hijo se muere de hambre. ABUELA: Canilla cada día está más flaco… y loco. ANÍBAL: ¡Abuela, como te gusta el chisme! ABUELA: Antes trabajó por el barrio... Lástima que lo perdimos. ALBERTO (Burlón): ¡Me di cuenta hace tiempo! ABUELA: Voy a denunciar a Guillén por los periódicos. ALBERTO: Así es abuela, cuente conmigo. ANÍBAL (Sorprendido): ¡Alberto, te conocía como un hombre pacifico! ALBERTO: Soy otra víctima de sus abusos. ABUELA: Ten cuidado con Guillén. Es muy vengativo. ALBERTO: No se preocupe, me defiendo bien con estos cepillos.
ESTEFANÍA: ¿A quién estafaste para que el juez de paz te castigara de esta manera? ALBERTO: ¡Me tiene envidia!... Le gané en la Tasca del Karaoke. ESTEFANÍA (Ríe): ¿Qué cantaste? ALBERTO: Salsa brava. ESTEFANÍA: Bravo se puso el Juez cuando le ganaste. ALBERTO: ¿Estabas allí? ESTEFANÍA: Sí. ALBERTO: Guillén andaba muy sospechoso. ESTEFANÍA: Siempre ha sido sospechoso ALBERTO: Pero ahora se reúne con gente pesada. ¡Toma whisky del mejor! ESTEFANÍA: ¿Y te la aplicó de frente? ALBERTO: ¡Descubrió que lo vigilaba! ESTEFANÍA: ¿También eres policía? ALBERTO: Me gusta saber qué hacen nuestras autoridades ESTEFANÍA: Tú también tomaste. ALBERTO: Para estar más cerca... Y entonarme. Alberto se presenta para su público.
ESCENA 3
Aníbal sale con su orgullosa abuela del brazo canturreando su canción preferida. Alberto se acerca a la pared y lee. ALBERTO: ¡Fuera Guillén!.. Esto es lo que te espera por... Entra Estefanía, lo mira curiosa. Lo interrumpe. ESTEFANÍA: ¿Lo volvió loco la basura? ALBERTO: No me mires así, carajita. ESTEFANÍA: Dicen que los locos hablan solos. ALBERTO: Es lo único que puedo hacer contra la injusticia... ESTEFANÍA: ¡Ensucias las paredes! ALBERTO: Con eso no le hago daño a nadie.
Estefanía señala la inscripción de su espalda. ESTEFANÍA: Ayer cantabas en la Tasca del Karaoke. Hoy eres un delincuente. ALBERTO: ¡Te equivocas! ESTEFANÍA: “Sancionado”. ALBERTO: Injustamente.
58
ALBERTO: ¡Y con ustedes... Alberto y...! (Le acerca el micrófono). ESTEFANÍA (Risueña le sigue la corriente): ¡Estefanía… La Chica Explosiva!
Cantan y bailan “Cuero no más o timbalero” y montan su show. ALBERTO: ¡Que bien bailas, Estefanía! ESTEFANÍA: ¡El baile es lo máximo!... Bailaré siempre...
Dejan de bailar. ALBERTO: Ni se te ocurra bailar en la Tasca del Karaoke. ESTEFANÍA: Ese día fui por curiosidad. ALBERTO: ¿Qué te pareció? ESTEFANÍA: ¡Es un lugar para viejitos! ALBERTO: ¿Yo viejito? (Conquistador). ¡Tengo treinta...! 59
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
ESTEFANÍA: ¡Tengo veintidós¡ Y aspiro a presentarme en las mejores salas. ALBERTO: Igual que yo en grandes conciertos. ESTEFANÍA: Viajaré por todo el mundo. Mucha gente me aplaudirá.
ANASTASÍA: ¿A quiénes? ALBERTO (Para asustarla): A Daniel, a Javier... Menores que se escaparon de su casa y los atrapó una balacera frente a la Tasca. ANASTASIA: ¡Ah! Pasaron de plano... ALBERTO: No fue en lo plano, fue frente a la Tasca del Karaoke. ANASTASIA: Pasar de plano, es escalar un nivel y retornar a la vida como un ser mejor, o peor. ALBERTO: ¿Quieres decir, que en estos momentos, esos difuntos pueden ser como tú, o como el déspota Juez Guillén? ANASTASIA: O un pájaro, un ratón. ALBERTO (Jocoso): ¿Y que sería yo en la otra vida? Un bachaco, un rabipela’o... ANASTASIA: ¿Usted no cree en la reencarnación? ALBERTO: Sí creo. Creo en la resurrección, en los extraterrestres. En la justicia divina ¡Porque la de este mundo no se cumple! ANASTASIA: Usted es como los chamos de mi edad, no creen en nada. ALBERTO: Tú sí crees en cosas raras. ANASTASIA: No crea. Son ustedes los que están equivocados. ALBERTO: ¿Por qué? ANASTASIA: ¡Juegan con la muerte! Se mandan e-mail dándose el pésame. El otro día abrí mi correo (Con aprehensión), y decía “Que en paz descanses Anastasia Zambrano” ALBERTO: ¡Sí, escriben tonterías! ¡Mira como tienen esta plaza! Graffitis en todas las paredes.. ¿Este es el tuyo? (Lee). “T.Q.Q.J”. ANASTASIA (Ríe): ¡No!
Estefanía marca unos pasos con Alberto. ALBERTO: ¿Puedo ir contigo? ESTEFANÍA: ¡Claro! ALBERTO (La estrecha): Eres linda Estefanía. ESTEFANÍA (Se libera): ¿Te parece? ALBERTO: Tienes mucho talento. ESTEFANÍA: ¿En serio? Tú también.
Estefanía sale esquiva. ESCENA 4
Alberto la sigue con la mirada, enamorado. Y continúa su trabajo. Entra Anastasia. Busca ansiosa con la mirada. Se sienta en el banco. Saca un estuchito y se maquilla coqueta. Alberto barre por debajo de los pies de Anastasia. ANASTASIA (Molesta): ¿No puede pedir permiso? ALBERTO: ¡Estoy trabajando! ANASTASIA: Esta plaza no es suya. ALBERTO: Si la quieres te la regalo (Con desprecio). A mí me la dieron de castigo. ANASTASIA: ¡Es mía! (Recapacita). De nosotros, los chamos y chamas enamorados. ALBERTO: ¿No le temes a la Ley del Menor? ANASTASIA: No he visto a ninguno preso. ALBERTO: Pero si hay unos cuantos muertos. ¡Por ejemplo los del Karaoke! ANASTASIA: ¿Qué les pasó? ALBERTO: Se los llevó la muerte... 60
Anastasia molesta descubre el nuevo graffiti. ANASTASIA: ¿Quién escribió este graffiti tan feo en nuestra plaza? ALBERTO: ¡Yo, esta mañana! ANASTASIA: ¿Por qué?... Es el único lugar bello que nos queda. ALBERTO: Guillén es un corrupto. Tiene que renunciar. ANASTASIA: Usted está aquí para limpiarla y cuidarla.
Alberto señala otro graffiti. 61
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
ALBERTO: La defenderé con mi vida (Bromea): ¿Y dime de quien es éste? ...“Yusmery dime que sí y verás las estrellas” ANASTASIA: ¡Esos son novios del quinto “C”! ALBERTO: ¿Y este? “Juntos hasta después de la muerte. De Diego para Anastasia”... ANASTASIA: ¡Ese sí!... Me lo dedicó Diego el día de los enamorados. ALBERTO (Burlón): ¡Que compromiso tan serio! ANASTASIA: Nuestro amor es verdadero. Será eterno. ALBERTO: ¡Eso dicen todas! ANASTASIA (Con más confianza): ¿No has tenido novia? ALBERTO: Sí, he tenido… ANASTASIA: ¿Y le escribiste cosas lindas? ALBERTO: Cuando tenía dieciocho años. Le escribí una gran pancarta, la puse en la entrada del pueblo. ANASTASIA: ¿Qué decía? ALBERTO: Una bobería... ¡Francisca dime que sí o me desnudo junto a la estatua! ANASTASIA: ¿Y qué pasó? ALBERTO: Me desnudé... y Francisca se mudó del pueblo. ANASTASIA: ¡¿Te desnudaste?! ALBERTO: Siempre he sido un hombre de palabra. ANASTASIA: ¿Qué hizo la gente? ALBERTO: Admirar mis dotes. ANASTASIA (Con ironía): ¡El sol te quemaría hasta la planta de los pies! ALBERTO: Pero eso no fue lo peor. ¡La autoridad me hizo correr, por la calle principal, perseguido por los perros...!
No como esos pendejos, pandilleros amigos tuyos... ¡Dígame esa vaina con el pelo pintado, piercing, tatuajes… ANASTASIA: Es la moda. ALBERTO: ¿Esos se pueden llamar hombres? ANASTASIA: ¡Eso no le quita la hombría a mi novio Diego! ALBERTO: No me digas. ¿El carajito ese que viene a rayar la plaza con su patineta es tu novio? ANASTASIA: Sí (Preocupada). No ha llegado. ALBERTO: Debe estar en cama. ANASTASIA: ¿Qué le pasó? ALBERTO: Vinieron... “Los Rapaces” ANASTASIA: ¿Cuántos de ellos? ALBERTO: Ganzúa y Tragabala. Lo acorralaron. Lo golpearon. Le quitaron la patineta (Burlón). La argollita... ANASTASIA: ¿Y te alegras? ALBERTO: Sólo cuento lo que vi. ANASTASÍA: No te burles de Diego. ALBERTO: ¿Burla?... No, m’ija... Nos defendimos a escobazo limpio (Le muestra como fue el duelo). ¡Hasta que sacaron unas pistolotas más grandes que ellos! ANASTASÍA: ¡Virgen Santa! ALBERTO: Menos mal que llegó la policía... ¡Estamos vivos de vaina! ANASTASIA: ¡Ay, Señor! ALBERTO: ¿Cuál señor? (Mira a todos lados) Me llamo Alberto Nieves. ANASTASIA (Llora): ¿Mataron a Diego? ALBERTO: No creo que tu novio esté muerto... ¡Bien golpeado sí! ANASTASIA: ¿Entonces, no vendrá? ALBERTO: ¡Ustedes las mujeres sí son arrechas! Ve a verlo tú. ANASTASIA: Hicimos un pacto de vernos aquí, todas las noches. ALBERTO: Busquen otro lugar. ANASTASIA: No podemos vernos, ni en su cuadra ni en la mía. “Los Rapaces” y “Los Samurai” se declararon la guerra. ALBERTO: ¿Y ahora por qué? ANASTASIA: ¿Sabes quién es “El Alambique”?
Ambos ríen. ANASTASIA: ¡Que escándalo...! Me imagino el miedo que te tendrán las mujeres. ALBERTO: Te equivocas... Francisca no sabe lo que se perdió. ANASTASIA: ¡Con esa raya! (Señala la inscripción en su espalda). ¡No me hagas reír! ALBERTO: ¡Ay, carajita! Yo soy un hombre de trabajo, un cantante. 62
63
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
ALBERTO: Uno de los Samurai... de la banda del Peluche. ANASTASIA: La semana pasada le soltó el paquete al “Bachaco”... ALBERTO: Ese es uno de los “Rapaces”… ANASTASIA: Bueno, el Alambique huyó. Y el Bachaco pagó por los dos. ALBERTO: Me di cuenta del movimiento y me fui temprano de la Tasca. ANASTASIA: ¿Qué se puede esperar? Es un lugar para borrachos y otras cosas. ALBERTO (Curioso): Estas muy informada. ¿Cual es tu banda? ANASTASIA (Ofendida): ¿Acaso tengo cara de jíbara o malandra? ALBERTO: No, pero hay malandras muy bonitas. ANASTASIA: Bonita sí, pero jamás seré como ellos . ALBERTO: Los conoces. ANASTASIA: Soy amiga de Estefanía. ALBERTO (Inspirado): Estefanía... Estefanía... Nos conocimos. ANASTASIA: ¿Si? ¿Estuvo por aquí? ALBERTO: Es muy linda... Y coreógrafa. ANASTASIA: Ella es prima del “Tragabala”, el jefe de “Los Rapaces.” ALBERTO (Sorprendido): ¿Cómo? ¿Qué Estefanía también pertenece a esa banda? No puede ser… Es una artista, sensible, alegre… ¡Tan bella! ANASTASIA: ¡Ella no! Su primo. ALBERTO: ¡Que alivio!
ANASTASIA: Ese mismo día también mataron al “Guaperó”, el primo de Diego. Lo encontraron tirado en un zanjón cerca del río.
Anastasia lo mira con picardía. ANASTASIA: ¡Cuidado si te vuelves loco por ella, como dicen que se volvió “El Canilla”. ALBERTO (Para sí): A Canilla lo volvió loco otra cosa.
Alberto sigue limpiando la baranda. Pasa el pañito con esmero.
Alberto toma actitud de detective. ALBERTO: Todo coincide. La sangre, el día... (Camina siguiendo el rastro imaginario) Lo arrastraron hacia allá. ¡Hacia el río!
Anastasia lo sigue. ANASTASIA: El “Guaperó” dejó los estudios, por… (En secreto)… andar con su primo el Peluche... el hermano de Diego. ALBERTO: ¿Diego tu novio? ANASTASIA: Sí, Diego es el hermano del Peluche (Preocupada). El jefe de los Samurai. ALBERTO: ¡Muchacha! ¿Entonces el cuerpo del delito era el Guaperó? ¡Lo mataron Los Rapaces! (Con angustia). Los primos de Estefanía. ANASTASIA: Tenía sólo catorce años. ALBERTO: ¡Con razón! Esta sangre esta bien pegada, como si se aferrara a la vida. ANASTASIA: Era muy simpático y alegre, bailaba muy bien. ALBERTO: ¿Te echaba los perros? ANASTASIA: Sí, pero me enamoré de Diego. ALBERTO: Deberías escoger mejor a tu novio... Tu círculo de amistades. ANASTASIA: Diego es diferente... Y el Guaperó alcanzará la luz, la paz cumplirá su ciclo. ALBERTO: Los muertos se descomponen como la basura.
Alberto se dirige al lateral.
ALBERTO (Pensativo): Ahora la vida no vale nada. El lunes pasado esta baranda amaneció manchada de sangre. Ni rastros del cuerpo. ANASTASIA: ¡Por Dios! ¿Cuál cuerpo? ALBERTO: El cuerpo del delito.
ANASTASIA: Se transforman en energía (Pausa). En un alma libre que camina por verdes pastos ¡Como dice el salmo...! (Recuerda). Tengo que saber de Diego (Sale). ALBERTO (Toma el lugar de su imaginario muerto): El Guaperó estaba aquí de espaldas descuidado y...
64
65
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
ESCENA 5
CANILLA(Tomaloscepillossedefiende):Peronomeconvencerán. ALBERTO: ¡Suelta mis instrumentos de trabajo! CANILLA: ¡Protégeme, papá! ALBERTO: ¡Dios me ampare!
Música de misterio. Baja luz. Aparecen los rapaces. Luz sobre el Guaperó que entra sobre su patineta. Se oye una detonación. El Guaperó cae sobre la baranda. Tragabala el jefe de rapaces dirige el rap con sus seguidores. TRAGABALA (rapea): Este es castigo para la traición de toda tu generación Que sientan más honda la ofensa Que midan de quien es la fuerza Te equivocaste. Te atravesaste. Y pagaste la deuda metálica Que el otro no pagó El hombre no es la vida. La vida no es el hombre. (Disparo) Tu vida terminó.
Danzan con el cadáver al ritmo de la música. Salen todos y Alberto queda en el mismo lugar. Baja la música. ESCENA 6 Alberto vuelve a la realidad sigue limpiando la baranda. Entra Canilla. Se nota perturbado, perseguido. Alberto lo mira y se aparta. CANILLA (Sonríe. Habla al vacío): Bendición mamá. ¡Contéstame pure! Deja la rabia, hoy sí termino este mural.
Alberto, receloso, va a quitar su carrito. Canilla mira a Alberto. CANILLA: ¡Papá llegaste! ALBERTO: Yo no soy tu papá. CANILLA: Mamá te está esperando. ALBERTO: Sentada, supongo. CANILLA: ¿Sabes? Ya no me drogo, pero todos ellos… (Alucina). Me persiguen (Llora), quieren que vaya con ellos. ALBERTO: ¿Ellos? 66
Canilla se abraza a Alberto que no sabe qué hacer. ALBERTO: Está bien ¿Quién te persigue? CANILLA: ¿Estas ciego papá? (Señala al público) Esos, mira como se ríen de mí... ALBERTO: ¿Te falla el coquito? CANILLA: El de la camisa roja... ¡Sí, usted, no se ría! Vi a su hijo el otro día, él también estaba con estos que están aquí, se convertirá en sombra, vivirá como yo, ¡entre la basura! ALBERTO: No hay nadie, panita, ya se fueron. CANILLA: ¡No, nunca se van! (Delira) ¡Están en los árboles, en las esquinas¡ ¡Me persiguen! No me dejan dormir. ALBERTO: ¿Estas cansado? CANILLA: ¡Asustado! ALBERTO: ¿Tienes hambre? CANILLA: Sí, mucha hambre (Ahora ríe enamorado). Invitaré a comer a mi novia Estefanía. Nos iremos al bulevar. Pintaré su rostro en un graffiti. ALBERTO: ¿Estefanía... es tu novia? CANILLA: Claro, y baila muy bien (Delira)... Estefanía nos casaremos, iremos juntos por el mundo. Tú bailarás, yo pintaré… ALBERTO: Canilla espérame aquí mientras te consigo algo para que comas.
Alberto sale. ESCENA 7
Canilla toma una bolsa de basura y baila con ella. Baja la luz aparecen sus fantasmas, bailan guaguancó. Canilla es el protagonista. Canta. 67
María Miguelina González
CANILLA: En estas calles anchas llenas de basura Duermen cada noche perros sin fortuna Con los ojos huecos como dos lagunas Con barro en el fondo sin espejos de agua Aquí bien adentro de mi propio cuerpo Lleno de remiendos y cien mil agujeros Siento como baila mi propio esqueleto, Sordo de alaridos y de carcajadas Mientras sus cabellos se los lleva el viento.
Luz sobre Canilla luchando contra sus fantasmas que poco a poco retroceden. Ahora arremete contra el carrito. Alberto llega con la bolsa de pan para Canilla que huye llevándose el cepillo. Alberto lo persigue y le grita mientras. Salen de escena. ALBERTO: ¡Aquí esta tu comida Canilla....! ¡Así me pagas! ¡Mal agradecido! ESCENA 8
Llegan Anastasia y Estefanía. Estefanía llora. Anastasia la consuela. ANASTASIA: ¡No llores más! Retienes el alma de Aníbal. Su espíritu irá a un hermoso lugar, tranquilo... Quizás será una planta, un pájaro. ESTEFANÍA (Incrédula): ¡Él no quería ser pájaro, ni mariposa! Sólo quería graduarse, superarse. ANASTASIA: Recuérdalo con su alegría. ¡Cómo te quería y te protegía! ESTEFANÍA: ¡Deja la fantasía, Anastasia! (Pausa). Ya no está. ¡Es nuestra realidad!
Alberto entra, trae los cepillos. Preocupado, se para cerca de las muchachas. ANASTASIA: ¡Curioso como siempre! 68
Teatro emergente desde mi esquina
ALBERTO: Estoy limpiando “Mi plaza” ESTEFANÍA (Resentida): Alberto, no vale la pena luchar, soñar... ALBERTO: ¿Por qué dices eso? ¿Por qué lloras?
Estefanía se abraza a Alberto. Llora. ESTEFANÍA: ¡Mataron a Aníbal! ALBERTO: ¡¿Cómo?! Pero si hace poco pasaron por aquí él y su abuela. ESTEFANÍA (Llora): ¡Lo mató como a un perro! ALBERTO: ¡No puede ser!... ¡Aníbal! ESTEFANÍA: Era el orgullo de nuestra familia. ANASTASIA: Tienes que ser fuerte. ALBERTO (Angustiado): A acompañar a la abuela. ESTEFANÍA: ¡Nunca aceptaré su muerte! ANASTASIA: Estefanía. Todo pasa, la tristeza, el dolor... Mañana amanecerá de nuevo. Él se alegrará de verte bailar. ALBERTO: ¿Cuando lo mataron? ESTEFANÍA: Anoche... al salir del instituto. ALBERTO (Aturdido): ¿Para robarlo? ESTEFANÍA: Para vengarse por la muerte del Guaperó (Pausa). Lo hicieron arrodillar... ALBERTO: ¿Quiénes? ESTEFANÍA: Los Samurái. ALBERTO: ¡Crueles! ANASTASIA: ¡Dios proteja a Diego! ESTEFANÍA: ¡Aníbal pedía que no lo mataran! Ellos les dispararon en la nuca... ALBERTO: ¡Criminales! ESTEFANÍA: La abuela está trastornada. ¡No llora! Parada junto a la urna. ANASTASIA: ¿Hasta cuándo estaremos así?... ¿Por qué no perdonan? ALBERTO: ¿Por qué no se divierten como yo? Cultivan amistades, van al estadio los fines de semana. Cantan en el Karaoke. ANASTASIA: Mucha gente lo quería. Dirigía el equipo de básquet de la cuadra. Le gustaba cantar y bailar. 69
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
ESTEFANÍA: Están sólo sus amigos del barrio. ALBERTO: ¿Y los del instituto? ESTEFANÍA: ¡Ni locos! Mandaron una corona y una colaboración para el entierro. ANASTASIA: ¿Le llevaron el sacerdote? ESTEFANÍA: Sí, cuando llegó... No hallaban donde esconder el equipo de sonido. ALBERTO: ¿Por qué? ESTEFANÍA: Se lo robó mi primo Tragabala, la semana pasada, de la Casa Parroquial. ALBERTO: Los curas se hacen la vista gorda y cumplen con su deber. ESTEFANÍA: Así es (Llora). Salió el cura y colocaron la música de nuevo. ANASTASIA: ¡Vamos, Estefanía! Busquemos la corona, el entierro está por salir.
ABUELA: ¡Aquí nadie llora! ESTEFANÍA: Se nos salen las lágrimas. ABUELA: Los Samurái mataron a mi muchacho... ¡Aníbal!... ¡Tu muerte no quedará impune! ANASTASIA: No se puede hacer nada abuela. ABUELA: ¡Sí podré! Por estas manos que lavaron tanta ropa para que te graduaras! ESTEFANÍA: Abuela, no te hagas más daño. ANASTASIA: El espíritu de Aníbal es luminoso (Se aparta en oración). Aníbal, llena de paz el alma de tu familia.
Las dos muchachas salen. ALBERTO: ¡Pura pinta! Fin de mundo, diría mi madre Juana Dolores (Pausa) ¡Ahora los entierros son con música!
Alberto pensativo toma su carrucha y sale. ESCENA 9
Luz sobre el banco. Entran la abuela, Estefanía y Anastasia. ABUELA (Llora): ¿Por qué te mataron, hijo? (Acaricia la toga). ¡Mi niño, ya no te graduarás el sábado! ESTEFANÍA (Grita): ¡Primo! ¿Quién me acompañará a mis festivales?
Anastasia abraza a Estefanía llorando. La abuela se traga sus lágrimas.
Se oye la canción de Aníbal. Suave luz. Aparece la silueta de Aníbal vestida de blanco. Anastasia le tiende las manos, le sonríe. ANASTASIA: ¿Aníbal porque no te has ido?
Aníbal hace un gesto de pesar, baja luz sobre él. Luz sobre Estefanía y la abuela. ESTEFANÍA: ¿Qué pasa, Anastasia? ¿Estás hablando sola? ANASTASIA: ¡Aníbal estaba aquí! ¡Lo vi! ABUELA: No juegues con la memoria de mi nieto. ESTEFANÍA: ¿Lo viste? ¿Dónde? ANASTASIA: ¡Ahí!
En el lugar donde señala Anastasia están unas rosas. ABUELA: ¡Dios mío! ¿Y estas rosas? ANASTASIA: Es una señal para ti, abuela. ESTEFANÍA: Primo, no sé si es cierto, pero si me oyes... llévame contigo… ABUELA (Toma las rosas con devoción): No importa, mi nieto. Si se cayeron de una corona o se le perdieron a una novia. ¡Hoy puedo decir... ¡que mi nieto me regaló unas rosas!
ANASTASIA: ¿Que pasa abuela? 70
71
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
ESCENA 10
Alberto espía oculto en la escalera, mientras Guillén le entrega un fajo de billetes al Peluche.
Se oyen detonaciones. Entran Ganzúa y Tragabala junto con sus compinches. Tragabala saca una pistola para dispararla. ABUELA: ¡No lo hagas! ¡Ofendes la memoria de Aníbal! TRAGABALA: ¡Es nuestro muerto! ABUELA: Es tu culpa. ¡Lo mataron por vengarse de ustedes! GANZÚA: ¡Abuela, ahora que se preparen! ABUELA: ¡No! La muerte para ustedes es una fiesta. GANZÚA: Quédese quieta, abuela... ANASTASIA: ¿Qué quieren? ¿Que la abuela muera de dolor? ABUELA: Estoy seca (Con dolor, a Ganzúa y Tragabala). Los nietos no pueden morir antes que una. ESTEFANÍA (A Ganzúa): ¡No permitiré un muerto más en mi familia! Vamos para la casa. GANZÚA (Tratando de zafarse): Voy, pero arreglaré una culebra pendiente. ESTEFANÍA: Ustedes van conmigo.
Estefanía, Anastasia y la abuela se llevan a Ganzúa y a Tragabala a empellones. ESCENA 11
Entra el juez Guillén. Espera. Llega el Peluche. Viste de negro, cabeza rapada, sandalias de cuero. Lentes oscuros. JUEZ GUILLÉN: Peluche, ¿por qué te tardaste tanto? PELUCHE: ¡Precaución! Aníbal tiene muchos dolientes. JUEZ: Se te pasó la mano. PELUCHE: Nos llevábamos muy bien, pero ellos empezaron. Mataron a mi primo el Guaperó... Y también se andan metiendo con Diego. JUEZ: Porque ustedes le echaron la culpa al Bachaco... Todavía está preso. PELUCHE: ¡Por bolsa! Se quedó timbrado y mi pana El Alambique le soltó el paquete. 72
JUEZ: Mañana te paso lo demás. El asunto en la tasca se ha puesto difícil. PELUCHE: ¿Mucha competencia? JUEZ: No, trabajo de inteligencia. PELUCHE: Pásales billete y más nada. JUEZ: Tengo que andar con cuidado. La abuela de Aníbal fue al periódico y me denuncio. PELUCHE: ¡Ay, carajo! La abuela como que quiere adelantar su viaje. JUEZ (Sentencioso): Ella, y cierto barrendero que se cree cantante... ¡Y además, detective!
Los dos salen por extremos diferentes. ESCENA 12
Alberto entra. Toma su micrófono imaginario. ALBERTO: ¡Señoras y señores! ¡Ante ustedes, la verdad! ¡Vieron lo que yo vi! ¡Oyeron lo que oí! ¡No sean cobardes! ¡Que yo estoy temblando! Este es el flamante Juez de mierda que tenemos...
Entra la abuela acompañada de Estefanía y algunos vecinos. ABUELA: Alberto, acompáñame primero a la radio y después a los periódicos. ¡Vamos a denunciar a ese desgraciado! ALBERTO: ¡Claro que voy con ustedes donde sea!
Toman una pancarta y salen. ESTEFANÍA: ¡Fuera el juez Guillén! ¡Fuera ese corrupto! ALBERTO: ¡Queremos justicia! ¡Justicia!
73
María Miguelina González
ESCENA 13
Luz suave. Entra Anastasia por la escalera derecha. ANASTASIA: ¿Diego, dónde estas? ¿Por qué no has llegado? Amor, sabes que te espero… ¿Cuándo llegarás? Nuestro amor es luz en esta oscuridad.
Entra Diego por la escalera izquierda. Lenguaje corporal. Música de embeleso y romance. DIEGO: Anastasia mía, aunque el odio oscurezca las mañanas. Y se oponga el mundo entero... ¡Siempre llegaré a la hora, a nuestra hora del amor! ESCENA 14
De pronto entra Tragabala y su banda cantando rap. Luces intermitentes. GANZÚA (a Diego): Tú eres el cordero para el sacrificio Que le duela a tu padre Y le duela a tu madre Y le duela a tu hermano Y tus ojos vivos se apaguen ahora. TRAGABALA (A Anastasia): ¿Qué haces tú con este enemigo de mala semilla que manchó de sangre la frente de Aníbal y enlutó de llanto a nuestras familias?
Los acorralan. Los separan. Se oye una sirena de patrulla. Los Rapaces huyen. Entra Alberto armado con su cepillo guerrero. ESCENA 15 ALBERTO: ¡Huyeron! Son muy guapos con los indefensos como nosotros! DIEGO:Me querían matar... Pero ¿qué culpa tengo yo? 74
Teatro emergente desde mi esquina
Alberto realiza su labor, atento a la conversación de los jóvenes. ANASTASIA: No es tu culpa. Es del Peluche, tu hermano. DIEGO:Eso que dicen de mi hermano es mentira. ALBERTO: ¿No te parece que estás bien crecidito? ¡Hasta novia tienes, para andar creyendo en pajaritos preñados! ANASTASÍA: ¡Estás ciego! Todo el mundo sabe que tu hermano es… DIEGO: ...Es escolta de un transporte de valores. ALBERTO: Anda armado a todas horas. DIEGO:Me está enseñando a defenderme… a disparar. ANASTASIA: ¡No, Diego! (Angustiada) Mi padre murió cuando manipulaba una pistola. DIEGO:¡No dejaré que Los Rapaces me maten! ANASTASIA: ¡Tus manos no se hicieron para matar! DIEGO:¿Quieres que me cruce de brazos? ALBERTO: Haz como yo. Dedícate al canto. Ellos le temen a la creación. ANASTASIA: Hazlo por mí. DIEGO: No me atormenten, no quiero matar a nadie. Quiero protegerme, proteger a mi familia, a ti. ANASTASIA: Acéptalo. Tu hermano es lo que dicen. DIEGO:¡No! ¡Tú lo has visto! En mi casa no falta nada... Ayuda a la viejita Rosa, le compra las medicinas. ALBERTO: (Para sí) Lavado de dinero.
Alberto sale con su bolsa de desechos. DIEGO:No quiero vivir acorralado, perseguido. ANASTASIA: Ven mi amor, siéntate aquí (Pausa). ¡Mira ese farol! ¿Qué ves? DIEGO:Mariposas que se queman. ANASTASIA: ¿Te quieres quemar así?
Anastasia le toma las manos. Lo mira a los ojos. ANASTASIA: ¿Por qué esquivas la mirada? ¿Qué me ocultas? 75
María Miguelina González
DIEGO:Es muy fuerte la presión de mis amigos. A veces deseo evadirme para escapar de esta violencia. ANASTASIA: No dudes (Le estrecha las manos). Sabes que te amo. DIEGO: ¡Necesito tu fortaleza para resistir! ANASTASIA: Viviremos en paz. Ya lo verás. DIEGO:Sí, mi amor. Quisiera quedarme a tu lado para siempre. ANASTASIA: Estaré contigo, siempre. DIEGO: Y júrame que pase lo que pase, siempre nos encontraremos aquí. ANASTASIA: A asta hora mi amor.
Los dos a coro. Con la misma música anterior: DIEGO Y ANASTASIA: Iremos juntos por las calles. Y si es necesario, con Dios hablaremos Y amor juntos… siempre juntos estaremos... ANASTASIA: Y si el odio vence ahora. No volverá a vencer el próximo amanecer Y será tanto nuestro amor que crearemos un mundo para dos DIEGO: Y en ese, nuestro mundo, no habrá sombras Ni dolor, sólo luz y resplandor. Y crecerán los niños, y las flores para ti. Y seremos dueños de nuestro destino Caminemos juntos... este es el camino…
Salen tomados de las manos mirándose a los ojos enamorados. Baja la luz. ESCENA 16
Alberto barre. Pasa el juez inspeccionando el trabajo de Alberto. JUEZ: Bien limpia, Alberto... Bien limpia. ALBERTO (Resentido): Limpia como su conciencia... ¿Dígame señor Juez, que pasó con el cuerpo del delito?
Teatro emergente desde mi esquina
El juez se encoge de hombros . ALBERTO: ¿Y con el crimen de Aníbal? JUEZ: Esos cuerpos ya se descompusieron. Los reciclo la naturaleza. ALBERTO: ¡Seguro!... se convirtieron en lechuga, tomates y cebollas para sus pasapalos en el Karaoke. JUEZ: No seas absurdo, en el cementerio no se cultivan hortalizas. ALBERTO: Pero el río pasa por debajo, y con esa agua riegan nuestras hortalizas, y recuerde que de reciclaje sé más que usted. JUEZ (Burlón): Monta una empresa. Una cooperativa y te harás rico, transformando toda esa basura que defiendes, en líderes comunitarios. ALBERTO: ¡No juegue con la paciencia de la gente! JUEZ: No es fácil administrar justicia. ALBERTO: Lo dice por experiencia. JUEZ: ¡Claro! Te sobornan... Te amenazan. ALBERTO: ¡Y usted se resiste...! No deja que una sucia moneda queme sus limpias manos. JUEZ: La ley tiene su precio. ALBERTO (Para sí): ¡Y bien alto! JUEZ: ¿Qué sabes tú de leyes? Yo soy un juez de paz, mis funciones son limitadas… Y entérate, El Bachaco saldrá en estos días y también lo matarán. ALBERTO: ¿No le remuerde la conciencia? Aún son unos niños. JUEZ: Cada quien que cuide su vida y la de sus hijos. ALBERTO: Usted nunca reconoció a su hijo. JUEZ: ¿Estas averiguando mi vida privada? ¡Te voy a encerrar en una celda mohosa, hedionda a mierda! ALBERTO: Me encerrará a mí… Pero la lengua de la gente dice... que Canilla es... su hijo. JUEZ: ¿Qué dices? ¿Qué yo el Juez Guillén, soy el padre de ese loco? ALBERTO: ¡Loco por su abandono! ¡Por la droga! JUEZ: Y te advierto por última vez. No sigas rayando las paredes con mi nombre. (Con el más absoluto desprecio). Y limpia bien limpio, barrendero.
Guillén sale amenazante. 76
77
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
ESCENA 17
ALBERTO: ¿Qué pasa ahora? DIEGO: Quemaron las flores de la tumba de Aníbal y dicen que fueron los Samurai. ALBERTO: ¿No lo crees? DIEGO: Eso dicen. ALBERTO: ¡Los Rapaces te querían matar! DIEGO: Mi hermano se enteró. ALBERTO: Por eso quemó las flores de la tumba de Aníbal. DIEGO: ¡No fue él! ALBERTO (Preocupado): Múdate de ese barrio, muchacho. DIEGO: No puedo, mi hermano es el que me mantiene y me paga los estudios. ALBERTO: ¿Cómo te mantiene? (Toma pose de policía) ¿Se levanta tempranito? DIEGO: Sí. ALBERTO: ¿Tu mamá le hace una arepa con caraotas y queso? DIEGO: ¡Sí! ALBERTO: ¿Agarra el transporte? DIEGO:Sí. ALBERTO: ¿Llega a su trabajo, marca tarjeta y trabaja de seis a seis, con su correspondiente hora de sobre tiempo? (Sarcástico). ¿Cómo cualquier obrero? DIEGO (Acorralado): ¡No sé...! ¡No sé...! Sale temprano y llega muy tarde. ALBERTO: ¿Qué trae? DIEGO: ¡Comida!... ¡Y pellejos para mi perro!
Entra Estefanía muy nerviosa, se sienta en el banquito de los enamorados. Alberto la mira extasiado. Estefanía llora y no se da por enterada. Alberto toma su pañito y limpia el piso cerca de ella. Alberto le entrega el pañito con que limpia la baranda. Ella se sacude la nariz sin percatarse. ALBERTO: ¡Ya...! Que me vas a ensuciar mi paño.
Estefanía llora. Alberto no sabe qué hacer. Ella se le abraza desesperada. Alberto la estrecha contra su pecho. ESTEFANÍA: ¡Ayúdame! ALBERTO: ¿Qué te pasa? ESTEFANÍA (Decidida): No quiero volver a mi casa... ¡Quiero esconderme, desaparecer! ALBERTO: ¡Vente conmigo!
A punto de darse un beso. ESTEFANÍA: No te puedo querer. Te pueden hacer daño. ALBERTO: ¿Más daño? ESTEFANÍA: ¡Prefiero quedarme en esta plaza!... Amanecer caminando por las calles... ¡O en la Tasca del Karaoke! ALBERTO: ¡Estás loca, carajita! ESTEFANÍA: ¿Loca? (Decidida) Esta guerra se tiene que acabar (Sale). ESCENA 18
Alberto intenta seguirla, pero en ese momento llega Diego muy agitado, escondiéndose. Alberto toma el cepillo para defenderse. ALBERTO: ¿Por dónde vienen? DIEGO: ¡No sé! Los dejé atrás en el Callejón. Son como diez. ¡Todos armados! ALBERTO: ¿Cuáles? ¿Los Rapaces o los Samurai? DIEGO: ¡Los Rapaces, los enemigos de mi hermano! 78
Alberto sacude a Diego. Se le cae el celular del bolsillo y se estropea. Diego recoge el celular temeroso. DIEGO: Este celular me lo regaló él.
Alberto vuelve a su realidad. ALBERTO (Admirado): ¡Es el último del mercado! (Irónico) Se nota que el Peluche es un hombre muy trabajador. DIEGO: ¡Me lo gané! Saqué las mejores notas en las pruebas finales. 79
María Miguelina González
Entra El Peluche. PELUCHE: ¿Qué pasa Diego? (Con desprecio) ¿Alberto, nuestro barrendero, te quiere someter? ALBERTO: ¡Era sólo un juego!
El Peluche sostiene a Alberto con violencia para que Diego le pegue. PELUCHE: ¡Dale duro! DIEGO: ¡No! ALBERTO: ¡Suéltame! PELUCHE (Le pega): ¡Para que respetes a mi hermano!
Alberto forcejea. Diego no sabe qué hacer. PELUCHE: ¡Diego!, ¿cómo que tienes miedo? DIEGO:¡No! ¡No!... Él no me ha hecho nada. ALBERTO (Forcejea): ¡Bromeábamos! DIEGO:¡Conversábamos nada más! ALBERTO: ¡Coño, Peluche! ¿Te olvidaste que estudiamos juntos? PELUCHE: Tiempos pasados y olvidados. Ahora tú no estás de mi lado, por lo tanto eres mi enemigo. ALBERTO: ¿Entonces? ¿Me vas a matar? PELUCHE: ¡Deja la prisa, pajarito! Todo tiene su momento.
Teatro emergente desde mi esquina
PELUCHE: ¿Entonces fue tu novia? (Irónico). La boba espiritual. DIEGO:Ya soy un hombre. Deduzco, analizo. ¿De dónde sacas tanto dinero, prendas de oro? PELUCHE: ¿Eso es lo que quieres, la cadena? Te la regalo.
Peluche se arranca la cadena y se la lanza a Diego. Él la arroja. DIEGO: Está sucia, manchada de sangre. PELUCHE: ¡Entérate, es cierto! ¡A la vieja que le robe esta cadena se desmayó del susto! DIEGO (Asqueado): ¿Por qué lo hiciste? PELUCHE: ¿Qué quieres? La vida es dura (Pausa). Y prepárate, Diego. Mi vida tiene precio y la tuya también. DIEGO: ¡No tienes derecho a disponer de mi vida! ESCENA 19
Diego sale decidido. El peluche va a seguirlo pero en ese momento llega su compinche La Alicate.
DIEGO:No te conozco, no eres mi hermano. ¡El que me enseñó a leer! PELUCHE: ¿Qué te dijo Alberto de mí? DIEGO: Son tus culpas.
ALICATE: ¿Qué haces aquí solo? La muerte de Aníbal no se quedará así. PELUCHE: ¿Qué te pasa Alicate? ¿Estás arrepentida? ALICATE: Quisiera irme lejos. Quiero otra oportunidad. PELUCHE: Ya es tarde para ti. ALICATE: ¿Por qué? PELUCHE: ¡Hoy nos jugamos la vida! ¡Sobrevive el más arrecho! ALICATE: ¡Coño, siento un frío raro! PELUCHE: Me pasaron el dato. Los Rapaces nos están preparando un atentado para esta noche. ALICATE: Mira Peluche, yo tengo mis carajitos. PELUCHE: ¿Y qué? ALICATE: Los Rapaces me tienen la casa como un colador. PELUCHE: Eso es normal. ALICATE: En estos días se metieron en mi cuadra, por sorpresa. PELUCHE (Cínico): ¡No te preocupes negrita...! No lo volverán a hacer.
80
81
El peluche enfurecido golpea a Alberto y lo arroja fuera de la plaza. PELUCHE: ¿Qué te pasa Diego? ¿He criado a un cobarde? DIEGO:¡Prefiero ser un cobarde y no un asesino como tú!
Peluche lo abofetea. Diego se cubre. Se traga sus lágrimas. Se sienta en el banco. El Peluche se arrepiente, trata de curarle la boca.
María Miguelina González
ALICATE: Estaba cargando a mi carajita y cuando fui a sentarla en su andadera sonó un tiro.... PELUCHE: Y te metiste debajo de la cama. ALICATE: ¡Coño, no! El muñequito que le estaba dando para que se callara quedó... PELUCHE: Que ni se les ocurra volver al barrio… (Saca un explosivo) porque los vuelo... ¡Los quemo! ALICATE: Vengarán la muerte de Aníbal. ¡Nos quebrarán! PELUCHE: ¡Esta noche sabrán lo que es candela! ALICATE: Te repito, ahora sí se decidieron ¡Están restea’os! PELUCHE: Ahora, mañana o pasado... Será igual. ALICATE: A mí me gustaría ver crecer a mis chamitos. PELUCHE: No hay vuelta atrás. Los Rapaces están de más en este mundo... ¡O ellos o nosotros! ALICATE: ¿Y cómo haremos en el otro mundo? ¡Allá estaremos todos apretaditos! PELUCHE (Aplaude): ¡Anastasia, Diego y tú deberían fundar una congregación (Violento la toma por la barbilla). ¡No hay otra vida! ALICATE: Entonces, con más razón, debemos cuidar esta. PELUCHE: ¡No seas cobarde! ALICATE: Si te matan, tu geva llorará dos meses y luego la consuela cualquiera de nuestros panas ¡Y tú, perfumito, perfumito! PELUCHE: ¿Tienes miedo? Entonces voy a buscar a los demás. (Peluche sale y Alicate lo sigue). ALICATE: ¡Espérame Peluche! ¡No me dejes sola en esta vaina! ESCENA 20
Salen por el lado derecho. Entra Alberto. Comienza a barrer. Lateral derecho entran Ganzúa y Tragabala. Pegan a Alberto contra la pared. GANZÚA: ¡Tragabala! Mira quien está aquí… ¡Albertico! ¡Dame los cigarros! TRAGABALA: ¡La cartera, él tobo! ALBERTO: ¡Saben que no fumo!... Llévense la basura si quieren. GANZÚA: Queremos saber del Peluche... y la Alicate. 82
Teatro emergente desde mi esquina
ALBERTO: No los he visto. GANZÚA: Y no los volverás a ver.
Los rapaces tiran la basura al piso, arrastran a Alberto sobre ella. GANZÚA: ¡Así es, cómete la basura! ALBERTO: Ganzúa, tú me conoces, no me meto con nadie. ¡Llévense la cartera!
Revisan la cartera. Le quitan el dinero, luego la arrojan sobre él. TRAGABALA: Te atravesaste y esta noche el que se atraviesa pierde. GANZÚA: Cómo se atravesó el Guaperó. ¿Tú no viste nada?
Le pega. Alberto se dobla del dolor. ALBERTO: ¡No sé...! No trabajé esa noche. TRAGABALA: ¡Así es! (Ríe con maldad) ¡No oyes ni ves! ALBERTO:¡Cómo has cambiado, Tragabala! ¡Compadezco a tu padre y tu abuela! TRAGABALA: A mi abuela ni la veo, y el pure está mansito... (Ríe) Hasta me guarda la pistola. GANZÚA: Vamos, Tragabala. Estamos perdiendo mucho tiempo con este cobarde. TRAGABALA: ¡Coño, es cierto! Tenemos un negocito pendiente.
Salen de prisa. ESCENA 21
Llega Estefanía y corre a auxiliar a Alberto. ESTEFANÍA: ¡Por dios, Alberto! ¿Qué te han hecho? ALBERTO (Exagerando): Me duele mucho.
Estefanía lo ayuda a levantarse. Alberto aprovecha para abrazarla. 83
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
ESTEFANÍA: Pero no te desmayes. ALBERTO: Tus brazos son tan cálidos... Si es así, que me golpeen todos los días. ESTEFANÍA: Exagerado. ALBERTO: Déjalos que vuelvan. Hoy me meto en la escuela de kung-fu. ESTEFANÍA: ¿Será en una escuela de tiro? ALBERTO: En la OEA... En lo que sea… Quiero vivir en paz.
ESCENA 22
Estefanía se deja abrazar y lo conduce al banco. ESTEFANÍA (Indignada): ¿Fueron Ganzúa y Tragabala? ALBERTO: Ellos mismos. ESTEFANÍA: ¿Te sientes mejor? ALBERTO: ¡Mucho mejor! ESTEFANÍA: Ahora tengo que encontrar a Diego, avisarle. ALBERTO: Pero, Estefanía. ¡Tú no eres del barrio del carajito ese! ¿Cómo vas a entrar allá? ESTEFANÍA: Lo haré, por mi amiga Anastasia. ALBERTO (Curioso): ¿Qué? ESTEFANÍA: Es mejor que no sepas nada. ALBERTO: ¡Ajá! Yo adivino... Anastasia está embarazada… ESTEFANÍA: Mal pensado. Anastasia es especial. ALBERTO (Reflexivo): ¿En verdad tiene poderes? ESTEFANÍA: Ve cosas que nosotros no podemos ver. ALBERTO: ¿Tú crees en eso? ESTEFANÍA: Le cura el dolor de cabeza a mi abuela (Recuerda). ¡Ya es tarde me voy! ALBERTO: ¡Cuídate, Estefanía! Tú eres la luz de esta plaza, sin ti está vacía y oscura. ESTEFANÍA: ¡No te preocupes mí, cantante! (En broma) Volveré, y viviré muchísimos años como tú.
Lo besa furtivamente y sale de prisa. Alberto lleno de emoción recoge sus utensilios para retirarse.
84
Entran, la abuela Anastasia y Canilla. ABUELA (Angustiada): ¡Esa muchacha está loca! ¿Cómo se le ocurre ir a casa del Peluche? ANASTASIA (Desesperada): Tenía que ir yo.
Canilla delira y juega con sus fantasmas. ALBERTO: ¿Buscan a Estefanía? ABUELA: Sí. ¿La has visto? ALBERTO: Fue a casa de Diego para avisarle no se qué. ANASTASIA: Que no viniera a nuestra cita esta noche. Tragabala y Ganzúa lo quieren matar. ALBERTO (Decidido): Voy a buscarla. ABUELA: Es mi nieta. Iré yo.
Se detienen al oír la voz de Guillén. ESCENA 23
Entra Guillén cantando un ritmo de salsa vieja. Viene de la Tasca del Karaoke y trae unos tragos de más. GUILLÉN: ¡Alberto Nieves! ¿Con que confabulado con esta vieja? ¡Ahora sí se acabó mi paciencia! ALBERTO: ¡La mía también!
Desafiantes frente a frente. GUILLÉN: ¡Hoy te mando preso! ALBERTO: ¡Inténtelo! Alberto le arroja el cepillo y una bolsa. ALBERTO: ¡Aquí tiene! Antes de que me mande preso. Le devuelvo sus peroles. 85
María Miguelina González
Los presentes rodean a Guillén que retrocede temeroso. GUILLÉN: ¡Me desafías! ALBERTO: Ruéguele a dios que Estefanía esté viva. ANASTASIA: ¡Por su culpa quieren matar a Diego! ABUELA: ¡Murió mi nieto Aníbal! ALBERTO: ¡Está preso El Bachaco! GUILLÉN: ¡También tengo la culpa de que llueva! ALBERTO: No te hagas el gracioso. TODOS: ¡Que renuncie! ¡Que renuncie! GUILLÉN: ¡No me interesa! No los maté. ABUELA (A su gente): ¿Qué dicen, le damos un susto? TODOS: ¡Si!
Todos dirigidos por Canilla, con coro y ronda, acompañada rítmicamente por pitos y cacerolas. GUILLÉN: No se pongan así. Olvidaron que les conseguí una cancha... y el dispensario. ABUELA: De eso hace diez años. La cancha se cayó. Y el médico fue una sola vez. GUILLÉN: Pero no se angustien, podemos retomar el proyecto. ALBERTO: No, Guillén. No alcanzarás más privilegios a costa de nuestros sufrimientos. CANILLA: ¡Guillén es un corrupto! ¡Mi padre es un corrupto!
Alberto le estruja la bolsa en la cara a Guillén. ALBERTO: ¡Dígame, Guillén! ¿A qué huele? CANILLA: Papá, ¿a qué huele? GUILLÉN: ¡Mira, loco del carajo! ¡Yo soy estéril! ¡¿Hasta cuándo el aplique?! TODOS: ¡¿Estéril?! GUILLÉN: ¡Sí, cuerda de chismosos! ¡Si me vuelves a decir papá, juro que te mato!
Teatro emergente desde mi esquina
Guillén, traicionero, trata de sacar su pistola. Alberto lo golpea en el estómago. Cae la pistola, la abuela la recoge y apunta a Guillén. Canilla se protege detrás de la abuela. ABUELA: ¡Quédate tranquilo, Guillén!... No des un paso más o te mueres… GUILLÉN: ¿Qué es esto, un linchamiento? ABUELA (Decidida a disparar): Guillén, por tu culpa he perdido a mis nietos (Pausa). Aníbal está muerto (Llora). Y los otros dos mueren cada día por el veneno que tú vendes. ALBERTO: Un momento, abuela. No se ensucie las manos con esta basura.
Anastasia le quita la pistola, la descarga y la tira en el depósito de basura. La abuela llora. ANASTASIA (A Guillén): Aproveche esta oportunidad. ¡Váyase! ESCENA 24
Se oye un disparo. Silencio total. Lateral izquierdo. Entran Peluche y Alicate. Traen a Estefanía. PELUCHE: ¡Quieto todo el mundo! ALICATE (Muy nerviosa): ¡No muevan ni las tripas porque se muere la bailarina! ALBERTO: ¿Quieren a su Juez? Ahí lo tienen. Liberen a Estefanía. CANILLA: No le hagan daño a mi novia. ESTEFANÍA (A Alicate): Ten cuidado. Se te puede escapar un tiro.
Alicate sujeta a Estefanía. PELUCHE: ¡Suelten a nuestro Juez! ALBERTO: Ya no es Juez. ¡Nosotros lo destituimos en esta Asamblea Popular!
Peluche apunta a Alberto decidido a disparar. Entra Diego y se interpone. 86
87
María Miguelina González
DIEGO:¡Tendrás que matarme a mi primero!
Diego forcejea con peluche. PELUCHE: ¡Quítate Diego! No te metas en esto. DIEGO:¡Sí me meto! No dejaré que te manches las manos con la sangre de mi amigo. ABUELA: Te perdonamos la vida, Guillén. Llévate a tus mafiosos y déjanos en paz. DIEGO(A peluche): ¡Hermano, por favor, libera a Estefanía! ¡Vete! PELUCHE: ¿Prefieres a mis enemigos? ESTEFANÍA: No somos tus enemigos. PELUCHE (A Alicate): Ciérrale la boca. O se la cierro yo. ANASTASIA: Peluche, oye a Diego. Vete, libera a Estefanía. PELUCHE: Te saliste con la tuya... Que se quede contigo (A los demás). Me voy, pero nos volveremos a ver.
Peluche protegiendo a Guillén. Apunta a los presentes. Diego protege Anastasia. PELUCHE: Vamos, Guillén (A alicate). Suelta a la bailarina. ALICATE (Decidida): Se acabó esta sociedad, Peluche. No quiero que mis chamos me hagan lo mismo. PELUCHE (Con desprecio): ¡Cobarde! Tú también caerás.
Alicate libera a Estefanía y se va por las escaleras. Estefanía corre hacia Alberto. Guillén le quita la pistola a Peluche. Y dispara contra Estefanía. GUILLÉN: Alberto Nieves, ahí tienes a tu bailarina, por alzao.
Posiciones estáticas. Luz sobre la silueta de Aníbal, que se interpone. Luz sobre Guillén, que aterrado, deja caer la pistola con las manos manchadas de sangre.
Teatro emergente desde mi esquina
Peluche lo mira impactado. PELUCHE: ¿Qué le pasó, Jefe? ¡Tiene las manos manchadas de sangre! GUILLÉN: ¡Míralo! ¡Míralo!
Peluche descubre la silueta de Aníbal. PELUCHE: ¡No! ¡Está muerto! ¡Es una visión! GUILLÉN: Mírate, Peluche. Tú también... PELUCHE (Se mira las manos): ¡Es sangre! ¡Sangre!
Guillén, aterrado, se encima sobre Peluche. GUILLÉN: Quítame esta sangre, Peluche. PELUCHE: ¡No me toque! Cargue usted con su sangre, yo cargaré con la mía.
Peluche, poseído, sale por un lateral seguido por Guillén. Se reanima la escena. Alberto sostiene a Estefanía. ALBERTO: No, No ¡No puedes morir Estefanía! Porque yo te amo. ¡¿Entiendes?! ¡Yo te amo! (La sacude). ¡Despierta! (La abraza llora.) No me dejes… ABUELA: ¡No, Estefanía! ¡Porque tú…!
Estefanía vuelve a la vida. ESTEFANÍA: No me pasa nada (Confundida). Todo fue como un sueño. Soñé que Aníbal se atravesó. Me protegió. ANASTASIA: ¿Lo ven? Existe otro mundo. Otro plano. ESCENA 25
Llegan Ganzúa y Tragabala, corren hacia la abuela y Estefanía. Tragabala protegiéndose con la abuela.
GUILLÉN: ¡Aníbal!
88
89
María Miguelina González
TRAGABALA: ¡Abuela ayúdame! ABUELA: ¿Qué te pasa? TRAGABALA: ¡Son monstruos! GANZÚA (Angustiada): No me reconoce. Está muy raro. DIEGO:Hoy también cayo él, mañana serás tú. GANZÚA (A la abuela): Ayúdame, abuela, no me dejes sola. ABUELA: No mi niña (Pausa). Juntos venceremos a esos fantasmas. ALBERTO: No hay fantasmas (Abraza a Estefanía). ¡Aquí lo que hay es amor! DIEGO Y ANASTASIA: ¡Amor del bueno! ABUELA (A Ganzúa y Tragabala): No se preocupen, aquí estamos para ayudarlos y guiarlos por el camino de la luz.
Teatro emergente desde mi esquina
GUAPERÓ: Yo tampoco quería esto pero, Pa’lante. ANÍBAL: Busquemos esa otra vida.
Salen. Al centro del escenario queda la patineta y sobre ella unas rosas rojas. TELÓN
La abuela sale con sus nietos seguida por Alberto, Estefanía, Diego y Anastasia. CANILLA (Rezagado): ¡Alberto, me quitaste a mi novia! Y sí existen los fantasmas.
Anastasia, que ya salía, se regresa en su busca. ANASTASIA: Vamos, Canilla. No te quedes solo. Ya es muy tarde. CANILLA: ¿Anastasia, verdad que existen los fantasmas? ANASTASIA: Sí. Existen, pero unos son de luz, y otros de la oscuridad.
Anastasia se lleva a Canilla. Baja luz sobre ellos. Luz sobre el Guaperó vestido de blanco, que entra con su patineta. Se encuentra con Aníbal. ESCENA 26 GUAPERÓ: ¿Y ahora qué hacemos, pana? ANÍBAL: Ya es sábado, chamo, y no me gradué... Dejé a mi vieja sola. 90
91
María Miguelina González
SACRILEGIO PÓSTUMO PERSONAJES: Antonieta Beltrán Meneses Javier Beltrán Portes Altagracia de Meneses ESCENA 1
Salón en penumbras.Sobre una mesa de centro,alargada,no muy alta, en declive hacia el público, se encuentra cubierto con una fina sábana blanca el cadáver de doña Altagracia, viuda de Meneses. Una lamparilla a cada lado. Sus pies descubiertos apuntan al público. En el lateral izquierdo se encuentra un sobrio tocador y una banqueta tapizada con terciopelo.Lateral derecho una mecedora y un anaquel con varios libros de arte, trofeos y reconocimientos. Entra, sollozando desconsolada, Antonieta la hija de 50 años.Viste luto sobrio y elegante. Contempla el cadáver con pesar. Descubre el rostro de su madre, lo acaricia y lo besa con devoción. Se enjuga las lágrimas. ANTONIETA: ¡Madre!... Ya no respiras (Llora). Este cuerpo es sólo tu despojo (Camina buscando desesperada). ¿Dónde está tu espíritu? Sé que estás aquí, lo percibo… Dame una señal, madre. Comunícate conmigo para continuar viviendo (Suspira).Te llevaste un profundo dolor… lo vi en lo distante de tu mirada…, en el silencio de tu voz… ¡¿Qué será de mí sin tus consejos?! (Llora). Estoy tan sola... (Se acerca al anaquel y abre uno de los libros con veneración). Aquí está, paso a paso, cómo moldeaste en la bífida tu estatua más reconocida,tu desolación ante la desaparición de Arturo,el padre de Javier (Atormentada).¿Lo dejaste por mí? (Cierra el libro y se encara al cadáver de su madre). ¡Arturo tu gran amor es un indigente más de este país! (Pausa) ¡El vicio lo aniquiló! (La sacude) ¡Ahora debo decírtelo!Yo lo vi… ¡No me reconoció! Su mirada estaba perdida, sucio, mal oliente... no quedó nada de aquel escultor incansable y 92
Teatro emergente desde mi esquina
admirado (Desolada). Me convencí de que esos grandes amores sólo dejan dolor (Arrepentida) Perdóname, madre… (Coloca su cabeza como una niña sobre el pecho de su madre). No debo juzgarte (Avergonzada). ¡Sí! Ahora te lo puedo decir… Le temo al sexo… Satisface la carne pero corrompe el espíritu… Lo aprendí en el colegio de señoritas… Lo aprendí junto a ti, viéndote llorar y languidecer cada día por el padre de Javier (Arregla la sabana con devoción). Mi cuerpo está limpio y mi alma, limpia irá al paraíso (Con desdén). Mi vida es tan absurda (Le acaricia las manos). Madre, no te oí pedir perdón por tus pecados. No llamaste al sacerdote. ¿Por qué? ¿Renegaste? (Tiernamente) ¡Pero nos encontraremos en la eternidad, estoy segura! (Se oyen suaves cantos gregorianos.Antonieta se transfigura). ¿Estás aquí? Dame otra señal, madre (Antonieta busca por la estancia). Dame un soplo, un suspiro… (Suben cantos gregorianos y la luz sobre el rostro de la difunta. Antonieta se acerca transfigurada, la abraza). Dime, madre ¿Qué te atormenta? (Acerca su rostro para oírla) ¡Dime! (Pausa) No te oigo… ¿En qué puedo ayudarte? (Antonieta llora, la sacude. En ese momento descubre un sobre sellado que se encontraba bajo la cabecera de la difunta.Sube la luz. Impactada). ¿Este es tu mensaje? (Lee la presentación) “Para mis dos hijos.De su madre Altagracia Beltrán de Meneses…Testamento solo para ser leído ante mi cadáver, en esta estancia y por mis hijos Javier Portes Beltrán y Antonieta Meneses Beltrán (Contrariada) ¿Por qué haces esto, madre? Javier se fue, no sabemos si está muerto o secuestrado. ¿Me dejarás aquí junto a tu cadáver hasta que él aparezca? (Antonieta indecisa toma el sobre. Se sienta en la banqueta con la tentación de abrirlo. Decidida). Madre permíteme abrirlo a mi sola… no es justo que espere por tu hijo pródigo (Se oyen cantos misteriosos, se sacude el anaquel caen algunos libros. La luz titila. Antonieta se acurruca). Está bien… ¡Eso es lo que quieres! (Llora) Tú lo conoces,ahí te podrirás esperando… Dios mío,dame fortaleza para cumplir tu injusta decisión (Antonieta coloca el sobre en la cabecera de su madre y resignada saca su rosario y comienza a rezar. Luz tenue, rojiza).
93
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
ESCENA 2
JAVIER: ¿Quién lo leerá? ANTONIETA: Me da igual. Ella no me dijo quién. JAVIER: Mejor lanzamos una moneda. ANTONIETA (Ofendida): Siempre serás el mismo. Javier todo lo resuelves con apuestas (Llora). No recuerdas todo lo que hizo por ti. Las hipotecas que te pagó. JAVIER: Ahora yo soy el sátrapa. ¿Dime quién debe leer el testamento? ANTONIETA:Ya te dije que me da igual. Léelo tú.
Sube luz. Entra Javier de aspecto bohemio de 40 años.Abraza a su hermana. JAVIER: Antonieta, hermana, ¿cuándo pasó esto? (Reprime sus lágrimas) ¿Por qué no me avisaste? ¡Ahora sé cuanto la amaba!...
Antonieta lo abraza impávida. ANTONIETA: ¡Qué dolor, Javier!...Te llamó tanto antes de morir. JAVIER (Vacila): No me llegaron tus mensajes. ANTONIETA (Lo reprende): Te llamé, te escribí. Te puse fax y mensajes por internet. JAVIER: Últimamente no consigo paradero. Me enteré por el periódico. ANTONIETA: Mírala. Sufrió tanto por esa absurda vida que llevas. Fueron cinco largos años de ausencia y de dolor. JAVIER:Ya no hermana. Me quedaré aquí a tu lado.
Antonieta toma el sobre sellado que la difunta tenía bajo su cabecera. ANTONIETA:Aquí está la última voluntad de nuestra madre. JAVIER: Nuestra madre tan metódica como siempre. ANTONIETA: Es el testamento. JAVIER (Contrariado): Debería leerse ante un notario o un juez, y después del entierro. ANTONIETA: Dispuso que lo leyéramos ante su cadáver, solos tú y yo. JAVIER (Para sí): ¿Qué se le ocurriría a mi difunta madre?... ANTONIETA: No refunfuñes y siéntate de aquel lado.Yo me sentare aquí junto a sus libros de arte.
Cada uno se sienta a cada lado del cadáver. Javier a la expectativa.
94
Antonieta le pasa el sobre a Javier por sobre el cadáver.Él lo toma presuroso y lo revisa desconfiado. JAVIER:Aparentemente está intacto. Los sellos están en su lugar… ANTONIETA (Resentida): Reacciona, hermano... Respeta el cadáver de nuestra madre. Está tendida aquí, ante nosotros, somos sus hijos. JAVIER:Te apuesto que te dejó esta casa y el edificio del Este… ANTONIETA:Abre el sobre, Javier, y sal de dudas. JAVIER (Insidioso): Claro, hermanita. Seguro que tú tienes tu vejez asegurada pero yo le debo al prestamista, al chino del supermercado, a la chica del burdel (Angustiado) ¡Me botaron del apartamento!Y lo peor de todo, le debo diez velas a un tal San Juan del dinero. ANTONIETA (Cansada): Pasan las horas, Javier, y este cadáver y yo te estamos esperando desde ayer.
Javier se acerca al cadáver, lo revisa con desconfianza. JAVIER: ¿Dime de qué murió nuestra madre? ANTONIETA: De tuberculosis.
Javier se aparta con escrúpulos. JAVIER: ¡Mientes!Ya la gente no muere de eso. ANTONIETA: Nuestra madre sí. Me dijo “a que muero de tuberculosis”, y murió de tuberculosis. 95
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
JAVIER: Te apuesto a que lo hizo para hacerme sentir culpable. ANTONIETA: Te extrañaba (Llora). Se deprimió… Sólo la entretenía revisar sus libros de arte… Esperando verte aparecer por esa puerta… JAVIER: No me enteré, ya te dije. ANTONIETA: La descubrí muchas veces leyendo en el periódico las páginas de sucesos. JAVIER: ¿Y eso para qué? ANTONIETA: Quizás buscaba tu nombre.
ANTONIETA: No lo oigas madre. Nunca te quiso como yo… Sabes que me desvelé a tu lado. Que rechacé a cada uno de los pretendientes que tú traías para mí… ¡Sólo quería estar a tu lado! JAVIER (Sarcástico): No viviste el sexo, ni la buena vida como yo, esperando este momento.Te apuesto que entre las dos me dejaron sin un centavo. ANTONIETA: ¡Cállate! ¡Siempre estuve a su lado! Fui a cada una de sus exposiciones… Compartí su agonía.
Javier con cierta nostalgia. JAVIER: Adivinaste, vieja. Estuve preso hace dos años… Fueron ocho días solamente. ANTONIETA: ¿A quién estafaste? JAVIER: Me quedé sin un centavo y no pude pagarle la apuesta a un comisario. ANTONIETA: Por favor, no sigas. Nuestra madre merece descansar en paz. JAVIER: Aunque te duela, pude resolver mi problema sin acudir a ella. ANTONIETA: Últimamente se entregó a la depresión… Leía libros de autoayuda.Ella quería entender tu manera de ser… Se sintió culpable desde que te fuiste. JAVIER: Estaría senil (Displicente). No hay que ser psiquiatra para saberlo. ANTONIETA: Era una artista lúcida y una escultora valiosa, dedicada al arte de este país.
Antonieta se abalanza sobre el cadáver y llora. ANTONIETA: ¡Madre mía aquí, estamos tus dos hijos, como querías! JAVIER: No exageres, Antonieta. Apostaría a que te quedaste a su lado por sus obras y sus propiedades.
Zarandean el cadáver de la madre. Titila la luz. Se oye música sacra. Javier retrocede asustado. JAVIER: ¿Qué juego macabro te traes? ANTONIETA: No quiere que nos pelemos. JAVIER: Son efectos de teatro… ¡Claro ustedes son duchas en esto! (Reacciona) Quizás esta fingiendo y está viva… (Le quita la sábana). ANTONIETA: Esta rígida, se está poniendo morada (Lo acerca a la madre). Tócala.
Javier se niega petrificado. JAVIER: ¡No! ANTONIETA: ¿Te quedaras ahí tieso? JAVIER (Reacciona): ¡Impugnaré el testamento! ANTONIETA: ¿Ante quién? ¿Ante Dios o ante el hombre? JAVIER: Donde sea.Alguien me oirá.
Antonieta se sienta, toma aire para tranquilizarse. Luz sobre el cadáver. La difunta mueve los pies. JAVIER: ¡Se movió! ¿No la viste? ANONIETA (Incrédula): Esta rígida… Siéntate… Y lee el testamento, Javier. JAVIER (Accede temeroso): Está bien, lo leeré pero ya lo sé... Estoy desheredado.
Desesperada le tapa los oídos a su madre. 96
97
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
Javier abre el sobre temeroso y saca el documento.Antonieta arregla los libros.
(Sarcástico) “Con todos los honores correspondientes a mi trayectoria como escultora de esta ciudad”. ¡Qué pedante eres, viuda de Meneses! ANTONIETA (Intranquila): Madre me prometiste que yo me encargaría de tu entierro. JAVIER: Siguen las sorpresas, hermanita (Lee). “Como mi hijo Javier ha estado ausente de este hogar desde hace cinco años, es de suponer que se habrá hecho de una fortuna y podrá cumplir con esta petición” (Interrumpe la lectura) ¡Se burla de mi! ¡Me castiga! ANTONIETA: Lo hizo para que te enmendaras y retribuyeras tus ausencias. JAVIER: Entiérrala tú (Lee decepcionado).“A mi hija Antonieta le encomiendo que vele junto a mi cadáver y haga que se cumplan los mínimos detalles de mi última voluntad”. ANTONIETA (Abrazando el cadáver): Sí, madre. Lo haré.Te juro que Javier cumplirá lo que le pides…
ANTONIETA: ¿Qué esperas? Lee. JAVIER (Inspira): Hoy 13 de… de… Yo, Altagracia viuda de Meneses. En pleno uso de mis facultades… (Interrumpe su lectura) ¿Cuáles facultades…? ANTONIETA: ¡Irreverente! ¿No ves, hijo mal nacido, que está muerta? JAVIER (Sarcástico, al cadáver de su madre): Prosigo, su majestad, viuda de Meneses… (Lee) Madre de Antonieta Ángela Beltrán Meneses y Javier Antonio Beltrán Portes… En mi lecho de muerte dispongo lo siguiente… (Se interrumpe) ¡Siempre igual!… ¡Disponiendo de mi vida! ¡Menospreciándome! ANTONIETA: Madrecita perdónalo. JAVIER (Indignado): ¡Aquí lo dice de nuevo, “Javier Portes”, es decir, su hijo natural! (Camina de un lado a otro como poseído) ¡¿Te das cuenta,Antonieta?! ¡No soy nadie!… No soy igual que tú… Soy un pobre diablo… No tengo padre… No tengo apellido… y ahora tampoco tengo madre… ANTONIETA:Me tienes a mí (Trata de abrazarlo).Yo soy tu hermana. JAVIER (Se aparta): Me quitaste todo. Mi padre se fue de esta casa por tu culpa (Llora). Él me amaba. ANTONIETA:Yo era casi una niña cuando se marchó. ¿Qué podía hacer? JAVIER: Pusiste a mi madre a escoger. ANTONIETA (Llora):¡Eso no es cierto!...¿Por qué mi madre nunca te dijo la verdad? JAVIER: ¿Cuál verdad? ANTONIETA: No soy quién para decírtelo, y reconoce que eres el hijo de su gran amor. Siempre lo dijo. JAVIER: No quiso casarse con mi padre… ¡Claro, era un bohemio como yo! ANTONIETA: Olvida ese resentimiento y lee, ¡por Dios! JAVIER (Lee con desdén): “A mi hijo Javier lo encargo de sepultar mis restos en el panteón perteneciente a la familia Meneses”… 98
En ese momento los inertes brazos de la difunta abrazan a Antonieta. ANTONIETA: ¿Lo ves? (Llora emocionada) Aún después de muerta, me abrazas madre. JAVIER: Este es un cuadro macabro. No quiero seguir aquí. ANTONIETA: No te dejará ir. JAVIER (Se pone de pie): ¡No me digas! Nunca acepté imposiciones de mi madre. ¡Ahora tampoco las tuyas!
Cantos gregorianos, la luz titila.Vuelan papeles sobre la escena. Javier está aterrado. JAVIER: ¡¿Son efectos especiales?! ¡Dime! ANTONIETA: Es nuestra madre. No te dejará salir de aquí.Tú la conoces. JAVIER:Ya te dije… Olfateo una trampa desde lejos (Pausa). Para tramposos, yo… ANTONIETA (Irónica): Entonces no sabrás si te dejó algo de la herencia (Autoritaria). Continúa leyendo. 99
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
JAVIER (Expectante se sienta de nuevo y lee):“Sé que mi hijo Javier al ver mi cadáver y mi desencajada faz se arrepentirá de su abandono”. (Suspira y acaricia el rostro de su madre) Cónchale, vieja, no es que yo, tu hijo, el maraco sea tan pérfido… ANTONIETA (Celosa): No la toques, hipócrita.
ANTONIETA (Hiriente): No te preocupes, hermano. La herencia debe ser tuya. Siempre soñó con tu estabilidad. JAVIER (Javier forzadamente continúa leyendo):“Mi hijo deberá llevar flores todos los domingos a mi tumba”(Recrimina a su madre) ¿No oíste que me voy de la ciudad, del país, del continente? ANTONIETA (Angustiada, a su madre): ¿Y a mí, que me encomendaste? JAVIER (Lee displicente):“Antonieta, quedas encargada de vigilar y culminar el centro de exposiciones en el Este… al frente,Javier que coloque La bífida… mi escultura favorita…” ANTONIETA:Sí,ya sé.La ocultaste en el sótano como ocultaste tu dolor hace veinte años. JAVIER: ¡Bingo! Primera propiedad a tu nombre (Arrecho). ¡Te lo dije!...A mí me deja como un peón para monte su estatua. ANTONIETA: ¿Y qué querías? Nunca fuiste a ninguna de sus exposiciones. JAVIER: Soy su hijo… su sangre corre por mis venas (Le lanza el documento a Antonieta). Sigue leyendo tú. ANTONIETA (Se lo devuelve de la misma forma): ¡No te apresures! ¡Quedan otras propiedades que repartir!
Antonieta y Javier zarandean el cadáver, luego Javier se aleja al lateral Antonieta lo sigue. Luz sobre el cadáver que lentamente se sienta como un maniquí. JAVIER: ¡Desde niña hiciste lo mismo!...Atravesándote para que no me acercara… Adulándole para que te atendiera sólo a ti. ANTONIETA: ¡Le hacías daño! Manipulándola con tu dichosa asma alérgica que supuestamente te causaban mis peluches.
El cadáver se desploma en su misma posición sin que los hermanos se den cuenta. Los dos fatigados por el esfuerzo se sientan en sus butacas. Se miran y estallan en carcajadas. JAVIER: ¡Jajajaja! ¿Te acuerdas aquellas pantuflas de peluche que le regaló tu difunto padre? ¡Jajaja! Yo las metí en el cóctel cuando cumpliste tus quince años… ANTONIETA:¡Jajajaja! ¿Recuerdas tus barajas? ¡Jajajaja! ¿Aquellas con las que apostabas todos los ahorros de mi alcancía? ¡Jajajaja!Yo… ¡Jijiji! Todos los días desmenuzaba tres en tu sustancioso corn-flake del desayuno ¡Jijiji!...
Los dos se miran nostálgicos. JAVIER: ¡Qué tiempos aquellos! ANTONIETA: Creo que nuestra madre quiso unirnos hoy aquí… JAVIER: Eso es evidente. ¿Pero para qué? Ella no puede vernos, tampoco nos oye… ANTONIETA: Para entregarnos sus bienes (Misteriosa) ¡Y si nos oye aunque lo dudes! JAVIER (Acobardado): Quiero terminar con esto.Tengo que salir de esta ciudad hoy mismo.Los acreedores me pisan los talones. 100
Javier busca la salida rodeando el cadáver de la madre,perseguido por Antonieta. JAVIER (Al cadáver): ¡No seguiré tu juego, viuda de Meneses!
Los dos parecen niños jugando a las escondidas. Baja luz sobre el cadáver. Aparecen bombas de fiesta de variados colores. Música infantil.Se van al lateral y sacan cotillones comienzan a repartírselos. Luz sobre la difunta que va junto a ellos.Antonieta trata de abrazar a Javier. ANTONIETA (Amorosa):¿Cuáles caramelos te gustan,hermanito, los verdes o los rojos? JAVIER: Hermanita, si tú me das los de coco, yo te doy los de frutas. ALTAGRACIA:Javier… hijo de mi carne… Regresaste mi niño… Ya no te irás… Este es tu hogar, siempre lo ha sido. 101
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
Javier no la oye. Le quita una chupeta a Antonieta. Se esconde debajo de la mesa del cadáver.
Javier manipula los brazos de la madre como una marioneta.
ANTONIETA: Dame mi chupeta. ALTAGRACIA: Déjalo,Antonieta. Dale lo que quiera, pero que se quede a tu lado. ANTONIETA (No la oye): ¡Sal de ahí, Javier…! ¡Ajá, ya te vi! No te daré mi chupeta. JAVIER: Uh-uh-uh… ¡A que no me agarras!
Altagracia los sigue,trata de sepáralos,de hacerse sentir inútilmente. ALTAGRACIA: ¡Javier escúchame! Amé demasiado a tu padre. Pero él se entregó al vicio. Nunca quise decírtelo para no hacerte daño (Los dos hermanos se disputan un cotillón).Óyeme,Antonieta, hija… No te castigues… No fue tu culpa que Arturo se marchara. Se convirtió en un despojo. Nos hacía daño a todos (Desencantada vuelve a su mesa con su inmaculada túnica sepulcral). Es inútil.Ya no pueden oírme.
Antonieta, fatigada, se sienta ahora en la butaca de Javier. ANTONIETA:Ya no puedo. ¡Estoy fatigada! Lee por favor… JAVIER (La observa burlón):Estás vieja,hermanita… En cambio yo aún soy viril ¡Todo un semental! ANTONIETA: ¡Cochino!
Javier se sienta en la mecedora de Antonieta y se abanica displicente con el testamento. JAVIER: Ok. Podemos negociar (Lee). “A mi hijo Javier le dejo mis relicarios y el rosario de lágrimas de San Pedro”… (Enfurecido) ¿Para qué me deja esas baratijas?
Antonieta, con gran reverencia, las saca de la gaveta del tocador. ANTONIETA:¿Que pasó,madre? ¿Creí que estas reliquias serían para mí? 102
JAVIER (Imitando la voz deAltagracia):¡Antonieta,perdiste tus mejores años,tu belleza!Te irás al cielo como una virgen ajada,seca. ANTONIETA: ¡Qué horror! No sigas jugando con sus restos (Lo aparta angustiada y cubre de nuevo el cadáver). JAVIER: ¡Negociemos!Tu centro cultural por estos fetiches. ANTONIETA: No son fetiches. ¿Tampoco crees en el más allá? ¡Ah…! (Furiosa)Ya entiendo el juego de mi madre,quiere estar contigo en el más allá. Ella sabía que irán al mismo lugar. JAVIER: ¿Quién te dijo que yo quería ir al cielo? Allá no se puede ni jugar metras. ANTONIETA: Los jugadores no van al cielo (A la madre). Ni las promiscuas… JAVIER (Burlón): Si las promiscuas van al infierno, que me manden para allá. ANTONIETA: Cállate, hombre profano… y dame mi relicario y mi rosario.
Javier saca una moneda. JAVIER: Okey, si sale cara, tú me das el Edificio del Este y yo te entrego tus fetiches. Si sale sello, quedamos igual. ANTONIETA (Dudosa): No deberíamos violentar la voluntad de nuestra madre… JAVIER:Ya son parte de nuestra herencia, podemos hacer con ella lo que queramos. ANTONIETA (Atemorizada): ¡No me atrevo! JAVIER (Despectivo): Bueno, entonces yo los remato en cualquier tienda de santeros. ANTONIETA (Se levanta angustiada): ¡No! ¡Nuestra madre vagaría en pena! JAVIER:Eso no tiene nada de malo.La vagancia es la mejor aventura (Juguetea con la moneda). Si sale cara.También le puedes dar cristiana sepultura. ANTONIETA: ¿No harás trampa, verdad? 103
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
Javier lanza la moneda, que cae sobre el cadáver de la madre.
ANTONIETA (Enternecida, lo abraza): No, hermanito. Lee, estoy segura te dejará algo mejor... JAVIER (La obedece con falsa humildad): Hijo, por esta razón te dejaré mi colección de libros sobre el arte, escritos en mis investigaciones por el mundo… sé que si dedicas tiempo a estas lecturas, cambiarás tu visión ante la vida… ANTONIETA (Trastornada, va al estante para proteger los libros) ¿Por qué?...Tú sabes, madre, que Javier jamás leerá estos libros… Los botará… Se los dará a cualquier librero de la calle para que los remate…
JAVIER: Claro que no. Aquí está hermanita (Muestra la moneda). Salió cara… ¡Gané! ANTONIETA: Quita la mano… ¡Te conozco! (Verifica). JAVIER: Dame los documentos de propiedad del Centro Cultural Meneses. ANTONIETA: Primero dame el rosario y el relicario.
Antonieta saca del estante un sobre y lo intercambia por el rosario y el relicario. Los aprieta contra su pecho mientras Javier revisa las escrituras del sobre.
Javier,astuto,trata de acercarse al estante para desplazar a su hermana.
JAVIER (Entusiasmado):¿Puedo seguir leyendo el testamento? ANTONIETA (Transfigurada): Claro que sí. Continúa. JAVIER (Lee):“Por último,le dejo a mi fiel y abnegada hijaAntonieta,el Chalet de Playa Arrecife para que realice en él su anhelado proyecto;un hogar para los escultores de la tercera edad… (Lee estupefacto) y sólo le sugiero que acepte casarse con mi amigo,el ingeniero Felipe Montes.” ANTONIETA (Desesperada): ¡No me obligues a casarme con ese viejo libidinoso! JAVIER: ¡Que te cases!… Te manda la vieja (Sarcástico). Lo que se van a comer los gusanos, que se lo coman los humanos… ANTONIETA:Prefiero quedarme en la ruina,vivir de la caridad pública. JAVIER: Hermana, aprovecha todavía te queda algo. ¿O qué te parece? ¿Negociamos el chalet?, sin el ingeniero, claro… ANTONIETA (Se le enfrenta):Quiero crear esa fundación allí. JAVIER:¡Qué locura!Tanta hembra bella sin techo que se pasea por esas playas, y te deja el chalet para que un grupo de viejos tristes, que ni siquiera salen al sol, lo disfruten… ANTONIETA:Respeta su voluntad (A su madre).Yo te lo pedí muchas veces, me apoyabas con ese proyecto (A Javier). Sigue leyendo para ver qué te dejó a ti. JAVIER:Veamos qué propiedad me dejó ahora (Lee) “Sé que tú, Javier te resentirás. Siempre quisiste ese lugar para montar un casino, pero no contribuiré con tus vicios” (Javier llora sobre el rostro de su madre). Te estás vengando de mí…
JAVIER: ¡Son míos!Y sabes que valen una fortuna… ANTONIETA: No sabes nada de arte (Angustiada) ¿A quién se los venderás? JAVIER: Los remataré… Necesito dinero.Tengo que pagar fiadores, acreedores… ANTONIETA: ¿Cuánto quieres por mi colección? JAVIER: No son tuyos… Aquí está escrito… ANTONIETA:Están aquí porque los restauré.Los cuidé… (Va junto al cadáver de su madre. Enfadada) ¡Me has defraudado, madre!… Creí que me conocías… JAVIER:¡Qué inconforme eres! (Toma un libro) Es lo único de valor artístico que me deja.
104
105
Antonieta saca una moneda y juega con ella sobre el cadáver de la madre. ANTONIETA:¿Cara o sello? Mi Chalet contra tu colección… JAVIER:¿Y si te digo que no? (Malicioso) Esta decisión de mi madre me dice que sí le importé. Que creyó que podía ser como tú y como ella. ANTONIETA (Insidiosa): ¿Te imaginas paseándote por Chalet Arrecife con una mujer cada día y cada noche…. y un casino repleto de jugadores…?
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
JAVIER: ¿Y tú te imaginas en cada exposición al neófito de tu hermano (Con resentimiento) a este tarambana, al bohemio…, compartiendo conocimientos con tus colegas, los intelectuales, los artistas, los poetas, los escultores…? ANTONIETA: ¿Eres o no eres un buen jugador? (Juguetea con la moneda) ¿Cara o sello? JAVIER (Extasiado con el vaivén de la moneda en las manos de Antonieta):Te aprovechas de mi debilidad….Ok,si es sello los libros son tuyos y entierras a nuestra madre. ANTONIETA (Imponente): Las condiciones las pongo yo. Cara, y los libros son míos y el Chalet Arrecife con todas sus garotas es tuyo. Y el entierro no está en juego. La entierras tú.
Pausa). Ahora que estamos solos, dime, madre, ¿por qué no te casaste con mi padre? (Luz tenue. Música infantil). Lloré mucho cuando se fue aquella navidad. Lo echaste, madre, cuando todos mis amiguitos tenían a su padre cerca.Desde esa fecha no celebro la navidad,prefiero emborracharme (Junta las manos de la madre sobre su pecho). Lo vi llorar en tu puerta (Llora). Lo echaste como un perro.Me arrancaste de sus brazos… yo quería protegerlo (La sacude).Dime,madre,¿yo soy el culpable? Discutían día y noche… ¿Acaso tenías otro amor?
Los dos hermanos están frente a frente con el cadáver de la madre en medio,como en el juego anterior.Antonieta lanza la moneda que cae entre la mano inerte del cadáver de la madre. JAVIER (Con temor): Usted,viuda de Meneses,no puede jugar. ANTONIETA (Toma la moneda):No puede ser… (Decepcionada) ¡Salió sello! ¿Por qué? JAVIER (Revisa la moneda):¡Sello! ¿Quiere decir,viuda de Meneses, que tu colección de libros quedó en mis manos? (Iracundo) Perdí de nuevo… no era cierto... Lo mío es la aventura… la diversión… ANTONIETA:Que desengaño,madre.Tu hijo nos engaña hasta en tu póstumo deseo (Llora).Ahora sí se perdieron tus libros. (Busca la salida). JAVIER:Hagamos otra jugada… ¡Puedes ganar! No te vayas… ANTONIETA: No me convencerás.Adiós Javier… cumple la última voluntad de tu madre.
Altagracia se incorpora y abraza sobre su regazo la cabeza abatida de su hijo. ALTAGRACIA: Hijo, ¿me oyes? Tu padre era un enfermo, me manipulaba, pero yo lo amaba. Me amenazó con secuestrarte.
Javier no la oye. JAVIER:Si me hubieses dicho por qué nunca volvió… Siento un vacío que nada ni nadie puede llenar (Se aparta de su madre). Seguiré buscando a mi padre por los casinos,sé que era un jugador. ALTAGRACIA:Hijo,perdóname.No quise que te avergonzaras de tu padre… pero te hice más daño ocultándote la verdad. JAVIER: Me voy, madre, y aunque no me oigas te perdono (Besa la frente de su madre).Y si hay otro lugar para las almas descarriadas, espérame en el camino.Yo iré con mi padre.
Javier sale lentamente. Altagracia sonríe y se acurruca para su largo sueño. Baja la luz. TELÓN
Antonieta sale. Javier queda perturbado y arremete contra los libros. JAVIER: No quiero tus libros. Preferiste a Antonieta como siempre… Me dejaste casi en la ruina (Juguetea con la moneda). ¡Quien quita que te momifiquen junto a tus esculturas! Te apuesto a que tus amigos te llevarán al museo (Triste y reflexivo,se deja caer en la butaca. 106
107
María Miguelina González
SEÑORA CONSTITUCIÓN Dedico esta obra a la memoria de los hombres y mujeres que ofrendaron sus vidas en nombre de los derechos sociales de nuestro pueblo venezolano.
Basada en una investigación comparativa sobre las constituciones más importantes que han regido a Venezuela desde 1811 hasta 1999. Esta obra de teatro ha sido escrita con la intención de ilustrar y fortalecer el conocimiento sociopolítico de estudiantes, docentes y comunidad en general. Igualmente se reflejan los sucesos políticos más trascendentes que originaron y marcaron en la historia a cada una de las constituciones en su época.Y lo más importante; la picardía ingenuidad y tesón del pueblo venezolano. PERSONAJES: Señora Constitución 1.811 EsclavaTeófila EsclavoTiburcio Caporal Simón Bolívar. Señora Constitución 1.830 India Matilde Simón Bolívar Señora Constitución 1.857 EsclavaTeófila de 50 años EsclavoTiburcio de 55 años Señorita Constitución 1.902 Cipriano Castro Antonio Matos Edmund Coop Señora Constitución 1.936 Juana Petra Señora Constitución 1.961 Doña Blanca
Teatro emergente desde mi esquina
Doña Josefa deVerde Señora Constitución 1.999 Sr. Soberano Sra. Soberana
Época entre 1.811 y 1.999. Cualquier hora del día, cualquier lugar del mundo. Escenografía: básicamente un escritorio o mesa pequeña y tres sillas para la Constitución correspondiente que se sentará de frente al público. Las otras dos sillas serán para los consultantes, si fuese necesario. ESCENA 1
Año 1811: El esclavo Tiburcio está encadenado. Se debate sediento y febril. TIBURCIO: ¡Ayúdenme, por Dios!... ¡Quítenme estas moscas de encima!
Sigilosa entra su mujer Teófila con una totuma de agua. TEÓFILA: ¡Ay, mi negro! ¡Cómo te han puesto...? TIBURCIO: Agua…Agua... Me encadenó bajo este sol, sin una gota de agua…Tengo fiebre. TEÓFILA (Llora):Ya va,Tiburcio.Aguanta.Ya te quito las cadenas. TIBURCIO (Febril): Negra dame un poquito de agua…
Teófila le acerca la totuma a los labios resecos. TIBURCIO: ¡ApúrateTeófila… que puede llegar el caporal! Teófila trata de liberarlo. TEÓFILA: Estás que ardes, mi negro. La fiebre te está matando.
Entra el caporal.Trae su látigo. Sorprende a Teófila, le quita la totuma y, furioso, le lanza el agua a la cara a Tiburcio. CAPORAL: ¡Ahí te quedas amarra’o hasta que yo diga! 108
109
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
TEÓFILA (Se le enfrenta): Te aprovechas porque Tiburcio está amarra’o. CAPORAL: ¡No me desafíes, negra! TIBURCIO: Hoy sí eres guapo… Ayer caíste redondito por el pescozón que te di. TEÓFILA: Bien hecho que te sacó los dientes. CAPORAL:¡Son dos malagradecidos! De vaina se ganan la comida ¡Carajo! TIBURCIO (Impotente):¡Suéltame pa’que veas!…Te voy a quemá el caney… CAPORAL (Lanza un latigazo):¡Cállate! Últimamente se creen con derecho pá andá azuzando a los esclavos en mí contra.
CAPORAL:Ahora se me quedan tranquilos. Mañana te levanto el castigo,Tiburcio. TIBURCIO: Queremos votar... CAPORAL: ¿Cómo? La fiebre te volvió loco. TEÓFILA (Decidida): Eso, o el patrón se entera de todas tus marramuncias. CAPORAL: Cálmense… hablaré con el patrón pá que les dé una hora de descanso. TIBURCIO: El patrón te está vigilando. TEÓFILA:Todos los esclavos saben que montaste una pulpería en Mariche. TIBURCIO: Con los riales que te robas. CAPORAL: Negro lengua larga.
El caporal le da un puntapié a Tiburcio. Teófila se le encima como una fiera. TEÓFILA: ¡Deja a mi negro, Caporal! (Lo araña) ¡Traidor! CAPORAL: Quietecita, negra. No te resbales porque te mando a limpiar los chiqueros otra vez. TEÓFILA: ¡Quiero mi libertad y la de mis hijos! CAPORAL: Tus hijos serán mis esclavos y los esclavos de mis hijos.
El caporal azota a Teófila y a Tiburcio.Tiburcio trata de romper las cadenas. TIBURCIO: ¡No te descuides, caporal! ¡Yo sé por dónde caminas de noche! TEÓFILA: En el cumbe te están preparando una sorpresa (Sentenciosa)… ¡No ande solo, caporal! CAPORAL (Disimula su temor): No me asustan… TIBURCIO: Nosotros queremos la libertad. TEÓFILA:Y tierras pá sembrá. CAPORAL: Dale agua a tu marido a ver si se calla la boca.
Teófila, presurosa, le da beber a Tiburcio.
110
El caporal los amenaza de nuevo con el látigo. TEÓFILA:Yo te he visto mirando a la hija del patrón cuando se baña en el pozo. CAPORAL: Cállate o te mando al negrito bien lejos. TIBURCIO:Pégame bien duro.Porque aunque sea muerto lo sabrá el pueblo entero. CAPORAL (Duda):Las cosas se pueden arreglar...Una hora menos de trabajo y se me callan la boca. TEÓFILA: Siempre dice lo mismo, y en después nos amarra en el botalón. CAPORAL: Cálmate,Teófila.
Entra Simón Bolívar. SIMÓN BOLÍVAR:¡Es que trescientos años de calma no bastan! TEÓFILA: Bolívar… (Resentida) Con caporales como este seremos siempre esclavos. CAPORAL:Teófila... Esclava faramallera...Tu trabajo es lavá la ropa de la patrona y amamantá al recién nacío. TEÓFILA:Yo tengo mis hijos que atendé, y me tienen como un animal de cría. TIBURCIO: Que se hagan leyes justas pá nosotros. 111
María Miguelina González
CAPORAL (Los amenaza): Quien dijo que esclavo tiene derecho a pensá o a opiná.
Simón Bolívar se interpone. SIMÓN BOLÍVAR: ¡Caporal traidor! Tienes una mezcla de indio, negro y blanco, y golpeas a tus hermanos.
El Caporal se aparta. CAPORAL: Pa’ eso me pagan. TIBURCIO: ¿Cuántos años más de cadenas y latigazos tendremos que aguantá?
Entra la constitución mantuana de 1.811.Toma asiento mientras se echa aire con su abanico. CONSTITUCIÓN 1.811: ¡Orden en este bochinche! ¿Qué quieren ustedes? TIBURCIO: ¡Nuestra libertad! SIMÓN BOLÍVAR: Para eso estoy aquí. TEÓFILA: ¡Y que nuestros negritos vayan a la escuela! CAPORAL (Burlón): Quieren menos horas de trabajo y, ¿qué le parece? ¡Derecho al voto! SIMÓN BOLÍVAR (Sentencioso):A la luz de la verdad y del tiempo, el mérito brilla y la maldad se descubre. CONSTITUCIÓN 1.811: No pueden votar si no tienen propiedades. TEÓFILA:Mi negro quiere ser Corregidor,yo voy a votar por él. CAPORAL: ¿Cómo? ¡Ni siquiera yo tengo derecho a cargos públicos! TEÓFILA (Vitorea): ¡Tiburcio...Tiburcio!
Constitución 1.811 abre su libro, su pluma y su tintero. El Caporal se asusta. CONSTITUCIÓN 1.811: Uno por uno, señores. 112
Teatro emergente desde mi esquina
Simón Bolívar se coloca rápidamente a su lado. SIMÓN BOLÍVAR:Señora constitución de 1.811,escriba allí... CONSTITUCIÓN 1.811: Primero, dígame su nombre. SIMÓN BOLÍVAR: Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacio. CONSTITUCIÓN 1.811 (Ceremoniosa): Ajá, Simón Bolívar, prosiga. SIMÓN BOLÍVAR: ¡Desde hoy lucharé por la libertad de los esclavizados enVenezuela! CAPORAL: No, señor. Mi patrón no sabe de esto. CONSTITUCIÓN 1.811:A mí no se me ha informado de esa decisión. SIMÓN BOLÍVAR:Ya está informada.¡Nadie le tocará un chicharrón aTiburcio!
Tiburcio trata de zafarse de las cadenas. El caporal lo amenaza a escondidas de Simón Bolívar. TEÓFILA: ¡Por fin se elegirá a los representantes de este cantón! Tiburcio será nuestro corregidor
La Constitución ignora aTeófila. CONSTITUCIÓN 1.811: ¡Un momento, que se me terminó la tinta! (Llena el tintero) Ahora sí, continué Bolívar. SIMÓN BOLÍVAR: Señora, Constitución. ¡Avíspese que cigarrón atora! Anote:“Las leyes antiguas que degradan a los pardos ¡quedan anuladas! CONSTITUCIÓN 1.811: No me atosiguen… no trabajo a empujones. SIMÓN BOLÍVAR:Los tiempos pasan pronto yAmérica tiene que ser Independiente... ¡Lo he jurado! CAPORAL: ¡¿Qué se creerá este patiquín?! TEÓFILA (Alborotada): ¡Ese es mi gallo, carajo! CONSTITUCIÓN 1.811 ¡Sin obscenidades! ¡Y usted, Bolívar, más despacio! 113
María Miguelina González
SIMÓN BOLÍVAR (Fogoso): ¡Anote!Venezuela será una república independiente del dominio español… TEÓFILA:¡Se acabó la esclavitud! Esta noche que truenen los tambores… (Tratando de ser comedida) ¡No jile! SIMÓN BOLÍVAR: Sí, señores… Se acabaron los títulos, todos somos iguales. CAPORAL: Pero usted es de los Bolívar... SIMÓN BOLÍVAR: Ya le dije, desde hoy todos somos iguales. Condes, curas, dueños de haciendas y caporales... CAPORAL: ¿Por orden de quién? SIMÓN BOLÍVAR: De la Junta Patriótica. CONSTITUCIÓN 1.811:¡Un momento! ¡Se terminó la tinta otra vez! (Llena el tintero) Eso me gusta. ¿Algo más? SIMÓN BOLÍVAR: Teófila y Tiburcio y todo el pueblo tienen derecho a pensar lo que quieran. TEÓFILA (Mirando con desprecio al caporal): ¡Claro!Y a decir lo que sabemos de ciertos caporales… SIMÓN BOLÍVAR: Tienen derecho a la educación... ¡Escriba pues! CONSTITUCION 1.811: Simón Bolívar, siento informarle que se terminó la tinta. TIBURCIO (Decepcionado):¡Yo sabía! Era muy bonito pá sé verdad. SIMÓN BOLÍVAR: ¿Cómo? ¿Y usted, Señora Constitución, viene sin su pertrecho? CONSTITUCION 1.811: Espere que llegue el otro tintero, que lo traen en carreta desde La Guaira.
La señora constitución de 1.811 toma su libro, guarda la pluma y el tintero. CONSTITUCION 1.811 (Mientras sale):Cuando estén más seguros de lo que quieren y cómo lo quieren,me mandan a llamar…
Teatro emergente desde mi esquina
Simón Bolívar sale tras la Constitución de 1.811. TUBURCIO: ¡Que me quiten estas cadenas! ¡Carajo! EL CAPORAL:Yo no creo en papeles.Vamos, negro.Vas preso pa’l caney por alza’o.
El caporal se lleva aTiburcio amarrado, seguido porTeófila que grita y llora. Baja luz. ESCENA 2
1.830. Entra la indígena Matilde. MATILDE: Nos quitaron las tierras del Río Pacairigua. Queremos nuestras cartas de propiedad (Arenga) ¡Qué se haga cumplir la ley!
Entra la Constitución de 1.830. Saludo militar autoritario a los presentes.Toma asiento.Viste a lo llanero.Trae su libro, su tintero y su pluma. CONSTITUCIÓN 1.830: ¡Atención firme! ¿Qué quieren los indios sublevados y los esclavos manumisos de este cantón? MATILDE (Temerosa): Señora Constitución de 1.830, queremos que nos devuelvan nuestras tierras que lindan con Río Pacairigua. CONSTITUCIÓN 1.830: Primero lo primero. MATILDE (Furiosa): Trabajamos las doce horas como antes… Tampoco podemos votar... CONSTITUCIÓN 1.830: ¡Atención firme, le dije!
Matilde obedece.
SIMÓN BOLÍVAR (Grita): ¡Señora Constitución, no se vaya, ¡anote lo que le he dicho!... ¡Epa!... ¡Nos faltó la soberanía del pueblo!
CONSTITUCIÓN 1.830: ¡Descanse! (Se dispone a escribir).Ajá, dígame su nombre y lugar donde vive. MATILDE: Soy la india Matilde, de aquí de la Gran Colombia... Esclava de la familia Lira de aquí de la hacienda El Rincón... CONSTITUCIÓN 1.830: Hable más alto que no la escucho. MATILDE: Bueno, nosotros… queremos su merced...
114
115
Bolívar se queda pasmado.
María Miguelina González
CONSTITUCIÓN 1.830: Siéntese derecha.
Matilde obedece a regañadientes.
Teatro emergente desde mi esquina
injusticia es nuestro peor enemigo! CONSTITUCIÓN 1.830:Aquí manda José Antonio Páez. MATILDE (Llora): Murió el Libertador fuera de la patria…
MATILDE:Que nos devuelvan unas tierritas que tenemos cerca del Río Pacairigua. CONSTITUCIÓN 1.830: ¿Donde está escrito eso? MATILDE: ¿Donde va a sé, pues? En la arena del río. CONSTITUCIÓN 1.830: Si había algo escrito, lo arrastró la crecida de ayer. MATILDE: Nuestra palabra es un documento. CONSTITUCIÓN 1.830: ¿Usted sabe leer? MATILDE (Angustiada): No. CONSTITUCIÓN 1.830:Sepa usted,India Matilde,que según mi libro y nuestro presidente José Antonio Páez,Venezuela se separó de La Gran Colombia anteayer. MATILDE:A mí nadie me dijo nada. CONSTITUCIÓN 1.830: Que usted no tiene derecho a andar alborotando avisperos... MATILDE: ¡Reclamo mis derechos! CONSTITUCIÓN 1.830: ¡Cállese! Porque le debe a su patrón seis papelones, una lata de manteca y dos metros de crehuela. MATILDE: Desde que nací estoy trabajándole a la familia Lira (Arrecha). ¿Qué leyes son esas? CONSTITUCIÓN 1.830: Cuando pague lo que debe, podremos hablar de sus tierras. MATILDE:Queremos elegir a un nuevo juez de paz,a otro prefecto y nuevo gobernador… CONSTITUCIÓN 1.830: ¿Para qué quiere tanta gente? MATILDE:Para que nos defiendan y hagan cumplir la constitución de 1.811. CONSTITUCIÓN 1.830: Ustedes aún son esclavos. No pueden elegir. MATILDE: ¿Cómo?Ya no somos esclavos. Bolívar nos liberó. CONSTITUCIÓN 1.830: Simón Bolívar acaba de morir en Santa Marta.Y cállese que estamos en duelo. MATILDE:¡No me callaré! Ni mi gente tampoco callará nunca.¡La
Baja luz sobre la mesa. La constitución queda inmóvil. Entra el espíritu de Simón Bolívar envejecido, muy triste, Matilde lo recibe con devoción.
116
117
SIMÓN BOLÍVAR: Ojala que mi muerte contribuya para que cesen los partidos. MATILDE (Se le acerca): Libertador, América llorará su destierro eternamente. SIMÓN BOLÍVAR: Luché con desinterés donde reinaba la tiranía. MATILDE (Llora): Seguimos siendo esclavos. SIMÓN BOLÍVAR: Entregué mi fortuna y mi tranquilidad en nombre de la libertad de mi pueblo. MATILDE: Se burlaron de ti, Libertador. SIMÓN BOLÍVAR: No pude más, mis enemigos hoyaron lo que me es más sagrado; mi reputación y mi amor por la libertad. MATILDE: Ellos se arrepentirán. SIMÓN BOLÍVAR:Ya no aspiro a otra gloria que a la consolidación de Colombia. MATILDE: Bolívar, no se ha consolidado la unión ni la justicia en nuestro pueblo. SIMÓN BOLÍVAR:Matilde,cuando se consolide la unión descansaré tranquilo en mi sepulcro…
Simón Bolívar sale. MATILDE: La América se ha quedado huérfana.
Sube luz sobre la Constitución de 1.830.Matilde vuelve a la mesa. CONSTITUCIÓN 1.830: ¡Firme! Comprendiendo la situación de angustia del pueblo venezolano transcribo las siguientes leyes. Primero; Igualdad natural del hombre. MATILDE: Somos iguales…
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
CONSTITUCIÓN 1.830: Segundo; tienen igualdad ante la ley. MATILDE (Dolida): Es lo mismo… CONSTITUCIÓN 1.830: No es lo mismo y ponga atención…Y tercero; derecho de propiedad. MATILDE (Alegre): ¡Podremos volver a nuestras tierras! CONSTITUCIÓN 1.830: Sí, pero deje el alboroto, porque aquí también está decretada la pena de muerte para los revoltosos. MATILDE (Frustrada): Nunca seremos libres… Somos esclavos en la tierra que nos vio nacer. CONSTITUCIÓN 1.830 (Apurada): ¡Se me hizo tarde!... Me está esperando una ternera en la hacienda Los Araguatos del general José Antonio Páez (Sale). MATILDE: No creo en esos escritos… Vamos a defender nuestras tierras (Sale gritando) ¡Murió el Libertador fuera de la patria! ¡Coma’e Jacinta, compa’e Antonio!… ¡Traigan la gente y los jachos prendíos! ¡Vamos a quemá el caney!
Entra la Constitución de 1.857.Viste de sombrero,lleva una lanza y un morral.Teófila yTiburcio se asustan.
Baja luz. ESCENA 3
Entran Teófila y Tiburcio, como de 60 años, sigilosos. TIBURCIO: Negra, por fin llegamos. Cómo hemos camina’o pa’ que no me agarre la recluta. TEÓFILA (Triste):Tiburcio, eres lo único que me queda. TIBURCIO: Es verdad,Teófila. La guerra se llevó a nuestros hijos. TEÓFILA: Esta guerra de liberales y federales ha ensangrenta’o a mediaVenezuela. TIBURCIO:Y seguimos igualitos. No tenemos tierras… TEÓFILA: Seguimos siendo esclavos… esclavos… TIBURCIO:Todavía no podemos votar… TEÓFILA: No podemos pensar… TIBURCIO: ¿Por qué no nos morimos, negra? TEÓFILA: ¿Por qué va a sé, negro? Porque no tenemos derecho. 118
TIBURCIO: ¡Nos encontraron negra! TEÓFILA (Se persigna): ¡¿Qué espanto ese?! CONSTITUCIÓN 1.857: ¡Cálmense! (Burlona). Soy Doña Constitución de 1.857.Mira cómo se asustan ¡Están,chorrea’os! TEÓFILA: Me cansé de quemá muertos. Las manos me gieden a sangre. CONSTITUCIÓN 1.857 (Saca un libro muy maltratado): Les traigo buenas noticias. ¡Se abolió la esclavitud! TEÓFILA (Incrédula): …Otra vez… TIBURCIO:Cuando éramos muchachos vino una tal Constitución y dijo lo mismo.Todavía somos esclavos. TEÓFILA: ¿Libres pa’ qué? Si no tenemos dónde sembrá… TIBURCIO: Perdimos a nuestros hijos… Por eso estamos juyendo por esta montaña de Reventón. CONSTITUCIÓN 1.857:Aquí está (Muestra el libro). ¡Son libres! TIBURCIO (Triste): Igual; yo estoy condena’o a muerte porque le robé una gallina al caporal... TEÓFILA: De eso hace como cien años. CONSTITUCIÓN 1.857: También queda derogada la pena de muerte y no podrá restablecerse nunca más. TEÓFILA: ¿Derogada? ¿Y con qué se come eso? CONSTITUCIÓN 1.857: Está prohibida la pena de muerte para siempre. ¿Entendió? TIBURCIO: Entonces, Señora Constitución, ¿podré reclamá mi rancho allá en Carapita? CONSTITUCIÓN 1.857: Claro que sí. ¡Tierra y hombres libres! ¡Ley de Ezequiel Zamora! TIBURCIO:¡Qué bueno negra! ¡Por fin tendremos un techo propio! TEÓFILA (Entusiasmada): Corre,Tiburcio.Avísales a los campesinos, a los malojeros, a las lavanderas… TIBURCIO:Ya voy mujer… Lo más rápido que pueda… (Sale gritando) ¡Se abolió la esclavitud… ¡Tierras y hombres libres! Ley de Ezequiel Zamora… 119
María Miguelina González
Teófila se queda vigilante.
ESCENA 4
CONSTITUCIÓN 1.857: ¿Y túTeófila, por qué no vas? TEÓFILA:No la quiero dejar sola.Se nos puede dí como la otra vez. CONSTITUCIÓN 1.857: No,Teófila. Luché por esos llanos contra la oligarquía a lanza y machete. (Orgullosa) Pasé hambre junto a los indios de Guanarito… TEÓFILA (Con desdén): Hambre hemos pasa’o todos… CONSTITUCIÓN 1.857: Desnudos, confundidos con la oscuridad y pintados con onoto y carbón,les envenenamos las pimpinas de agua a los godos uña en el rabo. TEÓFILA (Con recelo):¿No se encumbrará de nuevo como las otras? CONSTITUCIÓN 1.857: Compartí la lucha con los negros cimarrones de Morón. TEÓFILA (Con rabia y dolor):Allá murieron mis hijos. CONSTITUCIÓN 1.857:Créeme,eres una mujer libre… Estuve Junto al general Zamora… Me dictó estos decretos que les traje. TEÓFILA (Dudosa): Me puede decir lo que quiera… No sé leé y papel aguanta lo que le pongan… CONSTITUCIÓN 1.857:Toma tu bandera y defiende tus derechos y los de tu raza en nombre de tus muertos… TEÓFILA (Decidida):¡Es verdad,marchemos en recia multitud por nuestros murtos y por los vivos que nos quedan! CONSTITUCIÓN 1.857: ¡Oligarcas temblad…Viva la libertad!
Baja luz. Salen cantando el Himno de la Federación:
Teatro emergente desde mi esquina
Marchemos liberales En recia multitud A romper las cadenas De vil esclavitud Las tropas de Zamora Al toque del clarín Derrotan las brigadas Del godo malandrín ¡Oligarcas temblad Viva la libertad! 120
Sube luz. Entra la Señorita Constitución de 1.902. Es de la clase alta caraqueña.Trae un libro donde escribe sus poemas.Toma asiento. Abre el libro. CONSTITUCIÓN 1.902 (Recita): ¡Si pudiera volar… Volaría! Sería una de las cinco águilas blancas… Me posaría vigilante a tu lado junto al Potosí… Si pudiera… montaría el caballo de Don Quijote… ¡Avanzaría al galope por tus cinco continentes…Vigilantes tú y yo para siempre…
La interrumpen el General Cipriano Castro “El Cabito” y el banquero Antonio Matos, que entran discutiendo. Cipriano Castro trae un mapa deVenezuela de 1.902, lo coloca en la pared. ANTONIO MATOS: ¡Presidente, le exijo una explicación! ¿Por qué sus chácharos me sacaron a la fuerza de mi banco? CIPRIANO CASTRO (Acento andino): Usted cree que soy un jueguito... Lo mandé a buscar ayer y se hizo el musiú. CONSTITUCIÓN 1.902: Señores, ¿qué pasa? CIPRIANO CASTRO: Vea… ¡Que bueno que ya está aquí, Señorita Constitución! CONSTITUCIÓN 1.902: Presidente, Cipriano Castro... Usted me mandó a llamar con mucha urgencia. CIPRIANO CASTRO: Así es, comience pues. Hoy 25 de marzo de 1.902… CONSTITUCIÓN 1.902:Deje que agarre aire.Si me sofoco se me corre el carmín y se me arruga el traje…Y hoy tenemos un baile con su señora enVilla Zoila. CIPRIANO CASTRO: Por ahora olvídese del baile, necesitamos que los amigos banqueros nos hagan otro préstamo. CONSTITUCIÓN 1.902: Señores, ¿resolvamos esto rápido? (Suspira). También debo terminar estos poemas para leerlos en la tertulia de mañana.
121
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
ANTONIO MATOS:Disculpe usted,General Cipriano Castro.La nación no paga (Prepotente). Ese es el problemita… CIPRIANO CASTRO: ¿Cómo dice? CONSTITUCIÓN 1.902: No grite, que me aturde. CIPRIANO CASTRO: Déjese de miriñaque… ¿Usted conoce al señor? ANTONIO MATOS: Mucho gusto. Soy Antonio Matos, representante de la banca venezolana. CIPRIANO CASTRO: ¿Y cuál es el alboroto que tienen ustedes los banqueros?
EDMUND COOP: No queremos versitos de protesta. ¡Queremos plata!... Que nos paguen los 120.555.000 bolívares que nos deben. CIPRIANO CASTRO: Vea… ¿Qué les pasó a su comitiva? Quedamos que esperarían… EDMUND COOP:Alemania (Jactancioso), mi país, no espera más. Tampoco los españoles y menos los ingleses. ANTONIO MATOS (Bufándose):El Señor Edmund Coop representa a los otros acreedores… ¡Los internacionales! CONSTITUCIÓN 1.902 (Angustiada): ¡Ah!... ¡Estamos en quiebra...! CIPRIANO CASTRO: Se les paga cuando suba el precio del café. EDMUND COOP: ¡Ya le dije que es un ultimátum! (Comienza a recoger los documentos de la mesa para meterlos en su maletín). CONSTITUCIÓN 1.902 (Se interpone): No toque nada más. ¿Donde está la orden de embargo? EDMUND COOP (Saca un documento):Aquí lo tiene. CIPRIANO CASTRO (Lee): Este es un papelito mal redactado. Necesitamos una prórroga… Venezuela atraviesa por una crisis económica. CONSTITUCIÓN 1.902 (Revisa el documento): Este papel huele mal… Como a salchichas. Señor tendrá que esperar que le podamos pagar. ANTONIO MATOS: Usted anote… las mujeres no opinan en asuntos de negocios. CIPRIANO CASTRO: La Señorita Constitución está aquí para anotar. CONSTITUCIÓN 1.902: ¡Tenían que ser hombres! ANTONIO MATOS: ¿De qué se queja? CONSTITUCIÓN 1.902: Tengo derecho a opinar… (Ofendida) Hoy discutiremos este atropello en la reunión de mujeres,con Doña Zoila, su esposa, presidente Castro. EDMUND COOP: Este territorio es un desorden. La mujer debe estar en su cocina. ANTONIO MATOS:Esa es la razón de la quiebra.Faldas en el poder. CIPRIANO CASTRO:Vea... Deje el chismorreo y dígame ¿ usted como que se puso de acuerdo con la gente de la compañía de asfalto?
La Constitución 1.902 trata de tomar apuntes. ANTONIO MATOS (Prepotente): Usted sabe, presidente, que su gobierno no ha pagado ni siquiera los intereses de la deuda (Sarcástico). ¿Y están pidiendo otro crédito? CIPRIANO CASTRO: ¿Acaso insinúa que somos mala paga? ANTONIO MATOS (Altanero): Si no paga, no hay más plata.
Entra el Alemán Edmund Coop haciendo inventario de todo lo que ve. EDMUND COOP (Acento alemán):¿Cuánto vale este palacio? ¿Y este escritorio? (Ambicioso, señala el mapa de Venezuela) ¿Y aquel cuadrito? CONSTITUCIÓN 1.902 (Recelosa): Señor, ¿qué se le ofrece? EDMUND COOP: Soy Edmund Coop, representante de la república alemana... CIPRIANO CASTRO: ¿Por qué entra como perro por su casa? EDMUND COOP: Estoy haciendo un inventario de los bienes de esta nacion. CONSTITUCIÓN 1.902: Ni se le ocurra mirar mi libro de poemas...
Mira el libro con desprecio.
122
123
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
CONSTITUCIÓN 1.902: O lo que lo mismo, los americanos. ANTONIO MATOS (Remolón): ¿Como creen? EDMUND COOP (Para sí ): ¡Americanos!... Esto está muy sospechoso. CONSTITUCIÓN 1.902 (Puntillosa): Antonio Matos, tenemos informes confidenciales de sus reuniones para derrocar a nuestro presidente Cipriano Castro. CIPRIANO CASTRO:Vea... Mis chácharos me tienen bien informado (Acusador). ¡Usted se reúne con los banqueros y algunos militares venezolanos! ¡Eso está clarito! CONSTITUCIÓN 1.902: ¡Oh! Mi patria amada... quieren deshojarte como a una mustia margarita... CIPRIANO CASTRO: Inteligencia militar me confirmó que andan en diligencias para comprar un buque armado. EDMUND COOP (Desconfiado): ¿Con que esas tenemos? Eso le interesará mucho a mi país. ANTONIO MATOS (A Edmundo Coop): No crea en chismes de reclutas. EDMUND COOP: El pago debe hacerse de manera inmediata (Amenazante)... O se tomarán medidas extremas. CIPRIANO CASTRO: ¡No me amenace! EDMUND COOP (Apabullante): Nos apoyaran Italia, Francia, Holanda, Bélgica, España y México. CONSTITUCIÓN 1.902: ¡Ambiciosos!... Como aves de rapiña quieren hacer leña del árbol caído. CIPRIANO CASTRO: ¡No se me alce! Que si la cosa se pone difícil, nosotros tenemos unos fusiles enterrados por ahí. ANTONIO MATOS: No me haga reír. Es una carrera de burro contra tigre. CONSTITUCIÓN 1.902: Señor Matos, usted debería defender los bienes de su patria. EDMUND COOP (Mira su reloj): El tiempo se acaba. CIPRIANO CASTRO (Colérico): La que se agotó fue mi paciencia. Banquero Matos, ¿me dará el crédito para pagarle a esta gente? ANTONIO MATOS: Le dije que no. CIPRIANO CASTRO (Decidido):¡Entonces va preso hasta que afloje!
Lo toma por un brazo y lo saca de escena. Llama a uno de sus Chácharos. Mientras,Antonio Matos se defiende.
124
125
ANTONIO MATOS: Esto es una dictadura... ¡No me agarre que yo camino solo! CIPRIANO CASTRO: ¡Camine!... (Llama a gritos) ¡Capitán Bruzual,llévese a este banquero bien amarrado y después me lo pasea por las calles de Caracas como escarmiento! CONSTITUCIÓN 1.902 (Burlona): Edmund Coop, ¿aún quiere reclamar nuestro territorio? EDMUND COOP (Ríe prepotente): Ese monito que ustedes tienen como presidente no me amedrenta con su arrogancia.
Regresa Cipriano Castro sofocado. CIPRIANO CASTRO: ¿Y usted que está esperando para largarse con sus salchichas piches de nuestro país? EDMUND COOP: Que me dé mi pedacito de tierra por lo que me debe. CONSTITUCIÓN 1.902: ¿Cómo dijo? CIPRIANO CASTRO (Enardecido): Señorita Constitución, copie pues el número cinco.
La Señorita Constitución escribe en su libro. CONSTITUCIÓN 1.902: Diga, presidente. CIPRIANO CASTRO:Ningún venezolano podrá enajenar a ninguna potencia extranjera parte alguna de su territorio, ni implorar protección. EDMUND COOP (Amenazante): Les aviso que ya nuestras escuadras aliadas, la alemana y la inglesa, retuvieron a tres de sus vapores en La Guaira. CONSTITUCIÓN 1.902: ¡Qué horror!... ¡Nos han bloqueado! EDMUND COOP:También les pusimos otro barquito con los cañones listos en Puerto Cabello.
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
CONSTITUCIÓN 1.902 (Indignada escribe): Pues nosotros nos reservamos todos los derechos y la jurisdicción Legislativa y Ejecutiva concerniente a la navegación marítima,costanera y fluvial deVenezuela. EDMUND COOP: ¿Con quiénes cuentan ustedes? Son unos salvajes en guayuco que acaban de salir de la esclavitud. CIPRIANO CASTRO: ¿Ustedes olvidaron que a este pueblo no lo doblega nadie?Y que la soberanía es el legado que nos dejó Simón Bolívar. CONSTITUCIÓN 1.902: ¡La libertad nos corre por las venas como las aguas del Mar Caribe y el Río Orinoco! Impulsivamente, Edmund Coop agarra el mapa deVenezuela y le rompe un pedazo.
CONSTITUCIÓN 1.902: ¿Qué ocultas, mi tierra? ¿Por qué atraes tantas pasiones?… ¿Será que ocultas algún perfume? ¿Alguna magia?...¿Será una salvia que cura el hambre y no lo sabemos…? (Coloca el cuadro en su lugar). Ganamos otra batalla… Hasta el futuro siempre...
EDMUND COOP: La república Alemana se conforma con este pedacito (Ambicioso). La Isla de Margarita. CONSTITUCIÓN 1.902 (Le arrebata el mapa):Usted no se queda con nada.
Edmund Coop logra arrancar otro pedazo del mapa. EDMUND COOP:Y los ingleses quieren el Delta del Orinoco. CIPRIANO CASTRO:¿Qué fue lo que no entendió? Usted,se me va con sus fragatas.
Cipriano Castro le quita el mapa y lo obliga a salir fuera de escena, mientras llama a su escolta. CIPRIANO CASTRO: Capitán, llévese a este alemán. Asegúrese de montarlo en su fragata.
La Señorita Constitución queda sola. Comienza a reconstruir el mapa deVenezuela.
126
Sale llevando su libro de poemas, mientras baja la luz. ESCENA 5
Entra Juana y Petra toman asiento en las sillas laterales. PETRA: Coma’e Juana, ¿ya compró el quintito? JUANA: …Cállese comadre, Petra. Si mi marido se entera, me quita la platica. PETRA:Ah, pues, coma’e. Juéguese su quintito. JUANA: El marío de la comadre Antonia juega la ruleta. PETRA:Y también tiene otras mujeres. JUANA: Dicen que cuando se acuesta con una, le lleva la cuenta, y sabe si el muchacho que viene es de él. PETRA: Coma’e, y hablando de muchachos, ¿dónde están los suyos? ¿Y el Compa’e Lutercio? JUANA: Los muchachos están en la escuela y mi marido fue comprar kerosén y unos periódicos.
Entra la Constitución gocha de 1.936.Trae una bomba de flix. Revisa por debajo de la mesa y los alrededores CONSTITUCIÓN 1.936: Saque los pies de ahí... ¡Vamos rápido! PETRA: ¿Y quién es usted? ¿Y pá qué nos quiere ver los pies? JUANA (Escondiendo los pies): ¿Qué busca? CONSTITUCIÓN 1.936: Soy Doña Constitución de 1.936… ¿Sabe usted quien es el General López Contreras? (La fumiga con el flix) Saque los pies, le dije... JUANA (Zalamera): ¡Claro, es el presidente deVenezuela! PETRA (Vanidosa): Mucho gusto, yo soy Petra Pérez. JUANA: …Y yo Juana, para servirle a Dios y a usted. 127
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
CONSTITUCIÓN 1.936:Así me gusta...Apúrese,quítese las alpargatas,que tengo que visitar los caseríos del Bautismo,Pedregal y Corocito.
JUANA: Sí, señora... ¡Pero ese libro primario es más difícil! CONSTITUCIÓN 1.936 (A Juana): ¿Y usted saben leer? JUANA: Un poquito, pero la comadre Petra no sabe. CONSTITUCIÓN 1.936 (A Petra):Pues aprenda,porque estamos luchando para que la mujer pueda ejercer su derecho al voto (Anota en su libro). ¿Y su marido, doña Juana? ¿Sabe leer? JUANA: Lutercio sí. Se la pasa leyendo la política. CONSTITUCIÓN 1.936: Su marido sí puede votar (Da un respingo), pero que tenga cuidado con lo que lee. PETRA: Menos mal que mi marío no tiene tiempo pa’ eso. CONSTITUCIÓN 1.936 (A Juana): La propaganda de guerra está prohibida (Amenazante). Su marido puede ir preso. JUANA: Imagínese comadre, con nuestros maridos presos, ¿quién nos mantendría esa muchachera? PETRA: Mi marido es solamente un agricultor. CONSTITUCIÓN 1.936: Que así sea, porque se necesitan unos cuantos presos para terminar la carretera hacia La Guaira. PETRA (Imprudente): Señora Constitución, ¿es verdad que han encontra’o muchos pozos de petróleo? CONSTITUCIÓN 1.936: Sí, pero eso es asunto del gobierno. Su trabajo es mantener la higiene en este hogar. JUANA: Cállese, comadre y prepare el café que por ahí debe venir su Marío del conuco.Y si la encuentra hablando conmigo me corre. CONSTITUCIÓN 1.936:Así es, aquí lo primero es la agricultura, la crianza de sus muchachos y la modernización de nuestro país. PETRA: ¡Comadre, se me queman las caraotas!
Juana y Petra temerosa le muestran los pies. JUANA: Está bien. CONSTITUCIÓN 1.936: Me lo supuse, tiene niguas (Le rocía el flix).Ya le voy a mandar la sanidad para que las pongan presas. PETRA (Asustada): No se preocupe, señora Constitución. Hoy mismo nos curamos. JUANA: Con cebo criollo y kerosén. CONSTITUCIÓN 1.936: ¿Seguro que no han vaciado la bacinilla de orinas rancios que tienen debajo del catre? PETRA:Yo tengo una totuma y la lavo todos los días.
Constitución de 1.936 toma asiento.Saca un libro comienza a leer. CONSTITUCIÓN 1.936:Todos los venezolanos que vivan en esta gran hacienda llamadaVenezuela, ¡oigan bien! PETRA (Asustadas): ...Estamos oyendo... CONSTITUCIÓN 1.936:Deben mantener las medidas de sanidad. JUANA:A mí no me da ni gripe. CONSTITUCIÓN 1.936:Tienen que vacunarse contra la viruela, el paludismo y la disentería. JUANA:Yo no me vacuno. A mi marido Lutercio le quemaron el brazo con un gierro prendío. CONSTITUCIÓN 1.936: Si no se vacuna, va presa (A Petra). ¿Dónde está el dueño de la casa? PETRA: Está en el conuco arrancando unas yucas. CONSTITUCIÓN 1.936: ¿Y los muchachos? PETRA: Juan, Daniel, Alberto, Jesús y Pedro están buscando una guinda de agua en la quebrá. CONSTITUCIÓN 1.936: ¿Tiene cinco muchachos nada más? PETRA: No, Felipa,Vidalina, Hortensia yVictoria fueron a llevarle un dulce de toronja a la coma’e Antonia. CONSTITUCIÓN 1.936 (A Juana):¿Y los muchachos suyos están en la escuela? 128
Petra corre a la cocina a apagar las caraotas. CONSTITUCIÓN 1.936 (Azorada): Caramba tengo que irme.Ya me agarró la tarde para subir a la Siria. JUANA (La sigue hasta la salida): ¡Hasta mañana comadre, me voy corriendo a avisarle a la comadre Antonia que bote los miaos… y les saque los piojos a los muchachos!
Baja luz. 129
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
ESCENA 6
CONSTITUCIÓN1.961:Claroaquídice(Leeorgullosa)Derechos al seguro social, podemos negociar con los países de América. JOSEFA DEVERDE (Lee eufórica): por fin podemos votar nosotras las mujeres. DOÑA BLANCA:Señora Constitución,fúmese esta picadura.Está bien buena...
Entra la Constitución de 1.961. Trae un portafolio, fuma pipa. Toma asiento comienza a revisar papeles. Entran sigilosas Doña Blanca y Doña Josefa deVerde; la primera trae una caja de tabacos, la otra una botella de licor. DOÑA BLANCA: ¿Cómo esta Doña Constitución? Le traje el tabaquito de Guatire que tanto le gusta. CONSTITUCIÓN 1.961: Muchas Gracias, Doña Blanca.Ya se me terminó el que me trajo la semana pasada. DOÑA BLANCA: ¿Le gustó? Es muy aromático. JOSEFA DE VERDE:Yo también le traje su regalito. Una buena botella de brandy importado. CONSTITUCIÓN 1.961: Doña Josefa deVerde, ¿por qué se molestó? JOSEFA DEVERDE: Es un regalito que le caerá muy bien en estos momentos tan tensos. DOÑA BLANCA: Los conciudadanos piden más que un cieguito. JOSEFA DEVERDE (Orgullosa): Es el nuevo hombre social cristiano. CONSTITUCIÓN 1.961:Tengo mucho trabajo… Las elecciones cerca. Las guerrillas por las montañas de El Bachiller... DOÑA BLANCA:Hacia mis tierras tenemos ñángaras en el Barrio y la Guairita. JOSEFA DEVERDE: Hay que andar rápido o se nos prende el país. DOÑA BLANCA: Debemos llegar a un acuerdo. Los tiempos han cambiado. CONSTITUCIÓN 1.961: Pasaron de moda las dictaduras.Ya estamos en 1.961. DOÑA BLANCA:Tenemos una crisis económica muy fuerte,mucha plata por fuera. Mucho latifundio y nosotras… sin un pedacito de tierras. CONSTITUCIÓN 1.961:Así es, estamos en una democracia representativa... ¿Y qué propone usted doña Josefa deVerde? JOSEFA DE VERDE: Se han logrado muchos beneficios para el pueblo. ¿Usted los tiene anotados allí?
Doña Blanca le enciende la pipa. Constitución 1.961 se asfixia por la humareda.
130
131
JOSEFA DEVERDE:Mejor échese un traguito de brandy para que le pase el ahogo.
Las tres brindan. CONSTITUCIÓN 1.961 (Recelosa): Que rápido se acostumbra una a la buena vida. DOÑA BLANCA: No diga eso. Estamos decidiendo el futuro de Venezuela. JOSEFA DE VERDE: Los acuerdos son muy difíciles, fíjese que yo como representante de mis electores.No puedo complacerlos a todos. CONSTITUCIÓN 1.961: Sirva otro traguito, que esta reunión se pone buena... DOÑA BLANCA (Disimula zalamera): Pruebe este tabaco. Está mejor que el primero.
Constitución no sabe a quién atender. DOÑA BLANCA:Sobre todo me preocupan unos cuantos grupos de alza’os que andan alborotando las universidades y lanzando tachuelas en las calles. (Mira a Josefa deVerde con recelo). Doña Josefa deVerde… ¿usted no tendrá la mano metida en todo esto? JOSEFA DEVERDE (Disimula): Los de las universidades son unos cabeza caliente… Caramba, Doña Blanca no me mire así… Échese un traguito usted también. DOÑA BLANCA: ¿Y qué hacemos con los desempleados y los transportistas?
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
CONSTITUCIÓN 1.961 (Medio entonada): Para eso estamos aquí. Dicten que yo copio. JOSEFA DEVERDE: Ustedes lo saben, yo también soy representante de esta democracia. DOÑA BLANCA: No se dé ínfulas, su votación está chucuta. JOSEFA DEVERDE: No empecemos de nuevo. CONSTITUCIÓN 1.961: Por favor señoras, en paz… JOSEFA DE VERDE: Disculpe… Yo podría tratar de apaciguar a esos muchachos cabeza caliente. CONSTITUCIÓN 1.961:¡Este tabaquito de Guatire sí está bueno! (Toma un trago de brandy).Y este brandy levanta a una muerta. DOÑA BLANCA: Bueno, y si no queda otro remedio, suspendemos las garantías. CONSTITUCIÓN 1.961: Es un cuchillo de doble filo. Pero pónganse de acuerdo y esto será un punto fijo. DOÑA BLANCA: Pudiera ser diez años de gobierno para mí y cinco años para usted Doña Josefa....
CONSTITUCIÓN 1.999: ¡Qué palo de agua! (Sacude el paraguas). Por poquito me arrastra la vaguada.
Doña Josefa deVerde da un golpe en la mesa. JOSEFA DEVERDE: ¡No señor! A partes iguales o le prendo todas las universidades del país. CONSTITUCIÓN 1.961 (Sirve tres tragos): ¡Tranquilas!
Las tres están medio borrachas. DOÑA BLANCA:Así es conciudadana,cinco años pá usted y cinco pá mí. ¿Ya anotó, Señora Constitución? CONSTITUCIÓN 1.961: Claro yo estoy aquí para copiar su voluntad y esto queda entre nosotras tres. Échese otro trago.
Salen abrazadas cantando música cañonera. ESCENA 7
Se oyen truenos. Entra Constitución de 1.999, vestida de rojo, cubriéndose de la lluvia con una sombrilla roja.Trae un portafolio rojo. 132
Saca su computadora. CONSTITUCIÓN 1.999:Este año 1.999 sí me agarró fuerte… ¡Qué agotada estoy de tantas marchas… subir y bajar cerros!
Entra Soberano con una bandana negra sonando su cacerola.Por el otro extremo entra Soberana con una bandana roja tocando su diana. Los dos contemporáneos de los años 60. CONSTITUCIÓN 1.999 (Aturdida):Señores,a esta hora no me he desayunado... Necesito una tregua… SOBERANO (Señala a soberana acusador): ¡Yo tampoco he comido! SOBERANA (Lo ignora):Señora Constitución,quiero saber cómo quedaron las propuestas que formulamos en la Constituyente. CONSTITUCIÓN 1.999 (Busca en la data de su computadora): Aquí están... ¿Usted son los esposos Soberano? SOBERANA: ¡Éramos! CONSTITUCIÓN 1.999 (Asombrada): Pero ustedes aprobaron en referéndum la Asamblea Constituyente de 1.999. SOBERANO (Evasivo): Por fin, ¿cómo quedamos con Pdvsa? CONSTITUCIÓN 1.999: Será administrada por ustedes las venezolanas y los venezolanos. SOBERANO: ¿Cuáles venezolanos? Los Rojo Rojito. SOBERANA: ¡Cállate! CONSTITUCIÓN 1.999: Ustedes lo decidieron… Tienen el derecho a la participación en las riquezas generadas del petróleo. SOBERANO (Sarcástico): Será mi “mujer” que está estudiando en sus fulanas misiones. CONSTITUCIÓN 1.999 (Optimista): Esta democracia sí es protagónica y participativa. SOBERANO (Impaciente): Mucho colorido y mi mujer y yo a punto de un divorcio. CONSTITUCIÓN 1.999: ¿Cómo? 133
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
SOBERANO:Así es (Triste).Ella camina con la revolución y yo con la oposición. SOBERANA:Tú sabías que yo era revolucionaria.¡Mis padres fueron del Partido Comunista!... CONSTITUCIÓN 1.999 (Desalentada):Vine aquí para que revisen estas leyes que ustedes han transcrito. No a resolver problemas conyugales. SOBERANO: Debería interceder. Por su culpa nuestro matrimonio se fue al diablo… CONSTITUCIÓN 1.999: Un momento. ¿Ustedes me llamaron para esto? SOBERANA:Quien te ve con esa olla pensaría que te gusta mucho la cocina... SOBERANO: Di tu verdad… SOBERANA: Mira como me tienes las ollas de tanto cacerolear en la ventana (Trata de quitarle la olla) ¡Cada vez que me voy a una marcha con mi Comandante! SOBERANO:Ella ya no cocina...¿Será que se va a postular (Irónico) como diputada? CONSTITUCIÓN 1.999 (Lo increpa): La señora Soberana también puede ser presidenta. SOBERANO (Da un cacerolazo en la mesa):Lo que le faltaba a este país una mujer como presidenta. CONSTITUCIÓN 1.999 (Convincente):También puede administrar los bienes alimentarios,de salud,vivienda,transporte… SOBERANO (A Soberana):Andas en eso desde el paro petrolero. (Arrecho) ¡Dormiste en la calle! SOBERANA: Estaba haciendo la cola para comprar la gasolina que tu gente saboteó... ¿Se te olvidó? SOBERANO: Tampoco se me olvida que el vago de la esquina midió el frente de esta casa ¿Dime para qué? CONSTITUCIÓN 1.999 (Preocupada): ¿Qué les pasa señor y señora Soberano? Son tiempos de cambio. SOBERANO:No creo en esos cambios.El que quiera tener carro y casa igual que yo… (Cacerolazo) ¡Que trabaje! SOBERANA: ¿Hasta cuándo, Soberano? Entiende, es igualdad de oportunidades.
SOBERANO:¿Cuál igualdad? ¿Cuál revolución?Tengo un año lavando y planchando y mi mujer calle arriba y calle abajo detrás del hombre de la verruga. CONSTITUCIÓN 1.999:Pónganse de acuerdo.Son venezolanos, viven en la misma casa, duermen en la misma cama. SOBERANA:Yo no duermo con el enemigo… El otro día puso a calentar agua. Creo que me quería quemar. SOBERANO: No era para ti…Te olvidaste que por poco me queman el carrito por culpa de tu vecina.Tu compinche oxigenada del Círculo Bolivariano. CONSTITUCIÓN 1.999: ¡Dios mío! ¡Qué amor tan ardiente el de ustedes! SOBERANA: ¿Qué le parece? Se compró un televisor para él solo. CONSTITUCIÓN 1.999 (Desencantada): Ustedes lo que necesitan es un consejero matrimonial. SOBERANO:Ya no te conozco. No eres la misma chica que se escapaba conmigo al Ávila. CONSTITUCIÓN 1.999: El “Guaraira Repano” sigue ahí esperando por ustedes. SOBERANA (Suspira): Como quisiera que volvieran aquellos tiempos de paz y amor. SOBERANO: Cuando entiendas que esos motorizados no son como yo, que te engañan con cantos de sirenas y falsas promesas. SOBERANA: Señora Constitución se da cuenta. Entre este escuálido y yo no existe entendimiento. SOBERANO: Desde el 4 de febrero 1.992 comenzó mi martirio. SOBERANA:En un minuto de discurso despertamos los venezolanos. CONSTITUCIÓN 1.999:Fue el“por ahora”,y será“para siempre” SOBERANO:¡Claro! Usted se lava las manos….¡Que nos matemos! CONSTITUCIÓN 1.999 (Atormentada): ¡Están disociados, reconozcan sus diferencias! SOBERANA: Que respete mis ideas y negociamos. CONSTITUCIÓN 1.999: El único acuerdo es la soberanía de nuestro pueblo está escrito aquí; educación, cultura, salud, alimento y vivienda... SOBERANO:Yo podría hacer un gran esfuerzo en nombre del amor que nos tuvimos.
134
135
María Miguelina González
Teatro emergente desde mi esquina
CONSTITUCIÓN 1.999: Y que todavía se tienen. ¡Amor con amor se paga! SOBERANA:Vengase, mi negro, firmemos la paz con un beso. En esta patria y en esta casa cabemos todos.
CONSTITUCIÓN 1.936: …Que nos queda mucho camino por recorrer… SIMÓN BOLÍVAR: Ese camino es el conocimiento de sus decretos… CONSTITUCIÓN 1.961:Y la aplicación de sus leyes.
Soberana sale abrazando a su marido. Él suena la cacerola y ella su diana. ESCENA 8
Luz tenue. Mientras la Constitución 1.999 se queda tomando aliento, luego escribe en su computadora. Orgullosa toma su decreto, se pone de pie y lee. CONSTITUCIÓN 1.999:General Bolívar cumplo con darle parte de lo siguiente:desde 1.811 a hasta hoy van doscientos años de historia republicana y hemos pasado por aquí 27 constituciones…
Luz sobre Simón Bolívar.
La Constitución de 1.999 da un paso al frente, se coloca junto a Simón Bolívar y le entrega el libro. CONSTITUCIÓN 1.999: ¡Están aquí! Los discutió y redactó nuestro propio pueblo. SIMÓN BOLÍVAR (Con gallardía): Sellarán nuestro avance al futuro… (Da un paso al frente) y estén bien seguros que yo estaré siempre aquí para garantizarlo.
Las constituciones conforman un rincón patrio con Simón Bolívar al centro. TELÓN
SIMÓN BOLÍVAR: Deposité en sus manos el mando supremo de Venezuela…suyo fue, es y será el augusto deber de consagrarlo a la felicidad de la república.
Entran las constituciones por orden de aparición desde la primera escena y se irán colocando hasta conformar un rincón patrio con Simón Bolívar al centro. CONSTITUCIÓN 1.811: Hemos avanzado lento pero seguro. CONSTITUCIÓN 1.830: ¿Usted sabe, general, las pasiones que se despiertan en este país? SIMÓN BOLÍVAR: Sí, pero sepan que en sus manos está la balanza y los destinos de nuestro pueblo… CONSTITUCIÓN 1.857: La medida de su gloria. CONSTITUCIÓN 1.902 (Exaltada): Son grandes las ideas de sus hijos, por lo cual sabrá usted, Libertador... 136
137
ÍNDICE
Amor bajo el sol
15
Mercaíto
30
Reciclaje urbano
54
Sacrilegio póstumo
92
Señora constitución
108
Teatro emergente desde mi esquina se terminó de imprimir en junio de 2016 en el Sistema de Editoriales Regionales Sede Miranda República Bolivariana de Venezuela