Una lata en el bosque y otras historias sobre la empatía

Susanna Isern · Rocio Bonilla

Una LATA en el bosque Y otras historias sobre la empatía

Las hojas tostadas crujen bajo sus pies. Marina inspira, huele a tierra mojada, algunas

gotas de lluvia le hacen cosquillas en la nariz. Su cesta aún está vacía, pero ella sabe que las setas se esconden en lugares secretos del bosque, solo necesita ser paciente.

De pronto, Marina mete el pie en un objeto duro y cortante. ¡Es una lata de metal! Y, por si fuera poco, se ha quedado atascada. Por suerte, un grupo de animalillos del bosque acude a su rescate. Ardillas, ratoncitos y gorriones liberan a Marina de la peligrosa lata.

Marina y Jorge son hermanos, uno nació casi tres años después que el otro, y esa diferencia de edad hace que a menudo surjan discusiones.

Una tarde, aprovechando que Marina no está en casa, Jorge hace lo que más le gusta en el mundo: entrar en la habitación de su hermana mayor.

Jorge se pone el disfraz de Spiderman de Marina y juega con su colección de dinosaurios. Pero ese día Marina llega antes de lo previsto y pilla a su hermano pequeño in fraganti.

Marina está a punto de estallar, no soporta que Jorge toque sus cosas sin permiso. Pero entonces se acuerda de aquella vez en la que ella no pudo evitar colarse en el cuarto de su primo. Así que, en lugar de bufar como una gata furiosa, dice: —¡Menuda aventura que te has montado! Si quieres, jugamos juntos, aunque la próxima vez pídeme permiso, ¿de acuerdo?

Hace un día fabuloso. Jorge y sus compañeros del campamento de verano han ido de

excursión a la playa. Nada más pisar la arena, todos corren hacia el mar. Cuando salen del agua, juegan a las palas y a construir castillos de arena.

Todos se divierten. Sin embargo, Jorge observa que Naim, el niño nuevo, está solo.

—¿Por qué no juegas con nosotros? —le pregunta.

Naim lo mira y le contesta con unas palabras que Jorge no entiende.

—¡Ah, claro! —dice Jorge—. Hace poco que vives aquí y aún no hablas nuestro idioma.

Entonces el niño se lanza a la arena y comienza a dar vueltas.

—Esto se llama hacer la croqueta.

Naim sonríe y, mientras se reboza, trata de pronunciar aquella curiosa palabra: «croqueta».

Marina camina por el bosque, las hojas tostadas crujen a su paso.

De pronto mete el pie en un objeto duro y cortante. ¡Es una lata de metal!

Y, por si fuera poco, se ha quedado atascada. Por suerte, un grupo de animalillos del bosque acude a su rescate.

Marina, jorge, naim, toni, liz, todos ellos son protagonistas de trece historias encadenadas por la empatía donde será necesario entender los sentimientos de los demás.

ISBN 978−84−19401−73−1 ISBN: 978-84-19401-73-1

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