“después de todo, ¿no estamos actuando a la defensiva cuando respondemos a los golpes que recibimos de arriba? [...] hay que tomar una voz fuerte para hacer oír a los sordos. demasiado tiempo han respondido a nuestras voces con el encarcelamiento, la cuerda y voleas de rifle. no cometan errores; la explosión de mi bomba no es solo el grito del rebelde vaillant, sino el grito de toda una clase que reivindica sus derechos y que pronto añadirá actos a las palabras. [...] estas ideas, acogidas por los desgraciados, florecerán en actos de revuelta como lo han hecho en mí, hasta el día en que toda autoridad desaparezca”