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ALCÁZAR ES NATURALEZA ..............................................................PÁG

Alcázar es Naturaleza

Alcázar de San Juan se encuentra en el centro de la llanura manchega donde los paisajes de tierras labradas y sembradas de cereales y vides se salpican de pequeños cerros y humedales. El término municipal está jalonado por diferentes humedales como el Complejo Lagunar compuesto por 695 hectáreas que forman parte de la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda (declarada por la UNESCO), además de Zona de Especial Protección de Aves, Refugio de Fauna y Espacio Protegido de Castilla – La Mancha. La Laguna de la Veguilla, la Laguna del Camino de Villafranca y la de Las Yeguas, son el hábitat de numerosas especies animales y aves de paso que se pueden observar en diferentes épocas del año como cigüeñas, garzas, ánades, flamencos o grullas; así como de invertebrados y plantas únicas en la Península Ibérica como algunos escarabajos y la planta del limonium. Las estaciones de primavera y otoño son las más adecuadas para visitar los espacios naturales, donde encontrarán disponibles observatorios de aves accesibles en el Complejo Lagunar, siendo recomendable vestir ropa cómoda e ir provistos con prismáticos para la observación. Otra opción muy interesante consiste en realizar en bici la Ruta a las Tablas del Záncara, también llamado espacio natural de la Junta de los Ríos Záncara y Gigüela. La distinta naturaleza de los ríos, uno con aguas dulces y el otro con aguas saladas, dan lugar a un humedal de unas características muy peculiares, de gran interés botánico y diversidad de aves.

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En el casco urbano también se puede disfrutar de la riqueza natural del Parque Alces, pulmón verde de Alcázar en el que pueden observarse más de 300 especies de plantas y animales, entre ellas, un ciprés azul catalogado como el único árbol singular dentro de un parque urbano en toda Castilla–La Mancha o la diversidad de mariposas que se pueden observar en diferentes estaciones. Otro espacio natural urbano es el Parque Cervantes, conocido como el “parque viejo”, construido en los años 20 del s. XX donde la naturaleza se entremezcla con el Quijote, ya que en él se encuentran unos bancos decorados con azulejos historiados que van narrando diferentes pasajes del libro. No deben perderse: observar un atardecer desde

los Molinos de Viento del Cerro San Antón

un espectáculo sobrecogedor en el que el sol se pierde en el horizonte proyectando los colores del fuego sobre la tierra y del que se llevará un recuerdo inolvidable.

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