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Cronista oficial de Almagro (Arcadio Calvo
from Almagro Fiestas 2017
by editorialmic
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Breve estudio sobre los bienes temporales que les fueron secuestrados a los jesuitas en Almagro tras su expatriación en el año 1767 por Carlos III
250 años del destierro de la Compañía de Jesús de España
Bajo la acusación de estar detrás de los motines populares del año anterior-conocidos con el nombre de Motines de Esquilache –Carlos III firmó la Pragmática Sanción en 1767 que dictaba la expulsión de los jesuitas de todos los dominio de la Corona de España, incluyendo los de Ultramar y decretaba la incautación del patrimonio que la orden tenía en el imperio. Sin embargo, las verdaderas causas que motivaron la medida hay que buscarlas más allá de las revueltas sociales donde la implicación jesuita nunca ha podido demostrarse(1) .
Con gran sigilo, la madrugada del 2 de abril, las tropas reales acudieron a las 146 casas de los jesuitas y les comunicaron la orden de expulsión contenida en la Pragmática Sanción. Fueron deportados de España 2641 jesuitas y de las indias 2630.
La Compañía de Jesús se restauraría en España por el Papa Pío VII en 1814, bajo el reinado de Fernando VII.
La comunidad jesuítica de Almagro en el momento de su expulsión estaba formada por los diez religiosos siguientes:
- Juan Antonio Victoria, Vicente Villarreal, Juan Alfonso Melgares y José Basco; que ejercían de padres operarios. -Los misioneros: Antonio del Río y Diego Roldán. -Un predicador: Francisco de Borja Marín. -Francisco Quartero, maestro de Moral. -Cristóbal Inocente Thena, maestro de Gramática. - Y por último Juan Antonio de Moya, procurador.
El 4 de abril se efectuó la salida de los diez padres. Su destino: el puerto de Cartagena para embarcarlos a otros lugares donde serían acogidos. Fueron acompañados por veintitrés personas, entre soldados y mozos. Nueve pares de mulas y tres caballos fue el transporte utilizado, y trece largos días los empleados en el viaje.
Importantísimo fue el patrimonio temporal incautado a los jesuitas de Almagro como importante también fue la buena administración que estos religiosos llevaron a cabo desde que recibieron la gran fortuna del capitán de la Marina Mercante, Alonso Sánchez Maldonado(2), que desde la última década del siglo XVII fue el gran mecenas que la compañía tuvo en nuestra ciudad. En 1692, escritura a nombre de los religiosos de la Compañía, la gran finca Flor de Ribera, entre los términos de Carrión y Torralba. En 1710 adquiere para ellos la no menos importante del Pardillo, compró casas entre la Iglesia Nueva y los Palacios Maestrales para edificar el colegio, hoy sede de actividades municipales. Con su caudal, se terminó de levantar la iglesia hasta la “última perfección” (obra interrumpida durante muchos años por falta de fondos para su financiación). En su testamento ordenaba que, acabada la iglesia con el retablo y lámparas de plata en el altar mayor, se atendiesen con la misma idea todas las capi-
Antiguo retablo de la capilla mayor (destruido en la Guerra Civil). Imagen de Bernardo Portuondo.
(1) Fragmento del artículo publicado el 15/01/2015 en ABC por César Cervera. (2) Don Alonso Sánchez, era natural de Puertollano. Como capitán de la Marina Mercante hacía la Carrera de las Indias en donde hizo una gran fortuna. La relación de este mecenas con los jesuitas de Almagro venía dada de una “amistad casual” en el Colegio Imperial de Madrid con el padre Juan de Arrese, jesuita que llegaría más tarde como rector de la Casa Colegio de Almagro en 1685. Testó en Sevilla el 11 de marzo de 1722, falleciendo en la capital hispalense en 1723. No vio terminados ni iglesia ni el tan deseado colegio de Almagro.
llas. Y que las torres fuesen dotadas de campanas y reloj. La famosa imagen de Nuestra Señora del Pópulo, más las duplicadas de san Miguel y san Francisco de Javier fueron expresamente traídas de Nápoles.
No solo fueron los bienes que dejó don Alonso a los jesuitas, sino las directrices con las que debían llevar la hacienda, dando un plan para la mejor explotación y rendimiento de sus tierras y ganados.
A lo largo de varios años la explotación agropecuaria que llevaron los jesuitas en las fincas de Almagro fue reconocida como una de las mejores de España. Igualmente consiguieron que su ganado mular fuera de gran renombre en toda la península.
Cientos de hectáreas de cereal, catorce mil olivos, y ciento veintinueve mil vides tenían en las posesiones del Campo de la Membrilla, Pozuelo, Flor de Ribera y el Pardillo. En Flor de Ribera, cerca del rio Guadiana, la compañía tenía casa principal e iglesia, fragua, tejera(3), molino harinero, pozos de nieve y bodega. Había bodega en la Membrilla y Pozuelo y un importante número de colmenas en Luciana. Varias casas en Almagro, heredadas de devotos almagreños; en las calles de Villarreal, Clavería, Feria, Arzobispo Cañizares (entonces Altozano), y otra pequeña en la calle Compañía, junto a la iglesia vieja donde daban clase a niños de primeras letras.
En el capítulo ganadero tampoco estaban escasos; en yeguas preñadas, horras, con machos y mulas domados, 194 caballerías. Caballos padres, lateros, garañones y pollinos, 40. Piara de mulas de treinta meses, a un año y de desteto, 96. Piara de machos de treinta meses a un año, 131. Potras y potros, 22. siete bueyes de labor y seis reses de vacuno. A esto habría que añadir una enorme piara de cerdos.
Al noviciado de Madrid, pertenecían otras 25 caballerías entre mulas y machos.
El ganado lanar se cifraba en casi 2000 cabezas.
Estos bienes, desde el momento de la exclaustración de los regulares por Real Orden pasaron a ser administrados provisionalmente por una junta municipal conocida como Junta de Temporalidades, que sería la encargada de subastar las posesiones públicamente y sus beneficios serían ingresados en las arcas de Hacienda.
La Real Cédula del mismo año de 1767 decía que por el “perpetuo extrañamiento de estos mis dominios, los de Indias e islas adyacentes de los regulares de la compañía del nombre de Jesús y ocupación de sus temporalidades, reserve tomar separada provisión sobre las aplicaciones equivalentes de sus bienes. Oídos los ordinarios diocesanos en lo que fuere necesario y conveniente y posteriormente se expedirán cartas circulares a todos y especialmente a vos […] a fin de que in-
Puerta de acceso a la portería del Convento y Colegio de jesuitas.
formaseis que destino más útil se podría dar a los templos y edificios que poseyeron los mismos regulares en el distrito de vuestra diócesis” (4) .
También “Por las Reales Cédulas de aplicación de las casas e iglesias que ocuparon los regulares de la Compañía están mandados distribuir los vasos sagrados y ornamentos que se les encontraron; y deseando el Consejo evitar malas inteligencias en el repartimiento y que no se comprendan en él , alhajas o efectos distintos de los que deben distribuirse, ha acordado, en el extraordinario que celebro […] remita V.S. con la mayor brevedad y a correo intermedio, lista individual y con distinción de todas las alhajas de oro y plata que existan en ese colegio, excepto los vasos sagrados, como son cálices, copones y patenas que deben repartirse conforme está mandado suspendiendo hacer uso de lo demás, interin que en vista de todo tome el Consejo la providencia que estime conveniente”(5) .
En la iglesia y colegio desde el momento de su expropiación, el Ayuntamiento de Almagro pensó establecer un hospicio para niños expósitos del Campo de Calatrava. Carlos III concedió para el ambicioso plan los dos edificios y doscientas fanegas de trigo anuales. El proyecto solo se quedó en un ilusionado proyecto, aunque años más tarde (1788) el Rey permitiría que la iglesia fuera convertida en la nueva parroquia de San Bartolomé, que al ser propiedad de la Corona pasaría a denominarse de San Bartolomé el Real.
La Junta de Temporalidades de Almagro a solicitud de conventos e iglesias locales, y de otros pueblos del campo calatravo, con necesidades de objetos de culto, decidió repartir todo lo referente a retablos, vasos sagrados y ornamentos que fueron propiedad de los expulsos.
Destino que tuvieron retablos, vasos sagrados, ornamentos, muebles y otros enseres de la iglesia de los jesuitas
A San Bartolomé el Viejo fueron destinados: un terno de raso encarnado, un palio del mismo color, varias casullas, un alba de encajes, capa de coro, las tres sillas del
(3) Las grandes rejas de la fachada del colegio, junto a la actual parroquia de San Bartolomé, fueron fabricadas en la fragua de esta finca. Igualmente en sus tejeras, se fabricaron los ladrillos y tejas que se emplearon en la construcción de los dos edificios. (4) Carta del Consejo Real al M.R. Cardenal Arzobispo de Toledo. (5) Carta de Pedro de Campomanes al gobernador de Almagro, José Conock, diciembre de 1769.
presbiterio, un vaso de plata, tres cálices de plata, un paño de cáliz, un copón de plata sobredorada, la campana mayor y un cimbalillo, los retablos de San Francisco Javier con imagen natural del santo de vestir, el de la Virgen de la Luz con su respectiva imagen y las de San Juan y San Francisco (el retablo de San Francisco Javier, pasaría años más tarde a la iglesia de San Blas).
La parroquia de Madre de Dios recibió: dos cálices de plata, un copón de bronce, un terno antiguo, nueve casullas, doce albas, seis candeleros, dos confesonarios, los retablos dorados de Santa Ana, y de Santo Tomás de Villanueva y un organito.
Al Monasterio de monjas de San Bernardo, fueron: la campana segunda de la torre con el nombre de San Javier, cuatro cornucopias doradas, el retablo de Santa Ana, un cuadro grande de San Bernardo, un terno blanco, un copón de plata, una capa de coro, tres casullas y tres albas.
Al Monasterio de Nuestra Señora de la Asunción, consiguió un terno de lame de plata, bordado de oro y una capa de coro con broches de oro (el terno se entregó condicionalmente a las monjas, para que fuese cedido a la parroquia de San Bartolomé para la procesión del Corpus, cada año y para las Cuarenta Horas que se celebraban el tercer domingo de noviembre).
A San Salvador (San Blas): un frontal de damasco y dos casullas de lo mismo.
A La ermita de San Sebastián: dos casullas y un frontal de plata.
A Santa Ana: un frontal, una casulla, seis ramilletes de “tarcó” con pies de madera.
Al Convento de San Francisco, dos confesonarios.
Al monasterio de la Encarnación, el púlpito de la iglesia, y las imágenes de San Miguel, San Francisco Javier. De la iglesia de Flor de Ribera, recibieron seis escaños de pino.
Al monasterio de los Llanos o Franciscas, un vaso de plata, cáliz, copón grande, dos patenas del mismo metal y un cáliz de plata sobredorada, más la imagen de Ntra. Sra. de Villaviciosa.
Al Hospital de San Juan de Dios se le destinó una campana.
A las villas de Villamayor de Calatrava, Tirteafuera, Granátula de Calatrava y Corral de Calatrava, se le adjudicaron sendos retablos dorados, a la primera localidad se le asignó también el gran tabernáculo dorado del altar mayor, tres escaños, dos arañas, la imagen de San Miguel del altar mayor y un paño de tumba.
Se pusieron precio para su venta a alfombras, espejos, mesas de jaspe, relojes y otros muebles que había en la sacristía. Su producto se puso en la Tesorería General de Temporalidades de Madrid. Por último la bien surtida biblioteca sería destinada por orden del Consejo Real a Madrid, al archivo de San Isidro el Real o al palacio Episcopal de Toledo.
En la iglesia de Almagro quedó el retablo del altar mayor desaparecido en la Guerra Civil.
Un extraordinario y valioso legado que el gran mecenas de la Compañía de Jesús de Almagro, don Alonso Sánchez Maldonado, no podría imaginar que se vería expoliado de manera tan lamentablemente inmerecida.
Antigua iglesia de la Compañía de Jesús actual parroquia de San Bartolomé el Real.
Fuentes documentales:
• Archivo Histórico Municipal de Almagro. Siglo XVIII, cajas 56 y 57 • Archivo Histórico Nacional. Consejos, leg.1279 expediente, 28 • Archivo Histórico Nacional. Clero-Jesuitas leg.193, caja nº1 • Archivo Histórico Nacional. Clero Jesuitas, libros, 423 y 424
Bibliografía:
• Calvo Gómez-A. Guía de Feria y Fiestas de Almagro. Año 2013
Arcadio Calvo Gómez CRONISTA OFICIAL DE ALMAGRO