SALUDA SACERDOTES
U
n año más, con el final del mes de julio, Almoradi se dispone a celebrar su feria y fiestas. En un año Jubilar extraordinario en el centenario del inicio de la devoción a la Virgen del Perpetuo Socorro. El Año Jubilar es una celebración gozosa y festiva para conmemorar un acontecimiento importante. La palabra “jubileo” viene del hebreo “jobel”, que es el cuerno de macho cabrío que se toca para llamar al culto en la sinagoga y que se tocaba de una manera insistente para convocar el año jubilar. El pueblo de Israel celebraba un pequeño “jubileo” cada siete años y un gran “jubileo” cada cincuenta años. Durante el pequeño jubileo no se plantaban las tierras, se dejaban en “barbecho”, para no sobreexplotarlas y que pudieran dar más frutos los otros años. No olvidemos que no tenían abonos o fertilizantes (aparte de los naturales). Como ese año no se cultivaba, había que compartir con los que no tenían nada (especialmente con los huérfanos, las viudas y los emigrantes) lo que cada uno pudiera haber almacenado en los años anteriores (Ex 23,10-11; Lv 25, 1-7; Dt 15, 1-6). Siguiendo la tradición bíblica, cada vez que la Santa Iglesia convoca un Año Jubilar, ofrece a los fieles un tiempo especial de gracia y de conversión. Especialmente, invita a los tibios en la fe o a los alejados a recuperar una relación de amistad con Cristo y con su Madre. Si se dice “Año Santo” es porque está llamado a promover la santidad de vida de los cristianos, consolidando la fe y la esperanza y favoreciendo la práctica de la caridad. No sabemos cuándo se inició la devoción a los Santicos de la Piedra en Almoradi, sabemos algo de su
historia: “Bajo el imperio de Decio, Abdón y Senén, de origen probable persa, fueron acusados de enterrar en sus propiedades los cuerpos de los cristianos considerados mártires. Habiendo sido detenidos por orden del emperador, fueron obligados a adorar a dioses paganos; negándose a hacerlo fueron encarcelados. Murieron martirizados en Roma el año 254, y son representados habitualmente, llevando en sus manos trigo, arroz o uva, según estén en zonas de secano o regadío. Su devoción en tierras valencianas como protectores frente al granizo, llegó en el siglo XIII con los primeros repobladores cristianos que vinieron con el rey Jaime I. Se les denomina “Los Santicos de la Piedra”, porque es a ellos a quien desde tiempos remotos los agricultores de Almoradí se dirigían en oración, pidiendo que el granizo o la inclemencia del tiempo no destrozaran las cosechas en las que todo su
empeño, esfuerzo, energía, tiempo y dinero habían empleado. Son muchos detalles que nos invitan a celebrar muy especialmente este año estas Fiestas. Todo puede ir unido, desde el fortalecimiento de nuestra fe en el Año Jubilar y con el testimonio de estos mártires, hasta la celebración de las “Fiestas de Moros y Cristianos”, que engrandecen por unos días más si cabe esta población corazón de la vega baja. Un saludo muy especial a todos los que directa o indirectamente participáis de estos días de fiesta, de manera especial por su esfuerzo y dedicación a la Junta Central Festera, Capitanía y Sultanía, Abanderados y abanderadas, Peña Huertana de los Santicos de la Piedra, Comisión de Fiestas, Concejalía y Excmo. Ayuntamiento. Felices Fiestas Pablo, Jesús y Cosme (Diácono)
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