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Premios Málaga · David García-Asenjo Llana

David García-Asenjo Llana

Manos ajenas

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Premios Málaga

Una ocasión para mirar a la arquitectura con nuevos ojos

Los Premios Málaga del Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga permitieron apreciar un amplio catálogo de obras e intervenciones que mostraba tanto el despegue de la economía malagueña como el buen estado de la arquitectura española. Si el mundo no hubiera parado durante un par de meses, el encuentro habría sido la celebración de estas dos circunstancias. Arquitectos que aprovechan las buenas ocasiones que se les presentan para generar las mejores condiciones para la vida de los usuarios de sus proyectos. Arquitectura de calidad en una provincia que la promueve como santo y seña de su pujanza.

Pero las propuestas presentadas ahora pertenecían a un mundo al que no se sabe si se volvería rápido. Las condiciones en las que habían sido realizadas y que habían permitido que un gran número de intervenciones de lo más diverso mostraran un gran nivel arquitectónico, habían quedado suspendidas. La irrupción de la pandemia había alterado la vida de todo un planeta al mismo tiempo y mostraban un horizonte incierto. Se nos mostraba un pasado inmediato que era brillante y al que se miraba con repentina nostalgia.

Pasamos a quedar encerrados en nuestras viviendas, los lugares de trabajo se comprimieron en las pantallas de los ordenadores y las calles se vaciaron. Los espacios mal ventilados eran lugares peligrosos, como la historia nos había enseñado, pero no habíamos querido aprender. Las casas nos incomodaban con todas sus carencias y la ciudad sin vehículos nos mostraba todo el espacio disponible para que funcionara de otro modo. Durante semanas se analizaron los lugares para el habitar y cómo podían cambiar para volver a hacerlos cómodos. Se observaban los edificios de oficinas como artefactos que habrían de adaptarse a nuevos modos de trabajo. Y cuando volvimos a las calles los peatones ocuparon las calzadas y se auguraba un cambio en la relación con los vehículos, que dejarían de ser los protagonistas y cederían parte del espacio que habían robado al paseo y a la vida del peatón.

Es posible que la arquitectura y la ciudad no cambien tras las traumáticas experiencias de los meses de confinamiento, pero lo que es seguro es que nuestra mirada sobre ella sí lo hará. Recuperaremos el interés por los espacios intermedios entre el interior y el exterior del edificio. La luz y la vegetación ayudarán a tener una mejor relación con el entorno construido. Y con estos cristales se analizaron las propuestas que se presentaron a los Premios Málaga. No se podía exigir a obras que se habían proyectado en un mundo en el que una pandemia global era sólo el argumento de películas apocalípticas. Pero se apreciaba que los mejores proyectos permitirían adaptarse sin ningún problema a las nuevas circunstancias, o que incluso facilitarían las nuevas necesidades en el espacio público. Las viviendas unifamiliares de gran tamaño, que proliferan en la costa malagueña, responden al anhelo inalcanzable en muchos casos de una casa con jardín en el que poder salir al exterior en caso de un nuevo confinamiento, y que han activado el mercado de localidades de las periferias de las grandes capitales. La calidad espacial del proyecto ganador del Primer Premio Málaga de Arquitectura es indisoluble de su perfecta ejecución material. Pero muestra una arquitectura en la que los es-

Figura 3

pacios de transición son de una gran importancia para mejorar la calidad de vida de los habitantes de la casa. El bloque de viviendas de alquiler dispone de las terrazas que se han echado de menos durante el confinamiento. Sus lugares de relación son generosos y aprovechan al máximo la luz. Y muestran que un edificio destinado a la vivienda plurifamiliar puede alcanzar la misma excelencia en la ejecución y en el detalle constructivo que una vivienda de lujo.

Y en una provincia en la que el patrimonio moderno ha configurado gran parte de su imagen urbana, y que reúne alguna de las mejores obras residenciales de los años sesenta y setenta, hay que destacar el gran ejemplo que supone que una comunidad de vecinos haya apostado por proteger esa arquitectura. Una arquitectura que ya reunía muchos de los valores que hemos exigido tras la pandemia, y que los cambios de normativa y la falta de cariño hacia lo bien proyectado habían arrinconado.

Como era de prever, la arquitectura y la ciudad finalmente no han cambiado de inmediato. Se ha regresado a los lugares de trabajo, ha vuelto el ruido del tráfico y en muchos casos la ciudad no ha respetado al peatón. Las circunstancias son más esperanzadoras que en septiembre de 2020, recién salidos de un verano extraño al que le seguirían un otoño y un invierno que no auguraban una recuperación.

Pero las buenas obras permanecen, y el camino que muestran es el adecuado para conseguir edificios y ciudades más amables con las personas. Existen los mejores mimbres y sus propietarios los han puesto en las mejores manos.

«La calidad espacial del proyecto ganador es indisoluble de su perfecta ejecución material. Muestra una arquitectura en la que los espacios de transición son de una gran importancia para mejorar la calidad de vida de los habitantes»

Figura 1. El edificio de 73 viviendas de alquiler en calle Pacífico en Málaga del arquitecto Alejandro Muñoz Miranda recibió Premio Málaga, siendo uno de los cuatro concedidos. Figura 2. La catalogación del edifico de viviendas en el paseo marítimo Ciudad de Melilla 23 del arquitecto Antonio Lamela, promovida por los vecinos del inmueble Marina Benavides y Emilio Almagro, fue reconocida con el Premio José Moreno Villa de Fomento de la Arquitectura. Figura 3. Vivienda unifamiliar en Guadalmina. Marbella, 2019. El proyecto de los arquitectos Ignacio Vicens y José Antonio Ramos recibió el Primer Premio Málaga de Arquitectura 2020, dentro de los Premios Málaga convocados por los Colegios de Arquitectos de Málaga y Melilla.

* David García-Asenjo Llana es Arquitecto y fue jurado de los Premios Málaga 2020.

UN COMPROMISO CON LA MEMORIA URBANÍSTICA

CONTEXTO

La salud del parque inmobiliario de las ciudades españolas es parte importante de nuestro compromiso profesional. En este caso, el edificio de nuestra intervención está situado en la madrileña Plaza Marqués de Salamanca. Es obra del arquitecto Francisco García Nava, uno de los profesionales más representativos de la capital en la primera mitad del siglo XX. Construido en 1932, está ubicado en una zona emblemática de Madrid: El Ensanche diseñado por Pedro María de Castro y aprobado en 1860 (Fig. 1). El nuestro es uno de los últimos edificios construidos que consolidaron la trama residencial del hoy conocido como barrio de Salamanca. Los jardines de palacios vecinos y la propia plaza forman parte del listado de Elementos Singulares en el Catálogo de Elementos Protegidos del Plan General de Ordenación Urbana de 1997. (Fig. 1)

El edificio, de 20 m de altura (Fig2), consta de planta semisótano, bajo, (Fig. 2)principal, segundo, tercero, cuarto, quinto y sexto o ático. La superficie total construida, según levantamiento “in situ”, es de 8576.51 m2 de los cuales 7363.43 m2 son sobre-rasante y 121.08 m2 son bajo rasante (sótano). En el año 2017 fue adquirido por un grupo inversor, que propuso una obra de rehabilitación con el objetivo de modernizar y consolidar el edificio al completo, adecuándolo a la realidad del siglo XXI.

EL PROBLEMA

En el análisis preliminar se pudo comprobar que la estructura vertical estaba formada por muros de carga en fachadas, cerramientos de patios, y por pilares metálicos. Desde un punto de vista estructural, se considera que es metálica porticada.

Los pilares son metálicos formados por dos perfiles unidos con presillas o con una chapa continua. Las uniones son roblonadas.

Estos pilares metálicos tienen una placa base acartelada que apoya sobre una basa de granito, bajo la cual hay un plinto de ladrillo que a su vez apoya directamente sobre un pozo de hormigón en masa. El plinto de fábrica sobre el que nacen los pilares, trabaja a tensiones excesivas en las comprobaciones realizadas. Además, el estudio geotécnico realizado ha constatado que los suelos sobre los que se apoya la cimentación son rellenos antrópicos de una baja capacidad portante. Por todo lo anterior, se proyecta el recalce total de la cimentación. Era necesaria una intervención.

(Fig. 3) LA SOLUCIÓN TÉCNICA

El edificio posee una cimentación fuera de la norma actual, y presenta un terreno con unos rellenos de espesor importante, que alcanzan entre 7 y 10m de profundidad, según se puede observar en el estudio geotécnico que llevó acabo GEOSEC.

Al abordar una rehabilitación integral, se optó por el recalce de toda la estructura con micropilotes GROUNDFIX (Fig 3.) de diámetro 114,3x8mm, acero S355, realizados con presión continua, hasta alcanzar, al menos, la carga de proyecto. El control de la hinca de cada micropilote se realizó mediante manómetro certificado, lo que permite la monitorización de todos y cada uno de los mismos y garantiza que alcanzan la carga asignada. Nuestro objetivo, en este sentido, fue el recalce de la cimentación tanto de pilares centrales como del muro de carga perimetral, garantizando la total seguridad del edificio. Así pues, la totalidad de los pilares fue recalzada, realizando en primer lugar un encepado provisional, para, a continuación, (Fig. 4) ejecutar los micropilotes. Estos fueron hincados a través de un tubo camisa metálico, previamente solidarizado en el encepado provisional, (Fig.4). El tubo camisa, de esta manera, queda embebido durante el hormigonado del encepado, que, además, representa el elemento de contraste para poder realizar la hinca. Una vez hormigonados los encepados provisionales, y esperando el tiempo necesario para el fraguado y curado del mismo, se procedió al hincado de los micropilotes. Simultáneamente, se ejecutaron los micropilotes de muro perimetral que, en este caso, son encepados definitivos. A continuación, se realizó la excavación por debajo de los encepados provisionales hasta la cota final de vaciado y se procedió a la ejecución del encepado definitivo abrazando los micropilotes ejecutados Tras esta operación, se procedió a la demolición de los encepados provisionales, entrando en carga, ahora sí, los encepados definitivos (Fig.5)

RAPIDEZ, SOLIDEZ Y PULCRITUD

(Fig. 5)

Finalmente, comentar que el sistema de micropilotes Groundfix utilizado para este edificio de características singulares y estructura compleja, ofrece enormes ventajas en el proceso de trabajo: por un lado, se logra una rapidez de ejecución que sobrepasa con creces a la del micropilote tradicional. Por otro lado, y no menor, el sistema utilizado evita vibraciones, detritus, polvo, barro, humos y ruido, lo que en obras de rehabilitación es determinante para la viabilidad de su ejecución, ofreciendo total seguridad y garantía en sus resultados.

Miguel Ángel Monedero Frías Ingeniero de Minas. Director técnico dpto. de Micropilotes. Geosec España

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