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Ser mayor en Arroyomolinos
ALGUNOS VIVEN EN ARROYOMOLINOS DESDE HACE 30 AÑOS, OTROS DESDE TAN SOLO 2 MESES. UNOS SE JUNTAN PARA HACER EJERCICIO, OTROS PARA APRENDER INFORMÁTICA. CADA UNO CON SU PROPIA HISTORIA, PERO TODOS CON ALGO EN COMÚN: SON MAYORES DE 65 AÑOS Y RESIDEN EN LA CIUDAD MÁS JOVEN DE ESPAÑA.
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Fermina, María Gracia, Federica, Mode, Pablo, Flor, Aureliano, Pilar, Ana o Francisco son algunos de los más de 2600 mayores de 60 años que residen en Arroyomolinos. La Tercera Edad de Arroyomolinos es activa, implicada, reivindicativa... Y esa es una riqueza, un valor añadido y tangible de Arroyomolinos. El Centro de Mayores de Arroyomolinos es un punto de encuentro de todo ellos, pero no el único. Todos ellos se implican con su familia y con su ciudad. Arroyomolinos Hoy se ha acercado a su día a día, a sus inquietudes, intereses y necesidades. En algo que todos coinciden es que la tercera edad de Arroyomolinos es activa, como nos decía Mode: «El entorno es espectacular. Nos juntamos varios matrimonios y alguna soltera casi todos los días para andar». María Gracia añadía: «Hacemos pilates o teatro. Somos muchos los que nos unimos a las actividades que se organizan». Pilar, de 73 años y con 25 años en la localidad, hacía la primera reclamación: «Más plazas de pilates». Una tercera edad que propone iniciativas y colabora en ellas.
«Para ayudar a nuestros hijos y nietos siempre vamos a estar, pero queremos también disfrutar»
cómodos». Y Fermina, de 87 años (12 de ellos en Arroyomolinos), añadía con una sonrisa: «¡El Móvil! Que nos enseñen a manejar el móvil, que a veces nos metemos en cosas que no nos enteramos ni sabemos lo que son». Entre risas Mode, de 84 años, confesaba: «¡Quiero saber
Francisco: «Mi mujer Ana y yo qué es eso del Facebook! Y aprender». Para Francisco y Ana, matrimonio de 70 y 69 años respectivamente, que solo llevamos muy poco llevan dos meses en Arroyomolinos, aquí. El Centro de el Centro de Mayores representa una Mayores será una oportunidad de hacer amigos». oportunidad de conocer gente. Federica nos confirma que «no solo llegan matrimonios jóvenes como nuevos vecinos al municipio, también estamos conociendo a mayores que vienen al centro y llevan muy poco viviendo aquí».
Por ejemplo Flor, una peruana afincada desde hace 4 años en Arroyomolinos: «En Perú era profesora de taichí y me ofrecí a impartirlo voluntariamente aquí. Muchas personas se han unido y ya es una actividad fija que amplía el abanico de propuestas para cuidarnos y disfrutar». Mode también es una pionera, en su caso, de teatro: «Un día pregunté por qué no había teatro para la tercera edad, y salió el grupo».
APRENDER A MANEJAR EL MÓVIL Nuestros mayores no son ajenos a las nuevas tecnologías. Desde el año pasado se imparten talleres de informática, pero a su propio ritmo. María Gracia, con sus 73 años, quiere aprender, pero cree que «personas como yo, que no sabemos casi nada, necesitamos grupos más pequeños para sentirnos más
AYUDAR CON EL CUIDADO DE LOS NIETOS La familia y los nietos no faltaron a las conversaciones con nuestros mayores. Flor se vino de Perú por esa razón: «Mi hija vivía aquí. Mi marido y yo, después de una visita, dijimos: ¿qué hacemos en Perú? Vamos a Arroyomolinos». Fermina, a sus 87 años, reconocía que «con los nietos ayudaba, pero ya con los bisnietos no puedo». Todos nuestros mayores ayudan o han ayudado a sus hijos con el cuidado de los nietos. La ayuda de los mayores es un pilar imprescindible e insustituible en las familias. Un tema que abría el debate entre ellos: «A veces hay que decir hasta aquí. Ayudar sí, pero una obligación constante y una atadura continua no puede ser. Tenemos derecho a disfrutar de nuestra vida y la tercera edad». Muchos de nuestros mayores dicen conocer abuelos que cuidan tanto a sus nietos que no pueden ni acudir al Centro de Mayores. «Ayudamos y ayudaremos siempre, pero a veces nos quitamos nuestros intereses por ayudar».
A pesar de todo, Francisco se emocionaba al recordar a sus nietas: «Como llevamos tan poquito aquí en el pueblo, pues todavía no he podido bajar al parque con ellas, pero estoy deseando hacerlo». bienvenida a los nuevos vecinos así». Y añadía: «El pueblo ha crecido. Ahora somos más y a veces no entiendo que haya gente que no lo comprenda y mire constantemente al pasado. Crecer tiene cosas buenas y otras no tanto, pero hay que adaptarse». Fermina terciaba: «A mí me ha dado la vida Arroyomolinos. Llevo aquí 12 años y soy feliz. Quiero mucho a Arroyomolinos. Me encanta mi Torreón. Llegar y verlo es sentirme en mi hogar». Todos destacaban la tranquilidad y limpieza del municipio. Para Ana, con 69 años y solo dos meses en Arroyomolinos, venirse desde Vallecas ha sido un cambio muy grande. «He ganado en tranquilidad, vivimos al lado del campo y con zonas verdes. Para mí es calidad de vida. Yo tengo fibromialgia y para mí esto es vida». Su marido Francisco concretaba más: «Tenemos de todo y se nota que Arroyomolinos es una ciudad nueva, moderna, joven… Mis hijos ya conocen la ciudad y les ha sorprendido y gustado mucho».
Aureliano es uno de los residentes más veteranos del municipio.
RECUERDOS DEL MUNICIPIO MÁS JOVEN DE ESPAÑA «La verdad es que aquí los niños salen por todos lados», comentaba Pilar. Para Aureliano «es bonito vivir en la ciudad más joven. Salir y rodearte de gente joven. Además, los que llevamos tanto tiempo pues hemos visto la ciudad crecer… es maravilloso. Los niños y el ambiente que generan es una alegría». Para Francisco «Arroyomolinos te cambia la cara, es felicidad y tranquilidad. Cuando eres mayor y te rodeas de gente joven, te da vida». Pablo, con casi 88 años y tres décadas en Arroyomolinos, trabajó en la primera urbanización de chalets del municipio: «En la zona de la calle Navalcarnero estaba el campo de fútbol. Villamolinos estaba en marcha y había solo tres calles». Mode, esposa de Pablo, y Federica, con 77 años, 30 años ambas en Arroyomolinos, recordaban el único colmado que había en la localidad. «Éramos cuatro», aseguran. Federica llegó a Arroyomolinos por su marido, al igual que Pilar, que recuerda Arroyomolinos como «un circulito de tres calles». Aureliano, marido de Pilar, recordaba su primera Navidad aquí: “Llegamos el día 19 de diciembre. El día de Navidad estábamos en plena limpieza cuando tocan la puerta un grupo de mujeres y nos empiezan a cantar. Fue muy bonito. Nos contaron que era la costumbre dar la Pero siempre hay cosas por mejorar. Pablo y Mode llamaban la atención sobre los excrementos caninos: «A veces vamos a las zonas de ejercicios de los parques y ves las cacas de los perros en el suelo». Piden más multas, más vigilancia y más educación. También reclaman más espacio en el Centro de Mayores y una parada de autobús más cercana al Centro de Salud. Y, como dice Mode, «un podólogo, que es algo muy necesario para nosotros».