EN PORTADA HABLAMOS CON OLGA CALDERA
IGUALDAD Y EDUCACIÓN PARA LUCHAR CONTRA LA VIOLENCIA LA ASOCIACIÓN DE MUJERES PARA EL APOYO Y EL REFUERZO (AMAR) ATIENDE TODO TIPO DE CASOS DE VIOLENCIA, CON SERVICIOS DE ACOMPAÑAMIENTO, GABINETE PSICOLÓGICO Y JURÍDICO. ENTREVISTAMOS A SU PRESIDENTA.
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Qué es AMAR? AMAR es una asociación que ayuda a víctimas que han sufrido violencia o acoso. Atendemos casos sin discriminar el género: violencia sexual, laboral, bullying, violencia familiar… Es verdad que la violencia «de género» es el ámbito donde más actuamos, pero atendemos tanto a mujeres como a hombres que hayan sufrido cualquier tipo de violencia. LA VIOLENCIA, EN CIFRAS
Hasta el 26 de octubre, 43 mujeres habían sido asesinadas en España por violencia machista. Hasta el 31 de octubre existían hasta 180 casos de alto riesgo o riesgo extremo según el Sistema VioGén. Hasta el 30 de mayo, en España 653 adolescentes vivían protegidas contra la violencia machista. 6
¿Qué servicios prestáis en Arroyomolinos? Servicio de apoyo psicológico, acompañamiento, judicial… Contamos con cuatro psicólogos expertos en violencia y con varios despachos de abogados. Ahora mismo estamos trabajando activamente en Arroyomolinos, en Serranillos del Valle, en Madrid y pronto vamos a empezar a trabajar en Griñón. ¿Cómo es el trabajo desde el inicio con cada uno de los casos que llegan? Lo hacemos con un triaje. En muchos casos yo soy la persona que realiza la primera entrevista para ver a qué persona derivamos el caso. Por ejemplo, a veces los derivamos a la mediadora familiar o al vicepresidente, que es psicólogo y experto en violencia de género, dependiendo del caso. Las víctimas, en ocasiones, se ponen en contacto directamente con nosotros en la web, pero también llegan derivadas de servicios de la Comuni-
dad de Madrid, o de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. AMAR lleva trabajando ocho años, cinco de ellos en Arroyomolinos. ¿Cómo valora la evolución de la violencia machista durante este tiempo? Pues creo que estamos igual. No he visto un cambio grande en ningún aspecto. Creo que la ciudadanía escucha algo más, pero desde el punto de vista de ayudas y demás a las victimas, creo que estamos igual. Quizá haya algo más de concienciación, pero es muy lento. Cuesta mucho que la gente se movilice y entienda que la violencia de género tiene una concepción cultural, y que la sociedad es machista en un alto porcentaje. Y entonces, ¿qué resorte nos falta por tocar? Cambiar la mentalidad. La gente, por ejemplo, no sabe discernir entre lo que es violencia «de género» y violencia «familiar». Pero el hombre siempre ha sido
Olga Ca