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SANTA TERESA
¡BIENVENIDOS A LA HACIENDA SANTA TERESA!
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Fundada hace más de 225 años, nuestra hacienda
es la destilería más antigua de Venezuela, el hogar de Ron Santa Teresa y un lugar donde conviven lado a lado nuestros campos de caña y nuestro campo de rugby: aquí suceden hechos muy inesperados…
En el año 1996 celebramos nuestro primer bicentenario y en conmemoración lanzamos al mercado el ron que se convertiría en nuestra punta de lanza más allá de nuestras fronteras: Santa Teresa 1796. Un ron sorprendentemente seco, rico y complejo, que tiene como particularidad su elaboración utilizando el método artesanal de solera, inspirado en las bodegas de Jerez.
Sin embargo, nos dimos cuenta que con todos los cambios que estaba sufriendo nuestro país, una gran tradición y un gran producto no serían suficientes para asegurarnos los próximos 200 años. Sencillamente Venezuela se había convertido en un lugar demasiado peligroso. Entendimos pues qué si no mejorábamos nuestro entorno, tarde o temprano acabaríamos siendo víctimas del mismo y eventualmente desapareceríamos.
El Proyecto Alcatraz surgió en 2003, como respuesta a la acción de tres jóvenes que robaron a un inspector de seguridad de la Hacienda Santa Teresa. Tras ser arrestados por las autoridades se les ofreció dos alternativas: la primera devolver lo robado y trabajar durante tres meses en la Hacienda Santa Teresa, sin recibir nada a cambio para resarcir los daños o ir a la cárcel acusados por su delito.
Tras considerar ambas, los tres jóvenes decidieron tomar la primera opción, pero pidieron que sus compañeros de banda también fueran aceptados.
Pronto una segunda banda, rival de la primera, fue incorporada al programa. Después de varias semanas de trabajo por separado, el equipo a cargo de Proyecto Alcatraz decidió confrontarlos para que resolvieran sus diferencias logrando detener el enfrentamiento entre ambos grupos, así como las rivalidades y conflictos de cada participante.
En este proceso, la práctica del rugby ha demostrado ser una herramienta poderosa para la transformación pues inculca los valores de respeto, disciplina, trabajo en equipo, espíritu deportivo y humildad, tan fundamentales para el deporte, como para la vida misma.
El invierno pasado nuestros amigos del Club 23 nos abrieron las puertas de su hermoso palacio para que socios y allegados pudieran vivir una deliciosa velada de cata maridaje, aderezada con el relato de esta fascinante historia. A partir de ahí comenzó una estrecha colaboración entre nuestras casas y que pronto no llevará a repetir esta experiencia.