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Artículo de Claudio Rodríguez .............................................................................................................................................................PÁG

teras; el superior es de planta redondeada, forma cilíndrica y fachadas con artística decoración. En esta parte cilíndrica se halla magníficamente representado el escudo ajedrezado de los Sotomayor, labrado sobre las ocho garitas, semiesféricas, que sobresalen al exterior en las paredes de sus cuatro fachadas; de las ocho garitas hay cuatro centrales y cuatro esquineras, siendo mucho más altas las centrales que las esquineras. Este emblema ajedrezado de los Sotomayor constituye uno de los motivos ornamentales más sobresalientes que contribuyeron a justificar el nombre de Bello Alcázar- Belalcázar, (E. Cabrera, El Condado de Belalcázar): pasó de ser el Gafiq árabe, al Gahete cristiano, y a Belalcázar cuando en 1466 adquirió el título de condado. De entre sus aspectos decorativos exteriores nos interesamos aquí por la cadena de eslabones alargados y hundidos por el centro que a modo de cenefa tallada sobre el granito rodea la parte alta del torreón, cerca de donde abandona la forma cúbica para hacerse cilíndrica. Según Emilio Cabrera Muñoz esta cadena es uno de los elementos de la obra que con mayor precisión puede contribuir a fechar la construcción del castillo. Es evidente que dicha cadena tuvo necesariamente que esculpirse con posterioridad al matrimonio entre doña Elvira de Zúñiga o Stúñiga y don Alfonso I de Sotomayor, celebrado hacia 1450. Doña Elvira de Zúñiga, ya viuda de don Alfonso I, administró el Señorío de Belalcázar entre 1464 y 1483, año este en el que ella murió. La casa de Zúñiga o Stúñiga es un linaje noble español compuesto por los descendientes de Navarra, entronca con la familia condal de Belalcázar a través de doña Elvira de Zúñiga, esposa de Alfonso I de Sotomayor hijo de don Gutierre de Sotomayor, maestre de la Orden Alcántara y I señor de Gahete. Doña Elvira de Zúñiga fue la hija menor de don Álvaro de Stúñiga, II Conde de Plasencia y I Duque de Béjar, Señor de Zúñiga y Mendavia de la casa de Zúñiga: Don Álvaro estuvo al servicio de Juan II de Castilla y de Enrique IV de Castilla. La cadena de la torre del homenaje del castillo de los Sotomayor, así como la cadena que figura en el escudo de los Zúñiga, del palacete plateresco, es la misma que también orla el escudo de Navarra. Los Zúñiga fueron una de las familias más sobresalientes en la política nacional de su tiempo (Las Fortalezas de Belalcázar) Un detalle muy significativo de la importancia del apellido Zúñiga lo tenemos en el orden que figuran los apellidos Sotomayor y Zúñiga de los escudos representados en las fachadas del palacete plateresco, adosado al castillo en su sector sureste, construido durante el gobierno de don Francisco de Zúñiga y Guzmán Sotomayor, IV conde de Belalcázar y III duque de Béjar (15181544). En su decoración aparecen varias veces representados los escudos de armas ducales de sus titulares, Sotomayor y Zúñiga, figurando con la posición preeminente, es decir, a la derecha, el apellido Zúñiga que fue impuesto a don Francisco en las capitulaciones matrimoniales como contraprestación por los beneficios que el conde de Belalcázar extraería de dicho enlace matrimonial con doña Teresa de Zúñiga y Guzmán. Otro detalle de la importancia que se da aquí al apellido Zúñiga lo encontramos en una ventana, del palacete renacentista, decorada con el medallón de una efigie de mujer, que según tradición era la propia duquesa doña Teresa de Zúñiga y Guzmán. (E Cabrera, El Condado de Belalcázar).

Claudio Rodríguez.

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TURDULIA BELALCAZARENSIS. Belalcázar, 26-10-2021.

EL BELALCAZAREÑO

DON SEBASTIÁN MOYANO Y CABRERA

Sebastián de Belalcázar nació como Sebastián Moyano y Cabrera en el año 1480 en Belalcázar, en el Valle de los Pedroches, que desde 1833 forma parte de la provincia de Córdoba, que pertenecía antes a Extremadura de la provincia de Salamanca del reino de León y a la Corona de Castilla. Era hijo de Moyano, Rey de Galicia de la Corona Castellana en 1450 y de su esposa Cabrera. Cambió su apellido original Moyano al pasar a la América española en recuerdo de su pueblo natal, que a su vez había mudado su antiguo nombre de Gahete por el de Belalcázar y algo después de la construcción del Castillo donado por el Rey Juan II de Castilla a Don Gutierre, Maestre de la Orden de Alcántara, que tomó posesión del mismo en el año 1445. De acuerdo con varias fuentes históricas fiables, Sebastián había viajo al Nuevo Mundo con Cristóbal Colón en 1498, en el tercer viaje colombino a América. Juan de Castellanos escribió que, habiendo matado un mulo en el año 1507, Sebastián huyó de España hacia las Indias Occidentales por miedo a ser castigado y poder escapar además de la pobreza. Viajó con Pedrarias Dávila al Darién, en 1514, donde es nombrado capitán. Años más tarde, en 1524, Francisco Hernández de Córdoba lo llevó a la conquista de Nicaragua donde fue nombrado alcalde de la ciudad de León. Permaneció en el cargo de Alcalde hasta 1527, cuando viajó a Honduras debido a las muchas disputas internas de los gobernadores españoles. Tras su retorno a León, embarcó a las costas de Perú, donde se une a la expedición que prepara Francisco Pizarro contra el Imperio inca en el año 1532. Tras haber ayudado a Pizarro a combatir a las tribus, en las provincias de Loja, Azuay, Cañar, Chimborazo, Tungurahua y Cotopaxi, completa en 1534 la conquista de Quito usando oro de sus campañas anteriores. Quito había sido la ciudad más septentrional del Imperio Inca y antes de ser tomada por Belalcázar fue incendiada por el Inca Rumiñahui, tras enviar el tesoro de la ciudad a los Andes. Belalcázar y Almagro fundan el nuevo Quito sobre las ruinas de la antigua población inca, llamándola San Francisco de Quito, en honor a los misioneros franciscanos, por lo que en el escudo de la ciudad consta el cordón franciscano. Fracasó en el intento de enviar al colaborador Pedro de Puelles a fundar Puerto Viejo, lo que finalmente consiguió Francisco Pacheco desde San Miguel de Piura. En octubre de 1535 en la conquista de Popayán venció con 100 españoles a un ejército de 3000 indígenas cerca de Timbío. Al año siguiente parte de Quito con 200 españoles y 6000 yanaconas con los que fundaría Santiago de Cali. Hubo una hambruna entre los indígenas, Belalcázar relata que 100.000 nativos mueren de hambre

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