2 minute read

José María Milán un poeta del alma

El 3 de julio de 2021 se abrió el talón del auditorio de Beneixama para representar una obra de teatro en honor al poeta José María Milán. Un grupo de actores y actrices comprometidos con la “creación colectiva” pusieron en escena la vida y obra de un poeta cuya vida estuvo siempre impregnada de una búsqueda de la belleza a través de sus versos, canciones y embajadas.

Advertisement

Es increíble la evolución que tuvieron los actores desde el primer día de ensayos hasta el día del estreno. Recuerdo que andaban tímidos por la sala. Con la mirada baja, con un hilillo de voz que apenas se apreciaba, con un cuerpo inhibido a la hora de moverse, ect. Sin embargo poco a poco y a medida que fueron ganando confianza a través de los ejercicios de expresión corporal y oral que les proponía se empoderaron y entraron en lo que Stanislavski (maestro ruso de la interpretación) llamaría “la encarnación”, es decir más que actuar “ser”.

Los textos de Milán fueron muy inspiradores para la creación porque sus letras nos revelaban la parte humana que a todos nos atañe, el ardor de vivir con pasión, sus desengaños amorosos, la falsedad de las apariencias, la filiación familiar y el deseo de construir un mundo que escuche más a su corazón y deje de guiarse por los convencionalismos impuestos.

Fue una época convulsa la que vivió José María en Barcelona, con atentados anarquistas que teñían de sangre y miedo las calles. Esa sensación de incertidumbre y desasosiego podría ser un paralelismo evidente a lo que ahora vivimos con la “pandemia” o “plandemía”. La diferencia sustancial entre aquellos tiempos y los actuales es que hace un siglo tenían “el couplé” como válvula de escape contra esos mecanismos opresores, que en toda época, ejerce el poder. Ahora por el contrario no tenemos esos cabarets donde expresarnos. Nos han cerrado la boca con bozales de perro y cantar y bailar se ha convertido en un “acto peligroso” y “subversivo”

Tal vez en estos tiempos se necesita más que nunca espacios donde uno pueda soñar con otro mundo y sentir que somos efímeros como mariposa que vuela un día y nunca más volverá a sentir el gran milagro de la vida.

Agradecemos a Juan Carlos Valdés la oportunidad que nos ha dado de recuperar mediante esta experiencia escénica a un poeta que sin duda debería ser más conocido por su inmensa calidad artística.

Solo me queda despedirme citando unos versos que hablan del amor que sentía José María por Beneixama y esperando que nuestro patrimonio inmaterial artístico siga siendo resucitado.

“No saben con cuanto anhelo recuerda el pueblo nativo el que vive en otro suelo. Es siempre recuerdo vivo cual si estuviese cautivo bajo la luz de otro cielo.”

J. M. Milán

This article is from: