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Festejar a San Roque

Hermandad de San Roque de Blanca

Con la palabra “festejar” nos referimos a celebrar un acontecimiento, obsequiar, agasajar o hacer cosas en honor de alguna persona.

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El siguiente párrafo hemos de tenerlo siempre presente.

La Villa de Blanca tiene a San Roque de Montpellier como Santo Patrón. En nuestro pueblo, la gratitud a los favores recibidos del cielo, obligó a nuestros mayores a comprometerse al voto de celebrar la romería el Viernes siguiente a Viernes Santo en honor al glorioso San Roque, en procesión a su hermosa Ermita del Campo de la Hoya de este término, la cual viene cumpliéndose desde 1734 en que se ofreció. Posiblemente, desde 1734 San Roque es el Patrón de Blanca.

Fe, esperanza, caridad, humildad, paciencia, espíritu de abnegación (es decir, renuncia voluntaria a los propios deseos, afectos o intereses en beneficio de otras personas) son virtudes muy admiradas en la vida de San Roque.

Su fe viva y práctica. Dice la Sagrada Escritura: “El justo vive por la fe”. Estas palabras no fueron en él letra muerta, sino que las creyó y las practicó siempre. Era rico, noble. Podía ocupar los primeros puestos en la sociedad, vivir con comodidad y sin embargo todo lo rehusó. Su corazón aspiraba a cosas grandes e imperecederas, buscaba la santidad, la gloria eterna, aquella gloria y riqueza que no puede ser destruida por la polilla, ni robada por los ladrones. Firme, inalterable en su esperanza. Por eso no vaciló en desprenderse de las riquezas y en rechazar el cargo de Gobernador con la firme esperanza de ganar el Paraíso que lo compensaría de todos los sacrificios. Cuando con tanta generosidad se entregaba al ejercicio de la caridad a favor de los apestados lo hacía con toda serenidad. ¿De

dónde sacaba tantas fuerzas? De la esperanza. Estaba seguro de que un día no lejano aquella tristeza se convertiría en gozo y que si perdía la vida en aquel ejercicio por amor a Dios, adquiriría mayor gloria en la eternidad.

Es fácil comprender la grandeza de su paciencia y abnegación cuando lo contemplamos por mucho tiempo a la cabecera de los pobres apestados con peligro de caer él mismo víctima de la enfermedad, como en efecto sucedió.

Su humildad era profunda. En Piacenza, atacado de la peste, salió del hospital para no ser gravoso a los enfermos y se refugió en un bosque; cuando Gotardo Palastrelli, dueño del perro que iba a asistirle con un rosco de pan, lo encontró, Roque, con toda dulzura y suavidad rogó al noble señor que se alejara porque podía contagiarse de la peste violenta que él sufría.

Después de dedicar la vida al servicio de sus hermanos, cuando notaba que era objeto de públicas manifestaciones de reconocimiento y honor, entonces desaparecía. Callaba siempre su nombre y se declaraba pobre peregrino, pobre pecador. “¿Quién eres tú?” ¿De dónde vienes? Le preguntaban los magistrados de Montpellier, después de haberlo detenido. “Soy un peregrino –contestó- he aquí la calabaza y el bastón”.

Hoy en día es importante experimentar el estilo de vida de nuestro patrón. Sentimientos de solidaridad, generosidad, preocupación por el bien común y la justicia, reflexiones personales sobre el hacer humano, ... Esto sería de enorme valor cuando pensemos en San Roque. Tener a tal Santo como Patrón nos lleva a, que tanto en estas fechas de Agosto como en las de Abril, los blanqueños y blanqueñas nos desbordemos de alegría e ilusión. San Roque no es excusa para la fiesta. Al contrario, San Roque es el MOTIVO DE LA FIESTA. Celebramos que nos cuida, nos protege, que es ejemplo de hombre íntegro, amigo de Dios.

Romería, tracas y cohetes, tío de la Pita, bailes y jotas, encierros y corridas de novillos, suelta de vaquillas, verbenas, procesiones, alumbrado y banderas. Nuestro patrimonio festivo y folclórico es muy amplio y variado.

Si a la FIESTA unimos el SENTIMIENTO, el SENTIDO y el MOTIVO serán las MEJORES FIESTAS que todos podamos disfrutar.

¡¡VIVA SAN ROQUE!!

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