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• Los Hermanos Mayores de La Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Prendimiento (Californios
Desde que en 2014 publiqué un artículo dedicado a la revisión de la nómina y cronología de los hermanos mayores de la Cofradía del Prendimiento1, ha habido diversas aportaciones de diferentes autores a este tema, lo cual es una buena noticia, pues esta es precisamente la forma en que puede avanzar la investigación histórica. No obstante, también creo que el carácter de la mayoría de estos artículos, centrados en sólo algunos de los hermanos mayores californios o en determinados periodos de la historia de la Cofradía, nos obliga de nuevo a realizar un compendio que incluya estas nuevas aportaciones y que tenga una visión algo más amplia que la que tenía aquel primer artículo, que prácticamente se limitaba a reelaborar la relación de máximos dirigentes de la hermandad entonces conocidos con su cronología aproximada, sin aportar prácticamente nada con respecto al papel de cada hermano mayor.
Del mismo modo, el propio carácter de la historia, como ciencia en continua evolución, merced al conocimiento de nuevos documentos o a la reinterpretación de algunos ya anteriormente conocidos, ha modificado en poco tiempo algunas conclusiones de esos artículos y también nos obliga a admitir la posible provisionalidad de la información que tenemos actualmente y que podamos aportar en este estudio, máxime si pretendemos abarcar, como es el caso, un periodo cronológico tan amplio. Por ello, este artículo refleja el estado de la cuestión en el momento de su redacción, pero puede darse el caso que, por los motivos antes señalados, sus conclusiones puedan verse modificadas en un futuro por nuevas investigaciones.
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Aparte de mi artículo ya citado, las últimas aportaciones bibliográficas más significativas a este tema han sido las siguientes:
• En el mismo año 2014 Ángel Julio Huertas publicó un artículo dedicado a Casiano Ros,2 uno de los hermanos mayores del siglo XX más influyente en su momento.
• En 2015 Alfonso Pagán Pérez, que llevaba ya tiempo investigando sobre el tema,3 publicó “Los hermanos mayores de la Real e Ilustre Cofradía de N.P. Jesús en el Paso del Prendimiento (Californios) en la segunda mitad del siglo XIX”4, centrado en el periodo referenciado, en el que clarificaba la cronología del mismo y aportaba el nombre de dos posibles nuevos hermanos mayores hasta entonces desconocidos.
• Apenas unas páginas más adelante del mismo número de la revista anteriormente citada, Diego Ortiz escribía el artículo titulado “Ricardo Spottorno nuevo Hermano
Mayor californio (1890). Sus proyectos para renovar la procesión y la nueva túnica del Cristo del Prendimiento”5. En él, aparte de fijar la cronología de dicho Hermano Mayor y de aproximar la de su padre Bartolomé
Spottorno, que también fue máximo dirigente californio, estudiaba diversos aspectos relacionados especialmente con aspectos patrimoniales de la procesión de
Miércoles Santo.
• En 2016 redacté otro artículo que pretendía recoger exclusivamente las últimas novedades conocidas sobre algunos hermanos mayores, precisando fechas de los mismos.6
• Dicho año fue especialmente prolífico sobre este tema pues Ernesto Ruiz Vinader publicó dos artículos en Haz de Lictores. El primero se titulaba “Datos sobre cuatro hermanos mayores de la Cofradía California”7 en el que aportaba documentos relativos a algunos aspectos concretos de los hermanos mayores Juan Bautista Lambertos, Bartolomé Spottorno, Ricardo Spottorno y Leopoldo
Cándido. Y el segundo “Manuel Valverde, un hermano mayor del primer tercio del siglo XIX de la Cofradía del
Prendimiento”8, en el que añadía este nuevo nombre, que hasta entonces no figuraba en la relación de hermanos mayores.
• Finalmente, Ángel Julio Huertas Amorós nuevamente estudió las aportaciones a la pasionaria california del médico y hermano mayor Leopoldo Cándido Alejandre en un artículo de la revista Haz de Lictores. 9
1.- Baño Zapata, Rafael Manuel, del, “Los hermanos mayores del Prendimiento: Una revisión”, Haz de Lictores, 15, 2014, pp. 61-68 2.- Huertas Amorós, Ángel Julio, “El hermano mayor Casiano Ros, artífice de la renovación california”, Haz de Lictores, 15, 2014, pp. 47-49 3.- Antes de mi primer artículo ya citado, habíamos intercambiado opiniones personalmente sobre este tema. 4.- El Flagelo, XXV, 2015, pp. 39-47 5.- El Flagelo, XXV, 2015, pp. 48-51 6.- Baño Zapata, Rafael Manuel, del, “Nuevos datos sobre los hermanos mayores californios”, Crux Misericordiae, nº 7, 2016, pp. 35-37 7.- Haz de Lictores, 16, 2016, pp. 26-28 8.- Haz de Lictores, 16, 2016, p. 29 9.- Huertas Amorós, Ángel Julio, “El hermano mayor californio Leopoldo Cándido Alejandre (1897-1898)”, Haz de Lictores, 16, 2016, pp. 79-81
En vista de esta abundante bibliografía de los últimos años, creo que es adecuado realizar el compendio indicado, que englobe los resultados de la investigación y que supere el planteamiento dado a mi primer artículo de 2014, incluyendo algunos datos más de cada hermano mayor que nos permitan vislumbrar algo de su papel en la Cofradía, aunque sin llegar a los extremos que pudiera tener un estudio monográfico de cada uno de ellos, pues para ello están los artículos ya publicados y la posibilidad de que se publiquen en el futuro otros sobre los no estudiados.
Finalmente, antes de pasar a la cuestión central de este artículo, creo que es conveniente referirme a una reflexión que ya realicé en el momento que por primera vez escribí sobre esta cuestión: la historia de una institución, sea del tipo que sea, es mucho más que la historia de sus dirigentes. Con frecuencia se ha caído a la hora de historiar en la costumbre de reducirla a una relación de reyes, presidentes, militares de alta graduación, etc. y sus actividades, sin tener en cuenta que, en definitiva, el protagonista de la historia es el pueblo que es el que ha luchado en las guerras, ha colonizado territorios o ha sufrido las consecuencias de desastres naturales o económicos. En la Cofradía del Prendimiento también ha sido así. Los hermanos de la misma son los que la crearon, los que contribuyeron a la construcción de su patrimonio o los que se integraron en la misma por su devoción, por sus anhelos espirituales o por otros motivos. Los diferentes hermanos mayores, al margen de que en algunos casos aportaran importantes cantidades de dinero, sólo han sido la cabeza visible en cada momento y, en realidad, son más bien un marco de referencia que nos permite fijar la evolución de la Cofradía y las actividades de los cofrades en un marco cronológico cierto. Cuando nos referimos a ellos, en la práctica está claro que nos referimos a los miles de miembros de la hermandad que la hicieron posible.
I.- LOS PRIMEROS HERMANOS MAYORES
Cuando la autoridad eclesiástica aprobó en 1747 la fundación de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús en el Paso del Prendimiento, también aprobó las constituciones o estatutos por los que habría de regirse la hermandad y que fueron cosidos al principio del Primer Libro de Cabildos y Cuentas. Dicho libro desapareció en las turbulencias de la Guerra Civil, aunque, cuando todavía se conservaba y fue consultado por eruditos como Federico Casal, dichas constituciones ya habían sido arrancadas del mismo.10 Por tanto, no conocemos las normas que fijaban dichas constituciones con respecto a la elección y nombramiento del hermano mayor, aunque no diferirían mucho de las habituales para el resto de cofradías. Rafael Torres Sánchez en su estudio incluido en la gran obra de conjunto sobre la Semana Santa de Cartagena11, expone que en todas las cofradías anualmente había que elegir entre sus hermanos al hermano mayor, que era el representante y responsable de la Cofradía ante las autoridades civiles y eclesiásticas. Tenía las máximas atribuciones y se rodeaba de un número variable de personas que ejercían los otros oficios (mayordomos, consiliarios, depositario de caudales, secretario, cobradores de misas, etc.). Es de destacar, no obstante, que era posible, y relativamente frecuente en el siglo XVIII, la reelección. >
10.- Ruiz Manteca, Rafael, El Beso de Judas en la Semana Santa de Cartagena, Cartagena, 2004, pp. 23-24 11.- Torres Sánchez, Rafael, “Las cofradías de Cartagena durante el siglo XVIII”, en Ferrándiz Araujo, Carlos y García Bravo, Ángel (coord.), Las cofradías pasionarias de Cartagena, 1991, pp. 133-239
Como ya hemos indicado, el Primer Libro de Cabildos, que abarcaba de 1747 a 1760, se perdió, por lo que las noticias que tenemos de los primeros hermanos mayores son de fuentes indirectas. Así, del primer cabildo de la Cofradía del Prendimiento, celebrado el 13 de junio de 1747, en el que se eligieron los oficios propios de la hermandad tenemos una transcripción, parece ser que proveniente de las notas que tomó Federico Casal y, según la cual, en el mismo fue elegido por mayor número de votos Francisco Zabala Sicilia. De él no tenemos más datos que su elección, el hecho de que debió prestar algún dinero a la hermandad en sus primeros tiempos, según él mismo indicaba en su testamento12, y que la Cofradía le dedicó una vigilia y misa en su memoria el 9 de octubre de 1781.13
El siguiente hermano mayor conocido es Francisco Subiela en 1752, al que conocemos por dos documentos distintos. En uno de ellos se le cita como mayordomo de la Cofradía y en el otro como hermano mayor. Esto podría deberse a que el citado Subiela inicialmente fuera mayordomo, y en el intervalo temporal entre ambos documentos, se celebrara un cabildo de elecciones en el que resultara designado hermano mayor. Los dos documentos hacen referencia a unas corridas de toros que se celebraron para allegar fondos para la hermandad. El primero es la solicitud de permiso al concejo para celebrarlas14 y el segundo es un documento notarial por el que un tal Pablo Fontes pagaría a la Cofradía una cantidad por la carne de los toros muertos en las corridas.15
Nicolás Mateos Pareja en 1754 es el tercer hermano mayor del Prendimiento del que tenemos constancia en la actualidad. Su nombre lo conocemos gracias a un documento notarial en el que figuraba como apoderado de la Cofradía. Parte de dicho documento es una transcripción del acta del cabildo celebrado el 25 de febrero de 1754, en la que figura como hermano mayor.16
II.- RELIGIOSOS, MILITARES Y ALTOS FUNCIONARIOS COMO HERMANOS MAYORES
La Cofradía del Prendimiento fundada a mediados del siglo XVIII en Cartagena no era una cofradía más de las muchas existentes en la ciudad en aquel momento. Aprovechando una coyuntura económica y social especialmente favorable en la ciudad, inició un rápido crecimiento, no sólo en su aspecto patrimonial, sino también en la condición social de algunas de las personas que se integraban en la misma. Además, la Cofradía estableció muy pronto relaciones con la Cofradía de la Esperanza, radicada en la Corte de Madrid, con la que se uniría en 1754, gozando a partir de ese momento el privilegio de utilizar sus títulos, especialmente el de “Real”. Por otra parte, en 1750 también se había recibido la bula del Papa Benedicto XIV que otorgaba ciertas indulgencias a los cofrades que realizaran determinados actos piadosos. Es en estos momentos cuando aparecen como hermanos mayores personas de elevada condición social. Sería interesante un estudio que pudiera determinar si este enorme crecimiento de la Cofradía fue la causa o, en cambio, la consecuencia de la incorporación a la misma de dichos personajes.
El primero de los cuales, y probablemente el más notorio, fue Ambrosio Mariano Funés de Villalpando y Abarca de Bolea Gurrea y Bermúdez de Castro, conde de Ricla. Este noble fue gobernador político y militar de Cartagena, además de hermano mayor del Prendimiento, con seguridad en los años 1758 y 1759. Su acto más notable en la Cofradía
12.- Archivo Histórico Provincial de Murcia (en adelante AHPM) Protocolo Notarial de Salvador Martínez Jódar, n º 5855, 18-3-1750, fols. 86-88vto., en Montojo Montojo Vicente, “Salzillo y las cofradías pasionarias de la diócesis de Cartagena”, Discurso leído el 2 de mayo de 2003 en su recepción pública como académico de número de la Real Academia Alfonso X el Sabio. 13.- Archivo Parroquial de Santa María de Gracia (en adelante APSMG), Libro de Motes y Entierros, 1780-1784, fol. 189 14.- Archivo Municipal de Cartagena (en adelante AMC), Actas Capitulares años 1752-1753, Cabildo ordinario de 29-8-1752, fol. 154 15.- AHPM, Protocolo 5.857 ante Salvador Martínez de Jódar, año 1752, fol. 42. Ambos documentos publicados por Maestre de San Juan Pelegrín, Federico y Montojo Montojo, Vicente, “La Cofradía California de Cartagena en el siglo XVIII” en Murgetana, 116, pp. 71-100 16.- AHPM, Protocolo 5.574 ante José Amador Terol, año 1754, fol. 287 en Maestre de San Juan Pelegrín, Federico y Montojo Montojo, Vicente, “La Cofradía California de Cartagena en el siglo XVIII” en Murgetana, 116, pp. 71-100
fue la inauguración de la capilla y la entronización del Cristo del Prendimiento en la misma, para la que se realizaron actos que duraron una semana y a los que se invitó a participar en ellos al concejo.17 Por sus obligaciones políticas y militares, el conde de Ricla abandonó la ciudad en 1760, pero la Cofradía quiso seguir contando con una persona tan influyente como él, por lo que en los cabildos de 181-1761 y 21-1-1762 se le designó como “protector de la Cofradía”18, título que nunca más tengo constancia que se haya utilizado y que habla a las claras del importantísimo papel de este Hermano Mayor.
Tras la marcha del conde de Ricla de Cartagena, el nombramiento como hermano mayor del vicario de la ciudad aseguraba la protección y el visto bueno de la Iglesia para con la Cofradía, además de seguir así la costumbre de nombrar para el máximo cargo de la hermandad a una persona de alta consideración social y de la que la Cofradía pudiera obtener beneficios. No obstante, ello supondría con cierta posibilidad que la dirección efectiva de la misma fuera llevada a cabo por otras personas, probablemente los mayordomos. El cura párroco de Santa María de Gracia y vicario de la ciudad, Juan Bautista Lambertos Martínez, fue Hermano Mayor en dos periodos, entre 1761-176419 y en 1772-1773. Tras el paréntesis del vicario, volvieron los hermanos del Prendimiento a elegir a un militar de alta graduación: Manuel de la Riva Agüero y Noja, quien era comisario de guerra y contador principal del Departamento Marítimo de Cartagena. No era natural de la ciudad, a la que probablemente se trasladó por su oficio, pero casó en ella con Francisca Basso della Rovere, siendo elegido para la máxima dignidad en sucesivos cabildos durante un periodo bastante largo, entre 1765 y 177120. Probablemente después fuera trasladado lejos de Cartagena y por eso ya no se le nombró más. Terminó destinado en América, probablemente en Perú, donde su hijo José fue superintendente de la Real Casa de la Moneda de Lima y su nieto, también llamado José, llegó a ser el primer presidente de la República del Perú. Él debió de fallecer en 1777 en América y la Cofradía le dedicó unas honras el 10 de octubre de 177721 .
Después de un nuevo mandato del vicario Juan Bautista Lambertos, volvieron los cofrades del Prendimiento a escoger para dirigirlos a un personaje importante, en este caso un alto funcionario, el Administrador de Rentas Generales, Aduanas y Tabacos que era Nicolás de León que ocupó el cargo de 1773 a 1776.22 Durante su mandato se completó la procesión de Miércoles Santo con la incorporación del paso de la Samaritana. >
17.- AMC, Actas Capitulares 1758-1759, cabildo ordinario de 6-2-1759, fol. 270 vto,. en Maestre de San Juan Pelegrín, Federico y Montojo Montojo, Vicente, “La Cofradía California de Cartagena en el siglo XVIII” en Murgetana, 116, pp. 71-100 18.- Archivo de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús en el paso del Prendimiento (en adelante ACNPJPP), Segundo Libro de Cabildos, fols. 7, 8 y 27 vto. 19.- ACNPJPP, Segundo Libro de Cabildos, fols. 26, 46, 70 r. y vto. y 161. 20.- ACNPJPP, Segundo Libro de Cabildos, fols. 89 vto., 113 vto., 119 vto., 125 y 137 vto. 21.- APSMG, Libro de Motes y Entierros, 1771-1779, fol. 217 22.- ACNPJPP, Segundo Libro de Cabildos, fols. 177 vto., 187 y 202 r. y vto.
En el cargo lo sucedió Francisco Buznego, que llegó a ser Comisario de Guerra algunos años después de haber sido Hermano Mayor del Prendimiento, cargo que ocupó en 177723, tras haber ocupado otros oficios como el de secretario en años anteriores. Siendo él Hermano Mayor, tras una larga discusión en el Cabildo de 13-7-1777, se decidió cambiar el sistema de elección para que fuese de “un modo de utilidad a la Cofradía y con la madurez y legalidad que corresponde”24. A partir de ese momento se acordó que los conciliarios, los hermanos de cargo, los mayordomos y el hermano mayor saliente designaran, días antes del cabildo de elecciones, una terna de hermanos, entre los cuales elegiría el Cabido General, previa presentación al vicario25. Quizás fuera esta una forma de controlar algo la impredecible elección que pudiera realizar el Cabildo General.
Con el sistema antes comentado el primer elegido fue Antonio Pozuelo, de quien no tenemos más información que resultó elegido en varias ocasiones (1777, 1778 y 1780)26, en la primera de ellas compitiendo en la terna con el anterior hermano mayor, Francisco Buznego, y con Rafael Periano.
El sucesor de Pozuelo, ya en 1783, también fue un notable personaje, pues además de ser regidor perpetuo de la ciudad, era caballero de la Orden de Santiago y miembro del Santo Oficio de la Inquisición. Se trataba de Francisco Rosique Gilaver27 .
Los últimos datos que tenemos del siglo XVIII vuelven a incidir en el nombramiento de un hermano mayor prestigioso, en este caso en el ámbito religioso, pues se nombró a Francisco de Paula Sanguineto, que era el secretario del obispo. Como el religioso residía en Murcia, se decidió elegir también a un hermano mayor sustituto, cargo para el que fue designado José Lescura. Ambos fueron nombrados en el Cabildo del 18-9-178528 y según Carmelo Castellón, cronista californio después de la Guerra Civil, Sanguineto “fue Hermano Mayor mucho tiempo”29 sin citar de dónde procedía dicha información, aunque es probable que la hubiese tomado de las notas que su antecesor, Antonio Vich, había tomado de los libros de cabildos existentes en el Archivo de la Cofradía antes de su desaparición. No obstante, sabemos que en 1803 ya había fallecido.30 La tradición de nombrar importantes personalidades del mundo militar para el cargo de hermano mayor continuó también en el siglo XIX, pues en la segunda década del mismo, el que era gobernador político y militar de la plaza de Cartagena desde 1814, Juan de Dios Topete y Fuentes, también ocupaba la máxima dignidad de la Cofradía. Es posible que estuviese en la misma hasta la fecha en que ocupó su cargo público en la ciudad, 1821. Tenemos dos documentos que lo relacionan con la Cofradía: uno es una carta de 1818 dirigida al Ayuntamiento informando de que se iba a sacar en rogativa a la Virgen del Primer Dolor31, y otro es una misa celebrada el 24 de marzo de 1820 en honor de la misma por las intenciones de Topete.32 Era caballero pensionista de la Real Orden de Carlos III y su nombre completo era Juan de Dios Topete y Fuentes, Topete Melo Ponce de León y Baráez de Vivero.33
Por las últimas investigaciones reseñadas más arriba conocemos un nuevo hermano mayor de la Cofradía del Prendimiento, cuyo velatorio y funeral tuvo lugar en la capilla el 10 de agosto de 1833. Se trata de Manuel Valverde y el único dato que conocemos de él por un artículo de Federico Casal, aparte del de su fallecimiento, es que fue Hermano Mayor muchos años y era un entusiasta de las procesiones.34
En una relación de cofradías activas en Cartagena en 1837 figura la del Prendimiento35, a cuyo frente se encontraba en dicho año Antonio Diana. No sabemos más de él en su actividad cofrade, como en general ocurre con todo lo relacionado con las cofradías en Cartagena en buena parte de los tres primeros cuartos del siglo XIX, pero debió de ser un personaje con cierta influencia en la ciudad, pues dos años antes se encontraba entre los firmantes de una carta a la Reina Gobernadora en la minoría de edad de Isabel II, celebrando el triunfo “de la inocente Isabel II” en la convulsa sucesión al trono, a causa de los problemas con los carlistas, del rey Fernando VII.36
Es evidente que, dada la ausencia de fuentes directas de la propia Cofradía, los datos de finales del siglo XVIII y la primera mitad del XIX son bastante fragmentarios, por lo que no podemos asegurar que fueran los anteriormente comentados los únicos hermanos mayores. Es posible que hubiera algún otro del que, hasta el momento, no tenemos
23.- ACNPJPP, Segundo Libro de Cabildos, fols. 216 y 202 vto. 24.- ACNPJPP, Segundo Libro de Cabildos, fol. 245 r. y vto. 25.- ACNPJPP, Segundo Libro de Cabildos, fols. 245 r. y vto. 26.- ACNPJPP, Segundo Libro de Cabildos, fols. 245 r. y vto, 266 y 268 vto. 27.- ACNPJPP, Segundo Libro de Cabildos, fol. 340 vto. 28.- ACNPJPP, Segundo Libro de Cabildos, fol. 373 29.- Castellón, Carmelo, “Datos históricos de la Cofradía”, El Noticiero, 16-1-1942 30.- Gaceta de Madrid, 3 de mayo de 1803. Entre los nombramientos que se realizan en este, se encuentra el de beneficiado de la parroquia de Alhama, “vacante por fallecimiento de D. Francisco de Paula Sanguineto”. 31.- AMC. Caja 121 Correspondencia General Año 1818. 32.- APSMG, Libro de Motes y Entierros, 1815-1826, fol. 84 33.- Archivo Histórico Nacional (en adelante AHN), Secretaría de las Órdenes Civiles, Estado-Carlos III, Expediente 1715 34.- La Tierra, 25-8-1931 35.- AMC. Caja 131. Expediente 3. 36.- Diario Balear, 23-10-1835
noticia. De todas formas, dada la inestabilidad política y los problemas económicos del momento, lo que sí es probable, es que, en el caso de que existiera algún otro hermano mayor, sus esfuerzos se limitaran a conseguir sacar la procesión de Miércoles Santo los años que efectivamente se pudiera, que no fueron demasiados.
III.- HERMANOS MAYORES EN LA ÉPOCA DE ESPLENDOR BURGUÉS DE LA CIUDAD
Es en el segundo mandato de Bartolomé Spottorno, que es del que realmente tenemos datos documentados, cuando se aprecian esas características propias de la nueva clase dirigente y que la propia prensa celebraba. Así un diario de Murcia indicaba que él había sacado a la Cofradía California “de la postración y marasmo en que se encontraba”41 , haciendo valer su empeño de la misma forma que lo había hecho en el mandato anterior. De hecho consiguió, después de varios años sin celebrarse la procesión de Miércoles Santo, que volviera a salir a la calle en 1879, ya con un Cartagena entró en una época nuevo estilo en los tronos de San Juan y la Virgen del Pride esplendor a consecuencia mer Dolor que habían sido trasladados el año anterior al fundamentalmente del auge taller de Francisco Requena y Carlos Mancha para darles y desarrollo de los negocios “nuevas y elegantes formas”42, es decir, para convertirlos basados en la cercana cuenca en lo que hoy denominamos tronos de estilo cartagenero. minera. Dicho esplendor es especialmente notable a partir de Spottorno consiguió que la procesión fuera deslumbranla finalización de la Revolución te pues el corresponsal en Cartagena del periódico maCantonal (1873-1874) que llevó drileño La Correspondencia de España señalaba que “diaparejada una imprescindible fícilmente, si no en riqueza, en gusto, orden y religiosa reconstrucción de la ciudad, pompa habrá otra mejor en parte alguna”.43 Y además prácticamente destruida por la celebración de la procesión se intentaba mantener a
Bartolomé Spottorno y María los bombardeos. No obstante, ya antes del periodo cantonal, aproximadamente desde 1850, toda costa. Prueba de ello fue que, aunque en 1881 no se celebró, en 1882 se trasladó al Viernes Santo a las 16.30 horas, por motivos meteorológicos y, aunque en dicho comenzó el desarrollo minero e industrial y el afianza- día cuando estaba la procesión en la calle volvió a llover, miento de la clase burguesa en la ciudad. esta se mantuvo por las calles de la ciudad hasta su finalización. Y en la Cofradía California, la cual ya podemos nombrar así pues es también en estos momentos cuando Aparte de lo relacionado con la procesión, Bartolomé Spose documenta por primera vez el apelativo popular de ttorno se encargó también de la restauración de la capilla la misma37, se colocan al frente de la misma miem- que lógicamente estaría bastante afectada por los bombros de esta clase burguesa, enriquecidos por sus ac- bardeos durante la insurrección cantonal y por el lógico tividades mineras, industriales y comerciales, que da- paso del tiempo desde su construcción. Tenemos consrán un fuerte empuje a la misma y que aportarán su tancia de dicha restauración por una lápida que existía en nueva visión a las procesiones de Semana Santa, que la capilla recordándolo, y que se citaba en un artículo de pasarán cada vez más a tener un fuerte contenido es- prensa con motivo de otra restauración realizada en época pectacular, más para ser vistas que para participar en de Casiano Ros.44 ellas. El primer hermano mayor que podríamos encuadrar en este grupo sería Bartolomé Spottorno y María38 No sabemos cuánto tiempo duró el intervalo entre los dos que, según Alfonso Pagán y Diego Ortiz que siguen en mandatos de Bartolomé Spottorno, pero probablemente esto una obra sobre la familia Spottorno,39 fue Her- fuese de algunos años en la década de los 70, en torno mano Mayor californio a partir de 1849. No podemos a la insurrección cantonal. En el periodo inmediatamente precisar la duración de su mandato, aunque la crónica anterior a la misma, Alfonso Pagán en el artículoseñalaque se publicó con motivo de su muerte precisaba que do, propone, y estoy de acuerdo con él, que habría otros había sido Hermano Mayor californio durante “muchí- dos hermanos mayores de los que no tenemos testimonio simos años”.40 Lo que sí sabemos con seguridad es que documental directo. Lo que sí está documentado es que su mandato se dividió en dos periodos, uno desde 1849 y fueron hermanos mayores honorarios, nombramiento que, hasta una fecha indeterminada anterior a la Revolución según Pagán, en el siglo XIX estaría indudablemente ligado Cantonal, y otro entre 1878 y 1882. a haber ejercido el cargo de Hermano Mayor efectivo >
37.- El primer documento escrito conocido en el que se utilizan los términos “californios” y “marrajos” referidos a los cofrades cartageneros es El Faro Cartaginés, 20-4-1851 38.- En una biografía realizada algunos años después de su muerte en el número de 20-6-1890 de Cartagena Artística se decía de él que era “comerciante de grande y reconocido crédito”. Además de sus actividades profesionales, también ejerció diversos cargos importantes, prueba de su influencia en la ciudad: fue alcalde en 1854, 1869 y 1881, cónsul de Prusia y del Imperio Alemán y vicecónsul de Rusia, de Suecia y Noruega, de Dinamarca, de los Países Bajos, de Portugal y de Grecia. 39.- Ortega Spottorno, J. Historia probable de los Spottorno, 1992, Ed. Mehta, p. 100 40.- El Eco de Cartagena, 13-5-1882 41.- La Paz de Murcia, 20-5-1878 42.- La Paz de Murcia, 20-5-1878 43.- La Correspondencia de España, 26-3-1880 44.- El Eco de Cartagena, 19-11-1929
con anterioridad. Dichos hermanos mayores fueron Gregorio Abellán Torelló45 y José Arroyo. 46
Al poco de finalizar el asedio y bombardeo que puso fin a la insurrección cantonal tenemos documentado a otro hermano mayor, José Vidal. Estuvo al frente de la hermandad entre febrero de 1875 y, probablemente, mayo de 1878, fecha en la que fue elegido por segunda vez Bartolomé Spottorno, tiempo en el que por diversas circunstancias de índole fundamentalmente económica, no consiguió sacar a la calle ninguna procesión.
El siguiente Hermano Mayor en la nómina california fue el arquitecto Carlos Mancha Escobar, quien probablemente ejerció su mandato entre 1882, fecha de la muerte y del fin del segundo mandato de Bartolomé Spottorno, y 1888. No obstante, ya antes de su nombramiento ocupaba responsabilidades en la Cofradía California, pues además de ser conciliario en la Mesa de la Cofradía con Bartolomé Spottorno, se ocupó especialmente de la organización de la procesión con el cargo de “presidente de la comisión que había de entender en lo concerniente a la procesión del Miércoles Santo”47. Siguió con el interés de su antecesor, con el que seguro que colaboraba íntimamente como se desprende de su presidencia de la citada comisión, de hacer la procesión más esplendorosa, siendo su principal aportación, aparte de diseñar los primeros tronos de estilo cartagenero realizados antes de ser Hermano Mayor, la de incorporar el paso de la Santa Cena a la misma en 1883, lo que causó auténtica expectación entre todos los cartageneros,48 pues era el primer cambio en la composición de la procesión en más de un siglo. También llevó a cabo otras reformas como los nuevos trajes de los judíos o el nuevo trono de Santiago.
El mandato más breve de un hermano mayor californio fue el de Francisco de Paula Sanz de Andino y Martí, marino de profesión, que fue designado para el oficio en un cabildo celebrado a finales de agosto de 1888.49 Parece ser que, tal como explicaba Alfonso Pagán, tuvo reticencias para aceptar el cargo, probablemente pensando en que su profesión no le permitiría permanecer en Cartagena, pues apenas dos meses después fue ascendido a capitán de navío y probablemente tuvo que marchar fuera de la ciudad, lo que le llevaría a dimitir antes de finalizar dicho año, pues en los primeros días del siguiente fue elegido el nuevo Hermano Mayor.
Dicho nuevo Hermano Mayor fue Gamaliel Lizana Lizana que fue elegido en cabildo el 7 de enero de 1889.50 Era californio desde su nacimiento y como él mismo comentaba había ejercido los cargos de contador y secretario. Debió de dimitir muy poco antes de la Semana Santa de 1890 por alguna grave disputa en la Cofradía, pues tomó la decisión de darse de baja de la misma y pasarse a la Cofradía rival de Nuestro Padre Jesús Nazareno. De hecho, no llegó a presidir ninguna procesión, pues en 1889 no hubo procesión y su sucesor fue designado en la Cuaresma de 1890, antes lógicamente de la Semana Santa. Algunos de los detalles de este proceso los explicó él mismo en una entrevista que le realizaron 40 años después.51
El sucesor de Lizana, Ricardo Spottorno Bienert, era hijo de otro Hermano Mayor y había ocupado diversos cargos importantes en la Cofradía52, por lo que ante la crisis muy poco tiempo antes de la celebración de las procesiones de 1890 provocada por la dimisión de Lizana, los californios recurrieron a él. Como su padre, también dirigió la Cofradía en dos periodos distintos, con varios intentos de dimisión53, que no fueron admitidos por los cofrades “por entusiasta unanimidad”. Es probable que dichos intentos de dimisión fueran provocados por sus múltiples ocupaciones de negocios y otros asuntos, pues, entre otras cosas, llegó a ser cónsul de Rusia. Los dos periodos de su mandato fueron de 1890 a 1896 y de 1898 a 1910, interrumpidos por el breve periodo ocupado por Leopoldo Cándido.
Entre las aportaciones de su mandato al patrimonio californio destaca sin ninguna duda la nueva túnica para el Cristo del Prendimiento, realizada en un taller de Lyon y con diseño del arquitecto Francisco de Paula Oliver Rolandi en 1891. Y también destaca algo poco frecuente para la época, pero que debía ser ya muy necesario: la restauración de las imágenes de Salzillo que se encargó al escultor murciano Leoncio Baglietto, según se indicaba en un periódico de la época. 54
Carlos Mancha Escobar
Francisco de Paula Sanz de Andino y Martí,
45.- En la crónica de su entierro se indica que era hermano mayor honorario californio. El Eco de Cartagena, 3-7-1890 46.- Aparece citado como hermano mayor honorario en la primera junta directiva del segundo mandato de Bartolomé Spottorno: “Sección Hace 40 Años. Noticias publicadas en el Eco de Cartagena el Viernes 11 de mayo de 1878”. El Eco de Cartagena, 11-5-1918 47.- El Eco de Cartagena, 1-3-1882 48.- El Eco de Cartagena, 24-3-1883 49.- Diario de Murcia, 1-9-1888 50.- El Eco de Cartagena, 8-1-1889 51.- Cartago Nova, 1-4-1930 52.- Había sido conciliario en la Mesa de la Cofradía presidida por su padre y primer mayordomo en la de Carlos Mancha. Vid. Ortiz Martínez, Diego, Op. Cit. p. 48 53.- Tuvo varios intentos de dimisión: 1893- Vid. El Eco de Cartagena, 13-2-1893; 1908: Vid. El Eco de Cartagena, 20, 23 y 24-3-1908; y la definitiva de 1910: Vid. El Eco de Cartagena, 17-2-1910. 54.- Las Provincias de Levante, 28-2-1891
Ricardo Spottorno Bienert Leopoldo Cándido Alejandre
Entre los dos mandatos de Ricardo Spottorno ocupó el cargo de Hermano Mayor el insigne médico Leopoldo Cándido Alejandre, quien también había sido alcalde de Cartagena, que presidió las procesiones de 1897 y 1898, ocupando en dicho periodo Ricardo Spottorno el cargo de Hermano Mayor Honorario. Su mandato fue breve, apenas dos semanas santas, y terminó abruptamente por algún problema del que, por la parquedad de las fuentes, no llegamos a conocer su alcance. Sabemos que dimitió nada más finalizar la procesión de Miércoles Santo de 1898, sin que se dieran explicaciones, aunque el cronista de la época tenía la certeza de que había ocurrido algo anómalo.55 A consecuencia de ello, los californios volvieron a recurrir a Ricardo Spottorno para ocupar la jefatura de la hermandad.
El político y militar Justo Aznar Butigieg fue el siguiente Hermano Mayor de los californios. Ocupó el cargo entre febrero de 1910, cuando fue elegido, y su fallecimiento en enero de 1915.56 Precisamente su poder e influencia y su riqueza personal serían factores determinantes para su elección, aunque ya con anterioridad pertenecía a la Cofradía y había colaborado económicamente en la salida de las procesiones. El cronista de la época lo reconocía abiertamente, comentando que Justo Aznar, es “de los que se encuentran pocos, siendo el alma de ella (se refiere a la Cofradía) y en cuyo tiempo se han hecho grandes mejoras y se siguen haciendo”.57 Por ejemplo, la túnica y el manto que estrenó San Juan en 1882 fueron regalo suyo, con un coste de 8.000 reales.58 También colaboró económicamente en la procesión de 189459. Ya durante su mandato costeó el nuevo tercio de santiaguistas,60 vestido a la usanza de los caballeros de la Orden de Santiago a la que él pertenecía.
No todos los hermanos mayores colaboraron tan ampliamente como se pretendía de ellos en la Cofradía. Sus ocupaciones privadas o públicas lo impidieron en muchos casos, siendo más su presencia meramente nominal y no efectiva. Tal parece que fue el caso de Juan Sánchez Doménech, nombrado a la muerte de Justo Aznar el 22 de febrero de 1910 quien, en principio, demostró un gran entusiasmo, pues cuando fueron los cofrades a su domicilio a comunicarle su elección, se dirigió con todos ellos hacia la Cofradía acompañado por una charanga que interpretaba la Marcha de los Judíos. Nada más llegar a la sede se tomó el acuerdo de sacar la procesión de Miércoles Santo de ese año.61 Sin embargo, sus ocupaciones políticas (fue designado Gobernador Civil de Almería) le impidieron ocuparse de la Cofradía y le restaron mucho de su entusiasmo inicial, actuando en muchas ocasiones como hermano mayor en funciones el capellán, Ginés Daró.62 Finalmente, una desgracia familiar, le hizo dimitir en los primeros días de marzo de 1920.63
No ocurrió de la misma forma con su sucesor, el comisario de Marina Casiano Ros Pérez, que precisamente se caracterizó por su entusiasmo y por su sentido del deber en el desempeño de su cargo de Hermano Mayor. Fue elegido el 4 de marzo de 1920, permaneciendo en el cargo hasta su fallecimiento el 12 de noviembre de 1928. Y su entusiasmo y buen hacer le hicieron acreedor de un magnífico regalo por parte de sus hermanos, la medalla de oro y brillantes de la hermandad64 que, por donación de su familia, pertenece actualmente al patrimonio de la Cofradía y la luce el Hermano Mayor en la Magna Procesión del Prendimiento cada Miércoles Santo. Del mismo modo, los homenajes a su persona se multiplicaron tras su óbito, recordando en uno de ellos su abnegación y entrega a la Cofradía de tal forma que “estuvo a punto de morir en su puesto de cofrade en aquella procesión del año 26 en la que enfermó, herido de muerte, vistió su túnica encarnada y no hubo medio de que se retirara a descansar hasta que no entró la Virgen y la dejó en su capilla”.65
Durante su mandato se sustituyeron los trajes de percalina por terciopelo y se procedió a la renovación de los >
Justo Aznar Butigieg Casiano Ros Pérez
55.- El Eco de Cartagena, 7-4-1898 56.- El Eco de Cartagena, 17-2-1910 y 19-1-1915 57.- El Eco de Cartagena, 18-3-1911 58.- El Eco de Cartagena, 8-4-1882 59.- El Eco de Cartagena, 14-2-1894 60.- El Eco de Cartagena, 23-2-1910 61.- El Eco de Cartagena, 23-2-1915 62.- El Porvenir, 12-3-1919 63.- La Verdad, 29-2-1920 y 5-3-1920 64.- Cartagena Nueva y El Eco de Cartagena, 23-2-1928 65.- Cartagena Nueva, 27-11-1928
tronos para los grupos. De esta forma se adquirieron las magníficas obras de Luis de Vicente para el Prendimiento, la Oración en el Huerto y el Ósculo. Además quiso organizar la hermandad de acuerdo a los nuevos tiempos, estableciendo un organigrama en el que un mayordomo se encargaba de cada uno de los pasos de la procesión, clarísimo antecedente del sistema de organización actual basado en las agrupaciones. Finalmente, incorporó una nueva procesión al ciclo pasionario californio que ya estaba formado por la procesión de Miércoles Santo y por el traslado de San Pedro el Martes Santo. Se trataba de la procesión del Silencio el Jueves Santo que no pudo ver en la calle, ya que en 1928 esta se celebró en el interior de Santa María a causa del mal tiempo reinante.
Durante todo este periodo, los hermanos mayores eran elegidos en cabildo, aunque no tenemos constancia exactamente de cómo. Es razonable pensar que, probablemente, estos importantes personajes de la burguesía y la política local eran propuestos por miembros influyentes de la Cofradía y aceptados por el Cabildo General. Este fue el caso del siguiente hermano mayor, José Duelo Gimet, que fue elegido en un cabildo general presidido por el mayordomo más antiguo en ese momento, Juan Moreno Rebollo. Creo que habitualmente se seguiría este método, aunque considerando que no sería una elección pura, pues los posibles candidatos, normalmente uno solo, serían designados en función de su riqueza e influencia social.
José Duelo, alto funcionario de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla, vivió una de las épocas más difíciles de la Cofradía, pues después de ser elegido a finales de noviembre de 1928, tras la proclamación de la República y aunque las procesiones se siguieron celebrando con mayor o menor normalidad hasta 1935, la Cofradía vivió importantes tensiones. Así, en la Cuaresma de 1932 hubo notables enfrentamientos entre los propios cofrades, unos partidarios y otros detractores de la celebración de las procesiones en el ambiente político existente dicho año. Polémica en la que también intervino la prensa. Finalmente se impuso la postura favorable a la celebración de los cortejos. Ese mismo año, en el transcurso de la procesión de Miércoles Santo se produjo un extraño incidente cuando el trono de San Pedro llegaba a la esquina de la calle Osuna, actual Cañón, con una detonación y carreras que desorganizaron la procesión y, en medio del desorden, la muerte por un disparo de un espectador. O la suspensión durante todo el periodo de la procesión del Silencio por motivos de seguridad y la suspensión definitiva de todas las procesiones en la Semana Santa de 1936, por el crispado ambiente de confrontación existente en la ciudad que finalmente devino en la Guerra Civil.
La conjunción de todo esto y su frágil salud le llevaron a la dimisión en marzo de 1936.66 Durante los tres años siguientes no hubo ocasión ni siquiera de pensar en procesiones o en elegir un nuevo hermano mayor. Después de la finalización de la guerra y hasta que la Cofradía se puso de nuevo en marcha, parece que la prensa, a pesar del carácter irrevocable de la dimisión de José Duelo en 1936, siguió considerándolo como Hermano Mayor, pues cuando se eligió al nuevo máximo dirigente de la hermandad en septiembre de 1939, se dijo que se hacía “por dimisión del hasta hoy hermano mayor D. José Duelo”67. No obstante, esto realmente fue algo artificioso, pues durante el periodo de guerra las cofradías no existieron.
José Duelo Gimet IV.- HERMANOS MAYORES DESPUÉS DE LA GUERRA CIVIL
Apenas seis meses después de finalizado el conflicto civil se consideró por los cofrades que había que poner en marcha de nuevo la Cofradía como fuera si se quería recuperar lo perdido y, sobre todo, si se quería sacar unas procesiones para la Semana Santa de 1940 y para ello hacía falta nombrar un nuevo hermano mayor. La urgencia se impuso a cualquier otra consideración y se nombró al mayordomo más antiguo de la Cofradía en dicho momento, Juan Moreno Rebollo, maestro mayor del taller de pintores del Arsenal. Su nombramiento en la práctica fue para cubrir el periodo cercano a la Semana Santa, pues fue nombrado en septiembre de 193968 y en abril de 1940 ya había dimitido. 69
En estos momentos de los primeros años 40 está claro que los cofrades consideraban que el puesto de hermano mayor había de ser ocupado por una persona de prestigio y de alta consideración social, por lo que Juan Moreno, voluntariamente y en cuanto las condiciones lo permitieron, cedió el paso a una persona de este calado, que lo fue José de la Figuera Calín, Marqués de Fuente el Sol. Esto era así en este máximo puesto de la hermandad que era la cara visible de la Cofradía y la que debía de realizar las gestiones al más alto nivel y colaborar con su riqueza económica y con sus contactos sociales en la recuperación del patrimonio, pero no en los otros puestos, ya no de representación sino del trabajo menos visible, pero tan importantes como aquél, en la propia cofradía. Así lo demuestra el homenaje que se realizó a diversos cofrades con motivo de la dimisión de Juan Moreno. A éste por dejar el oficio de herma-
66.- El Noticiero, Cartagena Nueva y La Tierra, 31-3-1936 67.- Cartagena Nueva, 28-9-1939 68.- Cartagena Nueva, 28-9-1939 69.- Hoja Oficial de Cartagena, 6-5-1940
no mayor, y a Francisco Linares y Ángel Obradors, que continuaban en sus puestos, por su trabajo de tesorero y secretario-contador respectivamente.70
El marqués de Fuente el Sol fue nombrado en un Cabildo Pleno de Mesa el 1 de mayo de 1940 y ratificado tres días después.71 Su mandato duró hasta que se vio obligado a dimitir por motivos de salud.72 Inmediatamente fue nombrado Hermano Mayor Honorario, pero no hubo tiempo material de entregarle el nombramiento, pues la enfermedad se complicó, se le intervino quirúrgicamente y falleció el 14 de junio de 1952 antes del homenaje que estaba previsto realizar para demostrarle el cariño de los californios y hacer patente dicho nombramiento.73
El Marqués encabezó a los californios en la impresionante recuperación del patrimonio perdido en la guerra. Buena parte del carisma de nuestras procesiones actuales y de la imaginería provienen de esta época. Él fue el que contactó personalmente con Benlliure74 cuando acudió a Cartagena para entregar el Cristo de la Fe en la iglesia del Carmen, el que le encargó su primera obra para la Cofradía (el Cristo del Prendimiento) y el que mantuvo las relaciones con él durante sus años de trabajo. Y parece ser que también intervino activamente en el dilema que mantuvieron los cofrades entre aquellos que pretendían recuperar una imaginería lo más fiel posible al recuerdo de los salzillos destruidos y aquellos otros partidarios de seguir las nuevas tendencias imperantes en la escultura española en aquellos momentos. También favoreció la emulación y rivalidad características de nuestras agrupaciones con un concurso que organizaba cada año durante la procesión de Miércoles Santo para otorgar una distinción al tercio que mejor desfilara en la misma.75
El rico industrial minero Francisco Celdrán Conesa fue el nuevo Hermano Mayor que buscaron los californios para presidirlos. Estuvo al frente de la hermandad entre 1952 y 1972, fecha de su fallecimiento y está claro lo que esperaban de él los cofrades, sintetizado en el discurso de bienvenida que pronunció Francisco Linares el 5 de marzo de 1952 en la sede de la Cofradía con motivo de su presentación a los hermanos: “nada se le pedía al señor Celdrán y que si en la antigüedad aquellos españoles que vinieron de San Francisco de California derramaron sus pepitas de oro a manos llenas para en engrandecimiento de la Cofradía, ahora también venía un nuevo californio, que si no producía oro tenía plomo con que continuar la marcha ascendente de la misma”.76 Y desde luego Francisco Celdrán no defraudó a los californios pues donó dos mantos para la Virgen del Primer Dolor, uno azul bordado por Consuelo Escámez y diseñado por Miguel Fernández Rochera en 1953, y otro rojo bordado por Anita Vivancos y diseñado por Balbino de la Cerra en 1960. Con referencia a las procesiones este Hermano Mayor quiso seguir el proceso de crecimiento que ya llevaban desarrollando desde bastante tiempo los californios y por ello organizó una nueva procesión del Cristo de los Mineros el Sábado Santo. Por distintos motivos, esta procesión terminó integrándose en la procesión del Silencio en la noche del Jueves Santo.
Es evidente que lo que se esperaba de los hermanos mayores en estos tiempos de mediados del siglo XX era que ostentaran un papel de representación de la Cofradía y colaboraran económicamente en proyectos de gran envergadura que, de otra forma, habría sido mucho más dificultoso llevar a cabo en el tiempo que se hicieron. Sin embargo, la gestión diaria de la hermandad era dejada en manos de otros miembros de la mesa. Y ello ocurrió especialmente en tiempos de Francisco Celdrán que, por sus ocupaciones, pasaba bastante tiempo fuera de Cartagena, siendo representado en muchas ocasiones por el mayordomo principal Juan Alessón, quien, andando el tiempo y al fallecimiento de Celdrán, terminó siendo el nuevo Hermano Mayor.
José de la Figuera y Calín
Francisco Celdrán Conesa V.- LOS HERMANOS MAYORES EN LA TRANSICIÓN HACIA UNA NUEVA ÉPOCA
Juan Alessón López ocupó el cargo entre 1972 y 198177 , en una época especialmente difícil para las cofradías de Semana Santa cartageneras pues el país y la ciudad se encontraban en una situación complicada, marcada fundamentalmente por la transición entre el régimen de Franco y el nuevo sistema democrático y también por una importantísima crisis económica que hizo resentirse notablemente las fuentes de financiación de las que se nutrían las cofradías.
Tras la dimisión de Alessón los californios se estuvieron planteando si sería necesario redactar unos nuevos >
70.- Hoja Oficial de Cartagena, 6-5-1940 71.- Hoja Oficial de Cartagena, 6-5-1940 72.- El Noticiero, 29-2-1952 73.- El Noticiero, 18-6-1952 74.- El Noticiero, 30-5-1941 75.- El Noticiero, 4-4-1942 76.- El Noticiero, 6-3-1952 77. La primera referencia a Juan Alessón como hermano mayor es en el Cabildo Pleno de Mesa de 2-11-1972 (Vid. ACNPJPP, Libro de
Actas de Cabildos de Mesa y Pleno de Mesa Mayo 1971-Mayo 1974, fols. 8 vto. – 10 vto). y su dimisión se presentó en forma de carta, leída por el mayordomo principal, en el Cabildo de Mesa de 26-6-1981, aunque en un cabildo posterior intentó retractarse de su decisión. Vid. ACNPJPP, Libro de Actas de Cabildos de Mesa y Pleno de Mesa Febrero 1980-Diciembre 1983, fols. 15-19vto.
Juan Alessón López y Pablo Francisco López Álvaro
Carlos Ferrándiz Araújo Juan Guillén Manzanera Juan Manuel Moreno Escosa Juan Carlos de la Cerra Martínez
Rafael Manuel del Baño Zapata
Mayordomo Cronista Cofradía California
estatutos, aunque finalmente no lo hicieron. Se decidió nombrar a un nuevo hermano mayor y el procedimiento para elegirlo, entre dos candidatos, fue una votación de los miembros del Cabildo de Mesa realizada el 11 de noviembre de 1981, siendo elegido por mayoría Pablo Francisco López Álvaro. 78 Durante su mandato se produjo una fuerte crisis institucional en el seno de la Cofradía, cuyo detonante fue el nombramiento por la Agrupación de San Juan de un nuevo presidente, tras la muerte de Julio Ortuño, nombramiento que no seguía el procedimiento para designación de presidente de agrupación que preveían los estatutos californios entonces en vigor y que databan de 1960. La radicalización de las posturas ante estos hechos, el enfrentamiento público entre las distintas partes y, en definitiva, la falta de adecuación de las normas que regían a la Cofradía con los tiempos imperantes, motivaron la intervención final del obispado que cesó cautelarmente al Hermano Mayor durante un tiempo y ordenó la redacción de unos nuevos estatutos. Todo este proceso que duró prácticamente un año (de diciembre de 1991 a diciembre de 1992) concluyó en unas elecciones en las que pudieron votar todos los mayordomos y conciliarios de la hermandad y en las que salió elegido Carlos Ferrándiz Araujo.79
Avanzando hasta el momento actual, considero que los hermanos mayores californios que han gobernado la hermandad desde los años 90 hasta la actualidad quizás se encuentren demasiado cercanos temporalmente para la realización de un análisis con la suficiente distancia que permita establecer tendencias claras en el devenir de la Cofradía. No obstante, hay algunas características que sí se nos ofrecen evidentes. Por un lado, destaca que han sido mayordomos de la Cofradía curtidos en diferentes cargos de la hermandad: de los cuatro, tres de ellos habían sido presidentes de sus agrupaciones 80 y, el cuarto había ocupado diversos cargos importantes en su agrupación y en la Mesa de la Cofradía.81 La otra característica que merece la pena ser citada es que fueron elegidos en procesos de votación, primeramente entre mayordomos y conciliarios, y ya desde 2016, con los nuevos estatutos aprobados por el obispo, entre todos los hermanos mayores de edad y con una antigüedad mínima en la Cofradía.
Así, Carlos Ferrándiz Araujo fue elegido en dos ocasiones, ocupando el oficio de Hermano Mayor entre 1992 y 2000. Juan Guillén Manzanera también se ocupó del máximo cargo de la hermandad durante dos períodos que abarcaron desde finales de 2000 hasta septiembre de 2007. Por su parte Juan Manuel Moreno Escosa fue Hermano Mayor entre 2007 y el verano de 2010 en que fue cesado por el obispo que dispuso que Juan Carlos de la Cerra Martínez ocupara el cargo de presidente de una gestora y Hermano Mayor en funciones durante dos años. Pasados estos fue nombrado ad nutum episcopi (por orden episcopal) Hermano Mayor con la obligación de llevar a cabo elecciones en todas las agrupaciones según el nuevo procedimiento y, finalmente, a principios de 2016 realizar también elecciones a hermano mayor de la misma manera, ejerciendo su derecho al voto a todos los hermanos, volviendo de esta forma a los orígenes de la hermandad en que el máximo dirigente de la Cofradía era elegido por un cabildo general. De estas últimas elecciones salió elegido por mayoría el citado Juan Carlos de la Cerra. •
78.- ACNPJPP, Libro de Actas de Cabildos de Mesa y Pleno de Mesa Febrero 1980-Diciembre 1983, fols. 19 vto.-22 79.- Sobre todo este proceso puede verse el análisis completo de los hechos realizado por una persona que lo vivió desde dentro: Ruiz Manteca, Rafael, El beso de Judas en la Semana Santa de Cartagena, pp. 105-108. También pueden consultarse las actas relativas a este periodo: ACNPJPP, Libro de Actas de Cabildos de Mesa y Pleno de Mesa Febrero 1988-Octubre 1993 80.- Carlos Ferrándiz de la Oración en el Huerto, Juan Manuel Moreno Escosa de la Coronación de Espinas y Juan Carlos de la Cerra de la Santísima Virgen. 81.- Juan Guillén fue secretario general de la Agrupación de San Juan y presidente del tercio juvenil de la misma de la Vuelta del Calvario. En la Mesa de la Cofradía con Carlos Ferrándiz ocupó los cargos de secretario general, mayordomo rector y mayordomo principal.