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Las Saetas, con un concurso como excusa

Cartel Concurso de Saetas 2017, obra del pintor Pedro Diego Pérez Casanova

No se sabe ni el origen ni el porqué de su nombre, el de la “saeta” como copla cantada en Semana Santa al paso de las imágenes en la procesión, motivada esa incertidumbre en gran medida a que ha sido una manifestación que se ha transmitido oralmente, año tras año.

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Hoy conocemos la saeta con forma de cante flamenco, pero no fue siempre así, como afirmó Federico Vázquez Esteban en una conferencia en el Congreso de Investigación sobre Flamenco celebrado en 2016 en la Universidad Católica San Antonio- UCAM en Cartagena; algunos autores refieren que fueron religiosos franciscanos y capuchinos los que en el siglo XVI y XVII introdujeron cantos en las procesiones. También han habido investigadores que han llegado a sostener la teoría de que el origen de las saetas es hispano-árabe; o que era la oración que los conversos cantaban, o tenían que cantar obligados, a Cristo o a la Virgen.

La Saeta, tal como la conocemos hoy en día, se cantó por primera vez en público como seguiriya en 1919 en Sevilla por un cantaor de esa tierra, Manuel Centeno, y que se convirtió en una estrella del cante flamenco. Es interesante poder escuchar su célebre Saeta “Silencio pueblo cristiano”, fandanguillo que grabó en 1931, accesible en Internet en la Biblioteca Digital Hispánica.

“El que canta ora dos veces” (S. Agustín, sal. 72,1)

Silencio pueblo cristiano aquí tenéis al Redentor con esa cruz tan pesada redimiendo al pecador los tormentos que le daban

Es de destacar, como hace Juan Ruipérez, investigador de la Cátedra de Flamenco de Cartagena y biógrafo de Antonio Piñana, que el gran Manuel Centeno, primer cantaor que aflamencó la saeta, fue enterrado en el Cementerio San Antonio Abad de Cartagena el 16 de agosto de 1961, ya que yendo a actuar en el teatro Mery de la Unión, con la compañía de Pepe Marchena, fue ingresado en el Hospital de Caridad donde falleció.

La Saeta en Cartagena estuvo presente de forma importante en nuestras procesiones en las que hubo concursos, patrocinio de comercios y empresarios para que viniesen cantaores, e incluso supusiese para muchos la forma de cumplir promesas: promesas difíciles por ser en público y por la dificultad que entrañaba al cantar al paso de un trono.

Con el devenir de los años fue perdiendo fuerza esa manifestación artístico-religiosa como le ocurrió al flamenco, hoy convertido en muchos casos en música de culto y que es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad desde 2010.

La Cofradía Marraja a través de la Agrupación de Nuestro Padre Jesús Nazareno, y siendo presidente el recordado Antonio Cárdenas, organizó de 1982 a 1988 un concurso de Saetas, que se celebraba en la Casa del Pescador de Santa Lucía, y que tenía el requisito de que los ganadores cantaban en la Procesión del Viernes de Madrugada.

Años más tarde la Agrupación de Portapasos de la Piedad recogió de alguna forma el testigo de aquél evento ya que decidió organizar un Concurso de Saetas, en este caso para que cantasen los ganadores el Lunes Santo en la Procesión conocida como de las Promesas.

Para entender cómo surge la idea hay que recordar como en el año 2012 el emprendedor, abogado, y flamencólogo cartagenero Antonio Casado Mena decide que era la hora de impulsar el cante por saetas en nuestras procesiones. Para ello, y pidiéndole implicación a la Junta de Cofradías, organiza en la Sala Tomillo 15, que entonces existía en la ciudad, una demostración de saeteros de la región; acto que repetiría en 2013. Dado que Antonio Casado, como su padre que también colaboró, era Portapasos de la Piedad, la Agrupación le pidió que alguno de los cantaores interviniera ante la Piedad en el transcurso de la Procesión del Lunes Santo. Así ocurrió en 2012 y 2013 cuando en la calle del Aire y en las Puertas de Murcia se pudieron escuchar, sin megafonía, a cantaores rezarle a la Piedad con sus saetas.

En ese contexto al finalizar la Semana Santa de 2013 la directiva de la Agrupación de Portapasos de la Piedad debate cómo se puede aportar un granito de arena a la celebración en 2014 del cincuentenario de la Coronación de la imagen de la Virgen de la Piedad, cuya responsabilidad asumía la Agrupación hermana de la Piedad, y surge la idea de por qué no hacer un concurso que tuviese dos objetivos: el primero ensalzar y aumentar el fervor a la Virgen de la Piedad, el segundo recuperar en la medida de lo posible la saeta en nuestras calles.

Tras diversas reuniones toda la directiva se implicó al máximo. Antonio

Casado invitó al citado Juan Ruipérez para que asesorase, y también se suman otros cofrades como Paco Girón y Bernardo García o el escultor Fernando Sáenz Elorrieta que realizó el trofeo y el pintor cartagenero Pedro Diego Pérez Casanova que pintó el cartel del concurso. El grado de compromiso de todos hace que el resultado del Concurso Nacional de Saetas de 2014 hiciese pensar al equipo organizador si se debía realizar de nuevo al año siguiente, como pedían algunos cofrades. Y se siguió organizando con la implicación de la Cofradía Marraja, y posteriormente de la Agrupación Nuestro Padre Jesús Nazareno, ya que además los cantaores ganadores deben participar en la madrugada del Viernes Santo; posteriormente se han sumado las Agrupaciones de la Stma Virgen de la Piedad, Portapasos de la Dolorosa y Verónica.

Muchos son los colaboradores, la mayoría anónimos, que con su aportación personal se han sumado a la institucional de la Concejalía de Cultura de Ayuntamiento de Cartagena, Consejería de Cultura de la Región de Murcia, la Universidad Católica San Antonio y el Grupo Folclórico Ciudad de Cartagena. De esa forma se llega a 2017 donde, hasta el momento de escribir este artículo, ya se han celebrado las semifinales de esta edición en La Palma, en la Casa del Folclore, la sede de las semifinales que, sumado al esfuerzo de todo el equipo organizador, reúne unas condiciones de espacio y acústica que hacen, a decir de los concursantes foráneos, de un sitio único para poder esforzarse y sentirse cómodo.

El nivel artístico se ha ido incrementando año tras año y las letras se han creado o adaptado para nuestras procesiones como es el caso de la Saeta cantada este año por la malagueña Isabel Fátima Guerrero Alarcón:

Portapasos de Cartagena mécelos muy despacito que en su regazo Piedad lo lleva contemplando a su Hijo Cuerpo y Tronco de la Iglesia. Que Cartagena entera adore al Cristo y su Grandeza y a la Piedad por Señora.

La saeta, que normalmente está compuesta por 4 ó 5 versos octosílabos, también se dedicó a Nuestro Padre Jesús Nazareno como la que cantó en La Palma la sevillana María José Gómez Corzo, adaptada de las Saetas Populares que ya citaba Agustín Aguilar y Tejera:

Ana Garcia Caro Ganadora Concurso 2016 con trofeo Fernando Saez Elorrieta

Pilato se resistía antes de firmar la sentencia porque no comprendía, que el hijo de Galilea la muerte no merecía.

Cuando sale el Nazareno primero sale el madero. Cuando sale el nazareno lo único que se oye el pisar del costalero. Los segundos premios fueron para Pepi Mantas (Córdoba) en 2014, Rocio Crespillo Luna (Córdoba) en 2015 y Juan Francisco Berrocal (Cádiz) en 2016.

En las cuatro ediciones celebradas se han clasificado para las semifinales, 59 cantaores - algunos han repetido- de los que 10 son de nuestra tierra como Salvador Salas Munar “El Potro”, que ganó el premio a la mejor letra en 2014, David Contreras Castro “El Cardueli” que obtuvo el tercer premio en 2015, Francisco Campos “El Mone”, Francisco García Pedreño, Francisco Severo, María Dolores Díaz Ferrer, Agustín Garnés García, José Luís Díaz Ruíz “El Mojaquero” o José Antonio Gil Bermudez de Calasparra. Los foráneos han representado fundamentalmente a Andalucía, sobre todo Sevilla, Córdoba y Cádiz, y alguno a regiones como Cataluña y Extremadura. Los ganadores de las tres primeras ediciones han sido los cantaores Juan Fariña (Huelva) en 2014, Miguel Ángel Lara Solano ‘El Canario’ (El Saucejo-Sevilla) en 2015 y Ana García Caro (Huelva) en 2016; en unas finales que se celebran en la Iglesia de Santa María de Gracia en un ambiente de respeto y en un marco preparado por el magnífico equipo de Iglesia de la Cofradía encabezado por Pedro de Jódar, que controla hasta el más mínimo detalle.

Pero en realidad el concurso de saetas es una excusa para escuchar a esos cantaores que hacen un gran esfuerzo y en el que se merecen ser todos ganadores por mantener esa tradición de orar cantando; porque no olvidemos que el objetivo del concurso es llevar esa oración hecha cante a las calles de Cartagena durante sus procesiones, recordando lo que dice San Pablo a los Colosenses (3,16) “Canten a Dios con gratitud y de todo corazón salmos, himnos y cantos inspirados”. •

José Jesús Guillén Pérez

Presidente Agrupación

Portapasos-Promesas de la Virgen de la Piedad.

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