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Gazpacho manchego
Uno de los componentes principales de este suculento plato es la torta cenceña manchega, un pan sin levadura que nos recuerda la mezcla de culturas árabe, cristiana y judía de la que es fruto Castilla-La Mancha. El gazpacho manchego es un guiso con mucho caldo, con trocitos de conejo, libre, pollo o perdiz, y con la torta cenceña desmigada en su interior. Se le conoce también con el nombre de galiano, con que le cita Cervantes en el Quijote, y tradicionalmente se comía usando la torta cenceña como plato. No hay mediodía, tarde o noche que no se alegre en las calles de cualquier lugar de Castilla-La Mancha degustando el gazpacho manchego.
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Migas del pastor
Las migas del pastor son uno de los platos más tradicionales en la gastronomía-castellano-manchega. Tradicionalmente considerado un plato de pastores, suelen acompañarse de uvas, melón o pepino: cualquier contrapunto dulce al sabor salado del propio plato. Su receta está basada en pequeños trozos de pan duro, sofritos en aceite, junto con ajos, torreznos, panceta o chorizo, y pimentón. Pero el secreto para que queden realmente exquisitas es el modo de cortar el pan, y la proporción de agua y aceite. Los cocineros de Castilla-La Mancha lo conocen muy bien, y degustarlas en forma de tapa, o de plato principal, es un placer que ningún viajero debería perderse.
Morteruelo
Es el morteruelo de esos platos de Castilla-La Mancha capaces de transportarnos a las delicias del pasado, haciéndonos disfrutar en el presente. Ya era mencionado en un documento tan nuestro y tan antiguo como el Fuero de Molina de Aragón en el siglo XII. Sus principales componentes son la carne de caza y el hígado de cerdo. De su cocción junto con especias y pan rallado, y del resultado de su desmenuzado en un mortero, se obtiene una pasta de suave textura, exquisita si además se unta en pan. Imprescindible probarlo.
Pisto manchego
Tomate, pimiento, cebolla, ajo y calabacín. Las verduras se pochan lentamente, con aceite de oliva, para reposar después, durante media hora, antes de servirse. Esta es la base de uno de los platos más conocidos de la gastronomía castellano-manchega, que se ha extendido hoy al resto de España, con múltiples variantes. Pero sólo en estas tierras puede disfrutarse de su especial textura, y de las variantes que le añaden ajo machado con comino, trocitos de lomo de cerdo, que dejan la receta en su más puro origen manteniendo sólo el tomate y el pimiento… El pisto es tan variado como la propia Castilla-La Mancha, aunque quien se haya marchado de ella sin probarlo tendrá que decir que no la ha visitado.
Sopa castellana
Plato de cuchara que es todo un clásico para los meses más fríos. También conocida como sopa de ajo, se elabora a base de aceite, ajo, pan, pimentón y agua; se puede añadir un huevo entero o batido, y unos taquitos de jamón. Este plato es todo un clásico de los recetarios castellanos y de buena parte de la península.
Carcamusas toledanas
Una tapa típica de Toledo, cuya carne guisada con tomate, guisantes, y un punto de picante, acompaña cualquier aperitivo toledano que se precie. En cazuela de barro, y acompañado de unas rebanas de pan.
Atascaburras
También conocido como ajo arriero, muy típico de Albacete o de la Serranía de Cuenca, aunque extendido por buena parte de la geografía castellano-manchega. Dice la tradición que los primeros en elaborar el plato, tras probarlo aseguraron: “harta hasta las burras”, de donde toma su peculiar nombre. El plato, que proviene de la cocina tradicional judía, contiene bacalao en salazón (desalado en abundante agua), patatas cocidas y desmenuzadas, aceite de oliva, ajo y nueces. Durante la elaboración se van machacando los ingredientes, de tal forma que su textura final sea la de un puré. Se toma en las jornadas de frío invierno
Caldereta de cordero
Muchas de las fiestas y celebraciones que se desarrollan a lo largo y ancho de Castilla-La Mancha cuentan con la popular elaboración de calderetas de cordero. Es un plato tradicional a base de pierna o paletilla de cordero, cebolla, tomate, pimiento rojo, ajo, vino banco y aceite de oliva. Como en tantas otras recetas, cada cocinero tiene sus secretos, pero dos de los trucos que ofrecen un resultado más sabroso es su elaboración a fuego lento y a base de leña.
Asadillo
El asadillo manchego es un clásico en las cartas de los establecimientos hosteleros de Castilla-La Mancha y en buena parte de los hogares de la región. Su ingrediente principal es el pimiento rojo asado al horno en cazuela de barro. Servido como tapa o aperitivo o acompañando a platos de carne, suele elaborarse con cebollas y ajos previamente sofritos y algo dorados y tomate, todo sazonado y aromatizado con pimienta negra y comino.
Tiznao
El bacalao fue durante siglos uno de los productos que, capturado a cientos o miles de kilómetros, se consumía con cierta abundancia en el interior peninsular. Son varios los platos que cuentan con el bacalao como protagonista de la cocina castellano-manchega, entre ellos el tiznao, típico de la provincia de Ciudad Real se prepara a base de bacalao en salazón, patatas, pimientos rojos, ajo, cebolla y pimentón.
Setas
Con la llegada del otoño, las lluvias y la bajada de temperatura, en los últimos años ha cobrado un creciente entusiasmo la elaboración de platos que tienen a las setas como protagonista. Níscalos, boletus y hongos de todo tipo se han convertido en ingredientes principales de un recetario cada vez más atractivo, sobre todo en puntos de las sierras de Albacete, Cuenca, los Montes de Toledo y el norte de la provincia de Guadalajara.
Enrique Pérez, El Doncel. Sigüenza, Guadalajara.
Adolfo Muñoz, Adolfo. Toledo.
Platos de caza
La cocina basada en productos cinegéticos es una de las suculentas ofertas que encontrará el comensal en buena parte de los pueblos y ciudades de Castilla-La Mancha. Amplias zonas de la geografía regional están dedicas a la caza y sus perdices, conejos, liebres y venados son habituales en sus fogones. A destacar la perdiz, estofada o en escabeche; la liebre y el conejo; el venado, en salsa o a la plancha; y los guisos a base de arroz y liebre.
Alajú
El alajú o alajuz es un delicioso dulce con forma de torta propio de la provincia de Cuenca y de origen árabe, hecho tradicionalmente de una masa a base de almendras, pan rallado y tostado, especia fina y miel bien cocida, cubierta de dos obleas por ambos lados.
Patas de vaca
La ciudad de Molina de Aragón tiene muchas características que la hacen única. Pero quizá ninguna tanto como sus famosas patas de vaca, un delicioso dulce que sólo encontraremos en las pastelerías de sus calles. ¿De qué está hecho? Su textura y sabor recuerdan a la leche frita, con un toque que le hace más suave y dulce al paladar, sin resultar empalagoso. Eso es cuanto podemos decir, por cuanto los molineses guardan su receta con extremo celo.
Guiso de Bodas
Conocido también como Guiso de Bodas de Camacho, con clara alusión a la obra cervantina, es típico en las celebraciones manchegas. Consiste en sazonar los trozos de gallina o pollo de corral, pasarlos por harina y freírlos con aceite de oliva. Se sofríe cebolla y se pone en la cazuela junto a tomate, puerro y unas puntas de jamón. Se añade la gallina y se cubre con vino y caldo de la cocción de los huesos de la misma.
Se prepara un majado en mortero con picatostes de pan, dos yemas de huevo cocido y almendras.
Se hacen las albóndigas con pan migado, huevos batidos, perejil y jamón, y se fríen con abundante aceite y se añaden a la cazuela. El majado se agrega al guiso y se termina de cocinar.
Bizcochá
Este delicioso postre se realiza con las Tortas de Bizcocho típicas en Alcázar de San Juan, conocidas como “Tortas de Alcázar”, cuyo origen es atribuido a la Orden de la Clarisas en el siglo XVI. La torta, elaborada a base de huevos, harina y aceite, se remoja en leche previamente hervida con cáscara de limón, azúcar y canela, lo que le dan un sabor especial.
El Vino
Bodegas Fontana de la DO Uclés.
Vi
“En el vino está la verdad” reza un proverbio latino atribuido a Plinio el Viejo. Y lo cierto es que es verdad universal la alta calidad de los vinos de Castilla-La Mancha. La región se ha convertido, desde hace ya décadas, en el mayor viñedo del planeta. Además de surtir de mostos a mercado interiores y exteriores, las bodegas castellano-manchegas han sufrido en los últimos lustros un intenso proceso de modernización y transformación que permiten que hoy sus vinos atesoren una calidad y popularidad equiparables, y en ocasiones superior, a las de otras regiones de marcada tradición vitivinícola. Más de una veintena de denominaciones de origen y pagos están catalogadas en Castilla-La Mancha, bodegas de prestigio han catapultado sus marcas a lo más alto y atesoran premios internacionales por todo el mundo. El viajero amante del vino puede elegir alguna de las muchas bodegas que abren sus puertas al visitante para conocer a fondo la elaboración de los caldos de la región.
Fiestas de la Vendimia. Valdepeñas.
Vino de Almansa
Desde el siglo XVI no ha cesado el cultivo de la vida en Almansa, que en la actualidad destaca por el cultivo de su uva autóctona, la Monastrell, y la Garnacha Tintorera, además de la Syrah, que ha demostrado una excepcional aclimatación. Hoy son doce bodegas las que componen esta Denominación de Origen, con una producción alabada en veinticinco países. Ocho términos municipales de Albacete componen el territorio de la D.O. Almansa, incluyendo Almansa, Alpera, Bonete, Corral-Rubio, Higueruela, Hoya-Gonzalo, Pétrola, y el Villar de la Chinchilla. Sus viñedos ocupan 7.600 hectáreas y poseen un clima mediterráneo y continental.
Vino de Jumilla
La vid es el cultivo principal de la zona desde tiempos ancestrales, y aquí la noble variedad Monastrell encuentra el perfecto hábitat para su desarrollo. El suelo cretáceo, el duro clima y la escasa lluvia contribuyen a que la uva desarrolle sus máximas características de color y sabor. Abarca una amplia comarca en el sureste español, entre ella parte de la provincia de Albacete, concretamente los municipios de Ontur, Tobarra, Albatana, Hellín, Montealegre y Fuente Álamo. La Denominación de Origen Jumilla, constituida en 1966, agrupa en la actualidad a casi cuarenta bodegas y más de 4.000 viticultores, cuyos productos están garantizados por el Consejo Regulador de la D.O. Jumilla.
Vi Vino Vino de La Mancha
La Mancha es la región vitivinícola más extensa del mundo, y la D.O. con más viñedo acogido de toda Europa. Una zona ideal, donde prima la calidad, pues el rendimiento por hectárea no es muy elevado. Crecidas a setecientos metros de altitud, en suelos calizos, y con un clima continental de veranos cálidos e inviernos fríos, las tres mil horas de sol anuales a su gran variedad de uvas. Sus variedades blancas son la Airén, Macabeo, Chardonnay, Sauvignon Blanc, Verdejo, Moscatel de grano menudo, Pedro Ximénez, Parellada, Torrontés, Gewürztraminer, Riesling y Viognier. Las tintas, Tempranillo, Garnacha, Moravia, Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot, Petit Verdot, Graciano, Malbec, Cabernet Franc y Pinot Noir. Se extiende por cuatro de las cinco provincias de Castilla-La Mancha, Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo, con más de 20.000 viticultores en alrededor de 280 bodegas, casi la mitad de las cuales exportan sus vinos a todo el mundo, y realizan su crianza en barricas de roble.
Vinos de la DO Manchuela
Los ríos Júcar y Cabriel, en el límite entre las provincias de Cuenca y Albacete, enmarcan la zona de producción de los vinos de la Denominación de Origen (DO) Manchuela, que se extiende a lo largo de 70 términos municipales y que en la actualidad cuenta con más de 6.000 hectáreas inscritas y 800 viticultores. Es una tierra con una larga tradición en el cultivo de la vid, que crece a una altitud de entre 600 y 1.100 metros sobre el nivel del mar en un clima continental, aunque influido por los vientos húmedos de Levante. Una de las uvas que otorga a los vinos de Manchuela su carácter único y singular es la variedad autóctona bobal, con la que se elaboran vinos que están cosechando un gran éxito en todo el mundo. Gracias a la labor de las 33 bodegas que forman parte de la DO Manchuela y al trabajo de su Consejo Regulador, los vinos con esta etiqueta se exportan a países como China, Japón, Alemania y Estados Unidos. También se está incrementando la comercialización en el mercado nacional, con una producción total que este año se espera que alcance la cifra de 2,5 millones de botellas.
Finca Loranque. Toledo.
Finca Antigua. Los Hinojosos.
Vino de Valdepeñas
Los vinos de Valdepeñas poseen la personalidad de una región única, con un clima de temperaturas extremas, con suelos pobres en material orgánica y escasamente fértiles: idóneos para el cultivo de la vid. Las variedades blancas cultivadas son la Airén, Macabeo, Chardonnay, Sauvignon Blanc, Moscatel de Gran Menudo, y Verdejo. En las variedades tintas figuran la Cencibel, Garnacha, Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah y Petit Verdot. De su maduración, la D.O. Valdepeñas obtiene vinos blancos y tintos, jóvenes, de maceración carbónica, fermentados en barrica, de roble y crianza. Además de semisecos, semidulces y dulces blancos, tintos y rosados. Limitada por los campos de Montiel, Calatrava, Sierra Morena, y atravesada por el Jabalón, la D.O. Valdepeñas tiene su centro en Valdepeñas, localidad a la que suma Alcubillas, Moral de Calatrava, San Carlos del Valle, Santa Cruz de Mudela, Torrenueva y, parcialmente, la Torre de Juan Abad, Granátula de Calatrava, Alhambra y Montiel.
Vi Vino
Vino de Uclés
Ocupa una extensión de 175.000 hectáreas, aunque solamente 1.500 pertenecen a las vides aptas para dar vinos de Uclés. Únicamente podrán ser obtenidos a partir de uvas de las siguientes variedades tintas: Cencibel (Tempranillo), Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah y Garnacha Tinta. Emplazada en la Meseta Sur, comprende los viñedos situados al este de la provincia de Cuenca y al noreste de la provincia de Toledo. De Cuenca los municipios de El Acebrón, Alcázar del Rey, Almendros, Belinchón, Carrascosa del Campo, Fuente de Pedro Naharro, Horcajo de Santiago, Huelves, Huete, Langa, Loranca
Valdepeñas