Ronda de Cebreros

Una vez más, desde la Ronda de Cebreros nos dirigimos a nuestros paisanos para felicitaros las fiestas y contaros todo lo que hemos hecho durante este año.

Sabéis que siempre hacemos dos conciertos, uno en Navidad y otro en verano. El de Navidad nos lo “saltamos” porque nos pilló en plena vorágine de cambios y reestructuraciones.

Como ya os adelantamos en el anterior programa de fiestas, tenemos nuevos componentes en la Ronda. Desde el verano pasado, un grupo de gente lleva aprendiendo a tocar la guitarra y la bandurria, y gracias a su esfuerzo y dedicación, hace unos meses, se han convertido en miembros de pleno derecho de nuestro grupo. Además, hemos recuperado antiguos componentes de la vieja Rondalla e incluso alguno de nosotros hemos cambiado de instrumento.

Hemos incorporado al grupo dos guitarras, un laúd, un ukelele, una bandurria y dos personas más que tocan la guitarra o la bandurria según las canciones lo requieran, e incluso una de nuestras chicas nuevas, que canta como los ángeles, poco a poco irá incorporando su voz al grupo.

Con todo este lío que nos hemos traído ahora comprenderéis un poco mejor el motivo de no hacer el concierto en Navidad. Pero como habéis podido comprobar, para el concierto de verano (que mientras escribimos esto estamos preparando) ya sí que hemos llegado a tiempo.

Así que nuestro año se resume muy fácilmente: ensayar, ensayar y ensayar y clases, clases y más clases de guitarra y bandurria.

En otras ocasiones os hemos hablado de que nuestros ensayos son parecidos a la locura de un patio de colegio a la hora del recreo. Pues no sabéis en lo que se han convertido ahora.

Nosotros estábamos acostumbrados y nos sabíamos las canciones de memoria, la mayoría incluso las tocábamos de oído y sólo con unos pequeños apuntes que cada uno se hacía a su aire era suficiente; pero los chicos nuevos (que, por cierto, son casi todos bastante jóvenes) ni siquiera conocían las canciones y necesitan partituras para tocar (no sabéis cómo estoy echando de menos en este momento un emoticono de estos con cara de horror). Lo primero que ha habido que hacer ha sido escribir todas las partituras porque ni siquiera las teníamos completas en papel.

Así que cada uno ha tenido que hacer un trabajo extra: unos escribir las partituras, otros dar clases y animar a la gente nueva, otros amoldarse a tocar su instrumento en una voz totalmente diferente a la que están acostumbrados…

Y ahora, echo de menos el emoticono de la sonrisa resplandeciente porque estamos súper contentos y muy orgullosos de haberlo sacado todo adelante. Han sido unos meses duros, pero han merecido la pena. Como todo esfuerzo tiene su recompensa, esperamos que la nuestra sea seguir contando con vuestro apoyo incondicional como hasta ahora.

¡Que paséis unas muy felices fiestas!

¡Y que sepáis que la Ronda sigue adelante con más fuerza que nunca!