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Ntra. Sra. De La Fuensanta - Patrona de Patiño
Ntra. Sra. de la Fuensanta
Patrona de Patiño
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Francisco Javier Nicolás Fructuoso
Miembro de la Hermandad de las Benditas Ánimas de Patiño
Situado en la periferia de la creciente capital, Murcia, la pedanía huertana de Patiño cuenta en la actualidad con motivo de la creciente Ronda Sur con unos siete mil habitantes aproximadamente. A día de hoy, la ciudad del Segura, está arrebatando la poca huerta que posee en sus inmediaciones por lo que ha dado paso en el continuo discurrir del tiempo a una economía netamente agrícola propia del sector primario basado en la producción de cítricos y hortalizas hacia una progresiva ubicación del sector industrial mediante la consolidación de fabricas y almacenes de muebles y madera, metalúrgicas o materiales para la construcción.
Así, este núcleo anejo a la capital consolidado en torno a un pequeño casco que discurre por la carretera de la Fuensanta y diversas casas diseminadas por la huerta de su jurisdicción, conforma el pueblo conocido como Patiño y cuyo nombre oficial y completo es la Ermita de Patiño.
Dicho esto, hay que señalar por otra parte que el espacio geográfico que delimita el pueblo está situada en la parte oeste del afamado partido de San Benito, lindando con Aljucer, el Barrio del Carmen y Algezares y Santo Ángel con el Reguerón de por medio.
“En este cuadrilátero comprendido entre Murcia y la Fuensanta, los caminos de Algezares y Santa Catalina poco más o menos está Patiño. No es un pueblo como todos los pueblos, ya que sus casas se hallan diseminadas por toda su extensión y sólo un pequeño núcleo rodea la bella y silenciosa iglesia, de líneas un tanto septentrionales, coronada de una torre airosa que, deseando llevar muy en alto los anhelos de sus hijos parece querer toca el cielo. Es pues, Patiño,
La primitiva Patrona ocupando el camarín en ausencia de la otra imagen
un trozo de la Huerta, y como tal tiene todas las cosas buenas. Por eso sabe celebrar aquellos hechos y cosas de que de Dios le hablan y que a Dios le llevan.”
Estas son las preciosas palabras con las que empezaba, en el programa de fiestas de 1962, con motivo del cincuentenario del templo, un saludo desde Viena a sus paisanos, Fray Ángel María de la Cruz, fraile patiñero carmelita descalzo y que me vienen como “anillo al dedo” para añadir a una definición de mi querido pueblo de Patiño bajo cuyo patronazgo y amparo tiene a la Virgen de la Fuensanta, protagonista única de este pequeño trabajo.
Sin saber la fecha exacta ni el motivo que lo trajo, arribó por Murcia en la primera mitad del s. XVIII, José Patiño y Rosales,. Marino nacido en Milán, de ascendencia gallega. Entre otros cargos: Secretario de Estado y del Despacho en las negociaciones de Guerra, Marina, Indias y Hacienda, miembro del consejo de Estado de S. M. Gobernador de la Hacienda y sus tribunales y desde 1717 hasta su muerte en 1736, Ministro de Marina de Felipe V, Este Ministro José Patiño, conocido en la época como “El Mayorajo” se hizo construir en el Partido de San Benito, en el Camino de En medio o de la Fuensanta una casa solariega con ermita donde acudían los huertanos arrendadores de las tierras de este lugarteniente y vecinos de los alrededores... Progresivamente, sin que el espacio para abastecer plenamente a los devotos cristianos que allí se reunían por diversas festividades o bien cumpliendo la rigurosa asistencia dominical a la Santa Misa, fuera del todo suficiente, ya no solo para aquellos pertenecientes a la finca del “Mayorajo” o a la población circundante a la Ermita sino también para aquellos oriundos de pedanías cercanas que acudían a las celebraciones de grandes solemnidades, el capellán que asistía a la Misa, junto con el Cura de Algezares, D. Jerónimo Gadea Ruiz, solicitó a D. Juan Antonio Hernández del Águila la cesión de unos terrenos de su propiedad para la edificación de una iglesia que pudiera atender y dar cabida a la comunidad cristiana del paraje.
Con el paso del tiempo y la fuerza del uso a este paraje del Partido de San Benito se le fue llamando “la ermita de Patiño” nombre oficial que actualmente ostenta mi pueblo. Esta ermita al estar situada “a la parte de arriba de la Acequia de Alguazas”, pertenecía religiosamente y era administrada por el párroco de Algezares aunque sus capellanes eran generalmente profesores del Seminario ayudados por seminaristas. Para el Camarín de la pequeña ermita encargó a Nicolás Salzillo, padre del inmortal Francisco, una pequeña imagen de la Virgen de la Fuensanta que es la imagen protagonista de nuestra charla. La nota o escritura de este encargo y de la entrega por parte de Nicolás Salzillo a José Patiño y Rosales, se conservó en la Iglesia de Patiño hasta julio de 1937 en que según cuentan las crónicas “una turba de hombres enfurecidos venidos de pueblos cercanos quemaron todo el archivo de la Iglesia salvo la Imagen de la Virgen de la Fuensanta, un crucifijo pequeño y el Niño Jesús de la Bola, obra de Santiago Baglietto. Documentos que tuvo en sus manos y sabía casi de memoria el anterior camarero y propulsor de la imagen procesional de la Virgen de la Fuensanta el patiñero, Angelín Cárceles, a su vez peluquero durante muchos años de la Patrona de Murcia y de otras imágenes de nuestra Diócesis.
Es la imagen de la Virgen de la Fuensanta de Murcia, una graciosa y preciosa representación de Virgen reina con el gesto medio sonriente y como decía D. Juán Cortes, párroco de Patiño durante más de veinte años, con “los labios un poco cerrados como queriendo ofrecernos un beso”. Bajo mi apreciación y por el trato que tengo tanto con una como con otra la veo, salvo alguna diferencia menor casi igual que la imagen de la Virgen del Carmen de su Arciprestal de Murcia.
Esta imagen de 42 cm. tallada en madera tiene la particularidad de estar tallada en un solo tronco de madera, es decir sin devanaderas portando en su mano izquierda un precioso niño igualmente de madera de once cm. con los ojos de cristal y los atributos propios de un varón.
El tronco o cuerpo de la imagen presenta restos de haber estado policromada y creemos que en una futura restauración se conocerían más datos sobre su estado original, ya que, aunque como comentamos, actualmente tiene falta de una buena restauración, desde su realización tan solo consta una actuación sobre la talla de Sánchez Lozano en los años ochenta del siglo pasado y parece ser, por boca suya que no la alteró en nada ya que solo “le repuso las faltas de pintura” sin repintes ni añadidos.
Posee esta imagen un solo terno de la época en la que estaba ubicada en la Ermita de Patiño confeccionado en raso de seda color natural y bordado en seda igualmente de varios colores, con la siguiente inscripción bordada en el revés del manto: “Con las limosnas recogidas por los mayordomos de esta ermita de Patiño, José Martínez Huertas y Juan Zapata Carrillo y por encargo del Sr. Cura de Algezares, Don Manuel Millán se hizo y bordó este manto para la Virgen por las monjas de santa Clara de Hellín en el año del Señor de 1906”
Fue precisamente este vestido el que llevó la Virgen de la Fuensanta y como comentaremos después, en su “emparedamiento” durante la contienda civil de 1936.
A la Virgen de la Fuensanta se le han hecho tradicionalmente fiestas la última semana de septiembre, culminando con la Fiesta Mayor o de la Virgen el domingo último del mes. La procesión de la Virgen de la Fuensanta salía de la Ermita y después de la iglesia en dirección al Reguerón y por su mota cruzaba hasta el Camino de Algezares, pasaba por lo que era el Barrio de las Ranas, actual Barrio del Progreso hasta llegar a Quitapellejos/Santiago el Mayor y por la tapia de la estación otra vez hasta el camino de la Fuensanta para llegar a su lugar de salida. Actualmente el recorrido se ha reducido al variar los límites parroquiales. Llegando hasta el Reguerón y vuelta hacia la Ronda Sur desde donde se recoge a la Parroquia.
Esta imagen de la Pequeñica posee un total, contando el vestido de 1908, de once ternos completos y no se ha salvado de la última moda que tanto ha arraigado en nuestra tierra de hacerle un “manto y traje” basado en los refajos de las huertanas, a semejanza de la Patrona de Murcia. Así mismo posee dos pelucas, dos medias lunas, una de ellas de la época de la imagen, corona de la Madre y del Niño, rostrillo y una varica de azucenas de plata para la mano derecha. En 1.989 y con motivo de las obras en la casa parroquial tanto esta imagen como la grande fueron víctimas de un robo en el que le desapareció toda la orfebrería. Días después y en un huerto próximo aparecieron las coronas de la Madre y del Niño y la media luna perdiéndose para siempre el rostrillo y la varica de las azucenas originales y un corazón que la Virgen llevaba al cuello con la inscripción de todos los que colaboraron en las obras de construcción del camarín y reparación del templo y que le fue impuesto en las fiestas que se realizaron con motivo de las bodas de oro de la construcción de la iglesia el 30 de septiembre de 1962.
Esta imagen de la Pequeñica dejó de procesionar el domingo de la Fiesta Mayor de Patiño al realizar la imagen grande, aunque ha procesionado de modo excepcional acompañando a la grande en tres ocasiones:
En 1962 con motivo de las bodas de oro del templo de Santa Euduvigis de Patiño, cuando la imagen de Carrión Valverde cumplió cincuenta años en 1996 y en 2012 al cumplirse el centenario de la construcción de la iglesia de Patiño.
El templo de Patiño se empezó a construir por los vecinos de Patiño, y como dijimos anteriormente por el apoyo del capellán de la Ermita D. Jerónimo Gadea, profesor del seminario Mayor, poniendo la primera piedra el Sr. Obispo de la Diócesis D. Vicente Alonso y Salgado, a 21 de junio de 1908, para bendecir la culminación del crucero y la nave central dos años más tarde el 27 de diciembre de 1910. Unos días antes se hizo el traslado de las imágenes de la antigua Ermita de Patiño. Ntra. Sra. De la Fuensanta, el citado Niño de la Bola y un San Antonio de Padua, que el escultor Sánchez Tapia dio a la ermita a cambio de un buen San Fidel de Sigmarigna que vino desde el convento de los capuchinos cuando la desamortización de Mendizábal a mitad del s. XIX. Se hicieron grandes fiestas para recibir a las imágenes y la Virgen de la Fuensanta quedó colocada en la capilla de la Comunión o del sagrario, en el lado de la Epístola de la recién construida iglesia. Esta iglesia está dedicada a Santa Eduvigis en memoria de una hija muerta en edad párvula del citado terrateniente, Juan Antonio Hernández del Águila, siendo esta la condición que puso al donar dichos terrenos para la construccion del templo.
Al día de hoy, la iglesia geográficamente está situada junto al camino de en medio o de la Fuensanta, aproximadamente en el centro de la pedanía. Este detalle puede responder a lo que entonces, tras la construcción de la iglesia, supondría la consolidación poblacional del futuro núcleo que pasaría por desplazar el epicentro urbanístico de la Ermita del “Mayorajo” Patiño, hacia la actual iglesia patiñera.
Como ya hemos señalado, la titular del templo patiñero, santa Eduvigis no era de bulto sino que era una pintura que cedieron en la Catedral y que representaba a la santa con vestido de duquesa, con el característico niño de la mano y otro pobre pidiéndole limosna a sus pies. Se colocó en el centro del altar Mayor, sin camarín, y al llegar la luz electrica al pueblo, por los años 30 del siglo pasado se le colocó a la santa una orla de bombillas alrededor de la pintura.
En la capilla de la Comunión estuvo la imagen de la Virgen de la Fuensanta desde septiembre de 1908 hasta el mismo mes de 1936 en el que tras las
Imagen original de la Patrona de Patiño
fiestas patronales, el cura rector D. Ángel Sánchez Moreno, hijo del pueblo, la entregó a la familia Sánchez Cárceles en la Ctra. de Algezares, quien la custodió durante un mes. Pasados estos primeros días de desconcierto y pensando el sacerdote que la imagen estaba “muy lejos de Patiño” se la trajo a la casa de la Camarera la mencionada Dolores Carrillo. “la Doloricas”. Esta buena mujer, y su hermana Josefa, solteras o mozas como se denomina en la Huerta, vistieron a la Virgen, con sus mejores galas, y la colocaron el hueco de la puerta que separaba la cocina de la sala de estar de la casa y la tabicaron por un lado y por otro. Abrieron puerta nueva y pintaron como antes estaba la casa con azulete y así pasó la Virgen de la Fuensanta tres largos años tras aquel muro de atobas de barro pero siempre acompañada por estas dos buenas hermanas y algunos familiares y vecinos que, sabiendo quien estaba de huésped en la casa, acudían cada tarde a rezarle y a hacerle compañía. Cuando llegó la noticia del fin de la contienda civil rompieron, de nuevo estas dos hermanas, la pared que tapaba la imagen y en sus brazos, con una sábana por peana la llevaron andando a la iglesia, yendo tras ellas todo el pueblo y un curica que tuvieron escondido “debajo del pesebre de las vacas” en la cuadra la familia de nuestro querido y recordado Manuel Cárceles el Patiñero, que vivían junto a la casa de estas hermanas, sólo separados por la Acequia de Alguazas.
Una vez restaurada la Iglesia y tras una procesión en las fiestas de septiembre, y estando de párroco D. Elías Martínez Mercader y por iniciativa del anteriormente nombrado Angelín Cárceles se hicieron las gestiones con el tronista y escultor D. Antonio Carrión Valverde para hacer una imagen procesional de la Virgen de la Fuensanta de tamaño natural. La imagen mide algo menos que la Patrona de Murcia, 1.59 cm., y no es copia exacta, sino una recreación personal del escultor, ya que fue la condición que pusieron desde el Obispado de Cartagena por petición de la Camarera Sra. De la Cierva. La imagen de la Virgen de la Fuensanta de Carrión Valverde se ajustó y costó 3000 Ptas. y ocho kg de habichuelas”. Y se terminó para las fiestas de septiembre de 1.946.
Como detalle, apuntar que esta preciosa imagen lleva en el interior de su cabeza una célula con los escritos que todos los patiñeros que participaron con sus limosnas a su realización, le quisieron poner aparte de la célula del mismo escultor. Me consta, que desde mi familia, mi abuelo Pepe, hermano de la Virgen y de las Ánimas, le escribió: “en memoria de mi madre y de todos los difuntos de la familia.”
En la espalda de la imagen lleva inscrito: “me hizo Antonio Carrión Valverde siendo cura de Patiño D. Elías Martínez Mercader en 1.946”. Y más abajo: “Restaurada en 1980 por Sánchez Lozano.”. En la restauración de 1980 Sánchez Lozano, en su línea, la enlienzó y le doró y estofó los zapatos que tras el enlienzado se dejan ver. Lleva el pelo tallado en larga melena lisa en su parte delantera para colocar bien la peluca de tirabuzones y más ondulada en la parte trasera, recogida esta por una graciosa peina huertana, capricho del gran Carrión Valverde.
Representa esta preciosa imagen a una mujer jovencica, casi adolescente, con la mirada un poco baja ya que, según el escultor y con mucho acierto, al estar pensada para estar situada en alto miraría siempre a sus hijos a la cara.
El Niño, y al contrario que otras imágenes que lo tienen diminuto en comparación con la madre, mide a escala lo que mediría un bebé en brazos de una mujer de 1.59 cm. (36 cm.)
Según Angelín Cárceles, impulsor de la hechura, Antonio Martinez “el Bartolo” tesorero para la ocasión y el mismo cura D. Elías, el escultor Carrión Valverde conservó toda su vida una devoción y un afecto muy especial a esta imagen, considerada, en palabras suyas, su obra maestra. Ni que decir tiene que Patiño estará siempre agradecido a este hombre por el regalo tan grande que nos hizo con la imagen bendita de esta preciosa Virgen de la Fuensanta y que quizá sea el momento de rendirle el homenaje que se merece. Vayan estas palabras en su memoria y recuerdo para que la Fuensanta patiñera lo tenga el el sitio que se merecen las almas grandes.
Dña. María Codorníu, camarera de la Fuensanta murciana dejó para sacar patrones al primer traje de esta imagen, el vestido de cuaresma morao con gusanos y capullos de seda regalo a la Patrona por el comisario de la Seda en 1928. El primer vestido que lució la Virgen de Patiño, y con el que llegó al pueblo fue bordado durante meses por las mozas en la puerta de la Iglesia y es un brocado blanco bordado en sedas de colores, que aunque se conserva, se estropeó en unas goteras que hubo en el antiguo camarín de la parroquia. Se preparó en el trono procesional en la Iglesia del Carmen de donde dependía religiosamente el Partido de San Benito y llegó en procesión a Patiño, acompañándola, según las crónicas de la época todo el Partido de San Benito con la música de “La cuadrilla de Hermandad de las Benditas Ánimas de la localidad. Desde entonces, la Virgen ocupa el camarín de la Iglesia, ya que la tabla o pintura de Santa Eduvigis nunca se repuso y la Virgen de la Fuensanta de Nicolás ocupó como siempre la capilla de la Comunión.
En el año 1996, al cumplir cincuenta años, la Virgen de la Fuensanta salió durante nueve días a celebrar su novena por nueve distintas zonas de Murcia, en la que resaltaremos por emotiva la noche que pasó en Jesús Abandonado, esta institución pertenece a Patiño, donde estuvo toda la noche acompañada por los residentes que no la dejaron sola en ningún momento, así como emotiva fue la visita que hizo al Tanatorio Arco Iris, en que casualmente se velaba esa noche un difunto patiñero.
Cada año, al llegar las fiestas de septiembre, la Pequeñica, que es como se denomina en el pueblo la imagen antigua, sale a visitar y a llevarles la comunión a los enfermos e impedidos durante los días de la novena y ocupa el camarín principal de la iglesia el sábado de víspera y el domingo de la Fiesta grande de Patiño, mientras que la imagen procesional está en el trono…
En sus visitas a las casas de los vecinos y en el año 2000, la imagen de la Pequeñica llevó en su vestido un crespón negro en memoria de la que fue durante tantos años su camarera y la que la guardó durante los años 1936-39 Doloricas Carrillo que había fallecido unos días antes. Posee esta preciosa imagen de Carrión Valverde dos juegos de coronas, rostrillo, cetro y media luna, varios pectorales de diverso valor así como quince vestidos completos guardando en cada momento el riguroso calendario litúrgico en los colores de su vestimenta y tres pelucas. También tiene, como curiosidad, una muy buena colección de ropa, por llamarla de algún modo, interior, de enaguas y camisas del S. XIX donadas por una devota patiñera. Su camarero actual, que siempre la viste impecablemente es Antonio Guillén. También posee una rica colección de joyas donadas por mujeres patiñeras. Y dos estandartes bordados.
Uno con flores en sedas naturales y una pintura que curiosamente y al no estar aún la imagen de Patiño terminada se hizo con la pintura de la Fuensanta murciana y otro bordado con hilos de oro, pasamanería y aplicaciones con una imagen de la Virgen igualmente bordada y ofrendado por la Familia de José Carrión junto con un terno completo (saya de seda blanca y manto de terciopelo azul marino) en el que lleva bordado en la saya la imagen de santa Eduvigis como recuerdo de la titular del templo.
Al igual que la imagen de la Pequeñica, en 1989, esta imagen sufrió un robo, entrando los ladrones por la puerta que comunica la iglesia con la casa parroquial al estar esta en obras. De esta imagen no se llevaron nada, aunque al intentar arrancarle la corona sin quitarle el tornillo que la sujeta le desensamblaron la cabeza. En esta ocasión y sin que quede constancia escrita en la imagen, como sí queda, de su hechura y primera restauración, aunque sí en documentos escritos la restauró el escultor Francisco Liza.
Actualmente, y siguiendo la tradición, continúa teniendo grandes fiestas patronales en la última semana de septiembre siendo el día grande o el día de la fiesta el último domingo del mes. Sale a la calle preciosa y perfectamente indumentada en un trono que se le realizó, al estilo del antiguo, en madera tallada y dorado con pan de oro, y con 20 bombas de luz, como las denomina el documento de realización, en los años setenta del siglo pasado siendo párroco D. Juan Cortes Ferez.
En 1946, y con motivo de la llegada a Patiño de la imagen procesional de Carrión Valverde, se le compuso un precioso himno en el que señalaremos una de las estrofas en las que se puede resumir el amor de este bendito pueblo hacia nuestra amada Patrona.
PATIÑO CON LETRAS DE ORO
GUARDA TU NOMBRE BENDITO
COMO EL MÁS RICO TESORO
EN SU CORAZÓN ESCRITO.
Imagen original de la Patrona de Patiño