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In memoriam A Loly Roche

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El día trece de marzo del año en curso, a través de las redes sociales, mi hija María Jesús, recibió de Luz Mary Roche, una comunicación llena de dolor. En la misma nos trasladaba su gran preocupación ante el estado de salud de su madre y sobre todo para que todos conociéramos dicho estado de salud.

Con anterioridad, yo había recibido noticias directas de Loly Roche que, varios meses antes, me había llamado telefónicamente para comentarme sobre su salud y actualizándome sus preocupaciones por su futuro más inmediato. Aunque, en mi fuero interno, no encajaba una ausencia tan rápida y por tanto que su deterioro físico acelerara tan rápidamente su ausencia vital.

Pasados unos días llamé a Luz, después de localizar su número de teléfono, pues el de su madre no estaba operativo. Hablé con ella y me confirmó que su madre, LOLY ROCHE había fallecido. Fueron momentos de intenso dolor, repasando en silencio todo lo vivido antes y después del Hermanamiento de Gines y Saint Gely.

LOLY ROCHE, que durante su vida terrenal fue una viajera permanente, e incansable, visitando los cuatro puntos cardinales, había tomado su último vuelo para viajar hacia un lugar pleno de paz, de luz y de sosiego, donde, con toda seguridad, estará gozando de la presencia de su Virgen Macarena.

Pues bien, del hermanamiento mencionado, hay que otorgar a LOLY ROCHE el mayor porcentaje… Pero ¿Cómo comenzó todo?

Parece que fue ayer, y ya han transcurrido casi treinta años, desde que conocí a LOLY ROCHE. ¿Francesa? Sí, pero antes, sevillana de nacimiento, de corazón y de sentimiento. Porque, para completar su historia biográfica, habría que indicar que la luz primera la vio en su querido barrio de la Macarena. Su nombre era María Dolores y como apellidos López Aguilar. Parte de su familia sigue viviendo en nuestra capital, pero Loly, en un viaje de turismo, conoció a un francés de París llamado Jean Roche. Hombre con grandes responsabilidades profesionales y empresariales que se llevó a nuestra Loly a las cercanías de París, donde comenzó a trabajar en el gabinete de Jacques Cousteau. Allí permaneció alrededor de veinte años. Mujer de corazón grande y desprendido, trajo a sus dos hijas SANDRA Y LUZ MARI, para formar una encantadora familia, aumentada hoy por sus nietos a los que adoraba.

Corría hacia su ocaso el verano de 1989, cuando el recordado vecino de Gines Manolo Núñez el droguero, me solicitó que recibiera en mi despacho, a una señora francesa, que deseaba plantearme una cuestión que, a la larga, podía ser de interés para nuestro pueblo.

Efectivamente, a la hora fijada llega una señora, con acento francés y con modales de buena educación, cuyo nombre era Loly, y tras hablarme de su Macarena Sevillana me habló de la posibilidad de un intercambio cultural, entre nuestros pueblos que podría desembocar en un hermanamiento en toda regla. Me mostró imágenes de Saint Gely y me comentó que la Asociación “inter contac” había tenido una experiencia con un pueblo del Tirol, donde se había posado un globo lanzado al espacio con tal fin. Parece que el resultado no fue muy positivo… y esta visita era para encontrar la forma de llegar a ese deseado hermanamiento sin tener que echarlo a suerte.

Tuvimos varios contactos personales y telefónicos sobre el tema y lógicamente planteamos la cuestión al Ayuntamiento, para estudiar todas las posibilidades.

En primer lugar, dada la cercanía de las Navidades, invitamos a Loly a que compartiera con nosotros la cena de proclamación de los Reyes Magos, invitación que fue aceptada y a la que acudió, acompañada por Claude Poux, presidente de la Asociación. Fueron momentos muy bellos los que vivimos aquella noche, vislumbrán-

dose, con enorme nitidez y sin ningún género de duda, que las bases para el intercambio estaban más que sólidamente preparadas.

Despedida y vuelta para Gines. Mayo 1990

A partir de aquel momento, se comenzó a trabajar para el primer viaje, que sería a Saint Gely. Esto ocurría el 27 de Abril de 1990. Posteriormente, en octubre de ese mismo año, vinieron nuestros amigos de Saint Gely en dos autocares, para celebrar el segundo acto del intercambio cultural.

Todo esto condujo a nuestros pueblos a nuevos viajes para completar y sellar el Hermanamiento, el cual tuvo lugar el día 30 de abril de 1991 en Saint Gely y en agosto de 1992 en Gines, en plena Exposición Universal de Sevilla. Los lugares que se visitaron y las actividades celebradas en torno este acontecimiento, traen a nuestros corazones las vivencias de aquellos días, imposibles de detallar por los innumerables momentos vividos, los cuales, sin darnos cuenta, habían forjado unos entrañables lazos de amistad que aún perduran y cuyas raíces, bien cogidas en nuestros pueblos, estarán perennemente floreciendo y llenando de alegría y de color la vida de muchas personas que supieron convertir un intercambio cultural en un auténtico Hermanamiento, que se hará eterno en lo más profundo de nuestras almas.

Y todo ello, en gran medida, se lo debemos a una señora francesa, del barrio de la Macarena, sencilla y humana, que un día nos ayudó a cambiar nuestros destinos, haciendo más grande al viejo continente.

Y a ti, Loly, agradecerte todo lo que hiciste conmigo, con los míos y por las gentes de nuestros pueblos, por tu simpatía, bondad y tus buenas maneras.

Donde estés, recoge este fuerte abrazo y saluda a Jean de mi parte, con el ruego de que pidas a tu Virgen Macarena que nos cubra a todos con su manto de esperanza.

Catedral de Sevilla D. Enrique Ayarra, organista (QEPD), interpreta el Himno de Francia

MATÍAS PAYÁN MELO

Loly Roche me envíó una foto con esta nota al dorso

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