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Bienvenidas al norte, bienvenidas al sur

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Con este título, La Sexta ha emitido cuatro programas durante la noche de los martes, que fueron en parte grabados en Gines y con cuatro protagonistas de este pueblo. La productora realizó un casting en la localidad, buscando mujeres dispuestas para hacer un intercambio con mujeres catalanas, fui seleccionada y he tenido la oportunidad de tener una experiencia verdaderamente interesante.

El alma de este proyecto era Eugenia Parejo, amiga personal de Oriol Junquera, que viendo la situación de división que vivíamos decidió dar un paso adelante y tender puentes a través de esta acción.

La experiencia ha sido muy enriquecedora, desde que coincidimos las siete mujeres andaluzas, en la plaza de Gines, aquella mañana fría y oscura del mes de febrero, cada una diferente en planteamientos, biografía, carácter, y modo de pensar, pero todas con la ilusión, de vivir con familias que no conocíamos de nada. ¡Curiosas y atrevidas somos todas!

Pasado el viaje, el momento de más emoción fue cuando conocimos a nuestras compañeras catalanas (la productora en este sentido hizo un buen trabajo para emparejarnos) y, a partir de ahí todo fluía de una manera natural, hablábamos unas con otras como si nos conociéramos de toda la vida.

Dos equipos de grabación salían cada día con nosotras, visitamos Montserrat, el pueblo independentista de Verga, el mercadillo, el Parlament, una mercería donde se trabajaba la lana, se rodaba también en distintas casas, en total cuarenta y ocho horas, que fueron resumidas en dos programas de cincuenta y cinco minutos cada uno.

El seis de marzo las catalanas llegaron a Gines y nos traían flores, y el tiempo seguía mal. Las relaciones fluían con más soltura y rapidez, todas teníamos muchas ganas de vernos, y disfrutamos rodando todas las propuesta que la productora nos hizo, sin ningún guion. Domicilios particulares, jornaleras de Tocina, memoria histórica, museo taurino, hermandades y la manifestación del día ocho de marzo que nos cogió en Sevilla.

La despedida fue muy emocionante, y Eugenia la promotora logró sobradamente su propósito, seguimos en la misma posición política pero al conocer más profundamente Cataluña, la comprendemos más, hemos creado unos lazos de amistad que todas sabemos fuertes, los puentes están tendidos.

¿Y qué he aprendido yo de mi estancia en Cataluña?

Me ha llamado la atención el amor y la valoración que los catalanes hacen de todo lo suyo, te hablan con devoción de sus costumbres, su cultura, sus himnos, sus instituciones, sus edificios, etc., aman verdaderamente su tierra. He podido constatar también lo que han trabajado y aportado los andaluces que llegaron allí en la década de los sesenta y setenta, como han levantado sus negocios, el esfuerzo que les costó gozar de la situación actual, y como Cataluña los ha ido integrando. Muchas de estas familias viven en San Vicent, en la comarca del bajo Llobregat.

Me he dado cuenta que teníamos formados muchos prejuicios que se han difundido por los medios de información y comunicación y que sin darnos cuenta, lo habíamos adquirido.

He aprendido el peso que tiene sobre los catalanes su particular trayectoria histórica hecha de levantamientos y sublevaciones desde 1640 que fundan su primera república, hasta este último intento del pasado octubre. Lo han hecho con monarquía absoluta, con monarquía constitucional, con república federal o unitaria, el estado español siempre se impuso, y esto les ha creado un sentimiento de perdedores, de víctimas, que hay que tener en cuenta. He visto también enormes diferencias culturales, sobre todo en lo que se refiere al modo de estar en la vida, un andaluz sabe disfrutar y vivir el presente, el catalán es más serio, más consciente.

Por último he aprendido también que por encima de todas estas diferencias, históricas, culturales, geográficas, ideológicas, siempre están las personas, la persona queda siempre por encima de la ideología y del pensamiento político.

MAGDALENA SÁNCHEZ SANTIAGO

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