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ARCHIVO MUNICIPAL
Pensión La Paca
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Paca, su marido Paco y su sobrino Juan Manuel, en la terraza de la Pensión La Paca (foto cedida por Juan Manuel Santos. 1951)
Pilar García Martín (Mi agradecimiento a Juan Manuel Santos)
Francisca Santos García llevaba veinticinco años trabajando como cocinera en la fi nca El Canchal cuando decidió abrir su propio negocio: una pensión. Así se lo comunicó al señor Marañón, su jefe, que sintió perder la calidad de sus guisos. Acababa de empezar la década de los cuarenta.
paca coMenzó a traBaJar en El Canchal con su anterior dueño, D. José Morales, agente de bolsa multimillonario que convirtió la finca en una gran explotación ganadera, avícola y apícola, donde llegó a tener 150 vacas suizas, 5.000 gallinas, decenas de cerdos, y cuatro colmenares, además de huertas y jardines, negocio que daba empleo a muchos hoyenses, principalmente cuidando los animales. Se desplazaban hasta allí andando o residían en las viviendas para los trabajadores de la finca. El marido de Paca, Francisco Ávila Collado, era el guarda del Canchal. En la decisión de abrir una pensión, además del deseo de independizarse, pesó en Paca el temor a que se repitieran asaltos como el que el año anterior realizaron los maquis a la fi nca El Canchal. Cuatro o cinco hombres armados bajaron del monte esa noche y entraron en el gran chalé. Sin usar la violencia dijeron al guarda que habían sido informados de que tenían escopetas que les eran necesarias para sus fi nes. Antes de marcharse amenazaron con matarle si daba cuenta inmediatamente a la Guardia Civil. Debía esperar al día siguiente. Esa misma noche asaltaron también la fi nca de Navalvillar, propiedad de los Fierro, donde
un hermano de Francisco ejercía de guarda. Sabían que allí obtendrían más armas e imprescindibles prismáticos. El resultado fue el encarcelamiento en San Lorenzo de El Escorial, durante veintiún días, de Paco, el marido de Paca, por no haber delatado inmediatamente a los maquis; del enlace, un cabrero apodado “Faroles”, informante de accesos y recursos de las fi ncas; y de un amigo de éste, un tal Remigio.
La pensión de Paca “de Geñeñe”, apodo colmenareño de su marido, era un chalé de piedra de una sola planta. Estaba situado en una fi nca de su propiedad donde Paca tenía otras tres casas, una de ellas su vivienda, entre las calles Frontera y Prado del Buche. Constaba de cuatro habitaciones, comedor con chimenea, cocina, despensa, cuarto de baño y habitación de servicio. En su frente tenía una terraza con valla de granito.
Los clientes de la pensión llegaban desde Madrid y tenían buen nivel adquisitivo. Buscaban en Hoyo un lugar cercano a la capital donde descansar y disfrutar del campo. Se alojaban los fi nes de semana, Semana Santa y sobre todo en verano, algunos durante un mes entero. Los había habituales como el abogado José Redruello y su mujer. Varios de ellos terminaron adquiriendo una vivienda en Hoyo. La fama del alojamiento fue extendiéndose por el boca a boca junto a la de otros que había en el pueblo esos años: el hotel Viadero y el hotel Mercedes. “La Paca”, con “la”, nombre que ella eligió para su pensión, era una extraordinaria cocinera. En sus fogones alimentados con carbón preparaba exquisitos platos, entre los que destacaba el cordero asado y la paella. Los huéspedes también disfrutaban de verduras frescas recién cogidas del huerto de la fi nca, regado con las aguas del pozo. Tomates, judías verdes, pimientos o alcachofas eran algunas de ellas.
El marido de Paca siguió siendo guarda del Canchal y practicando la caza como afi ción, así que la ayuda en la pensión la obtenía de su sobrino Juan Manuel, que llevaba las cuentas, cuidaba del bonito jardín, con sus rosaledas y árboles frutales, y del huerto, y la acompañaba a hacer las compras que realizaban en las dos únicas tiendas que había entonces en Hoyo: la de la Bruna, en la actual Avda Juan Carlos I, nº 17 y la de Francisco Moreno en la plaza de la Hontanilla. En la cocina y en el arreglo y limpieza de las habitaciones tenía empleada a la hoyense Anita Blasco.
La pensión La Paca dejó de funcionar como tal hacia 1958, quedó entonces como vivienda.
En 2017 fue derribada con la intención de construir otros edifi cios en ese terreno.
El grupo “La literatura a escena”, algunos profesores fueron compañeros de Landero en el instituto Emilia Pardo Bazán
“Acabarás siendo hijo adoptivo del municipio”
Vaticinó Marisa Baelo en un inolvidable encuentro entre los lectores y el escritor extremeño Luis Landero. Su cercanía caló en el municipio como Lluvia fina.
aLGo Más de una centena de lectores se reunieron en el centro de Cultura para conocer al Premio Nacional de Literatura, Luis Landero, que agradeció al Alcalde, concejal de Cultura y demás representantes municipales, la invitación que según sus palabras iba camino de convertirse en un día inolvidable.
El pretexto era debatir sobre su última novela Lluvia fina, leída en el Club de Lectura, pero en realidad todos fuimos a escuchar, como Aurora, todo lo que Luis nos quería contar.
Y nos contó la realidad. La realidad poliédrica a través de Lluvia fina, esa realidad narrada desde el mundo personal que todos entendemos porque es auténtica.
Según el escritor la novela se escribió sola: “Yo leí una noticia trágica y fue como una revelación. Estaba llamado a escribir esta historia de familias que llegan a la tragedia a través de pequeñas cosas”, afirma Landero.
Asegura que narró la novela con y a través de Aurora: “… que escucha y no juzga, porque las penas se cuentan a las mujeres. Los hombres se ocupan de altas tareas, y son estos personajes femeninos los que saben escuchar”.
Y todos escuchamos, a través de las preguntas de los lectores, que sigue escribiendo con el mismo fervor que escribió su primer libro Juegos de la edad tardía, que es un escritor comprometido y que se vacía en cada frase que escribe.
Repasó sus novelas y su vida, confesando: “… yo no conocí los libros de chico, empecé a leer con los libros de texto. Conocía los poemas porque mi abuela me los recitaba, el lenguaje oral es el verdadero artífice de la lengua”.
La imaginación necesita el trampolín de la realidad
Se define como un escritor sedentario, “siempre moliendo el mismo grano como Faulkner o Kafka”, con un tema recurrente, el hombre común que llega a cierta edad y ve que sus sueños no se han cumplido. La realidad del hombre que nace, crece, envejece y muere, “todos sabemos cuál es nuestro destino”.
LA NOVELA SERÁ ADAPTADA AL TEATRO Y PRÓXIMAMENTE MEDIASET HARÁ UNA SERIE DE LLUVIA FINA
No se plantea vivir sin la escritura, “… en el día a día, a lo largo del tiempo, lo que da sentido a mi vida es la escritura... si no, me habría dado al pecado”.
En su mente un próximo libro caprichoso y misceláneo, que ya rondaba por su cabeza antes de que Lluvia fi na irrumpiera en su corazón, como una feliz revelación.
Siete horas permaneció Landero en el municipio compartiendo impresiones, fi rmando libros y fotografi ándose con sus lectores, que aplaudieron las palabras de cierre del acto del Alcalde: “te haremos hijo adoptivo, porque te lo mereces”.
CLUB DE LECTURA
MARTES 11:00H JUEVES 10:00H Y 12:00H VIERNES 17:30H Y 18:30H PLAZA DE CERVANTES, S/N TELF. 91 856 76 04 | MAR.BAELO@YAHOO.ES
La concejal de Educación estuvo presente en la tertulia
El Alcalde, concejal de Cultura junto a Luis Landero en la presentación del acto Tertulia, fi rma de libros y fotogra�ías con los lectores.