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Principado de Asturias

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Internacional

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Por la tierra del hierro, el fuego y la pizarra

En 1986 el Hotel La Rectoral, en Taramundi, se convirtió en el germen de lo que, con el paso de los años, se convertiría en uno de los grandes atractivos de la región: el turismo rural. Hoy, 32 años después, este concejo del occidente asturiano ya en la frontera con Galicia, es uno de los destinos favoritos del turismo de naturaleza y de descanso. El concejo, junto con Santa Eulalia de Oscos, San Martín de Oscos, Villanueva de Oscos, San Tirso de Abres, Vegadeo y Castropol, se agrupan dentro de la llamada Comarca Oscos-Eo. Taramundi, junto con Los Oscos, cuenta con una importante historia en cuanto a la transformación del hierro, de ahí que la ferrería y los ferreros se siga recordando a los viajeros, además de contar con una de las industrias más reconocidas de la zona: las navajas de Taramundi.

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Cudillero. Turismo Asturias - Noé Baranda

> TRES OSCOS PARA ELEGIR

La comarca de los Oscos es hierro, fuego, verde, bosques, casas de pizarra que, tras llover, cobran el color de la plata; placidez de un tiempo detenido en un rincón de Asturias singular y único donde es un gusto perderse por sus caleyas. La arquitectura popular que domina la zona es tan única y tan personal que enseguida cautiva al viajero. Santa Eulalia, también llamada Santalla, cuenta con pueblos hermosos que visitar, rutas por la naturaleza y museos de interés como es del Museo Casa Natal del Marqués de Sargadelos, en la pequeña aldea de Ferreirela de Abajo. Visita obligada es aquí al conjunto etnográfico de Mazonovo. Otros pueblos a visitar son Ferreira, donde también hay actividades acuáticas en verano, Pumares, Quintá o Busqueimado, mientras que entre las rutas que más gustan a los viajeros está la que conduce a la cascada de la Seimeira.

Santa Eulalia de Oscos. Turismo Asturias - Juanjo Arrojo

Los amantes de los molinos junto a los ríos los tienen en A Ponte, Parada y Vega del Cairo, mientras que a quienes les gustan más las capillas citar la de la Druida, en Santalla, capilla y tejo de Quintá o la capilla de San Simón, en Brañavella.

San Martín de Oscos cuenta en su plaza con edificios de interés, como el caso de su iglesia parroquial además de un precioso hórreo con tejado de palloza que está muy cerca. Por allí mismo trascurre parte de la senda verde con su área recreativa además de edificaciones de arquitectura tradicional que siguen manteniendo su esencia.

Villanueva tiene entre sus joyas el parcialmente restaurado conjunto monástico de Santa María de Villanueva de Oscos, en el que se realizan visitas guiadas. También han recuperado su historia minera con varias rutas. bién más de uno en el limítrofe concejo de San Tirso de Abres. Concretamente la llamada Pena do Encanto, una cascada en medio de la naturaleza a la que se llega desde el pueblo de Salcido. En El Llano, capital del concejo, destaca la capilla de San Juan y, sin duda, el gran protagonista del lugar, el río Eo. Los concejos que comprenden lo que se dio por llamar Comarca Vaqueira son Valdés, Allande, Salas, Tineo y Cudillero, sin embargo también hay clara presencia de vaqueiros en Somiedo, Teverga y zonas de Cangas del Narcea como es el caso del pueblo de Genestoso donde a alguna de sus brañas acudían vaqueiros valdesanos.

Los vaqueiros de alzada surgieron como un grupo social concreto allá por el siglo XV en la zona centro y occidental de Asturias. Se les conoce por este nombre por ser fundamentalmente ganaderos de vacuno y, de alzada, porque al llegar el verano “alzaban” literalmente su casa llevándose sus enseres y todo lo necesario para vivir en las cabañas de los puertos y brañas altas a las que llevaban el ganado, distinguiéndose entre brañas de interior y brañas costeras. En ellas vivían hasta el tiempo del regreso al valle, con los primeros fríos. Su aislamiento geográfico, sus costumbres y una cultura propia y distinta a la del resto de la población rural, a los que se definía como xaldos y marnuetos, así como la exención de pago de diezmos e impuestos, generaron en su tiempo enfrentamientos con la Iglesia y con los vecinos. Con indiferencia de cuantos orígenes se les han asignado, no cabe duda alguna de que los vaqueiros tienen una cultura popular y unas tradiciones que han mantenido a lo largo de siglos, cultura y tradiciones que en la actualidad son valoradas y queridas tanto por sus descendientes como por todos los asturianos, como un rasgo más de una identidad propia. Su gastronomía peculiar como el gurupu, las pulientas, las natas o el pan vaqueiro; su música y cantares como son las populares “vaqueiradas” y las brañas donde aún siguen llevando el ganado, definen a los vaqueiros, unos asturianos que han sabido mantener vivas sus tradiciones y su esencia.

La comarca de los Oscos es hierro, fuego, verde, bosques, casas de pizarra que, tras llover, cobran el color de la plata; placidez de un tiempo detenido en un rincón de Asturias singular y único donde es un gusto perderse por sus caleyas.

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> LA COMARCA VAQUEIRA

¿Y qué decir de la hermosa Vegadeo?, tierra marcada por los peregrinos que van a Santiago, y donde el río conforma su historia. En cuanto a rutas por la naturaleza, no pueden faltar la ruta del Estraperlo, la Senda Verde de As Minas o la que lleva a uno de los lugares más únicos de la zona: el mazo de Meredo. De Castropol baste decir que enamora al primer golpe de vista. Asomada a la ría del Eo, una villa llena de encanto y señorío, declarada Bien de Interés Cultural, con grandes casas blasonadas, con sus fachadas blancas y sus tejados de pizarra. Paso de los peregrinos que cruzaban, antaño, la ría en barcas camino de Santiago. •

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