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060 esquiadores/hora

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clásica explica la muerte de Atland –que había construido el Palacio Mágico de Monte Perdido– a manos del gigante Aneto, que atravesó su cuerpo con una flecha y después fue sepultado por un rayo enviado desde el cielo. Los bearneses llaman Néthou al monte, nombre de una antigua diosa gala (diosa madre-montaña). Los ilergetes adoraban al dios Neto o Neitín, tal y como aparece en una estela ibérica hallada en Binéfar. También en el bronce de Botorrita (Valle del Huerva, Zaragoza), aparece citado un tal Neito en unas runas celtibéricas.

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Cerler pueblo

además perdices nivales, tritones pirenaicos, víboras, buitres leonados, quebrantahuesos y águilas reales, resisten la crudeza de las más altas cotas.

En los tres valles circundantes, Benasque, Chistau y Barrabés, la relación existente entre hombre y medio se ha configurado de forma equilibrada beneficiando a la naturaleza. Así, las estibas ganaderas, pletas, bosques, prados de siega, bordas y setos vivos, constituyen un patrimonio de usos y aprovechamientos inteligentes y sostenibles. No hay que obviar que el Parque Natural de Posets-Maladeta es uno de los Espacios Naturales Protegidos de Aragón certificado con la Q de Calidad Turística, un distintivo que garantiza unos niveles de calidad óptimos en los equipamientos y servicios de atención a los visitantes.

Tras las huellas del Románico El arte románico es el primer estilo monumental que se difundió por todo el occidente cristiano. El nacimiento y consolidación del Reino de Aragón y el del arte románico fueron simultáneos, por lo que este estilo se convirtió en la seña altoaragonesa por excelencia, y en el Valle de Benasque tenemos innumerables ejemplos. A todos los interesados

en conocer más a fondo este arte tan característico de la alta Edad Media, recomendamos visitar la Iglesia de San Pedro de Villanova, la Iglesia parroquial San Juan Bautista en Eresué, la Catedral de San Vicente de Roda, Roda de Isbábena, considerada la catedral más antigua de Aragón y la Ermita de la Virgen de Gracia.

EL ENCANTO DE CERLER

El pueblo de Cerler, perteneciente a la Villa de Benasque, es el más alto del Pirineo Aragonés. Sus pistas son muy populares, y poseen modernas instalaciones con innivación artificial y pistas esquiables entre pinos a 2.700 m. y un desnivel de 900 m. También posee las pistas de ski de fondo, situadas en los Llanos del Hospital de Benasque, con unos 35 km. de pistas abrazadas por un paisaje de inigualable belleza. La localidad de Cerler conserva todo el sabor de los típicos pueblos del Valle de Benasque. A pesar de la proximidad de un gran centro turístico, el pueblo ha sabido conservar su histórica belleza. Cuenta con numerosas casas nobles del siglo XVI y con algunas construcciones de épocas anteriores. Ideal para perderse y desconectar. •••

CERLER ESTACIÓN DE ESQUÍ

FICHA TÉCNICA

67 PISTAS

9 Verdes 18 Azules 25 Rojas 15 Negras Itinerarios Snowpark Circuito de moto de nieve

DOMINIO ESQUIABLE

77 km 38 km de Innivación artificial

CAÑONES DE NIEVE ARTIFICIAL

375 cañones

COTA MÁXIMA

2630 m zona de Gallinero

COTA MÍNIMA

1500 m zona de El Molino

19 REMONTES

6 Cintas transportadoras 4 Telesquís 2 Telesillas biplaza 5 Telesillas cuatriplaza 2 Telesillas sextiplaza

CAPACIDAD DE REMONTES

26.120 esquiadores/hora

TENA, un valle que transpira vida

> Entre cumbres, laderas, ibones, riachuelos y pequeños pueblecitos, la Bal de Tena es uno de más frecuentados de toda la cordillera pirenaica. Panticosa, Sallent de Gállego y El Pueyo de Jaca son sólo algunos de los lugares que nunca habrá que pasar por alto en un viaje por este mágico lugar. Gastronomía, deporte, aventura, cultura y arquitectura son las bases del rico patrimonio tensino. Un mundo de sensaciones cuyos latidos dejan sentirse los trescientos sesenta y cinco días del año.

Valle del Tena

Paisajes que ascienden hasta los 3.000 metros de altitud, pueblos llenos de encanto y una oferta de entretenimiento de primer orden es lo que ofrece el Valle de Tena. Entre la industrial Sabiñánigo y Biescas, en la margen izquierda del río Gállego, os proponemos visitar una serie de pueblos pequeñitos, rebosantes de tranquilidad, donde todavía se mantienen las formas de vida tradicionales: Lárrede, Orós, Gavín, Satué o San Juan de Busa… Todos ellos comparten un mismo tipo de iglesia: pequeña, sin muchos adornos en el exterior, con esbeltas torres y pequeñas ventanas. Son las iglesias de Serrablo, una ruta compuesta por catorce

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