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Ramal o Tirachinas Página
RAMAL O TIRACHINAS
Ezequiel Ferreras Cruz
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El ramal o tirachinas es un juguete formado por una orqueta de madera o de metal a cuyos extremos se atan sendas gomas de 20 a 25 cms. de largo, 8 de ancho y un milímetro de grosor. Gomas que van atadas a su vez a una soleta (normalmente de cuero) mediante una alambre fina y resistente o con hilo de bramante.
En la soleta se colocan las piedras u otros proyectiles, se estiran las gomas convenientemente, se suelta la soleta y la piedra sale lanzada hacia el blanco escogido.
Juguete usado a partir de los 6 ó 7 años y que se iba convirtiendo con la edad del usuario en un arma de caza cuando sus proyectiles iban dirigidos a pájaros (pardales, carboneros, riquines, verderones, vencejos, etc.) o de aves mayores como tordos, palomas, pegas, bailarines o grajos.
En la provincia de León al ramal se le denomina también como: tirador, cata, chinero, elastiquera, gomero, tirabeque, tirachinos, tirapiedras, tiragomas y foronda en el Bierzo.
Yo, poco diestro con este instrumento tuve la suerte de coincidir de chaval con uno de los tiradores más competentes que en La Ercina han sido.
Me estoy refiriendo a EMILIO MARCOS (Milines) hermano de Resti y de José Mari.
Al ser testigo de alguna de sus hazañas cinegéticas voy a describirlas como homenaje a este guaje tan hábil y avispado con el ramal.
Allí donde ponía el ojo, ponía la piedra. No había pájaro u objetivo alguno que se encontrara seguro si dirigía sus disparos hacia él-
Recuerdo especialmente un par de temporadas que estuvo de motril en casa del tío Rafael y de la tía Asunción durante los meses de verano. Atendidas las vacas, sobre las doce de la mañana salía a dar una vuelta por el vago acompañado de mi hermano Ernesto y de quien esto escribe.
Sus lugares de caza habituales eran la Vega, El Campiello, la Gorgollada, Riazo, Solapeña, el Prao Pozo y Debajo la Peña. A partir de los diez años se le quedaron pequeños los pájaros y se dedicó especialmente a las tordas.
De cuerpo menudo y ojo avizor, se deslizaba cual culebra entre las zarzas, espinos, paleros y avellanos hasta conseguir tener a su presa a tiro. Raro era el día que habiendo salido de caza no volvía con tres o cuatro todas colgadas de una percha a las que acompañaban algunos pájaros que se habían descuidado.
Recuerdos estos que recientemente he rememorado con mi hermano y con Resti. Este último me comentaba lo fuera de serie que era Milines y cómo le proporcionaba proyectiles en forma de bolas de rodamientos y con trozos de cable a los que daba forma esférica.
Lástima que un personaje tan alegre y sociable como era Emilio Marcos se hubiera tenido que ir en busca de una vida mejor al igual que lo hicimos la mayoría de los jóvenes de la época.
Ya para concluir, indicaré que los mejores proyectiles en lo que a piedras se refiere se encontraban en el Carcaval y en el reguero de debajo la Peña. Y hablando del cuidado de las vacas, se consideraba un pasatiempo aceptable usar en el otoño los escaramujos (garamitas) y bellotas que permitían afinar la puntería, así como establecer desafíos entre los chavales en aquellas tediosas tardes de pastoreo.
Milines, según dicen muy hábil con el tirachinas. Donde ponía el ojo, ponía la piedra..