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ASOCIACIÓN LA COLLADA
La revista “ Peña El Castro” se nutre de todo aquello que sus colaboradores nos acercan. En nuestro ánimo está siempre ser unión de personas, pueblos y de compartir todo aquello que acontece en nuestro Ayuntamiento. Por eso agradecemos que la Asociación La Collada, nos cuente sus historia, sus actividades y el hacer de cada año.
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La Asociación La Collada nace un mes de marzo de 2002, en una reunión donde se pergeñaron las bases para lo que iba a ser en el futuro. A falta de los correspondientes estatutos y legalidades varias, empezamos con un número de socios reducido, pero con muchas ganas de aportar cosas.
Incluso el nombre de la Asociación tuvo que someterse a consenso. Al final triunfó este, por ser el más significativo y que parecía identificarnos más.
La primera actividad ya se concretó en junio, después de la reunión para la formalización y una vez conseguidos todos los papeles legales. Así, en el mes de Julio, se celebró una comida de fraternidad, en la que está invitado todo aquel que sienta que debe y puede estar por sentirse parte del pueblo, tanto si es por haber nacido en él, como por ser descendiente. Se decidió en julio, porque la patrona del pueblo es Santa Marina, y se celebraría siempre el fin de semana más próximo al 18, fecha de la patrona.
Esto era lo fácil, lo difícil fue pensar qué, cómo, cuándo y quién se iba a encargar de preparar algo digno para un número elevado de personas. Al final, se pensó en paella y carnes a la parrilla. La paella cuya elaboración recayó en manos de Carmina, fue un éxito total, a pesar de la inexperiencia de los pinches de cocina.
El “comedor”, amablemente cedido por sus dueños, resultó ser un prao, con sombra de chopos y con agua cerca, para usar tanto en lo culinario como en el menos romántico aspecto de prevención.
Esta primera reunión, además de para reencontrarse gente que no se ve frecuentemente, sirvió para homenajear a la “abuela del pueblo”, María García Sánchez, que con 96 años muy bien llevados nos acompañó y recibió un pequeño recuerdo.
Asimismo en esta comida se les entrega un pergamino-homenaje a todos aquellos de nuestros mayores que cumplen o habían cumplido los 90 años, que en la mayoría de los casos, estuvieron presentes, lamentando los pocos casos, afortunadamente, que no pudieron asistir, siendo entregado personalmente durante la celebración, un diploma por el presidente de la Asociación.
A partir de la segunda edición hemos tenido siempre el mismo menú, paella, embutido, sandía, helados y café. La paella ha tenido más “cocineros”. Durante un tiempo la hizo la peña “la buena mesa”, que la cocinaban “in situ” con su correspondiente hoguera y toda la parafernalia, y posteriormente la hace Moisés, del centro rural La Era en Vegaquemada.
La comida no ha dejado de celebrarse ningún año y solamente dos ediciones hemos tenido problemas con el tiempo. En una ocasión, casi sin acabar la comida, cayó una tormenta que nos obligó a huir del “comedor” a toda prisa. Y otra vez tuvimos que montar la carpa en la plaza porque la lluvia no dio tregua en toda la mañana.
Poco a poco y de manera bastante inconsciente, se fueron pensando y diseñando actividades y un buen día nos vimos haciendo “el día de la pera asadera”, exactamente el 3 de noviembre del mismo año, y éramos unos pocos haciendo no se sabe muy bien qué.
Lo malo es que esto nos enganchó y creció....
Se han hecho dos ediciones del “dia del injerto”, que no fue a más porque los imponderables nos impedían hacerlo dignamente. Hasta el presente, tuvimos la suerte de celebrar el centenario de dos de nuestros “abuelos”. Uno fue el de nuestra primera homenajeada, María García, en octubre del año 2005, donde se reunió su familia y todo el pueblo en un bonito y emotivo acto, primero en la Ermita, con la lectura de un escrito, y posteriormente en la carpa, donde se le entregaron varios recuerdos por parte de la Asociación, el pueblo y el Ayuntamiento.
El segundo fue Senén Sánchez del Valle, descendiente del pueblo, donde aún tiene varios familiares. En este acto, se dio la mala suerte que tuvimos que montar la carpa en la plaza, porque la lluvia no dio tregua en todo el fin de semana. Finalmente la fiesta se solventó, con la colaboración de todo el mundo, y la amable comprensión de la familia, pues nos agradecieron, a pesar de las incomodidades, el homenaje.
Hay otras actividades cívico lúdicas que también se llevan a cabo en verano. Se organiza una excursión a una playa, para pasar un día marinero, pero que además nos lleva a conocer algún lugar interesante, así además de diversión playera conocemos sitios como Cabárceno, el Jurásico, Santillana del Mar, El Acuario de Gijón, Cabo Peñas, Museo de la Sidra, Museo de la Minería, el palacio de la Magdalena... Asimismo hemos viajado a Segovia y la Granja de San Ildefonso, a los Arribes del Duero, a Orbaneja del Castillo y a lugares más próximos y rurales, pero igual de interesantes, como el Museo de la Fauna Salvaje, las Cuevas de Valdelajo y Valporquero y el Museo de la Minería de Sabero.
Como la Diputación ofrece unos viajes organizados mediante un programa denominado “concoce tu provincia”, hemos aprovechado y conocido rutas increíbles, con todas las cosas que ofrecen dichos trayectos, como Las Médulas, los Castros del Bierzo, Corullón, Villafranca, Ponferrada, Balboa, Vega de Espinareda, Congosto, Molinaseca, sus bodegas, sus parques, la producción y almacén de vino y castañas, Sahagún, Grajal, San Pedro de las Dueñas, Mansilla y sus museos..., un sinfín de lugares que estando en nuestra provincia, no deberíamos dejar de conocer.
Se han hecho actividades como la limpieza y adecuación de fuentes, se ha empezado a limpiar el denominado “camino minero”, que es el que utilizaban para ir caminando a Veneros y a otras minas.
Se recuperó una vieja tradición el día del Pilar, que adecuada a los tiempos actuales, viene a rememorar los viajes que hacían los lugareños a Boñar el día del Pilar a vender, o no, sus animales en
la Feria, y que, al volver, si había habido suerte, traían las avellanas y los ronchitos que sus hijos esperaban con la misma ilusión que si el tren trajera a los reyes. Eso es lo que la noche del Pilar hacemos, esperando en la Mata Reguera, que Alberto y sus acompañantes, nos tiren desde el tren las avellanas y caramelos correspondientes. Aunque el meollo de la cuestión, no es más que tener una excusa para reunirnos y cenar de campo, con hoguera y patatas asadas incluídas, y con las inclemencias propias de la estación. Solamente en una ocasión, por la lluvia, se suspendió el acto al aire libre.
La otra actividad más importante y cada año más popular, es “El Día de la Pera Asadera”, que se celebra en octubre o puente de noviembre, que es la época en la que se puede asegurar que, (si no es un año pésimo como el pasado 2017), habrá peras.
La pera más “famosa” del pueblo es la denominada Asadera. En esos tiempos, en los que cada cual cultivaba su propia huerta, para abastecerse de lo que se carecía, se llevaba a cabo el trueque. En Acisa casi todos podían hacer estos intercambios con este tipo de peras, por lo que acabaron por ser conocidos en la zona como el pueblo de los “pereros”, y ese es el apelativo que llevamos todos, en heredad, con orgullo.
La cuestión, es que lo que empezó siendo una pequeña exposición de peras, reconocimiento de los principales perales, y un mini concurso de postres de pera asadera, en el que estábamos los del pueblo y poco más, ha pasado a ser un evento con colaboración de Ayuntamiento y Diputación, y con la presencia, tanto de gentes de los pueblos de alrededor, como menos próximos y de la capital.
Hay un concurso de postres cuyo ingrediente principal es la pera asadera, y un jurado profesional, formado por miembros de la Academia de Gastronomía, y personas relevantes de la provincia, en el que se han llegado a presentar veinticinco postres diferentes.
En este acto hay una excusa perfecta para que, además de probar las exquisiteces que se presentan a concurso, por un precio módico, poder degustar garbanzos con callos, patatas con costilla, otros guisos con setas y lo que la imaginación de Miguel quiera poner en las ollas, acompañado de su pan, sus refrescos, su vinito...., en fi n, un día de exaltación de la pera y de otros elementos principalmente culinarios.
Y además de sentirnos orgullosos de que nos llamen “Pereros”, también nos toca un poco el amor propio que nos han contado, de un legajo en el que aparece algo así, como que a un peregrino le dieron posada en un pajar de Acisa, y unas peras cocidas con vino caliente, que consideró un manjar en su vida.
Y como no todo es comer y beber, se organiza en paralelo una exposición en el magnífi co enclave de la Ermita que hemos tenido de todo. Fotografías de fauna y fl ora, de dianas, de tiempos de la escuela, pinturas de Roberto Bayón, Teresa García y Laly y Gelines del Blanco, manualidades de gentes del pueblo, trabajos hechos por Tomás Montero y varios obras con encaje de bolillos cuya autora es Marian Alvarez, y hasta vestidos de novia de personas del pueblo.
En el año 2012, celebramos el 10º aniversario con una tarta conmemorativa y la entrega de un diploma a los diferentes presidentes que hemos tenido. Roberto, Gustavo, Luisa y Belén. Actualmente la presidenta es Marían.
Otras actividades no menores, es celebrar lo que atañe a las gentes del pueblo, así hemos concelebrado con los homenajeados y sus familias, las bodas de oro de algunos de nuestros padres, en los que la asociación les hace entrega de un pergamino especialmente confeccionado para esa fecha.
Como la inconsciencia no tiene límites, hasta nos hemos atrevido a hacer una obra de teatro. Allá por diciembre del año 2003, con más miedo que certezas, y una osadía increíble, estrenamos en el “teatro” de Acisa la obra “Hambre atrasada”. Unos cuantos actores dimos la cara en el escenario, y otros cuantos que no la dieron, estuvieron creando un escenario, un sonido, una recreación más o menos fi dedigna, los peinados, el vestuario, las apuntadoras, las maquilladoras, el resto de los imponderables, que hacen que las cosas salgan bien. Y salió bien.
Tan bien, que repetimos en el escenario del Ayuntamiento el 4 de enero del año nuevo, con efectos especiales incluso reales: El tren pitó casi cuando estaba previsto que debía pitar. Hubo que improvisar el escenario, pues el lugar es diferente, pero también salió bien.
A veces parece que nos gustan los riesgos, pero no. Es colaboración y entusiasmo, genético por lo visto, pues esta obra, la habían representado ya algunos de nuestros padres y abuelos, y tenemos constancia de que representaron varias más.
Y con todo esto, que parece sencillo, y algunas actividades para los niños en el verano, en la fi esta de septiembre, en los juegos, colaborar en lo que se precisa con la Junta Vecinal, y siendo conscientes de que no siempre salen las cosas bien, seguimos intentando con el mismo entusiasmo y ganas, que la Asociación se supere cada año.