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Héctor Cantolla, pregonero 2018

Héctor Cantolla, santanderino de nacimiento y residente en Las Chapas desde hace muchos años, calcula que en sus cuarenta años de carrera ha doblado 10.000 películas y series de televisión. Si hemos visto un largometraje con Burt Lancaster, Gary Cooper, Michael Caine, Clint Eastwood, Mel Gibson, William Hurt, Paul Newman, Burt Reynolds o Sean Connery, hemos escuchado su vozarrón.

Tres secuencias imborrables. Marlon Brando y su bebé Supermán en brazos; Robert Duvall en la cima de una colina, aspirando el olor a napalm en ‘Apocalypse Now’; Martin Balsam, el investigador que asciende las escaleras de ‘Psicosis’. Los tres personajes tienen la misma voz. Al menos, en su versión en castellano. «Siempre le han tocado tipos duros, héroes con carácter. Mi voz se prestaba a ello», reconoce Cantolla.

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Su reciente jubilación tiene excepciones. «Sigue haciendo cositas de publicidad: anuncios de coches, el de Coca Cola Zero... Y le llaman si estrena Tom Selleck, Schwarzenegger...». Escucharle es poner en funcionamiento la memoria sentimental. Demasiadas horas frente a la pequeña pantalla: ¡Si este hombre es Sandokán, Chase Gioberti en ‘Falcon Crest’, Richard Chamberlain en ‘Shogun’, Falconetti en ‘Hombre rico, hombre pobre’, Mike Hammer...!

Ganar el doble

Su primer ‘take’ o secuencia -la unidad de trabajo de los dobladores- fue en ‘Simón Bolívar’ (1969). Vivía en los estudios de doblaje. Por la mañana, una película; por la tarde, una serie. De ocho de la mañana a diez de la noche, con una hora para comer. Y así durante cuarenta años. La nómina de estrellas a las que Cantolla ha insuflado vida en español resulta abrumadora. «Al que más ha doblado es a Terence Hill, el de ‘Trinidad’: catorce ocasiones. A Paul Newman cinco veces, a Burt Reynolds cuatro, a Clint Eastwood en la saga Harry el Sucio, a Roger Moore, a Gregory Peck en su único papel de malo en ‘Los niños de Brasil’, Burt Lancaster, Gary Cooper en ‘¿Por quién doblan las campanas?’...».

Héctor Cantolla ha podido conocer en persona a algunos de sus alter egos. Terence Hill le invitó a su casa en Roma; Kabir Bedi -Sandokán- le abrazó como un hermano en una fiesta malaya; Jean-Paul Belmondo se enorgullecía de su voz en castellano... La única espinita que tiene clavada es haber aparcado una carrera teatral que se inició en Madrid junto a una primeriza Carmen Maura, su pareja durante dos años en ‘El último tango de Rodolfo Valentino y Marilyn Monroe’.

Por amistad con los directores ha dado la cara en películas como ‘Brácula: Condemor 2’ y ‘Como un relámpago’. Su sueño, «un Shakespeare en el Teatro Español».

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