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La feria sin feria Aurelio Maroto
S
i el próximo año se coloca el arco de entrada al parque, se corta la cinta y se iza la bandera, serán las mejores señales de que ha vuelto, no la ‘nueva normalidad’, sino la ‘auténtica normalidad’. De momento, este maldito 2020 también nos dejó sin feria de julio. Aun así, el Área de Festejos se esforzó por dar alguna apariencia de feria con un programa de festejos de mínimos, y siempre bajo unas limitaciones evidentes. El sábado 25 de julio fue el día grande. Por la mañana, misa solemne en honor al patrón. La parroquia de Santa Catalina se ‘llenó’ hasta donde era posible, guardando distancia en los bancos y, por supuesto, con mascarilla obligada. Predicó Benjamín Rey y la hermandad entregó el bastón de dama a Juana Prieto Arroyo, a título póstumo, que recogió su esposo, Gabriel Jaime García-Abadillo. La procesión posterior fue suspendida. Sí se celebró el triduo, aunque sin niños bautizados ni el homenaje a los mayores.
Aspecto de la iglesia en la misa de Santiago
Concierto de la Banda Municipal
Por la noche del día del patrón, la Banda Municipal ofreció un concierto en mitad de la Plaza Mayor. Los músicos, que desempolvaban así sus instrumen-
tos tras meses guardados, amenizaron la velada santiaguista con un recital de pasodobles y bandas sonoras de conocidas películas. Habían realizado un par de ensayos previos en la Plaza de Toros.
Concierto de la Banda Municipal en la plaza
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Gaceta de La Solana
