Edita: Excmo. Ayto. de León Concejalía de Juventud, Igualdad y Deportes Diseño y maquetación: Editorial MIC Impresión: Editorial MIC ‘DL LE 57-2019’.
saluda LA EDUCACIÓN ES INDISPENSABLE PARA LUCHAR POR LA IGUALDAD Y CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO La igualdad entre hombres y mujeres, entre mujeres y hombres, tiene que ser real y todas las personas debemos trabajar por conseguirlo desde todos los ámbitos, tanto sociales como institucionales. El trabajo para conseguir esa sociedad igualitaria y real debe realizarse todos los días y en todos los espacios. Por eso, como alcalde y como ciudadano, quiero poner en valor todas las iniciativas que se desarrollan y planifican para inculcar la igualdad entre hombres y mujeres a todos los niveles. El educativo es quizás el más importante. La igualdad de todas las personas es un derecho fundamental que recoge nuestra Constitución. Es un derecho que tenemos todos los ciudadanos, sin distinción de sexo, religión, raza… un derecho que tiene que garantizarse desde la infancia para que sea real y efectivo. Me enorgullece decir que León está en ese camino. La educación es un mecanismo indispensable contra la discriminación y contra los estereotipos sexistas, y un aliado fundamental por la igualdad de las personas. La Concejalía de Igualdad y la Oficina de la Mujer trabajan por una educación en igualdad. Prueba de ello es este III Certamen de Relatos por la Igualdad en el que a través de 175 trabajos los niños leoneses nos dan una lección de responsabilidad, con la defensa de la igualdad y el rechazo a la violencia de género como asignaturas troncales. Todos somos hombres, todos somos mujeres, pero ante todo todos somos personas, defensores de una sociedad igualitaria, como no puede ser de otra manera.
ANTONIO SILVÁN RODRÍGUEZ ALCALDE DE LEÓN
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saluda El Certamen de Microrrelatos por la Igualdad, que ya ha cumplido tres ediciones, nació con el fin de reforzar actitudes sociales que fomenten la construcción de una sociedad más igualitaria, impulsando cambios culturales y sociales que consoliden, además, la eliminación de los roles y estereotipos de género. Son tres ediciones ya en las que hemos querido involucrar a las personas de la sociedad de mañana, a nuestros niños, niñas y adolescentes porque jugarán un papel esencial para que una sociedad igualitaria, sin discriminación entre hombres y mujeres y sin violencia de género, sea real y efectiva. Estoy convencida, como lo está el Ayuntamiento de León, de que la educación es la herramienta esencial para transmitir valores y actitudes que contribuyan a la eliminación de las desigualdades entre sexos.
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Con los trabajos presentados en este certamen, en el que cada año participan más centros escolares, constatamos que la juventud leonesa defienden la igualdad, se implican en la lucha contra la violencia hacia la mujer y apuestan porque el concepto de sociedad igualitaria no quede sólo en eso. Ellos y ellas lo ponen en práctica. Ocho centros escolares y 175 trabajos presentados que condensan el sentir de las generaciones más jóvenes. Éste es el logro de este certamen de microrrelatos. Por ello, quiero agradecer a los alumnos y alumnas de los colegios Ramiro Valbuena, San José Agustinas Misioneras, Colegio Leonés de La Corredera, San Isidoro y Jose Aguado; Agustinos, Carmelitas Sagrado Corazón y Lope de Vega que hayan escrito su voz por la igualdad. Ellos y ellas, con sus acciones, escriben el futuro.
MARTA MEJÍAS CONCEJALA DE JUVENTUD, IGUALDAD Y DEPORTES
Cuento de la igualdad PABLO GARCÍA IBÁÑEZ COLEGIO ANTONIO VALBUENA Había una vez una niña llamada María, era de África, llegó a un colegio nuevo donde había muchos niños de diferentes países. Cierto día se le acercó un chinito llamado Lin, era muy avispado y preguntaba mucho. Carlotica era panameña, muy bondadosa y quería mucho a sus amiguitos. También estaba Lucía, una niña odiosa, arrogante, a la que no le gustaba compartir sus cosas, mucho menos con María, porque era de color negro. Cierto día, la maestra dio una clase sobre la importancia del valor de la igualdad, ya que muchos decían que no eran iguales a María, que había preferencias entre compañeros. La maestra les aclaró que todos somos iguales, sin importar raza, color, estatus social, el género entre hombres y mujeres. Porque es importante que haya igualdad tanto en la escuela como la familia.
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Entonces Lucía pudo entender lo importante que era. Al pasar el tiempo, ella y María se hicieron muy amigas e inseparables y fueron amigas por siempre, sin importar nada.
Álvaro y su historia DAVID FERNÁNDEZ BLANCO COLEGIO ANTONIO VALBUENA Hola, me llamo Álvaro y tengo 13 años. Cuando era pequeño no podía hablar bien y tenía preocupados a mis padres por mi llegada al colegio. Ahí fue cuando descubrieron el Antonio Valbuena, un colegio con diversidad en el que se trata a todo el mundo por igual, porque todos somos iguales y todos somos diferentes. En él, me ayudaron mucho con mi problema, hasta que logré hablar perfectamente y conseguí aprobarlo todo. Pero no sólo me ayudaron con mi problema, también me enseñaron a restar, multiplicar, inglés, science, francés, EF, música…. Pero, sobre todo, a respetar y valorar a nuestros compañeros y profesores por igual. Porque, yo me pregunto, ¿de qué vale sacar buenas notas, si luego no respetamos a los demás? O ¿de qué sirve sacar sobresalientes, si después no somos capaces de ayudar? Actualmente hablo muy bien y llevo una vida normal junto a mis amigos, que también me ayudaron mucho a superar mi problema, tratándome como al resto de la gente. Cuando sea mayor, me gustaría trabajar ayudando a niños con problemas, ofreciéndoles todo lo que a mí me enseñaron en el Antonio de Valbuena, donde fui muy feliz con niños y profesores.
Educación = Igualdad YAGO JOSÉ IGLESIAS MÉNDEZ COLEGIO LEONÉS SAN ISIDORO Soy un niño de 11 años y tengo una hermana. Desde que éramos pequeños, mis padres siempre nos han llamado “Cariño” cuando hablan con nosotros, por eso siempre contestamos los dos a la vez y nos reímos mucho. Desde siempre hemos oído a mis padres usar expresiones de este tipo: “cariño, ayúdame a recoger la mesa”, “cariño, nos vamos al super” … y, como cariño es para los dos, pues siempre lo hemos hecho tanto mi hermana como yo. Siempre hemos hecho las mismas cosas, nada de cosas para niños y cosas para niñas (no recuerdo ninguna fiesta de cumpleaños sin la presencia de mi hermana, mi hermana tampoco recuerda una fiesta de cumpleaños sin mí), los dos lo hemos pasado genial tanto en una como en otra.
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Por eso es por lo que me siento orgulloso, porque nuestros padres nos han inculcado desde pequeños que, ante todo, somos personas, de distinto sexo, pero personas que hace unas cosas bien y otras mal, que tienen las mismas obligaciones y los mismos derechos, que estudian para ser independientes en el futuro… así que mi lema es: SI HAY EDUCACIÓN, HAY IGUALDAD
Lo que tenían que hacer
JIMENA GONZÁLEZ FERRERAS
COLEGIO AGUSTINAS SAN JOSÉ La mujer se miró al espejo. Con estudiada lentitud tomó del estante unas tijeras, acarició su melena y se cortó el pelo. A medida que los rizos caían al suelo, sus sueños iban tomando forma… Sin que nadie lo advirtiera se encaminó con pasos lentos por el largo pasillo que conducía a una estancia donde, iluminado por el primer sol de la mañana, reposaba un gran armario de luna… Antes de abrir una de sus puertas, se preguntó, por qué se llamaría armario de luna. Tomó una levita de una de las perchas, y observó que el interior olía a lavanda y a limón. Se la probó y comprobó con placer que le quedaba perfecta… Completó su atuendo con un sombrero de copa. Dio un último vistazo al espejo… ¡Ahora parecía un auténtico caballero! ¡Ahora no tendría dificultades para entrar en la universidad! Se llamaba Concepción Arenal e iba a ser abogada.
La igualdad es lo que importa MARA GRADILLAS GARCÍA COLEGIO LEONÉS CORREDERA Érase una vez una niña llamada Esther. Ella quería aprender esgrima. Cuando llegó a su primera clase, todos los chicos se quedaron mirándola. Entró el profesor y les dijo a todos que venía solo a probar un día. Empezaron a hacer esgrima, Esther era la mejor. Todos los chicos se quedaron boquiabiertos. Ninguno era capaz de superarla. Era como la reina de esa clase. Su primer campeonato: su escuela ganó. Ella estaba muy orgullosa. Al llegar a la escuela, Esther les dijo a todos un poema: “hojas de árbol caídas, juguetes del viento son. Las ilusiones perdidas, son hojas desprendidas del árbol del corazón.” Y cuando acabó, les dijo: “no creíais en mí porque soy una chica, pero todos somos iguales. Unos mejores y otros peores… pero, al fin y al cabo, todos somos iguales. Intentar llegar a lo alto cada día y no intentéis llegar a lo alto solo para ser mejores. La igualdad es lo que importa.”
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Los Recuerdos de Rosa 8
LEYRE GARCIA RODRÍGUEZ COLEGIO LOPE DE VEGA
Rosa echa la vista atrás y recuerda su niñez. Se crio y vivió en un pueblecito de la montaña leonesa. Eran seis hermanos y sus padres les sacaron adelante con mucho esfuerzo, trabajando en el campo y la ganadería. Los dos se levantaban muy pronto para dar de comer a las vacas y limpiar las cuadras. Los dos salían al campo a arar las tierras, a segar y recoger la hierba para alimentar al ganado. Pero… solo su madre se dedicaba a las tareas de la casa y cuidado de los niños. Rosa recuerda como su madre, después de un duro día en el campo, llegaba agotada a casa y le esperaban muchas cosas por hacer: limpiar, hacer la comida, bañar a sus hijos… Tiene todavía en la cabeza las imágenes de su madre lavando en el río la ropa, sobre todo pañales, días en los que hacía tanto frío que el agua del río le dejaba las manos rojas y heladas para todo el día. Rosa no entendía por qué su padre no ayudaba a su madre en todas estas cosas. Cuando ella y sus hermanos crecieron, las cosas siguieron igual, los chicos hacían las mismas tareas que su padre y las chicas, las mismas que su madre. Rosa se casó y formó una familia, tuvo dos hijos, un niño y una niña, a los cuales, con la ayuda de su marido, les enseñaron que los dos eran iguales, con los mismos derechos y obligaciones. A sus ochenta y cuatro años, Rosa se alegra de que las cosas hayan cambiado mucho para las mujeres, y apoya LA IGUALDAD ENTRE HOMBRES Y MUJERES.
g e l io o c v a l o i b n u o e t n n a a
Las bicicletas son bicicletas
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INÉS CORRAL PAMPLONA Jaime es el pequeño de cuatro hermanos. Le gusta jugar con el balón, los puzles, leer y salir con sus amigos en bici por las calles y los parques de su pueblo. Como es el pequeño, a veces le toca heredar algunas cosas de sus hermanas, por eso su bici es rosa, pero eso a él no le importa. Un día Jaime salió con su bicicleta a comprar huevos y pan para la cena, y un grupo de niños se rieron de él por el color de su bicicleta. Le dijeron que el rosa era un color de chicas y que, seguramente, esa bicicleta sería lentísima, porque las chicas también lo son. Jaime sabía que eso no era cierto, porque sus hermanas siempre eran las primeras en llegar a casa desde clase con sus monopatines, así que aceptó cuando le retaron a una carrera al día siguiente. La cita era después de merendar, a las 18:30, en el Parque de los Patos. Jaime se presentó allí con su bicicleta rosa y ganó la carrera, demostrándoles a todos que el color no hace que una bici sea más o menos rápida, eso da igual, porque las bicicletas son bicicletas.
Todos iguales MALAK GAMAL EL SAYED Había una vez una mujer llamada Ángela. Un día estaba conduciendo por la calle, de pronto la policía la mandó detenerse para preguntarle por qué está conduciendo, si las mujeres tienen prohibido conducir. Ángela, preocupada, se bajó del coche y volvió a su casa. Al día siguiente, pensó en que es injusto que las mujeres no puedan conducir. Entonces cogió el coche y se fue. La policía volvió, le preguntó qué hacía otra vez conduciendo. A Ángela le dio igual, les dijo que es injusto que las mujeres no puedan conducir y los hombres sí. Los policías se dieron cuenta y se fueron a hablar con el presidente del gobierno. El presidente también se dio cuenta de que las mujeres también podían conducir. Ángela propuso al gobierno elaborar una nueva ley para que las mujeres también pudieran conducir como los hombres. De ahora en adelante todas las mujeres empezaron a conducir. Gracias a la idea de Ángela, todas las mujeres salieron a la calle con el coche para que todas las personas del mundo sepan que somos iguales.
Una tarde en el parque MARINA SANGRADOR GARRIDO Hace unos días me encontraba en el parque jugando con mi amiga Carmen. Estábamos esperando para lanzarnos por la tirolina, cuando llegaron tres chicos de más o menos nuestra edad. Al momento empezaron a decir que iban los primeros y que nosotras a la cola. “Primero tenéis que aprender de nosotros”, dijeron riéndose. Les preguntamos por qué creían que no podíamos hacer lo mismo que ellos. Rápidamente contestaron con chulería: “sois chicas, y lo que hacen los chicos no lo hacen las chicas ni en sueños.” Dolida con su respuesta les contesté: “si de niños pensáis así, de mayores ¿cómo lo haréis?” Lanzándome por la tirolina y haciendo un giro en el aire, les demostré que ambos géneros somos iguales y podemos realizar las mismas actividades. Espero que, con el tiempo, su forma de pensar sobre las mujeres cambie, y se den cuenta de que no hay diferencia entre ellos y nosotras.
La familia injusta PABLO ALLER LERA
De un paseo
a otro mundo Celia en el mundo de la igualdad
CLAUDIA DE LA FUENTE FERNÁNDEZ Jorge y Celia iban paseando por el parque. A Jorge le dice que vaya a jugar con el balón, pero a Celia no le dicen nada. Ella pregunta si puede jugar y todos le dicen que no. Celia se fue triste y se quedó dormida en un banco de la calle. Cuando despertó, su mundo se transformó en el mundo de la igualdad, donde niños y niñas jugaban a todo, los niños jugaban con las niñas y las niñas jugaban con los niños. Los árboles eran lazos y balones de color violeta. Ella se lo pasaba muy bien, pero tenía que volver, porque era muy tarde. Celia sabía que ya no podía volver, pero se imaginaba cómo sería su vida en ese mundo. Pero para su disgusto, todo ese mundo fue un sueño de su bonita imaginación.
Érase una vez una familia un poco desequilibrada, en la que había cuatro miembros. El padre se llamaba José, la madre se llamaba Lourdes, el hijo se llamaba Juan y la hija se llamaba María. A María y a su madre les tocaba siempre hacer la colada, y Juan y su padre siempre estaban tumbados en el sofá. Un día le dijo María a su padre y a su madre que se cambiaran las tareas de la casa. Él y Juan aceptaron y empezaron haciendo la colada del día de hoy, mientras que María y su madre disfrutaban de la televisión. Posteriormente, María y su madre se fueron a dar un paseo por el parque, mientras que Juan y su padre lavaban la ropa. De repente se le ocurrió a Juan una idea y se la dijo a su padre: “¿qué te parece si dejamos la ropa y nos ponemos a ver la televisión?”, y su padre aceptó y entonces… ¡¡¡BUMMM!!!!, se abrió de repente la puerta, y entraron María y su madre e, inmediatamente, pusieron a correr a Juan y a su padre diez kilómetros “por no hacer sus tareas”. Eso les enseñó a Juan y a su padre que hay que tener la misma igualdad entre hombres y mujeres.
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El fútbol
Érase una vez una niña llamada Carmen. A Carmen le gustaba mucho el fútbol, pero sus compañeros de clase no la dejaban jugar al fútbol. Su madre decía que el fútbol es un deporte de chicos y que tendría que jugar con muñecas. Un amigo de Carmen llamado Luis la comprendía, a él sus padres no le dejaban tener una muñeca ni una bicicleta rosa. Un día, a los chicos se les fue el balón y acabó a los pies de Carmen, y los DAFNE SÁNCHEZ RODRÍGUEZ niños le dijeron “pásanos el balón”. Carmen tiró el balón y marcó un gol en toda la escuadra y estaba en medio del patio. Los chicos se quedaron boquiabiertos y sin palabras. Desde entonces Carmen juega en un equipo de primera división y los chicos dejan jugar a las chicas. Luis habló con sus padres diciéndoles: “los chicos y las chicas somos iguales, tenemos los mismos derechos y deberes. Puedo tener una bicicleta rosa y una muñeca.” Los padres habían reflexionado, habían tratado mal a su hijo. Sus padres le compraron lo que quería. Por eso ahora hay igualdad entre hombres y mujeres.
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Un trabajo – Aspirantes KEVIN GARCÍA FERNÁNDEZ Andrea acababa de terminar sus estudios ese año. Había sacado el título de “Administración y gestión de empresas”, estaba preparada para enfrentarse a la vida laboral. Se apuntó a la oficina del paro y tras dos largos meses sin encontrar nada, por fin la llamaron para hacer una entrevista en un supermercado. Necesitaban cubrir un puesto administrativo. Muy entusiasmada, se presentó a la entrevista y, tras varias preguntas relacionadas con la contabilidad, le dijeron que estaba contratada. Empezaría mañana. Allí se encontró con otro chico que, casualmente, habían estudiado juntos en el mismo módulo y al finalizar su entrevista le dijeron que también estaba contratado. A la mañana siguiente se presentó para empezar su trabajo con el uniforme que le habían dado y, tras firmar su contrato, la pusieron en línea de cajas y le dieron un cuadrante de reponedora, limpieza de tienda y baños. A su nuevo compañero le pusieron como administrativo en las oficinas del supermercado. Andrea quedó muy indignada.
Igualdad en el trabajo DANIEL RÍOS DE LA FUENTE A mi prima María le han dado trabajo en un concesionario de coches y está super contenta. Al presentarse en la oficina a las 8.00 h, se ha encontrado con un amigo del instituto al que también habían contratado. Cuando salí del colegio fui a verla a la hora de comer, para que me contara la experiencia de su primer día, qué tipo de trabajo tenía que realizar, si era de oficina o de taller, pues al ser chica… pero me contó que tanto su amigo como ella se turnarían por semanas para trabajar en el taller o en la oficina, pues para eso iban a cobrar lo mismo, ya que al firmar el contrato figuraba exactamente el mismo sueldo.
Un sueño ENMA QUINDÓS BALLESTEROS
Hace mucho tiempo, en España, vivía una niña llamada Elena. Su padre era un caballero que trabajaba para el rey Ordoño II de León. Como todo el mundo, Elena tenía un sueño: convertirse en caballero como su padre. Se lo comentó y él le dijo que una mujer, y menos una niña, no podría trabajar, ni ser caballero. Pero ella no se rindió, y cada día iba al bosque que había cerca de su casa y entrenaba en secreto. Su padre, una mañana, la descubrió y, a pesar de haberle desobedecido, no la regañó, sino que viendo la ilusión que su hija tenía, la ayudó en sus entrenamientos, ya que él conocía perfectamente su oficio. Finalmente, pasado un tiempo, Elena logró cumplir su sueño, trabajar para su rey, al igual que su padre. Esto sirvió de ejemplo para que otras muchas niñas como ella pudieran cumplir el sueño, pudiendo trabajar en aquello que las hacía felices.
Una decisión importante HÉCTOR GARCÍA MELÓN
Shamira tiene 24 años y se va a casar. La boda se acerca y está nerviosa. Mira por la ventana y ve la calle por la que circulan unas niñas cubiertas con velo: van en dirección a la escuela. Llora, ella quiere servir a su pueblo; quiere ser profesora… pero no decide, es mujer y en su sociedad deciden por ella. Su padre ha pactado con otra familia para saber quién va a ser su marido. Said, su padre, la abraza, la toma de las manos y le dice: “no te preocupes, hija, he decidido suspender la boda para que puedas estudiar para ser profesora.” Después de cinco años, Shamira llega a su nuevo trabajo y se ríen de ella, porque dicen que una mujer no puede ser profesora, pero le da igual, porque ha conseguido lo que quería hacer y ya es feliz. Shamira sigue adelante y se convierte en la mejor profesora de Europa y ya no se ríen de ella. Cumplió su sueño y sirvió de ejemplo para que otras mujeres pudieran hacerlo.
La igualdad HERIBERTO AÍSLO SUÁREZ En una galaxia muy lejana existían dos mundos: el de los dragones azules y el de los dragones rojos. Los dos mundos vivían en constantes guerras. Se odiaban a muerte. Hasta que un día, un dragón azul y un dragón rojo tuvieron un bebé que había nacido mitad rojo, mitad azul. Todos se sorprendieron y entendieron que, al fin y al cabo, todos eran dragones. Pasaron los años y los dos mundos crearon uno solo, donde reinaba la paz. Desde ese día todos los dragones rojos y azules, tuvieron hijos del color de sus padres.
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¿Por qué a mí? DAVID FERNÁNDEZ ÁLVAREZ Hace muchos años en León, había una chica llamada Lucía, que tenía 18 años recién cumplidos. Estaba preparando una oposición para ser bombera. Le iba muy bien, tenía unas notas sobresalientes; lo único que le molestaba era que el Jefe Superior de León no quería chicas bomberas y, por ello, tenía miedo que no la seleccionaran. Llegó el día en el que el jefe de bomberos decidía quién sería bombero y quién no. Lucía era la que mejores notas había obtenido, pero a la hora de salir las listas, su nombre no aparecía. Lucía y su familia se indignaron con el jefe de bomberos y empezaron a manifestarse por todo León. Recogieron firmas para apartarlo de su cargo. AL principio no consiguieron muchas firmas, pero se corrió la voz por toda España e, incluso, internacionalmente. Después de muchas batallas consiguieron apartar al Jefe Superior de Bomberos y Lucía pasó a formar parte de dicho cuerpo. AL poco tiempo fue nombrada Jefa Superior de Bomberos de León.
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Al final tanto los chicos como las chicas podrían ser bomberos y trabajar juntos.
Hagamos desaparecer las diferencias EFRÉN FUENTES SELLÉS Había una vez, en un pueblo de Barcelona, un colegio donde un grupo de chulitos, a los alumnos nuevos les hacían daño, cada año, trastadas. Este año, a 5ºB llegó un niño americano. En el recreo, el citado grupo comentó que le iban a hacer alguna faena. Se burlaban de él, por su procedencia, color de piel, acento… Pero algo les salió mal. Un niño lo vio y se lo contó al director y éste les dijo que, si volvían a meterse con ese niño, iba a hablar con sus padres. Los niños pensaron: “si se lo dicen a nuestros padres, nos castigarán.” Y, entonces, decidieron no hacerle nada y tratarle como a uno más. Moraleja: “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti.”
Somos iguales RUBÉN SERRANO FLÓREZ Ayer en clase de Ciencias Sociales sonó la puerta, mi amigo Juan se quedó asombrado al ver quien entraba. ¡Un niño chino! Era el único chino de la clase. Se llamaba Josike y venía desde Pekín, capital de China. No entendía nada, pero rápidamente se presentó. Le asignaron un sitio, detrás de Hugo, y mostró interés por ver si se enteraba de algo. Después, cuando llegó el recreo, algunos compañeros le hicimos señas, para decirle si quería jugar al fútbol. Soltó una palabra rara, que creo que significaba que sí, porque rápidamente cogió el balón y se puso a jugar con nosotros. Nos hicimos muy amigos. Pero,… un día vimos que unos niños le insultaban y fuimos allí y les dijimos que todos éramos iguales, y que no había por qué insultar a nadie. Desde aquel día Josike se mostró más feliz y totalmente integrado, como cualquiera de nosotros.
g e l io o c i t n s o u s g a
La pequeña astronauta LUCÍA PRIETO GARCÍA Sandra quería ser astronauta, muchas veces se rindió porque en el colegio se reían de ella. Según los chicos, las niñas solo podían ser amas de casa. Su mejor amiga, Leire, siempre decía que, si ese era su sueño, nunca se rindiera. Al final Sandra le hizo caso y estudió ciencias. Consiguió graduarse y trabajar en la ESA, le costó, pero lo consiguió. Al cabo del tiempo estaba cansada de trabajar allí, pues por ser mujer solo podía estar en la sala de control, así que intentó trabajar en la NASA. Y así fue, entró en la cadena de control de la NASA. Pero ella no se conformaba con eso; ella quería ser astronauta y viajar a Neptuno. Entonces se preparó física y mentalmente para conseguirlo. El día de las pruebas había llegado. Sandra solo pudo hacer las dos primeras pruebas, porque uno de sus muchos contrincantes grabó un video dónde avergonzó a Sandra y a ella le molestó tanto que no se sintió con fuerzas para continuar. Así que Sandra se presentó al año siguiente y lo consiguió. ¡FUE LA PRIMERA PERSONA EN IR A NEPTUNO!
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María/Mario TANYA MARTÍNEZ FIDALGO Juan y Luisa siempre han notado que su hija María, una niña de 8 años, era diferente a las demás niñas. Siempre le han gustado los balones, los coches, ropa de chico… pero siempre la han apoyado, e incluso toda su familia la acepta tal y como es. María se siente muy feliz y contenta en casa, pero fuera de ella se siente sola y triste. En el colegio se meten con ella a menudo, porque siempre viste raro según ellos, y la llaman marimacho. Su profesora, Julia, es muy cariñosa, y, de vez en cuando, organiza charlas sobre igualdad y aceptación. Ahora tiene 15 años y sabe que la sociedad tiene mucho que cambar. En el televisor, el telediario dice que en un mismo puesto de trabajo, un hombre gana más que una mujer. En los países árabes, las mujeres no tienen ni voz ni voto, no pueden ir solas por la calle… ¡un verdadero desastre! María piensa que hay que educar a los niños desde pequeños para que aprenda, quieran y acepten a cada uno de nosotros tal y como somos. De esta forma la sociedad cambiará hacia un mundo mejor y más justo para todos y todas.
a v e u n a L vida EVA ADELA
LEY
LÓPEZ DAN
s se dia de casta m e st si l e poder ir a ño que L fin voy a Hace un a A . re p m e si . Las cassolvió. Para ce un año no era así scuela. a H . ir a la e la escuela a las niñas n ía d e os y no p go doce añ tas nos im n e T . ta avía ie inqu mbres tod Me siento lgunos ho A os. r. h c sa a re p e a r sus d sé qué va emos tene b s e o d m o is n m e creen qu nemos los verdad. Te s. s humano Pero no es m rque so o o p s, o h c dere no pudo que mamá lo r e c a hih e zd grupo de c Entro, feli ntro a un e ellos u c e n d e o e n abajo. U hacer, y m a ib rr a e iran d cos. Me m ice: rca y me d e c a e se m , no un s una niña re E í? u q a ces ? No creo - ¿Qué ha la escuela n e s e c a h é niño. ¿Qu estar aquí. que debas ntía: o con vale la Yo contest e tú a ir a erecho qu d erdo o u m c is re m e e sea. T u - Tengo el q a iñ n y . Si tú or mu ual que tú escuela, p persona, ig Si te tropiezas a n u y so que año. te haces d A mí te pinchas, s de llorar. a n ga n a tr n seas un e tú te y caes, Aunque . so e sa a ep s a pensar también m si te para , a iñ yo y n a n u de que tú, niño y yo das cuenta te , o d n un segu os iguales. todos som
La lección del metal JULIA MARTÍNEZ TAGARRO
Hace muchos años había una niña a la que le encantaba manejar el metal. A ella le gustaba tanto, que a los seis años fabricó su propio triciclo, y a los diez, su propia bicicleta. Todos los días, al salir de la escuela y llegar a casa, hacía algo, por pequeño que fuera, a ella le daba igual, y así iba perfeccionando su técnica. La niña se fue haciendo mayor y decidió gastar sus ahorros para estudiar sobre esto, y aprender cosas nuevas. Ya de adulta, decidió presentarse a hacer el examen para trabajar en la fábrica de metales más grande de su ciudad. Al día siguiente la llamaron, que había sido la única que tenía el examen impoluto. El jefe, al ver que era una mujer, le dijo que tenía dos días para demostrarle lo que valía. Al llegar el jefe el segundo día, le dijo que sólo había hecho dos piezas y que los demás trabajadores habían hecho diez y que estaba despedida, pero ella le contestó: “yo puede que haya hecho dos, pero las he hecho bien, mientras que los demás habrán hecho diez, pero mal, así que, si quiere perder a la única trabajadora honrada e interesada que tiene, adelante”. Entonces el jefe reconoció que le habían dado una gran lección, y el hombre nunca volvió a subestimar a nadie.
Mi nuevo amigo LUCÍA ALONSO LÓPEZ Hoy ha venido un niño nuevo a mi clase. Tiene la piel de color chocolate y, en el recreo, unos niños se han metido con él. Cuando los “niños malos” se fueron, fui a hablar con él. Era muy majo, cariñoso y divertido. Se llamaba Raúl y, rápidamente, nos hicimos amigos. Me contó que esos niños se estaban riendo de él por su color de piel. En clase, se lo dije a la profesora, y me dijo que, al día siguiente ya hablaríamos. Al día siguiente, la profesora nos mandó salir al pasillo a Raúl, a los “niños malos” y a mí. Estuvimos hablando un rato y, cuando acabamos, me subí a la tarima y expliqué a toda la clase que mi nuevo amigo (Raúl), aunque tuviese la piel de otro color, seguía siendo un humano y que no tenemos diferencias. Que las apariencias engañan, porque puede que Raúl sea más majo y agradable que otras personas. Dios nos creó sin ninguna diferencia, todos somos iguales
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El por qué a muchas desigualdades que hay y no sabemos MARTA GONZÁLEZ MERAYO ¡Hola amigos! Hoy os voy a hablar sobre las clases de desigualdades entre hombres y mujeres. ¿Por qué las mujeres, cuando están en el momento de la maternidad, tienen más problemas para ejercer un trabajo? Las empresas piensan que, como madre, vas a tener que ausentarte más del trabajo, por la crianza de sus hijos, porque no puedes hacer esfuerzo físico, como movilizar grandes pesos y, no se puede ejercer cualquier trabajo que pueda dañar al feto. Por esas razones deciden contratar a hombres para trabajar, porque ellos no van a pasar por ese periodo, por esas razones a las embarazadas no les es tarea fácil encontrar trabajo. ¿Por qué hay profesiones que están hechas más para hombres que para mujeres? Aunque las mujeres y los hombres pueden ejercer cualquier trabajo, algunos no están muy bien vistos. Por ejemplo: mecánico. No está bien visto que una mujer trabaje como mecánico o fontanera. Está mejor visto que trabaje un hombre que no una mujer. También hay trabajos que están más hechos para mujeres que para hombres, como enfermera. No está bien visto que haya hombres. ¿Qué queremos las mujeres ara el mundo? Queremos que nos traten igual que a los hombres, tener las mismas oportunidades que los hombres, ser tratadas de la misma manera.
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El sueño de Clara CLAUDIA CORRALES CUÑADO Os voy a contar la historia de Clara, una chica de 28 años. Clara desde que era muy pequeña soñaba con ser bombero. Y a medida que iba creciendo, lo deseaba aún más. Pero desde siempre, cada vez que se lo contaba a alguien, nadie la creía y le quitaban las intenciones, porque le decían que era una profesión para hombres. Clara, cuando se hizo mayor, comenzó a preparar las oposiciones y las pruebas físicas y, después de mucho trabajo, lo consiguió. Sus compañeros no se creían que una chica estuviera tan bien preparada como ellos. Les resultaba raro. Cuando ya estaba trabajando, también le ocurría que la gente se sorprendía viéndola trabajar de bombero, ya que era la única en su ciudad y, además, porque era una de las mejores. Pero el mayor sueño de Clara era que ninguna otra chica tuviera que pasar por los mismo que ella. Y que la igualdad se convirtiera en normalidad.
Ayudando a un vagabundo NASSER MORÁN MARTÍN Un día iba andando por la calle y un vagabundo se cayó, yo le ayudé a levantarse, él me dio las gracias. Le dije que no era molestia. Fue muy amable y le di 5 euros. Él no quería coger el dinero, porque decía que era mucho dinero, pero insistí y, al final, lo cogió.
g e l io o c n a i s S i s d e o n r o o e l
Copito SABELA MARTÍNEZ BOTO
Hola, me llamo Copito. Soy un gato. Este año he estado en cinco familias adoptivas y … aunque parezca increíble, en tres de ellas había desigualdad. En una el hombre maltrataba a la mujer, pero no decía nada por miedo. En otra no cobraba lo adecuado por ser mujer, pero tampoco lo sacaba a la luz. En la última el hombre mandaba hacer todo a la mujer. Hoy me han llevado a otra familia adoptiva; y… ¡qué casualidad!; también había desigualdad. Silvia la mujer, era acosada en un club todas las noches. Un día se atrevió a decírselo a su marido, pero no la creyó, ya que Silvia era muy bromista. Luego se lo dijo a una amiga, pero tampoco la creyó. Finalmente, se lo dijo a su madre, que como madre responsable llamó a la policía, pero…no les mandó venir, sino que les contó su plan. Ese día Silvia llamó al dueño del club y le dijo: “hoy voy a organizar una fiesta y estáis todos invitados”.
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Cuando llegaron, Silvia ya había preparado las cámaras y el decorado. Al entrar empezaron a acosarla y todo aquello quedó grabado. Después de unos minutos, llegó la policía y los detuvo. Gracias a la madre de Silvia, no acosarán.
El edificio ERIC SOLÍS CARPINTERO Ana era una mujer arquitecta. Tenía grandes ideas para edificios, pero nadie le contrataba por su sexo. Nadie le animaba, ni siquiera sus parientes. Después de un tiempo, como nadie le contrataba, se quedó sin dinero. Durante tres meses se dedicó a ver si alguna empresa de construcción necesitaba un arquitecto. Encontró un anuncio muy curioso que decía: “se busca arquitecto, si puede ser, mujer”. Se puso en contacto con la empresa, le contrataron e hizo uno de los mejores edificios de toda la ciudad y no solo eso, sino que ganó una gran cantidad de dinero. Ahora no puede salir de casa sin que la reconozcan como la gran arquitecta en la que se ha convertido. Por cierto, la empresa era una empresa especial formada solo por mujeres.
Gala la pequeña luchadora INÉS ALONSO FRANCO
Gala era una mujer joven que había tenido gemelos. Por sus grandes dolores tuvo que pedir la baja de maternidad. A los 4 meses se le acabó la baja y perdió su trabajo. Seis meses más tarde, Gala se convenció y se puso a buscar trabajo. Ella no se dio por vencida y al final encontró un trabajo como empresaria en el centro comercial de su ciudad. A su lado estaba un antiguo compañero suyo. Un día hablando con él, Gala se dio cuenta de que cobraba 150 euros menos que él por ser mujer. Por esto fue a hablar con su jefe, éste le despidió por quejarse. Gala, decidió montar una empresa en la que pagaría a todos sus empleados por igual y a la que llamaría GalaShop. Contrató a un contable llamado Mario al que un día se le ocurrió la idea de agredirla sexualmente. Gala le denunció. La policía se lo llevó a la cárcel durante cinco años.
La alcaldesa Laura DANIEL RODRÍGUEZ BLANCO Laura era una chica que tenía 32 años, pero no era una chica cualquiera, era la alcaldesa de una de las ciudades más importantes de su país. Todos se llevaban bien con ella hasta que un día cambiaron al vicealcalde por uno más borde y un poco pesado. Un día el vicealcalde se le ocurrió hacer una cosa: les diría a los empleados mentiras sobre Laura y así él sería el alcalde. Al día siguiente, bajó a la planta de empleados y les dijo que Laura estaba pensando en rebajarles el sueldo y que les estaba robando el dinero. Los empleados se pusieron en huelga y al final acabaron echando a Laura. Deprimida por lo que acababa de pasar, Laura llamó a sus amigas para que la ayudaran. Entre todas consiguieron pruebas de que todo era mentira. Al final echaron al vicealcalde de su puesto por perjurio y Laura recuperó su puesto de alcaldesa.
La discriminación de mujeres CAROLINA GONZÁLEZ SANTOS La discriminación de mujeres cada día se nota más, en el trabajo, en casa…Después de una vida estudiando, sobre todo a las mujeres les cuesta mucho encontrar trabajo y además que les guste. Luego, si encuentran trabajo, no les pagan lo justo. Normalmente, les suelen pagar de menos y hasta incluso a medida que van trabajando les bajan más el sueldo. Por otra parte, al llegar a casa después de un duro día trabajando hay muchas mujeres que tienen que hacer la cena a sus hijos y a su marido. Después dormir era el alivio para Carmen, que era una de las mujeres a las que le sucedía esto. A la mañana siguiente se dio cuenta de la injusticia del trabajo. Protestó al director de la empresa. Este no le hizo caso. Al día siguiente, al seguir con la misma injusticia, dimitió de su trabajo. Volvía a estar en el paro y con una familia que alimentar. Le pidió ayuda a su marido Adrián, este no cedió. Al no ceder le pidió ayuda a su madre, Pilar y su madre le dijo que no le preguntará a su marido, que le dijera directamente que se pusiera a trabajar. Este dijo “vale”. Busco trabajo, y lo encontró, se puso a trabajar. Al mes, le mandaron una carta a Carmen pidiéndole perdón y diciéndole que volviera al trabajo, que le pagarían lo mismo que a todos sus compañeros y así trabajaron felices su marido y ella.
La Igualdad LUCÍA FERNÁNDEZ FERRADAL Érase una vez una chica llamada Alicia. Tenía 20 años y estaba buscando trabajo. La cogieron en Telepizza. Todos sus compañeros eran chicos. Y se metían con ella, porque decían que al ser una chica no podía trabajar ahí. Así que le pusieron de barrendera. Alicia se entristeció mucho porque todos la hacían “bullying”. Al final consiguió otro trabajo en Jazztel. Trabajaba con un chico llamado Yago. A Yago le gustaba mucho Alicia así que no le hacía “bullying”. A Alicia le empezó a gustar Yago, pero al día siguiente llegó un chico llamado Marcos. A Marcos también le gustaba Alicia. Pero a Alicia le caía mal Marcos. Alicia le contó a Yago lo que le había pasado en sus anteriores trabajos. Yago se entristeció mucho por ella y le dijo que no se preocupara. Al día siguiente, Yago le pidió salir a Alicia y ella le dijo que sí, ella se sintió muy feliz porque era el primer chico que no le hacía “bulliyng”.
La igualdad “relato” ADRIANA PÉREZ ALLER La igualdad en el mundo es muy importante y necesaria tanto en unos países como en otros. Todos somos iguales seamos hombres o mujeres a la hora de hacer algo. ¿Qué podemos hacer para mejorar esto y así conseguir la igualdad?, ¿por qué no hacerlo? Si preguntas a la gente te dicen que ellos apoyan a las mujeres, pero no es cierto, porque esto se sigue haciendo hoy en día. La igualdad es un derecho que tenemos todas las personas, eso significa que todos tenemos que ser tratados igual. Si todos pusiésemos nuestro granito de arena, seríamos iguales y no habría tantos problemas. Todos tenemos que tener los mismos beneficios y ser en todo iguales. No somos ni mejores ni peores. Todos somos personas y sin diferencias. No a la discriminación, si a la igualdad. No se trata de tener derecho a ser iguales, sino a tener derecho a ser diferentes. A partir de hoy, hay que intentara que no pase ni una vez más. Hay que terminar esto y empezar desde un principio con la igualdad. Esto solo es una forma de enfrentar a las personas y empeorar el mundo. Ojalá esto nunca hubiese pasado.
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La igualdad para todo
La Joven Laura
NICOLÁS DÍEZ GARCÍA
SILVIA GARCÍA BELINCHÓN
Érase una vez una chica llamada Helena de veinticinco años que no tenía trabajo, cuyos amigos no le apoyaban y le dijeron que a ella le vendría bien ser frutera o repartidora de pizzas. Ella se negó y les contesto: “ya veréis, voy a conseguir el mejor trabajo que hayáis pensado nunca”. A Helena se le ocurrió navegar por la web buscando trabajo y encontró uno perfecto: jueza. Estudio mucho y al final consiguió el puesto de jueza. Helena pensó en vengarse de ellos, pero al final dijo: “no voy a ser como ellos y les demostraré lo que valgo”. Helena al día siguiente, se propuso escribir un libro, lo escribió y se lo enseño a sus amigos. Sus amigos llenos de envidia se marcharon. Al día siguiente Helena no estaba en casa, sus amigos la habían secuestrado. Dos meses más tarde apareció con heridas graves en la orilla del río Bernesga, donde la encontró un chaval que llegó a ser su marido y tuvieron una gran familia.
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Laura era una chica joven, guapa y sencilla. Tenía cuatro hijos llamados Claudia, María, Gonzalo y Juan y un marido que se llamaba Mario. Los dos trabajaban de médicos, pero ella cobraba menos que su marido. El jefe la maltrataba, como a muchas mujeres que había en el hospital. Laura llegaba a casa agotada porque trabajaba más horas que Mario. Cuando llegaba a su casa los niños hacían lo que querían y Mario estaba tumbado en el sofá viendo la tele y los niños desatendidos. Ella, tenía que hacer todas las tareas dela casa y a la vez cuidar a sus cuatro hijos que eran muy trastos. Un día se puso enferma y su marido Mario tuvo que hacer todas las tareas de la casa y cuidar a sus cuatro hijos trastos y comprendió lo difícil que era hacer todo y cuidar a los niños mientras tu pareja esta tirada en el sofá viendo la tele y entonces la ayudó en todo.
La Igualdad
La presidenta
SUSANA ELOÍSA CORTÉS CASTRO
MARINA ALCOBA ÁLVAREZ
Hola, me llamo Susana voy a ser profesora de prácticas. Estoy muy contenta, sé que soy diferente porque soy negra, pero yo creo que seré bienvenida en el colegio al que voy a ir a dar clase, se llama San Claudio, voy a dar clase en 2º de la ESO.
Érase una vez una chica llamada Paula, que quería ser presidenta. En su país nunca había sido una chica presidenta, porque los concejales eran todos chicos, y estaban en contra de que la presidenta fuera una chica, porque decían que no tenían ideas importantes. Paula decidió contárselo a su mejor amigo Pablo que quería ser la presidenta, pero él no le apoyó porque nunca había sido nadie presidenta y le dijo que él creía que no iba a soportar estrés ni insultos. A Paula le sentó muy mal que su mejor amigo no le apoyara y se fue a su casa a llorar. Cuando Paula fue y se lo dijo a su hermana Daniela, su hermana si le apoyo y le dijo que se presentase a ser presidenta. Cuando Paula fue, le dijeron que no podía ser presidenta porque era una mujer. Ella dijo que le dieran una oportunidad, se la dieron. A la hora de elegir presidente todos le votaron. Al final, ella y Pablo hicieron las paces y se dijeron que se gustaban mutuamente, empezaron a salir. Paula fue una presidenta muy buena y demostró que podía hacer los mismo que los chicos
Entonces ella fue a la clase, la profesora la trataba genial, pero un alumno por ser negra la trataba fatal y los demás le seguían el rollo. Un día no fue a clase y la profesora se extrañó la llamó por teléfono, ella lo cogió y le explicó lo que pasó. A los niños les pensaba echar del colegio, pero al final los mandó a estudio hasta 4º de ESO y les puso a los niños durante dos años en la mesa al lado de otro niño negro. Era super majo y al final se hicieron muy amigos estuvieron en el colegio, la universidad, el trabajo y da la casualidad de que al final la chica de prácticas se quedó durante muchos años más. ¡Ah! Y antes le pagaban poco pero como sabía mucho le pagaron cada día más.
Las chicas también pueden RUBÉN ÁLVAREZ LÓPEZ Había una familia formada por cuatro personas: la madre María, el padre Benito, la hija Sara y el hijo Chen, que era adoptado. El padre era internacional en el rugby y el hijo, ya mayor de edad, era aficionado al rugby y de los mejores de su equipo. A Sara, en cambio, no le dejaban jugar al rugby, porque le decían que era un deporte de chicos y que se requería mucha fuerza. En consecuencia, la madre fue a protestar en el club; aunque tampoco le dejaban entrar. Al final consiguió que dejaran hacer una prueba a Sara, que dejó a todo el mundo alucinado. Jugó un poco con los chicos y lo ganó todo. Cuando cumplió los treinta años, se retiró. De tanto dinero que tenía, se creó un club donde podían entrar tanto chicos como chicas. Fue el club más famoso. Se había hecho justicia.
Maltrato a las mujeres CLAUDIA MARTÍNEZ CARNERO Sara es una chica que vivía con sus padres y su hermano. Le gustaba mucho el teatro. Desde los cuatro años llevaba disfraces y pinturas. Estudiaba duro porque quería dedicarse a ello, al teatro. Su madre, María, vis un día en un periódico un anuncio de clases que le podrían interesar y se lo dijo a Sara. Sin pensárselo dos veces se apuntó en la academia. José, el profesor, le dijo que en pocos días ella y Juan, otro alumno, serían protagonistas de una obra que trataría sobre una pareja que pensaba tener hijos. En una semana Sara, Juan y José quedaron para ensayar en casa de Juan, como vivía solo. Llegó el día. Comenzaron a ensayar, pero José tuvo que irse así que les dio unas explicaciones. Juan aprovecho la situación y abuso de Sara. Cuando ya se marchó, Sara saco fuerzas para llamar a la policía y denunciarle. En unos días Juan fue detenido y pagaría por lo que hizo Quiero decir con esto que los hombres que hacen daño a mujeres, niñas y bebes deben ponerse en lugar de las víctimas, porque si se lo hiciesen a ellos no les gustaría nada.
María la Papona HUGO RODRÍGUEZ DÍAZ Pedro era papón de la Cofradía Minerva y Vera Cruz y su mujer María estaba apuntada a la cofradía, pero no salía en procesión. Un día el abad de la cofradía decidió crear un estatuto en el que prohibía a las mujeres formar parte de la misma. Cuando María se enteró se lo contó a Pedro muy enfadada para que fuera a hablar con el abad. Este le dijo que la decisión ya estaba tomada; entonces Pedro, indignado, fue a poner una queja a la Junta Mayor de Semana Santa. Les contó lo sucedido y la Junta le dijo que estudiarían su problema. Unos días más tarde, Pedro recibió una carta de la Junta Mayor con la respuesta de su queja. Le decían que tenía razón y que se pondrían en contacto con la directiva de su cofradía para que revisarán los nuevos estatutos por ser discriminatorios y que el Obispado así no los aprobaría. La directiva de Minerva y Vera Cruz rectificó los estatutos, que fueron aprobados por el Obispado y gracias a ello María pudo formar parte de la cofradía y abrió las puertas de la misma a todas las mujeres.
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María ANGÉLICA MARTÍNEZ SOTO María es una mujer que va a trabajar casi todos los días. La mayoría eran hombres. Los hombres siempre salían a comer con clientes, pero ella y sus compañeras no podían, además, los dos días antes de cada fiesta no tenían que ir a trabajar. Un día María se cansó e hizo una huelga, junto a todas las mujeres que trabajaban con ella, otras mujeres que fueron apuntándose, e incluso algunos hombres. Todos los jefes de todas las empresas, comercios y trabajadores se dieron cuenta de que tenían los mismos derechos. Otras mujeres se inspiraron y formaron empresas muy importantes en las que los hombres y mujeres hacían los mismos turnos y tenían los mismos sueldos. Respecto a los antiguos jefes, dejaron a las mujeres ir a comer con sus clientes y descansar dos días antes de cada fiesta. María fue feliz y desde ese día ella y sus compañeros y compañeras hicieron una carrera y ninguna mujer fue tratada así.
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No discriminéis a las chicas ALICIA ÁLVAREZ REYERO Me llamo Marta y vengo a contaros una historia sucedida en mi familia. Era Semana Santa y todos los hermanos de la cofradía estaban allí presentes. Yo me quedé mirando fijamente a los seises que todavía no se habían puesto el capirote, y todos eran hombres. Le pregunté a mi madre, y me dijo que esa cofradía al principio solo era de chicos, ya que, aunque habían dejado a las mujeres ser de la cofradía, no querían que les quitasen el poder de dirigir un paso. Después pensé…Los chicos son chicos, las chicas somos chicas, todos somos personas. ¿Por qué no tenemos los mismos derechos? Los chicos se creen más importantes, se creen que pueden acosar a las chicas y hacerles muchas cosas. Hay chicas que también lo hacen con los chicos, pero desde hace un año o así ha habido muchos acosos. Y no tienen por qué hacernos eso. Lo veo injusto, raro…Yo lo que os quiero decir es que TODOS somos iguales y los chicos no tienen por qué maltratar a las chicas y viceversa.
Un trabajo duro CRUZ SUÁREZ SERRANO Os voy a hablar sobre mi trabajo, un poco duro al principio, pero no me rendí y seguí adelante. Todo empezó hace un año, cuando llegué como profesora nueva a un internado masculino donde todos los profesores eran hombres. Cuando llegué lo primero que hicieron fue decirme que era un error. Yo afirmé que podría con ello y me dieron un mes de prueba. Todos los alumnos se portaban fatal y se reían de mí. Además, nunca conté con la ayuda de mis compañeros, porque todos decían que al ser mujer no podría con el trabajo. Sabía que no podía rendirme: me convertiría en un hombre. Primero fingí que no podía más y me marché. Luego me disfracé de hombre y me presenté en mi tutoría como profesor nuevo. Así pude observar que todos me respetaban. Cuando la clase terminó, me dirigí al despacho del director y le conté lo ocurrido. Él escuchó atentamente y me dijo que le acompañase a la clase. Le explicó todo a los chicos y todos entendieron. Desde entonces, todos me respetaron y nadie me discriminó nunca más por ser mujer.
g e l io o c s a s n a n j i o t s s u é g a
El sueño de Laura (I) ALBA CUBILLO SOLANA
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Lucía la caballera IVÁN PELLITERO ERNESTO
En un pequeño pueblo de León vivía una niña de 10 años llamada Laura. Tenía el sueño de ser militar y cuando se hizo mayor se presentó para serlo. Se dio cuenta de que era la única mujer y al llegar su turno, antes de que empezase le dijeron que no se podía presentar porque era mujer. Laura se enfadó mucho y quiso hablar con el coronel; cuando llegó le preguntó por qué no podía ser militar. Él le volvió a decir que no podía serlo porque era una mujer. Ella se enfadó y le dijo dos cosas: 1º Las mujeres valen lo mismo que los hombres y 2º Las mujeres pueden hacer lo mismo que los hombres. Él no la hizo caso y ella al darse cuenta de ello se fue muy enfadada, pero no se iba a rendir y se volvió a presentar, esta vez disfrazada de hombre. Llegó, hizo las pruebas y se fue a su casa. Unos días después, le llegó una carta que decía que la habían contratado para ser militar y que al día siguiente tenía que ir porque sería la guerra. Al día siguiente fue disfrazada de hombre y ese mismo día empezó la guerra. Laura era la mejor de todos, pero unos días después se tropezó y se descubrió su identidad. Todos se quedaron impresionados y desde entonces las mujeres pueden ser militares.
Hola,
Telma la bombera
Laura y el fútbol
CARLOTA LÓPEZ GARCÍA Desde pequeña Telma quería ser bombera. Pero cuando se hizo mayor y ya podía trabajar fue a la oficina del jefe de bomberos. Ella le contó todo lo que sabía sobre el oficio, pero la rechazó. A la semana siguiente se incendió la casa de su vecino, entonces, Telma puso en práctica todo lo que había aprendido, aunque el vecino había llamado a los bomberos. cuando llegaron ya había apagado el fuego. Y al final le preguntaron si seguía queriendo ser bombera. Ella les dijo que sí y la contrataron, Aunque la sociedad lo vea como un trabajo masculino, cualquier tipo de trabajo puede ser desempeñado por las personas, independientemente de su sexo. Fin
Me llamo Lucía y vivo en el Reino de León. Me encantan las espadas, las armaduras, los caballos y cosas así como a todos los niños del castillo, lo malo es que sólo pueden ser caballeros los hombres. En resumen, no es justo. La próxima semana, habrá un concurso de caballeros y he decidido presentarme, pero lo tendré que hacer disfrazada, porque no tengo derecho a presentarme al ser una chica. Ha llegado el día, estoy muy nerviosa y pienso demostrar todo lo que sé. Me ha tocado luchar contra el más fuerte del castillo, Sunchan, es enorme; a mí me parece que mide al menos dos metros y es el más musculoso de todos. ¡Es impresionante! He podido con él, he ganado, ahora debería ser la líder de los caballeros. Al recibir el premio, se han dado cuenta de que soy una chica, pero al ver que era tan fuerte, hábil y lista, no han tenido más remedio que aceptarme y desde ahora todas las mujeres que quieran podrán ser caballeras.
ALEJANDRO PÉREZ FERNÁNDEZ Laura era una buena jugadora de fútbol, pero los niños no la dejaban jugar. Tras muchos días de entrenamiento, los chicos se tenían que enfrentar al ganador de los 3 últimos torneos. En la ida, quedaron 3 a 1. En la vuelta a casa, dejaron jugar a Laura para que no se lesionaran los buenos ya que el partido estaba perdido. Laura dio la vuelta al marcador y quedaron 4 a 0. El equipo de Laura ganó y pasó a la siguiente ronda, el entrenador dejó jugar a Laura los demás partidos. Ganaron el torneo y todo gracias a Laura.
Luchar por la igualdad MARÍA POSADO RODRÍGUEZ
En todo el mundo hay muchas mujeres que sufren maltrato, pero ellas luchan para que todo esto acabe de una vez, mientras que algunos hombres las pegan, las matan y las obligan a hacer cosas que no quieren, es decir, que le hacen la vida imposible. Yo pienso que si los hombres se pusieran en la situación de las mujeres se darían cuenta de todo lo que están haciendo y en el futuro podríamos hacer que la sociedad sea mucho mejor. Además de todas esas cosas, las mujeres cobran menos dinero que los hombres realizando el mismo trabajo. Pocas veces ocupan altos cargos en las grandes empresas, por ejemplo en España no ha habido ninguna mujer presidenta del gobierno. Aunque poco a poco vamos avanzando, las mujeres son las que llevan la mayor parte del trabajo en casa, el cuidado de los hijos y además también trabajan fuera de la misma. Pero afortunadamente en la vida hay más cosas buenas que malas.
Maltrato a una mujer CARLOTA LÓPEZ GARCÍA Jimena, es una mujer de cincuenta años que una vez se enamoró de un hombre, a primera vista excepcional y como consecuencia de ese amor, comenzaron a vivir juntos. En un principio todo era maravilloso e ideal, por lo que se sentía muy dichosa y feliz. Sin embargo, poco a poco y sin darse cuenta, su vida fue transformándose en un auténtico infierno al descubrir que su príncipe azul, en realidad, era la causa de vivir la peor pesadilla de su vida. Continuamente la hacía sentirse mal e incómoda al ponerla en ridículo siempre delante de cualquiera. Para él nunca hacía nada bien, se equivocaba siempre y nunca tenía razón, terminando a menudo con fuertes discusiones en las que la insultaba y despreciaba, siendo la sensación de humillación constante. Llegó un momento en el que cansada de luchar por un imposible, decidió marcharse y comenzar una vida nueva, fuera y lejos de su pareja, encontrando de nuevo ilusionantes proyectos y una vida plena.
Si quieres, puedes CAROLINA MORÁN GARCÍA
Hace mucho tiempo, en un lugar muy lejos de aquí, vivía una mujer llamada Laura. A ella su marido la maltrataba, pero ella no tenía suficiente valor para llevarlo a juicio. Ella tenía una amiga, una amiga íntima, a la que le contaba todo. Su amiga, llamada Sara, la quería ayudar, pero no sabía qué hacer. Después de tanto pensar, se le ocurrió una idea. Ella podía mandar un mensaje anónimo y denunciar el problema de su amiga. Cuando le contó la noticia a su amiga Laura, esta se alegró mucho porque quería librarse de una vez por todas de esa persona que la maltrataba, su marido. El día del juicio Laura salió ganando con la ayuda de su amiga Sara. Laura después de librarse de su marido fue feliz y nadie más le volvió a hacer daño jamás. Esto demuestra que las mujeres con ayuda o sin ella pueden ganar cualquier pelea.
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El sueño de María ALBA GUTIÉRREZ GONZÁLEZ María siempre quiso ser escritora, pero, sus amigos le decían que ella perdía el tiempo. Ella escribía libros muy bonitos tanto para adultos como para niños. Pero, claro, los libros por muy bonitos que fuesen, al ser de una chica, no se los aceptaban muy bien. Un día se quedó pensando… ¿Cómo podré hacer para que acepten mis libros? Hasta que se le ocurrió una idea. ¡Voy a firmar con el nombre de un chico! Y así lo hizo. Y le fue fenomenal y el libro se lo aceptaron. Hasta que un día en una entrevista se descubrió la verdad. Tuvo mucha valentía y se presentó como chica. La gente se asombró, pero después, la gente la aplaudió. Y se demostró que no importa el género, sino luchar por alcanzar tus sueños.
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Sara Valiente
La chica policía Mª CARMEN PRESA GORDALIZA Érase una vez una chica que quería ser policía, siempre había visto en las películas como salvaban vidas, eran sus héroes, por lo que cuando tuvo la edad suficiente fue a apuntarse. Allí en la oficina todo el mundo se rio de ella, porque decían que las chicas no podían ser policías, que no tenían la fuerza ni el valor suficiente. Cuando llegó a casa se lo contó a su marido y le dijo: tienen razón las chicas no podéis ser policías. Aún estando todo el mundo en su contra, ella quería lograr su sueño; estudió y estudió hasta que llegó el gran día, el examen. Con nervios y un poco desilusionada por las palabras de su marido, aprobó el examen sacando una de las mejores notas. Tanto fue así que entró en el cuerpo dejando a todo el mundo boquiabierto. En un mes ya estaba de patrulla y como era la que hacía todo el trabajo, la nombraron jefa de la patrulla. Y así hemos aprendido que da igual los géneros, que todos podemos hacer lo mismo.
DANA DOMÍNGUEZ ARGÜESO Un día Sara estaba jugando al fútbol. De repente pasó un niño por su patio y le quitó el balón y le dijo: las mujeres no pueden jugar al fútbol y Sara se enfadó. Al siguiente día había un partido muy importante y Sara se puso una peluca y el uniforme del equipo. Cuando salió a jugar metió muchos goles y partido tras partido fue ganando. La nombraron capitana. En el último partido que jugó, al dar una patada muy fuerte, se le cayó la peluca y todos se quedaron con la boca abierta por ver a una mujer jugando al fútbol. Como ella era la mejor del equipo le dejaron jugar todos los partidos y ella acabó llamándose Sara Valiente por hacer posible el dicho: “TODOS SOMOS IGUALES”.
Mundo sonrisa NANIA FLÓREZ GARCÍA Hola, soy María. Tengo doce años y me apasionan los videojuegos. El mes pasado había un campeonato mundial de videojuegos. Por supuesto me apunté. Cuando llegué al ayuntamiento de mi ciudad, ya había mucha gente haciendo cola para inscribirse. Me puse detrás de un chico que parecía ser el último de la cola. Él escribió su nombre en la lista. Cuando fui a escribir me miró con la cara de un psicópata. Tú no te puedes apuntar-dijo con voz muy chillona. Le ignoré y seguí escribiendo mi nombre. De repente, me quitó el boli de las manos, y se lo pasó al siguiente. Se lo arrebaté de las manos e inscribí mi nombre. Por fin llegó el día. Había un segurata en la entrada-Tú no puedes pasar-me dijo. Cogí la lista que tenía entre las manos y mi nombre no aparecía. El segurata miró para otro lado y escribí Mario en vez de María. Me arranqué un mechón del pelo, lo sostuve sobre el labio y me dejó pasar. Pero no me pareció justo que por ser chica no podía participar. Por cierto, gané el campeonato.
¡Gracias Luchadora! DENISE FLÓREZ OCCHIONERO
En el espacio JAIRO RODRÍGUEZ GALLEGO Érase una vez en una gran ciudad una niña que su sueño era ser astronauta de mayor, pero su madre le dijo que las mujeres no podían ir al espacio porque no podían soportar las condiciones tan extremas, entonces la niña dijo: tonterías, nadie me puede quitar de cumplir mi sueño, entonces, un día decidió estudiar una carrera para ir al espacio y se tiraba todos los días en casa encerrada estudiando. Así todos los días la niña lo pensaba y lo pensaba, hasta que un día se enteró de que iba a salir un cohete llamado Apolo a Marte. El día 5 de julio a las 14:30 se coló en la parte trasera del cohete y nadie la vio. Cuando sintió que se movía se puso loca de contenta de que consiguió colarse e ir al espacio, y cuando aterrizaron en la Tierra se dieron cuenta de que había alguien en el cohete. La sacaron, le preguntaron qué hacía ahí metida, entonces contestó: mi nombre es Paola y mi sueño desde pequeña era ser astronauta e ir al espacio y por fin lo he conseguido. Al día siguiente el alcalde de esa ciudad de nombre Madrid dijo que desde entonces las mujeres pueden ir al espacio con los hombres y trabajar en la Nasa.
¡Hola! Soy Araceli la psicóloga especializada en mujeres maltratadas o con problemas. Todos los días veo tristes y preocupantes casos, estoy muy contenta y orgullosa de poder trabajar de psicóloga para ayudar a las personas y que de todos los ayuntamientos, comunidades, ciudades… las apoyen, y hagan asociaciones contra el maltrato. También hay miles de personas que tienen algo muy bonito que enseñar: que todos y todas somos iguales y que hacemos lo que mejor sabemos hacer. Muchos ejemplos encontraremos a lo largo de nuestra vida, como Pedro y María que viven en un pequeño pueblo. Ella da de comer a sus animales y se encarga de la huerta. El hace las tareas del hogar, y cada uno hace lo que mejor sabe hacer. O Julián y Sara que cada día le toca fregar a uno, y eso que no son los únicos. A toda esta gente y mucha más les estoy muy agradecida de que hagan esto, que den ejemplo a sus amigos, vecinos… Muchas gracias y no solo a ellos sino también a aquellas mujeres que dan la cara y protestan por estas injusticias de la vida y a muchas otras psicólogas como yo, y a alcaldes de ciudades del mundo, gracias a todas las personas que ayudan a las mujeres. Gracias.
María diferente ROSA MARÍA GONZÁLEZ LLAMAZARES María era diferente a los demás… y cuando las niñas de su clase jugaban a las muñecas, ella jugaba a lo que le gustaba, el tenis, y las niñas le empezaban a insultar. Se lo dijo a su profesora y a sus padres y nadie le creía. Un día se cansó, empezó a llorar porque nadie le creía y un niño la vio y le dijo: ¿por qué lloras?, me vas a hacer llorar a mí también. Ella dijo: “porque los chicos son fuertes y pueden hacer más que las chicas. Las chicas solo ponemos lavadoras, fregamos los platos… y demás”. María no lo veía así. Le preguntó a su madre si eso le gustaba, y su madre le dijo que no. María intrigada se preguntó a sí misma: si no es feliz ¿por qué no se lo dice a mi padre? Y entonces mi madre se lo dijo a mi padre, y mi padre le dijo que podía hacer lo que le gustara, así que le preguntó qué es lo que le gustaba. Mi madre le dijo: “ser profesora” y mi padre le respondió: “pues adelante” y María y su madre se dieron un fuerte abrazo. Y así María demostró que todos somos iguales. Su madre empezó su carrera como profesora y su padre estaba contento de ver a su mujer feliz y María estaba contenta porque su mamá y su papá eran felices.
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Igualdad de hombres y mujeres NOEL PÉREZ RODRIGO
Una niña llamada Carlota quiso ser jugadora de balonmano, un día un chico le dijo que el balonmano es de hombres, no de mujeres. Entonces Carlota se disfrazó de hombre y nada más finalizar de entrenar le dijeron que no vale.
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Eva: empresaria de la igualdad RODRIGO MARTÍNEZ GARCÍA Érase una vez… Eva era una niña que soñaba con vestir de negro y camisa blanca como una empresaria y creció con ese sueño. Llegó el día. Eva fue a una empresa de telefonía. Había un cartel que decía así: ¡SOLO HOMBRES! Ella entró igualmente. Se dirigió hacia el despacho del jefe y le dijo que le gustaría trabajar en su empresa. -¡SOLO HOMBRES! ¿ES QUE NO HA LEIDO ESE CARTEL? ¡ES BIEN GRANDE!-exclamó el jefe echando a Eva de malas maneras. Ella, muy enfadada, se marchó de ese lugar, fue a casa, se puso un gorro amplio, ensayó una voz grave, sacó fuerza de voluntad y se presentó de nuevo con unos vaqueros amplios y una chaqueta bien ancha. Se dirigió de nuevo al despacho y el jefe contrató a Eva. Al cabo de dos años, Eva acabó siendo la jefa, se quitó el sombrero que siempre llevaba puesto, y todo el mundo se quedó de piedra al ver una mujer siendo jefa, y cambió el cartel: ¡NO SOLO HOMBRES, TAMBIEN MUJERES! Así hizo que el 8 de marzo fuera el día más importante del mundo entero, defendiendo la lucha por la igualdad de género.
El día de la final el equipo de Carlota iba perdiendo, llegó Carlota al partido y les metió una goleada y nada más acabar el partido se le rompió el disfraz y entonces Carlota fue la capitana para siempre.
El sueño de Laura ÁFRICA MIRANDA MARTÍNEZ Érase una vez… una campesina llamada Laura que soñaba con ser actriz porque ella estaba cansada de ver en la tele solo películas de hombres y ella pensaba… -¿Por qué solo hay películas de hombres me pregunto yo? ¿Y si yo pudiera serlo? Pero su familia le decía que era imposible que una mujer fuera actriz, entonces Laura se fue a donde los actores hacían sus películas ¿sabéis a donde se fue? Bueno Laura recorrió todo el mundo buscando la respuesta a cada casting que iba nada más entrar le decían que ni hablar del peluquín- Tu NO puedes trabajar aquí, eres una chica. Laura se sentía mal cuando le decían eso. Todos eran hombres con mucho dinero y ella solo se sentía mal cuando le decían eso. Todos eran hombres con mucho dinero y ella solo era una pobre campesina, se les veía muy avariciosos. Entonces al fin fue al último casting, se sorprendió al ver que todas eran chicas, ella por suerte pasó la audición e hizo todo lo posible para ser una buena actriz cuando ya tenía 32 años estaba hecha toda una estrella cinematográfica.
Marta campeona ANDRÉS PANIAGUA MARCOS Marta quería entrar en un campeonato de videojuegos. Cuando hizo cola, preguntó: ¿Podría entrar en el concurso? El chico dijo que no se admitían chicas y Marta se enfadó. Ella llevaba mucho tiempo practicando horas y horas. Marta pensó: ¿y si me disfrazo de chico? Compro peluca, gorro, etc. Quedaba una hora y solo quedaba una plaza. Por suerte no había nadie y dijo: hola, me llamo Raúl ¿Podría entrar en el concurso? Y el chico le dice: estás de suerte, eres el último. Tenía 3 días para practicar y ella practicó y practicó. El día del concurso estaba muy nerviosa y por suerte le tocó la primera y ganó. Ella pasó y estaba tranquila. Era un rival fácil. Pasó y pasó de fases y ganó la final. Cuando le iban a dar el trofeo y la medalla, se quitó la peluca y la gorra y dijo: las chicas también pueden hacer campeonatos de videojuegos. Todo el mundo aplaudió.
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Igualdades entre hombres y mujeres DIEGO GARCÍA LÓPEZ
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Hace mucho tiempo, habitaba en un pequeño pueblo una señora llamada Isabela. Un día cogieron a todos los hombres. Isabela les preguntó: ¿Puedo ir con vosotros? Y le respondieron no, porque vamos a la guerra y las mujeres no saben luchar. Entonces Isabela fue a la tienda más cercana y se compró un atuendo de hombre y una máscara. Quedaban 6 días para la guerra. Entonces se incorporó Isabela disfrazada y todos los hombres la miraron diciendo: oiga ¿Usted vive en este pueblo?, Isabela les respondió: “no, vivo en un pueblo cercano y me han contado que va a haber una guerra dentro de 6 días”. Al cabo de 3 días los hombres ya estaban entrenando con arcos, espadas, jabalinas, dagas, mosquetes… Isabela cogió un mosquete y se puso a disparar. No dio en el blanco. Entonces los hombres echaron a Isabela. Ya habían pasado los 6 días y todos fueron a la guerra. Al cabo de un tiempo, iban perdiendo y apareció Isabela. Mató con dagas a todos los enemigos y así explicó que las mujeres pueden hacer los mismos oficios que los hombres.
g e l io o c
L E I T M AS R A C
C O O R D A A Z R Ó G N SA
LA MUJER LUCHADORA SARA MARTÍNEZ CASTAÑÓN
En Moscú vivía una mujer llamada Helena. Ella era de origen español, pero había ido a vivir a Rusia con su pareja por motivos de trabajo. Un día, mientras estaba en el trabajo, Helena pensó que le gustaría volver a España con su pareja, para estar más cerca de su familia y porque añoraba su patria. Esa misma tarde se lo dijo a Raúl (su pareja) y ambos decidieron partir hacia España y buscar allí trabajo. Pronto se instalaron, y Helena fue a una entrevista de trabajo en una empresa. Su entrevistador pidió el currículum y le preguntó sobre sus cualidades. Hasta ese momento todo fue bien, pero cuando le preguntó si tenía pareja y si tenía pensado tener hijos, todo se complicó. Ella quería tener hijos, y el entrevistador pensó que tendría que seguir pagándola durante la baja maternal. El jefe de la empresa no la contrató y Helena se quedó en el paro. Enfadada por esa injusticia contra las mujeres formó la S.C.D. (Sociedad contra la desigualdad). Ahora Helena ha ayudado a muchas mujeres que han sufrido lo mismo que ella y está consiguiendo muchas mejoras laborales para ellas.
El pulso 34
JAVIER PÉREZ MANOVEL Un día Juana fue a su trabajo. Era obrera. Era fuerte. Algunos se quejaban de que un trabajo tan pesado no era para mujeres pero a ella le daba igual. En el descanso se comía su bocadillo de jamón y lechuga mientras miraba a los chicos sentados en unas butacas viejas y bajas hacer pulsos sobre unas pilas de cajas de frutas. Al día siguiente, fue a una cafetería con su amiga Silvia, Juana no paraba de hablar de los pulsos que sus compañeros hacían en el trabajo, hasta que Silvia preguntó que porqué ella no los hace. Mientras ella pensaba Silvia le dio una colleja y dijo, venga ¡hazlo! Al siguiente día en el descanso preguntó si podía hacer un pulso, los chicos se quedaron en silencio diciendo que ella era una chica. Después se tomó el día libre para ir al gimnasio, por el escaparate de bebidas energéticas pasó un compañero de trabajo sorprendido de verla allí. El siguiente día en la hora de descanso ella llegó antes a las cajas de las frutas y decía, no me moveré hasta que me venzáis. Tiempo pasado, nada ni nadie la ganó y con una risilla de fondo, mañana repetimos.
La mecánica Laura ANDREA VÁZQUEZ ANTÓN Laura es una chica que tiene 19 años. Ella desde siempre quería ser mecánica. Siempre le gustaron mucho los coches. Su padre era mecánico, así que a lo mejor fue por eso la curiosidad que tenía por los coches y la mecánica. Ella siempre decía le decía a su padre que si podía trabajar en su taller. Su padre le decía que era un trabajo muy duro y que eso solo era para hombres. Ella estaba harta. Un día sus padres se fueron y ella se quedó con su abuela. Cogió y se escapó por la noche. Fue al taller de su padre y se puso a arreglar coches. Al día siguiente volvieron sus padres. Lo primero que hicieron fue ir al taller y se sorprendieron mucho. Todos los coches estaban arreglados. La niña les contó todo lo que había hecho y su padre la contrató. Y a día de hoy si vas a un taller de coches lo más probable es que no encuentres a ninguna mujer, pero quizás la suerte quiere que se cruce en tu viaje alguna Laura.
Somos personas LUCÍA VÁZQUEZ MARTÍNEZ Me llamo Marta y tengo once años. Tengo una hermana pequeña muy risueña que siempre viene de la guardería con una gran sonrisa. Un día, algo no parecía ser como antes. Mi hermana María debería de estar feliz ya que estrenaba su conjunto azul favorito, pero su mirada caída me hacía pensar que algo no iba bien. Ella me explicó que le habían insultado por ser niña y llevar un traje de color azul. Por su lado, mi madre, Aitana tenía sus propios problemas, ya que le habían rechazado en varias empresas por el hecho de querer tener más hijos en un futuro ¿Es esto justo? Mi madre me explicó que una empresa había estado dispuesta a contratarla pero con la condición de cobrar la mitad que los hombres. Mi madre no aceptó el trabajo, ya que quiere unas condiciones igualadas a las de un hombre. Somos mujeres, pero ante todo, somos personas.
El futbol y yo JIMENA PÉREZ FERNÁNDEZ Me llamo Natalia, cuando tenía 12 años mi color favorito era el azul y de mayor quería ser futbolista. Mi madre me decía que tenía que estudiar para ser médico o maestra y que mi color favorito tenía que ser el rosa, como de todas las niñas y no el azul que era de chicos. Un día, mientras mi madre estaba entretenida viendo su programa favorito de la televisión, me escapé y fui a hacer las pruebas de entrada al equipo de fútbol del barrio. Cuando acabaron, me dijeron que había jugado muy bien, que había sido una de las mejores, pero que no me podían coger porque el equipo era masculino y solo podían jugar chicos. Cuando volví a casa, mi madre se enteró de donde había estado y me castigó. Ocho años después logré, por fin, entrar en un equipo de futbol local. Me esforcé porque era mi pasión, jugué mucho y muy bien y con el tiempo llegué a ser la capitana del equipo y ganamos muchos torneos y me hice muy conocida. Mi madre, finalmente, me acabó entendiendo y toda mi familia apoyó y estuvo muy feliz y contenta de mis logros.
Una injusticia CRISTINA VIDALES GARCÍA Había una vez un chico y una chica, ellos trabajaban en la misma empresa. El jefe les dijo que les tenía que trasladar a la empresa de Dubai porque les faltaba gente. A ellos les pareció una buena idea ya que podían conocer una ciudad nueva. Al mes siguiente ya estaban allí. Hoy era el primer día que iban a la empresa, el jefe cuando vio a Carolina se extrañó mucho. Le dijo que estaba despedida porque las chicas no valen para ese trabajo. Ambos eran ingenieros de caminos. Los hombres y las mujeres tenemos la misma capacidad para hacer las cosas. Por eso, yo quiero la igualdad entre hombres y mujeres.
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El padre SOFÍA VEGA CRESPO Hoy os voy a contar una historia de una familia distinta a las demás. Esta era una madre que trabajaba mucho, y a ella le parecía mal que la mayoría de las madres hicieran las labores de casa. Un día empezó a despreciar a su marido porque no le ayudaba. El padre, al darse cuenta, se sintió mal y reaccionó al momento. Al día siguiente cuando la madre llegó a casa de trabajar vio que la comida estaba preparada, la casa ordenada, la mesa puesta y todas las camas hechas. La madre se enteró de lo mal que había hecho al despreciar a su marido y se disculpó. El marido también le pidió perdón por lo que había sucedido. Los dos se dieron las gracias y todo volvió a la normalidad, pero esta vez las labores estaban repartidas por igual.
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María ÁLVARO MUÑIZ GALLARDO La familia de mi historia estaba compuesta por el padre, Julio, la madre, María, y su hijo llamado Ramón. En esta familia solo el padre trabajaba. El padre era empresario de una empresa de muebles. La madre había estudiado arquitectura, pero no trabajaba porque su marido Julio decía que ella era la ama de casa y que tenía que hacer las labores del hogar y si no quién haría la comida. Con el paso del tiempo, María se agobiaba en casa y un día se enfadó y fue a hacerse las pruebas para trabajar en una empresa que necesitaban una arquitecta. Al día siguiente, la seleccionaron y como primer trabajo la mandaron hacer los planos de un chalet. Siempre que iba a trabajar, engañaba a Julio diciéndole que salía a hacer recados, que iba a ver a su madre. Después de un mes acaba los planos del chalet y se lo cuenta a Julio que se enfadó mucho. Al cabo de unas horas la empresa la llama diciendo que sus planos del chalet habían sido un éxito y que dentro de unas horas la conocerán en toda España. María se lo cuenta a su marido, que después del enfado se pone muy contento. Esta es una historia que se repetirá en otras cosas.
Ana María
Chicas: Chicos
LÍA ÁLVAREZ-HIGUERA FRESCO
LUCAS TORRECILLA ALONSO
Tenía 6 años, le encantaba jugar al futbol y, de mayor, quería ser futbolista.
Hoy en día no hay mucha igualdad entre hombres y mujeres. Ahora os voy a dar unos ejemplos: me parece una estupidez que las mujeres en Arabia Saudí no puedan votar ni conducir. O por qué las mujeres no cobran lo mismo que los hombres en el mismo trabajo, por qué a las mujeres no les dan trabajo por riesgo a quedarse embarazada. Y qué es eso de que las chicas no pueden jugar al futbol, cuando hay chicas futbolistas que son más buenas que muchos futbolistas.
Los niños de su clase pensaban que Ana siempre lo decía en broma y, aunque fuese verdad, se partirían de la risa al oír esa chorrada. Ella iba a entrenar todos los días con su hermano mayor y con su tío (Profesionales de futbol) que siempre la animaban a seguir adelante con su sueño. Los niños decían que las niñas debían aprender ballet, cosas del hogar o a coser, porque el futbol era para niños con muy buen entrenamiento y muy fuertes. Las niñas no lo íbamos a hacer porque “somos frágiles”. Ana María, lo que decían los niños le entraba por un lado y le salía por el otro. Ella con 12 años se aficionó mucho al futbol e iba a ver partidos y también a jugar partidos. Ahora es famosa y sigue adelante con su sueño (El futbol) Hoy en día, no hay problemas de ese tipo pero en aquella época era unos de los problemas que había que resolver y muchos más de ellos… (ya resueltos).
Ahora mismo no se ven muchas mujeres que sean técnicas. Si conocéis el logo de la marca de coches Volvo tiene el signo masculino y el mensaje subliminal es que piensan que solo lo pueden conducir hombres. Qué es eso de que el maquillaje es solo para mujeres pero no, porque algunos futbolistas y famosos se ponen maquillaje para entrevistas y eventos especiales. Yo no entiendo qué es eso de que azul para niños y rosa para niñas. Yo creo que son colores y que no tienen un significado. Somos humanos y somos chicas y chicos, y somos personas.
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Un tropiezo, un salto...
Laura Mª ANGÉLICA PÉREZ SOLÍS Laura era una niña que nació en 1776 en Australia. El mayor sueño de Laura era ir al colegio, pero al ser mujer no le dejaban ir. Un día Laura decidió ir a la escuela, pero el director le echó de la escuela.
JULIA RODRÍGUEZ REMBADO Estamos todavía en la época en la que los hombres y las mujeres no se podían ver en las clases. Os voy a contar mi propia historia. Veréis… yo soy chico pero lo que más me gustaría es coser. Se lo dije a mis padres, pero decían que eso era cosa de mujeres. Mi profesora opinó que para eso antes los cerdos tendrían que volar. Me pasé intentándolo todo el curso. Un día me encontré con una muchacha, que años más tarde iba a ser mi mujer. Ella ayudó a darle su propia medicina a la profesora y a mis padres, ayudándome a formar una campaña para todas las personas que sentían las mismas ganas que yo de poder salir al mundo y hacer lo que deseas sin importar la opinión de los demás. Juntos tenemos una empresa y nos dedicamos a la alta costura con un gran éxito cosiendo ropa unisex para hombres y mujeres por igual.
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Ella, al estar dentro, se fijó que no había ninguna profesora solo profesores. Al llegar a casa Laura se puso a pensar en por qué no había ninguna profesora. Laura, al ir creciendo, pensaba en crear una fundación para que las mujeres puedan tener los mismos derechos a trabajar. Cuando Laura cumplió los 25 años fue a hablar con el gobernador. No la quiso recibir por el simple hecho de ser mujer. Al final, decidió recibirla, le empezó a comentar que quería que las mujeres como los hombres pudiesen trabajar de cualquier cosa, se rio de ella y la echó de allí. Pero ella no se rindió hasta conseguir que todas las mujeres fuesen tratadas como los hombres. Laura fue hasta el Castillo del Rey y él tampoco la quiso abrir por el mismo motivo. Al final, el rey accedió a cambiar la ley y esta vez decidió que mujeres y hombres tienen los mismos derechos.
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Todos somos iguales RAÚL IGLESIAS VALDUEZA ¿Acaso no somos todos humanos? ¿No somos todos iguales? Todos somos humanos y no por ser hombre eres mejor. Si los humanos somos los seres vivos más inteligentes, entonces ¿por qué a veces parecemos tan tontos? Muchos animales discriminan a las hembras. Si nosotros los hombres lo hacemos, ¿no nos convierte en animales? Somos todos iguales, no discriminemos por ser hombre o mujer. Cada persona tiene unas habilidades y una personalidad que no viene marcada por el género. Vivo en un mundo lleno de personas, no de hombres y mujeres.
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Día internacional de la mujer CHRISTIAN LAFUENTE CELORIO En este 2018 hay poco que celebrar y mucho que reclamar, ya que el día 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. Las mujeres antes no podían: trabajar, estudiar, hasta salir de casa. ¿Y por qué el hombre sí?, es lo que yo me pregunto cada día, porque tanto machismo y no tanta igualdad, o es que las mujeres no tienen el mismo derecho que los hombres. Por eso hoy en día las mujeres: trabajan con los hombres, cobran lo mismo, los niños y niñas estudian en mismas clases no en clases diferentes. Con lo que quiero decir es que hemos dado un paso grande, no un paso pequeño. Y a favor de las mujeres se están haciendo cursos de defensa personal para defenderse de los peligros. Y como dijo una alumna de un curso: de camino a casa quiero ser libre, no valiente.
MI TRABAJO EN LA NASA SANDRA GONZÁLEZ FERNÁNDEZ
Me llamo Cathie y trabajo en la NASA. Yo hago los cálculos del despegue y aterrizaje de los cohetes. Todos los días escucho palabras malsonantes. En el edificio en el que trabajo no hay aseos para mujeres; ya que todas las personas que trabajan allí eran hombres. Tengo que caminar un kilómetro hasta llegar al lugar en el que hay aseos de mujeres. Me pusieron una jarra de café para mujeres y que ni siquiera tenía café. Un día llegó un astronauta a nuestra ciudad, fue saludando persona a persona, su acompañante, María, le dijo que tenían que irse ya, pero él dijo que todavía no nos había saludado a nosotras. El astronauta nos saludó y fue un día inolvidable, el mejor día de nuestra vida. Al final me quejé porque da igual que seamos mujeres u hombres. Me hicieron caso y quitaron la jarra de café de mujeres y ahora bebemos todos de la misma jarra y pusieron en el edificio aseos para mujeres.
La Igualdad de El gran Género empate JHENNY PÉREZ MANRIQUE
La igualdad de género significa: que los hombres y las mujeres tienen el mismo derecho. Algunas personas se reparten las tareas en su hogar, en cambio otras no. Bueno, pero ahí no me meto. Las jefas y jefes no deberían discriminar a las personas por su sexo, y por algunas otras cosas, tendríamos que tener todos los mismos derechos. En la antigüedad, a las mujeres se les prohibía ir al colegio, y, como no lo hacían, al casarse tenían que: limpiar, cocinar… Hoy en día estamos intentando cambiar esas costumbres; de hecho, las hemos cambiado, hoy en día se reparten tareas del hogar y las mujeres pueden estudiar libremente. En la India, a las mujeres las obligan a casarse a los diez años con quien elegían sus padres. Gracias a Dios, en nuestro país las cosas no son así, ni deberían serlo en ningún lugar. Y así es la vida… con sus injusticias, sus peculiaridades y sus costumbres. Seguiremos intentando cambiar esos derechos de igualdad hasta equipararnos todos.
Microrrelato de igualdad MARTA LÓPEZ ARIAS
MARIO MIGUELEZ OSPINO Los juegos olímpicos se acercaban y un país no tenía representante de esgrima. No se decidían entre Lucía Castellano y Howard Reyes. Los dos eran grandes atletas, muy capaces de conseguir medallas de oro. De pequeños siempre soñaron con ir a los juegos olímpicos. A Lucía le decían sus amigas, padres y otros familiares más cercanos que hiciera gimnasia, porque pensaban que era más para mujeres y a Howard le decía todos sus familiares, padres y amigos que hiciera levantamiento de peso, porque pensaban que era más para hombres. Los jueces tardaron mucho en decidirse, porque los dos eran muy iguales en capacidades. Pero al final decidieron… que ese año habrá representante del país en esgrima, y eso es el gran empate, lo cual nos demuestra que no es mejor el hombre que la mujer, ni la mujer que el hombre.
El fin de semana me levanto a las 9:00h junto con mi pareja para desayunar juntos. Cuando acabamos, yo voy a despertar a mis hijos y mi pareja hace las camas. Cuando mis hijos terminan de desayunar yo me pongo a hacer la comida mientras mis hijos hacen los deberes y cuando terminan, se ponen a jugar. Mientras mi pareja y yo recogemos lo que hay en la mesa. Después, cuando hemos acabado todo, yo y mi pareja vemos un poco la tele y después vienen mis hijos. Se me había olvidado presentarme: Me llamo Sonia y mi marido, Luís, y tenemos dos hijos, una chica y un chico.
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Los candidatos MIGUEL PRESA LÓPEZ Un hombre buscaba candidatos para cantar y tocar el piano en un bar para dar ambiente, los requisitos eran estos: tocar el piano y cantar bien. Había dos candidatos: un chico llamado Rubén y una chica llamada Raquel. Raquel era una buena pianista, con una buena voz y, además era guapa. El señor se decidía por ella, pero todavía no había visto a Rubén. Rubén tocaba genial el piano y tenía una voz deslumbrante, claro el dueño quería a alguien que atrajese clientes, como Raquel. Pero también a alguien que cantara lo mejor posible. No se decidía, al final opto por el talento.
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La igualdad entre hombres y mujeres HUGO FERNÁNDEZ ÁLVAREZ En un centro de salud trabajaban diferentes tipos de profesionales: médicos, enfermeros, auxiliares… Había un médico y una médico que, aunque desempeñaban el mismo trabajo, tenían una gran diferencia en su sueldo. Pero un día, los dueños del centro se enteraron de que el encargado pagaba injustamente a sus trabajadores. Por esa razón fue sustituido por una chica, la cual igualó el salario entre hombres y mujeres.
Mi Lucha Diaria HUGO RODRÍGUEZ DIEZ Me llamo Paula, tengo 34 años, estoy casada, tengo un hijo y una hija. Mi vida no es como la de otras mujeres. La razón es que yo no vivo de mi trabajo, ni del sueldo de mi marido. Yo vivo de mi lucha diaria. Esa lucha es contra la desigualdad de género. Todos los días salgo a la calle con una pancarta que pone: TODAS LAS MUJERES SOMOS IGUALES QUE TODOS LOS HOMBRES. En lo que yo estoy en la calle, mi marido está trabajando, así que mis hijos se quedan con su única abuela. No tienen otra porque la mató su marido. Desde entonces empecé esta lucha.
Y no me tenían en cuenta JOSÉ Mª LÓPEZ MARTÍNEZ ¡Por favor, contratadme! Eso es lo que he dicho tantas veces, que no llevo la cuenta. Pero os pongo en situación. Mi nombre es Rosario y vivo en los años cincuenta, en Colombia. Siempre me ha gustado la política, pero no me han dejado entrar en un partido político, ya que me decían que las mujeres no podían formar parte de los partidos. Estos últimos años han sido muy tristes para mí, hasta que llegué a la conclusión de que podía formar mi propio partido. Me costó mucho tiempo y papeleo, pero al fin lo conseguí. Decidí que no iba a ser un partido normal, sino un partido formado por gente discriminada. Al final, gracias a todos los que lo formábamos, tuvimos una gran aceptación por la gente. Y así ganamos las elecciones, y de esta manera la gente que no nos quería, se tuvo que dar con un canto en los dientes.
Un mundo mejor DAVID BELLO FERNÁNDEZ Érase una vez un lugar, las mujeres no tenían derechos, trabajaban en casa sin recibir nada a cambio. Tenían que cuidar a sus hijos mientras que los hombres trabajaban y disfrutaban. Después de cuidar a sus hijos, tenían que cuidar a sus padres, pero cuando ellas enfermaban, se las tenían que arreglar. Hace años todo, desgraciadamente, era así, pero años más tarde… Manifestaciones por la igualdad entre hombre y mujeres, trabajos dignos, lo que indica que hemos mejorado y sólo somos personas, somos iguales y nadie merece pasarlo mal. Hasta hay días para celebrar la igualdad. Así somos, somos personas.
Los hermanos mellizos JULIO FERNÁNDEZ PÉREZ Los hermanos mellizos Rosa y Luís, desde pequeños se llevan muy bien y estudian juntos todos los exámenes que tienen. Como estudian mucho y a la vez, suelen sacar siempre unas notas muy buenas y muy parecidas. Así a medida que iban pasando cursos, y era muy curiosos, porque las notas parecían prácticamente iguales, ¡incluso en la universidad! Las asignaturas que más les gustaban estaban relacionadas con la tecnología, el medioambiente y la ingeniería, también la educación física, esto se debía a que un día querían llegar a ser astronautas. Un par de meses después de sacarse el título en ingeniería aeroespacial, Rosa y Luís se prepararon para ir al espacio, y un año después se prepararon para entrar en la NASA. Pero había un problema, solo uno podía entrar. Rosa lo hizo un poco mejor, pero le dieron el puesto a Luís por ser chico. Él sabía que su hermana lo había hecho mejor y le cedió el puesto, porque sabía que eso era machismo y que debía haber igualdad entre hombres y mujeres.
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Da igual de qué Hermanos lugar vengas por igual MARTINA BENÉITEZ BAYÓN
EVA BERCIANO SUÁREZ Esta historia que os voy a contar es real, pero se puede cambiar. Trata sobre una mujer como otra cualquiera, con la piel más oscura. Su sueño era ser profesora, de pequeña se reía de ella por ser “negrita”, pero ella juró a su madre y padre ya fallecidos, conseguir su sueño. Se esforzaba muchísimo, sacaba muy buenas notas y fueron pasando los años: primaria, la ESO, bachillerato… Después de acabar la universidad echó muchísimas solicitudes por todos los colegios de la zona hasta que la cogieron en uno. Le dijeron que tenía muchísimo talento, pero había solo dos plazas y eran tres chicas, ella y dos blancas. Tenía muy claro que iban a elegir a las dos blancas, pero el jefe vio lo talentosa que era y, al final, se quedó con ella, olvidándose de su raza.
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A Marisa y a Fran les gusta el fútbol. Un día Marisa preguntó a los chicos de su clase si podía jugar con ellos, pero le contestaron que no. Su hermano no hizo nada para que la dejaran. Sus amigas se reían de ella, solo porque le gustaba el fútbol. En los recreos todos los días se quedaba sola, a veces cogía un balón y daba patadas contra la pared. Hasta que le dijo a su madre que le gustaba mucho el fútbol y la metió en el mismo equipo que a su hermano. El equipo era mixto, así que jugaba con él. Fran estaba celoso, porque era la estrella del equipo. Cuando se dieron cuenta de que lo estaba pasando mal en los recreos, la dejaron jugar en el puesto que quería, portera. Y su hermano la apoyó mucho, porque no se había dado cuenta de que lo pasaba tan mal en los recreos.
Una historia de amor RUTH ARANGO FERNÁNDEZ
En una aldea muy pobre que sufría el machismo contra las mujeres, había una mujer llamada Hacho, que estaba enamorada de un guerrero llamado Federique. Sebastián, el exnovio de Hacho, tenía celos. En la relación, Sebastián abusaba de Hacho, la pegaba, la escupía… como si fuera basura. Solo la quería para cocinar, limpiar y cuidar de él. Un día, cuando Sebastián dormía, Hacho se fue con Federique y le explicó todo. Él se enfadó, pero le prometió que estarían juntos. Por la noche se escaparon y se fueron a otra aldea. Un día hablaron con el rey de la aldea y le dijeron que Sebastián maltrataba a mujeres. Éste le encarceló y, ahora Hacho vive muy feliz con el amor de su vida y sin maltratos.
La igualdad Todos de género somos uno MARLÉN MACHADO CASTRO Hace unos cuantos años atrás, la igualdad entre hombres y mujeres era un logro que casi parecía imposible de conseguir, pero ahora las mujeres están luchando para que esto cambie. Las mujeres desde el principio de la historia han tenido que luchar por sus derechos, todavía siguen luchando por ellos, intentando que haya igualdad entre hombres y mujeres. En 1867 las mujeres tenían unos sueldos de hasta un 60%, o incluso un 70% menos que el de un hombre. EN 1859, en Nueva York, las mujeres crearon su primer sindicato. En ésta lucha por la igualdad se están uniendo hombres también. Todos esperamos que en un futuro no muy lejano haya igualdad entre el hombre y la mujer.
PAULA ALLER ROBLES Hoy como todos los días desayunaré y después daré el desayuno a mis dos hijos, les llevaré al colegio, corriendo, como siempre. Luego yo me iré al trabajo. Mi marido les recogerá a la una y les dará la comida a las dos. Yo saldré del trabajo para comer y mi marido les llevará de nuevo al colegio. Yo, a las cuatro y media, volveré a trabajar en la oficina. A las cinco les recogeré y les daré la merienda. Después de merendar se pondrán a hacer los deberes, luego les ducharé y cenaremos todos juntos. Después, uno de mis hijos recogerá la mesa y el otro le ayudará. Esta es nuestra vida diaria, donde todos compartimos tareas para que sea todo mucho más sencillo y ordenado. Nosotros tratamos de enseñar a nuestros hijos que las tareas hay que compartirlas porque todos somos uno.
Lucha por la igualdad ARIEL CUÑADO CARPINTERA Érase una vez una niña que quería ser microbióloga, sacaba unas notas muy altas en la escuela y en la carrera universitaria. Cuando consiguió entrar a trabajar en una universidad, descubrió que a los hombres se les pagaba más. Poco tiempo después hizo un gran descubrimiento y a las mujeres se las reconocía menos que a los hombres. La mujer, ya cansada, fue al tribunal supremo a luchar por la igualdad. Cuando estuvo allí dijo: “Yo, como microbióloga, conozco muy bien a los seres vivos y sé que todos son iguales, sean hombres o mujeres y tienen los mismos derechos y obligaciones.” Su discurso conmovió al tribunal, el cual puso de inmediato una ley por la igualdad de género, penada con setenta años de cárcel. Y así consiguió la igualdad entre hombres y mujeres.
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Microrrelato sobre la igualdad EVA ARIAS MORÁN Laura tiene 12 años y vive con sus padres y sus tres hermanos. Sus padres se levantan antes de que amanezca para dejar la casa a punto y la comida lista, antes de ir a sus trabajos. Nunca se reparten las tareas, porque cada uno se dedica a hacer lo que mejor se le da: el padre, Carlos, es un excelente cocinero y la madre, Raquel, es una experta en arreglar toda clase de cosas. A veces Raquel les cuenta a sus hijos como sus padres le comunicaron que debía dejar el colegio para cuidar a sus hermanos y de cómo se sintió y cómo consiguió seguir estudiando. Gracias a personas como Raquel se ha avanzado en la igualdad.
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La igualdad MARÍA ÁLVAREZ LORIDO Según la Constitución Española todos somos iguales, pero, por desgracia, en la realidad no es así. En la vida diaria vemos grandes desigualdades, algunos consideran a la mujer el sexo débil y sigue habiendo juegos, colores y profesiones diferentes para niños y niñas, incluso vocabulario sexista. Tenemos que conseguir entre todos, que en nuestra sociedad haya igualdad de género, y esto solo se consigue gracias a la educación y al respeto. La educación tiene que ser igual para todos, sin incluir el género, tanto en el entorno familiar como en el educativo. Así conseguiremos una sociedad más justa, con las mismas oportunidades para todos. Todavía hay mucho camino por recorrer, pero cada vez estamos todos más concienciados de la importancia de la igualdad. Todos tenemos que aportar nuestro máximo esfuerzo para construir un mundo más justo.
El pueblo de al lado MARIO CASTRILLO CARBALLO
En un lugar muy lejano existieron dos pueblos, ambos eran muy bonitos, pero diferentes ya que uno envidiaba al otro. Uno de los pueblos era muy feliz y el otro no. Un pueblo fue a coger setas todos juntos, mientras que en el otro solo fueron las mujeres. Otro día, un pueblo fue a buscar minerales a la mina, mientras que en el otro solo fueron los hombres. Un día un hombre fue a preguntar al otro pueblo cómo podían ser tan felices. Ellos respondieron: “IGUALDAD”, él pensaba y pensaba en esa palabra. “¿Qué tiene que ser eso?”- se preguntaba. Al día siguiente al hacer la rutina se dió cuenta: IGUALDAD ENTRE HOMBRES Y MUJERES:
La igualdad de género NOELIA CENTENO GARCÍA
Igualdad entre las personas del mundo IZAN CONDE ALFONSO
En una aldea muy lejana existían todo tipo de personas: no guapas, guapas, altas, bajas… Un día apareció un mago y todos se asustaron tanto que no podían dormir, cuando se fue, todos salieron a jugar, pero los chicos por un lado y las chicas por otro. Cuando cayó la noche volvió y no pudieron dormir, porque intentaba entrar en las casas y nadie podía pararlo. Hasta que llegó una mujer que luchó contra el mago. Tardó días en vencerlo, se fue llorando. Después de haber perdido contra una chica, salieron a animarla todos, porque había conseguido ganar. Y así todos consiguieron superar el miedo entre ellos y estuvieron jugando juntos hasta el fin de los tiempos, o hasta que no se volvieran a ver e hicieron nuevos amigos o amigas por todo el mundo. Hasta que un día se vuelvan a encontrar en algún sitio del mundo o que estén en el mismo trabajo.
Hace muchos años la igualdad de género no era como ahora; antes los hombres y las mujeres que querían participar en alguna actividad juntos y no se les dejaba, porque no eran del mismo género. Antes los niños y las niñas no iban al mismo colegio, porque no eran del mismo género. Los niños decían que las niñas no podían jugar al fútbol, tenían que jugar con las muñecas. También las mujeres no tenían trabajo, solo los hombres podían trabajar. Aunque los padres acaben cansados del trabajo, ser ama de casa es más duro. Las mujeres no podían trabajar en lo que ellas quisieran. Hoy en día el género no importa, sino que hagas lo que a ti te guste.
La competición ÁLVARO DÍAZ HUELGA La profesora de Educación Física, les dijo que dentro de un mes iban a realizar una carrera de relevos por parejas. Todos se emocionaron, menos Lucía, ya que era la única chica de sexto, y sabía que ningún chico iba a querer ser su compañero de competición, pues ya le pasaba en los recreos y en las clases de gimnasia, ningún chico quería hacer los ejercicios con ella. Lucía se decidió a decírselo a Carlos, compañero de pupitre. Pero Carlos la rechazó: “no puedo ser tu compañero, eres chica y corres menos que los chicos. Nos ganarán y se reirán de mí.” Mientras volvía a casa, se le acercó Lucas, y le preguntó: “¿tienes compañero para los relevos?”. Ella le contó lo que había sucedido con Carlos, y que nadie querría ser su compañero. Lucas le dijo que él sería su compañero. Comenzarían a entrenar juntos… Los dos salieron con la fuerza y la ilusión de hacerlo lo mejor posible el día de la carrera… Lucía y Lucas vencieron. Lucas se acercó a ella y, guiñándole un ojo le dijo: “¿ves? No importa si se es chico o chica, lo que importa es la ilusión que pongas en lo que haces.”
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Un futuro por la igualdad AROA FERNÁNDEZ DE LA FUENTE
Lorena era una niña que fue maltratada por su padre. A Lorena le encantaba leer, pero su padre decía que era una tontería, que perdía el tiempo mientras podía hacer las labores de la casa, así no las hacía por la noche. La niña preguntó por qué el 8 de marzo es el Día de la Mujer. El padre le respondió: - Es porque el día 8 de marzo unas obreras de Nueva York salieron a protestar a la calle, algo que es una tontería, porque si cobran menos será por algo. A partir de ese día la niña se puso a investigar sobre eso y entendió que a ella le estaba pasando ese caso (maltrato, ama de casa y siendo niña.) La niña el día 8 de marzo preguntó a su padre si podía salir a luchar por nuestros derechos. La respuesta del padre fue: - No. Eres una niña, no entiendes sobre esas cosas, y ya hemos hablado de esto. La niña dijo: - Pero papá, si seguimos así, esto no va a cambiar. Tenemos que luchar por nuestros derechos. Al final la niña se quedó en casa, pero viéndolo. Feliz, porque había gente que también apoyaba su causa.
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Todos somos Igual con iguales mamá que con papá JAIME DIEZ BASTIÁN
Las mujeres y los hombres son todos iguales, pueden hacer lo que se propongan y lo que quieran. Yo soy Jaime, yo apoyo a las mujeres para que cobren lo que tengan que cobrar. Las mamás y los papás, juntos, son una especie de mezcla de amor que nunca se les vencerá. Un día, la madre hace algo interesante y el padre al día siguiente lo repite, y así todos los días hasta el fin del mundo. Ahora se está arreglando, pero todavía las mujeres no son iguales que todo el mundo y no cobran lo mismo.
SAÚL FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ Hola, me llamo Saúl. Soy un niño de doce años, mis pares están separados y tienen custodia compartida. Estoy una semana en casa con cada uno de ellos. Cuando estoy con mi padre, hago las mismas actividades que cuando estoy con mi madre.
Las madres están cansadas de ser despreciadas por los hombres, pero las mujeres siguen con la cabeza bien alta y esperando su momento, que ya ha llegado.
Me llevan al fútbol los martes y los jueves y los fines de semana, cuando tengo partido y, dependiendo de con quién esté, me van a ver y a animar.
Las chicas, muchas de ellas son muy listas, pero la mayoría antes no podían hacer carreras universitarias de mucho estudio. Pero ahora todos hemos visto lo que pueden hacer las mujeres para su país. Sí, hay más hombres trabajando, pero las mujeres son astutas y ellas siempre están ahí….
Los miércoles también tengo inglés. Mi padre y mi madre trabajan a turnos, pero cuando están conmigo trabajan por las mañanas para poder acompañarme a todas las actividades. Así que estar con uno o con otro no me cambia nada.
La igualdad JOEL FERNÁNDEZ LÓPEZ Hola, muy buenas. Me llamo Joel, juego en un equipo de fútbol, se llama Cerecedo. Os estoy hablando de mi equipo, porque hay algo que me llama mucho la atención, en todas las categorías hay una o más chicas que son mejores que algunos chicos del equipo. Pero, aunque no vayamos muy bien en la liga, nos lo pasamos muy bien y con la igualdad llegaremos a ser los primeros. En el trabajo también hay igualdad porque mis padres trabajan en el mismo sitio, pues están juntos y en armonía: mi madre le dice a mi padre lo que tiene que cambiar y mi padre lo hace, y, a veces tengo que ir a ayudarle, porque hay algunas que no pueden hacer y, cuando no está mi madre, la sustituye una chica llamada Yolanda. En mi casa también hay igualdad, porque las tareas del hogar son repartidas y todos hacemos lo mismo para hacerlo en menos tiempo, y así acabar primero, para luego descansar, ya que se hacen en el fin de semana y poder ir todos juntos a hacer las compras.
Todos somos iguales MARIO FERNÁNDEZ SAN JUAN En los últimos años se ha conseguido que haya más igualdad entre hombres y mujeres, muchos trabajos que antes sólo los hacían hombres ahora son también realizados por mujeres. Pero en nuestra religión no ha habido cambios, uno de ellos es que las mujeres no pueden ser sacerdotes. Me parece muy importante que, en una época tan moderna, que todavía no se produzcan cambios hacia la igualdad de género en la religión cristiana. Todos somos iguales, hasta en la religión.
Pedro HUGO GONZÁLEZ BARRIOLUENGO Me llamo Pedro y trabajo a jornada partida y esto es un día normal en mi vida: Mi mujer trabaja solo de mañana, así que la noche anterior hacemos la comida del día siguiente. Yo entro a trabajar a las nueve y me levanto a las siete, hago el desayuno de mis hijos, meto las tazas en el lavavajillas y, mientras se asean, hago las camas. Por último, les llevo al colegio. Mi mujer sale de trabajar a la una, igual que yo, así que comemos juntos. Yo voy a trabajar y ella les recoge de clase por la tarde, les ayuda con los deberes y les lleva a clase de tenis de mesa. Yo les recojo y, mientras ellos se duchan, preparamos entre los dos la cena y, como ya dije antes, la comida del día siguiente.
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Una gran mujer policía ALEX FERNÁNDEZ ÁLVAREZ Un sábado como otro cualquiera, me levanté temprano y mi madre no está en casa. Entonces, me acorde que había ido a casa de su prima Marina, a felicitarla por haber conseguido superar las pruebas de la policía. Resulta que quedó la mejor entre setecientas cincuenta mujeres con el mismo objetivo. La verdad, es que se entrenó y estudió mucho. Mi hermano mayor, Pablo, la ayudó bastante con las pruebas físicas. Me alegro mucho, porque ha conseguido un trabajo en el que todo el mundo espera que solo contribuyan hombres, por sus mayores capacidades físicas en la mayoría de casos. Estoy encantado que lo haya conseguido, porque es joven y puede que ahora tenga unos años de sueldo fijo, además de poder poner orden en las calles de su ciudad natal. Ahora, tres años después, trabaja en la policía civil de la capital española, Madrid, por cierto, mi ciudad natal.
La igualdad IZAN GARCÍA ORDOÑEZ Érase una vez un chico y una chica que buscaban trabajo de constructores. Un día llamaron del trabajo a los dos y aceptaron, pero el jefe era un machista y solo tenía en cuenta a los chicos. Así que el chico tuvo una idea fantástica: buscar un jefe que no fuera machista. Y después de días de búsqueda dio sus frutos. Encontraron un jefe muy majo y atento con sus trabajadores. Lo mejor era que pagaba lo mismo a chicos y chicas. Pero pasados unos días el jefe falleció y, al final, no encontraron más jefes. Y lo que hizo el chico fue ser él el jefe y aceptar a todos por igual.
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Cuando me pongo a pensar CARLOS NIETO GONZÁLEZ Yo soy un niño. Un niño inocente, culpable de no tener culpas, de no entender lo que ocurre en el mundo, de no saber por qué hay gente mala, de no creer en el engaño, de no saber por qué llora esa chica, ni por qué tiene moretones, de no saber por qué hay machismo. Mi madre me ha explicado que desde hace mucho tiempo, la mayoría de los hombres, a veces sin darse cuenta, están acostumbrados a hacer de menos a las mujeres, porque se sienten superiores a ellas. Ayer, después de leer un cuento para dormir, me quedé pensando sobre ello y me he percatado de que es injusto. Pienso que las mujeres son iguales que los hombres, que no deben ser hechas de menos, ni maltratadas, porque, de todos modos, todos somos personas
La igualdad entre hombres y mujeres ALEX ALONSO GÓMEZ Érase una vez una mujer llamada Adela Pérez que desde que nació quería votar, pero no lo conseguía. Una vez cumplió los dieciocho años vio en un colegio electoral que entraban todos los hombres y ella, como era una chica muy lista, se hizo pasar por chico. Al entrar la pillaron, la cogieron los de seguridad y se puso muy nerviosa y le dio por golpear a uno. Fue a los tribunales y la metieron en la cárcel. Un día, el presidente del gobierno la fue a visitar a la cárcel. Tras mucho tiempo hablando, Adela le convenció para que dejaran votar a las mujeres y aceptó. Así fue como empezaron a votar las mujeres.
Igualdades AINHOA NICOLÁS HUERTA En este mundo deberíamos ser todos iguales, porque todos somos personas, y todos tenemos corazón y sentimientos. Pero siempre hay alguien que discrimina a otros porque sí. Por ser de raza negra, por ser marroquí… por ser de otra raza de la que no es él o ella. También los trabajos entre hombres y mujeres deberían ser los mismos y con las mismas posibilidades. También tendrían que desaparecer las violaciones de niñas y mujeres y los asesinatos a niñas y mujeres.
Todos somos iguales CLAUDIA PÉREZ GAZERA Una vez, en el colegio José Aguado, los niños estaban en el patio. Ese día iban a jugar a brilé, niños contra niñas. Antes de que viniera el árbitro, los chicos empezaron a decir que ellos eran los mejores y que iban a machacar a las chicas y que, cuando ganaran, ellas no iban a salir de su habitación nunca por vergüenza. Allí estaban las clases del A y B, pero divididas en chicos y chicas. Los chicos seguían a su rollo, con amenazas, hasta que llegó el árbitro y preguntó por qué discutían si todos eran iguales. Al final, el árbitro decidió mezclar los grupos para que hubiera chicos y chicas jugando juntos.
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La aviación CARLOTA GÓMEZ LÓPEZ
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Hace mucho tiempo iban un chico y una chica a trabajar. Trabajaban en aviación, y un día se dieron cuenta de que el chico era más rico. Seguidamente se preguntaron cuánto cobraban al mes. El chico cobraba dos mil euros y la chica mil, a pesar de que cualquier chica no podía trabajar en aviación ella cobraba menos. Fueron a preguntar el motivo al comandante de su categoría, pero no les dio ninguna razón. Después fueron al jefe de la compañía y admitió que eso sucedía y que intentarían cambiarlo cuanto antes.
Todos somos La iguales reflexión PELAYO CASTELO FERNÁNDEZ
VEGA CASTELLANOS SEGARRA
Un día un hombre y una mujer se preguntaron por qué no se trataba igual a hombres y mujeres. Como no encontraban explicación fueron preguntando a la gente para saber su opinión. El sesenta por ciento dijo que les trataba igual y el cuarenta por ciento dijo que no les trataba igual. Luego fueron preguntando a los jefes de diferentes trabajos. En la enseñanza todas dijeron que les trataban igual. En el mundo de la aviación dijeron que no las trataban igual. En el mundo de la mecánica tampoco les trataban igual. Luego fueron preguntando a la gente de raza negra y todos dijeron que no les trataban igual que a la gente blanca. Pero no sabían por qué no trataban a todo el mundo igual, porque todo el mundo es igual sea hombre, sea mujer, sea de raza blanca o de raza negra. Y yo he aprendido una cosa, hay que tratar a todo el mundo por igual.
Un padre, desde pequeñito le cuenta a su hijo ideas machistas, como: “no dejes que las mujeres te digan lo que tienes que hacer”, “no le hagas caso, solo es una mujer”. El niño crece pensando que las mujeres son las que tienen que hacer todo. Cuando él es mayor y oye todas las noticias sobre lo que está pasando, se asombra. Reflexiona y piensa: ¿quién es la que le ha cuidado toda la vida? ¿Quién es la que le preparaba la comida? ¿Quién es la que le cambiaba los pañales? Ahora este niño, que ya se ha hecho mayor, y que creció con esos pensamientos machistas, tiene una mujer y no la trata mal, sino que la quiere y la cuida como nadie. Y no sólo eso, sino que también ha escrito un libro llamado: “No es que las mujeres sean mejores, sino que todos somos iguales”.
La igualdad con mis primos ANDREA ORDÁS DE LA TORRE La mejor amiga de mi madre se casó con una persona de raza negra. Para mí los dos son como mis tíos, de hecho, les llamo tío y tía, porque les conozco desde que nací. Ellos tienen dos hijos, un niño llamado Lukas de cinco años y una niña llamada Kala de uno y medio. Ellos son mis primos. No tiene nada que ver que sean de raza negra, de hecho, yo creo que son las dos cositas más “cuquis” del mundo. A Lukas le gusta bailar, y eso no tiene nada que ver con que sea chico o chica, y todavía no sabemos lo que va a hacer Kala, pero qué más da lo que vaya a hacer, como si quiere hacer fútbol, no importa. No puedes reírte o burlarte de alguien por como viste, lo que hace, sus sentimientos…
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La mujer que ¿Por qué dio la vuelta al no? mundo JAVIER FERNÁNDEZ COSTELLO
Jorge y Shasa son hermanos y, desde pequeños, se han llevado bastante mal porque su padre es alcohólico. A decir verdad, Jorge siempre tuvo la libertad de hacer de todo, pero Shasa no podía ni ir a comprar el pan a la tienda. Su padre decía que Shasa era irresponsable y sus amigos podían traer drogas, eso que todas sus amigas venían de familias muy estrictas. Un día Jorge fue a su casa y dejó la mochila tirada. Shasa hurgó y encontró un paquete de tabaco en el bolsillo, se lo enseñó a su padre y le castigó de por vida. Shasa consiguió la libertad que tenía Jorge.
MANUEL NOTARIO LÓPEZ Sara López, esta es la mujer que puso al mundo en igualdad. Volvamos tiempo atrás, ella era una chica de raza negra, trabajaba en la universidad de Chicago, a veces se frustraba pensando que a ella le pagaban menos que a otras mujeres, y a las mujeres menos que a los hombres. Entonces reunió a más mujeres para hacer una huelga, muchas le hicieron caso y se pusieron en huelga. Consiguieron ir a un juzgado, y, tras muchas horas, ganar el juicio. Ahora hombres y mujeres, sea en el trabajo que sea, cobrarán lo mismo. Finalmente, volvamos con Sara, que siguió viviendo su vida feliz y ,aunque a veces se metían con ella por su raza, ella lo ignoraba.
La igualdad en La justicia de mi casa la igualdad DANIELA SUANZES OTERO
JORGE QUINTERO GALLEGO
Para mi familia la igualdad es muy importante. En mi casa cada persona tiene algo que hacer, por ejemplo: mi tía hace la comida, mi madre pone la mesa, mi abuelo me hace el desayuno y el zumito y yo quito la mesa y meto los platos en el lavavajillas. El otro día fui a casa de una amiga y pusimos la mesa, quitamos los platos y nos fuimos a estudiar.
Había una vez, en un pueblo muy lejano y en una clase, un profesor, Mr. Goche, que dijo que los niños tenían que subir por el material al quinto piso. Solo llevó a los chicos de la clase, y Marisa, cuando llegó a casa, se lo contó a su madre.
Al día siguiente en el colegio hablamos de la igualdad y nos mandaron hacer una historia sobre eso. En los colegios chicos y chicas no ayudamos mutuamente, para hacer mejor las cosas, y también nos prestamos el material escolar. Antes había colegios que separaban a los chicos y a las chicas, ahora no sé si seguirá habiendo, pero yo esto contenta de estar juntos, chicos y chicas.
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Al día siguiente esta fue a hablar con el profesor e intercambiaron preguntas y respuestas sobre el tema: “¿Por qué sólo llevas a los chicos, estando las chicas? ¿Me lo puedes explicar?” “Porque me da la santísima gana, ¿hay algún problema?” Así hasta que la madre llamó vago al profesor porque los hombres no planchan, friegan… y el profesor le contestó que eso eran cosas de mujeres y le preguntó si sabían cambiar una rueda del coche. La madre de Marisa se fue después de decirle que afrontara que los hombres y mujeres son iguales.
Igualdad ROBERTO LOMBAS OVEJA Érase una vez un niño que se llamaba Juan. Tenía siete años y le gustaba una niña muy guapa. Se llamaba Lucía y le gustaba pintarse las uñas. Cuando pasaron los años se iban conociendo cada vez mejor y más se gustaban. Cuando Juan tenía nueve años decidió pintarse las uñas de las manos. Cuando iba a clase, sus amigos y compañeros se reían de él y eso no le gustaba nada, y les decía que tanto hombres como mujeres podían pintarse las uñas. Así que, como se reían de él, se lo dijo a su madre y ella le dijo que no las llevase pintadas a clase.
Tratémonos Las poderosas mujeres igual, papá LOLITA MIELGO GARCÍA
GONZALO VICARIO ÁLVAREZ
Una niña pequeña, nacida en Arabia, de seis años, estaba viendo las noticias en la televisión. Se había enterado que las mujeres podrían conducir en su país, su madre estaba asustada de lo que podría decir su marido al respecto. Su hija le dijo a su mamá: “¿Por qué te preocupa lo que te pueda hacer o decir papá?”
Un día, en una ciudad española llamada León, hacía un día espléndido, con mucho sol, pero, de repente, se ocasionó un fuego en una casa donde unos adolescentes jugaban a Fortnight, el famoso juego. Los bomberos no llegaban, y entonces, un valiente y corpulento hombre, entró en la casa ardiendo y, mientras todos esperaban expectantes su heroica salida, una atlética mujer se adentró en el fuego y fue sacando uno a uno a los jóvenes. Finalmente sacó al “heroico” y malherido hombre de entre las llamas y todos aplaudieron fuertemente, muy sorprendidos. Esto nos enseña que no siempre los hombres deben estar por encima, de hecho, nunca deberían estarlo, ya que todas las personas en el mundo somos iguales, da igual la raza, el lugar de nacimiento, el género….
Su madre respondió: “Ya sabes que él me podría pegar…” Cuando llegó su marido fue directo a hacer lo que hace siempre de costumbre: pegarle y apartarla del mundo, pero se sorprendió y lleno de ira le preguntó: “¿Tú que haces viendo la televisión? Eres una mujer y no tienes derecho.” Su hija gritó: “¡Y qué importa, tratémonos con igualdad!” Su padre, conmovido por las palabras de su hija pensó: ¿y qué importa que sea mujer? A partir de ese día, su mujer tuvo los derechos que nunca pudo tener, como ir sin velo, aunque en la calle tenía que ser diferente, ella y su hija eran felices.
Las historias de la abuela ANA PAZ BARRIO Un día le pregunté a mi abuela cómo eran las cosas cuando ella era pequeña. Mi abuela me contó que sólo los niños estudiaban y que las chicas cuidaban de sus hermanos, cocinaban, planchaban…. Básicamente los hombres se consideraban mejores que las mujeres. Así que ella me contó historias que demostraban que todos somos iguales, como cuando mujeres trabajaban en la NASA y hacían los cálculos más importantes. También habló de inventoras: ¿sabías que una mujer creó internet? ¡Y otra creó los limpiaparabrisas! También hay artistas, médicos e ingenieras importantes que fueron mujeres. En resumen, tanto hombres como mujeres han hecho cosas increíbles…. ¡deberían tener los mismos derechos!
Todos somos iguales
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Una túnica de fe ÁLVARO GONZÁLEZ CORDERO Aquella noche no pudo pegar ojo. Se despertaba una y mil veces mirando su túnica negra planchada y una vela de cera blanca. La luna parecía más brillante que cualquier otra noche y sus rayos se reflejaban sobre las pasarelas del Bernesga, convirtiendo el hierro de sus barandillas en la plata más hermosa del mundo. León parecía tranquilo, pero aquella tranquilidad no era como la de otras madrugadas. Sonó el despertador y a Madalena le ayudó su madre a vestir aquella túnica planchada, con una lágrima en sus ojos. Le recordaba tanto a aquella abuela que cada año rezaba la Salve a la Virgen del Mercado…
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Aquel Viernes de Dolores iba a ser distinto. Por primera vez, de la Plaza del Grano una mujer salía llevando a hombros a la patrona de León. Por primera vez, la fe no entendía de sexos en la Semana Santa.
El gobernador y el concurso MARÍA SANTOS BAÑOS Érase una vez en León, allá por los años mil seiscientos noventa y dos. Vivía un buen gobernador que quería tener una mujer, hizo un concurso por todo León y, después de cuatro días, habría una ganadora. Cuando las mujeres llegaron a la corte, el gobernador no se podía decidir, así que estuvo meditando y decidió que cancelaría el concurso porque todas las mujeres eran iguales. En resumen, no hay diferencia entre hombres y mujeres, porque somos una misma especie, somos humanos. Somos iguales, pero diferentes, dijo el gobernador en su mente.
La igualdad de Tiene que género haber igualdad en el trabajo DIEGO REVILLA MARTÍNEZ
La igualdad de género es un término que escuchamos muy a menudo en los medios de comunicación, que cada vez va mejorando. Pero aun así queda mucho por hacer, sobre todo en los países africanos y orientales. En el pasado se veía al “hombre” como el que trabajaba fuera de casa y ganaba dinero, y a la “mujer” como la ama de casa, que cuidaba a los hijos y atendía a las tareas del hogar. También hay empresas que en un mismo trabajo pagan más a los hombres que a las mujeres. Pero también hay desigualdades que perjudican a los hombres: como cuando tienen un hijo que hasta hace poco no existía la baja por paternidad, y cuando un matrimonio se separaba, la custodia de los hijos suelen dársela a la madre. Aunque yo creo que la igualdad es la libertad de poder elegir a lo que te quieres dedicar, tanto en lo laboral como en lo familiar. Nadie tiene que obligarnos a hacer algo que no queremos hacer y menos a usar la violencia para conseguirlo. Juntos tenemos que crear una sociedad más justa y respetuosa
LAURA GARCÍA DE LA FUENTE Había una vez una chica que estaba buscando trabajo. Fue al despacho del director para trabajar de ayudante en recepción y un chico también fue. Eligieron al chico porque era blanco y ella negra. Todos los de la empresa eran blancos, hombres y querían solo personas blancas y chicos. Al día siguiente la chica fue a un restaurante para ser camarera y también fue un hombre negro. Eligieron al hombre porque todos eran hombres. La chica pensó que no debía preocuparse porque no la eligieran en esos trabajos, sino pensar que había gente que no podía trabajar y ella sí, y se dio cuenta de que quería ser barrendera. Fue a esa entrevista y había un chico blanco, y los cogieron a los dos y se pusieron muy contentos, porque, al parecer, a él le había pasado lo mismo que a la chica.
g e l io o c leonés
e d r e r r a o C
La pequeña Ana Un sueño en la Cultural y Deportiva Leonesa El sueño RUBÉN GARCÍA NISTAL
Sobre 1965, en un pequeño pueblo al norte de Australia vivía una joven llamada Ana. Ella tenía 19 años y quería ser bombera. Ana era delgada, baja, con ojos azules, cabello castaño, nariz chata… Ana no era fuerte, así que ella no pudo superar las pruebas físicas. Pero, lo que el jefe de bomberos no sabía, es que Ana era muy valiente, y poseía una inteligencia superior a la de cualquier bombero. Ana siguió intentando las pruebas durante un par de años. Años después, se quema la casa de su mejor amiga, aquella que ya tenía un hijo. Así que Ana entra en acción y salva a la familia. Horas después, el jefe de bomberos se entera de lo sucedido y decide jubilarse y dar paso a la joven Ana, y pudo entrar en el cuerpo de bomberos y así ser la jefa de bomberos de ese municipio. Años después, las mujeres salen a protestar por la igualdad y consiguen la subida de sueldo.
JORGE ALCALDE GARCÍA
LUCÍA CADENAS ARCE
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Dónde… ¿dónde estoy? Todo es blanco. ¡AYUDA! Por favor… ¿hay alguien? Espera. ¿Qué? Allí hay un bosque, pero al otro lado ha aparecido una… ¿ciudad? Iré a la ciudad. Nunca había visto este sitio. Esa señora al final de la calle… ¡SEÑORA, AYUDA! ¿Dónde estoy? ¿Sabes cómo se llama esta ciudad? - ¿Eh? Oh, una señorina. Estamos en la ciudad de la Asociación de los Derechos de la Mujer, mejor llamada ADM: - Pero, ¿por qué? - Bueno, un pajarín me contó que usted no lucha por sus derechos, sabemos todo de ti. Sabemos que, de pequeña querías ser científica, pero cuando quisiste entrar en la universidad, te dijeron “señorita, usted no puede asistir a esta ni a ninguna universidad por ser mujer.” - ¿Cómo sabes eso? Yo nunca se lo conté a nadie. - Lo sabemos, te dijimos que lo sabemos todo de ti, y por eso estás aquí, lucha por tus sueños, lucha por lo que tu madre no pudo conseguir, lucha, aunque seas mujer, que el mundo sepa que las mujeres también podemos cumplir nuestros sueños. Se una guerrera. ¿Eh? Todo fue un sueño. Bueno, esa señora tiene razón. Tengo que luchar. Saldré afuera y, quieran o no, entraré en esa universidad.
Érase una vez una niña llamada Sara, que quería apuntarse a un equipo de fútbol profesional con el equipo de la Cultural y Deportiva Leonesa. Un día, Sara se presentó y el director le dijo que no podía jugar, porque este era un equipo masculino y femenino; pero no había ninguna chica, solo había hombres; y entonces dijo Sara que, si podía hacer las pruebas, y el director dijo que no pasaba las pruebas, porque no sabía jugar al fútbol. Porque decía que no había tocado un balón de fútbol en toda su vida. Dos años más tarde, cuando Sara tenía 22 años, fue un día al médico y le dijo al doctor que quería ser chico; y el doctor le dijo que sólo se podía operándola, y dijo Sara que no pasaba nada, que lo haría. Y Sara se cambió el nombre y se puso de nombre Pablo, para que fuera un chico de verdad… a los pocos días, Sara se presentó en el equipo y dijo el director directamente que hiciera las pruebas, y las hizo, y las pasó y, finalmente, jugó en el equipo de Cultural y Deportiva Leonesa. E hizo una gran temporada, quedando 2 en la liga, habiendo ascendido el año pasado, este también subirán a primera.
La Elección ADHARA MARNE CIFUENTES Coral, una mujer fuerte y valiente, quería ser campeona de judo. Un día, Coral se fue a presentar a una prueba para entrar en el equipo más profesional e importante del país. Era la única mujer entre miles de hombres. Cuando entraban para la prueba, los hombres salían deprimidos. Les habían rechazado, pues cualquiera no entraba en el equipo. La mujer estaba empezando a asustarse. Seguro que no la dejaban entrar por ser mujer. A las mujeres no les dejaban, pero… ¿a los hombres sí? Pues entonces entraría un hombre por esa puerta. Ella sabía de sobra que tenía madera de campeona de judo. Se puso su kimono, una máscara y la llamaron. Coral estaba nerviosa. Nada más entrar, vio dos jueces y… ¿una jueza? Era… era… ¡su tía Lola! Lola sabía que era su pequeña Coral la que estaba allí luchando. Coral hizo la prueba de diez. Entonces su tía dijo: “para mí, lo has hecho genial.” Los jueces le dieron su aprobado también, y Coral se quitó la máscara. Los jueces quedaron impresionados y Lola, orgullosa. Y así fue como la gran Coral Tomsom se hizo campeona de judo durante años.
Todo es posible JUAN GARCÍA MERINO Era una mañana de domingo, una niña llamada Paula nació, fue creciendo y, cuando tenía 18 años y se fue a estudiar medicina a Alemania, quería ser cirujana. Estuvo allí 7 años y volvió dispuesta a cumplir su sueño. Llegó al hospital, hizo las pruebas que tenía que pasar, estupendamente las pasó, el examen teórico y el práctico. En la sala de espera esperaba su noticia. La rechazaron, ella, indignada, les respondió: “Pero cómo puede ser, si he pasado las pruebas. Lo he hecho todo.” “Pero eres una mujer muy joven”, le respondieron los presidentes del hospital. “No tienes todos los conocimientos de la cirugía.” “Vale, volveré,” respondió enfadada. No se le olvidó ese recuerdo y regresó a los 5 años con unos arreglitos: un bigote de pega, barba, pelo corto teñido de rubio… Entró, hizo otra vez las pruebas, las pasó sin dificultades y la cogieron, aunque dijo que sólo tenía 27 años. Y la cogieron, ella, enfadadísima, se quitó los arreglitos y la descubrieron. Les dijo: “esta soy yo, Paula, la de hace 5 años. Me habéis cogido siendo hombre y con menos años de los que me dijeron.” Los presidentes, indignados, la cogieron. El hospital se hizo famoso…
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El genio de Rebeca MIGUEL CASAS GONZÁLEZ Érase una vez una niña llamada Rebeca que tenía un hermano llamado Roberto. Los padres de Rebeca la obligaban a dar de comer al perro, poner la mesa e, incluso, a hacer la comida. En cambio, a su hermano no le mandan hacer nada de eso. En el colegio no le dejan jugar al fútbol y siempre la marginaban. Una noche, un mágico genio hizo experimentar a Rebeca cómo era estar en el cuerpo de su hermano Roberto, y a Roberto estar en el cuerpo de su hermana Rebeca. Al llegar el día, Roberto se empezó a sentir una niña y Rebeca se empezó a sentir niño. Ella se sentía capaz de hacer cosas que hacía su hermano como jugar al fútbol, escalar un árbol, no tener que dar de comer al perro… EN cambio su hermano se sentía mal y dejó de reírse de las niñas.
La prehistoria DANIELA HERNAIZ CLEMENTE
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Había una vez una niña que se llamaba Roberta. Ella era feliz, pero, cuando sus hermanos y su padre iban a cazar osos, Roberta se sentía triste. Su padre le dijo: “Las mujeres no pueden ir a cazar; vosotras tenéis que fregar, limpiar…” Por la noche, Roberta fue al bosque a cazar un oso, y, mientras lo buscaba decía: “las mujeres tienen el mismo derecho que los hombres.” Cazó un oso. Era tan grande como su casa. Cuando se lo enseñó a su padre, se sorprendió. A partir de ese momento las mujeres tienen el mismo derecho que los hombres. Roberta fue feliz para siempre. Y el pueblo de Roberta se llamó ¡TODOS SOMOS IGUALES!
El pequeño pastor MARIO GÓMEZ GONZÁLEZ Un día, un pastorcillo quería dejar fuera del rebaño a un cabritillo que no sabía andar. Después de pensarlo lo dejó tirado en el campo. Cuando llegó a la granja, vio que los hermanos del cabritillo estaban tristes y fue a rescatarlo. Llegó al sitio dónde lo había dejado y lo cogió en brazos. En ese momento el pastorcillo pensó que todos los cabritillos eran iguales por fuera y por dentro y daba igual que supieran andar o que no.
Las mujeres y los hombres son iguales SAMUEL LLAMAS MARTÍNEZ Hola, soy María, nací en Francia y empecé a estudiar allí. De pequeña yo quería ser la primera mujer política, así que me inscribí con un nombre de chico que era Roberto. Y tuve una gran idea: disfrazarme como hombre y las cosas fueron genial. EL día de las elecciones, no me lo pude creer: me eligieron presidente, pero… ¿Me eligieron como presidente o como presidenta? Pasaron muchos años y yo quería ser hombre, porque te tratan bien, no como a las mujeres. Así que, un día, reuní a todos los habitantes y les iba a decir una noticia muy importante. Llegué y me decidí rápidamente, me quité el disfraz y dije: “¡Soy mujer, pero me creíais hombre! Así que podemos ser iguales, los hombres y las mujeres.”
Todos podemos ser músicos CLAUDIA GONZÁLEZ VÁZQUEZ Hola, soy Amanda. Lo que más me gusta en el mundo es la música, pero algunos piensan que las mujeres no pueden ser músicos y lo he descubierto por esto: Un día me apunté a una academia, pero me echaron. Al día siguiente encontré una página web. En esa página te enseñaban a tocar instrumentos y entré varios días. A los dos meses de estar practicando, colgué mi primera canción en internet. Tuve que poner que la canción estaba compuesta por un tal David García y tuvo bastante éxito. Unos días después, una amiga me dijo que debería colgar otra canción, solo que con mi nombre real. No le contesté muy convencida, pero lo intenté. Pero no tuvo mucho éxito. Al ver que la canción la había compuesto una mujer. Varios meses después, esa misma canción la presenté a una discográfica, y les gustó bastante. Lo raro era que no me dijeran nada sobre quién compuso la canción, pero yo pasé. Días después la discográfica me llamó y me dijeron que mi canción había sido todo un éxito y que se había difundido por todo internet. Así supieron que las mujeres pueden hacer lo mismo que los hombres.
Los hombres y las mujeres somos iguales IRIA VULIO ANDRÉS Hola, soy Alejandra y él es mi amigo Javier. Nosotros pensamos que las mujeres son igual que los hombres, pero algunos amigos de Javier no piensan lo mismo. Yo siempre he querido ser una gran jugadora de baloncesto y Javier también. La primera vez que me apunté, me apunté con Javier. Javier y yo tirábamos igual, pasábamos igual y botábamos igual, pero a mí, como era la única chica, me expulsaron y a Javier no. Pero como le pareció injusto se desapuntó. Un día, en el colegio, al salir el entrenador, se arrepintió y me dijo que si me quería volver a apuntar. Yo lo acepté, aunque ya no con muchas ganas. Me puse contenta, porque mi sueño era ser una gran jugadora de baloncesto. Se lo dije a Javier y se apuntó ese día. Creo que los amigos de Javier se dieron cuenta de que todos somos iguales. Y es verdad, se dieron cuenta las mujeres y los hombres somos todos iguales.
La princesa de la espada EDUARDO GARCÍA TROBAJO Había una vez una princesa llamada Elsa. Ella era guapa, honesta y, sobre todo, valiente. Los guerreros del ejército ya estaban preparados para luchar, quedaban tres días para la gran batalla contra los caballeros de Tregor ,los más temidos de todos los reinos. Dos días para la batalla, Elsa quería participar en la batalla, pero su padre, el Rey, no le dejaba, decía que era solo para hombres luchadores, adiestrados para la batalla. Un día antes de la batalla, Elsa tuvo una idea. Disfrazarse de caballero con la armadura, casco… Los caballeros ya iban rumbo a la batalla. El Rey dio la salida para luchar. Iban ganando, pero, de repente el rey de los tregorianos apareció. Estaban a punto de ser derrotados, la princesa se enfrentó a él, cuando estaba a punto de matarle él dijo: “Ningún hombre me puede matar.” Ella se quitó el casco y dijo: “Yo no soy un hombre, soy una mujer.” Tres meses después, ella y los guerreros prepararon un banquete para celebrar la victoria. Ella les demostró que todos somos iguales.
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Una guerrera de verdad ENRIQUE ORTEGA CAMAZÓN Hola, soy Riana, la reina del reino de Breen, antes conocida como Bryan. Hace muchos años quería ser guerrera, pero, como era de esperar, no me dejaron. ¿Por qué? Porque era una chica. Yo nunca lo entendí hasta que me hice mayor y mi padre, el rey, me dejó probar un entrenamiento. Lo hice mejor que los otros guerreros y me dijeron que no podía ser guerrera por razones obvias: era una chica.
El niño que quería hacer ballet SOFÍA LÓPEZ DE LA FUENTE
Al día siguiente me vestí de guerrero y me hice llamar Bryan. Hice las pruebas y, por fin, fui guerrero. Vencía a todos, los hombres me querían, pero yo, por dentro me sentía mal. Después de unos años, a mi padre le mataron y a mí me quisieron hacer rey. Me sentía culpable, pero, en medio de todos, me quité el disfraz y, cuando todos estaban alarmados dije: - Cuando era chica no me dejabais ser guerrera, pero desde que me he disfrazado me habéis hasta hecho rey.
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Los guerreros desde que les dije eso, aceptaron a cualquier mujer que quisiera ser guerrera y tuvieron una reina en vez de rey: yo.
Lucha por tus sueños LUCÍA ENCINA ÁLVAREZ Era un día de invierno cuando María decidió que quería ser boxeadora. Ella sabía que le iba a resultar difícil, pero no se rindió. Sus padres le decían que no iba a poder, porque no era un deporte para mujeres, sino que cuando fuera mayor lo único que iba a conseguir era llegar a la ruina. Sus padres no le negaron ir a clases de boxeo, pero se preocupaban, porque cada vez sacaba peores notas. Fue creciendo y, cada vez se esforzaba más. Ya adulta decidió que iba a ser la mejor y primera boxeadora profesional. Se apuntó a uno de los campeonatos más difíciles de todo el mundo. Todo el mundo le decía que no lo iba a conseguir, aunque ella no se rendía. Pero tenía un gran vacío por dentro, su entrenador le decía que se fuera a jugar con sus muñecas, pero no le importó. Llegó el día de la competición y María estaba muy nerviosa, pero no se dejaba llevar por lo que decía el público, venció a todos y llegó el final, tenía que derrotar al más fuerte para conseguir el cinturón de oro. En este caso María no hizo fuerza, sino que se dejó llevar por la inteligencia. Finalmente ganó el campeonato y demostró que las mujeres y los hombres somos iguales.
Era un día normal en el colegio. Hoy los profes dieron a todos los alumnos un papel donde estaban todas las extraescolares: baloncesto, ballet, fútbol, gimnasia artística y rítmica, lucha… A mí me gustaba el ballet y le dije a mis padres que, si me podía apuntar, pero me dijeron que no, porque era un deporte de chicas. Cuando llegué al colegio escuché una música conocida. Era música clásica, fui corriendo hasta la clase y me di cuenta que era la clase de ballet. Le pregunté a la profesora si podía hacer ballet con las niñas. La profesora se empezó a reír y las niñas también. Yo no entendía por qué se reían y pregunté. Me dijeron que, porque era un chico y me fui corriendo, llorando. AL terminar el colegio me fui a casa y entrené ballet a escondidas. Al día siguiente había una competición y le enseñé lo que sabía hacer a la entrenadora. La entrenadora, toda asombrada, me dijo que saliera a actuar. Mi equipo quedó primero.
Un sueño hecho realidad XOEL BARRIENTOS MARCOS Érase una niña que se llamaba María, que de mayor quería ser policía y ese era su sueño. Cuando fueron pasando los años y se fue haciendo mayor, eligió ser policía, pero le dijeron que las mujeres no estaban suficientemente capacitadas para ser policía, entonces se fue para casa muy enfadada. Ella lo seguía intentando y se presentó a un examen, en el examen quedó entre los cinco mejores. AL cabo de unos días leyó una carta del alcalde de la ciudad que decía: Querida María, hemos visto que has quedado entre los cinco mejores, pero lamento comunicarte que el reglamento impide que las mujeres sean policías. Por lo tanto, no vas a poder serlo. Ella se puso muy triste y lo siguió intentando. Al día siguiente tuvo una idea: operarse para poder ser hombre y trabajar en ser policía y así lo hizo: se operó e hizo el examen y le dejaron ser policía. Cumplió su sueño y, cuando ya se iba a retirar, después de unos cuantos años dijo: “da igual que seas hombre o mujer, lo que importa es si te gusta eso o no”. Y, desde ese momento el alcalde dijo: “ahora ya no se tendrá más en cuenta el género.”
Esa futbolista HÉCTOR SAN FRANCISCO ÁLVAREZ Hola, me llamo Clara y así empezó todo: Es una gélida mañana de invierno, me he levantado pronto porque tenemos una comida familiar en la casa de la abuela Eugenia, sobre las 12 de la mañana nos hemos dirigido a su casa. A la hora de comer, todos nos sentamos en el comedor, todo estaba riquísimo, pero lo que más me gustó fue el postre: una crema de vainilla con arándanos. Al acabar de comer, los hombres salieron, mientras que nosotras nos quedamos a limpiar. Intenté salir, pero me dijeron que no podía, porque me tenía que quedar lavando los platos sin rechistar. Dije que era injusto, pero me obligaron. Un rato después acabamos y algunas se fueron a hablar o a dormir, mientras que yo salí con los hombres y les pregunté si podía jugar con ellos. Se rieron de mí como si hubiera contado un chiste, yo me incorporé como pude y marqué un gol de chilena. Se lo dediqué a mi padre y, días después, estaba jugando con un equipo y era la mejor. Años más tarde crearon selecciones de fútbol para mujeres y también torneos. Un año estábamos en la final, perdimos, porque me lesioné, pero al año siguiente ganamos… ¡Qué felicidad!
La chica deportista LUCÍA MARÍA RODRÍGUEZ ROBLES María era una niña que le gustaban mucho los deportes. Jugaba a baloncesto, al fútbol, al tenis, al pádel, al ajedrez… Pero ninguno de esos deportes le acababa de gustar, entonces decidió jugar al rugby. María se lo contó a sus padres, pero ellos le decían que era un deporte para chicos. Se lo dijo también a sus amigos, pero le decían lo mismo. Ella no se rendía y se fue a apuntarse al equipo de rugby del colegio sin que sus padres ni sus amigos se enteraran. Cuando llegó allí no la dejaron entrar. Se volvió triste para su casa, cuando llegó se quedó pensando en qué hacer para poder entrar. Pensando, pensando y pensando decidió disfrazarse de chico y volver a intentarlo. Al día siguiente se disfrazó y se fue a apuntar, esta vez sí la cogieron. Jugaron muchos partidos y todos los ganaron gracias a ella. Un día, entrenando, decidió quitarse el disfraz y dijo: “os he demostrado que las chicas también podemos jugar al rugby y que, solo por ser chicas no tenéis derecho a excluirnos.” En ese momento todos empezaron a aplaudir. Su entrenador dijo: “Tienes toda la razón, porque todos somos iguales…”
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Luchando por El que no la igualdad perdió la fe JAIME MORÁN PÉREZ
ABEL MORATINOS VECILLAS
UN día, en un pueblo de León, una niña estaba jugando con sus amigos al fútbol… esa chica se llamaba Mónica; a ella se le daba muy bien jugar al fútbol y, de mayor quería ser futbolista. Pero su padre decía que era muy difícil, porque ella era una mujer y ella dijo que lo conseguiría. Se hizo mayor y no pudo ser futbolista, ella denunció a la liga. Después se presentó como entrenadora de su pueblo, el equipo femenino Vallecas, y ganaron la liga. Un ojeador del Real Madrid le propuso ser entrenadora del Real Madrid femenino, pero lo rechazó porque no le hicieron caso cuando se presentó. Pero como la dejaron tirada, ella tuvo que buscarse la vida como pudo, y decidió quedarse con sus niñas.
Había una vez un chico llamado Raúl, era un chico listo, inteligente y muy honrado. Él de pequeño decía que quería ser profesor y todos le decían que eso era de chicas, que se dedicara al fútbol, que eso era de niños. Raúl se negaba, él lo tenía claro: quería ser profesor. Iban pasando los años y Raúl era cada vez más listo. Cuando llegó el momento de inscribirse para hacer las prácticas, él no se lo pensó ni un minuto, lo tenía claro. Sus excompañeros se reían de él. Hizo las pruebas necesarias y, al final, llegó a ser lo que él quería. Los que antes se reían de Raúl, ahora estaban fastidiados porque él había tenido un futuro mejor y ellos no habían llegado a nada. Y así fue como Raúl no perdió la fe y consiguió su mayor sueño. - Persigue tus sueños y no hagas que nadie te lo impida. Las mujeres y los hombres somos iguales, ningún trabajo ni nada es más de chicas que de chicos.
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El candidato imperfecto SILVIA CARRERA MONCALIÁN Hola, soy Paula, y hoy os voy a contar por qué soy de la campaña “La igualdad ante todo”. Desde pequeña yo quise ser astronauta. Estudié, me esforcé y, el día menos esperado, abrí el buzón y encontré una carta donde decía que me habían seleccionado para estudiar en la academia Spluch, una academia muy prestigiosa de aeronáutica. Años después empecé a trabajar, hasta que un día nos comunicaron que alguno debería hacer un trabajo difícil: ir al espacio. Yo fui la única que se atrevía, pero me dijeron que no estaba lo suficientemente preparada. La compañía seguía buscando al candidato perfecto. Al cabo de unos meses, entró un trabajador nuevo, Pablo. ÉL sí se atrevía a hacer ese viaje y a él, que no tenía nada de experiencia y no había realizado viajes cortos como yo, le encomendaron el trabajo. Yo le pregunté al jefe que por qué le había escogido a él y no a mí, pero se quedó en silencio sin saber qué responder. Ese fue mi último día en aquella empresa, necesitaba un trabajo en el que respetaran la igualdad y valoraran mis habilidades como mujer.
El mundo es de todos ITZIAR GONZÁLEZ VÁZQUEZ Hola, me llamo Lara y hoy os voy a contar una historia que me contó mi abuela:
Un sueño cumplido NACHO GONZÁLEZ LLAMAS Hola me llamo Pablo y os voy a contar un sueño que tuve desde pequeño y, estudiando mucho, se ha hecho realidad. De pequeño yo quería ser jugador de baloncesto profesional, porque admiraba mucho a Magic Johnson y a Michael Jordan. Para mí, en ese momento, me parecían los mejores jugadores del mundo. Todo empezó a cambiar en 2º de primaria. Me apunté al equipo de baloncesto de mi colegio, fui mejorando cada vez más y, en un momento importante me lesioné y una chica entró por mí… Todos los del equipo decían que era más mala que las otras chicas que había en el equipo. Yo creía que, porque fuera más novata, no iba a ser peor, yo creía que iba a mejorar, pero no. Cuando me recuperé decidí ayudarla. Yo le enseñé muchas cosas, dentro de dos días iba a ser su segundo partido. Cuando salió al campo estaba muy nerviosa, pero todos se quedaron alucinados con lo que había mejorado y todos volvieron a pensar que los hombres y las mujeres son iguales.
Un día como otro cualquiera ella iba caminando sola por la ciudad, a lo lejos vio a una chica asustada porque la estaban persiguiendo un grupo de hombres. Sin saber qué hacer, se metió rápidamente en el metro, pero seguía asustada, porque no entendía lo que pasaba. De repente, vio a ese grupo de perseguidores y salió del metro, ella no sabía qué hacer. Se le ocurrió que podía correr sin parar, pero la idea no fue muy buena, porque se habían unido más hombres al grupo… Ella, sin rumbo, se encontró con un callejón y vio varias personas al otro lado, seguía corriendo y, en ese momento, encontró otro callejón muy estrecho, pero bastante largo. Sin pensarlo se metió dentro, como ellos no se dieron cuenta de que la chica estaba allí, siguieron corriendo. Ella tranquila se quedó pensando por qué la perseguían. De repente, vio que era la única chica del barrio. Sin pensarlo, denunció los hecho y, libremente, salió del callejón para pasear por la ciudad sin ningún miedo.
Un sueño hecho realidad CARLOTA SUÁREZ ORDÁS Hola, me llamo Valeria. Os voy a contar una historia que me pasó de pequeña. Donde vivía éramos muchos niños y niñas. Un día me decidí a jugar con los chicos y les pregunté si podía jugar con ellos a baloncesto; entonces uno de ellos me empujó y dijo que las niñas no valíamos para los deportes y menos para el baloncesto. Desde ese día empecé a jugar al baloncesto y, con los años, fui mejorando, hasta que me ficharon en la selección española de baloncesto femenino y, desde ahí mi carrera de baloncesto. Era el último partido de la liga y ¿sabéis a quién me encontré? Eran ellos, los mismos que no me dejaron jugar con ellos. Al final del partido les dije: “¡hola!” y ellos me reconocieron y me pidieron disculpas.
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Carla y el fútbol MARTA SUÁREZ RIEZ Una vez, al equipo de fútbol de Nico, llegó una niña llamada Carla a la que le encantaba el fútbol. Los niños se burlaban de ella, porque jugaba al fútbol, en cambio Nico la quería mucho y le daba igual que fuera chica o chico. Ella se sentía muy mal al ver que nadie la quería. Los niños nunca le pasaban el balón, la insultaban y le decían que no podía jugar al fútbol si era chica. Nico, pensaba lo contrario y la defendía en muchas ocasiones. Nico y Carla se hicieron muy buenos amigos. Al principio solamente la insultaban y se burlaban de Carla, pero luego también de Nico, porque le pasaba el balón y se portaba muy bien con ella. A Nico y a Carla les daba igual lo que les dijeran. Unos días después tenían partido y, si marcaban un gol más, ganaban.
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Le tocó a Carla para meter el balón. La gente no confiaba en ella, ya que el portero era muy, muy bueno, pero Nico sabía que lo iba a meter. Llegó la hora y Carla, con mucha concentración y pocos ánimos…. ¡lo metió! Nico salió corriendo para darle un abrazo mientras todos los demás estaban asombrados. A los pocos días, todos se llevaban muy bien con Carla, ya que era otra más. Lo que todo el mundo aprendió fue que da igual que seamos niño o niña, porque todos tenemos los mismos derechos.
Unas olimpiadas perfectas LUCÍA PELLITERO ROMÁN Allá en el año mil novecientos, una chica entrenaba todos los días una hora y media, se llamaba Sara Fernández. Su hermano se había ofrecido a entrenarla. Cuando fue a presentarse, el señor que estaba les dijo: “El nombre del jugador, por favor”. A lo que Sara contestó: “Sara Fernández”. El hombre se sorprendió y preguntó: “¿Usted sabe que esta competición es solo masculina?” Sara no se sorprendió, sabía que le iban a decir eso, pero tenía un plan y su hermano lo sabía. Sara respondió: “Vale, no, no lo sabía. Entonces Marcos Fernández.” Sara se disfrazó de hombre y, cuando quedó primera, se quitó el disfraz y dijo: “He aquí una mujer que ha quedado primera en un salto de longitud, y seguís sin dejar participar a una mujer.” Así las mujeres de hoy en día, pueden participar en las Olimpiadas.
cosas de personas LUCÍA GARCÍA PANIAGUA Desde muy pequeña me gustaban los animales, todos, pero, sobre todo, los perros, los gatos y los caballos, por lo que siempre dije que sería veterinaria o adiestradora de perros o caballos. Bueno, todas las profesiones relacionadas con los animales, que curiosamente hay más hombres que mujeres, porque se les dan más oportunidades, y yo creo que no debe ser así, porque todos somos iguales ante la ley, tenemos los mismos sueños y derechos, recibimos la misma educación, seamos hombres o mujeres. Yo quiero los mismos beneficios y derechos y a esto se le llama “RESPETO”. Por eso seré lo que yo quiera ser y lo que me haga feliz.
Alicia y su importante discurso MIGUEL HERMIDA VICENTE Había una vez, hace mucho tiempo, una niña que se llamaba Alicia. Ella quería ir al colegio. Sus padres le decían que no podía ir al colegio, porque ella era una niña. La niña deseaba ir al colegio como fuera, así que creó un plan para poder ir. Se disfrazó de chico. Alicia fue al colegio sin que sus padres se enteraran y, cuando estaba allí, no conocía a nadie. Tuvo que practicar para poder poner voz de chico, pero, al final, lo consiguió. Empezó a hacer amigos y se llevaba muy bien con todos. Un día, tenía que participar en un concurso obligatoriamente. Tenía que hacer un dibujo de una estación del año. Ella no quería ganar, pero su dibujo estaba entre los mejores. Al final ganó y tuvo que salir a presentar su dibujo al escenario. Cuando estaba presentando, una cremallera de su disfraz se rompió y todos vieron que era una chica. Los profesores la vieron y la expulsaron. Alicia se interpuso y en el escenario dijo: “¿Por qué los niños pueden ir a clase y las niñas no? Todos somos iguales. Aunque seamos mujeres, todos tenemos los mismos derechos y, ganando este primer premio lo he demostrado. Las mujeres podemos hacer todo o que pueden hacer los hombres, así que voy a luchar hasta cumplir mis objetivos, y deseo que todas las mujeres hagan lo mismo que yo.”
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La casa El duro trayecto y el bizcocho de una mujer MARÍA GONZÁLEZ GARCÍA
Érase una vez una familia que tenía dos perros, un macho y una hembra. Un día, aumentó la familia, porque habían tenido perritos. El padre decidió hacerles una casita en el jardín para que pudieran estar cómodos. Empezaron a construirla el padre y los dos hermanos. La niña les preguntó si les podía ayudar, pero el padre le dijo que fuera a hacer el bizcocho que más le gustaba para el desayuno con su madre. A la niña le molestó lo que le dijo, entonces, el fin de semana siguiente, se levantó muy temprano y empezó a construir ella una casa, cuando sus hermanos y el padre la vieron, dijeron que no aguantaría, cuando la terminó, se sorprendieron: ¡Era mucho mejor que la suya! Y desde entonces la niña empezó a ayudar a su padre y sus hermanos empezaron a ayudar a su madre en la cocina.
MARTÍN HIDALGO SANTOS Había una vez en un pueblo de Luxemburgo, una niña llamada Josiane. Desde muy pequeña a la niña le gustaron los trenes, y a los tres años subió a una locomotora. A los doce años decidió que quería ser maquinista. Ella tenía un hermano que creía que él era mejor por ser hombre. Él quería ser crítico de transporte. Cuando su hermana se graduó en Renfe, su hermano la criticó sin razón y Renfe la echó. Josiane estaba muy triste y se mudó a otro país, España. Allí volvió a entrar en Renfe. La volvieron a echar por ser mujer. Se fue a Estados Unidos de América, en ese país sí la aceptaron. Se hizo muy famosa, y, aun con todo lo que había sufrido, fue feliz.
Una gran decisión HUGO PRIETO BENAVIDES Hola, me llamo Alba y hoy ha nevado muchísimo. Quería salir con mi padre a quitar la nieve de la entrada, pero él me dijo que es un trabajo para hombres. Por la noche volvió a nevar y, antes de que mi padre se despertara, salí a limpiar la entrada. Cuando mi padre se despertó y salió y se encontró que la entrada estaba limpia. Le dije a mi padre: “¿Ves? No solo los hombres trabajan duro y hoy lo he demostrado.”
¡Todos por la ciencia! Un día sin parar SARA FERRERO FERNÁNDEZ
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Hola, si no me conocéis, yo soy la mayor científica que ha existido y, sí, soy una mujer. Ahora os contaré la increíble historia sobre cómo tuve que luchar para conseguir lo que siempre había querido ser. Para ser sincera, yo viví en tiempos mejores que algunos antepasados míos, porque, al menos, yo pude ir a la universidad. Desde que tenía diez años quise ser científica, sentía que era una escapatoria de todo lo malo. Me encantaba hacer experimentos. Lo tenía claro, quería dedicarme a la ciencia. Pero no fue tan fácil como yo creía. En cuanto llegué a la universidad solo había hombres. Hombres que se creían más fuertes que yo, hombres que se burlaban de mí y hombres que me hacían sentir muy mal. En esos momentos me sentía sola, pero luché por mis derechos, por mi carrera y por la ciencia. Ahora me conocéis así, ¡una gran científica!
MIGUEL SUÁREZ DOMÍNGUEZ En una ciudad tan bella llamada León, vivía un niño que se llamaba David. Su madre nunca le dejaba fregar, lavar o hacer las cosas de la casa, ella decía que él tenía que ser un hombre. Pasaban días y días, él seguía queriendo hacer las cosas de la casa, pero su madre insistía que no podía. Entonces la madre le dijo: “Sal a jugar con tus amigos.” Pero él no quería salir fuera. Un día, su madre fue a comprar y David fregó la cocina, las habitaciones y el salón. Cuando su madre llegó, le dijo que él no podía hacer nada de la casa, ni fregar ni barrer, nada de nada. Era el quince aniversario de sus padres. Manolo, su padre, invitó a su madre, Margarita, a cenar en el restaurante y le dijo que sí, que iría. Llegó el día, su madre y su padre se fueron a cenar, Margarita le dejó macarrones y un filete para cenar a David y, después, le dejó unas palomitas para ver una peli, pero él no la vio. Se puso por segunda vez a fregar, lavar, quitar el polvo y ordenar. Después de hacer todo eso, hizo palomitas y se puso a ver una peli; cuando llegaron su madre y su padre, David estaba dormido en el sofá. Su madre vio que había lavado todo y había hecho un esfuerzo muy grande, así que, al día siguiente, la madre le dijo que podía fregar con ella, que no hacía falta ser una mujer para hacer las cosas de la casa. David estaba contentísimo.
Pablo y su canción MARTÍN FERRERO SANTOS Pablo etaba en su casa jugando con sus nuevos robots de juguete. De repente, su hermana mayor se puso a cantar con su equipo de música y a Pablo le empezó a molestar. Como las canciones no le dejaban concentrarse, decidió ponerse a cantar con su hermana. Su hermana le respondió que no podía cantar, porque él era un hombre y, según ella, los hombres no deberían cantar. Pablo se quedó con las ganas de cantar, sin embargo, a su hermana mayor no le importaba lo más mínimo que no pudiera cantar con su equipo de música. Pablo, que tenía muchas ganas de cantar, dijo a sus padres que si le podían comprar un equipo de música. Los padres, por supuesto, le respondieron que no, por el simple hecho de que su hermana ya tenía uno. Pablo lo volvió a intentar, y su hermana dijo lo mismo: no podía. Pablo, bajando las escaleras casi llorando, pidió a su madre un equipo de música nuevo. Su madre fue compasiva y fueron a comprarlo. Al llegar a la tienda de juguetes preguntaron si tenían un equipo de música, les confirmaron que sí. Al llegar a casa, lo primero que hizo Pablo fue demostrar su valía como cantante.
La audición ALBA BARRAGÁN AMEZ Hoy es el día, voy a ir a hacer una prueba para un papel muy importante. Ya he entrado, lo van haciendo por parejas, me ha tocado un chico, creo que me ha salido bien. No me han cogido, pero me he enterado que las personas que han entrado por ahora, son todos chicos. Quiero de verdad ese papel. Voy a vestirme de hombre a ver si así me cogen. ¡Me han cogido! E incluso han hecho que sea chico, porque les he gustado mucho. Ha pasado un mes, ya hemos acabado la película y… voy a decir la verdad. YA se lo he dicho. Todo el mundo se ha sorprendido los directores y se han disculpado conmigo y he sido un ejemplo a seguir para las demás chicas que no han entrado. ¡TODOS SOMOS IGUALES!
Porque las mujeres no pueden REBECA MOREIRA DIEZ Érase una vez una mujer llamada Sara que quería jugar en un club de fútbol porque era muy buena y su madre lo sabía y se lo dijo a su padre. Entonces su padre le dijo: “vete a hacer las tareas de casa con tu madre.” Fue hasta la cocina donde estaba su madre, se lo contó todo lo que había pasado y decidió apuntarse al fútbol. “Ya sé que es de chicos, pero apúntame sin que se entere papá, por favor.” Entonces la madre la apuntó. La madre la llevaba a entrenar, a los partidos… hasta que un día se enteró y les echó la bronca y fue a hablar con la entrenadora. Y le dijo “Sara Arias Gregorio no puede jugar al fútbol, porque es una mujer.” Entonces le dijo la entrenadora: “Es la mejor jugadora que he visto en mi vida. Me han llamado de la selección española y he dicho que tengo que hablar con sus padres. Entonces, ¿la dejas ir o no?” El padre se quedó alucinado porque no era un juego de chicas, entonces dijo “si”. Fue al campeonato de España y quedaron primeras gracias a Sara; y su padre estaba contentísimo por su hija, y así hasta que lo dejó, pero ganaba mucho dinero, porque jugó en el Real Madrid, en el Barcelona y en el Atlético de Madrid.
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Igualdad de hombres y mujeres JOSÉ LASTRA GONZÁLEZ Todo ser humano tiene derecho a hacer lo que él/ella quiera. Os voy a contar un gran cuento: érase una vez una niña que se llamaba Maite. Maite siempre había querido ser bombera. Después de prepararse para ser bombera e incluso haber estudiado todo lo necesario para serlo, le dijeron que no podía ser bombera, porque no era un trabajo de chicas. Ella se fue entristecida para su casa. Un año más tarde ella tenía novio que se llamaba Abel. Abel y Maite hacían una muy buena pareja. Un día, la casa de Maite y Abel empezó a arder y, cuando Maite se quiso dar cuenta ¡Abel seguía dentro de la casa! Maite llamó a los bomberos, pero le dijeron que tardarían más o menos media hora en llegar. Así que Maite le echó valor y entró en la casa en llamas y sacó a Abel de la casa. Desde ese día, Maite es la jefa de bomberos… ¡Qué bonita es la igualdad!
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Las mujeres La guerra por también pueden la igualdad MARTA ENGELS RIESCO
Hoy por fin le voy a pedir a mi padre que me lleve al colegio. Todas mis vecinas van, pero mi padre dice que el colegio solo les sirve a los chicos para encontrar buenos trabajos o no tan buenos. Por ejemplo, para mi hermano Iván, pero a las chicas solo sirve para darles falsas esperanzas, porque acabarán limpiando y cocinando para su familia. Como era de esperar, me dijo que no y me puso a hacer la cena. Mis hermanos me dicen que tengo suerte, estudiar es un rollo, las asignaturas que tengo que elegir, es decir, todas aburren, pero yo les contesto: “¡Por lo menos tú tienes esa opción!” Ninguno dijo nada.
Hoy 4 de marzo, es decir, el cumpleaños de mi hermano Iván, mi padre le preguntó: “¿hijo, ¿qué quieres por tu cumpleaños? Pero que no se pase de cincuenta euros.” Todos nos quedamos asombrados con su respuesta que fue: “Quiero que (yo) Claudia vaya al colegio, todos tenemos derecho a ir al colegio o hacer deporte. Si no la dejas, yo tampoco iré.” Nuestro padre y nuestra madre aceptaron. Siete años después he ganado nueve premios por contribución a la ciencia. Y hoy, veinte años después, soy una famosa científica y todo se lo debo a mi hermano.
ALEJANDRO PANTIN SHEEHY Había una vez una mujer llamada Aurora que quería ir a la guerra, pero en su época no le estaba permitido a las mujeres luchar. Su tarea era limpiar, cocinar…o eso se creía. Aurora estaba harta, así que un día, cuando su marido había salido, se recogió el pelo, cogió su ropa y fue a la guerra. Cuando su marido volvió no se lo pudo creer. Como él no se imaginaba que su mujer hubiera ido a la guerra, pensó que su mujer le había dejado. Ya de camino al campamento, Aurora se inventó un nombre de hombre y se presentó como Raúl Pérez y, así fue como consiguió entrar en él. Al principio se sintió incómoda, porque sus compañeros se reían de ella, pero tras demostrar su fuerza, nadie se volvió a reír de ella. Cuando llegó la guerra, los enemigos atacaron el fuerte y los compañeros de Aurora se acobardaron. Aurora salió y consiguió matar a todos. Cuando fue a por el jefe, se quitó el casco y dejó al aire su pelo… Entonces lo mató. Cuando llegó a su casa, su marido la recibió muy bien. ¡Era una heroína!
Una gran lección
La gran sorpresa
CARMEN GUTIÉRREZ PLAZA
EIMY GONZÁLEZ CLAVIJO
En un lugar muy lejano una niña, llamada María, soñaba con ser policía. Todos le decían que no llegaría nunca a nada, nunca se rindió. Hizo mucho deporte y estudió cada día de su vida hasta conseguir estudiar en la mejor universidad del país. Consiguió graduarse con notas sobresalientes y entró en la academia de policía que ella deseaba. Sin lugar a duda, María ha dado una gran lección a todo el mundo, ha ganado un premio y ha marcado historia… todos la recuerdan como la mejor y ejemplar policía del mundo.
En la Edad Media los hombres iban a cazar, pescar… y las mujeres se quedaban en casa limpiando, cocinando y atendiendo la casa. En ese mismo pueblo había un rey y una reina. La reina quería cazar o pescar. Cualquier cosa que solo hacían los hombres las quería hacer ella. Pero el rey no quería y la mandaba a limpiar.
Un acuerdo con el rey LAURA CACHEIRO SAN JOSÉ Hace mucho tiempo, allá por el mil ochocientos, en una casa muy muy antigua, vivía una familia bastante pobre. Eran dos niñas y un niño, más los padres. Todos los días Pablo, el niño, se iba con su padre a por leña para la hoguera en invierno y a pescar en verano. A Carla, la niña pequeña, le daba igual lo que hicieran su hermano y su padre. Sin embargo, a Laura, la mayor, siempre quería ir con ellos, pero no la dejaban. Un día, la pillaron escapándose de casa. Desde ese día, ella limpiaba, cocinaba… Mientras que su madre se enfermó y su hermana cuidaba de ella. Laura lo único que hacía por su madre era la medicina. Cuando su madre falleció, a Carla le tocó hacer todas las tareas de casa. Entonces, Laura iba con su padre y su hermano. Cuando Laura era mayor de edad, fue a hablar con el rey, hablaron, hablaron y llegaron a un acuerdo. Decidieron que las mujeres podían trabajar al igual que los hombres.
Un día la reina se hartó, se lo comentó a todas las mujeres. Y, sorprendentemente, todas las mujeres opinaban lo mismo. Un día escaparon. Cuando los hombres llegaron, pensaron que no tardarían en volver. Pero se equivocaban, tardaron semanas. Los hombres no sabían hacer nada solos. Un día, cuando llegaron de cazar, las encontraron muy tranquilas en sus casas. El rey se disculpó y mandó hacer una norma: los hombres y las mujeres serían iguales y jamás habría diferencias de ningún tipo. De repente oigo un ruido. Es el despertador. Todo había sido un sueño, pero un sueño que tal vez alguna vez se haga realidad.
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g e l io o c e d V e e p g a o L
La igualdad para todos
La campaña de Lucía
YAIZA MELLA CUBRÍA
CAROLINA SANTAMARTA RODRÍGUEZ
Una niña llamada María no le gustaban las muñecas, la cocinita…Le gustaban los coches, los Transformers…lo que hoy en día llaman juegos de niños.
Lucía era una universitaria que quería ser abogada y estudiaba Derecho.
Pues un día, en el recreo, María se fue a jugar con los niños a los coches, pero la profesora no le dejo ir con los niños y le mandó con las chicas. María fue muy triste a casa porque no le dejaban jugar con lo que a ella le divertía, entonces sus padres le preguntaron a María y ella se lo contó. Al día siguiente sus padres hablaron con los profesores y ahora no hay ningún problema, ahora cada uno hace lo que le divierte y le gusta.
La gente le decía: “No te van a dejar ser abogada porque eres mujer”, pero ¿sabéis?, ella no hizo ni caso. Un día fue a hacer el examen, hizo todo bien, pero la suspendieron. Ella por más que estudiaba y se esforzaba no le dejaban ser abogada. Lucía estaba indecisa, no sabía qué hacer para ser abogada, hasta que un día tras pensar un rato decidió hacer una campaña sobre la igualdad de la mujer. Esa campaña subió a todo lo alto y cada vez más, y Lucía no paro hasta que la aceptaron para ser abogada. Lucía hizo muchos juicios y se lo pasó muy bien. Al final Lucia se casó y tuvo dos hijos preciosos, Carolina y Alex. Sus hijos siguieron el ejemplo de Lucia y de mayor Carolina fue notario y Alex abogado.
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Podemos ganar MALENA NICOLÁS NACARINO Esta es la historia de una niña llamada Laura a la que le gustaba el fútbol. Un día quiso jugar al fútbol, pero como era niña no le dejaban jugar, fue a decírselo a los profesores y ellos le dijeron que no porque ella era una niña y que solo era para niños. Al día siguiente, iban a hacer una liga y Laura les preguntó a las otras compañeras de clase que si hacían un equipo. Las compañeras le dijeron que sí y se apuntaron en la lista y jugaron, todos se reian de ellas. Al finalizar la liga, ganaron y todos los niños y profesores se dieron cuenta de que una niña puede ser igual o mejor que un niño. Desde aquel día todas las niñas que quisieran podrían jugar.
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Yo quisiera ERIKA GARCÍA TORRES Hola me llamo Erika, soy una niña gitana de 11 años, quiero explicaros lo que sería para mí la igualdad en una cultura llena de machistas, “cultura machista”. Yo quisiera tener la misma oportunidad que mis hermanos de poder tener unos estudios como ellos, de tener un trabajo como ellos, de tener un carnet como ellos…Pero todo esto respetando mis costumbres y a mis mayores. Y yo sé que esto se va a cumplir porque en mi familia hay igualdad.