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Gracias Dr
Gracias doctor
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A pesar de las múltiples ocupaciones que desempeña el doctor Nicanor Sabin, lleva varios años colaborando desinteresadamente con nuestra revista para mayores,“Solera”, que bimensualmente publica ”El Área de Derechos Sociales” del Ayuntamiento de Málaga, desde que le pedí el favor de que así lo hiciera, pues esta publicación siempre desea mantener a sus lectores bien informados en lo referente a la salud integral.
El doctor Sabin es un médico del que el gran Hipócrates se sentiría sumamente orgulloso, pues lo es en toda la extensión de la palabra:
Competente en cuanto a su óptima preparación académica y a los amplios conocimientos que continúa adquiriendo constantemente en el extenso contacto con los enfermos en sus consultas, como así en los distintos trabajos que tiene a su cargo; pero además, es sumamente humano y tiene un carácter tan sensible, sereno, sensato y bondadoso, que con sólo su presencia, ya está ayudando a mejorar a sus pacientes, sean cuales sean sus dolencias.
En él encuentran además, al psicólogo que los escucha, observa, comprende y da los pertinentes consejos sin escatimar tiempo y acompañado de su exquisita amabilidad, seriedad y cariño. Siempre desea llegar al origen, al por qué de sus problemas.
Hago hincapié en estos conceptos, porque el enfermo, cuando busca ayuda médica, se encuentra “indefenso”, sensible y necesitado de agrado y comprensión por parte de los facultativos.
Al igual que hacían los médicos de nuestra niñez, además de atender a los síntomas y al origen que altera la salud, el Dr. Sabin se preocupa del entorno y circunstancias que rodean a los pacientes para poderles ayudar de forma integral.
Cumple lo que decía el Dr.
Marañón de que el médico curaba más con su corazón que con sus recetas.
Al conjugarse en èl la mejor preparación, fi rme vocación y buena disposición, trata en los artículos que escribe para nuestros lectores, todos los temas que cree puedan serles de interés. Y lo hace de forma bien documentada, fácil, amena, práctica, asequible y grata de leer.
Tal como el gran Hipócrates decía, da mucha importancia a la sana y equilibrada alimentación:
Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina.
Como así al ejercicio:
Caminar es la mejor medicina del hombre.
Siempre aconseja, que hay que ocuparse de los problemas en vez de preocuparse perdiendo así la armonía que ayuda a restaurar todo desajuste de salud.
Los lectores son muy afortunados al encontrar en el doctor Sabin, la comprensión, empatía y afabilidad que todo enfermo necesita y merece. Termino este comentario agradeciéndole cordialmente la altruista y efi caz labor que desde hace unos años está realizando en pro de todos nuestros lectores, y con una simpática frase de Hipócrates que dice:
La fi ebre de la enfermedad la provoca el cuerpo propio. La del amor el cuerpo del otro.
Ana Sola Loja