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Los influyentes

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Cartas presas

Cartas presas

Influyentes… en castellano

Como todos sabemos, la palabra influencia en sí misma lo dice todo, su significado determina entre otras muchas cosas, dominio y poder, esos son elementos claves para absorber y dirigir deliberadamente el criterio y opiniones de los demás.

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Hoy es muy común que nos encontremos en las redes multitud de personas que se dedican exclusivamente a idealizar dentro de sus parcelas, a una inmensa muchedumbre que les siguen desenfrenadamente. Su objetivo máximo es convencer con sus artimañas a un gran número de mujeres y hombres para engordar sus expectativas, esas no son otras que conseguir el mayor provecho, y eso se traduce directamente en obtener mucho dinero.

Lo llamativo de esta cuestión es que tales ejércitos de seguidores no son ni mucho menos unos mentecatos sin personalidad, lo más insólito es que todo ello está determinado por un fenómeno social que es conducido expresamente por un núcleo comercial perfectamente organizado.

Hace algunos meses publiqué en esta misma Revista un artículo que titulé “Informaciones y Vídeos” en él creo explicar detalladamente todos los entresijos que suponen el uso frenético de las redes y el intercambio de información contradictoria, cuya raíz confunde estrepitosamente el sentido común de las personas.

Bien es verdad, que no todas las/os influyentes son perjudiciales o negativos, existen bastantes que recomiendan una serie de tutoriales, ideas o estilos muy interesantes que ayudan y benefician a muchos colectivos. Lo menos atrayente de estos supuestos “acreditados” o en ocasiones marionetas, es cuando se entrometen en asuntos tan delicados como la salud, la educación e incluso se atreven a dar lecciones de armas de seducción etc.… como si el amor tuviera que ser inducido o instruido, son entonces en esas arbitrariedades donde se empieza a cruzar el límite descontroladamente.

Por otro lado, la repercusión comercial impuesta por múltiples acreedores que publicitan y lanzan constantemente sus marcas a través de estas emergentes figuras tienen vía libre y nada de ética, a veces, han sido capaces de establecer una cierta hegemonía poniendo en duda o difamando cuestiones básicas y comprobadas por estamentos altamente cualificados.

La cuestión no es otra que los llamados en español influyentes son usados y usan alternativamente la capacidad natural de las personas para elegir todo aquello que su imaginario y deseo buenamente le plazca. Mercedes Sophía Ramos

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