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LA BRÚJULA Salvadores

~ La Brújula ~

Por Mercedes Sophía Ramos

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Sal vador с

Todo lo que yo diga, todo lo que yo piense, todo lo que yo quiera…

Los salvadores del mundo creen que todo está por inventar, la insolencia les puede y la soberbia es su imán incontrolado, van arrasando con pisada fuerte, para ellos es un regalo que se sepa que existen y sin pudor muestran sus hazañas con la cabeza y la mirada que las hacen volar por encima del hombro. Es bastante fácil distinguirlo, aunque a veces cuesta despojarlo de la piel de cordero,

Seguramente estos hombres y mujeres carecen de la educación adecuada, independientemente pueden están formados en los mejores universidades, ya ellos se preocupan y encargan de comentar los estudios que tienen, sin nadie preguntarle, ellos se jactan con el yo muy alabado, es muy común su alta autoestima, entre su gama reina la frialdad y todo lo que no esté a su altura no les interesa lo más mínimo.

Estas personas no ofrecen a la sociedad soluciones ningunas, son ceros sus iniciativas, concluyen siempre en apuntar todo lo mal que lo hacen los demás, se pasan el tiempo señalando defectos a todo lo que no sea su criterio, (Una sola aptitud, una sola opinión), a eso le llaman pragmatismo o praxis de lo real, creyendo tener el poder de la verdad absoluta se alían con la crueldad y todos sus derivados, lo peor es que se mueven con la palabras libertad y democracia en la boca. Eso sí, aman el dinero y disimulan ese amor al igual que lo hacía Agar.

Existen miles de historia en la propia historia sobre estas personas que desafortunadamente tenían seguidores en masas, suelen ser líderes, astutos y muy bienquedas, exclusivamente no existen en ningún ámbito preciso, están distribuidos en todas las capas de la sociedad para dominar en su espacio de modo explícito. Sus ramalazos se denotan en cualquier lugar, puede ser en el espacio laboral y social o también en su entorno familiar. Radicales y absolutistas que se envuelven en hielo para conseguir la meta previamente establecida en su empecinamiento.

Tal vez, los humanos a la largo de nuestras vidas hemos practicado alguna vez injusticias o altanerías, pero no como una forma de vida continuada, ya se sabe que la perfección es bastante imperfecta, no cuesta nada ser humilde, pero a veces se confunde con otras actitudes que nos hace guardar la bondad en el bolsillo, prefi riendo ser lo que no somos o al revés.

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