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Liderando la salud 2.0

La Transformación Digital en Salud

Liderando la Salud 2.0

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Doctor Francisco Cañestro

Los médicos tenemos que estar donde están los pacientes y se ha abierto desde hace mucho tiempo un campo nuevo virtual en el que tenemos que estar y, efectivamente, no estamos. Debería haber una formación no solamente en su uso correcto, sino también en explicar las oportunidades que estas herramientas incorporan para los profesionales y también para los pacientes.

El mundo de la sanidad como lo conocíamos hasta ahora ha cambiado mucho. Y tal vez es algo más que haber añadido “2.0” a la etiqueta “Salud”. El hábito de participar en redes sociales adquirido por un gran número de personas, ha hecho posible el nacimiento de varias plataformas que conectan pacientes, médicos y cuidadores. Detrás de este fenómeno están las personas, el motivo principal. Las personas necesitamos de permanente atención (formación, información, consejos, debates, etc.) y para ello la buscamos allá donde la podemos conseguir.

Según lo dicho, podríamos definir la Salud 2.0 como una nueva forma integral de asistencia sanitaria centrada en el ciudadano, en la que los agentes involucrados (pacientes, profesionales, gestores, proveedores) participan de forma activa empleando las nuevas tecnologías durante el ciclo asistencial completo para mejorar la calidad y la productividad de la asistencia sanitaria y de sus profesionales.

Ha habido un cambio radical en el modelo de relación entre los pacientes y los sistemas sanitarios, provocado por el éxito del 2.0, “un éxito basado, entre otros, en tres conceptos claves: compartir, escuchar y aprender”. El concepto de Salud 2.0 permite al ciudadano convertirse en un socio activo y responsable de su propia salud y abre nuevas posibilidades a diferentes vías de atención que quiere mantener activas con su médico.

El Dr. Google se ha vuelto uno más en la consulta. No se ve, ni está colegiado pero cada vez son más los que acuden a su médico con dudas e incluso diagnósticos obtenidos a través de la red y la negación a usar un recurso como este para nuestros pacientes sin argumento, no es bueno. Hay que reorientar a ese paciente cómo y dónde debe buscar, indicándole el camino, pero nunca intentando impedírselo ya que sería tirar piedras sobre nuestro propio tejado.

Estamos ante pacientes que cada vez saben más de sus patologías y lo comparten en tiempo real (los denominados Pacientes Empoderados). El reto encima de la mesa es cómo sacar partido de ello, lejos de considerarlo un problema. Debemos sumar ventajas, no añadir inconvenientes.

La interacción entre pacientes no debe verse nunca como un sustituto de la prescripción del médico, el enfoque sería erróneo. Pero sí puede ser una mejor concienciación del propio paciente acerca de la importancia de cuidar su salud. Darle espacio al propio paciente hace que éste se encuentre involucrado desde el principio, confiado con el diagnóstico recibido y en la mejor disposición para hacer frente a su problema de salud. Involucrarles es parte de la solución, no del problema.

Los pacientes demandan contenidos de salud y requieren la presencia de los profesionales en las redes sociales, pero la resistencia de los sanitarios en general a lanzarse a estos canales marca la realidad actual del uso de estas formas de comunicación.

En la red la popularidad no implica calidad, y es que existe mucho contenido que desechar que presta a errores y confusiones, y que da lugar a preocupaciones que debemos atender los médicos en nuestro día a día. A menudo es difícil que los pacientes sepan lo que es una información médicamente objetiva o correcta. Se sienten abrumados con tanta información existente, un reto para los médicos que no están capacitados para hacer frente a los pacientes afectos de cibercondria (hipocondria favorecida por los entornos digitales) que cuestionan diariamente su credibilidad en las propias consultas.

Como médicos en estos días en que la información fluye y fluye por la red, en estos tiempos de infoxicación (exceso de información), definir unas buenas fuentes de conocimiento que te ayuden a diferenciar el grano de la paja y te facilite centrar tus esfuerzos hacia aquello que realmente te interesa, es fundamental saber categorizar y priorizar nuestras horas delante de una pantalla para poder llegar a ser algo productivos.

Los avances en este campo se han producido básicamente a partir de iniciativas voluntariosas de profesionales que sí creen en estos medios como canales de comunicación y formación. Profesionales que han sido conscientes de que lo que no se comparte se pierde, ya sea en su relación con sus compañeros, con la institución para la que trabaja o con los pacientes, aunque hayan sido considerados como “frikis” desde hace años en su entorno.

Aquellos médicos que sean capaces de crear contenido de calidad transmitiendo confianza a los pacientes mejorarán, sin duda, la calidad de la atención sanitaria y como rebote su reputación como profesionales.

Incluir el manejo de redes en la formación reglada del sanitario se presenta como una necesidad imperiosa para vencer la sensación de vértigo digital, de este miedo a la exposición. Saber explicar la utilidad que tienen las redes sociales para dar contenidos de calidad y ayudar a los pacientes, sin olvidar que son una herramienta nueva para prestigiarse tanto en el ámbito asistencial como de relaciones interprofesionales. u

Referencias:

- Impacto de las redes sociales en el sector salud. José

García Avilés (08/05/2015). Social Media en investigación. http://socialmediaeninvestigacion.com - La calidad asistencial a través del marketing en salud 2.0. El Blog de COODEX. https://www.coodex.es/ - Redes y salud: el despegue 2.0 lo deben liderar los sanitarios. Nuria Fernández Gámez. (10/09/2016) Redacción Médica. https://www.redaccionmedica.com

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