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EL DESEMBARCO NORTEAMERICANO EN MAZAGÓN DURANTE LA GUERRA DE CUBA. HUELVA EN ESTADO DE SITIO José Luis Gozálvez Escobar / Antonio Ramírez Almansa
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EDITA Fundación Municipal de Cultura de Moguer
HISTORIA
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COORDINACIÓN Manuel Padilla DISEÑO Y MAQUETACIÓN Miguel Ollero Márquez FOTO PORTADA “Flujo” Juan Carlos Ordóñez FOTOS SECCIONES Jesús M. Marchena Márquez Julián Ropero Archivo Edf. Multifuncional FOTOGRAFÍAS Rafael Andrés Julián Ropero Díaz Juan Carlos Ordóñez María José Carmona Manuel Padilla campingdonana Javier Toscano Jesús M. Marchena Márquez Pedro Rodríguez Paco López José Antonio García Francisco Romero Cáceres Autores de artículos
DEPÓSITO LEGAL H-204-2003 Las notas y opiniones aparecidas en los presentes trabajos son de exclusiva responsabilidad de sus autores.
LETRAS
IMPRIME
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LOS PIRATAS QUE ASOLABAN LA COSTAS DE MAZAGÓN Y DOÑANA José Antonio Mayo Abargues
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SUBMARINOS ALEMANES EN LA COSTA DE MAZAGÓN DURANTE LA I GUERRA MUNDIAL Enrique Nielsen
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MAZAGÓN, ¿PLAYA FENICIA O FILISTEA? Rodolfo Barón
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LA MAR DE MARINES. MAZAGÓN, 1964 Manuel Padilla
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EL UNIVERSO DEL MAR Pablo Tornero
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PROPÓSITOS Juan Cobos Wilkins
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SÉ DE UN LIBRO Juan Drago
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ORIENTACIÓN PARA UNA LECTURA ADECUADA Enrique Linares Guzmán
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COMO AGUA ENTRE LOS DEDOS Juan de Molina
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MULTIVERSOS Antonio Orihuela
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TENGO UNA CITA CON LA MUERTE Pablo Rodríguez-Thorices Arroyo
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LA RUTA DE LOS SUEÑOS Félix Morales Prado
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CONOCIENDO A D. FRANCISCO GINER DE LOS RÍOS (Y 2) Francisco Domínguez Díaz
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EL BARCO FANTASMA Cristina Font Briones
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ADENTRO Teresa Suárez
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MAZAGÓN, BÓVEDA NATURAL Octavio C. Velasco
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DEL VERSO INACABADO. SUMERIA 0 Dolores Izquierdo Labrado
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El contenido de esta publicación no puede ser reproducido ni total ni parcialmente sin mencionar la procedencia.
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LETRAS CIVITAS
MEMENTO Diego Ropero Regidor
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INQUINA Sefi Cárdenas Cumbreras
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METÁFORA ELOCUENTE Pedro Rodríguez
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UN SIGNO DE INTERROGACIÓN Sofía Vega Lepers
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ROMÁNTICA PRIMAVERA Mª Jesús Barquero
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LA VOZ DEL TIEMPO José Antonio García
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FUEGO El Fenicio
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EL DESAYUNO Pedro Camacho
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A PROPÓSITO DE UN NOMBRE: “MONTES HARENI” Teresa Murillo Díaz
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PINTOR MIGUEL BALLESTA MAQUEDA, IN MEMORIAM Manuel Ballesta
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ENTRE AROMAS DE PINARES F. Andrés Fernández Flores
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ENTORNO DE MAZAGÓN. ESPACIO NATURAL Vicente Romero Macías
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RESTAURACIÓN DEL GRAN INCENDIO DE DOÑANA UN AÑO DESPUÉS Miguel Ballesta Meichsner
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MAZAGÓN. SUS AIRES E INFLUENCIAS Concha Gorostiza Dapena
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MAZAGÓN EN PERSONA. MANUEL GUTIÉRREZ, UN ROCIANERO QUE VIO CRECER MAZAGÓN José Antonio Mayo Abargues
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PROGRAMA DE FESTEJOS Y CARTEL
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Saluda del Alcalde D e nuevo tengo la oportunidad de dirigirme desde las páginas de esta revista; tanto a los vecinos y veci-
sigue siendo seña de identidad de nuestra tierra. También nuestra playa sufrió esta primavera graves daños ocasionados por los temporales, unos daños que hemos intentado solucionar cuanto antes dentro de nuestras competencias y responsabilidades, y que también se están subsanando poco a poco desde los organismos que tienen encomendada la gestión de nuestra costa; permitiéndonos afrontar la temporada estival con más optimismo, y esperanzados de que próximamente se adopten las medidas necesarias para que ese tipo de episodios no pongan en peligro el futuro de esta playa nuestra, que quiere seguir siendo un destino turístico preferente.
nas de Mazagón, como a quienes nos visitan durante la temporada estival para disfrutar junto a nosotros del encanto y la belleza de nuestra singular playa.
Como alcalde de Moguer quisiera, en primer lugar, agradecer la generosa aportación de todas las personas que han colaborado en hacer posible este nuevo número de “Marzagón”, una publicación que, con el paso de los años, se ha convertido en elemento imprescindible de nuestras fiestas de verano, y en el mejor vehículo para difundir la historia, la cultura y la singular idiosincrasia de esta hermosa tierra abierta al mar y al mundo, que quiere seguir siendo referencia de convivencia responsable, y de respeto por el privilegiado entorno natural que nos rodea.
Con esta esperanza y esta ilusión afrontamos ahora nuestras fiestas de verano, y lo hacemos satisfechos de poder ofreceros un espacio tan hermoso como nuestro parque público, y una programación de actividades que confiamos contribuya a que podamos disfrutar de unos días de plena alegría y sana convivencia, en los que de nuevo salga a relucir el carácter abierto y generoso de nuestra gente.
Pese a los graves problemas que el azar ha puesto en nuestro camino en los últimos meses; primero el devastador incendio del pasado verano, y luego los fuertes temporales que nos azotaron durante la primavera, Mazagón no ha perdido su sonrisa, y sigue resplandeciendo como uno de los lugares más atractivos de nuestro litoral, un espacio de concordia donde la vida vuelve a latir con pulso fuerte, gracias al trabajo de los hombres y mujeres que la habitan y al compromiso que intentamos mantener siempre con ellos quienes tenemos la responsabilidad del gobierno municipal.
Por último, quisiera agradecer la decisiva aportación a nuestra feria del autor del cartel de este año, Jorge Pérez González, un artista de la imagen nacido y criado en nuestra tierra, que nos ha regalado un atractivo trabajo que sin duda contribuye a realzar con su frescura estos días en los que la alegría inunda Mazagón.
Un año después del azote de las llamas, Mazagón ha recuperado buena parte de su riqueza natural y paisajística, y gracias a los planes de regeneración que se han puesto ya en marcha desde las administraciones competentes, estamos seguros de que aquellos trágicos días que asolaron nuestros montes, serán tan solo un mal sueño, que nos ayudará a valorar aún más ese privilegiado patrimonio medioambiental que ha sido y
Desde el reconocimiento a todas las personas y asociaciones que hacen posible con su esfuerzo diseñar, organizar y llenar de contenido estas fiestas de verano, y con el deseo de que vecinos y visitantes encontréis alicientes y atractivos para vivirlas plenamente, recibid un afectuoso saludo.
Gustavo Cuéllar Cruz ALCALDE DE MOGUER
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Saluda del Teniente de Alcalde
M azagón se prepara para vivir un año más la gran explosión de alegría festiva de su feria de verano, un evento
También el deporte ha tenido un destacado protagonismo; convirtiendo a Mazagón en foco de actualidad, con eventos tan importantes como fue la multitudinaria llegada de la Huelva Extrema, la Copa Andalucía de Valorcesto o el Campeonato de Andalucía de baloncesto que acogimos en nuestro pabellón; donde también se celebran este verano citas tan atractivas como la multitudinaria Master-Class de zumba, o la salida del ya tradicional senderismo nocturno que nos permitirá disfrutar un año más del encanto de las Perséidas. Competiciones de tenis, fútbol 7, ajedrez o pádel; sin olvidar nuestros campamentos de verano, a los que acuden cada año más chavales; o la intensa programación deportiva de estas fiestas de verano que vamos a vivir en solo unos días, han convertido también a Mazagón en un espacio donde disfrutar del deporte en todas sus manifestaciones.
en el que vecinos y visitantes encuentran alicientes para pasar unos días de convivencia y disfrute en el singular recinto de nuestro parque público.
Como concejal responsable del Ayuntamiento de Moguer en Mazagón, quisiera aprovechar este momento para destacar algunas de las iniciativas que hemos impulsado este año desde el equipo de gobierno para construir un Mazagón más habitable, mejor dotado y con más atractivos para todos. La ejecución de nuevas actuaciones de eliminación de barreras arquitectónicas y mejoras en calzadas y acerados ha sido una constante en los últimos meses; destacando, entre estas obras, el nuevo asfaltado en el acceso principal a nuestra localidad y en la calle Rompeolas; y se ha impulsado un proyecto de eficiencia energética en el colegio El Faro que permitirá un importante ahorro y aumentará la comodidad del centro. Estas iniciativas van a tener próximamente continuación con actuaciones tan destacadas como la reurbanización de la Avenida Conquistadores, la ampliación de instalaciones en nuestro centro de deportes, o la construcción de una pasarela turística entre los chalets de Casas de Bonares y la playa del Parador; proyectos todos ellos contemplados ya en el nuevo presupuesto municipal.
Y pese al lamentable incendio del pasado año del que afortunadamente nuestros montes van recuperándose poco a poco, y a los daños ocasionados por el temporal en las infraestructuras de saneamiento que logramos subsanar en breve plazo, nuestra playa del Parador sigue ostentando los máximos galardones que acreditan su belleza y los servicios que ponemos a disposición de los bañistas; como son la Bandera Azul y el distintivo Q de Calidad. Ahora llega el momento de disfrutar de la fiesta; y, por ello, tengo que agradecer tanto a quienes se ocupan de que todas las infraestructuras necesarias estén a punto en estos días, como a quienes llenan de contenido con sus propuestas e iniciativas nuestro programa de festejos; el cariño y la generosidad que han puesto un año más para que podamos vivir unos días inolvidables.
El apoyo a los distintos colectivos y entidades ciudadanas de Mazagón ha sido también muy importante en el último año, con especial atención a las asociaciones de mujeres y mayores, y los clubes deportivos; en cuyas iniciativas, hemos intentado colaborar en todo lo posible.
Por último, quisiera también agradecer la labor de todas las personas que hacen posible con sus trabajos, artículos y colaboraciones gráficas, que esta revista que tenéis en vuestras manos nos llene de orgullo por la calidad y el interés de sus contenidos, y se convierta un año más en una de las mejores publicaciones que ven la luz en nuestra provincia.
Si hablamos de cultura, no cabe duda de que también hemos disfrutado de una de las programaciones más completas y de mayor calidad de los últimos años, con un ciclo Mazagón Jazz que superó todas las expectativas, con nuestra sala del edificio multifuncional ofreciendo numerosos espectáculos de teatro, música o danza, o con la intensa programación Luna de Verano, que estamos viviendo ya con propuestas y atractivos para todo tipo de públicos.
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Francisco A. Martínez Pérez TENIENTE DE ALCALDE DE MAZAGÓN
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Con la seguridad de que sabremos vivir unas fiestas de verano donde imperen la convivencia, la alegría y el respeto a nuestro singular recinto ferial, recibid un cordial saludo.
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El desem�arco norteamericano en
mazagón
durante la Guerra de Cuba. Huelva en estado de sitio1
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Maniobras navales de la escuadra francesa a principios del siglo XX. Gallica, Biblioteca Nacional de Francia.
Por José Luis Gozálvez Escobar
Antonio Ramírez Almansa
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emanas antes de la derrota de Cavite, ocurrió un suceso excepcional y poco conocido en Huelva: el anuncio de un desembarco de fuerzas norteamericanas en las costas onubenses, desde donde se tomarían Sevilla y Cádiz y así forzar la rendición del ejército español en Cuba y Puerto Rico. Siguiendo con la información que proporciona la prensa local, y que mantuvo durante más de un mes la falsa noticia, ya lo publicaba La Provincia de 7 de mayo de 1898. Se reproducía un bando del Gobernador civil, don Jerónimo Montilla y Adán, proclamando el estado de sitio en Huelva, al que se sumaba la declaración, el mismo día por la tarde, del estado de guerra en la capital y provincia; asumiendo el mando de la misma el Gobernador Militar, don Eduardo Teijeiro. 1
Tomado de José Luis Gozálvez y Antonio Ramírez, La Guerra de Cuba en Huelva. La batalla naval de Manzanillo en la carta de Carmelo Ruiz a sus padres en Rociana, 1898, Huelva, Diputación Provincial y Ayuntamiento de Rociana, 2017.
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No se trataba de ninguna broma. En toda España fueron suspendidas las garantías constitucionales. Sagasta tomó la iniciativa. En Madrid, los bandos en los que se ponía en vigor se promulgaron el 2 de mayo. Sin Cortes y sin libertad de prensa, al amparo del mutismo impuesto, España podía verse arrastrada a una «sumisión indecorosa», según la frase que generalizaron los periódicos, decidida por las grandes potencias en el momento en que determinaran que había que firmar la paz. Suspendidas las libertades de expresión y reunión, los periódicos callaron o salieron censurados a causa de los comentarios, nunca fundados, de las murmuraciones sobre las amenazas a nuestro país por parte de los norteamericanos. Una de las consecuencias que tuvo este tremendo bulo fue la activación de las defensas de los puertos peninsulares, pues se temía la llegada inmediata de la escuadra del Comodoro Watson, encargada de atacar objetivos no precisados en las costas españolas. El ministro plenipotenciario alemán en Washington, Holleben, en sus despachos y telegramas, desde mediados de julio hasta fines del mismo mes, se ocupó frecuentemente de la proyectada acción naval contra las costas españolas. Se refería siempre a ataques contra las costas peninsulares y el posible establecimiento de una base en las Canarias y las Baleares. Lo mismo ocurría con su colega austrohúngaro, Hengelmüller; aunque, los informes de Carabineros. Servicios de Costa, 1890. éste son más escasos. Igual fenómeno se observaba en la información periodística; tanto la difundida en los Estados Unidos, desde Washington y Nueva York2, como la que los rotativos europeos, incluidos los españoles, aunque censurados, ofrecían a sus lectores. Incluso días más tarde de la derrota del 1 de mayo en la batalla de Cavite (Filipinas) y el 3 de julio de la destrucción de la flota de Cervera, en la batalla de Santiago de Cuba, el 19 de ese mes de 1898 se declaró alerta máxima en Lanzarote. Se temía la invasión inminente de la isla para aquella misma noche. Se movilizaron voluntarios y se cavaron gran cantidad de trincheras. Por los mismos días, el presidente del gobierno español, Práxedes Mateo Sagasta, explicaba la necesidad de capitular en parte, porque «las Baleares, las Canarias y la Península española estaban en peligro». Y todo esto, además, conociendo las declaraciones del presidente norteamericano Mc Kinley, que aseguraba que no permitiría desembarco alguno en las Canarias «ni siquiera para aprovecharlas como base de operaciones contra la Península». Por este motivo se llegó a abrir una suscripción popular para la defensa de las Islas Canarias. Conocemos la noticia porque la Diputación de Huelva hizo entrega de 75.000 reales para socorrer a su defensa. Esta solidaridad económica involucró a casi toda España3. Pero, volviendo a Huelva, tanto cundió el miedo y la situación llegó a ser tan agobiante, que muchas familias huyeron a Sevilla desde Huelva, Cádiz y otros puertos ante el temor de que la invasión de la escuadra yanqui comenzara por nuestra costa en lugar de las Canarias. Cuando todavía no habían tomado los norteamericanos Santiago de Cuba, los diarios sevillanos ya se hacían eco del temor popular a un posible desembarco estadounidense en las propias costas españolas, exigiendo al gobierno la mejora de sus defensas. El Porvenir hablaba incluso de la posibilidad de que la escuadra norteamericana remontara el Guadalquivir hasta Sevilla. Los militares, presionados por esta opinión, también adoptaron medidas en Huelva, como recoge La Provincia del 28 de junio de 1898: 2 3
Puede verse en Luis Álvarez Gutiérrez, «Tánger en la guerra hispano-norteamericana de 1898», Boletín de la Real Academia de la Historia. T. CXCV. N. I. AÑO 1998. Así lo informaba La Provincia en los números de finales de mayo.
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Llegada del general Ochando. A las nueve de la mañana de ayer desembarcó en el muelle de madera de este puerto, el capitán general de Andalucía, Sr. Ochando, que viene a ésta con el objeto de inspeccionar las costas, y entradas del puerto para defenderlas, ante la eventualidad de un ataque de la escuadra norteamericana. Como la llegada estaba anunciada para las cuatro de la mañana, desde esa hora estaba en el muelle, esperando al capitán general, toda la oficialidad de esta plaza y bastante público. A eso de las ocho y media fondeó, frente al muelle de madera, el transporte «General Valdés», donde venía el capitán general acompañado de sus ayudantes. El general piensa poner el puerto en magníficas condiciones de defensa, emplazándose baterías en La Rábida y Punta Umbría. A las diez de la noche embarcó el capitán general en el «General Valdés», a donde pasó la noche, saliendo esta mañana para Cádiz. Y así fue. En días sucesivos y en el mismo periódico se van describiendo los refuerzos militares que llegarían a Huelva: en tren acudió una compañía del Regimiento de Córdoba nº 10, procedente de Jerez y Cádiz, que se alojó en el cuartel de la plaza de San Francisco; se instalaron baterías de 9 cm. en el puerto y torpedos a la entrada de la barra. Los torpederos españoles «Orión», «Habana» y «Halcón», saldrían enseguida de la bahía de Faro con dirección a Ayamonte. Se les encargaría la vigilancia en la costa hasta la Torre del Oro. El «Orión» fue encuadrado en la Segunda División de Torpederos, que debía defender Ferrol y las Rías Bajas ante un hipotético ataque de los Estados Unidos. Salió de Cádiz hacia su nueva base gallega en compañía de los torpederos «Habana» y «Halcón». Frente a la costa portuguesa sufrió una avería, permitiendo las autoridades lusas que fondeara en Faro para repararla. Esta parada obligatoria explica que se pudiera ordenar a los tres barcos volver de momento hacia las aguas de Huelva4. Cerca de Niebla, se preparó junto a la estación un almacén de complemento para uso exclusivo militar. Se trajeron 16 piezas del parque de Artillería de Sevilla, de las que se montaron cuatro en Punta Umbría con su equipo de carruaje, otras cuatro cerca de la Rábida y las demás repartidas por Mazagón. Estas baterías simples, de tiro rápido, tenían la misión de impedir los desembarcos. Mientras que los morteros y los obuses de gran calibre, destinados en el Picacho, utilizaban el fuego curvo para batir las cubiertas de los buques enemigos. Los torpedos, que tenían como complemento las minas submarinas, se montaron en la batería flotante «Nervión», fondeada en la entrada del canal del Padre Santo. El colmo del disparate llegó al anunciarse en La Provincia del 18 de agosto que nada menos que 14 buques yanquis habían tomado posiciones a tiro de cañón de las costas onubenses. La noticia partía de la alerta de un carabinero del cuartel de Mazagón: Alarma. En la madrugada del sábado al domingo último, hubo en ésta un poco de alarma, motivada por la absurda noticia que corrió de que 14 buques yankis estaban extendidos en línea de combate, desde la barra de esta ría hasta la de Ayamonte. El hecho, motivo de la alarma, fue el siguiente: A las dos de la madrugada, el señor comandante de Marina de este puerto recibió la noticia de que desde la barra, por medio del teléfono, transmitían que 14 buques de guerra, algunos al parecer de gran porte y de aspecto sospechoso, estaban anclados enfrente de la barra. Esta noticia no la transmitía el vigía de la barra, hombre, según nos han asegurado, peritísimo en sus funciones, sino uno de los carabineros que prestan servicio en aquellas costas. La noticia se puso también en conocimiento del gobernador civil y militar, del alcalde y de los oficiales del ejército, los cuales se fueron al muelle a ver si se confirmaba o se rectificaba. 4
Juan Luis Coello Lillo y Agustín R. Rodríguez González, Buques de la Armada Española a través de la fotografía (1849-1900), Madrid, Agualarga, 2001.
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El cónsul francés en Huelva, M. Hippolyte-Auguste Navlet-Canon. Archivo de José García Díaz.
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«Certificats d’immatriculation» del cónsul francés en Huelva, M. Hippolyte-Auguste Navlet-Canon. Archivo de José García Díaz.
Allí permanecieron algún tiempo hasta que, a eso de las cuatro de la mañana, transmitieron desde la barra que los misteriosos buques habían desaparecido. Poco después, llegaba desde aquel punto un práctico, que explicaba el hecho de la siguiente manera: Como ahora está prohibido que entren de noche buques en la ría, el vapor «Lafite», que llegó a la entrada de la barra a eso de las diez de la noche, se vio obligado a anclar un poco más allá de ella. Las luces de dicho buque, en unión de las de otros vapores de pesca que salen de Sanlúcar y se extienden por nuestras costas, dio origen a que el carabinero, que bajo su responsabilidad dio la noticia, imaginase todo lo que quisiera. Otros, sin embargo, continuaron manteniendo que los buques pertenecían a una escuadra francesa o inglesa. En el mismo día, el periódico sevillano El Porvenir y El Progreso repetían la misma noticia pero con diferente orden de censura: Alarma en Huelva, ante la amenaza de los norteamericanos. Anoche circuló en la ciudad un rumor alarmante, se decía que la escuadra yanqui se encontraba a la vista en el puerto. La ciudad onubense temblaba ante la posibilidad de que aquello fuera cierto. Todo casi perfecto mientras los españoles se ocupaban en esperar en las cercanías de Gibraltar, el desembarco definitivo sería por Huelva. Tomada la ciudad, las tropas se adelantarían hacia Sevilla. Un plan perfecto para coger fuera de sitio a las fuerzas españolas. La noticia había corrido por las calles de la capital y luego se había expandido por los lugares colombinos: Moguer, San Juan del Puerto, Palos de la Frontera... Entre las nueve y las diez de la noche se telegrafió del cuartel de carabineros de Mazagón a las autoridades de la comandancia de marina, que delante de ellos habían anclado catorce buques de guerra de nacionalidad desconocida. El Gobernador militar, de acuerdo con el comandante de marina, dispuso que todas las fuerzas, tanto de mar como de tierra, se pusieran sobre armas [...] a la vez se ordenaba a todos los buques surtos en el puerto que se abstuvieran de salir [...]. A la seis de la madrugada se recibió un telefonema de Mazagón, diciendo que los barcos habían salido con rumbo desconocido. Solo bastante después se conoció que no era justificable el miedo que había embargado a las autoridades civiles y los jefes militares. Los referidos buques nada tenían que ver con la esperada escuadra norteamericana. Pertenecían a la marina francesa que se dirigía de maniobras a África. Noticia confirmada a los reporteros de estos dos periódicos sevillanos por el cónsul francés en Huelva, Hipólito Augusto Navalet-Canon, ante el grave cariz que había tomado esta noticia y el revuelo que había provocado en toda la provincia.
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Los pira�as
que asolaban las costas de MAZAGÓN y DOÑANA
El almirante Garrocho vence a los corsarios africanos. Fuente: Crónica General de España. Cayetano Rossell.
Por José Antonio Mayo Abargues
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ace más de cuatrocientos años, los piratas turco-berberiscos (musulmanes), desde sus bases en el Norte de África, asolaban y saqueaban los poblados próximos a las costas de Mazagón y Doñana impunemente, por ser ésta una zona inhóspita en la que no existía ninguna vigilancia, ni tampoco contaba con ningún tipo de sistema defensivo. Sanguinarios piratas, como Arranz Mohamet, Solimán el Negro y Papasali, tuvieron durante muchos años atemorizados a los habitantes de esta zona.
Apresaban a sus gentes, a los pescadores que faenaban en sus aguas y a todos los que transitaban por ellas, para secuestrarlos y luego devolverlos a sus familias cobrando un rescate. Otros, eran vendidos como esclavos en el mercado musulmán; por lo general vendían a las mujeres, que eran utilizadas para trabajos domésticos o como concubinas, y a los hombres más jóvenes para remar en las galeras, donde terminaban dejando su vida. El resto eran decapitados; así de crueles eran estos piratas. Mucho se ha escrito, criticado y deplorado sobre la esclavización de los africanos por parte de los blancos; sin embarco, se ha ignorado la esclavitud de los blancos por parte de los africanos del Norte, que fue tan siniestra como la de los blancos. Al llegar a África era tradición obligar a los esclavos cristianos a desfilar por las calles de la ciudad para que la gente se riera de ellos; era una respuesta de rencor y rabia por haber sido expulsados de España en el pasado. Sólo una familia de Huelva tuvo el valor de enfrentarse a ellos, perseguirlos y expulsarlos de estas costas: la ilustre familia de los Garrocho, una saga encabezada por Juan Martínez de Vega y Garrocho, oriundo de Santander, noble del Valle de Carriedo y afincado en Gibraleón a finales del siglo XIV. Su hijo, Martín de Vega y Garrocho, alcaide del castillo y fortaleza de Gibraleón, ya establecido en Huelva, murió lanceado al enfrentarse a los corsarios en el intento de tomar Túnez en 1541.
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Su descendiente, el capitán Andrés de Vega y Garrocho, el héroe de más graduación de toda la familia, fue visitador de las Armadas y Flotas de Indias, durante más de doce años, y Almirante de la Armada en la conquista de Larache, en la que participó su hijo Juan de Vega y Garrocho. En 1581, Juan de Vega y Garrocho, al regresar con su padre de la “Jornada de Larache” fue capturado por el temible pirata Papasali, cuando navegaba por la costa de Arenas Gordas, y no fue rescatado hasta cuatro años después. En aquellos tiempos, Huelva contaba con numerosos barcos de transporte y de viajeros, además de jábegas, cazonales, chinchorros, lavadas, y otras muchas embarcaciones que se empleaban en la pesca, surtiendo de pescado a la provincia, a Sevilla y a gran parte de Extremadura, un atractivo más para los piratas africanos. Preocupado por esta situación, el duque Juan Alonso Pérez de Guzmán ordena construir una galeota en el astillero de Huelva que, bien pertrechada y servida de gente diestra y de valor, dotada de buenas armas y municiones de guerra, fuese capaz de hacer frente a estos piratas y defender la costa de Huelva. Y así, nació la famosa Galeota de Huelva, que fue capitaneada por Juan de Vega y Garrocho, llegando a ser el terror de la piratería musulmana. Su hijo, el capitán José de Vega, continuó con el empeño de su padre de hacer desaparecer a los piratas de las costas onubenses por espacio de nueve años, y con tres barcos, entre los que se encontraba la célebre Galeota de Huelva, y una dotación de 200 hombres se dedicó a atacar barcos piratas, apresando a los más temibles piratas de estas costas. Salió de nuevo con su padre en tres barcos luengos, y rindió y cautivó al cruel y sanguinario Papasali y ciento ochenta y un turcos, dando libertad a seis cautivos. Como consecuencia de este enfrentamiento, José de Vega salió herido. En el cabo de Santa María derrotó a una fragata turca, la rindió con ciento treinta y nueve tripulantes y su capitán Arranz Mohamet. Y en la Barra de Huelva luchó contra dos embarcaciones de moros, rindiendo la que mandaba Solimán el Negro, apresando ciento cuarenta y cinco turcos, matando trece y dejando heridos a veintiuno. La galeona era una galera menor que constaba, a lo sumo, de dieciséis o veinte remos por banda y tan solo un hombre en cada uno. Fuente: www.capitanalatriste.com
Una leyenda cuenta que el pirata Papasali estaba obsesionado por las ballenas y otros “monstruos marinos”. Aprovechándose de esto, el capitán Garrocho construyó una estructura sobre un barco y le pintó ojos y dientes simulando un monstruo marino. El barco-señuelo fue dejado varado cerca de la costa, sin los palos, para que pareciese una ballena. Cuando el pirata Papasali se acercó a comprobar lo que era, fue acorralado y apresado. Como todas las leyendas, no sabemos si sucedió realmente o si fue solo un mito. Pero, aquella temible Galeota de Huelva, que hizo respetar estas costas derrotando a grandes embarcaciones, haciendo prisioneros a sus tripulantes y colgando sus banderas, a modo de trofeos, en la capilla mayor de San Francisco —propiedad de la familia—, no tuvo un final feliz. Las diferencias entre los ministros del rey sobre el reparto de las presas creó una situación incómoda para todos y se mandó quemar la galeota. Es evidente que la corrupción no es un invento de nuestros días.
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Ya en el año 1598 se había proyectado la construcción de 40 torres para vigilar la costa andaluza, desde la desembocadura del río Guadiaro, en San Roque (Cádiz), hasta Ayamonte (mandato Felipe II- 1556 - 1598) ; aunque su ejecución no tuvo lugar hasta cuarenta años después (mandato Felipe III -1621 - 1665), por conflictos de índole económicos entre los pueblos implicados en su ubicación. Algunos Concejos Locales, que eran los encargados de administrar y gobernar los municipios, argumentaron falta de recursos económicos, injusto reparto de gastos, tanto para su construcción como para su mantenimiento y mala elección de sus emplazamientos, que más tarde fue demostrado, ya que estaban demasiado alejadas entre sí y dejaban un amplio campo de costa sin batir. Algunas de estas torres no se llegaron a construir nunca; hay serias dudas sobre la construcción de la Torre de Marijata (El Portil), incluida en este proyecto. Sin embargo, sí hay referencias históricas sobre la Torre de Morla, situada en Mazagón, entre la Torre del Oro y la Torre Arenillas, que desapareció muy pronto por los embates del mar. La desaparición de esta torre dejó desprotegida una gran franja del litoral de Mazagón, que tuvo que ser cubierta por vigías en chozas o torres improvisadas. En 1768 se elaboró un proyecto para construir una nueva torre en la Punta del Picacho, cerca de donde estuvo la desaparecida Torre de Morla. Nunca se llegó a construir. Estas torres hacían la función de torres vigía, encendiendo hogueras por las noches, y por el día humaredas o agitando lienzos blancos para avisar a las demás torres, que con estas señales avisaban también a los poblados de la proximidad de los piratas para que estuviesen preparados para el ataque. Por eso, estas torres reciben el nombre de Torres Almenara, y su nombre viene del árabe, que quiere decir atalaya donde se enciende un fuego para alertar de algún peligro. Pero, si hablamos de piratas, también tenemos que hablar de los piratas de nuestra época, de esos gobernantes que son capaces de aniquilar la historia de un plumazo, despreciando a insignes personajes que derramaron su sangre por la defensa de las costas onubenses; aunque Huelva, en general, también fue muy desagradecida y muy cruel con la familia Garrocho. A finales del siglo XX, la casa-palacio que la familia tenía en el número 18 de la calle La Fuente, de Huelva, fue derribada; argumentando razones urbanísticas; una casa cargada de historia…, y fueron muy pocos los que salieron en su defensa. El historiador onubense Diego Díaz Hierro intentó con su pluma salvarla de la piqueta, en un artículo publicado en el ABC de Sevilla el 23 de diciembre de 1965; pero, finalmente, la historia de la saga de estos ilustres marinos se perdió entre los escombros y fue a parar a un vertedero. Sin embargo, estos mismos gobernantes van dejando sus nombres sembrados por las calles en placas inaugurales, como si de grandes héroes se tratara.
Lápida funeraria de la familia Garrocho, rescatada de la antigua iglesia de San Francisco. Actualmente se encuentra en los jardines del Santuario de Nuestra Señora de la Cinta.
En 1964 ya había sido derribada la iglesia de San Francisco, un edificio del siglo XVI, donde la familia Garrocho tenía su propia capilla en la que estaban enterrados algunos de sus familiares. La lápida funeraria fue rescatada del derribo y, desde 1975, se encuentra en los jardines del Santuario de Nuestra Señora de la Cinta. En el grabado de la piedra consta la siguiente inscripción: “ESTE ENTIERRO Y CAPILLA MAYOR ES DEL SEÑOR CAPITÁN ANDRÉS GARROCHO, ALMIRANTE POR SU MAJESTAD Y VICEGENERAL DE SUS ARMADAS Y DE SUS HEREDEROS, AÑO DE 1.604”.
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Foto: José Sánchez Romero Interior de la casa de la familia Garrocho, en la calle La Fuente (Huelva), tristemente desaparecida.
Fuentes consultadas: Crónica General de España. Cayetano Rossell. La piratería y la rendición de cautivos en las costas de Huelva. Siglos XVI-XVIII, José Luis Gozálvez Escobar. Torres de almenara de la costa de Huelva, Luis de Mora Figueroa.
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Dibujo de la revista Le Miroir sobre el abastecimiento a un submarino alemán en el cabo Tres Forcas, cerca de Melilla, 28 de noviembre de 1915 (AHN, H-3125).
Por Enrique Nielsen
Sub�arinos alemanes en la costa de
MAZAGÓN durante la I Guerra Mundial
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uando estalló la Gran Guerra en el verano de 1914, España declaró su neutralidad de forma casi inmediata. En consecuencia, pocos podían imaginar que la pequeña ciudad de Huelva y la propia provincia, jugarían un extraordinario papel en el conflicto. Los campos de batalla se hallaban lejos y la población onubense seguía con su ritmo habitual; aunque, de forma paulatina, la guerra iría penetrando en el día a día onubense. Generaría una influencia negativa en cuanto al empleo, siendo la causa de la carestía de los productos alimenticios; circunstancias que afectaron a toda la provincia y ,de forma significativa, a las comarcas mineras. Sólo unos pocos visionaron con asombro el gigantesco conflicto que se cernía sobre la vieja Europa.
Y es que la situación estratégica de Huelva era muy destacada. Por un lado, su puerto, salida de los minerales necesarios para la industria bélica británica. Y por otra parte, su cercanía al Estrecho de Gibraltar, paso obligado para acceder al Mediterráneo. Estas circunstancias harían de Huelva un lugar de intrigas y espionaje entre los germano-austríacos y los aliados, asentados en estas tierras suroccidentales. Sabotajes, amenazas a las tripulaciones, hundimientos de mercantes y aprovisionamiento de los submarinos, fueron algunas de las actividades, ocultas a los ojos de los onubenses, que transformaron este rincón de la península en un lugar relevante de la guerra secreta en tierra neutral. Por lo tanto, un gran damnificado fue el Puerto de Huelva, uno de los mayores exportadores de minerales de pirita, no sólo de España, sino del mundo. Hasta la Primera Guerra Mundial, la participación de España en el mercado europeo de piritas ascendía al 71,2%; correspondiendo el 50% a dos empresas onubenses: las Compañías de Tharsis y Riotinto.1 Pero, analizando los datos correspondientes al movimiento de mercancías 1.
Mojarro Bayo, La Historia del Puerto de Huelva, p. 510.
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Situación de los mercantes hundidos o atacados por los submarinos alemanes cerca de Huelva (Elaborado por Enrique Nielsen).
en el Puerto de Huelva, se constata que el tráfico total fue disminuyendo anualmente y de forma variable durante el conflicto, produciéndose un acusado descenso a partir de 1917, año en el que Alemania declararía la guerra submarina sin restricciones. Las cifras de hundimientos y ataques hacia aquellos mercantes, que tenían relación comercial con Huelva resultan sobrecogedoras. La beligerancia submarina llegaba hasta la misma boca de entrada al puerto onubense. Los sumergibles alemanes, incluso, se permitían utilizar las almadrabas cercanas a la Barra de Huelva, como escondite para atacar por sorpresa a los cargueros que navegaban por nuestra costa. Las noticias de cañoneos en el mar, que al principio del conflicto resultaban extraordinarias y sorprendentes, para el año 1917 se habían convertido en rutinarias para la población onubense. La costa mazagonense, por su proximidad a la entrada al puerto de Huelva, fue testigo de las correrías de los submarinos alemanes, que campaban a sus anchas por estas aguas, sin que ninguna fuerza naval aliada o neutral les hiciera frente. Paso a describir varios de los hundimientos que se produjeron, así como el aprovisionamiento de dichos submarinos en esta zona costera. Tres de Maio, vapor portugués El sábado 14 de abril de 1917, el vapor portugués Tres de Maio de 163 Tm y matrícula de Lisboa fue cañoneado por el U-52, a unas 12 millas al este de la barra de Huelva. Este pequeño buque había salido de Lisboa con un cargamento de gasolina y petróleo para Gibraltar y Melilla. Serían las cuatro de la tarde cuando el submarino surgió de repente muy cerca del vapor, disparándole un cañonazo para que interrumpiera su marcha. Treinta minutos después, los tripulantes portugueses abandonaron el barco embarcando en los dos botes salvavidas. Los alemanes, antes de proceder a su destrucción, se apoderaron de todas las provisiones: conservas, carne fresca, pan, galletas y vino; destrozando los barriles que contenían la gasolina y el petróleo. Luego, colocaron las bombas y prendieron fuego a las mechas. Como, a pesar de ello, el Tres de Maio no se hundía, lo remataron con seis cañonazos. Eran las cinco de la tarde cuando los botes de los náufragos tomaron rumbo a tierra. El mar estaba muy picado y los dos botes se separaron. Uno de ellos, el mayor, logró arribar a Sanlúcar de Barrameda. El otro estuvo diez horas a merced de las olas, antes de toparse con el vapor Cabo San Antonio, que lo condujo a Sevilla. Posteriormente, los marineros fueron trasladados a Huelva donde el vicecónsul de Portugal, señor Poole, los recibió en la estación de tren. Una vez reunidas las tripulaciones, todos marcharon a Lisboa.2 La Provincia 16 y 17 Ab 1971; Consulado general americano en Lisboa, 24-4-1971. Dispatches from diplomatic and consular officials. NARA.
2.
M.-367, RG-59, R-40; uboat.net
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El buque noruego Symra fue hundido el 12 de junio de 1917 por el submarino alemán UC-53, frente a la barra de Huelva (Foto: wrecksite.eu).
Symra, vapor noruego En junio del mismo año se produjeron algunos ataques más. Así, el martes día 12, a escasas cinco millas al suroeste de la barra de entrada al puerto de Huelva, el vapor noruego Symra de 3.005 Tm fue hundido por el submarino minador UC-53. El barco se dirigía de Liverpool a Gibraltar con un cargamento de carbón. El buque era de moderna construcción y estaba dotado de telegrafía sin hilos. Sobre las doce del mediodía fue divisado por un submarino alemán que le ordenó parar para examinar la documentación; tras lo cual, ordenó su desalojo. Siguiendo el ya conocido protocolo, después de embarcar la tripulación en los botes salvavidas, los alemanes colocaron cargas explosivas en el buque. Veinte minutos después de la explosión, el Symra yacía en el fondo del mar. Media hora más tarde, la tripulación del buque noruego era remolcada por uno de los vapores al servicio de la almadraba Nuestra Señora de la Cinta que la trasladó inicialmente a La Cascajera, lugar de ubicación de la Real de la almadraba. Tras el hundimiento del Symra, el submarino alemán se aproximó tanto a la barra que el vigía pudo divisarlo perfectamente. Éste observó que tomaba rumbo a poniente a gran velocidad ya que iba hacia el vapor español Itálica, al que también solicitó sus documentos, permitiéndole seguir su marcha minutos después. Mientras esto ocurría, el vapor armado inglés Ladkisk aprovechó la confusión y entró en el puerto de Huelva evitando el enfrentamiento con el submarino alemán, llevando su carga de carbón a la Compañía Riotinto. La tripulación noruega del Symra llegó a las 16,15 h al puerto de Huelva. Eran casi todos jóvenes y tomaron tierra gritando, muy excitados e impresionados por lo que les había ocurrido. Oficiales y marineros, un total de veinticinco hombres, se dirigieron andando por los muelles hacia la Comandancia de Marina. Allí les esperaban el Juzgado de Instrucción para tomarles declaración y el vicecónsul noruego para facilitarles su estancia en la ciudad. La tripulación del Symra permaneció cinco días en la capital onubense hasta su salida en el expreso hacia Madrid, desde donde continuaron viaje a Noruega.3 Halldor, mercante noruego El 4 de agosto, también de 1917, los onubenses desayunaron con una nueva edición de La Provincia, en la que pudieron confirmar los temores que desde el día anterior sentían ante una nueva hazaña de los submarinos alemanes. En esta ocasión la víctima fue un mercante noruego de 2.919 Tm, que desde Glasgow se dirigía a Civitavecchia (Italia) con un cargamento de cinco mil toneladas de carbón. Se trataba del Halldor con una tripulación de veinticuatro hombres, tres de ellos españoles. Cuando el 3 de agosto, a las cinco y media de la tarde, navegaba a unas diez millas al oeste de la boca de la barra, percibió nueve cañonazos. Ninguno de los proyectiles alcanzó al buque, por lo que se supone fueron de aviso para que se detuviera. Al principio los marinos noruegos no se percataron de su existencia, ya que el submarino se acercó al buque medio sumergido viéndose únicamente una parte del casco. Varios tripulantes del U-39 subieron a bordo del Halldor, apoderándose de sus víveres y de cuantos objetos les pareció, colocando después varias bombas en la bodega. 3. La Provincia 12 y 18 Jun 1917; La Correspondencia de España, 13 Jun 1917; ABC, 13 Jun 1917; Informe del ataque al “Symra”. Consulado americano en Sevilla, 14-6-1917. NARA. M-367, R-45; uboat.net; wrecksite.eu
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El submarino minador UC-56 entró en el puerto de Santander el 24 de mayo de 1918 con averías y quedó internado. Desplazaba 500 toneladas y su tripulación la formaban 30 hombres. En la foto le vemos custodiado por el Torpedero español nº 8 situado a la derecha. El UC-56 representa un modelo idéntico al UC-53 que actuó en la costa de Huelva. (Imagen de los fondos del Archivo de la Diputación Provincial de Huelva).
A los marinos noruegos se les permitió recoger su equipaje y embarcar en dos botes, antes de que varias explosiones, casi simultáneas, provocaran el hundimiento del barco bajo las olas del mar. Eran las seis y cuarto de la tarde cuando los dos botes pusieron proa en dirección a tierra, pero debido a la oscuridad se tuvieron que separar. Uno de los botes, el tripulado por el primer oficial y once marineros, arribó a la una y media de la madrugada a la playa de Mazagón. Los náufragos saltaron a tierra y se dirigieron al cuartelillo de carabineros situado cerca del Faro del Picacho, donde fueron acogidos y auxiliados. El otro bote, que conducía al capitán y a otros once marineros, llegó al vapor de los prácticos, en el que igualmente fueron atendidos. Al conocerse de madrugada en Huelva la verdad de lo ocurrido, el cañonero Vasco Núñez de Balboa levó anclas y se dirigió al mar para recoger a los náufragos. A las ocho de la mañana regresó el cañonero a puerto con los marinos noruegos. La presencia de los náufragos produjo curiosidad entre el numeroso público que se iba congregando en el Paseo del Muelle. Más tarde, los marineros se dirigieron a la Comandancia de Marina para prestar declaración y encontrarse con el vicecónsul de Noruega que les buscó alojamiento en la fonda La Perla. Los tres tripulantes españoles eran el almeriense Pablo Doucet Navarro, el mallorquín Jaime Barceló y un gallego. Los rumores sobre nuevos cañoneos no se hicieron esperar. Las personas que volvían de las playas comentaron que sobre las seis de la mañana se escuchó mar adentro hasta once cañonazos y en la misma dirección que el día anterior. Al parecer, el U-39 seguía al acecho. Los ataques contra los barcos que entraban y salían de Huelva, y que daban vida a la ciudad, habían supuesto que el tráfico marítimo del puerto onubense hubiera descendido de forma alarmante, con el peligro de paralizarse y causar la ruina de muchos hogares. Ese era el sentir general de la población.4 Aprovisionamiento a los submarinos alemanes Hasta ahora teníamos conocimiento de las operaciones de avituallamiento a submarinos alemanes llevadas a cabo durante la IIGM en la costa de Mazagón; pero, con anterioridad, este tipo de actuaciones ya se habían producido. A finales de 1915, el Estado Mayor alemán buscaba afanosamente la persona ideal para realizar una importante misión en el sur de España. Los submarinos germanos tenían fijados sus periscopios en el golfo de Cádiz y en el Mediterráneo, pero para poder llevar a buen término sus patrullas necesitaban una red de colaboradores que les proporcionara el abastecimiento necesario para alargar su estancia en la zona. Y para ello la persona elegida fue Canaris.5 Tras ser ascendido a teniente de navío, Canaris viajó a Madrid el 30 de noviembre de 1915 con la orden de crear una red de colaboradores en los puertos españoles: hombres que observaran el movimiento de los mercantes aliados, marinos que supieran interrogar a los tripulantes de los buques neutrales o aliados, comerciantes que consiguieran carbón, petróleo o víveres. Organizó además flotillas de pesqueros con tripulaciones locales para llevar dichos suministros a los sumergibles que operaban entre Cádiz y Canarias. Eran misiones que el agregado militar alemán y su personal oficial no podían realizar, pero sí Canaris, y para ello utilizó diferentes alias como “Reed Rosas”, “Kieka” o “Karl”.6 La Provincia, 4 Ag 1917; Diario de Huelva, 4 y 5 Ag 1917; uboat.net
4. 5.
González Calleja y Aubert, Nidos de espías, p. 319.
6.
Abshagen, El almirante Canaris. p. 32; González Calleja y Aubert, Nidos de espías, pp. 171, 319 y 320.
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Wilhelm Canaris, capitán de navío (Col. Federico Kirbus).
Esta flotilla especial empezó a funcionar en la primavera de 1916 y Huelva adquirió gran importancia en la red creada por Canaris. La zona de aprovisionamiento se situaba entre Doñana y la desembocadura del Guadiana, prácticamente toda la costa onubense.7 Los servicios de inteligencia aliados empezaron a recibir informes sobre señales luminosas que se hacían desde la costa hacia el mar en la noche y cómo humildes pescadores ponían sus barcas a disposición del enemigo para abastecer a los submarinos a altas horas de la madrugada. Se hablaba hasta del precio: entre 300 y 500 pesetas el servicio, un trabajo extraordinariamente rentable.8 De cualquier modo, antes de que Canaris pusiera en marcha su plan, el suministro a los submarinos alemanes era un hecho constatado en Huelva. Así lo expresan los informes franceses de julio de 1915, y también de septiembre de 1917; comunicando el abastecimiento a los sumergibles en el río Odiel a través de la ayuda brindada por los barcos refugiados en el puerto: los alemanes Luise, Marie Therese y el austríaco Lodovica*.9 Precisamente, tras cinco largos años de permanencia en Huelva, algunos tripulantes del vapor Lodovica hicieron amistad con miembros de la colonia alemana residente en la ciudad. Tal fue el caso del marinero Otto Riegl, que simpatizó con Enrique Nielsen, padre del autor de este artículo10.
Enrique Nielsen-Hidalgo Asmussen, oficinista en la fábrica de guano, hizo amistad con algunos marineros del Lodovica (Col. Enrique Nielsen).
Carmen Vigo, esposa de Enrique Nielsen, cuenta que su marido siendo muy joven, cuando empezó a trabajar en la fábrica de guano como ayudante de contable, se desplazaba asiduamente a la Punta del Sebo andando e, incluso, corriendo. Al llegar allí, en el pequeño muelle le esperaba una embarcación a remos que le trasladaba a los buques alemanes que se encontraban fondeados frente a La Rábida. Pero al parecer sus visitas no se limitaban exclusivamente a dichos barcos, sino que el testimonio de Carmen va más allá, asegurando que su marido también entró en contacto con los submarinos germanos. De hecho, el joven Enrique Nielsen aparecía, de vez en cuando, en su casa con mantequilla alemana. Dado el bloqueo existente a los mercantes alemanes, aquella mantequilla sólo podía proceder de una nave a la que le fuera posible romper dicho bloqueo, es decir, un submarino. En la documentación conservada en el Archivo Histórico Nacional se llega a afirmar también que los buques refugiados en Huelva, como lo era el Lodovica, se utilizaron durante el conflicto como bases de espionaje y de abastecimiento de los submarinos que se acercaban a la entrada del puerto onubense. El testimonio de Carmen Vigo apoya, sin duda, los datos hallados en las fuentes consultadas11
7.
González Calleja y Aubert, Nidos de espías, p. 192.
8.
García Sanz, España en la Gran Guerra, p. 151.
9.
González Calleja y Aubert, Nidos de espías, p. 193.
10. Carta de Enrique Nielsen a Otto Riegl, 9-3-1920 (Documentación de Enrique Nielsen). 11.
Carmen Vigo, en Huelva, 16-11-2016.
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*Dadas las características que presenta el puerto de Huelva, dudo que el aprovisionamiento se realizara en la misma ría; más bien podría haberse realizado en su entrada o en las inmediaciones de la misma.
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Vista aérea de las Casas de Bonares./ R. Barón.
maza�ón: �
¿playa fenicia o filistea?
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la provincia de Huelva. Hasta allí llegan los chalés y viviendas unifamiliares de la urbanización de CIPARSA, que continúa, dos manzanas más, hasta la calle Mar Muerto, transversal de la Avenida del Vigía que acaba en el acceso a la playa V8, frente a las últimas construcciones que hoy hay: los bloques de apartamentos ‘Lusitania’ y ‘Miramar’.
l núcleo urbanístico que hoy conocemos como Mazagón se encuentra en la parte occidental del arco comprendido entre la desembocadura del río Guadalquivir y la de la Ría de Huelva; en los confines, por el Noroeste, de la Playa de Castilla, llamada así por ser la salida al Atlántico de los castellanos una vez reconquistada Sevilla por Fernando III en 1245, y sometido, definitivamente, el enclave del Reino almohade de Niebla por Alfonso X, rey de Castilla y León, en 1254.
Sin embargo, en rigor, Mazagón aún se extiende un poco hacia el Oeste, pues si nos situamos en la calle Mar Mediterráneo, paralela a la Avenida del Vigía, por el norte de los bloques de los apartamentos ‘Miramar’, podemos proseguir desde este punto 720 metros sobre una calzada asfaltada, a la que a ambos lados se encuentra un total de ocho manzanas, bien que vacías, con sus viales bien señalizados. Dichos terrenos están a 30 metros de la carretera N-442, donde la Laguna de las Madres se acerca más a la costa, y a 200 metros de las recientes instalaciones y muelles del Puerto Autónomo de Huelva. Es decir, por el Suroeste terminaría en la llamada zona de Los Caños, contigua a la pequeña ensenada de la Playa Muelle Mazagón.
En cuanto a su perímetro, Mazagón ocupa una larga, y relativamente estrecha, franja delimitada por la línea de costa y la carretera de Huelva a Matalascañas –N-442–, prácticamente paralela al mar; rebasando a la misma sólo en la rotonda de acceso a la intercomarcal A-494, que lleva a Palos de la Frontera y a Moguer. En este punto existe desde antiguo la barriada de San José y, más recientemente, el Polígono Industrial Los Pinos. Hacia Poniente, Mazagón queda delimitado algo más allá del Muelle del Vigía y sus construcciones complementarias, hoy abandonadas; dándose la circunstancia de que la Casa del Vigía fue la primera edificación realizada en hormigón de
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Por Rodolfo Barón
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Este resumen de la semántica de Tarsis en las Sagradas Escrituras da respuesta a muchos de los interrogantes planteados sobre quienes pudieron pasar frente a la costa de Mazagón, máxime si se tiene en cuenta que la mayoría de los textos se refieren a la época de mayor auge, expansión y esplendor de Israel: el reinado de Salomón, dentro del primer tercio del siglo X a. C. Heredero del extenso reino consolidado por su padre, el rey David, Salomón promovió un sinfín de expediciones comerciales en demanda de las riquezas y raros materiales necesarios para las suntuosas construcciones que realizó. Lo que fue posible gracias a las buenas relaciones y a la amistad, iniciada por su predecesor –Antiguo Testamento. Reyes 5: 15–, con Hirán I, soberano de la ciudad de Tiro. Los israelitas, dedicados al pastoreo y luego a la agricultura, no tenían experiencia alguna en alta mar, y en las pocas ocasiones en las que se enfrentaron a las aguas lo tenían fácil; Yahvé las separaba, como en el mar Rojo, o las detenía para que pudieran atravesar, a pie enjuto, las del río Jordán. En cambio los fenicios, nombre genérico dado a los habitantes de las ciudades-estado situadas en la costa libanesa y siria –principalmente Tiro, Sidón, Biblos y Ugarit–, al ocupar un espacio de orografía montañosa, inadecuada para la agricultura y de difícil acceso por tierra, pero con grandes bosques de cedros, cipreses, encinas, pinos y boj –maderas idóneas para sus barcos–, por fuerza tenían su futuro y la mirada puesta en el Mediterráneo; única solución a la constante presión ejercida por los imperios persa y egipcio. Todo ello les llevó a desarrollar una tecnología naval y unos métodos de navegación punteros en su tiempo, convirtiéndose en los grandes exploradores y comerciantes del Mediterráneo occidental, y más allá.
Distinta es la configuración de los asentamientos y edificaciones de Mazagón hacia Levante, pues hay dos zonas bien diferenciadas; la primera, desde el entorno del Faro de El Picacho, en la que coexisten las antiguas casas de Bonares, al borde de la costa, y, en el interior, las recientes urbanizaciones Alcor, El Faro I, II y III por mencionar algunas. Debiendo indicar que mientras los chalés contiguos a la playa se extienden sin solución de continuidad hasta la desembocadura del arroyo Julianejo, las nuevas urbanizaciones terminan poco antes del campamento Pedro Alonso Niño, hoy en desuso, y en la Cuesta de la Barca. La segunda zona, desde aquí hasta el río del Oro y la torre de almenara que de él toma su nombre y delimita, por el Este, los términos municipales de Palos de la Frontera y Moguer, comprende un extenso pinar, iniciado el año 1941, en el que sólo hay algunas construcciones de factura institucional. Tal así el Parador Nacional Cristóbal Colón o Parador de Mazagón (1968), junto a la desembocadura del arroyo del Mazagón; el Poblado Forestal de Mazagón (1954), próximo al Parador, y donde se encuentra la ermita de Nuestra Señora del Carmen, bajo cuya advocación se acoge la población de esta reseña, y, entre el arroyo del Pino y la Torre del Oro, las instalaciones del Centro de Experimentación “El Arenosillo” (1966). Probable, seguro que tras franquear las Columnas de Hércules alguna nave fenicia, hebrea o procedente de cualquier puerto del Mediterráneo oriental barajara, o acaso arribara a nuestras playas. Mas, para poder afirmarlo antes debemos dilucidar ciertas cuestiones: ¿quiénes y de donde vinieron?; ¿cómo navegaban y por qué ruta?; ¿cual era su destino y propósito?, y ¿cuáles fueron los resultados de su presencia por estas costas? Responder a todo ello nos lleva a adentrarnos en la Historia Naval y de los pueblos del otro extremo del Mediterráneo, por lo que, obviamente, sólo esbozaré unas escuetas pinceladas sobre unos temas tan complejos como amplios.
Fabricaron dos tipos de barcos –birremes, con quilla y una gran vela cuadra de lino–: unos de guerra, estilizados, maniobrables y con espolón, que aparte de su función bélica escoltaban a los mercantes en los periplos comerciales; otros, destinados a la exploración y el transporte, redondeados, robustos y de gran capacidad, llamados en griego gaulos (bañera). En todo caso, navegaban preferentemente de día y con buena mar –de marzo a octubre–, a una velocidad de dos a tres nudos, lo que hacía que sus singladuras fueran de alrededor de cincuenta millas náuticas –unos cien kilómetros–, por lo que llegar desde sus costas a las del estrecho de Gibraltar les llevaba unos dos meses.
Desde que Adolf Schulten, obstinado defensor de la existencia de Tartessos en el suroeste andaluz, puso de relieve los pasajes bíblicos en los que aparece el nombre de Tarsis, mucho se ha discutido sobre el significado de dicho término. En efecto, Tarsis se menciona en veintitrés textos del Libro Sagrado; aunque, según el caso, se ha interpretado de muy distintas maneras. La primera cita la vemos en el Génesis –10: 4-5–, bien que como epónimo o nombre con el que se designa al pueblo o nación de los descendientes de Tarsis, hijo de Yaván. También Tarsis se emplea en la Biblia para referirse a varios lugares del Cercano Oriente, o más lejanos: Cartago, la Tarsis de los Tartessios e incluso en la costa del océano Índico. En estos casos se trata de topónimos, si bien en alguna ocasión significa lugar remoto o muy distante. Y más, con esta palabra se nombra a una piedra preciosa, a un emporio o floreciente centro comercial y a un tipo de barco espacioso y capaz de realizar grandes navegaciones.
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Gracias a su pericia náutica y a contar con los mejores barcos de su época, los fenicios dominaron, casi en exclusiva, el comercio del Mediterráneo, a la par que sus astilleros trabajaron para los reinos circundantes o, en muchos casos, les alquilaron sus flotas y suministraron avezados marineros. Tal ocurrió con los faraones egipcios y el rey Salomón, pues desde el comienzo del primer milenio a. C. y durante tres siglos nada serio podía hacerse en el Mediterráneo sin contar con los fenicios.
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Vista aérea del antiguo Refugio de la Puesta del Sol, en 1966.
mación de un nombre referido al “Mar (del dios) Agón” o “Mar de Dagón”. Tal hipótesis hasta podría ser admisible si no fuera porque ‘mar’ es una palabra española o de raíz latina (por lo que como mucho nos retrotrae a la conquista romana) y, porque entre los dioses fenicios no hay ningún “Agón”. Dagón, sí; y era el que presidía el panteón filisteo.
Aún cuando en distintos lugares de la Europa mediterránea occidental, y en la Península Ibérica, se han encontrado piezas arqueológicas de procedencia oriental, u orientalizantes, que se remontan al siglo XIV a. C., lo más probable es que se trate de artículos importados de Chipre o traídos por comerciantes micénicos –siglos XIV-XII a. C.–; coincidiendo este periodo con los años de mayor auge del puerto de Huelva, en el que libremente arribaban y de donde partían las naves llegadas de todas las ciudades del Mediterráneo central y oriental; unas contorneando las costas del sur de Europa y otras, directamente, por el norte de África. La ruta que probablemente siguieron los barcos de Tarsis, seguramente botados en los astilleros de Tiro, del rey Salomón. Pero, visto lo visto, cabe preguntarnos si ese repasar de los fenicios por nuestro litoral tuvo alguna consecuencia. Desafortunadamente, bien que en Mazagón y sus alrededores se han encontrado muestras de industria lítica, hay que esperar a la dominación romana para datar otros hallazgos. Entretanto, de los fenicios, nada. Claro que; teniendo en cuenta la configuración suroeste de la costa onubense, desde la Ría de Huelva a la desembocadura del Guadalquivir, sin ensenadas apreciables y con una serie de bancos de arena en permanente cambio, es natural que cualquier nave de cierto porte evitara acercarse al litoral.
Los filisteos, descendientes de los ‘pueblos del mar’, de origen incierto; aunque presumiblemente de Asia Menor, llegaron desde la isla de Creta y otros puntos del mar Egeo al suroeste del Mediterráneo, para, después de ser rechazados por los egipcios, asentarse, entre el fin del siglo XIII y principios del XII a. C., desde la Franja de Gaza –Palestina– hasta la actual Tel Aviv –Israel– y, si bien nunca constituyeron una nación, sino una especie de confederación filistea, los soberanos de las cinco ciudades-estado –pentápolis– tuvieron en jaque a los israelitas durante muchísimo tiempo e incluso se aventuraron por tierras fenicias. Tal fue, gracias al avanzado y exclusivo armamento que tenían, forjado con duro hierro y buen bronce, a más de su belicosidad y superior constitución física que la de sus oponentes. Sólo cuando el rey David les venció y humilló, tomando la ciudad de Gat –Antiguo Testamento. II Samuel 8: 1–, comenzó el ocaso de la pentarquía filistea; sometida definitivamente con la conquista asiria, en los siglos VIII y VII a. C., de las tierras situadas entre el río Jordán y el Mediterráneo, desapareciendo como pueblo independiente en el siglo II a. C. Lo que no quita que tras la muerte del Rey Salomón, y la consiguiente división de Israel en dos reinos –el de Israel o del Norte y el de Judá o Reino del Sur– los filisteos aún efectuaran múltiples incursiones; llegando incluso a saquear Jerusalén cuando era la capital de Judá.
Hay quien defiende que, pese a la ausencia de vestigio material alguno, el paso de los fenicios frente a esta playa, antes de rendir viaje en la riquísima Tartessos, tuvo un efecto capital: el de su nombre, Mazagón. Los que se apuntan a dicha tesis, más por otros intereses que los propiamente históricos, arguyen que este topónimo se remonta al tiempo de los fenicios por ser una transfor-
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Existen varios lugares dentro de la geografía nacional o foránea, riachuelos, e incluso un apellido, con nombres similares al de Mazagón, bien que no ayudan demasiado para esclarecer el origen del topónimo onubense. En la costa atlántica marroquí está la histórica ciudad de Mazagán o Mazagón –hoy El Jadida– fundada en el año 1513 por los portugueses y cuyos habitantes, tras abandonarla, se trasladaron a la Amazonía brasileña a la que llamaron villa de Nova Mazagao –la actual Mazagao–. Obviamente nada tenemos que ver con dichas localidades, pues la inicial Mazagao se funda muchos años después de las primeras referencias documentadas de nuestro Mazagón. Relacionado con la Mazagán del sur de Marruecos está el valle de Marzagán, en la isla de Gran Canaria, cuyo topónimo, aunque también controvertido, parece proceder del asentamiento portugués antes referido. Tampoco por aquí nos viene el nombre. Ya en la Península, se encuentran, en la provincia de Murcia, el golfo y la ciudad de Mazarrón que, como veremos, puede darnos una sorpresa.
Tales circunstancias, de constantes choques, idas y venidas, conquistas y rescates, contribuyó a que Dagón, divinidad nacional de todos los filisteos, estuviera presente en gran parte del territorio que nos ocupa. Pese a ello, o quizá por ello, por adorarlo pueblos tan distintos, se solapan, asimilan y cambian tanto el nombre como sus advocaciones. De origen muy remoto –siglo XXII a. C.–, los filisteos trajeron el culto a Dagón, como dios supremo, desde Babilonia; pasando a ser también una deidad semita. En principio era un dios relacionado con la fertilidad y protector de la agricultura, al que se equiparó en muchos lugares con la máxima divinidad cananea El (literalmente dios); siendo igualmente El el vocablo con el que los fenicios designaban a su más alta deidad, a la que se equiparó el dios Dagón. Luego, en algún momento, se trasformó su simbología y advocación, teniendo en ello probablemente mucho que ver la lengua hebrea; ya que, si bien en hebreo bíblico dagon significa trigo, cereal o grano, hay una voz, que sólo difiere en la ultima letra, dagah, que quiere decir pez, pescado y pesca. Para algunos estudiosos la existencia de las dos representaciones y cultos –dios de los cereales y dios pez, de las aguas o el mar– obedece simplemente a una errónea lectura de la palabra original. Otros creen que realmente coexistieron dos dioses distintos con el mismo nombre: el Dagan de connotaciones agrícolas, venerado en todo el Oriente Antiguo, y el Dagon filisteo y fenicio, mitad hombre y mitad pez.
En cuanto a las corrientes fluviales, al menos en tres ocasiones en Andalucía aparece la denominación de Malagón (posiblemente indicativa de que son malas aguas): dos en la provincia de Huelva y una en la cordobesa; aunque estas cuasi coincidencias nada aportan para descifrar el origen del nombre de Mazagón. Según creo, iremos mejor encaminados si vinculamos el nombre en cuestión con la presencia árabe por esta zona, refrendada no sólo documentalmente, sino también por más de un hallazgo arqueológico y numismático; por lo que daré dos ejemplos andalusíes o mozárabes del término español ‘mazarrón’, de los que bien puede derivar Mazagón. El primer ‘mazarrón’ sería una metátesis (cambio de lugar de algún sonido en un vocablo) de almagrazón, del andalusí almágrah, que quiere decir tierra roja. Fiel descripción, concisa y bien pergeñada, para dar nombre a los cantiles, cabezos y arenales de Mazagón. El segundo ‘mazarrón’ es un aumentativo romance del andalusí masurr –bolsa–, referido a la defraudación fiscal o, también, a la pena o castigo que se impone por ello. Lo que dada la situación apartada y descontrolada de este litoral en aquellos tiempos, bien puede venirle para nombrar un lugar propicio a los trapicheos y contrabandos que mal que nos pese, por aquí se hicieron.
Evidentemente, la posibilidad de que los filisteos denominaran a la costa de Mazagón con un apelativo referente a Dagon es nula, ya que nunca llegaron, ni por asomo, a cruzar el estrecho de Gibraltar. Tampoco es creíble que ningún capitán, piloto o marinero de las naves del rey Salomón pusiera a este litoral el nombre de un falso dios, denostado por los seguidores de Yahvé, y que tantos dolores de cabeza les dio. Sí pudiera ser que a algún tripulante fenicio se le ocurriera llamar así al actual Mazagón; aunque sería insólito, pues en los tiempos de sus periplos hasta más allá de las Columnas de Hércules, sus dioses más populares y queridos eran Melkart, Reshef, Anat y Astarté. De cualquier forma, aunque algún navegante fenicio hubiera puesto a Mazagón el nombre del que supuestamente se deriva, no existe constancia de que así fuera; no se ha encontrado referencia documental, ni resto arqueológico, por mínimo que sea, de altar, ara, estela o templo, que atestigüe in situ o en otro lugar que los fenicios hubieran bautizado así a Mazagón. Hay que esperar a los finales del medioevo para que se mencione, negro sobre blanco, a la playa de Mazagón.
Esto es lo que creo, como también que en cuestiones históricas hay que ser muy humilde, pues nunca está dicha la última palabra.
Inicio del documento conservado en Toledo -Archivo Histórico Nacional / Sección Nobleza. Osuna, cp. 93, doc. 15-, fechado el 14 de julio de 1433, relativo a un litigio entre vecinos de Palos y Moguer. A.H.N.
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La �ar de marines MAZAGÓN, 1964
Por Manuel Padilla Fotos Paco Feria
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i vis vivere in pacem, praeparet bellum”. La elocuente máxima de “si quieres vivir en paz, prepárate para la guerra” que bien puede ser aplicable al periodo del mandatario norteamericano Lyndon B. Johnson (1963-1969), se puso en escena en las playas y bosques de Mazagón; demostrándose así el dinamismo y la producción bélica desarrollada en vastas proporciones por los “marines” después de que la Armada norteamericana demostrara su capacidad por la ruta oceánica, haciendo patente su poderío militar.
Jr., y se planteó como un desembarco anfibio en territorio enemigo con el objetivo de conquistar, en cinco días, una amplia zona que comprendía tres sectores: el ALFA, que incluía Huelva capital, el BRAVO, con la población de Niebla y el CHARLIE, con El Rocío. El contingente de las fuerzas norteamericanas fue impresionante: actuó la 2ª División del US Marine Corps, con 29.000 hombres; 2.000 vehículos, 200 aviones y helicópteros y una participación aproximada de 100 buques de diferentes tipos de transportes, de apoyo y submarinos.
Fue en octubre de 1964 cuando se desarrolló ese desembarco anfibio, que, liderado por los Estados Unidos, constituyó el de mayor magnitud de cuantos se habían realizado en tiempos de paz, después de que terminara la guerra de Corea.
Por parte española, participó la flotilla de Desembarco, con las LSM (Landing Ship Médium, en castellano Buque de Desembarco Medio). y las barcazas BDK; y del Grupo Especial de Infantería de Marina IM (Teniente Coronel José Manuel Fidalgo Fernández), el Batallón Reforzado de Desembarco (reforzado con una cuarta compañía
La Fuerza Anfibia Operativa de esta operación militar actuó bajo el mando del Vicealmirante John S. MacCain
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de fusileros procedentes del Tercio de Levante). Como unidades de apoyo de combate y logístico, se contaba con una batería de obuses 105/26 del regimiento de Artillería nº 14 y una sección de carros de combate M-47 de la División 21ª del Ejército de Tierra.
aire, cien reactores y noventa y cinco helicópteros; y sobre la superficie de las aguas, un centenar de navíos de guerra; todo ello junto a cerca de treinta mil hombres que conformaban el teatro de operaciones del ejército norteamericano en la operación llamada “Steel Pike I”; y que nos hablaron de un enorme esfuerzo organizativo de tropas de gran capacidad y armas eficaces. En las operaciones desarrolladas intervinieron fuerzas aéreas de apoyo táctico, despegando aviones desde un aeródromo cercano a Roquetas de Mar (Almería), con pista de mil trescientos metros de longitud y treinta metros de anchura. Ésta y sus accesorias fueron pavimentadas con 480.000 planchas metálicas. En ellas se instalaron maquinaria de lanzamiento para elevación y de retención para el aterrizaje, bases operativas para reactores con superficie de menos de 4.000 pies. Con este improvisado campo, llamado “Sats”, la Infantería de Marina de los EE. UU. liberaba a su aviación táctica de la servidumbre de aeródromos fijos para operaciones anfibias. Este aeródromo de Punta Entinas, al mando del Coronel Hartsock, se montó en un tiempo record: se tardaron dos horas en allanar el terreno y setenta y dos horas en montar las pistas a lo largo y ancho de la superficie.
Sobre las arenas de nuestras playas, dunas, orillas y costaneras se marcaron innumerables huellas; superficies hendidas por toda esta maquinaria pesada, con marcas de neumáticos; señales de cadenas de arrastre y rodadas de vehículos de todos los pesos y tipos que mostraban sinuosos trazos; carriles parabólicos y pistas rectas y en zigzag, de tal forma embrolladas, que hicieron de nuestro litoral el mayor tapiz comunicativo en la táctica militar.
El día D fue el lunes 26 de octubre. En plena noche, los buques fondearon frente a las playas de Mazagón, al mismo tiempo que se tocaba diana porque la hora H
El más heterogéneo material de guerra se mostró en Mazagón: puentes flotantes de asalto, pasaderas de infantería, camiones anfibios, “jeeps”, vehículos todoterreno, remolques, tractores, grúas, semiorugas, “bulldozers” redes metálicas, aparatos de meteorología, reflectores, heliógrafos, alambradas, estaciones de radio, radares. En la extensa arboleda, ocupando los objetivos que les fueron señalados, se movieron ochenta carros de combate M-49, se señalaron objetivos a setenta piezas de artillería y se les asignaron misiones a los ocupantes de cincuenta “Ontos”, que mostraban seis terroríficos cañones por cada unidad de reacción. En el
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compañía que, en vehículos anfibios, había realizado la travesía por donde los ríos Tinto y Odiel se unen. Desde el puesto de mando de La Rábida, el Capitán General del Departamento Marítimo de Cádiz, el almirante Marqués de Casa Cervera, y el Teniente General Berkeley, seguirían la ejecución de la cuarta y última fase del ejercicio del “Steel Pike I” del desenvolvimiento táctico sobre el terreno. Para la ocupación intervinieron con fuego de apoyo el crucero norteamericano “Newport” y el destructor “Moale”, y concentraciones a fuego de barrera en la batería del Regimiento de Artillería nº 14; así como una escuadrilla de reactores despegados del aeródromo Sats, en Almería.
estaba fijada a las 07:40 h. El Batallón Reforzado de Desembarco iba a actuar en el sector ALFA, y la compañía “Charlie” debía demostrar un esfuerzo especial, dado que debía alcanzar, en ese día, la Laguna de las Madres. El eje de progresión lo definía la carretera que conducía a Palos de la Frontera, y contaba con el apoyo de la sección de cañones del Batallón Reforzado de Desembarco, bajo el mando del Teniente de Infantería de Marina D. Manuel Aguirre Herrera. La Plana Mayor de la Compañía “Charlie” estaba considerablemente incrementada con el equipo ANGLICO ¹ del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos (USMC). Cuando se alcanzó el objetivo de la Laguna de las Madres, la compañía adoptó la defensiva y pasó la noche en dicho lugar. Las instrucciones para el día siguiente eran: estar alistada a las 06:00 horas y ser transportada en camiones hasta las inmediaciones de La Rábida. En el desplazamiento, sería apoyada por la sección de carros de combate M-47 y dos M-48 del USMC. Tras el desembarco de los vehículos, la Compañía “Charlie” se desplegó y comenzó el avance hasta alcanzar la ribera izquierda del río Tinto; en dicho lugar se estableció la posición defensiva, y el Puesto de Control se instaló en lo alto de una loma, un magnífico observatorio, aprovechando la protección de una edificación en ruinas. Por el flanco derecho confluyó la compañía de fusileros del Tercio de Levante (TERLEV), mandada por el Capitán de Infantería de Marina D. Ramón Espinosa Rojí, que se desplegó defensivamente entre Palos de la Frontera y Moguer. El día 28 de octubre (D+2) se solicitaron vuelos de reconocimiento que fueron ejecutados en helicópteros por medio del equipo ANGLICO.
Una de las partes más interesantes de este ejercicio, como fue el paso de carros de combate y material pesado por el río Tinto, no pudo llevarse a cabo, porque al embarcarse uno de los tanques en un ferry, construido por pontoneros² norteamericanos y españoles, cedieron las amarras de la gigantesca balsa y el blindado se precipitó al río, quedando empotrado en el fango. Laboriosa fue la tarea de extraer el carro de combate, y para ello fue necesaria una gran grúa de los marines.
El jueves 29, numerosas personas se congregaron en las proximidades de la Punta del Sebo para contemplar la acción de ver descender una unidad de helicópteros que transportaba dos compañías del Batallón de Infantería mandado por el Teniente Coronel Colom Mari. Momentos antes, los procedentes del embarcadero de las turbas irrumpían, en el mismo lugar, con paso de ataque; una
Ese día se recibieron malas noticias; un sargento y tres soldados del regimiento de Artillería nº 14 habían resultado heridos al volcar el jeep que ocupaban, en una curva, dirección de La Rábida. En el helicóptero del Teniente General Berkeley, los tres soldados pasaron al buque Guadalquivir, mientras que el suboficial era trasladado al puesto de socorro ubicado en la playa de Mazagón. Otros accidentes, donde estuvieron involucrados soldados norteamericanos, fueron los ocurridos en vuelo sobre el mar: uno fue el choque de dos helicópteros, en el que perdieron la vida nueve marines, y otros tres resultaron heridos; el otro, la caída de un avión Grumman, con el fallecimiento de sus cuatro tripulantes.
¹ANGLICO (Air Naval Gunfire Liaison Company) se refiere a un conjunto de pequeñas unidades del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos especializados en coordinar artillería, apoyo naval y el apoyo aéreo cercano para el mismo cuerpo de marines, la marina, el ejército y para fuerzas aliadas.
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²Los pontoneros son tropas adscritas al cuerpo de ingenieros para la construcción y colocación de los puentes y pontones.
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Estas bajas pusieron de relieve los rumores que existían por la zona de operaciones sobre el número de muertos y heridos por accidente. Entre ellos, se dijo que un marine falleció también cuando, estando dormido en la playa, le pasó por encima un carro de combate. Todos los marines muertos en el desarrollo del ejercicio reposaron en su patria; y en el campamento de Infantería de Marina de Carolina del Norte, una placa de mármol recordaría el valor a los que sucumbieron víctimas del deber. Las autoridades se sintieron satisfechos por el número tan ínfimo de bajas, dado que se calculó que pudiera haber unas cincuenta víctimas y aproximadamente doscientos heridos. La Compañía “Charlie” permaneció en su posición defensiva hasta el día 30 (D+4), fecha en la que el jefe del Batallón reforzado de Desembarco ordenó el repliegue a la playa de Mazagón, donde pasaron la noche.
declaraciones hechas por el representante demócrata por Carolina del Sur, Mendel Rivers, quien presidiría en breve el Comité de Servicios Armados de la Cámara Baja, como puesto parlamentario de gran influencia en Washington, llegó a manifestar: ”las maniobras indican la completa confianza que España disfruta entre nuestros militares, el Gobierno y el Congreso. Los hechos han conformado mi profecía de hace quince años cuando dije que España demostraría ser uno de los mejores aliados de nuestro país en el mundo. Vamos a insistir en la necesidad de relaciones más estrechas con España”. La operación “Steel Pike I” ha valorizado considerablemente la cooperación militar hispanonorteamericana en un momento de serias dificultades de coordinación dentro de la Alianza Atlántica.
Un muelle artificial fue necesario para el traslado a las bodegas y cubiertas de los navíos fondados del arsenal y parque de efectos de guerra acumulados en Mazagón. La carga en la playa se efectuó mediante “LST” y “LSM”; y, en el atracadero, sobre pontones de una extensión de quinientos metros, arribaron los buques “Terrebonne Paris”, “Walwot County”, “Plymouth Rock” y “Suffolk
Fuentes: HEMEROTECA ABC MADRID, Año 1964. REVISTA GENERAL DE MARINA, DE LA ARMADA ESPAÑOLA. Ministerio de Defensa. Octubre 2017. ARTÍCULO - MI RECUERDO DEL EJERCICIO ANFIBIO STEEL PIKE-1.
En la mañana del 31 embarcan los soldados en el buque de transporte USNS Geiger, que zarpó rumbo a Cádiz, a primeras horas de la tarde. En el puerto de Cádiz, ya anochecido, la fuerza desembarcó y fue transportada en camiones al Cuartel de Batallones de San Carlos, en San Fernando.
Autor: Joaquín J. Piñeiro Carneiro, General de Brigada de Infantería de Marina (RR). Para más información sobre el desembarco: Revista MARZAGÓN 2009: LANZA DE ACERO I Autor: Pablo Rodríguez-Thorices.
Fue el punto y final de un extraordinario ejercicio anfibio, ejecutado satisfactoriamente y que tuvo una gran publicidad y acogida en toda la prensa norteamericana, que las consideró como las más importantes en volumen desde la II Guerra Mundial. Las efusivas
Revista MARZAGÓN 2014: DESEMBARCO EN MAZAGÓN Autor: José Antonio Mayo.
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Faustino Rodríguez “Eolia quemada” Infografía
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EL UNIVERSO DEL MAR Pablo Tornero
Y es que el marino no está hecho para la derrota. Al contrario, está forjado en esa autentica épica vital, que es su existencia como marinero. Sentimientos firmes, emociones seguras, con vocacion de sufrimiento, pero mirada clara frente a su diaria experiencia vital en el mar. Criaturas tan identificadas con sus aguas cotidianas que la calma o la tormenta que agiten su alma no son óbice para mirar siempre hacia adelante. Y fundirse en el sol y el agua, como su habitat natural. Y ser capaces de entender que la vida tiene buenos vientos, excepcionalmente bellos, pero tambien profundas y lacerantes tormentas que navajean el corazon. Frente a estas situaciones, nos enseñan a los demás la necesidad obligada de que son nuestras manos, las nuestras, las únicas que pueden manejar el timón de la vida y enrumbar el barco hacia la busqueda de la felicidad, de nuestra propia y auténtica felicidad. Esa misma que deseamos.
Ernest Hemingway en Cojímar.
La singularidad del oficio de marino o de pescador, de su quehacer, al lado o frente al mar, le permite tender una mirada de esperanza y en sus ojos la eterna confianza en la lucha frente a los malos vientos de la adversidad. De ellos debenos y podemos aprender.
Al Capi
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na de las novelas, en habla inglesa, por supuesto traducida al castellano, que mejor describe la relación del hombre con el mar es El Viejo y el Mar, de Ernest Hemingway.
El viejo pescador de Hemingway, puede ser destruido, pero nunca derrotado
Autor y novela muy conocidos, no es necesario explicar nada sobre el argumento de ésta ni sobre su autor. Pero se ha vinculado excesivamente a la mar y la pesca en Cuba. Y es necesario hacer una reflexion, en el sentido de que la trama de la novela se podría haber situado en cualquier océano y en cualquier país, puesto que el tema central de la obra se puede aplicar al hombre de mar en su relación constante con las aguas que navega. Cuba u otro lugar del Caribe y nuestras aguas más cercanas, o que llevemos más al lado de nuestra vida o de nuestro corazón, como podría ser el caso del litoral onubense y, más concretamente, este Mazagón en el que amanece y ensueña nuestro vivir. La dimensión universal de esta novela radica en que narra, de modo excepcional, la lucha del marino, aun en el declive de su existencia y su coraje excepcional, frente a la adversidad. El propio Hemingway afirma en la novela que el «hombre puede ser destruido, pero no derrotado».
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Foto: Samuel Alfonso
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Ernest Hemingway en el puerto de Cojímar a bordo del “Pilar”, posando junto al merlín pescado en una de sus aventuras náuticas.
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as hablando, solo no, contigo
por las calles. Te dices .
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Juan Cobos Wilkins
lo de siempre: que has de ponerte al día en informática, pero evocas los infinitos cielos del desierto que en la noche te cubrieron de estrellas. Te repites que ya es hora de arreglar los enchufes, de aprender a cambiar una rueda, pero miras cómo sortea esa lagartija, en fugaz ese verde, con precisión los automóviles. Prometes comenzar mañana mismo con las clases de inglés y matemáticas y recuerdas a Carroll y te incomoda un poco que la reina ordene separar tu cuerpo y tu cabeza. Te juras que, avezado manitas, repararás los electrodomésticos, silenciarás el grifo goteante, y silbas, manos en los bolsillos, la canción
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que te convierte en sol de aquel invierno.
Vas hablando contigo por las calles
ROPÓSITOS
como el loco, el solitario, vas contigo callado por las calles
Foto: María José Carmona
como el mudo que espera pláticas de amor. (De El mundo se derrumba y tú escribes poemas)
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Juan Drago
DE UN LIBRO
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ay tardes en que la luz dibuja un gesto
y una página cae desde su cumbre al fondo de su noche por un arco de oros, y ascuas, y cenizas.
Yo conozco esas páginas que me llevan al llanto primero, a la luz del crecer, iniciarme, donde dejó mi cuerpo todas sus inocencias. Conozco esas veredas donde el amor me tuvo enfermo de silencio, donde mi voz alzó una tea insolente. Sendas en que temblé sin alcanzar un brazo. Y volví a nacer después de la derrota.
He gustado el veneno disuelto entre sus márgenes, conservo las estrofas sumidas en sus cuartos, los números precisos que aquí me condujeron. Lo que este libro guarda ninguna luz conoce. Foto: Rafael Andrés
Sé que hay una línea perdida en una página con mi nombre desnudo. Cada hoja que alzo me recuerda ese sitio.
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ORIENTACIÓN PARA UNA LECTURA ADECUADA .
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Enrique Linares Guzmán -Miembro de la Academia Andaluza de Gastronomía-
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orque la lengua y el idioma son como el árbol patrio a cuya sombra se reúnen los hermanos dispersos cuando vuelven cansados de la batalla por la vida de los espejismos; una lengua que nos une y hermana”.
Ha corrido mucho tiempo el agua por la clepsidra, los arboles han cambiado mil veces sus hojas, péndulos y calendarios han marcado más de un siglo, y sin embargo mi sangre andaluza y mi espíritu Moguereño se mantienen fiel a la Patria Grande. Hemos sentido en carne propia las consecuencias del maravilloso avance de la ciencia, esta agitada cabalgata de la técnica que nos ha puesto en la luna y que arma nuestra mano con la energía atómica. Se ha modificado de tal manera el vivir humano, que se puede afirmar que nuestros abuelos estaban más cerca del Siglo de Oro que de nosotros.
Sueño con una conferencia nunca celebrada y nunca escrita; pero, podría haber ocurrido -como decía- escrita y dictada por el hombre que escribió: “Platero o la breve historia de un libro feliz”. Quizás la haya tenido siempre pendiente de escribir. Y, como soy un aprendiz de escritor algo entrometido, la podría escribir yo y la llamaría…
Pertenecemos a un mundo que se va y a otro que no llega, somos hombres en el puente. Y en este titubeo que no acaba de convertirse en verbo preciso y claro, van las ideologías como estandarte al viento, cambiando principios y modificando normas.
MOGUER ENTRE TRES MUNDOS: EL VIEJO, EL NUEVO Y OTRO MUNDO Decía “!Soy, pues, entre los españoles que han venido a esta América deseada y amada; uno de los más conterrados!”.
Es difícil encontrar para los hombres un aglutinamiento válido, porque sólo puede grabarse una mística cuando el valor es inminente y no veleidoso y transitorio.
Ya en ocasiones anteriores delineábase la personalidad del poeta Moguereño, cuyo viaje a América se había anunciado, y ahora, la lectura de su esperada conferencia, no puede menos que motivar la expresión de algunas reflexiones a tan estimable Hispanista y frente a tesis eterna de lo español y lo hispano.
Nosotros vivimos un cambio constante, que desquicia viejas posiciones que se creían intocables en el acaecer inexorable de la historia. Los valores perennes están en bancarrota y con ellos el cimiento espiritual de todos nuestros actos.
Dice lleno de emoción: vengo por eso lleno de amor, a la patria de mis mayores. Me siento cerca de los descubridores, desde hace mucho tiempo han pasado generaciones desde que el hispano audaz y generoso conjugaran su sangre con la indiana, por dar nacimiento al árbol del cual soy fruto.
Verdad, virtud y belleza, caen abatidos ante el empuje inconsciente y loco del dinero y el poder. A nosotros los poetas, gente reflexiva, que tiene el aglutinante de la profesión, nos está concedido el privilegio de examinar para
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“!Por mi raza hablará el espíritu!”; y ese espíritu ha sido expresado por el poeta universal de Moguer, Juan Ramón Jiménez.
comprender y actuar para hacer el bien. Nuestra ecuménica actividad se desenvuelve en la nobleza y el desinterés, se hace conducta bondadosa y se magnifica en el amor. Si alguna grandeza tiene mi vida y la de cada uno de ustedes, es que se engrandece al recordar cuánto dolor han compartido y cuánto amor han brindado.
“¡Solo, luchando furioso contra el huracán de la brisa con una capa imaginaria, él define el aspecto de las razas, las divide en cinco: aceituno, blanco, amarillo, canela y negro, como los anillos de cinco metales para el rayo, achaparrado en piña humana prieta (…)”
Es grato encontrar que la poesía como el remedio del alma no cambia.
Un español, cualquiera, nos puede hablar de la influencia de los pueblos Iberoamericanos en España. Hemos conocido a través de cuatro ilustres Iberoamericanos, donde se estabiliza bien pronto en la singularidad, calidad de una prosa donde se juntaban espléndidamente la ética y la estética; y la celebró Vasconcelos, Alfonso Reyes, Amado Nervo y Francisco A. Icaza. Yo pude comprobar cuando vibró en mi ser la emoción, al oír en la voz de García Lorca, en mi visita a Granada, esa cuarteta grabada en las paredes de la Alhambra, que dice así:
Puerto Rico, Cuba, República Dominicana, etc., son iguales para los mismos padecimientos. Pero más grato se me acontece; cuando todo nace de la misma planta, la vieja polémica entre Indigenista e Hispanista. Se ha llegado por fin a las raíces culturales que enraízan lo mismo en Andalucía que en Moguer. Nuestra sangre hereda igual la gallardía de un Cuauhtémoc, nuestro último emperador casi niño que el valor y la astucia de Hernán Cortes. Las brisas del Guadalquivir o el aire enrarecido de nuestros volcanes, alimento igual en nuestros pulmones, y nuestro corazón late al mismo ritmo de la castañuela que del tambor azteca.
“! Dale limosna, mujer – que no hay en la vida – como la pena de ser, un pobre ciego en Granada!”. Y los dos íntimos amigos García Lorca y Juan Ramón comentaron con orgullo…… ha tenido que ser un mexicano Francisco A. de Icaza. ¡El de la noble frase!
La civilización sólo se logra cuando existe fértil terreno que sembrar. La fina sensibilidad de nuestros pueblos primitivos pudo captar el mensaje del resucitado haciendo siempre el distingo entre los austeros y venerables misioneros Franciscanos que cruzaron el país en todas direcciones sin más vestido que el religioso sayal y sin más arma que la palabra y el crucifijo; eran acompañados de su noble espíritu, de él surgió el amor al fraile y se cautivó en amor a la religión que predicaban.
Y también Granada repiquetea en todas las ciudades del mundo, al ritmo bullicioso de esa canción compuesta por otro mexicano, Agustín Lara, cancionero y poeta, como puede ser - Granada y el Chotis MadridPero no podemos olvidar el hermanamiento que existe con
Siempre se ha dicho que cuando el espíritu reina, levanta monumentos hasta en los desiertos, los cuales son flama espiritual, lámpara bótica que arde en el suelo de la Patria. Esta es la verdadera y definitiva conquista efectuada en Latinoamérica por los españoles, conquista espiritual obtenida por el amor y el convencimiento, porque la fuerza no conquista. Llegaron muchos pueblos celosos de su raza y de la vanidad de su linaje; se dedicaron a exterminar al indio, en contraste con el hispano que lo amó, rehusó el mestizaje y conservó dizque para su sangre; en contraste con lo español que, al cruzarlo, dió nacimiento a nuestros pueblos, ahora autóctonos en la Iberoamericanidad; otros pueblos de Europa conquistaron Norteamérica los cuales superaban en fuerza y no en cultura, a sus ancestros del viejo continente. En cambio, el indio, frugal y resistente, reverente y cortés, lega a la descendencia sus virtudes, y el español recio y vigoroso, jovial y sincero, orgulloso y audaz, plasma en el mestizo su sangre y su ser, en México en Perú y las otras naciones españolas de América, un mensaje común que brota de la honda y entraña de la Patria Grande y que expresa una personalidad, producto de la nueva raza. “¡Esta cuarta raza, la heroica, sigue existiendo en la tierra y en gran número, más quizás cada día”! Raza que nuestro máximo filósofo, José Vasconcelos, incorporó en el lema que dió a la Universidad de México y que reza así:
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Foto: Manuel Padilla
Debe buscarse que lo exterior se vuelve uno con lo interior, para asimilar la belleza y engrandecer el alma. Si oímos a Falla, o vemos los cuadros del Greco o de Velázquez, o escuchamos un verso de Juan Ramón o de su hermano nostálgico Rubén Darío.
fuertes lazos en la Literatura. Por eso traigo un personaje que llevo siempre en gala por sus vivencias y hermanamientos que siempre ha celebrado. Nuestro premio Nobel Juan Ramón que dice- “Siempre han existido unos vínculos muy fuertes, porque a través de la novela, del ensayo, de la biografía, la comedia y el poema, hemos expresado nuestro pensamiento; muchas veces, también, el pensamiento de los otros….”
¡Tanto afligía Rubén Darío en mí, tan vivo siempre, tan igual y tan distinto; siempre tan nuevo! Debemos tratar de identificarnos con su autor, ser partícipe de la creación y adivinar las motivaciones que los llevaron a producir esa obra que los han inmortalizado. Y oírlos y verlos una y otra vez, muchas veces, hasta que el alma fraternice de tal manera con ellos que llegue el momento en que no podamos saber si fue nuestra mano la que pintó “El entierro del Conde de Orgaz” o fue la del Greco; si fue nuestro oído el que se solazó con los “Jardines de España” del maestro Falla o nuestro genio el que escribió “Las Meditaciones del Quijote”…..
La poesía de nuestro Nobel está cargada de imágenes de luz. El peso de la luz dorada es un manto de belleza apacible e inesperada sobre las cosas, pero no deja de ser un recordatorio del momento del ocaso, del sol poniente. La luz se vuelve dorada al envejecer, como si consiguiera fermentar el tiempo, destilar su esencia condesada poco antes de desaparecer en el crepúsculo. En este sentido, la presencia del dorado es el reloj del libro, su espacio día, su recordatorio de la escasa densidad del tiempo humano. Recoge; no sólo el color aparente de las cosas, sino su color verdadero…
Y otra vez me ilumina la memoria el rayo del recuerdo para hacer presente la imagen del muelle de Palos con sus tres Carabelas, esperando la tripulación para de nuevo descubrir lo descubierto, sintiendo volver mi pensamiento al pretérito de la Rábida, donde se escapan por sus ventanales los romances viejos, y el aire que viene de poniente me trae un mensaje con su historia. Recoge un lamento de un rey:
Así como el árabe decora con sus letras los arcos de sus mezquitas y de sus palacios, el Moguereño decoró su personalidad con letras que fueron signos mágicos que despertaron la conciencia y exaltaron la sensibilidad de toda mi generación. Generación que, desde hace muchos años, manejan los Iberoamericanos. Con ellos salió el sol, quizás más esplendoroso que el primero, solo que el sol interior lo iluminó en su incipiente personalidad. Y empezamos a leer, y cada letra era mano amiga que tenía un eslabón en la cadena imaginaria que me ligaba al suelo y al espíritu de mi España y Moguer eterno. Y todo vibraba tiernamente, y mi corazón se agitaba, cuando mi mano temblona detenía el libro con el que los ojos iban leyendo y los labios pronunciando. No tanto miraba su mucha verdad porque me dejara en mi libertad.
“¡Ay, de mi Alhambra!” Y casi oía el quejido del Rey al leerlo. Y el ánimo se engrandecía orgulloso cuando leía a mi recordado Juan Ruiz de Alarcón. Y me volvía romántico, y orgulloso también, cuando sabía que el mejor madrigal de nuestra lengua se había escrito en México, por Gutiérrez de Cetina, que padeció y murió de amor en nuestra magnifica ciudad de Puebla, donde se recuerda aún recitando: Sueño con claustros de mármol/ donde en silencio divino/ los héroes de pie, reposan / ¡De noche, a la luz del alma,/hablo con ellos: de noche!...
Y así seguía en las cien mejores poesías de la lengua Castellana de D. Marcelino Menéndez y Pelayo, la vida seguía, gustando letras y devorando versos… Mas no era sólo eso, ya empezaba a comprender que a través del arte, debe aprenderse no sólo a mirar o a oír trivialmente el fenómeno objetivo, eso nos convierte en turistas del espíritu superficiales e intrascendentes.
Los historiadores fríos y metidos en su especialidad piensan que España está en decadencia porque perdió toda su fuerza política; dueña de los destinos del mundo, ha pasado a ser potencia de segundo orden, estrella que se apagó; olvidan, sin embargo, que las glorias de la cultura, del amor y la belleza valen y significan más que los afanes de poder. Contemplé ahora; no a la España peninsular, sino la España de Indias, de Filipinas y del Caribe, viva y vibrante, llena de coraje y de fuerza, unida en una visión integral.
El espíritu del poeta quiere recoger un gabinete de curiosidades: conservar fragmentos, impresiones de tiempo, recuerdos de un color no evidente. Aleteos, sombras, miradas, latidos alterados, estados del espíritu. Se empeña en conservar lo que no puede ser conservado. En este sentido, el poeta funcionaría como una cámara oscura de emociones complejas, de resplandores tan breves como la vida de una cerilla, siempre envuelto en sensaciones a punto de desaparecer en cualquier momento, de convertirse en algo imposible de rescatar por la memoria.
Porque nosotros somos tu Madre Española, igual que tú eres nosotros. Ya dejó dicho el poeta… “La vejez necesita que la traten más suavemente. Recomendémoselo a ese Dios, protector de la salud y de la sabiduría.”
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omo agua entre los dedos Juan de Molina
“A mis soledades voy, de mis soledades vengo” Lope de Vega
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on un rastro de acíbar y tristeza,
diciembre se ha instalado en su retina. El cielo es tal que un páramo azulado, ornado de promesas, feliz en su vigilia. Mirando está, desde el otero umbrío, el llano verdecido donde triscan las pacientes ovejas apiñadas, las cabras bullidoras, vacas adormecidas. Se abre paso el invierno, sin premura, con el brillo acerado de sus días, atrás quedó el otoño vacilante, con el rumor silente de sus hojas caídas. ¿De qué sirve el balance de los yerros, el recuento falaz de las aristas, el inventario amargo de las horas, cargado de acechanzas, sembrado de mentiras? Prendida la mirada en los recuerdos, allí donde, quizás, el olvido habita, Foto: Rafael Andrés
el hombre solitario rememora la nada del vacío…lo que fuera su vida.
XIX Certamen de prosa y poesía MARZAGA Obra ganadora
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Antonio Orihuela
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ULTIVERSOS
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l universo en el que Dios mete su dedo en el espacio y hace girar las galaxias lentamente, el universo donde todas las galaxias se reflejan en un charco de agua, el universo donde una gota de agua lleva inscrita toda la historia del diluvio universal, el universo donde los átomos tienen la forma del Chomolangma, el universo donde la espuma que rompe en la playa de Mazagón tiene siempre la misma edad, el universo en el que cuando hacemos el amor brotan diamantes por los humedales de la casa de los Escribanos, el universo en el que Juan Carlos Usó le pasa un pitillo a David Castillo mientras Daniel Macías le explica su proyecto de iluminación para torpes al Niño de Elche, el universo en el que viajo en moto por Zanskar, el universo de las playas fósiles doradas por el sol en el gompa de Lamayuru, el universo en el que veo pasar a Marco Polo desde una duna del desierto de Nubra, el universo de un cuadro de Willen de Kooning, el universo donde Carles Santos toca Bujaraloz by night en un bucle sin fin, el universo de la sala de los delfines en Knossos, el universo de dos que se dan la mano en el camino de Montemayor, el universo de las gotas de lluvia en la ventana de mi dormitorio en la casa del lago de Proserpina, el universo del ciclamor en flor, el universo de unos niños que juegan a saltar a piola
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en la calle azul y blanca de la Fuente de Moguer el universo de las pisadas un atardecer frente a las islas Marietas, el universo del que te mira por primera vez, el universo de la cama de las pulgas en la casa de Ámbar Past en San Cristóbal de las Casas, el universo en el que Duarte con París es una avenida vacía, el universo en el que Glaem Parls me recita Papi quiero piña en una voladora atestada camino de Guayacanes, el universo de las luces plateadas de una carroza de boda pasando junto al crematorio de Manikarnika en Varanasi, el universo en el que Kaushiki Chakravarthy canta el Yaad Piya ki Aaye, el universo de los bebederos de pájaros en la casa de Juan en Vilanrosa, el universo de los lavabos del Bombay en el DF, el universo del que se ahoga en un mar muy azul, el universo del que ve atardecer en Cais das Colunas, el universo del que se coloca una chancla en la cabeza, el universo del que escribe AMOR con un punzón en la pared, el universo del que se pierde entre el centeno, el universo del que rememora sus vidas pasadas al contacto con un burrito, el universo de los amantes que se esconden detrás de una duna en Praia da Ponta da Areia, el universo del que recita para nadie en la Pulquería de Insurgentes, el universo del que come chile enogado en la plaza de la Concordia de Cholula, el universo del que fuma en la explanada del santuario de la Virgen de los Remedios con el Popocatepetl nevado al fondo, el universo del que canta en náhuatl en el centro cultural Tierra y Libertad de Lerma, el universo del que vuelve a la pirámide de la Luna en Teotihuacán, el universo del que busca refugio en un pozole un día lluvioso de muertos en San Juan Chamula, el universo que recoge todos los lugares que no tenían a dónde ir, el universo en el que nada importa lo que importaba, el universo en el que no existe el dolor, las heridas, la memoria, el universo del que despertó su kundalini, el universo en el que se refleja el universo, el universo del multiverso como matrioskas, mamushkas, babushkas o la suma de todas las acequias, todas las moradas, todas las puertas camufladas que comunican entre sí dando forma a los resplandecientes rasgos del rostro del que formas parte, universos del multiverso, no puedes entrar, nunca saldrás de él.
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tengo una cita con la muerte .
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Pablo Rodríguez-Thorices Arroyo
CITA Tengo una cita con la Muerte en alguna disputada barricada, cuando la primavera vuelva con susurrante sombra y las flores de manzano llenen el aire —tengo una cita con la Muerte cuando la primavera traiga los días hermosos y azules de vuelta—. Puede ser que me coja de la mano y que me lleve a su tierra oscura y que cierre mis ojos y que apague mi aliento —quizá pase a su lado en la quietud—. Tengo una cita con la Muerte en alguna descarnada ladera de colina arrasada, cuando la primavera regrese, un año más, y asomen las primeras flores en el prado. Dios sabe que sería mejor estar bien cubiertos en seda y ser tendidos con perfumes, donde el amor palpita en sueño placentero, pulso cercano al pulso, y aliento al aliento, donde los despertares acallados son queridos... Pero tengo una cita con la Muerte a medianoche en algún pueblo en llamas, cuando la primavera se encamine otra vez al norte, y yo siempre soy fiel a mi palabra, no faltaré a mi cita. Alan Seeger
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Poesía de trincheras
l otoño pasado viendo un episodio de la serie bélica ‘El largo camino a casa’, producida por National Geographic, escuché el poema Cita que un soldado estadounidense recitaba a otro soldado mientras hacían guardia. Hablaron luego de su autor, Alan Seeger1, y de su trágica muerte en la batalla de Somme durante la Primera Guerra Mundial.
Dada la ordenación de los poemas, su lectura es como un desvelar de lo que fue la guerra. Del conjunto, queda claro que unos cantan exaltados al honor y la gloria, como Rupert Brooke; de morir por un auténtico ideal, cuando otros evocan la gran mentira en que se han visto envueltos, en que lo único verdadero es el rostro burlón de la muerte.
Me gustó el poema y al día siguiente comencé a documentarme en Internet sobre este poema y su autor. De esta manera cayó en mis manos el libro Tengo una cita con la Muerte (Poetas muertos en la Gran Guerra)2.
Textos escritos,pues, en el centro del conflicto, en el centro del ruido, como bien señalan los antólogos en su introducción. Y desde el centro del ruido, del encuentro entre seres enfrentados con pasión, miedo y desconcierto, nacerán estos poemas entre la miseria, la mugre, las ratas, la sangre, los piojos, los aullidos de los heridos, el olor a carne quemada, a carne putrefacta, el frío, la metralla. En el centro, siempre omnipresente, la memoria en una foto caída de la cartera del camarada muerto; en el rostro esfumado de una madre; de una hermana, un hijo o una novia, una esposa joven; en la carta de un padre o una madre angustiada.
Este año se cumple el centenario de la finalización de la Primera Guerra Mundial y me pareció acertado, como filólogo, escribir el artículo en homenaje a los veintiún poetas seleccionados en esta antología que combatieron y murieron en la Gran Guerra. ¿Quiénes fueron estos poetas? William Noel Hodgson, Rupert Brooke, Edward Thomas, Charles Hamilton Sorley, Theodore Percival Cameron Wilson, Francis Ledwidge, Alan Seeger, Robert Ernest Vernède, Ewart Alan Mackintosh, Julian Grenfell, John McCrade, Jeffery Day, Nowell Oxland, Patrick Shaw-Stewart, Leslie Coulson, Richard Brereton Marriott-Watson, Thomas Michael Kettle, Robert Palmer, Isaac Rosenberg, Edward Wyndham Tennant y Wilfred Owen.
ANTES DEL VERANO (…) Entre las trincheras derruidas sus silenciosos muertos yacerán tranquilos con ojos graves mirando al cielo del verano. Hay una neblina sobre ellos que no me deja ver las caras de mis amigos que caminan conmigo por el pueblo. Para evitar que veamos algo peor que morir, vivir nosotros para ver a nuestros amigos fríos bajo el cielo, Dios nos conceda también yacer en el viento y en el barro y en la lluvia antes de que los regimientos rotos regresen, tropezando, de nuevo.
Los autores de esta antología han respetado el orden que estableció originalmente Gardner3, pero han incluido un último poema más, Insensibilidad de Wilfred Owen, que Gardner decidió dejar fuera en su día por ser ya muy conocido. En algunos casos son escritores y poetas con cierta bibliografía, como Edward Thomas. Y, en otros, se trataba de principiantes, autores de una obra muy reducida —en ocasiones prácticamente limitada al poema o poemas que aparecen en este libro, como el caso de Robert Palmer o Nowell Oxland—. Wilfred Owen, hoy quizás el más famoso de todos, había publicado sólo tres poemas antes de su muerte.
Ewart Alan Mackintosh
No todos los poetas que incluye esta antología son británicos, los poetas T. M. Kettle y R. B. Marriott-Watson fueron irlandeses, el poeta y doctor John McCrae, canadiense, y el autor del poema Cita, Alan Seeger, americano. 1.- Alan Seeger (NewYork 1888— Belloy-en-Santerre 1916) murió animando a gritos a sus compañeros a seguir avanzando mientras yacía herido de muerte por los disparos de seis ametralladoras. Tenía 28 años y al caer llevaba el uniforme de los apátridas por excelencia: el de la Legión Extranjera francesa. 2.- La selección de poemas recogidos en esta antología debe su existencia a otra antología, más extensa, publicada por primera vez en el Reino Unido en 1964: Up the Line to Death. The War Poets 1914-1918, al cuidado de Brian Gardner. 3.- Gardner ordenó los poemas ajustándose, más o menos, a la fecha de composición.
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EN LOS CAMPOS DE FLANDES
CAZANDO PIOJOS
En los campos de Flandes las amapolas se mecen entre las cruces, fila sobre fila, que marcan nuestro sitio; y en el cielo las alondras, aún cantando embravecidas, vuelan sin oírse apenas entre los cañones.
En cueros y alumbrados gritando en morboso regocijo. Caras desencajadas y furiosos miembros bailan sobre el suelo en llamas; por una camisa infestada de parásitos lanzó aquel soldado de su garganta juramentos que amedrentarían a un dios, pero no a los piojos, y en poco tiempo la camisa estaba prendida sobre la vela que había encendido al acostarnos.
Somos los Muertos. Hace pocos días vivimos, sentimos el amanecer, vimos el brillo del ocaso, amamos y fuimos amados, y ahora aquí yacemos en los campos de Flandes. John McCrae
Isaac Rosenberg
EL SOLDADO DEMENTE (…) ¿Sabéis lo que comen estas ratas? ¡Carne humana! Después de estar tumbado una semana, tus mejillas se vuelven pálidas como la vida, y la noche parece tan blanca como el día, sólo las ratas y sus secuaces parecen más hambrientas cuando el sol se ha puesto –y parecen tan grandes como toros, y tiran de ti hasta que casi gritas– pero la sed que no habías sentido antes te corroe. Edward Wyndham Tennant
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La batalla es recordada principalmente por su primer día, 1 de julio de 1916, en el que los británicos sufrieron 57.740 bajas, de las cuales 19.240 fueron mortales. Constituye la batalla más sangrienta en la historia del ejército británico. La obra poética posterior a la batalla del Somme es la verdadera poesía fruto de la Gran Guerra. Los poemas anteriores —incluso los buenos poemas anteriores— carecen de la fuerza que el horror imprime. Es fascinante comprobar, sobre el papel, el cambio de tono —y de estilo— que sufrieron algunos poetas. En esta selección resulta del todo ilustrativo el caso de W. N. Hodgson: qué lejanos parecen aquellos versos heroicos de Inglaterra a sus hijos, escritos en agosto de 1914, cuando uno lee Antes de entrar en la batalla, escrito dos días antes de su muerte, también en la ofensiva del Somme. Y son, con todo, el mismo poeta —aunque no el mismo hombre—. A ALEMANIA (…) Cuando haya paz, entonces podremos ver de nuevo, con nuevos ojos, la forma verdadera del otro y su grandeza. Más cálidos y amables, nos cogeremos con fuerza de las manos y del viejo dolor nos reiremos, cuando llegue la paz. Pero antes de la paz, la tormenta la oscuridad y el trueno y la lluvia. Charles Hamilton Sorley
ANTES DE ENTRAR EN A BATALLA Por todas las glorias del día y la fresca bendición de la tarde, por ese último roce del sol que yacía en las colinas cuando el día acababa, por la belleza desbordada con esplendor y las bendiciones recibidas sin cuidado, por todos los días que he vivido haz de mí , Señor, un soldado. (...) Yo, que en mi colina conocida vi con ojos ignorantes cientos de Tus atardeceres derramar su fresco y bermejo sacrificio, antes de que el sol oscile su espada de mediodía debo ahora todo esto despedir; por todos los placeres que voy a perderme, ayúdame, Señor, ayúdame a morir.
La mayoría de los soldados rasos enviados a Francia poseían unos pocos meses de entrenamiento y los oficiales que los dirigían solían ser jóvenes de clase alta —se hizo famoso el caso del hijo de Rudyard Kipling, que murió el día que cumplió dieciocho años, en la primera batalla en la que tomó parte, la batalla de Loosen, en el frente Occidental, septiembre de 1915— con absolutamente ninguna experiencia real de combate y unas cuantas nociones teóricas.
La batalla del Somme La batalla del Somme de 1916 fue una de las más largas y sangrientas de la Primera Guerra Mundial, con más de un millón de bajas entre ambos bandos. Las fuerzas británicas y francesas intentaron romper las líneas alemanas a lo largo de un frente de cuarenta kilómetros al norte y al sur del río Somme, en el norte de Francia. El principal propósito de la batalla era distraer a las tropas germanas de la batalla de Verdún; sin embargo, las bajas de la batalla del Somme terminaron siendo superiores a las de esta última.
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William Noel Hodgson escrito dos días antes de su muerte, 1 de julio de 1916
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EL VERTEDERO DE LOS MUERTOS
INGLATERRA A SUS HIJOS Hijos míos, os escucho excitados ante las cornetas que a la guerra llaman; preparaos entonces, os entrego libremente tal y como entregué a vuestros antepasados, los hijos más nobles que con amor y angustia crié. (...)
(...)Los sesos de un hombre se esparcieron sobre la cara de un camillero: sus temblorosos hombros dejaron caer su carga, pero cuando se inclinaron para mirar otra vez el alma agonizante estaba demasiado hundida para ternura humana. Dejaron a este muerto con los otros, más antiguos, tendido sobre el cruce de caminos(...) Así tomamos rápidamente la curva, oímos su grito, tan débil, oímos su último sonido, y nuestras ruedas sajaron su cara muerta.
Id, y que el Dios de las batallas vele por vosotros y os guarde: y si Él en Su sabiduría os concede entrar en Su amado sueño, lo acepto sin pedir nada, salvo un pequeño espacio donde llorar. William Noel Hodgson Agosto, 1914
Isaac Rosemberg
Termino con uno de los más conocidos poemas de la antología comentada, debido a Wilfred Owen, que desmonta definitivamente el mito de la gloria de la muerte por la patria, por esa realidad difusa y manipulada que nos ha llevado a la muerte sin sentido.
Atrás queda Rupert Brooke —cuyos versos animaron a tantos a alistarse— y sus sonetos eufóricos; atrás queda el Kipling previo a la muerte de su único hijo que escribiría, después, el breve y demoledor poema de dos versos que dice: If any question why we died, / tell them, because our fathers lied4. La poesía posterior a 1916 —y buena parte de estos poemas lo son— es la poesía del desengaño, del dolor, de la incomprensión. Uno de los poemas que mejor lo expresa es el monumental Reclutamiento de E. A. Mackintosh, donde el poeta denuncia, precisamente, los ‘versos insulsos’ que no dejaban entrever la verdadera cara de la guerra. Con estos versos de El vertedero de los muertos, de Isaac Rosenberg, caído el 1 de abril de 1918, poco antes de acabar la contienda, ya podríamos cerrar estas líneas de modo determinante, con toda su crudeza, sin sentimentalismos inútiles.
Quién sabe si la Gran Guerra nos privó de alguna de las voces poéticas del siglo XX, el poeta John Masefield, que siempre defendió que el joven Charles Sorley, que murió con apenas veinte años en la batalla de Loos, hubiera sido el mayor dramaturgo desde Shakespeare. Nunca lo sabremos. DULCE ET DECORUM EST Doblaos en dos, como viejos mendigos envueltos en sacos, las rodillas rotas, tosiendo como brujas, maldecíamos en el lodo, hasta que le dimos la espalda a las bengalas que acechaban y hacia nuestro lejano descanso avanzamos con dificultad. (...) ¡Gas! !Gas! ¡Rápido, muchachos ! -Un éxtasis al revolvernos, ajustándonos las torpes máscaras justo a tiempo, pero aún alguien gritaba y se movía, tropezándose y confuso como un hombre envuelto en llamas o en cal viva (...)
RECLUTAMIENTO ”Muchachos, se os necesita, id a ayudar”, decía el cartel sobre la pared (...)
Si tú también, en algún sueño sofocante, pudieras caminar detrás del carro al que lo arrojamos, y pudieras ver los blancos ojos retorciéndose en su cara, su cara que cuelga, como un diablo enfermo de pecado; si pudieses oir cómo, con cada bache del camino, la sangre va saliendo a borbotones de sus pulmones corrompido con espuma, obscenos como un cáncer, amargos como el bolo alimenticio de bilis e incurables llagas en lenguas inocentes; mi amigo, no dirías con tal celo a los niños ardientes por una gloria desesperada, la vieja Mentira : “dulce et decorum est pro patria mor”.
“¡Muchachos, se os necesita! allí”, temblando en el rocío de la mañana, más pobres diablos como vosotros esperando a que los matéis. Id y a yudad a engrosar las listas con los nombres de los muertos. Id a ayudar a completar una columna a los malditos periodistas. Id a mantenerlos bien a salvo del malvado enemigo alemán. ¡No dejéis que él venga aquí! “Muchachos, se os necesita -allá vais”.
Wilfred Owen Bibliografía y fuentes
1.- Tengo una cita con la Muerte. (Poetas muertos en la Gran Guerra). Borja Aguiló Obrador y Ben Clark. Ediciones Linteo, S.L., 2011. 2.- Wikipedia 3.- Internet
Ewart Alan Mckintosh 4.- ‘Y si alguien te pregunta por qué acabamos muertos / dales sólo un motivo: nuestros padres mintieron’.
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Félix Morales Prado
La
ruta de los sueños
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n el calor nocturno de ese tiempo olvidado,
cuando el sol se desploma sobre la mar oscura y la convierte en sangre, en la orilla trazada por el rompeolas blanco al ritmo de un tambor hipnótico de agua. Desde el norte me llega un olor de jardines. Los pasos besan charcos y conchenas filosas.
Camino hacia poniente la ruta de los sueños. Donde todo se acaba, más allá de las mesas y de los unicornios, después de los amantes, después de las banderas, terminado ya el vino, calladas las canciones, la distancia parece prometer nuevos mundos. Allí pierdo mi nombre, conozco mi destino, cavo un hoyo en la arena y contemplo el origen.
Foto: Manuel Padilla
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conociendo a d. francisco giner de los ríos (Y 2) Giner de los Ríos-Juan Ramón Jiménez .
Francisco Domínguez Díaz
Tanto Simarro, como Giner, pensaban que el contacto con la Naturaleza era un buen medio para fortalecer el alma y el cuerpo del poeta, y consideraban que una temporada en la Sierra, le sería muy beneficioso. De esta manera, la Sierra de Guadarrama comenzó a formar parte de los paseos habituales de Juan Ramón.
ENCUENTRO Giner de los Ríos y Juan Ramón Jiménez se conocieron en Madrid a principios del pasado siglo. A partir de ahí, entablaron una relación de amistad que llevó, incluso, al Nobel a dedicarle “Un andaluz de fuego” como muestra de su admiración y respeto. Juan Ramón llega a Madrid en 1901 aquejado de una enfermedad mental escasamente definida, enfermo de sueños y melancolía, ingresa en el Sanatorio del Rosario por recomendación de su médico Luis Simarro Lacabra. En 1904, se traslada a la casa del propio doctor Simarro, el cual propició su encuentro con Francisco Giner de los Ríos, pedagogo, pensador, escritor y fundador de la Institución Libre de Enseñanza, centro educativo basado en modelos pedagógicos modernos, laicos y progresistas. Luis Simarro, médico, neurólogo, psiquiatra, histólogo y catedrático de Psicología Experimental, era miembro de la Institución y amigo personal de Francisco Giner de los Ríos.
ADMIRACIÓN Don Francisco Giner fue uno de los hombres más admirados y respetados por Juan Ramón. Era el impulsor de un cambio en las estructuras culturales de nuestro país, que dio origen, quizás, a una de las épocas más gloriosas del pensamiento y las letras españolas, de la que fue el mejor ejemplo, sin duda, la extraordinaria concentración de talento que se dio en la Residencia de Estudiantes de Madrid, a la que tan estrechamente estuvo ligado Juan Ramón.
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“En el fondo, Guadarrama adormecía su mole azul y rosa, llena de una dulce y despintada pedrería. Sobre el cielo azul las ramas de un verde claro y tierno se estremecían a la brisa de cristal que el Guadarrama, descubierta y amable su nieve en la tarde limpia y nueva, mandaba como en un río ideal y aéreo”. Entre 1904 y 1905 el poeta acompañaría en varias ocasiones a Giner de los Ríos y a Manuel Bartolomé Cossío en sus excursiones dominicales a la sierra madrileña. En estos paseos se inspiró para la creación del libro de poemas Pastorales. “Una larga estancia en las montañas del Guadarrama me trae las Pastorales”. Decía Giner de los Ríos: “he releído en esta tarde lluviosa de otoño las Pastorales de Juan Ramón en busca de la Sierra en sus poemas, pero lo que está allí no es el Guadarrama, sino una idea sublimada de la Naturaleza basada en la propia Sierra, en el campo de Moguer”. Dr. Simarro, médico, neurólogo, psiquiatra, histólogo y catedrático de Psicología Experimental, amigo personal de Francisco Giner de los Ríos.
Giner fue decisivo, de alguna manera, en la primera promoción de Platero y yo, ya que compró numerosos ejemplares de su primera edición, y los regaló a sus amistades ensalzando el contenido de la obra del moguereño. “Platero” era un libro singular, impregnado de esos valores de regeneración y compromiso con la cultura y la naturaleza que se fomentaban en la Institución Libre de Enseñanza y la Residencia de Estudiantes; y, por ello, desde el primer momento, fue una obra que tuvo un gran impacto en Giner. Tal fue así, que en la última visita que hace el poeta a su maestro enfermo, éste abre el libro por la página de la muerte de Platero y dice: «Es perfecto, con esa sencillez debía usted escribir siempre».
El poeta de Moguer siempre mostró su gran admiración hacia la figura y las ideas reformistas de Giner de los Ríos, al que tuvo como uno de sus grandes maestros; hasta el punto, que llegó a asimilar en su poesía los valores krausistas representados por el maestro. Decía Juan Ramón: “D. Francisco, que era en vida un profesor máximo, era sobre todo un vividor de filosofía. Por eso, su ejemplo, su contajio estaba en su persona más que en su obra escrita, que no fue lo fundamental en su vida”. Giner de los Ríos ejerció una paternidad espiritual en Juan Ramón; tanto desde el punto de vista creativo, como existencial. Entre ambos había un vínculo afectico basado en la mutua admiración. Un vínculo que se traducía en consejos literarios del maestro al poeta. La admiración y el respeto era mutuo; no en vano, Giner de los Ríos fue, además de amigo, el impulsor del éxito de la obra del poeta; fundamentalmente de “Platero y yo”. Según Giner, Platero expresaba los valores éticos institucionistas, de la regeneración por la naturaleza y la cultura, en un proceso de interiorización idealista.
Rafael Altamira, Giner de los Ríos y Germán Flórez en el antiguo camino de Cercedilla al Ventorrillo (1912)| Foto:ILE
INFLUENCIA La naturaleza, fuente esencial para Juan Ramón, está en todos sus versos que tienen su germen en el pensamiento Krausista y en la Institución Libre de Enseñanza, y en la relación que tuvo el escritor con Giner o Cossío, quienes le orientaron en la “estética y ética del arte popular”.
RESIDENCIA DE ESTUDIANTES. La Residencia de Estudiantes, desde su fundación en 1910 por la Junta para Ampliación de Estudios hasta 1936, fue el primer centro cultural de España y una de las experiencias más vivas y fructíferas de creación e intercambio científico y artístico de Europa. Tanto la Junta como la Residencia eran producto de las
El Guadarrama formaba parte del paisaje de alguno de los paseos de Juan Ramón, por el Madrid de entonces. Así lo retrata el poeta:
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ELEGÍA
ideas renovadoras de la Institución Libre de Enseñanza, fundada en 1876 por Francisco Giner de los Ríos.
Ante la inminente muerte de Don Francisco, Juan Ramón cuenta: “Una mañana helada, Manuel Bartolomé Cossío, me llamó para que yo fuese a darle y a recibirle el último adiós a mi grande y generoso amigo que tanto me quería a pesar de la diferencia de 45 años que había entre nosotros. Entrando yo en su celdita encalada, que él amuebló con sencillos muebles populares españoles, su catre modesto de estudiante y el sillón de enea con respaldo alto de tabla de pino que fue de su madre, vi que tenía en su cómoda un montón de ejemplares de Platero. Al verme entrar, se sonrió triste, con aquella sonrisa de su boca grande y fina que le abría toda la cara azul y de cianosis; y mirándome con sus ojillos grandes también y entornados de tanta luz propia, y mirando al montón de los sonrosados libros, me dijo: “Sí, ya he regalado muchos ejemplares desde Nochebuena. Este año mi regalo ha sido Platero. Nuestra entrevista no podía durar más que unos minutos, ya que él estaba tan débil, y otros aguardaban para entrar, uno a uno, en la biblioteca inmediata al dormitorio. Nunca olvidaré que antes de separarnos para siempre, cogidas nuestras cuatro manos, don Francisco separó su derecha suavemente para no prolongar la pena, aunque dejó quedada la izquierda un poco más entre las mías. Tomó un ejemplar que tenía cerca, lo abrió cuidadosamente con aquel tacto delicado con que él trataba los libros y todo lo tratable y lo intratable y me lo dio abierto por la página de la muerte de Platero: Es perfecto, me dijo lento. Volvió a tenderme de pronto su mano también morada como su cara, dejando el libro sobre la colcha; sonrió forzado y añadiendo: Pero no se envanezca”.
La Residencia se proponía complementar la enseñanza universitaria mediante la creación de un ambiente intelectual y de convivencia adecuado para los estudiantes. Entre los residentes surgieron muchas de las figuras más destacadas de la cultura española del siglo XX, como el poeta Federico García Lorca, el pintor Salvador Dalí, el cineasta Luis Buñuel y el científico Severo Ochoa. A ella acudían como visitantes asiduos o como residentes durante sus estancias en Madrid: Miguel de Unamuno, Alfonso Reyes, Manuel de Falla, Juan Ramón Jiménez, José Ortega y Gasset, Pedro Salinas, Blas Cabrera, Eugenio d’Ors o Rafael Alberti, entre muchos otros. En 1913, el Nobel es invitado a vivir en la Residencia de Estudiantes como reconocimiento oficial por su labor como poeta, donde entabla una mayor relación con Giner de los Ríos. El contacto con el pensamiento krausista a través de hombres como el doctor Luis Simarro o Francisco Giner de los Ríos reafirmó en el joven poeta su vocación de poeta interior, al hacer suyo el ideal ginerario de progreso moral interior por el cultivo de la sensibilidad, es decir, ir a la ética por la estética. En la Residencia, estudió griego e inglés y dirigió las publicaciones, ensayos, biografías y los cuadernos con los trabajos de los residentes; igualmente, las lecturas que se daban en la Residencia estaban a su cargo. En una ocasión, Juan Ramón asistió a una conferencia de Don Manuel Bartolomé Cossío y logró ser presentado a Zenobia. Juan Ramón vive en esa época en la Residencia de Estudiantes, donde dirige las ediciones, también colabora estrechamente en el proyecto y decoración de la nueva residencia, en la calle Pinar. El poeta diseñó parte del jardín, la biblioteca y eligió muchos de los materiales de las distintas dependencias. Al mismo tiempo trabaja en la Editorial Calleja.
Tras la muerte de Giner de los Ríos, Juan Ramón escribe a Zenobia para contarle el impacto que le ha producido el suceso. “Una triste noticia: D. Francisco Giner ha muerto esta noche. ¡Ahora se sabrá con su falta, lo que era este hombre extraordinario! ¡Un niño de 76 años!”. Con estas palabras, Juan Ramón Jiménez comunica por carta a Zenobia Camprubí el fallecimiento del fundador de la Institución Libre de Enseñanza, y la idea de escribir un libro sobre su figura, un libro que el moguereño abordaría con la mayor admiración y respeto, y que llevaría por título ‘Un Andaluz de Fuego’. La carta de Juan Ramón está fechada el 18 de febrero de 1915, y en ella el moguereño comenta a su esposa: «He estado toda la tarde con el pobre don Francisco. Está en su celda blanca y pobre, como un santo, entre sus flores y su romero. Cossío me dice que el último libro que ha leído y que la última conversación lúcida que tuvo fue sobre mi Platero. Ahí lo tiene, al lado de su lecho de muerte. ¡Qué horas tan dulces, tan buenas, he pasado a su lado en el balcón que da al jardín solitario! Voy a escribir un libro sobre Don Francisco, que se me ha ocurrido al lado de su cuerpo frío». En el mismo velatorio de Giner de los Ríos, Juan Ramón inicia el libro, «Elegía pura». Más tarde, le comentaría a Zenobia: “Estoy terminando mi librito Elegía a la muerte de un hombre puro, cuya edición íntegra voy a regalar a la Institución para el fondo de la fundación Giner. Serán 3.000 pesetas. 1000 ejemplares a 3 pesetas que se venderán de mano a mano”.
Homenaje a Ortega y Gasset en Madrid,1920. Juan Ramón es el primero a la derecha en la fila de abajo; junto a él, Ortega y, al lado de este, Azorín. RESIDENCIA DE ESTUDIANTES.
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FRANCISCO GINER DE LOS RÍOS Iba y venía, como un fuego con viento; y se erguía, silbante víbora de luz, y se derramaba y se prendía, chispeante enredadera de ascuas, y se abalanzaba, leonzuelo relampagueante, y se encauzaba, reguero puro de oro; y aparecía, sin unión visible, aquí y allá, por todas partes, delgado, aéreo, inasequible, con la elasticidad libre de la diabólica llama. - ¿Qué nombres eran, entonces, los que le pusieron, vivo o muerto, a este incendio agudo, esos que tan bien lo desconocieron? ¿Qué fué aquello de “San Francisquito”, de “Don Francisquito”, de “Don Paco”, de “Asís”, de ”Santito”, ¿de “Paco”? ¡No, no; nada de eso! De ponerle algo más que su nombre, y como él se lo ponía, Francisco Giner, o como se lo ponían los más suyos, Don Francisco, más bien algo de un infierno espiritualizado. Bueno, sin duda, mejor que bondadoso; buenísimo; pero por gusto, por embriaguez verdadera, por arranque de enamorado, por dolor y por remordimiento totales. Si, una alegre llama condenada a la tierra, llena de pensativo y alerta sentimiento; el espectro sobrecogido, ansioso y dispuesto de la pasión sublimada, seca la materia a fuera de arder por todo y a cada hora, pero fresca el alma y abundante, fuente de sangre irrestañable en un campo de estío. Y sus lenguas innumerables lo lamían todo – rosa, llaga, estrella – en una caritativa renovación constante. En todo era todo en él; niño en el niño, mujer en la mujer, hombre como cada hombre; el joven, el enfermo, el listo, el peor, el sano, el viejo, el inocente; y árbol en el paisaje, pájaro y flor, y, más que nada, luz, graciosa luz, luz. … La luz ardiente que surgía la espada de su quemado ser, atravesó el cielo total de norte a sur, de este a oeste, en perenne encandilamiento, añadiendo fulgor al celeste dorado del día; llegó al fin de cada sinfín de sus caminos en cruz, y penetró por todos los secretos de su instante. Taló, besó, achicharró, murió, lloró, rió, resucitó con cada persona y con cada cosa. Una noche, como en la leyenda oriental, la luz, que se había ido, esta vez - ¿a qué? – muy lejos, no tuvo tiempo de volver a su espada en el punto exacto; y espada y luz se quedaron solas, aquella tendida - ¡qué pavesita azul! – en su vaina de tierra; luz – triste y como perdida con su dueña libertad – errando ancha, sin bordes en su mecido trigal infinito. “ELEJÍA A LA MUERTE DE UN HOMBRE”
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Foto: Juan Martín Hdez.
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el barco fantasma -Cuento infantil.
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Cristina Font Briones
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irfak, la estrella más brillante de la constelación de Perseo, varió de posición en el cielo nocturno para iluminar con más fuerza a un barco que acababa de fondear en las inmediaciones del Puerto Deportivo de Mazagón. Esa noche, Roberto se encontraba sentado en el puerto contemplando con melancolía la luna. Estaba triste, hacía más de dos años que le gustaba una chica y, por fin, se había atrevido a manifestárselo en la fiesta de cumpleaños de un amigo que tenían en común; pero ella, casi sin mirarlo, lo rechazó, y él, avergonzado, se marchó. Al escuchar un suave ruido, Roberto giró su cabeza y observó a unos niños que caminaban uno detrás de otro en dirección al océano. Le resultó extraño, pues todos iban en pijama y al caminar sus pies casi no rozaban el suelo. —¡Eh, chicos! —los llamó Roberto—. ¿Dónde vais solos a estas horas de la noche? Los niños, como sonámbulos, continuaron caminando introduciéndose en el mar. —¡Cuidado, que os podéis ahogar! —les gritó Roberto asustado. Para su sorpresa, los niños comenzaron a caminar sobre el agua. Corriendo, se dirigió hacia la zona donde se encontraban, saltó y nadó hasta alcanzarlos. —¿Quiénes sois? ¿Dónde vais? —les preguntó sin obtener respuesta alguna. Al llegar a una parte del mar iluminada por una estrella, los niños desaparecieron. Roberto, asombrado, continuó nadando hasta que se topó con algo. —Pero ¿de dónde ha salido este barco? Hace un momento no estaba aquí —se preguntó Roberto al apreciar un barco de madera antiguo con figuras talladas en oro macizo que rodeaban al número ocho. De repente, alguien le tiró una escalerilla y, sin pensárselo, trepó hasta llegar a bordo. —Buenas noches, Roberto. Soy el capitán Ocho, bienvenido a mi barco —le dijo un señor mayor con un enorme bigote, ofreciéndole la mano. —Buenas noches. ¿De dónde ha salido este barco? Debo de estar soñando... —Entiendo que esté confundido. En este momento se encuentra entre los sueños y la realidad. Venga, sígame y lo comprenderá.
El capitán Ocho lo llevó hasta una zona interior del barco decorada con grandes cuadros con fotografías de diversos lugares. En el centro había una mesa redonda donde se encontraban sentados cuatro niños y cuatro niñas con una pizarra dorada entre sus manos. —Hola, chicos, ¿qué hacéis aquí? ¿Os han invitado? ¿Por qué vais en pijama? Los niños lo miraron, le sonrieron y volvieron a clavar sus ojos sobre las pizarras. —Los he invitado a través de sus sueños y voluntariamente han venido hasta aquí —le explicó el capitán. —Pero ¿están dormidos o despiertos? ¿Por qué no me hablan? ¿Qué hacen aquí? —preguntó Roberto sin entender nada. —Igual que usted, se encuentran entre los sueños y la realidad. Hace muchos años, cuando aún era un joven marinero, conocí a un capitán que se llamaba Siete. Me expuso que había sido elegido para sucederlo en su cargo cuando él desapareciera. Por aquel entonces, su barco se llamaba Siete y me explicó que su cometido era hacer realidad los sueños de los más pequeños que llegaban hasta su barco, solo visible, cuando lo iluminaba la estrella Mirfak. Al principio no lo creí, pensé que estaría loco, pero cuando contemplé cómo desaparecía el barco delante de mis propios ojos comprendí que era real y que se trataba de un barco fantasma. Al cabo de unos años el capitán Siete volvió a visitarme y me manifestó que había llegado la hora de sustituirlo. Me condujo hasta el barco que ahora se llama Ocho. A partir de entonces me convertí en el capitán Ocho y surco los mares para hacer realidad los sueños de ocho niños de cada puerto que visito; esta vez elegí Mazagón. —Vaya, qué historia. ¿Y cómo hace para que se cumplan los sueños de los chicos? —Como habrá comprobado, cada uno tiene una pizarra en sus manos. Ellos deben de escribir algún deseo que quieran obtener; no valen los objetos, ni regalos, ni cosas materiales, solo ilusiones positivas que les ayuden a ser feliz. —¿Como que una chica se enamorase de mí? Si eso fuera posible me gustaría que me diese una pizarra mágica —le pidió Roberto. —Si la chica es merecedora de su amor se cumpliría su deseo; si no lo es, no. Solo se cumplen los sueños que conducen a ser feliz. Pero no le puedo dar una pizarra, su felicidad ya está escrita y en su momento lo sabrá. Uf, qué tarde es ya, con tanto hablar no me he dado cuenta de que pronto amanecerá. —¿Se va a ir al amanecer? —En cuanto la estrella Mirfak deje de brillar, este barco se hará invisible y me dirigiré hacia otro puerto a llenar de ilusión la vida de otros niños. Encantado de conocerlo, Roberto. Ahora debéis de regresar todos a vuestras casas. Cuando Roberto abrió los ojos estaba en su cama. Confuso, se preguntó si el capitán Ocho existiría de verdad o solo habría sido un sueño. Después de desayunar se dirigió a la playa y observó a cada uno de los niños que se encontraban por allí con la esperanza de reconocer a alguno de ellos, aunque iba a ser complicado, pues no se había quedado bien con sus caras. En la orilla del mar contempló a cuatro chicos y cuatro chicas haciendo un castillo en la arena. Rápidamente se acercó. —Hola —los saludó—. Estáis haciendo un castillo muy grande. —Hola —lo saludaron todos a la vez. —¿Podría colocar en lo alto del castillo el número ocho? —le pidió uno de los chicos. —¿El número ocho? ¿Sois los niños de ayer? —le preguntó Roberto intrigado. Los niños lo miraron, pero no le contestaron. Roberto tomó entre sus manos la figura del número ocho tallada en madera y la colocó sobre el castillo. A continuación, los chicos continuaron jugando como si no lo conocieran. Diez años después, Roberto se encontraba una noche en el Puerto Deportivo de Mazagón, cuando divisó un gran resplandor sobre el mar. Sin saber por qué, llevado por un impulso se introdujo en el agua y nadó hasta llegar a la luz. Ante sus ojos apareció un barco de madera decorado con figuras de oro alrededor del número nueve. Subió por unas escalerillas y allí estaba él. —¡Capitán Ocho! ¡Es usted! Entonces, todo fue real. —Bienvenido, Roberto. Ha llegado el momento de que me sustituya, mi hora se acerca y tengo que desaparecer. Como habrá comprobado, ahora el barco se llama Nueve. El día que nos conocimos le informé de que su felicidad ya estaba escrita. Ahora usted se encargará de llenar de ilusión la vida de algunos niños. Le deseo mucha suerte, le aseguro que será muy feliz. Y, Roberto, ahora llamado el capitán Nueve, comprendió que la felicidad no siempre se encuentra donde se busca, y con mucha ilusión partió a surcar los mares en su barco fantasma para hacer realidad los sueños de nueve niños de cada puerto que visitara. Estate atento, puede que uno de ellos seas tú...
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Teresa Suárez
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Adentro
entía que todo el peso del día se había apoderado de mí, que la presión podría estallarme dentro y que era necesario alejarme, estar a la deriva, tragarme todo el agua del mar o acurrucarme contigo a ver el atardecer. Pero estaba sola y me costaba tragar mi saliva o mecerme en las olas.
Y como siempre, me devuelves mi mirada más limpia y el corazón más entero. Después abrí los ojos para verte desde dentro, sonreí,
Por eso me escondí en tu vientre y y en la quietud de mi pensamiento una buena estrella remaba hacia el naufragio de mi soledad a tu lado.
acabé la última gota de aire saqué la cabeza a la superficie y respiré hondo: aún seguía en el mar.
Foto: Juan Carlos Ordóñez
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m azagón bóveda natural
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Octavio C. Velasco
Foto: campingdonana
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osta de doradas, finas y largas playas, dunas, marismas y médanos, acebuches, mares verdes de pinos regios y sabinas, conejos, gaviotas y linces, milanos, mirlos y zorros, jabalíes, jinetas y patos, camarinas, lavandas y romeros, al principio.
Sitio de recreo de nobles bonariegos, palermos, moguereños y rocianeros, después. Lugar en el que sosegar el alma y relajar el cuerpo para guardarlos, en los días de descanso y vacación, de la tensión diaria y de lo incierto, hoy.
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Patria del choco, la acedía y la pijota, las almejas, los boquerones y las coquinas, en todo momento. Faro en las oscuridades del mar y de los días, a quien vamos a por trabajo y paz, unos y otros, en el abrazo de tus gentes, alegres andaluces, quienes nos abren las puertas de su casa y su corazón, haciendo deseable volver y quedarse, siempre.
Aldea de leñadores, campesinos y pescadores afanados en la brega por el pan diario, luego.
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Campo de España, de fresas y sudor y florecillas rosas, celestes y gualdas, a un tiempo.
Mazagón, bóveda natural de tierra, luz y mar, en ti queremos, todos, vivir la vida, no sólo rozarla apenas, eternamente.
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Dolores Izquierdo Labrado
Del verso inacabado S
SUMERIA 0
i vinieras la tarde, distancia entre las aguas que agita las mareas y descansa en el viento tu corazón de espejo y de quimera, como utópica flor que se levanta besando las alturas de acantilados leves, los altos precipicios de tu espera, mirándote en el tiempo, si vinieras... Como a ti te descubro elección y marea, página inacabada del pensamiento libre, -que no cesa-, presagio de la idea, que aletea minúscula y sin nombre, la sombra del espacio que no fuera, y ocupa una distancia, una mirada, una eléctrica danza, una centella. Tu me devolverás con la espuma del viento, el canto bello que briega en la osadía, -del canto de los dioses-, de la eterna marea, la eléctrica frecuencia que encarama los verbos de la lengua en el idioma feroz de los titanes, y balancea la vida en los mares abiertos de la muerte, como si no supieras... Si por la voz vinieras, desplazada en el tiempo, en arco fugitivo de la noche y la tierra, geometría sagrada, prisión de la materia que te blande y te abarca, Fibonacci encantado, prisión alucinante, corriente alterna, -Tesla-, extraña circunstancia, paralelo, armonía, sexagésimo nombre de la arteria inconexa que nos une y nos guarda, -música universalentrelazadas voces, espacios-luces-guerras, del tiempo que no existe y que no cesa. -Sheldon Cooper-, amor y divergencia, cuántica enamorada, -muerte densa que aprieta los sentidos- ligereza, eléctrico-magnética ilusión, -cálculo exactoabrazo fugitivo en la materia. Foto: Jesús Miguel Marchena Márquez
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m emento “con música y radiantes esplendores”
Percy B. Shelley (Uno)
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Diego Ropero-Regidor
En lejanía, casi rozando la línea imperceptible velada por la bruma, el faro y el espigón; barcos que entran y salen cargados de mineral para el ritual de los muertos, barcos que abren las heridas al mar sin oleaje. Esta mañana plácida y propiciatoria rezuma el mejor memento nutriendo a los pinos de misteriosas raíces y, en su periplo, abrazan terracotas con viejas consignas. (Dos)
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No más recrearme en el silencio tórrido y la ebriedad malsana de las noches gélidas, aun en verano, con viento de poniente. No más quejarme. No más cerrar los ojos a la evidencia y los dones de la vida. Parece raro, en esta mañana, que la paz interior esquive deslealtades y, en conciencia, triunfe la grata melodía de radiantes esplendores. (y Tres) No hay dos sin tres, ni la divinidad alcanza a su semejante ¡oh rostro pétreo! a mitad de camino, entre el arroyo de las Madres y el zumbido de las promesas incumplidas. Hay mucho más en la contemplación y el vuelo de las aves que migran a la tierra tartesia donde laten corazones y la muerte se resiste frente al bello espectáculo de la naturaleza. ¡Música del agua!
(Mazagón).
Foto: María José Carmona r e v i s t a
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Sefi Cárdenas Cumbreras
Corre como saeta la inquina que escupe la lengua, sicario sin hambre de paga. Cáustica es su estela de azufre y fango, angustia del reo que a la fiera espera frente a un tribunal de sangre manchado. Y tú, que miras del circo la arena, reguero de entrañas del ajusticiado. Tú, que enciendes los cirios e imploras a un dios sin oído, usurpas la limosna y tensas el arco. Mezquino es tu paso. Mezquino el diezmo en altar de santo. Corre como saeta la inquina que escupe la lengua, brota de labios que rezan, de dedos que vagan entre el rosario y sus cuentas, de miradas que repudian la libertad que desean. Foto: Rafael Andrés
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Metáfora elocuente
Pedro Rodríguez
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stas fotografías me lo recuerdan. Fue este verano, al mes o así de lo del incendio, camino a Mazagón ; crucé, ceniza y negrura toda, la carretera de los montes. Un poco fuerte, un hachazo brutal, como diría Miguel Hernandez, llegar hasta este pino; a la ruina, digo, del que fuera ejemplar altivo, ufano de vivir en el mejor entorno no lejos del arroyo; pero no, no nació para centenario. Hace unos años, un rayo con vocación de bisturí lo partió en dos desde su copa a la raíz. Sobrevivió al desgarro hasta que este mal viento abrasador lo dobló para siempre. Mirando sus despojos, lo sentí como la metáfora más elocuente,como el redentor donde se hubiera condensado todo el drama del incendio. Doblado y cercenado su tronco para siempre hecho negros jirones, apenas si sostiene la que fuera su verde copa amparadora que, hoy, arrastra por cenizas como melena por rastrojos. Me aparté del sitio enseguida; pero, durante toda la tarde, en mi cabeza daba vueltas algo así como una mezcla del olmo de Machado junto a alguna imprecisa figura de alguna crucifixión de Francis Bacon.
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Primer Premio Narrativa Certamen literario Chispa 2018 2º Ciclo de la ESO. IES Odón Betanzos
un signo de interrogación .
Sofía Vega Lepers Foto: Manuel Padilla
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ntré en esa casa. Lo primero que vi fue ese espejo roto a la izquierda cuyos cristales permanecían inmóviles en el suelo, daban la sensación de que el tiempo se había paralizado. Al fondo de ese escalofriante salón, había un cuadro. Ese conjunto de pinceladas daba lugar a una hermosa playa, la única cosa bella que podía haber en este sitio. La única melodía que se conseguía apreciar era el “clac” , “clac” de las cámaras que inmortalizaban esa escena. En ese parqué brillante se hallaba una alfombra blanca que hacía resaltar las lágrimas de color que Nora había dejado caer.
Se gira, da dos pasos y vuelve hacia ella con la mano levantada. El primer golpe, el primer disparo que daría comienzo a una guerra. Una guerra en la que el radiante ángel se reunirá con los demás. Nora está asustada, llora, tiene la puerta detrás de ella, quiere salir, pero no puede, algo se lo impide. Sus lágrimas caen una a una, son bombas cargadas de sufrimiento. Estallan pero no suenan porque el diablo las silencia con sus golpes y ofensas. El diablo levanta a Nora, la coge de su vestido azul y la lleva hasta la pared, la sacude sin cesar, hasta que decide soltarla. Nora corre, pasa por el infinito pasillo y sube las escaleras, entra en su cuarto y cierra la puerta. Este cuarto se convertirá en una celda y su traicionero hogar, su prisión que junto a las cadenas que cuelgan de su pálido cuello no le permiten avanzar.
Su cabello dorado en forma de espiral todavía desprendía olor a su champú de vainilla, sus brazos inflamados y rojos demostraban su valentía y sus ansias de vivir. Había querido evitar las señales que un diablo quería marcar y que finalmente logró grabar en ella. Sus pies descalzos eran su camino hacia la libertad, pero esa ausencia de cabello representaba las cadenas que le impidieron avanzar. La apertura en la frente, el lago morado que rodeada una isla azul y el exceso de colorete en sus mejillas indicaban que el diablo había estado allí. Mis compañeros analizaban aquel salón, cualquier detalle era anotado. Mientras ellos recopilaban información, yo creaba una hipótesis: el infierno, en el que un ángel quedó atrapado entre sus mentiras.
Dos minutos más tarde el diablo entra en el cuarto y cierra la puerta. El ángel sale de la habitación corriendo, baja las escaleras y atraviesa el eterno túnel de parqué, ve la luz en esa oscuridad, se dirige hacia ella solo tiene que girar el pomo de la puerta. Detrás de ella se encuentra furioso y lleno de violencia el diablo que agarra los cabellos dorados del ángel y los dirige hacia el espejo en el que se refleja su rostro entristecido, este no siente empatía ni pena por él. Lucifer empuja violentamente al ángel, utilizando sus enredados cabellos, hacia el espejo y los cristales caen bailando un triste flamenco al compás de los sollozos.
El diablo estaría andando de un lado a otro, cada vez más rápido, con movimientos cada vez más violentos y agresivos, ansioso por la llegada de Nora y poder desprender su rabia sobre ella. A las doce y media se abre una puerta marrón, Nora entra radiante, con una sonrisa que embellece aún más su cara. Esa alegría molesta al diablo que se enfurece y se dirige hacia ella. La coge del brazo y aprieta, aprieta cada vez más fuerte hasta que Nora no puede resistir y le pide que le suelte.
Un camino de piedras rojas surge en su frente y un lago morado brotaría en su isla azul. Sus brazos son sus escudos que impiden golpes brutales. Su cuerpo lleno de marcas en su blanca piel acaba satisfaciendo los deseos del diablo. El diablo huye, dejando atrás a Nora, en el salón, encima de esa alfombra que es testigo de lo sucedido y su cuerpo queda sumergido en el Mar Rojo.
Él la tira al suelo y le chilla, le reprocha la hora a la que ha llegado, por qué no vino acompañada, por qué fue a esa fiesta sin decirle nada, cómo ha sido capaz de traicionar su confianza, cómo no le da vergüenza salir así, con un vestido tan ajustado, es demasiado corto, es demasiado vulgar, como ella, vulgar.
Esa es mi hipótesis, lo que yo intuyo que habrá pasado en la casa del diablo, pero todavía no tengo pruebas, no sé lo que verdaderamente sucedió. Pero no tardaré en averiguarlo, descubriré al asesino.
-El diablo: Nora con esas pintas vas buscando ehhh… Encima llevas toneladas de maquillaje, de verdad, me das vergüenza.
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omo una adolescente soñadora
cada año pensando en Mazagón,
se me acelera el pulso, el corazón, cuando se acerca la primavera. Vaya por adoquines o por la acera, a ritmo lento o carrerón, me viene a la memoria un relumbrón, una nueva corriente me serena. Que no es esa rutina de cada día, es una película en la memoria, que me llena el momento de alegría. Son destellos de una bella sinfonía, una película grabada de esta historia, Mazagón, noches estrelladas, melodía.
R omántica primavera
Mª Jesús Barquero
Foto: Juan Carlos Ordóñez
la voz del tiempo .
José Antonio García
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A Consuelo
ació agua transmitida para la especie. Se apresuró pronto el sol a secar la herida del primer sollozo. Besos -rompeolas-, la mar siempre dispuesta; el niño, atento a cada pronunciamiento. De adentro, de su propio fondo, tan habituado como estaba a indagar, posicionarse, y tomar el pulso a su condición de emplazado, llamada que viene de lejos, convocatoria esperada y compartida, humano temblor nada más llegar, ver, sentir cómo la felicidad es y está en lo cercano, nunca en lo distante; es muchísimo de lo pequeño, no de lo grande; más de lo sencillo que de lo complejo. Sobre todo, es belleza al alcance de cualquier mirada: Aquí, ahora, el tiempo luminoso, la gama completa de la luz dispersa, la forma perdurable de lo eterno... Las referencias dadas apuntan, cómo no, a Mazagón, playa singular del litoral onubense, sita al sur de la memoria, paraje diseñado por el Creador en momento de mayor lucidez e inspiración, seguramente. Topónimo asociado, además, a patrones de vida con especial encanto, los manuales de estilo la definen como espacio de asombrosa modernidad, pese a su edad. Y en igual dirección -justificado desvelo por su figura-, fiel a los básicos universales, entre los que aflora la sencillez, los modos y modas de Mazagón adscritos a una empatía intensa con la mar, las dunas y los médanos, formaciones geológicas representativas las tres- ¡ay, cuánta irracionalidad vertida: humano, no nazcas!-, señas identitarias que son de un amor fundado, fundido en aquella relación natural surgida el primer día, o este gozo que rezuma la palabra al roce mínimo con la piel de Mazagón, apertura a lo infinito. Con dichas credenciales en mano, y aunque admitamos que la naturaleza no sabe leer, fácil y deseable resulta comprender que la vida, en la diaria búsqueda de la verdad, haya aprendido tanto en la bondad de Mazagón. Magisterio del cual, y porque la certeza es patrimonio del agua, vino a nutrirse asimismo el niño de este relato, la voz del tiempo aquí, milenios de ecos, anhelos y “no me olvides”, cada estar y ser; la tierna corteza del alma a pie de playa, o esta ya clásica imagen sureña, curtida por el lodo y la sal, animada por la brisa... ¿Y al cabo de los años, qué? ¡Silencio! Mas, atento siempre -insisto- a los pronunciamientos que se formulen, el confirmado rumor de la esperanza, ¿por qué no? A pie de playa, agradecido de sus esencias oceánicas permanece el niño (no alteró ni un ápice su ubicación durante la composición de este texto). Acaso por consejo del propio tiempo, todavía sin revelar inmediatas actuaciones que Mazagón requiere y por derecho exige; ya sea al abrigo de la memoria, su extensión. La vida, en suma, cometa de fabricación casera (cañas, cuerdas, papel, masa y trapos), portadora de mensajes secretos enviados desde la bajamar, su vuelo alto y ligero, renovadas nuevas en el aire, los sueños; lo inalcanzable alcanzado al fin, tontemplar el infinito sobre el médano, avistar lo azul.
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El Fenicio
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n el número 1 de la calle Mástil sollozaba Yolanda. Un ejemplar como ella sólo podía nacer en el norte y haberse quedado a vivir en el sur. Yolanda era una mujerona grande con unos preciosos ojos oscuros y una mata de pelo negro que hacía imposible adivinar su edad. Aquella tarde tenía el corazón en un puño, pero cuando estaba contenta era un revoltijo de palabras bonitas y risas superlativas. Cuando yo la conocí hacía de guía turística por su propio pasillo mientras le dejaba la compra a domicilio al final de la cocina. Por el camino uno se encontraba con camisas que colgaban de perchas que colgaban de cualquier lámpara que ofreciera un brazo libre. El suelo del pasillo, o prácticamente el de toda la casa, estaba repleto de libros apilados que llegaban hasta la mitad de la pared y hacían las veces de rodapié y estante. El orden brillaba por su ausencia, aunque lo cierto es que todo aquel desastre tenía un siniestro encanto.
Dedicado a Yolanda, enamorada de esta tierra que nos dejó el 6 de diciembre de 2017, no sin antes ver los primeros brotes verdes de nuestra nueva Mazagón.
gustó?— Me preguntó como si fuese una niña que enseñaba su último dibujo. —Pues... la playa es preciosa, sí, pero hasta llegar a ella, mucha mala hierba para mi gusto...— A medida que iba diciendo aquello Yolanda se desinflaba más del doble de lo que la había hinchado la alegría de volver a verme. —La playa, sólo la playa... Entonces no lo has visto aún. Necesitas volver— sentenció Yolanda. Seguí volviendo a Mazagón, a aquellos prados que se iban desnudando de verde hasta llegar a los acantilados. Algo curioso comenzó a ocurrir con mis visitas: cada vez pasaba más tiempo arriba, entre pinares, que en la orilla frente al mar. En cada incursión una nueva especie me llamaba la atención, y poco a poco fui dándole nombre en mi memoria a lo que antes había pasado desapercibido. Entré las primeras veces por aquellos senderos pisando malas hierbas, y terminé haciendo malabarismos para sortear y dejar sano y salvo el matorral mediterráneo. Ahora el camino hasta el mar estaba repleto de jaguarzos amarillos, de cantueso y de romero. De jara pringosa, de zumillo, de camarinas y claveles de Doñana. Especies, algunas en peligro de extinción, que casi existen exclusivamente aquí. Ahora, al darme la media vuelta sobre el acantilado, puedo ver el verdadero amor de Yolanda. El camino hasta la orilla se había convertido en una travesía por el paraíso. Qué curioso darse cuenta de cómo las circunstancias y la conciencia pueden cambiarlo todo para que, donde antes mirabas, ahora observes.
Pero para encanto, Yolanda. Era tan grande que se había agenciado una planta del edificio para ella sola, dejando la de arriba para el marido. —¡No quiero más ná!— decía con su acento regalado. —Todo lo que necesito lo tengo entre estos libros y lo veo por esa ventana—. La gigantona tenía unas vistas a Mazagón, al bosque, que eran envidiables. Todo era verde pino y azul cielo. Yo apenas conocía la zona más que de alguna escapada; de todas formas, por entonces, para mí era obvio que lo bonito de una playa era su mar, y sólo el mar. —Pues... no quiero importunarla pero, por esa ventana yo no veo más que matorrales. Creo que las buenas vistas le han debido de tocar al edificio que está a sus espaldas. —Ay... Ves exactamente lo mismo que yo encontré cuando llegué de Asturias. Sólo veía mala hierba y rastrojos. Pero al cabo de poco tiempo, lo que terminé encontrando entre esos matorrales me cambió la conciencia. Mazagón es como un buen libro que tienes que leer por segunda vez. En la primera te asombras, pero sólo en la segunda mirada es cuando descubres que todo tenía su majestuoso lugar. La escuchaba embelesado sentado sobre una pila de libros. Le brillaban los ojos de tal manera que no pude más que prometerme una visita al bosque para ver qué es lo que había descubierto esta señora entre tanto matojo.
Aquella noche de San Juan ardió algo más que unas hogueras frente al mar. Algo más que unas malas hierbas. El fuego terminó llevándose toda una memoria en el trágico "incendio de Doñana". Un hecho que no sólo no dejamos de recordar los enamorados de esta tierra, sino que no podemos olvidar, ni debemos. La flora, la fauna, los colores, los olores, los cantares de las aves y el grillar de las noches de verano; se lo llevó todo. Nos dejó un paraíso repleto de cenizas y silencio de la nada, ese que en nada se parecía al de la calma que siempre reinaba. Todo se transformó, incluso los sentimientos, pues la simple visión de un rojo atardecer nos trajo recuerdos de terror por mucho tiempo después. La mano del hombre, tan presente detrás de cada incendio, nos lo arrebató todo a los seres que vivimos en este paraíso que no nos pertenece, y al que sin embargo pertenecemos por amor.
Al mes siguiente volví a verla, y si ya me pareció risueña cuando la conocí, reencontrarla fue aún mejor. No paraba de hablar del pueblo, y a todo lo que leía en aquellos libros de pasillo le sacaba una semejanza con la vida misma y con el bosque. A veces pienso que yo era su única visita en todo el día. Le confesé que había estado en Mazagón unos días atrás intentando investigar un poco por aquellos prados. Pareció que los ojos casi le saliesen de las órbitas cuando pronuncié aquellas palabras. —¡Y qué tal, qué tal! ¿Lo viste? ¿Te
Yolanda sollozaba en el número 1 de la calle Mástil, asomada a su ventana buscando un verde que ya no estaba. Pero al momento, la chispa y la alegría que parecían brotar sin cesar de los pechos de esta mujer, volvieron en forma de unas carcajadas que hacían que todo su cuerpo temblara al unísono. Casi había olvidado, mientras descubría unos brotes verdes entre las cenizas de su prado, que está en la naturaleza de la Naturaleza volver eternamente, para darnos nuevamente otra oportunidad para amar.
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el desayuno Pedro Camacho Obra: J. Antonio García
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ción. Habían compartido cosas juntos, disfrutándolas cada uno de ellos a su manera y según su condición, criado adecuadamente a los hijos, afianzado entre ambos una estabilidad económica, construido un hogar. Pero, en aquel trayecto en pos de la seguridad, el amor se había perdido.
as miradas entre Luis y Teresa cuelgan entre los dos como hebras invisibles… Unidos por hilos quebradizos, se observan en la distancia que les procura el recuerdo.
Luis hilvana pensamientos mirando las manos venosas de Teresa. Observa con qué delicadeza las ahueca para acoger el tazón de leche. Después, su mirada trepa por la bata rosa, descolorida y con bolitas, hasta llegar a la luz que se cuela por la ventana de la cocina, a espaldas de ella.
¡Y cómo lo había amado al principio! ¡Cuánto! No le resultaba difícil recordar lo que había sentido al verlo por primera vez, aquella aceleración de los latidos de su corazón cada vez que lo encontraba, como de casualidad, próximo a ella con posterioridad. También el cortejo había reflejado su personalidad, lento, pero firme, un avance circular hasta que aquel joven serio y de apariencia anodina tocó el centro, el alma misma, de la chica alocada y alegre que era ella por entonces, y se apropió por completo de su ser.
Teresa hila su mirada a la forma en que él unta la mantequilla; cómo gira la cucharilla dentro de la taza y… sonríe cuando ve que al beber se le empañan las gafas. En ese momento están tan cerca, pero ninguno de los dos vislumbra a la compañía que tiene enfrente; a la persona con la que compartieron, no hace mucho, la dulzura del azúcar, el amargor del café solo; la alegría contenida en el zumo de frutas y la quemazón del pan tostado… Toda una vida servida en el desayuno que, ahora nunca terminan.
Había dado saltos de alegría el día en que él le propuso matrimonio, cuando supo que deseaba compartir su vida con ella; y, a saltos felices, había avanzado en aquellos años iniciales, corriendo descontrolada y a carcajadas ella, siguiéndola con pensativa parsimonia él.
Sus ojos trazan trayectorias divergentes, apuntando hacia la lejanía. Perdiéndose en el espacio- tiempo hasta topar con algún recuerdo que les hace regresar hacia el interior de cada uno de ellos. Son distancias difíciles de acortar, cuando lo que se ha mermado es la complicidad y el afecto. En apariencias cortas, albergan soledades kilométricas, espaciadas por un desacompasado tic tac que rellena las horas de miradas perdidas.
Había sido un buen matrimonio, no lo podía negar, había sido feliz. Pero en el lugar en el que se había reunido entonces el amor ahora no encontraba nada. Teresa controló el errar de su mirada para concentrarla en su marido. Cuchara en alto, aguardaba sus palabras. Ella le contempló de nuevo, fijando la vista en aquel rostro familiar, ahora ya envejecido, y se sorprendió. No había sido consciente de la aparición de todas aquellas arrugas, de lo frágil que parecía su cuello, lo fino que se había vuelto su pelo. Todo aquello había sucedido junto a ella, en su presencia, seguro que de forma paulatina, pero no lo había advertido, no conscientemente al menos. Sólo los ojos, aquella mirada límpida, clara, segura y cálida, aquellos ojos que la habían enamorado, seguían siendo los mismos, no habían cambiado. Teresa inspiró profundamente y se tranquilizó. No hablaría, ¿para qué?, no serviría de nada.
Estaban ambos sentados a la mesa, desayunando en silencio, cuando Teresa supo, sin explicarse muy bien cómo, que ya no amaba a su marido. Levantó la vista con desapasionada curiosidad hacia aquel hombre con el que había compartido muchos de sus años. El rostro le seguía siendo familiar, aunque se preguntó cuándo aquellos ojos habían dejado de mirarla; aquellos labios de sonreírle. Hacía mucho tiempo que Teresa se había acostumbrado, había dejado de exasperarse, de proponer otras opciones, de provocarlo, de forma juguetona a veces; abiertamente enfadada, otras. Él nunca se alteraba, nunca se enojaba con ella, y nunca modificaba. Se limitaba a mirarla con solemne seriedad, a asentir, comprendiendo, y después continuaba ejerciendo su sistema como si la interrupción de su esposa jamás hubiera tenido lugar. Ella suspiraba y se resignaba. Pese a todo, era un buen hombre.
Lo dijo como si aquellas palabras guardaran en sí un mensaje oculto y sus labios se ensancharon en una tímida sonrisa, simétricamente rodeada por un grupo de profundas arrugas. Pero, en esta ocasión Teresa entendió la debilidad, sintió a su marido enternecedoramente frágil, comprendió que la necesitaba, a ella, con su apasionado descontrol, su impaciencia y su recorrer la vida a zancadas. Y de repente, el amor volvió a estar ahí, como si nunca hubiese faltado. Finalmente, aquellas hebras invisibles de hilos quebradizos, caen al suelo y se arremolinan junto al polvo. Mientras Luis recoge las sobras del desayuno, Teresa barre la cocina.
No podía decir que hubiera sido un mal matrimonio. Tal vez algo exento de emociones, a no ser que las frecuentes alteraciones por la pasividad del carácter de su marido se pudiesen tildar de emo-
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A PROPÓSITO DE UN NOMBRE:
“M�n�e� H�����” Teresa Murillo Díaz*
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l nombre de mi casa en la playa de Mazagón, hace referencia al lugar en que se ubica: el borde del Parque Nacional de Doñana, ya que en la antigüedad a esta zona se le llamó Montes Hareni.
Con este nombre así consta en la descripción que el geógrafo romano Plinio el Viejo hace de esta parte de la Península, una vez traspasado el Estrecho que formaban las Columnas de Hércules. Es una extensa porción de costa, entre la desembocadura conjunta de los ríos Tinto y Odiel - que hoy constituye un Parque Natural - y la del Guadalquivir. Abarca un extenso espacio, bajo y arenoso, con llamativas dunas, unas fosilizadas y otras en continuo movimiento, como se constata en los árboles semienterrados que podemos contemplar. Montes Hareni. Hoy el lugar se conoce como “Arenas Gordas”, Playa de Mazagón. Se trata de una zona de una enorme belleza que ha llegado hasta nuestros días prácticamente intacta, protegida por la declaración; primero de Parque Nacional y, después, como Patrimonio de la Humanidad. Ello ha impedido que sufriera los desmanes urbanísticos que podemos observar en otros lugares de nuestras costas, conservando la mayor parte de su riqueza natural de flora y fauna. Algunas especies son características y emblemáticas de la zona, como el lince o el águila imperial; pero, sobre todo es de gran importancia la invernada de miles de aves que vienen del Norte de Europa huyendo de las bajas temperaturas del invierno nórdico o, por el contrario, provenientes del Sur, huyendo de los rigores veraniegos de las tierras africanas. Siendo lugar de tránsito de estas aves se han documentado hasta ahora unas 360 especies distintas.
Según el mapa geológico y topográfico de la provincia de Huelva 1:400 000 y la hoja 51(Sevilla) del mapa geológico de España y según levantamiento del profesor Dr. Otto Jessen (Tartessós, 1922).
Actualmente está considerada Doñana como la mayor reserva ecológica de Europa, y los terrenos fueron en su día propiedad de los Duques de Medina Sidonia, a uno de cuyos titulares debe el nombre, Doña
*Arqueóloga. Profesora del Dpto. Arqueología y Prehistoria de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (U.N.E.D.) Sevilla. Presidente de la Asociación de Amigos del Museo Arqueológico de Sevilla (A.M.A.S.) tmurillo@sevilla.uned.es
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Ana Gómez de Mendoza y Silva. Hay vestigios de la ocupación por el hombre desde la lejana Edad del Cobre, hace unos 5.000 años, según ha podido constatarse en excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en los diversos yacimientos de la cercana Aljaraque o en el monumental enterramiento colectivo del llamado Dolmen de Soto, en las inmediaciones de Niebla. Este dolmen, restaurado hace pocos años, ha quedado integrado en un centro de interpretación en el que se nos explican las características del monumento, su finalidad y los hallazgos que encerraba. Por delante de estos Montes Hareni pasarían siglos más tarde, camino de Onuba y de las costas lusitanas, los barcos de los colonizadores fenicios que, en contacto con los indígenas, sobre todo en el bajo valle del Guadalquivir, acabarían constituyendo a partir del s. VIII a.C. la rica cultura tartésica. En su tiempo fue esta cultura una de las más avanzadas. Se pueden comprobar restos arqueológicos en forma de joyas de oro, en los conocidos tesoros de Ébora y el Carambolo, así como objetos de bronce, marfil, vidrio polícromo y huevos de avestruz. Estos materiales podemos admirarlos en los cercanos museos arqueológicos de Sevilla, Cádiz y Huelva. En uno de los cerros de Doñana, en el llamado “del Trigo” por su característico perfil, trató de localizar el conocido arqueólogo alemán Adolf Schulten, en 1922, la mítica ciudad de Tartessos. Aunque no lo consiguió, sí halló enterrados los restos de un importante yacimiento romano, coetáneo con la época en que escribía Plinio y con la erupción que sepultó Pompeya y Herculano.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS BALBÍN BERHMANN, R.; BUENO RAMÍREZ, P. (1996) Soto, un ejemplo de arte megalítico al Suroeste de la Península Ibérica. En MOURE ROMANILLO, J. A. (ed.) “El hombre fósil” 80 años después. Santander: Universidad de Cantabria, Servicio de Publicaciones, 1996, pp. 467-503. BORJA, F. (1992): Pleistoceno Reciente, Holoceno y Períodos Históricos del SW de Andalucía. Paleogeografía de Medios Litorales y Fluvio-Litorales de los últimos 30.000 años. Tesis Doctoral. Universidad de Sevilla. CRUZ ANDREOTIS, G. (2010): Tarteso-Turdetania o la deconstrucción de un mito identitario El Carambolo.50 Años de un Tesoro. Universidad de Sevilla. GARCÍA NOVO, F. y MARÍN CABRERA, C. (2006): Doñana. Agua y Biosfera. Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Ministerio de Medio Ambiente. PELLICER CATALÁN, M. (2010): El Proceso de la Precolonización del Mediterráneo Oriental en Iberia El Carambolo.50 Años de un Tesoro. Universidad de Sevilla. RUÍZ GÁLVEZ, Mª L. (1988): La Europa Atlántica en la Edad del Bronce. Un Viaje a las Raíces de la Europa Occidental. Crítica. Barcelona. TORRES ORTIZ, M. (2002): Tartessos Bibliotheca Archaelolgica Hispana, 14. Madrid, Real Academia de la Historia. SCHULTEN, A. (2006): Tartessos. Contribución a la Historia más Antigua de Occidente. Edal. Almuzara. Córdoba. VVAA (2011): Cádiz y Huelva. Puertos Fenicios del Atlántico. Junta de Andalucía. Consejería de Cultura. Cajasol. Obra Social. VVAA (2015) Desperta Ferro. Arqueología e Historia nº 12 Madrid. INFORMACIÓN DOCUMENTAL
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Archivo Central de la Consejería de Cultura. Inventario de yacimientos arqueológicos de la Provincia de Huelva. Papa Uvas, 1987.
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MIGUEL BALLESTA MAQUEDA
in memoriam
e cumple el veinte aniversario de la muerte del pintor.
Manuel Ballesta
Miguel Ballesta Maqueda, pintor sevillano (1929-1998), compartía su vida entre Sevilla y Mazagón. Fiel amante de nuestra playa, acudía a su cita cada año; desde finales de los cincuenta, llegaba en junio y hasta finales de octubre no marchaba.
Su casa, “ELESTUDIO”, mirador en la orilla; donde, paleta en mano y pinceles en ristre, Miguel Ballesta se embriagaba de puestas de sol, de mareas cambiantes, de espumas tornasoladas, de arenas malvas; y las transportaba a esos lienzos, convirtiéndolos en “marinas” profundas, serenas y eternas, viva imagen de nuestra playa de Mazagón. Con frecuencia, nos podíamos encontrar al pintor en lo alto de los médanos o en la entrada de algún caño, abierto su caballete de campo, haciendo magia de colores, para llevar todo el ocre caliente y el verde de los pinos a sus cuadros. Vivía por y para la pintura. Enamorado de Mazagón. Miguel, persona entrañable, veneraba el valor de la amistad, amigo de sus amigos, siempre disponible a echar una mano. Participaba en todos los eventos culturales que se organizaban en nuestra playa en la época estival: exposiciones, concursos, feria, conferencias… ¡Cuántos retratos pintó! para colaborar con el padre Ildefonso en la construcción de la parroquia. Suyos fueron los carteles de feria de Mazagón, desde el año 1987 al 1997, que pintaba con todo el cariño del mundo. Nuestra Mancomunidad quiso ser agradecida con él. El ayuntamiento de Palos de la Frontera le puso su nombre a la avenida donde se ubican ”las casas de Bonares”: Calle Pintor Miguel Ballesta Maqueda; así reza en el monolito que hay al comienzo de la avenida. El ayuntamiento de Moguer puso el nombre de Miguel Ballesta a una recoleta Plaza, allí en Moguer.
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Hoy en su recuerdo quiero traer a estas páginas unas muestras de cómo veían a Miguel Ballesta y a su pintura algunos poetas y escritores: Entre Sevilla y el mar de Huelva
Tiene música el latido de este arcángel sin espada. ¿Gabriel como de anunciada? ¿Rafael con pez bruñido? Ponemos punto y seguido entre proa y cruz de guía Giralda de la alegría columpiándose en la arena. Y un Miguel, tal como suena, venciendo a la angelería. Ángel gitano que afina sus redes entre azahares. Cristobalón de los mares izando a Justa y Rufina. Espátula que adivina color de espuma y alero. gentilísimo velero o campanín repicando. Pincel que va retocando desde la sal al albero.
A Miguel Ballesta
Ramón Charlo
Franciosco Garfias
Nombre de arcángel: Miguel. Tenso apellido: Ballesta. Y jugándose la apuesta una concha y un clavel. En el mar moja el pincel -carabela por la brumay en la tela que rezuma mosto de luna temprana, con duende de sevillana pone la flor de la espuma.
Lo mismo que en un cantar se encierra un mundo infinito, todo un soberano rito lleva oculto tu pintar sabes la gracia alentar en tu paleta sencilla, y porque sobre ella brilla misterio, duende y hechizo Miguel, porque Dios lo quiso en tu pincel va Sevilla.
Premio Nacional de Literatura
Antonio Rodríguez Buzón
Décimas para Miguel Ballesta
Tiene nombre de Arcángel...quizá esto le da un impulso alado a tus pinceles, pero buscando tierra con arresto para adornar las alas con caireles. Todo lo que tú pintas está impuesto por sueños que te llegan a tropeles, y la Sevilla bruja se ha propuesto hechizarte con remos de laureles.
Aquí el mar y allí Sevilla. Y el corazón hecho ola. Y un rumor de caracola en la paleta amarilla. ¿Quién trajo el olé a la orilla de esta marisma de seda? ¿Qué Miguel se va y se queda de este “coro al caño” en rito? ¿Quién pintó la luz del grito? Miguel Ballesta Maqueda.
Gitano...? Sí; gitano, muy gitano, cuando con los pinceles en la mano te entregas a la loca fantasía de arrancar la raíz de lo moreno, mezclado con un poco de veneno y mucho de angélica fantasía.
Como dice la canción…Veinte años no son nada. Parece que fue ayer, Miguel, cuando te fuiste. Acababas de presentar tu última obra, el Cartel del Rastrillo 1998, en Sevilla. Te fuiste joven y en plenas facultades pictóricas. Seguramente te reclamaron desde el Mazagón eterno para que pintases el rostro de Dios; sí, eso fue, seguro. Te llevaste los mejores recuerdos y dejaste en los lienzos las más bellas imágenes de nuestro Mazagón. Pero, algo ha cambiado en nuestra playa, el médano cercano al ELESTUDIO, el que tanto te gustaba pintar, se convirtió en un gigante de cemento; y si hoy te asomaras a tu mirador en la orilla, para plasmar la belleza de nuestra playa, tus pinceles llorarían. Adiós,Miguel, un abrazo.
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Foto: Paco López
entre aromas de pinares
F. Andrés Fer�ández Flores
n la lejanía del océano, el sol comienza a dar testigo de un nuevo amanecer, el sonido de las gaviotas se fusionan con el sonido de las olas llevando el recuerdo de aquellos tiempos donde las mujeres despedían a sus marineros que salían a faenar… Desde el faro divisan un navío de color caoba con las velas blancas, como la espuma del mar, adornadas con banderas en las que se leen tu nombre; en la popa, como una llamada a la semblanza, veo la Esperanza; y , como capitana, una madre que viene para quedarse hasta que el viento cambie y a su pueblo lo sane. Eres tú, Señora de Monte Carmelo, que bajaste del cielo y embarcaste para venir aquí, a Mazagón, para darnos fe a cambio de nuestra oración. Y por ello, Reina de los Mares, socorro de nuestros pesares, Estrella que más brilla en el firmamento, mi norte, mi sur, mi este y oeste; que la sirena de los barcos anuncie tu llegada cargada de sentimiento, que ya está aquí Nuestra Señora del Carmen. (…) Salve, Estrella de los mares; Luz de Monte Carmelo, que me llevas en tu navío para estar cerca del cielo. ¡Salve , Oh Fénix de Hermosura; de belleza concebida y pureza marinera!; que también lo mismo eres Reina de los Mares que de estos verdes pinares, Madre de Divino Amor; Que ese Niño Chiquito que llevas contigo en tu Seno quiere aprender el oficio del mar en algún rincón del alma de los marineros. Extracto del Pregón en Honor a Nuestra Señora del Carmen, 20 abril de 2018, Capilla Sagrado Corazón de María.
(…)
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entorno de mazagón
E�pa�i� Na��r��
Foto: Francisco Romero Cáceres
Vicente Romero Macías *
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a en los últimos años, se han venido desarrollando en esta revista diferentes artículos donde, monográficamente, se trataban diversos espacios protegidos del entorno de Mazagón. El continuo reconocimiento de los valores naturales de nuestro entorno está originando la catalogación de nuevos espacios protegidos. Quizás sea el momento de repasar y actualizar lo que a la fecha tenemos, y reconocer su importancia; tratando en próximas ediciones, con más profundidad, aquellos espacios menos conocidos.
No obstante, la diversidad y riqueza de nuestro patrimonio natural, nos permite disfrutar de las restantes figuras de protección reconocidas como Parajes Naturales, Reservas Naturales, Reservas Naturales Concertadas, Paisajes Protegidos, Monumentos Naturales, Parques Periurbanos o Zonas de Especial Conservación/Protección (Lugar de Importancia Comunitaria/Zonas de Especial Protección para las Aves)**. En este caso, vamos a aproximarnos a nuestro rincón litoral, que entre ríos, estuarios, océano y campiña nos ofrece naturaleza desbordada para nuestros sentidos; vamos a aproximarnos a Mazagón y su entorno natural.
Introducción Hoy por hoy, Huelva, con su 44,85 % del territorio protegido, es la segunda provincia de Andalucía con más superficie de espacios protegidos, aportando el 16,2% al conjunto de la Comunidad. Dentro de los distintos espacios protegidos, por su extensión e importancia, cabe destacarse la Reserva de la Biosfera de Doñana, recientemente ampliada y que engloba al Espacio Natural de Doñana (Parque Nacional y Parque Natural) y el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
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Espacios protegidos Mazagón está rodeada de naturaleza que ha sabido adaptarse a cada nicho ambiental de su espacio, ofreciendo ecosistemas, comunidades y elementos biológicos y geológicos que vamos a repasar a continuación, y que permite a sus visitantes descubrir mucho más que playa y algo más que naturaleza.
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1 MARISMAS Y RIBERAS DEL TINTO Este espacio, entre el río Tinto y la Ribera de la Nicoba, comparte la misma morfogénisis que el resto de marismas mareales del litoral atlántico andaluz, formada en un ambiente estuárico marcadamente colmatado por la conjunción de fuerzas y materiales aportados por diferentes cauces fluviales, especialmente el río Tinto y las corrientes de deriva de la costa.
Foto 1. Marismas y Riberas del Tinto
Destacan por su desarrollo, formaciones como caños, marisma alta sin vegetación e inundación en mareas vivas, marisma media con vegetación e inundación en todas las mareas (Foto 1), marisma baja sin vegetación e inundación en todas las mareas y llanura de inundación. Esta confluencia de ambientes de aguas dulces y saladas, junto con zonas de cultivos agrícolas tradicionales, constituye un interesante ecosistema de especial importancia para el sustento de un amplio género de especies de avifauna protegida.
Figura de protección: ZONA DE ESPECIAL CONSERVACIÓN Decreto 112/2015 Superficie: 3017 ha.
2 ESTERO DOMINGO RUBIO Foto 2. Estero Domingo Rubio
Dentro de un antiguo molde miocénico de limos y gravas se encuentra este bello paisaje donde la marisma mareal posee un drenaje directo en un terreno muy reducido de arroyos que canalizan las aguas de las zonas arenosas y areniscas circundantes, lo que determina una interesante mezcla de medio ambientes dulces y salados (Foto 2).
Figura de protección: PARAJE NATURAL, HUMEDAL, ZEPA Y LUGAR DE IMPORTANCIA COMUNITARIA Ley 2/89. Decisión de la Comisión de la C.E. de 19/07/06 Superficie: 354 ha.
Observatorio en Dehesa del Estero
Su vegetación e influencia mareal permiten observar numerosas especies de avifauna protegida.
3 DEHESA DEL ESTERO Y MONTES DE MOGUER La microtopografía de los arenales de su formación y entorno y las peculiaridades de su hidrología, generan una gran diversidad de ambientes (bosque mediterráneo, monte blanco, monte negro, lagunas, marismas, etc) que sostienen a una rica, pero amenazada fauna, entre las cuales destacan especies tan emblemáticas como el lince ibérico; reconociéndose el espacio además por su conectividad ecológica y representatividad de hábitats dunares (Foto 3).
Foto 3. Dehesa del Estero y Montes de Moguer Figura de protección: LUGAR DE IMPORTANCIA COMUNITARIA Y HUMEDAL. Decisión de la Comisión de la C.E. de 19/07/06 Superficie: 2.928 ha.
Focha común
4 LAGUNA DE PALOS Y LAS MADRES Son un conjunto de lagunas próximas al litoral marino y alimentadas por el manto freático, las lluvias y el arroyo Madre del Avitor, que representan restos de un cordón de lagunas litorales que unían prácticamente las marismas del Guadalquivir con el Tinto-Odiel. Es significativa su vegetación palustre y la presencia de numeras especies de avifauna (Foto 4).
Foto 4. Laguna de Palos y de Las Madres Figura de protección: PARAJE NATURAL. HUMEDAL Y LUGAR DE IMPORTANCIA COMUNITARIA. Ley 2/89.Decisión de la Comisión de la C.E. de 19/07/06 Superficie: 633 ha.
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5 DUNAS DEL ODIEL Importante por su posición estratégica como nexo de unión entre diferentes espacios Red Natura 2000, que posibilita la conexión ecológica de diversas especies propias de las lagunas costeras y dunas litorales entre el ámbito de Doñana y los humedales del litoral onubense (Foto 5).
6 ESTUARIO DEL RÍO TINTO
Foto 5. Dunas del Odiel
La confluencia del río Tinto y Odiel forma este sistema estuarino, que forma parte del rosario de estuarios y marismas característicos del Golfo de Cádiz, desde el Algarve portugués hasta Sanlúcar de Barrameda, donde la combinación de procesos hidrodinámicos dominantes (régimen mareal, oleaje, deriva litoral y descarga fluvial) determina una tipología de estuario muy característica, siendo de las pocas representaciones existentes en Andalucía (Foto 6).
Figura de protección: LUGAR DE IMPORTANCIA COMUNITARIA Y HUMEDAL Decisión de la Comisión de la C.E. de 19/07/06 Superficie: 67 ha.
7 MARISMAS DEL ODIEL Marisma originada por la desembocadura del río Odiel y Tinto, integrada por un complejo sistema de estuario de sedimentación reciente con alta dinámica. Alberga en su interior dos reservas naturales (Marisma del Burro e Isla de Enmedio) y es un enclave de gran riqueza ornitológica sobresaliendo las colonias de cría de espátula y flamenco (Foto 7).
Foto 6. Estuario del Río Tinto Figura de protección: ZONA DE ESPECIAL CONSERVACIÓN Decreto 112/2015 Superficie: 1.167 ha.
Flamencos en marismas del Odiel
8 ESPACIO MARINO DEL TINTO Y DEL ODIEL Espacio marino ligado a los estuarios y las marismas de los ríos Tinto y Odiel, entre Punta Umbría y Mazagón, asociado a la importante colonia de charrancito común reproductora en la zona. Toda la franja costera es importante para el negrón común durante los meses de invierno (Foto 8) .
9 GOLFO DE CÁDIZ
Foto 7. Marismas del Odiel
Espacio marino que engloba buena parte de la extensa plataforma continental del Golfo de Cádiz, desde la frontera con Portugal hasta aguas más allá de la desembocadura del Guadalquivir, sin llegar a tocar tierra. La zona destaca especialmente por las importantes concentraciones de pardela balear y de paíño europeo, en otoño; así como de alcatraz atlántico y págalo grande, en otoñoinvierno. La gaviota de Audouin también es frecuente en la zona, particularmente en los meses de invierno (Foto 9) .
Figura de protección: PARAJE NATURAL, HUMEDAL, LIC, SEPA Y RESERVA DE LA BIOSFERA Ley 12/84. Decisión de la Comisión de la C.E. de 19/07/06 Superficie: 6.630 ha.
Ámbito del espacio marino
10 DOÑANA NORTE Y OESTE Este espacio se considera como zona de presencia y expansión del lince ibérico, contribuyendo con su conexión entre espacios a su funcionalidad como corredor ecológico. Además, es representativo de los más importantes hábitats de ecosistemas dunares (Foto 10) .
Foto 8. Espacio Marino del Tinto y del Odiel Figura de protección: ZONA DE ESPCIAL PROTECCIÓN PARA AVES EN AGUAS MARINAS Orden AAA/1260/2014 Superficie: 4.934 ha.
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Ámbito del espacio marino
11 DOÑANA Es uno de los espacios protegidos más importantes del territorio andaluz y la mayor reserva ecológica de Europa que alberga una biodiversidad única; destacando la presencia de aves acuáticas en sus marismas y algunas especies tan emblemáticas como el lince ibérico y el águila imperial. Foto 9. Golfo de Cádiz
Los pinares, los bosques de ribera, las dehesas de alcornoques, las manchas de matorral, el litoral y sobre todo los humedales (marismas, lagunas, arroyos y ríos) constituyen todo un paraíso natural de gran biodiversidad (Foto 11).
Figura de protección: ZONA DE ESPACIAL PROTECCIÓN PARA AVES EN AGUAS MARINAS Orden AAA/1260/2014 Superficie: 231.420 ha.
12 PINO CENTENARIO DEL PARADOR DE MAZAGÓN Se trata de un ejemplar de pino piñonero centenario de grandes dimensiones (con hasta 4,8 m de perímetro del tronco en la base) y belleza excepcional. Inevitablemente llama la atención por poseer un tronco retorcido y por sus ramas que se extienden en horizontal dándole aspecto y porte rastrero. Estas dos cualidades son poco habituales en esta especie que suele ser de altura considerable y presentar una copa en forma de parasol de hasta 424 m2 de proyección (Foto 12).
Foto 10. Doñana Norte y Oeste Figura de protección: ZONA DE ESPECIAL CONSERVACIÓN RESERVA DE LA BIOSFERA Decreto 142/2016 Superficie: 18.587
Laguna del Jaral, panorámica
13 ACANTILADO DEL ASPERILLO Ubicado en el espacio natural de Doñana, constituye uno de sus enclaves de mayor singularidad. Hablamos de uno de los conjuntos costeros de geomorfología y ecología más interesantes de los existentes en España, con una longitud aproximada de 30 km, y taludes entre 30-50 m, en una estructura sobre depósitos pliocuaternarios y materiales recientes que se corresponden con depósitos eólicos, modelados por la red dentrítica y especialmente erosión eólica y marina. (Foto 13).
Foto 11. Doñana Figura de protección: ESPACIO NATURAL, HUNEDAL, ZEC, ZEPA, RESERVA DE LA BIOSFERA Decreto 2412/69, Ley 2/89, Ley 8/99. Decreto 493/2012 Superficie: 128.268 ha.
Foto 13. Acantilado del Asperillo
Foto 12. Pino Centenario. Parador de Mazagón
Figura de protección: MONUMENTO NATURAL, ESPACIO NATURAL DE DOÑANA Decreto 226/2001 Superficie: 11,85 ha.
Figura de protección: MONUMENTO NATURAL, ESPACIO NATURAL DE DOÑANA Decreto 250/2003 Superficie: 0,19 ha.
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Plano situación Espacios Protegidos entorno de Mazagón
(*) Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio (**) Parque Nacional: Es un espacio natural de alto valor natural y cultural, poco alterado por la actividad humana que, en razón de sus excepcionales valores naturales, de su carácter representativo, la singularidad de su flora, de su fauna o de sus formaciones geomorfológicas, merece su conservación una atención preferente y se declara de interés general de la Nación por ser representativo del patrimonio natural español. Parque Natural: Son áreas naturales, poco transformadas por la explotación u ocupación humana que, en razón de la belleza de sus paisajes, la representatividad de sus ecosistemas o la singularidad de su flora, de su fauna o de sus formaciones geomorfológicas, poseen unos valores ecológicos, estéticos, educativos y científicos cuya conservación merece una atención preferente. Paraje Natural: Se refiere a aquellos espacios que se declaren como tales en atención a las excepcionales exigencias cualificadoras de sus singulares valores, y con la finalidad de atender a la conservación de su flora, fauna, constitución geomorfológica, especial belleza u otros componentes de muy destacado rango natural. Monumento Natural: Son espacios naturales protegidos constituidos por espacios o elementos de la naturaleza de notoria singularidad, rareza o belleza que merecen ser objeto de una protección especial. LIC (Lugar de Importancia Comunitaria): Son aquellos espacios que contribuyen de forma apreciable al mantenimiento o, en su caso, al restablecimiento del estado de conservación favorable de los tipos de hábitat naturales y los hábitat de las especies de interés comunitario, que figuran respectivamente en los Anexos I y II de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, en su área de distribución natural. Forma parte de la Red Natura 2000. ZEC (Zona de Especial Conservación): Son los LIC que cuentan con plan de gestión aprobado y declarados como tales mediante Decreto por el Órgano ambiental competente. Forma parte de la Red Natura 2000. ZEPA: Son aquellos espacios más adecuados en número y en superficie para la conservación de las especies de aves incluidas en el anexo IV de la Ley 42/2007 y para las aves migratorias de presencia regular en España. Forma parte de la Red Natura 2000. Reserva de Biosfera: Son zonas de ecosistemas terrestres o marinos, o una combinación de los mismos, que a petición del Estado interesado son reconocidas en el plano internacional como tales por el Consejo Internacional de Coordinación del programa MaB (Hombre y Biosfera) de la UNESCO, a fin de promover y demostrar una relación equilibrada entre las poblaciones y la naturaleza. Humedal Ramsar: Humedales de Importancia Internacional del Convenio Ramsar relativo a los Humedales de Importancia Internacional, especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas.
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ace justo un año, unos días antes de finalizar el plazo que los editores de la revista MARzagón dan a sus colaboradores para presentar textos relacionados con Mazagón, el autor de este monográfico se encontraba finalizando el texto que llevaba por título “MAZAGÓN AÑADE MAS ESPACIO PROTEGIDO A SU LARGA LISTA”; sin saber que, días mas tarde, el 24 de junio de 2017, tendría lugar un gran incendio, al que muchos han llamado “de las Peñuelas”; pero, al que me atrevo a apellidar, de “Doñana, de Moguer y de Mazagón”; y ,para ello, valgan los siguientes datos: de las 10.344,4 Ha damnificadas por el incendio, 6.130 han afectado a terrenos del termino municipal de Moguer (Mazagón); lo que supone casi el 60% del total y casi el 30% de la superficie municipal. A su vez, de las 10.344,4 Ha quemadas, 7.391,9 Ha pertenecen al Espacio Natural de Doñana; lo que supone el 71,46 % del total que ardió. Por supuesto, se ha visto afectada por el incendio la superficie íntegra incluida en el citado texto del año 2017. Aun así, este año, no se trata de escribir acerca del incendio, que ya ha sido analizado suficientemente, ahora toca describir:
restauración del gran incendio de doñana U� �ñ� �e���é�
Foto: Javier Toscano
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Mig�el Ballesta Meichsner Agente de Medio Ambiente Espacio Natural Doñana
ración según las características ecológicas de las distintas unidades en que se ha dividido el territorio afectado. • Adaptación al cambio climático. • Retirada de la madera quemada. Seguimiento: Objetivos del seguimiento de la evolución del medio y del resultado de las mediadas de gestión / remediación adoptadas. • Mantenimiento del Equilibrio ecológico: medidas a adoptar para evitar la aparición de plagas y enfermedades forestales.
l incendio se da por extinguido el 4 de julio de 2017, y ya para esa fecha estaba creado el Grupo de Trabajo Técnico-Científico, que al día siguiente de la declaración de extinción, el 5 de julio, debía iniciar la elaboración de las directrices del Plan de Restauración. Este grupo de trabajo propone directrices sobre los siguientes temas: • Biodiversidad: Fauna y flora silvestre. • Unidades ambientales: objetivos de restau-
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Sobre estas directrices se basará el futuro Plan de Restauración, del que se ofrecen unas pinceladas en este texto; pero que, sin embargo, y a pesar de lo que se pueda suponer, aún no se está ejecutando, debido a diversas recomendaciones europeas, que han sido recogidas en el recientemente aprobado Plan Rector de Uso y Gestión del Espacio Natural de Doñana (Decreto 142/2016), donde se establece que dicho Plan de restauración no debe presentarse antes del plazo de un año, con objeto de poder evaluar previamente la autorregeneración natural de la vegetación afectada. El 4 de agosto de 2017, la Dirección General de Gestión del Medio Natural y Espacios Naturales de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio declara de urgencia la redacción del Plan de Restauración (Estudio de situación y propuesta de bases para la recuperación del área afectada por el Incendio de las Peñuelas) de la zona incendiada, así como la ejecución de determinadas actuaciones urgentes para la restauración (proyecto de medidas urgentes).
Doñana, donde se ha llevado a cabo la corta, transporte y eliminación a base de astillado de los restos de árboles de gran porte carbonizados. A continuación se inician los trabajos de urgencia con una obra financiada por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, cuyo objetivo principal es llevar a cabo labores de control de la erosión y favorecer la regeneración natural en el frente de dunas y arroyos atlánticos. Este proyecto, con una inversión de un millón de euros, centra su labor en áreas especialmente sensibles que se han visto afectadas por las llamas, como es el caso de las dunas (Médano del Asperillo) y Arroyo del Loro, lagunas temporales y madrigueras de conejo en áreas ocupadas por lince ibérico. En las zonas dunares se está llevando a cabo la corta de los pies afectados y la formación de estructuras de contención con el material forestal quemado, para evitar la erosión del viento y evitar que las arenas se movilicen.
Por tanto, y hasta el momento, los proyectos tramitados y ejecutados sobre el área incendiada, han sido de carácter urgente, y no encaminadas específicamente a la restauración, a continuación se van a describir brevemente dicho proyectos. El 13 de julio de 2017, la Dirección General de Gestión del Medio Natural y Espacios Protegidos declaró de emergencia la ejecución de actuaciones forestales en los montes públicos afectados por el incendio. Estos trabajos con una inversión de 312.000 €, se han dirigido fundamentalmente hacia la seguridad de las personas y se han ejecutado en montes públicos de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento de Moguer. El plazo de ejecución ha sido de tres meses; habiendo finalizado dichas obras el 30 de octubre de 2017. Los primeros trabajos se llevaron a cabo en la Cuesta Maneli, donde era prioritario proceder a la retirada de los restos de la pasarela y escalera que daba acceso a la playa. El incendio eliminó por completo la pasarela de madera y generó restos y elementos de fijación muy punzantes, siendo prioritario proceder a su retirada para garantizar la seguridad de las personas.
En el Arroyo del Loro se han retirado árboles quemados del cauce y taludes adyacentes; generando albarradas en el pie de los taludes; además del control de especies exóticas invasoras, podas de ramas quemadas en alcornoque, limpieza de infraestructuras en desuso y retirada de arenas depositadas por erosión en el cauce. Se han sembrado bellotas de Quercus suber y Quercus coccifera.
Por otro lado, los árboles que franqueaban el carril cicloturista de Mazagón corrían el riesgo de desplomarse por la acción del viento, por lo que se procedió al corte, transporte y eliminación en forma de astillado de todas los pies afectados que pudieran poner en peligro a los transeúntes. Otro de los puntos de acción del plan de obras de emergencia ha sido la zona del camping
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En lagunas temporales afectadas por el incendio se han retirado pinos quemados del vaso lagunar, que se han dispuesto acordonados sobre el terreno como protección de madrigueras de conejos o como protección de la vegetación frente a la herbivoría.
te siembras, empleo de plántulas de una o más savias, con o sin tallo parcialmente enterrado, con o sin protección, etc., para poder ser evaluadas y crear conocimiento al respecto. Se considera insoslayable integrar, como objetivo específico de la restauración, actuaciones para la adaptación del territorio al cambio climático. Debería abordarse de forma prioritaria la revisión de los proyectos de ordenación de los montes afectados. Para una mejor adaptación al cambio climático, considerar a modo experimental especies más adaptadas a la aridez; hoy presentes, pero escasas, como: la sabina, el acebuche. En algunos ámbitos y condiciones, ciertas fases del proceso de restauración ambiental deben ser consideradas como paso previo y necesario para alcanzar el ecosistema de referencia al que se aspira para el cumplimiento de los objetivos planteados y no como el ecosistema final propiamente dicho.
De forma paralela, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha tramitado y ejecutado a finales de 2017 el proyecto “Medidas urgentes de remediación de efectos ambientales del incendio de las Peñuelas 2017 en el Espacio Natural de Doñana”, con una inversión de 341.950,30 €. Con los trabajos ejecutados con este expediente de obra, se ha tratado de dar continuidad a las actuaciones que ya se venían realizando en las dunas (Médano del Asperillo) para el control de la erosión (fundamentalmente eólica) y favorecer la regeneración natural en el frente de dunas.
Los sistemas ecológicos son complejos y las labores de restauración tendrán cierto grado de incertidumbre; por ello, y al no existir probablemente en algún caso una única solución óptima, es aconsejable considerar las intervenciones de gestión a llevar a cabo en un contexto de aprenderhaciendo. Con objeto de sensibilizar a la ciudadanía, y explicar la necesidad de las medidas que se tomen de restauración y gestión, el desarrollo de una línea de comunicación eficaz es fundamental; evitando (reduciendo) la aparición de rechazos que se relacionen con la desinformación o el desconocimiento de las razones que justifica la toma de decisiones.
DIRECTRICES PROPUESTAS PARA LA RESTAURACIÓN DEL ÁREA AFECTADA Dado el extraordinario valor natural de la zona afectada por el incendio, la restauración perseguirá preferentemente la recuperación ambiental de la zona, especialmente la conservación de la biodiversidad, favoreciendo la diversificación y heterogeneidad dentro de cada una de las unidades ambientales afectadas. No obstante, la recuperación de servicios ambientales que se mantenían en esta zona, en forma de aprovechamientos (fundamentalmente piña, maderas, leñas y cinegético), social y recreativo, o ambientales deberá ser tenida en cuenta como objetivos específicos en la restauración. Es fundamental en la restauración cuidar tanto el diseño, como la ejecución y seguimiento de las actuaciones. El uso de la siembra como alternativa a la plantación puede ser clave en el éxito de comunidades en las que, en el pasado, se ha tenido dificultad en su regeneración. No obstante, en las distintas unidades ambientales se debe considerar diversas alternativas de implantación de la vegetación; ya sea median-
Texto extraído en su mayor parte del Informe: Directrices generales sobre la restauración del terreno afectado por el incendio de las peñuelas (tt.mm. moguer, lucena del puerto y almonte), elaborado por el grupo de trabajo técnicocientífico vinculado a su restauración.
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sus aires e influencias Concha Gorostiza Dapena
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Foto: Rafael Andrés
Hay que poner coto, buscar una solución y evitar en lo posible las incursiones de los piratas berberiscos y turco-otomanos. Y el muy poderoso rey Felipe II toma cartas en el asunto, le encomienda la empresa al capitán de Artillería Francés de Álava de la construcción de torres de vigilancia por toda la bahía de Cádiz. Y la labor de campo y reconocimiento del terreno a Luís Bravo de Lagunas. Corre el año 1576. Hay ganas y necesidad, pero el dinero no llega hasta el reinado de Felipe IV.
e hablaron de tu existencia Monolito de Mazagón, dedicado a Dagón, y decidí hacerte una visita. Te han domiciliado en una popular área del parque de la localidad. Mazagón, tutelada por la afamada Moguer, cuna del Nobel Juan Ramón Jiménez, entre otras, padre del muy leal tierno y famoso pollino Platero. Y Palos de la Frontera, antaño navegante. Ambas reconocidas por sus bregados marinos y actualmente de sus dulces y exquisitos fresones. Doy fe de que hace años me mostraron uno que pesó 285 grs.; acaeció en una bodega de Moguer.
Y serán esas almenaras, nombre árabe dado a todas las torres capaces de alojar un fuego de alerta y aviso a las poblaciones circundantes, de la llegada de esos paisanos piratas las que, protegiendo estas magníficas playas dificultaran sus incursiones de rapiña. Algunas de estas torres permanecen en pie; pero, yo quiero fijar la vista en las mas cercanas: La Torre del Oro o Torre del Loro, La Higuera…; hasta 11, en mejor o peor estado de conservación.
Al encarar tu imagen, medio hombre medio pez, mi mente se llenó de rostros, ropajes y costumbres que, nebulosas por la pátina del tiempo, se me hicieron presentes. Aquellos habitantes de los pueblos del mar que se acercaron por estas costas a mercadear con aceite que portaban en las bodegas de sus naves y a cargar en su lugar la plata de Tartessos y la pirita del más tinto de los ríos conocidos, que entre algunas de sus virtudes es la de que su cauce podría transcurrir sin desdoro por el planeta regente de los hombres de guerra, Marte. Por aquello del hierro. No es casualidad que los fenicios fueran de los primeros pueblos en utilizarlo para sus fines bélicos de conquista y colonización.
Mazagón y sus doradas playas han visto pasar millares de navíos de todas las épocas; el último y mas importante, el construido por los alumnos del IES Odón Betanzos con el propósito de la toma de conciencia de la odisea que supone a los migrantes emprender dudosas singladuras en busca de una vida mejor. ¡Bravo por estos escolares!.
La mente no entiende de fronteras y la mía rápidamente se transporta a la costa y playas marzagas…Otras naves cabalgan sobre las olas de tu océano. Sus rostros vuelven a ser morenos, sus vestidos no tan diferentes a aquellos de los filisteos, pero sus intenciones no serán precisamente las del libre comercio; quieren tus tesoros, pero ahora a cambio de nada, llevárselos, abastecer sus despensas y bolsillos con ellos. Quizá algunas de tus bellas mujeres y jóvenes donceles.
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Vuelvo la vista al Monolito y a Dagón, el dios hombre-pez, tritón de los mares profundos, precursor de Poseidón, Padre de las Aguas, y agradezco que seas Tú en maridaje con la Madre Gea los que bendigáis este territorio habitado ahora por multitud de gentes venidas de otras tierras. Y des la bienvenida a esas otras que vienen a solazarse en sus arenas y respirar los benéficos aires que de ti prosperan. Aires de resina y sal. Dunas infinitas.
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Mazagón �� ��rs�n�
M����� Gu������� Un rocianero que vio crecer Mazagón
El poblado de San José en construcción. A la izquierda vemos el techo de una choza y a la derecha la nueva construcción. Reconocemos en esta foto, de izquierda a derecha, a los siguientes vecinos: José, hermano de María la Rubia; Paco Giguito; Lázaro; Manuel Pichardo el Gorrión; Paco la Calera; Manuel Carrasco Layne; Manuel el Latoso; el hijo de Manuel el Latoso; Manuel Romero el Serrano y Manuel Pérez. Foto: Constanza Pérez Moreno.
José A. Mayo Abarg�es
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en aquella época, pernoctando en un rancho de la playa. En la segunda mitad de los años cincuenta fue a solicitar trabajo en la construcción del Refugio de la Puesta de Sol, en Las Dunas —desaparecido unos años después por los embates del mar—, pero la obra ya estaba a punto de terminar y fue contratado en la gran obra de la urbanización Ciparsa, donde estuvo trabajando 14 años. Allí había cerca de 200 personas trabajando, pero eran muy pocos los que estaban dados de alta en la Seguridad Social; los demás trabajaban por temporadas cortas sin derecho a nada. El jornal no era malo, Manuel cobraba 31 pesetas diarias, mientras que en el campo de Rociana eran 18 pesetas. Al principio, los trabajadores se quedaban en las viviendas que se iban techando, tapando las ventanas con plásticos y cartones, y cuando la vivienda se terminaba de construir se mudaban a otra. Después, trajo a su madre de Rociana y se instalaron junto con 23 familias más en unos barracones que estaban al lado del Cuartel de la Guardia Civil, en la zona de Valdemorales. Las condiciones de vida eran muy deficientes ya que las instalaciones no esta-
anuel Gutiérrez Gutiérrez, hijo de José Santos Gutiérrez Valderas y de Josefa Gutiérrez, es el menor de tres hermanos varones. Nació en el nº 3 de la Calle Escondida de Rociana (hoy Santa Bárbara), el 19 de agosto de 1931, y con tan solo cinco años fue sorprendido por la Guerra Civil y en sus retinas quedó grabada la imagen de la iglesia de su pueblo ardiendo. De muy joven aprendió el oficio de tonelero, desempeñando su profesión en unos talleres de Rociana y Bollullos; más tarde se incorporó al gremio de la construcción, primero de peón y luego de oficial; aunque, en realidad, siempre fue un trabajador polivalente que nunca supo rechazar ningún trabajo, por muy duro que éste fuera. En el año 1962 contrajo matrimonio con Isabel García Martín, y fruto de esa unión nacieron sus dos hijos varones, Manuel José e Isabelo. A finales de los años cuarenta del pasado siglo empezó a venir por Mazagón para trabajar de peón de albañil en las casas de las familias pudientes de Rociana y Bonares que todavía se estaban construyendo
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tierra, su mujer estaba dormida y no le quiso decir nada para que no se asustara. A las duras condiciones de vida que tenían, se unió el tener que estar mes y medio sin cobrar un duro por un conflicto entre el promotor (Eduardo Pérez Griffo) y el constructor (Rafael Morales). Al final, los Tribunales le dieron la razón al constructor y todos pudieron cobrar todos los atrasos.
ban acondicionadas para vivir. La mayor parte del techo era de chapa de uralita y otra más pequeña de teja plana, que fue la que él compartía con cuatro familias más. No había agua, tenían que acarrearla de una fuente que había donde hoy se encuentra la Plaza Trainera. Allí también cogía el agua la Guardia Civil para beber y regar un huerto que tenían en el cuartel. Las condiciones de vida en el cuartel no eran mejor que las de los albañiles, aquellos tiempos eran difíciles… Se hacían los relevos cada cuatro días; los guardias venían en bicicleta desde Trigueros, San Juan del Puerto, Moguer y Palos de la Frontera, cargados con el costo para todo el turno. La luz de los barracones estaba conectada a un poste de Ciparsa con autorización de la empresa.
Lo que no sabía Manuel, en aquella época, es que Ciparsa iba a ser el trampolín que lo iba a lanzar a incorporarse a un empleo estable en la empresa estatal Campsa, en la que estuvo trabajando 22 años, hasta que se retiró a los 58, por un convenio con la empresa. «Yo entré allí gracias a don Luis Olalla, delegado del Estado en Campsa, que vivía en Ciparsa», dice Manuel.
Manuel pronto encontró un pluriempleo en la urbanización, cuidando y llevando el mantenimiento de las viviendas que se iban entregando. Los dueños le dejaban las llaves, y llegó a tener veinte chalés a su cargo; proporcionándole un buen dinero extra que entraba en su casa, todos los meses. Los fines de semana, cuando cobraba, iba a Rociana en bicicleta con cuatro o cinco compañeros más. Tardaban poco más de hora y media, dependiendo de cómo se encontraran el camino. Cogían por la carretera de Bodegones hasta un desvío a la izquierda, donde hoy se encuentra el centro de drogodependientes; allí estaba la choza de un guarda y tenían que poner sus nombres en un papel para que los forestales llevaran un control de seguridad de la gente que había por allí. Muchas veces el guarda estaba dormido y les dejaba los papeles en la puerta. El camino era muy duro, sobre todo el último tramo, la zona de la Baqueriza, una finca propiedad de Juan Millán, que era un arenal de un kilómetro y medio por donde había que ir andando con la bicicleta en la mano. Cuando falleció el propietario, la hija comenzó a cobrar un impuesto por pasar por el camino. Entre la Baqueriza y el término de Rociana estaba el arroyo Morianilla, más adelante el Moriana y por último el Manapán, pero los tres tenían puente y no había problema para pasar. Cuando nació su primera sobrina llevó a su madre a Rociana en bicicleta por aquellos caminos. Había otro medio de locomoción en Rociana para ir y venir a Mazagón, que era un Land Rover de Manolo Manzano. A modo de anécdota, Manuel cuenta que un día entraron en el Land Rover 25 personas. Cobraba muy poco por el viaje y en verano venía casi a diario porque tenía una parcela en la avenida Conquistadores; además también traía provisiones por encargo de todos los rocianeros.
Manuel Gutiérrez, con su medio de transporte, en el poblado de San José. En la bicicleta, su hijo Manuel José y Montemayor Carrasco.
Por aquellos tiempos no había médico en Mazagón, ni farmacia, ni practicante, nada. Cuando alguien se ponía enfermo lo llevaban a Palos en los camiones de Ciparsa, y luego las mujeres volvían encima de los ladrillos, cargadas con las compras que habían realizado aprovechando la ocasión. La cuñada de Manuel era la que se encargaba de poner las inyecciones a todos los vecinos. Había también una furgoneta encargada
Siete años después de estar trabajando en Ciparsa se casó y se trajo a su esposa a vivir a los barracones de Valdemorales. Recuerda que estando en estado de Manuel José, su primer hijo, hubo un temblor de
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todas sus pertenencias. Gracias a la mediación del padre Idelfonso, Manuel y su esposa fueron convencidos y se mudaron a la choza. Aquellas chozas estaban pensadas para el verano y, cuando llegaron las primeras lluvias, el agua entraba por todos los lados; teniendo que forrarlas con plásticos, tanto para evitar la entrada de agua como la del frío. Tenían tres habitáculos: cocina, comedor y una habitación. Los vecinos lo llamaron “el barrio oscuro” porque no contaba con luz eléctrica, aunque sí tenía agua, la de un pozo situado en la entrada del poblado del que se surtían todos los vecinos. En aquel poblado la vida transcurría con más penas que glorias. Debido a algunos descuidos en las cocinas, cuatro chozas salieron ardiendo y el humo que provocaba la combustión del barrón y la sabina era visto por los hombres desde Ciparsa y acudían rápidamente a sofocar el incendio. El padre Idelfonso tenía un proyecto para sacar a aquellas familias de las míseras chozas y proporcionarles unas viviendas dignas. El proyecto no se hizo esperar, y con la creación de una caja de fondos con el dinero que habían recibido como indemnización, la ayuda de un arquitecto, el trabajo de todos los vecinos y un préstamo de la Caja de Ahorros de Huelva, se edificaron 24 viviendas, tipo chalet en una parcela de 800 metros cuadrados, incluido el huerto y el jardín. El nuevo poblado de San José fue inaugurado el día de la festividad del santo, del año 1969.
Aquí vemos los protagonistas de la foto anterior en el mismo escenario -aunque han pasado algunos añitos-,y con la misma bicicleta; una auténtica pieza de antiguedad, restaurada por su hijo Isabelo.
del transporte de viajeros entre Mazagón y Palos, que la utilizaban para coger el barco en La Rábida cuando tenían que ir a un médico especialista, a comprar o a coger la camioneta de Damas para ir a Rociana. Era una lata porque se perdía mucho tiempo, el barco no salía hasta completar un número de viajeros para hacer rentable el viaje, y después había que coger un tranvía en la Punta del Sebo para ir a Huelva.
El párroco delegó en Manuel muchas de las gestiones para poder llevar a cabo este proyecto: entrevistas con el obispo, el alcalde, ingenieros y técnicos, perdiendo numerosas peonadas en beneficio de todos los vecinos. Pero, su labor altruista no fue bien entendida y hubo gente que empezó a decir que lo hacía por su propio interés, para beneficiarse de la primera casa que se construyera y que ésta sería mejor que las demás. Manuel se indignó muchísimo y se retiró del grupo, decidiendo hacer la casa por su cuenta, no sin antes darle las gracias al padre Idelfonso por todo lo que había hecho por ellos.
Llegó el momento en el que los propietarios del terreno que ocupaban los barracones decidieron urbanizar la zona y había que buscarles otro lugar a las 24 familias que estaban instaladas allí. “El Ángel Blanco”, como llamaban en Mazagón al párroco Idelfonso Ayestaray, ya estaba interviniendo en el asunto. Para ello se habían construido 24 chozas en lo que más tarde sería el poblado de San José, y los vecinos de aquellos barracones comenzaron su traslado al nuevo albergue, previa indemnización de 7.000 pesetas por familia. Manuel fue el único que se negó a abandonar la vivienda del barracón. Pero, como aquella situación era de alguna manera un asentamiento irregular, las autoridades decidieron sacarlo por la fuerza, presentándose allí la Guardia Civil, los forestales y tres tractores para sacar
Cuando a los vecinos les surgía cualquier problema buscaban al padre Idelfonso para asesorarse debidamente, y él siempre lo resolvía; pero, cuando el problema era por cuestiones de índole municipal u oficial, entonces recurrían a Adoración Fiat, conocida por todos como Dorita —más tarde Dorita Miller, al adoptar el apellido de su marido, un americano llamado Mark Miller el Indio—. Dorita era la delegada de los ayuntamientos en Mazagón, y en una estancia de su casa tenía instalada una oficina donde despachaba
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trañable del Farero Rufino, con el que compartía muchas noches de pesca echando el alabar en la playa. Al preguntarle si recuerda haber visto en Mazagón temporales tan fuertes como los vividos este invierno, Manuel esboza una sonrisa y dice: «Temporales los de antes. Los tres primeros meses del año eran de continuos temporales, la gente ya no se acuerda. Muchos inviernos nos llevábamos más de una semana sin comer pan, porque los caminos estaban llenos de fango y no podía circular el coche que se encargaba de traer el pan de la panadería que El Torlo tenía en Palos, a la choza de Hilaria, que era donde lo comprábamos. El primer chalé que se hizo en Ciparsa fue el de una tía de la mujer de Eduardo Pérez Griffo, y a los pocos años de estar construido se lo llevó un temporal. Ése y siete más que estaban en primera línea de playa. Este buen conocedor de la historia de Mazagón fue siempre un trabajador incansable que veía a sus hijos siempre dormidos. Dentro de unos días cumplirá 88 años, pero a pesar de su avanzada edad continúa ayudando a su hijo a cuidar las viñas y los olivos que tiene en el campo de Rociana, además de atender el huerto de la casa del poblado de San José. Carta enviada a Dorita Miller, invitándola a la reunión para la fundación de la Hermandad del Rocío de Mazagón.
todos los asuntos del municipio. Por allí pasaban todos los días los municipales dedicados a la vigilancia de la playa de Mazagón, conocidos popularmente como los Dorita boys. Pero, Manuel también participó muy activamente en la vida social de Mazagón, formando parte de la junta organizadora de la fundación de la Hermandad del Rocío de Mazagón, que tuvo su primera reunión el día 11 de junio de 1977 en el restaurante El Faro —ya desaparecido—, situado en la Avda. Fuentepiña de Mazagón. La carta que sigue a continuación, firmada por Manuel Gutiérrez, le fue enviada a Dorita.
Manuel Gutiérrez en su casa del poblado de San José.
Manuel tiene recuerdos muy vivos de la playa de Mazagón, como por ejemplo los ranchos que había instalados en la playa de El Remo. Después se mudaron frente a las casas de Rociana y Bonares y, cuando fueron creciendo las construcciones de hormigón fueron desplazados a la playa de La Fontanilla. Tenían el agua potable frente a los ranchos; con tan solo hacer un agujero en la arena y meter un bidón, ya comenzaba a brotar el agua de una manera generosa. Recuerda también a Joaquín el de la Barca, uno de los primeros pobladores de estas playas, que estaba casado en terceras nupcias con Carmen Carrucheno Barrera, una rocianera que conoció en Mazagón. Y guarda un recuerdo muy en-
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3 de agosto CONCURSO DE PORTEROS Y LANZAMIENTOS DE PENALTYS. “FIESTAS DE MAZAGÓN” 20:00 h. Todas las edades Inscripción gratuita en PMD en Mazagón (Pabellón Francisco Díaz Torres)
4 de agosto FIESTA DE LA BICICLETA DE MAZAGÓN 12:00 h. Edad: todas las categorías Inscripción gratuita: PMD en Mazagón (Pabellón Francisco Díaz Torres)
Del 7 al 17 de agosto XXVIII TORNEO ABIERTO DE TENIS “PLAYAS DE MAZAGÓN” Mañana/tarde Edad: + 14 Inscripción 10€. PMD en Mazagón (Pabellón Francisco Díaz Torres)
9 de agosto SENDERISMO NOCTURNO PERSEIDAS 2018 22:00 h. Edad: + 16 Inscripción 3€. PMD en Mazagón (Pabellón Francisco Díaz Torres)
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10 de agosto CONCENTRACIÓN DE ZUMBA 20:00 h. Edad: + 16 Inscripción gratuita en PMD en Mazagón (Pabellón Francisco Díaz Torres)
ueves 2 de agosto A partir de las 09:00 h. CONCURSO DE PESCA “FIESTAS DE MAZAGÓN” Lugar de celebración: Playa de La Estrella Participantes: Todas las edades. Inscripción gratuita: PMD en Mazagón (Pabellón Francisco Díaz Torres)
23:00 h. INAUGURACIÓN DEL ALUMBRADO FESTIVO Lugar: Portada Recinto Ferial
00:00 h. ORQUESTA “SERVA LA BARI” Lugar: Caseta Municipal
00:00 h. ENTREGA DE PREMIOS DEL XX CERTAMEN DE RELATO CORTO Y POESÍA “MARZAGA” Organizado por la Asc. de Mujeres Marzaga, de Mazagón. Lugar: Caseta Asc. de Mujeres Marzaga. Recinto ferial
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iernes 3 de agosto De 10:00 a 13: 00 h. CONCURSO DE CASTILLOS DE ARENA “FIESTAS DE MAZAGÓN” Lugar de celebración: Playa de Las Dunas Modalidad: Parejas / todas las edades Inscripción gratuita: PMD en Mazagón (Pabellón Francisco Díaz Torres)
00:00 h. ENTREGA DE PREMIOS CONCURSO DE PESCA Y CASTILLOS DE ARENA Lugar: Caseta de Recepción del Ayuntamiento de Moguer
00:00 h. ORQUESTA “SERVA LA BARI” Lugar: Caseta Municipal
00:30 h. ENTREGA DE PREMIOS CONCURSO DE EMBELLECIMIENTO DE CASETAS PARTICULARES Lugar: Caseta de Recepción del Ayuntamiento de Moguer. Recinto ferial
01:00 h. GRAN ESPECTÁCULO con el televisivo humorista
“JUSTO GÓMEZ”
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Lugar: Caseta Municipal
ábado 4 de agosto A partir de las 10:00 h. VI TORNEO DE PETANCA “PLAYAS DE MAZAGÓN” Lugar de celebración: Campo césped artificial de Mazagón Modalidad: Dupleta / Edad: +16 años / Horario: mañana/tarde Inscripción 3 €: PMD en Mazagón (Pabellón Francisco Díaz Torres)
Finalizado el Torneo ENTREGA DE PREMIOS VI TORNEO DE PETANCA Lugar: Caseta de recepción del Ayuntamiento de Moguer. Recinto ferial
17:00 h. Animación con Charanga Musical Lugar: Recinto Ferial
00:00 h. ORQUESTA “SERVA LA BARI” Lugar: Caseta Municipal
01:00 h. GRAN ESPECTÁCULO con “DAMIÁN SOLÍS” de la primera edición de “Soy del Sur”
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Lugar: Caseta Municipal
omingo 5 de agosto 21:30 h. Gran Gala Infantil “IMAGÍNATELO” Lugar: Caseta Municipal
00:00 h. ENTREGA DE PREMIOS DEL XIX CERTAMEN DE PINTURA RÁPIDA MANCOMUNIDAD MOGUER-PALOS Lugar: Caseta de recepción del Ayuntamiento de Moguer. Recinto ferial
00:00 h. ORQUESTA “SERVA LA BARI” Lugar: Caseta Municipal
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