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Teatro Romano

Miro la fosa pétrea en donde yace el tiempo, y habla mi corazón. (Me rebosan los labios de sangre dolorida)

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Y mis palabras cubren las cáveas declinantes, declaman su lamento, en la escena silente, y en el truncado mármol se amalgaman con los lejanos ecos.

Dejo aquí mis palabras. Que ellas dígan cómo pesa la ausencia en este osario desabrigado de la tierra última.

Rufino Félix Morillón

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