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De la Feria de la Asunción a la Feria de Septiembre

En los últimos años se ha debatido mucho acerca de los cambios en los días de celebración de nuestra feria grande y que en la actualidad conocemos como Feria de Septiembre. Pero ¿fue siempre así?... Siguiendo las publicaciones de los historiadores Bernabé Moreno de Vargas, recogidos en el Libro Materiales para la Historia de Mérida de Don José Álvarez Sáez de Buruaga, podemos encontrarnos con que, nuestra Feria, ha venido sufriendo desde el siglo XVIII cambios importantes en los días de su celebración. Partimos de la base de que, hasta la segunda mitad del siglo XVII, la Feria de Mérida era la Feria de la Asunción celebrándose, por tanto, el 15 de agosto. Así lo recoge Moreno de Vargas en su libro “Historia de la Ciudad de Mérida” “La agricultura imperaba en lo económico, cultivándose el cáñamo, le seguía la ganadería, habiendo dos ferias anuales, la mayor el día de la Asuncion”1 . Don José Álvarez Sáez de Buruaga recoge en sus Materiales para la Historia de Mérida que en 1714 “La Feria era, como se sabe, el 15 de Agosto y duraba 8 días”2 Ya entre 1760 y 1790 comienza a desplazarse la fecha de la Feria de Mérida ya que “se ve que la antigua

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1 Recogido por Don José Álvarez Sáez de Buruaga en su libro “Materiales para la Historia de Mérida (p. 17) 2 Materiales para la Historia de Mérida. José Álvarez Sáez de Buruaga (p. 146) feria de la Virgen de Agosto, ha pasado a ser, retrasándola de fecha unos días, la feria de San Bartolomé, que durará hasta el 3 de septiembre”3. Con ésto que nos encontramos con el primero de los cambios de fecha de la Feria y la primera referencia al 3 de septiembre como día final de la misma. Ya en el siglo XIX, concretamente en 1821, se establece que la Feria Grande sea los días “veinticuatro, veinticinco y veintiséis de Agosto. Al amanecer del veintisiete no ha de haber ningún ganado en el rodeo”4 Posteriormente, en 1838, encontramos la primera referencia a la Feria de Mérida como Feria de San Bartolomé no siendo hasta 1885 cuando se comienza a hablar ya de la Feria de Septiembre “los puestos de la Feria se instalan, en el barrio de Santa Eulalia, en el Arrabal, ahora llamado Rambla. No gustaba el sitio a los feriantes y tres años después vemos que por votación de los concejales, se instalan en la Plaza y lugares adyacentes”5, volviendo en 1906 a la Rambla. Con todo ello vemos como nuestra Feria de Septiembre se ha ido moviendo de fecha con el paso de los siglos y los avatares de una ciudad cuya economía giraba en torno a la agricultura y la ganadería. Los eme-

3 Materiales para la Historia de Mérida. José Álvarez Sáez de Buruaga (p. 176) 4 Materiales para la Historia de Mérida. José Álvarez Sáez de Buruaga (p. 225) 5 Materiales para la Historia de Mérida José Álvarez Sáez de Buruaga (p. 255)

52 ritenses del siglo XXI, y de las últimas décadas del XX, nos hemos encontrado también con pequeños reajustes en la celebración de nuestra Feria. Cierto es que hemos crecido conociendo la Feria de Septiembre, pero supongo que, en los emeritenses de siglos pasados, esos cambios provocaron más que una disconformidad. Pero no es menos cierto que los emeritenses, en su gran mayoría, hemos aprovechado esos días de septiembre para pasar unos días de playa, y las empresas de la ciudad para dar vacaciones a sus empleados utilizando, para ello, el día festivo. Los tiempos cambian y la forma de ver la Feria también. Mérida ya no es una ciudad agrícola ni ganadera y, además, tenemos una feria que no coincide, como suele ser lo habitual, con el patrón de la ciudad. Si nos preguntamos ¿por qué la Feria es en septiembre? No encontraríamos respuesta alguna más que, “porque de siempre la hemos conocido así”. El mismo caso de Mérida ocurre en otros sitios como la Feria de Abril de Sevilla, variable en sus fechas haciendo algunos años notables esfuerzos para que al menos, uno de sus días, sea en abril, siendo el resto la primera semana de mayo e incluso sacrificando la festividad de su Patrón, San Fernando, por tener un día festivo en feria. Tenemos otras ferias cercanas, como Cáceres, que tampoco coincide con el día de su patrón, sino que se celebra en torno a San Fernando, dejando a su patrona, la Virgen de la Montaña, sin día festivo. Según recoge Miguel Ángel Muñoz “Cáceres nunca tuvo especial fe por San Fernando y nunca le levantó ermita o capilla; realmente la fecha de la feria la eligieron los ganaderos y solo el azar y no una tradición religiosa quiso hacerla coincidir en el calendario con San Fernando”6 . Por supuesto que en Mérida la Mártir debe contar, como Patrona que es, con su día festivo, pues así ha sido la tradición ancestral en nuestra ciudad. Sería impensable su supresión, así como el pasar la feria diciembre por las bajas temperaturas. Por tanto, no es descabellado hablar de una Feria de Septiembre aunque empiece en agosto, (vuelvo a remitirme a la Feria de Abril de Sevilla), ni tampoco que utilizáramos el 8 de septiembre como el festivo de Feria aprovechando nuestra condición de Capital Autonómica de Extremadura. Fórmulas hay, la cuestión es que los ciudadanos respalden con su participación los días de feria y no los aprovechen, en su mayoría, para marcharse a la playa, además de entender que nada es inamovible y que, sobre todo, tenemos que correr con los nuevos tiempos, como hicieron nuestros antepasados.

Mario Hernández Periodista

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