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Mérida, epicentro del rock
from Merida Fiestas 2017
by editorialmic
El 6 de febrero lo anunció Carlos Lobo y lo que hemos sentido desde ese día todos los amantes del rock/metal es lo que intentaré explicar con estas líneas. La mítica banda SCORPIONS serían los encargados de inaugurar este año el Stone&music Festival, acompañados por Medina Azahara (otra banda legendaria sin duda) y como anfitriones los emeritenses Bucéfalo.
Por fin este año sí tendríamos representación en un Festival que ya el pasado año fue referente musical en nuestra ciudad, con repercusión mediática en toda España por la calidad de los artistas que englobaron su cartel.
El 13 de julio llegaba a Mérida la banda de Klaus Meine, Rudolf Schenker y Mathias Jabs acompañados de Pawel Maciwoda y Mikkey Dee en plena ola de calor y que me hizo pensar “estos se nos derriten y no hay concierto”.
Pero no. Ese misma tarde se presentaron a la rueda de prensa con la mejor de sus sonrisas para contestarnos a nuestras dudas y curiosidades; como que la gira se llama Crazy World Tour porque, aunque sea el título de un disco del año 1990, piensan que este sigue siendo un mundo algo loco lamentablemente.
A la pregunta de por qué siguen dando conciertos y giras tras anunciar que la de 2012 sería su gira despedida contestaron con un sencillo: “¡Porque no nos dejan irnos! Siempre nos piden una más y tenemos que continuar porque se lo debemos a nuestro público”.
En cuanto al tema que versionan de Motörhead en homenaje al Gran Lemmy, fundador y cantante de esta banda, dijeron que podrían haber creado cualquier otro tema, pero que al final se decantaron por esta versión que fue idea de MIkkey Dee, que perteneció a la formación.
Si me tengo que quedar con algo de la rueda de prensa sería con la cara que pusieron cuando les preguntaron si les gustaría visitar el Teatro Romano, y qué esperaban encontrar de diferente en Mérida que no hubiesen tenido ya en otras ciudades: “Estamos encantados de estar por primera vez en Mérida, pero lo de la visita turística lo dejaremos para otra ocasión”. Se comprende con los 46º que teníamos en ese momento.
“Lo que esperamos de esta hermosa ciudad es recibir el cariño del público cuando estemos sobre el escenario”, añadieron y, tras finalizar la rueda de prensa, nos emplazaron para la sesión fotográfica del Templo de Diana unas horas después.
Allí recibieron de manos del alcalde la creación original de Terracota Mérida y, tras las muchas fotografías de rigor, tuvieron a bien hacerse algunas con los fan allí congregados, antes de cenar en un céntrico restaurante de la ciudad.
La gran cita fue el día siguiente en el albergue El Prado, con personas llegadas desde muy distintas procedencias, que superaron las 10.000 entradas según los promotores.
Los primeros en salir al escenario fueron Bucéfalo con su rock castúo, que agradecieron a la organización que contara con bandas locales y de rock. Ellos y el
sol se ocuparon de calentar el ambiente con el Qué pasa Mérida de Carlinos Masegosa y los temas que tantas veces hemos cantado con ellos, sin faltar El Embargo o Rocinante.
Tiempo después para Medina Azahara, una de las bandas que sin ser extremeñas la sentimos ya como de casa. Medina siempre da al público lo que quiere, y en esta ocasión sonaron los grandes clásicos de siempre como Córdoba o Abre la puerta niña más algún tema de su último trabajo, como Ven junto a mí, por ejemplo.
Alrededor de las diez de la noche creció la expectación por ver a unos señores que, tras 50 años sobre los escenarios, siguen derrochando tanta pasión, tanto arte y tanta vitalidad. No creo que Klaus Meine lo tome a mal, pero para mí es el eterno adolescente; no puedo mirarle sin ver eso, un adolecente pero muy sabio. Lo mismo que pienso que Mikkey Dee es un batería de gran altura.
Ni que decir tiene que no defraudaron a nadie; cada canción se escenificaba en la pantalla central y las laterales servían para los primero planos de los artistas. Generosos con su público, repartiendo púas y baquetas, dejándose abrazar por la bandera española en señal de afecto por este país. Claro que son enormes músicos, por eso llevan tanto años ahí, a pesar de las modas, a pesar de la dificultades, que las habrá sin duda.
Por supuesto que no podían faltar temas como Still Loving You y Rock You Like A Hurricane, con los que finalizaron su actuación tras dos horas de concierto. Preguntando a los llegados de diferentes ciudades, me quedo con una apreciación de uno de ellos: “La mejor crónica que se puede hacer de un concierto es que te haya resultado corto. Eso es que te encantó”.
Pero nada es perfecto y para mejorar en próximas ocasiones, el servicio de autobús debería dejar a los pasajeros en la puerta del recinto, como sucede en la feria; y las barras de suministro de bebida y comida se vieron desbordados por la afluencia de público y el tiempo de espera se hacía largo.
Sé bien de los esfuerzos que hay que hacer para lograr un evento de esta categoría, pero no quiero dejar pasar la oportunidad para pedir que se acuerden del mundo del rock&metal, que tenemos grandes artistas en este país, y ya que hemos dado este pasito, ¿cuándo lo repetimos?