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Los Palop, ADN Bote

El talento en el fútbol ursaonés es una fuente inagotable. Javi López, Juan Carmona y Francisco López Alfaro son los máximos referentes de este deporte en la localidad, pero hay muchos que han tenido ese don, aunque por diferentes circunstancias no han llegado a la élite.

Los Palop, padre e hijo, Arcadio y Manuel, son dos claros ejemplos de buenos jugadores que la afición rojilla ha podido disfrutar y que podrían haber llegado a cotas mayores. Afortunadamente para la parroquia ursaonense, sus goles en las diferentes épocas han permitido llevar el nombre de nuestro pueblo por toda la provincia y también fuera de ella.

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Arcadio Palop Fernández jugó cuatro temporadas en el Bote en la década de los 60. Anteriormente había estado estudiando fuera y ya dejó muestras de su calidad en un equipo de fútbol de Cazalla de la Sierra que jugaba por aquellos entonces con localidades del sur de Extremadura. Su velocidad y su facilidad para hacer goles llevaron al de Osuna a ser uno de los clubes más importantes de la provincia.

Recuerda estos años con mucho cariño y destaca la gran afición que había por aquel entonces en el “Campo de Espuny”, la ar- monía y amistad que había entre los compañeros, el gran nivel competitivo que existía y las disputas con localidades como Marchena o Morón. Rememora entre risas la tela de las equipaciones de aquellas temporadas “muy duras” y frías en los meses de invierno.

Sus obligaciones por estudios, y luego por trabajo, le hicieron tomar la decisión de dejar el fútbol a muy temprana edad, con 22 años. Pese a ello, dice que nunca se ha arrepentido de dejar el fútbol.

Manuel Palop sí ha sumado más de veinte años vistiendo la elástica ursaonense. Empezó a entrenar en el patio del colegio Rodríguez Marín y en sus primeros meses no estuvo con licencia federativa al no tener la edad mínima. A partir de ahí, ha pasado por todos los equipos de cantera. Sus compañeros y amigos Manolín Moyita, Dani Díaz y Javi Casca les han acompañado en este periplo.

Al igual que su padre, también dejó muestras de su talento en otros clubes como el Real Betis, donde estuvo en la etapa juvenil, en el Écija Balompié, Marinaleda, Montilla o Puebla de Cazalla. Sus goles, y sobre todo su compromiso y su inteligencia, llevaron al Bote a la máxima categoría donde ha militado en su historia, a la antigua Primera andaluza en 2013.

Se puede confirmar que hablar de Palop en Osuna es sinónimo de buen fútbol y fuera de nuestro pueblo también son muy reconocidos, sobre todo en los defensas y porteros rivales. Ahora son dos aficionados que siguen al equipo y que sufren como los que más. Su vinculación con el fútbol de Osuna se remonta al padre y abuelo paterno, Ramón Palop Serrano, un gran aficionado que no jugó. Ha seguido al equipo de su pueblo por todos sitios y coleccionó calendarios donde apuntó todos los resultados de muchas temporadas, carteles y objetos típicos de merchandising del Osuna Bote Club. Lamentablemente falleció hace unos años cuando ya sumaba más de noventa años.

Ahora Manuel, y sobre todo Arcadio, desean que la saga Palop no se detenga y siga con otras generaciones vistiendo los colores del club del Bote.

Emilio J. Jiménez

En el primer equipo ha jugado desde que tenía 15 años hasta que la temporada pasada 21-22 decidió colgar las botas de forma definitiva a causa de la falta de tiempo para compaginar su vida laboral y personal. El sabor de boca fue agridulce, por una parte porque le gustaría haber jugado algún año más, y por otra, muy positiva, porque logró levantar la Copa Provincial siendo él el capitán del equipo.

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