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Libros
‘PLANTAS DE USO TRADICIONAL EN LA MONTAÑA PALENTINA’ Juan Cruz Pascual y Baudilio Herrero | Diputación Provincial
‘Plantas de uso tradicional en la Montaña Palentina’ es el fruto de más de 170 entrevistas gracias a las que los autores ofrecen un completo repaso por los usos que los habitantes de la Montaña Palentina han dado a las plantas de su entorno. Esta obra pone de manifiesto la importancia que esas plantas tuvieron para las gentes de la comarca en numerosos aspectos de la vida cotidiana, como la alimentación humana y de los animales domésticos, las prácticas medicinales, las técnicas constructivas o mediante su empleo como combustible, recurso ornamental o elemento ritual, entre otros.
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‘CLÁSICOS PARA LA VIDA. UNA PEQUEÑA BIBLIOTECA IDEAL’ Nuccio Ordine | Ed. Acantilado | Traducción de Jordi Bayod
Para el autor, la enseñanza y la educación constituyen una forma de resistencia a las omnipresentes leyes del mercado, a la mercantilización de nuestras vidas ,al temible pensamiento único. Nuccio Ordine nos invita en Clásicos para la vida a descubrir o recordar a algunos de los clásicos de todos los tiempos, maestros de innumerables generaciones: Platón, Rabelais, Shakespeare, Cervantes, Goethe, Rilke… Pues para el autor la enseñanza, la educación, constituyen una forma de resistencia a las omnipresentes leyes del mercado, a la mercantilización de nuestras vidas, al temible pensamiento único.
‘CARMEN’ Benjamin Lacombe | Ed. Edelvives
En 1845, el francés Prosper Mérimée escribió esta novela romántica en la que se retrata su visión de la España de la época, costumbrista y exótica. En ella se relatan los amores trágicos y pasionales de una cigarrera gitana, un bandolero y un torero. La fama de Carmen, su protagonista femenina, se haría universal gracias a la ópera de George Bizet, y se convertiría en todo un mito de la mujer fatal, libre y seductora, capaz de arrastrar a la perdición a quienes la rodean.
Los dragones existen
Ana Wiya y María Ampudia, madre e hija, publican su primer poemario conjunto ‘Drago’, un libro caótico, directo y emocionante... como la vida misma
A veces los hijos te lo ponen difícil. Los de Ana Blanco (amante de la escritura que firma como Ana Wiya) no querían muñecos, ni videoconsolas. Paco y María querían un dragón. Uno de verdad. Pero ni los Reyes Magos ni los invitados a los cumpleaños cumplían su deseo. Hasta que un día apareció Drago a través de una carta. Y Drago se convirtió en un amigo de la familia, que les contaba sus viajes y aventuras, que servía de consejero en los momentos difíciles.
“Desde entonces me encantan los dragones”, comenta su hija María Ampudia, ya adulta, que apunta que Drago era un personaje ficticio fabuloso. Y su madre la reprende con cariño -como todas las buenas madres-. “No María, estás equivocada. Ya va siendo hora de que sepas que Drago es de verdad. Os hicisteis mayores y dejasteis de creer en personajes mitológicos. Pero él sigue ahí”. Y así es. Drago ha regresado en forma de un precioso poemario creado por madre e hija. Los lazos maternofiliales pocas veces se plasman en la literatura, y es de celebrar que gente joven, como María Ampudia (estudiante del Doble Grado de Educación), escriba con tanta naturalidad como come o respira. “Empecé de niña, con cuentos y relatos. Pronto me di cuenta que de manera natural me salían rimas y versos cortos, así que continué con la poesía”. En castellano, inglés, italiano... Cada lengua le inspira una idea. Un viaje, el de su Erasmus a Noruega, la unió un poco más a su madre a través de las letras. “¡De pronto descubrí que mi madre también escribía poemas!”, comenta. Y así surgió Drago, un proyecto hecho con cariño y con el apoyo de “mucha gente... Es increíble ver que, aunque ‘no somos nadie’ en el mundo literario, tanta gente nos apoya”, apunta Ana. Un sueño hecho realidad. “La vida no está ordenada. No te toca hoy un día triste, y mañana un día tranquilo. Viene como viene”, y así vienen las páginas de Drago. Lo que sí contiene es “la ilusión, fuerza y poder de nuestro dragón”, capaz de cumplir cualquier sueño. Pues, como dice Ana Wiya, “la palabra es un arma”.
Drago es el primer proyecto editorial para ambas, pero no el único. Las dos participan en el Grupo Diversos. Ana también en Esprosados, y organiza talleres de Poesía Divertida. Está escribiendo una novela y arrancando un proyecto de cuentos infantiles, que leerá en Radio Colores. La hija no para: acaba de editar un fanzine y recorre la región con su dúo Binomio Nómada y su trío Tres Torpres Trastes, donde la música y la poesía son uno. “Quiero escribir cuentos infantiles, más poesía (¿tal vez un Drago 2.0?), tocar la guitarra...”. Comienza a enumerar. Y en ese momento de la entrevista... Aparece el dragón, que nos lanza una llama de creatividad.
Rubén Merino, Arquitecto de MRYN Construcciones y Reformas «Me gusta estar a pie de obra y con las manos llenas de polvo»
A pie de obra y cerca del cliente. Así trabajan los arquitectos Rubén Merino y Miriam Cerrato, de MRYN, cuyo mejor aval es el boca a boca.
Diez años en la construcción... ¡Y vaya diez años!
Cuando empezamos todavía había trabajo. Yo llevaba un par de años en una empresa de Valladolid dedicada a las reformas en comunidades de vecinos, que prestaba servicio en Palencia. Cuando desapareció, los administradores de las comunidades me seguían reclamando servicios como arquitecto. Así que, cuando mi mujer terminó la carrera (nos conocimos en la universidad), creamos la sociedad MRYN Construcciones y Reformas para dar ese servicio que se nos demandaba. Con la crisis, este tipo de reformas fue lo que más resistió, por eso hemos podido seguir e incluso crecer.
¿Es un trabajo muy cercano con la gente?
Sí, tanto con clientes particulares que reforman el piso, como con comunidades de vecinos, con quienes te reúnes tanto que llegas a conocerlos. Es un trato muy directo donde hay que ser honrado y buen profesional porque en Palencia nos conocemos todos y un trabajo mal hecho se sabe enseguida.
Precisamente por eso tenéis efecto boca a boca, ¿no?
Sí. Llevamos diez años trabajando con el boca a boca, no nos hemos publicitado en ningún sitio... Hasta ahora, que salimos en PaCO.
¡Vaya orgullo el nuestro, gracias! Normalmente cuando alguien hace reforma, debe buscar arquitecto, fontanero...
Nosotros nos ocupamos de todo. La mayor ventaja para nuestros clientes es una gestión integral de toda la obra, desde la primera visita hasta el último tornillo que se pone, pasando por las licencias, los permisos... Incluso las subvenciones.
¿Tenéis un equipo consolidado?
Sí, hemos formado un equipo de
PaCO | Nuestros anunciantes | 36 confianza muy profesional. Todos sabemos cómo trabaja acada uno, qué necesita el compañero para continuar... De hecho hay instalaciones de fontanería, calefacción y electricidad que realizamos nosotros, pues tenemos todas las licencias. Es un proceso continuo donde no dependemos de terceros.
Eso es importante, pues se sabe cuándo empiezan las obras, pero no cuándo terminan
Intentamos controlar mucho los tiempos, tanto en reformas de interior como en comunidades. Estamos muy especializados en eliminación de barreras, modificación de portales y sustitución de ascensores y eso es aún peor que reformar una cocina, pues los 30 vecinos se quedan sin ascensor, por ejemplo, y suele haber gente mayor y con movilidad reducida. ¡Imagínate el que vive en el octavo!
Además de las reformas y las comunidades, ¿qué otros trabajos hace MRYN?
Hemos hecho viviendas unifamiliares, chalets, un hotel de 18 habitaciones en Boadilla del Camino... Trabajamos en capital y provincia, aunque en un radio de distancia que nos permita ser competitivos en precio. Actualmente estamos trabajando mucho en Valladolid, pues me ocupo de los proyectos de arquitectura de ascensores de Schindler.
Tras vuestro décimo aniversario, ¿cómo veis el futuro?
Como hemos atravesado lo peor de la crisis, nuestro objetivo es continuar como hasta ahora: con un equipo bueno, pero sin tratar de abarcar demasiado. A mí lo que me gusta es estar a pie de obra y con las manos sucias de polvo. En mi empresa soy el arquitecto, pero también soy uno más: si hay que tirar escombros, los tiro. Cualquier tarea conlleva una responsabilidad que no puede asumir un solo peón y a mí me gusta estar delante y que el cliente sepa que me puede llamar en cualquier momento. Cuantas más obras asumas, menos tiempo tendrás para estar allí.