7 minute read

Cronistas de Paracuellos de Jarama

Guerra de CubaGuerrade Cuba

De la corriente independentista que se extendió por toda Hispanoamérica en el siglo XIX, Cuba es de los pocos lugares que escapó de ella. Entre otros motivos encontramos que el sector azucarero empuja el desarrollo económico del país. Un ejemplo de ello está en la construcción del ferrocarril en España, siendo la isla de

Advertisement

Cuba el primer lugar donde se implanta para facilitar el trasporte del comercio azucarero. El próximo 12 agosto se cumplen 125 años del final de esta contienda y el 20 de mayo 120 años de la independencia de Cuba tras tres años de ocupación estadounidense. Los vecinos de Paracuellos colaboraron con aportaciones económicas, seguido por la corriente de suscripciones monetarias que se van realizando a lo largo del país.

La isla de Cuba era considerada la Perla de la Corona, una posesión que bien merecía todo empeño para mantenerla como parte de España, así que tanto liberales, como conservadores intentaron acabar con una insurrección en 1895, sin llegar a pasarles por la cabeza que este conflicto llegaría hasta la independencia de la isla. Es una revuelta que tiene como detonante la constante denegación de peticiones que la isla presenta a la metrópoli, la cual encontró al general Martínez Campos como una fácil solución al conflicto, pero fue más un problema que una solución. Con él se movilizan numerosas tropas con una escasa preparación y falta de mandos con la profesionalidad que requería la contienda en la que iban a participar, así como las enfermedades que le iban a abordar en la isla. A esto hay que añadir la forma de lucha, pues entre los contrincantes tenemos campesinos, obreros, criollos... preparados para establecer una estrategia de guerrillas. Cánovas del Castillo necesita apaciguar la isla con la derrota de los insurrectos, para lo cual se sustituye a Martínez Campos por Valeriano Weyler. En 1896 la virulencia de la insurrección cubana que, con altibajos, había empezado casi treinta años antes, en 1868, obligó a España a desplazar a la isla el mayor ejército colonial jamás visto hasta esa fecha. Para ello, a los 20.000 hombres de los que se componía el ejército de la isla, se les unieron fuerzas regulares formadas por voluntarios hasta totalizar 82.000 hombres. Así fue como el 2 de agosto de 1896 el señor obispo de la diócesis de Madrid-Alcalá y arzobispo de Santiago de Cuba D. José María Justo Cos y Macho organizó una suscripción pública ante los feligreses para organizar el Batallón Provincial de Voluntarios de Madrid que había de pelear en dicha isla en defensa de la Patria en la Guerra separatista de la isla de Cuba 1896. Dos días después del anuncio en todas las parroquias, el pueblo de Paracuellos hizo entrega en la secretaría de la diócesis de un cheque por valor de 118 pesetas con 98 céntimos. Como datos curiosos, hemos de apuntar las 25 pesetas que el Ayuntamiento donó a la causa, más 13 pesetas con 25 céntimos que correspondían al sueldo de un día de todos los empleados del Ayuntamiento, el alcalde D. Federico Mª Meco que aportó otras 25 pesetas de su bolsillo y el resto de vecinos, hasta un total de 65 personas, que lo hicieron con cantidades que oscilaron entre las 25 pesetas y los 5 céntimos. Cuando Sagasta se alza con el poder tras el asesinato de Cánovas del Castillo, este cesa al Capitán Weyler en Cuba y delega competencias al gobierno insular. Los Estados Unidos de América, en plena expansión colonial, había puesto sus ojos en la isla. El autonomismo es la vía elegida por el gobierno insular, pero reseñan el empeño de Estados Unidos en la independencia cubana, cuyo congreso replica desde 1895 que el autonomismo no es solución. El Papa León XIII no consigue el propósito de intenta mediar en la tensión entre ambos países, sobre todo por la influencia que puede ejercer sobre la opinión de los católicos que viven en el continente américa. La prensa se hace eco de la necesidad de navíos de guerra para poder proteger la isla ante la eminente confrontación militar, así como el llamamiento de los reservistas de nuestro país. Surgen en las calles movimientos patrióticos en Madrid, Barcelona y Valencia principalmente. Se muestra también las tensiones políticas que cortes, senado, gobierno y regente que muestran visiblemente una preocupación de una presión donde Cuba y Filipinas están en el punto de mira de los americanos. Los acontecimientos se precipitaron cuando el 15 de febrero de 1898 se produjo una explosión en el acorazado norteamericano Maine que estaba fondeado en el puerto de La Habana en visita diplomática, y donde murieron 226 marineros. A pesar de las investigaciones que se llevaron a cabo para esclarecer lo sucedido y de que los informes apuntaban a una explosión interna fortuita producida en la sala de calderas, los Estados Unidos achacaron las causas a una mina española. El 23 de abril a España no le queda más que declarar la guerra, que claramente expone el imparcial en ese domingo 24 con el texto que deriva de la Gaceta de

Email: cronistas@paracuellosdejarama.es

Detalle del documento que refleja la aportación económica de los vecinos de Paracuellos a la Guerra contra Estados Unidos de América. Archivo Municipal. Madrid, precedente del actual BOE. Dice textualmente: “En nombre de mi augusto hijo el rey D. Alfonso XII, y como reina regente del reino. Vengo en decretar lo siguiente: Artículo 1. “El estado de guerra existente entre España y los Estados Unidos determina la caducidad del tratado de paz y amistad de 27 de Octubre de 1795, del Protocolo de 12 de Enero de 1877, y de todos los domas acuerdos, pactos y convenios que hasta el presente han regido entre los dos países”. En la misma declaración de guerra se pretende apresar a todos los barcos estadounidenses, pero da un tiempo de 5 días para abandonar los puertos españoles. Ya no hay más posibilidades, solo hay que esperar que EE. UU. acepte entrar en combate. El congreso norteamericano lo acepta el 25 de abril diciendo textualmente: “Habiendo adoptado España una actitud decisiva en dicha nota me vi obligado ordenar el bloqueo de Cuba y el alistamiento de voluntarios. En vista de estas medidas y de otras que serán necesarias, pido al Congreso que declare oficialmente la guerra á España. La Cámara de representantes aprobó inmediatamente el Bill declarando que existe la guerra entre los Estados Unidos y España desde el 21 de abril, fecha de la nota española que daba por rotas las relaciones diplomáticas entre ambas potencias”. Mientras el Ministro de Marina, Segismundo Bermejo, presenta su dimisión rechazada por Sagasta. Francia consciente de la magnitud del conflicto que se avecina, intenta recaudar dinero para los cuerpos de Cruz Roja española y norteamericana. Pocos fueron los españoles que advirtieron el enorme potencial de guerra de este joven país y la mayoría de la opinión pública, a través de la prensa, optó por menospreciar al rival, convencidos de que en pocos meses se acabaría con los yanquis. El primer encuentro bélico no se produce en la isla, sino en Manila, pues EE. UU. tenía los ojos puestos en Filipinas, Puerto Rico y Cuba. Las arengas patriotas no se hicieron esperar y es en este contexto en el que, el 26 de mayo, el Ayuntamiento de Paracuellos organizó una Suscripción Nacional para la Guerra con los Estados Unidos de América. Ahora no se trataba de pobres campesinos cubanos levantados en armas, los llamados mambises, ahora era una guerra contra una nación invasora. Por eso el importe recaudado fue mayor, pues mayor era la ofensa. Se recaudaron para la causa 430 pesetas con 49 céntimos. El propio Ayuntamiento donó 50 pesetas y el alcalde 250 pts. Incluso D. Agustín Fernández, maestro de la escuela de niños, organizó una colecta entre sus alumnos consiguiendo recaudar 10 pesetas. La maestra, doña Carolina Caraceda hizo lo mismo con las niñas y dio otras 9 pesetas con 75 céntimos. En total fueron 117 los vecinos que colaboraron entusiasmados. Se puede leer además que la relación de subscriptores quedaría abierta para futuras aportaciones. Aportaciones que nunca se hicieron porque el ejército español, formado por 185.000 soldados, fue barrido en pocos meses. La guerra acabó y los últimos vestigios de imperio de ultramar de España pasaron a manos americanas. No sólo Cuba, sino también las islas de Puerto Rico, Guam y Filipinas. La pérdida de las últimas colonias fue un acontecimiento de gran trascendencia para nuestra historia contemporánea. Entre las consecuencias de la perdida de las ultimas colonias encontramos crisis a distintos niveles, así como una trasformación de nuestra posición en la geopolítica mundial. Es la guerra de Cuba la escenificación del “traspaso” de poderes de España a los EE.UU. en la hegemonía mundial.

Bibliografía: • NÁJERA MARTÍNEZ, J.; YUSTE RICOTE,

L. (2016): Historias de Paracuellos de Jarama. Ayuntamiento de Paracuellos de

Jarama, Madrid.

This article is from: