5 minute read

Entrevista con El Monaguillo

‘El Monaguillo’,el humor reside en Paracuellos de Jarama

P. ¿Quién le puso el apodo por el que es reconocido por todos? R. El nombre surge de José Luis Salas, que fue la persona que me dio la oportunidad de colaborar con él en la radio en Málaga. Por aquella época, yo era como un huracán de energía y él me puso el apodo porque yo era como el monaguillo inquieto, que no le deja al cura dar su misa, que era el programa. En aquellas primeras colaboraciones radiofónicas, yo distorsionaba el argumento original de películas de actualidad y lo enfocaba desde un punto de vista más humorístico. Es un apodo que me ha dado muchas alegrías y que resulta muy reconocible. Salas fue fundamental en el inicio de mi carrera porque me dio la oportunidad de dar a conocer mis cualidades. P. ¿Cómo fue el crecimiento en la radio? R. Yo comencé colaborando en 1995 en mis tiempos libres, ya que trabajaba en un hotel. La cosa fue bien y, con el paso del tiempo, me propusieron entrar en la plantilla de Onda Cero, donde sigo todavía. Salas y yo comenzamos Después de cinco lustros de carrera, Sergio Fernández, conocido popularmente como ‘El Monaguillo’, es un humorista de éxito en nuestro país. Nos recibe en su casa de Paracuellos de Jarama, donde reside desde hace años, para explicarnos algunos de los momentos más importantes de su trayectoria.

Advertisement

a hacer el programa nacional desde Marbella y, cuando empecé a hacer monólogos, me trasladé a Madrid. Hace cuatro años, decidí instalarme en Paracuellos de Jarama. P. ¿Y está usted contento? R. Por supuesto, aquí yo me retiro. Me encanta ir andando al pueblo y hacer mis compras. Hago vida normal, de pueblo, que es lo que a mí me gusta. Me encanta su ubicación, el aire puro que respiramos y la proximidad a la naturaleza. La gente ya me ha visto, me conoce y respeta mi intimidad. Yo estoy encantado, tengo calidad de vida y espero jubilarme en Paracuellos. P. ¿Su gran éxito radiofónico fue ‘La parroquia’, un programa de humor que revolucionó el horario de madrugada? R. A Arturo González-Campos y a mí nos dijeron, cuando empezamos, en septiembre de 2008, que no llegábamos a Navidad, “no se comen los turrones”. Se trataba de una propuesta que ahora es lo más normal del mundo, pero por aquel entonces nadie se había atrevido a hacer humor por la noche, sin guión, improvisando al hablar con la gente y, encima, ser ‘faltón’ y dar mucha caña. Desde la humildad, abrimos un camino ya que utilizábamos un tono que no era habitual. Nos lo podíamos permitir porque lo primero que hacíamos era ‘destruirnos’ nosotros mismos, para poder ‘destruir’ a los demás. En ese sentido, cruzamos una raya que ahora se hace con naturalidad. P. Tras ocho años de éxitos decidís dejarlo estando arriba, ¿por qué? R. Por desgaste personal, de la pareja radiofónica y mío, particularmente, con el formato. También por el horario, que es complicado para compaginar con otras cosas, y porque quería crecer en otros campos, como el teatro, la televisión o mis espectáculos. Fue una decisión difícil, pero me mostró el apoyo que tenía por parte de la cadena, ya que me pidieron que me quedara con ellos, en los programas de Juan Ramón Lucas y Alsina. P. Esa pareja radiofónica también dio lugar a una pareja literaria R. Sí, Arturo y yo hemos escrito siete libros en clave de humor, que han sido muy bien acogidos, como ‘¿Para qué sirve un cuñao?’ o ‘¡Viva la madre que me parió!’ P. ¿Cómo fue trabajar con Josema Yuste sobre los escenarios? R. Fue fantástico, fueron dos años de representaciones y giras con ‘Taxi’ maravillosos. Trabajar con él fue la bomba, un placer y un constante aprendizaje. P. Y de todos sus trabajos en televisión, quizás el más importante es ‘El Hormiguero’ R. A mí ‘El Hormiguero’ me cambió la vida, yo conocía a Pablo Motos del mundo de la radio. Había ido como invitado al programa y Pablo y Jorge Salvador me propusieron trabajar con ellos, lo que supuso un gran salto de repercusión. ‘El Hormiguero’ es como el antiguo ‘Un, dos, tres’, abre muchas puertas. Recuerdo que Yuste me decía que el personaje sobre Japón era mi particular ‘empanadilla de Móstoles’. P. ¿A quién se le ocurre la idea de Japón? R. A ellos, es la sección más longeva del programa, y lo que le queda, porque el ritmo creativo y ‘loco’ de los japoneses no tiene límite. Cada vez que vamos a Japón, nos traemos muchas maletas de material interesante. Pablo Motos ha sido muy generoso conmigo y ha conseguido que

En Paracuellos de Jarama tengo calidad de vida y estoy muy a gusto, yo aquí me retiro

el personaje tenga vida y no se desgaste con el paso del tiempo. P. Teatro, radio, literatura y televisión ¿en qué formato resulta más sencillo hacer humor? R. En las funciones en directo, cuando puedes utilizar lo corporal y la voz. Quizás el formato más complicado es el literario. P. Ahora también está en el teatro La Latina con el espectáculo ‘¿Sólo lo veo yo?’ R. Sí, hago de todo, monólogos, bailo, canto y todo mal (risas), incluyendo 40 minutos de improvisación con el público. Llevamos dos años con él y estamos sumando llenos todos los viernes. P. ¿Qué tal la experiencia de cantar ahora en ‘Tu cara me suena’? R. Yo creo que lo estoy haciendo muy bien. Con Sergio Dalma, que es un gran cantante y tiene una voz que se adapta más a la mía, estuve a punto de ganar. Mis compañeros son gente que canta de maravilla y yo estoy allí para pasarlo bien y dar alegría y humor al programa. P. También está presente en las redes sociales R. Sí, me gusta Instagram, en Twitter últimamente la gente está muy enfadada, tu pones “buenos días” y la gente te responde “será para ti, que te va bien”. Ahora, tengo Tik Tok, que tiene un ‘target’ de gente muy joven, que puede ser mi público en el futuro. P. Dada su actividad ¿su día tiene más horas de lo normal?

R. No, tiene 24, pero yo intento compatibilizar todo y, cuando veo que no puedo llegar, con dolor de corazón, tengo que dejar algunos proyectos. Hay mucho trabajo detrás de cada espectáculo o intervención televisiva. P. En su perfil de Twitter figura el siguiente lema: “Cada vez que subas un escalón de triunfo, sube dos de humildad” ¿lo practica? R. Sí, yo ya he superado todo lo que soñaba alcanzar. Intento cuidar a la gente que me rodea, para que ellos sigan confiando en mí, valorando mi trabajo y me ayuden a seguir aprendiendo. Eso es lo que hago, trabajar con humildad; primero aprender de los demás y después mostrar lo que tú tienes. Llevo una vida normal, con los pies en la tierra, y trato a la gente con humildad.

This article is from: