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Entrevista con Carlos Giménez
Carlos Giménez
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La Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Paracuellos de Jarama ha convocado el ‘I Premio Literario Carlos Giménez’ con el objetivo de honrar a este gran dibujante y promocionar las actividades culturales, impulsar la creatividad e incrementar el interés por el relato corto, la poesía y el cómic. Carlos Giménez es uno de los autores de historietas más importantes de España, especialmente relacionado con nuestro municipio, tanto biográficamente como por su obra. Giménez es el autor de la conocida serie ‘Paracuellos’, obra de carácter autobiográfico que recuerda su duro paso por diferentes colegios de Auxilio Social, como el de ‘Batalla del Jarama’, en nuestro municipio.
P. ¿Podría explicar a nuestros vecinos su relación personal y profesional con Paracuellos de Jarama? R. Cuando los niños del ‘Hogar Batalla de Jarama’ decíamos Paracuellos no nos referíamos al pueblo sino al ‘hogar’. Naturalmente sabíamos perfectamente el nombre del pueblo, pero parece ser que nos era más cómodo llamar al colegio por este nombre. Al pueblo le llamábamos simplemente “el pueblo”. En este “hogar” yo pasé interno tres o cuatro años de mi infancia, ya no recuerdo cuantos. Era un colegio durísimo, quizá el peor colegio de los cuatro o cinco colegios de Auxilio Social en los que yo he estado. Cuando lo habitamos los primeros niños era un colegio apenas terminado de construir, pues, aunque se había rehabilitado un viejo palacio, creo que de los
Condes de Medinaceli, la realidad es que los servicios básicos apenas funcionaban. Por ejemplo, no había agua corriente o por lo menos no en verano. El agua no llegaba hasta el colegio por estar este, igual que el resto del pueblo, en lo alto de una montaña. Los niños pasábamos una sed tremenda pues, precisamente en verano, cuando más calor hacía, es cuando no había agua y solamente se nos daba de beber un vaso de agua al día. Yo recuerdo perfectamente cómo el camión cisterna llegaba todas las tardes y aparcaba junto al Patio de Banderas, y cómo los niños íbamos pasando, todos formados y en fila, a que nos dieran nuestro vaso de agua directamente de la cisterna del camión. Este único vaso de agua formaba parte de la merienda y los que estaban castigados sin merienda, naturalmente no recibían su vaso de agua (ver págs. 30 y 31). El mal trato y los castigos estaban a la orden del día, sobre todo durante las semanas en que les tocaba estar de guardia a las guardadoras de los ‘Hogares’. Eran, las llamadas así, unas chicas muy jóvenes, algunas de 15 o 16 años, que procedían de otros colegios de Auxilio Social, donde ellas, a su vez habían recibido muy malos tratos y lo único que hacían era emplear los únicos métodos que conocían y a los que estaban acostumbradas, corregidos y aumentados. Debo decir que estas chicas eran enviadas como guardadoras a estos ‘Hogares’ de niños pequeños como castigo, eran las ‘chicas malas de los ‘hogares’ de niñas. A cambio de esto y afortunadamente había otras semanas en que les tocaba de guardia a las guardadoras del pueblo. “Esta semana toca a las del pueblo- decíamos- “. Y era un gran alivio porque las chicas del pueblo, que también eran muy jóvenes, eran mucho más amables y nos trataban a los niños con mucha menos severidad. Era lógico, eran chicas que no habían conocido los malos tratos, que vivían con sus familias, que tenían hermanos pequeños y que no estaban allí como castigo, sino para trabajar cuidando niños huérfanos y ganarse la vida. No quiero dejar de citar al señor Evelio. El señor Evelio Saldaña era un hombre del pueblo de Paracuellos de Jarama que trabajaba en el ‘hogar’ de jardinero. Era un hombre amable y bondadoso del que yo guardo un maravilloso recuerdo. A mí me hubiera gustado que fuese mi abuelo de verdad y, a veces, he jugado mentalmente a que lo era. Este hombre y toda su familia, la familia Saldaña, una familia numerosa llena de personas a cuál más generosa y cariñosa, ocupan en el recuerdo de mi infancia un espacio importantísimo. Mis mejores recuerdos.
Durante mucho tiempo, mientras estuve en el ‘hogar’ y aun después de salir de él, fueron mi familia, mi única familia, a falta de una de verdad, la única que tuve y la única que disfruté. P. ’Paracuellos’ es una obra de carácter autobiográfico que para muchos críticos es la más importante de su carrera ¿Está usted de acuerdo? R. Sí, indudablemente. ‘Paracuellos’ es una serie de libros, o álbumes como los llamamos en la profesión, de los que he realizado ocho hasta el momento y que, sin duda, es de todos mis trabajos el que más repercusión ha tenido, el que ha sido más veces galardonado, en más sitios se ha publicado y con más frecuencia se ha reeditado. Y sigue reeditándose. En estos álbumes cuento mis recuerdos, anécdotas propias y ajenas de los años que viví en estos ‘hogares’ de Auxilio Social, aquella institución de postguerra de corte falangista y disciplina dolorosa.
P. ¿Con qué edad y en qué circunstancias ingresó usted en los centros de Auxilio Social como el que existía en Paracuellos?
R. A los cinco años, aún no había cumplido los seis. Y salí de estas instituciones a punto de cumplir los catorce.
Ocho años en total, toda mi infancia.
Puedo decir que, como muchos otros niños de la postguerra española, no tuve infancia. Mis circunstancias personales fueron el ser huérfano de padre, al que había perdido teniendo yo poco más de un año, y tener que ingresar mi madre en un hospital para tuberculosos. La tuberculosis, entonces llamada con terror “la tisis” era la plaga de aquellos terribles años.
P. ¿Eran como un cuartel para niños?
R. Esa es una buena definición. Eran unas instituciones falangistas/religiosas, donde se pretendía hacer que los niños fuéramos ‘mitad monjes, mitad soldados’ de una manera fanática y enfermiza. Hay que recordar que la guerra había terminado hacía muy poco, que la gente había visto morir e incluso había tenido que matar a hombres, mujeres y niños, y el grado de la violencia y el fanatismo estaba muy exacerbado. P. ¿Qué papel jugaron los tebeos en su infancia? R. Un papel muy importante. Aquellos rudimentarios tebeos que, a nosotros, los niños de entonces, nos parecían maravillosos, eran en nuestra vida de niños internos, como un soplo de aire fresco. Comparados con los textos de nuestros
libros escolares que sólo hablaban de disciplina, de sacrificios, de martirologio, del deber, de morir por la patria y conceptos de este tipo, los tebeos, aunque estaban muy dirigidos y editados bajo una férrea censura, hablaban de amistad, de compañerismo, de aventuras en lugares exóticos como por ejemplo el mar Caribe, la Isla de la Tortuga, el mar de los Sargazos, Maracaibo... toda una geografía pirata enamorante llena de animales no menos exóticos como cocodrilos, tiburones, gorilas y serpiente gigantescas; barcos, arrecifes, naufragios… Leyendo estos tebeos de la época es cuando nació mi deseo de ser dibujante de tebeos y es cuando empecé a dibujarlos. Los tebeos eran el único modelo a imitar que yo tenía y en el volqué mi afición al dibujo. P. ¿Con que edad comenzó a dibujar? ¿Cuáles fueron sus referencias al inicio? R. Creo que he dibujado desde siempre, desde antes de entrar en estos colegios. En los ‘hogares’ ya hacia tebeos imitando a los de la época. A mí me gustaba especialmente un dibujante llamado G. Iranzo, el autor de una colección de tebeos que se titulaba ‘El Cachorro’, personaje que yo copiaba y al que amaba y admiraba, lo mismo que a su autor, con toda la fuerza de los niños. A este grandísimo dibujante al que tanto he admirado y aun admiro, tuve la suerte de conocerlo y ser amigo suyo muchos años después, cuando yo ya era un dibujante profesional. P. Ha trabajado en diferentes ámbitos: ciencia ficción, fantasía, cómic social, aventuras ¿en cuál se siente más cómodo? R. Para un dibujante es más bonito, divertido y satisfactorio dibujar temas de ciencia ficción y aventuras. La fantasía permite hacer dibujos más espectaculares y el autor disfruta más haciéndolos. Pero en la medida en que fui haciéndome mayor y empecé a hacerme yo mismo mis propios guiones, fueron pudiendo en mí más las ganas de contar lo cotidiano, lo que yo conocía y había conocido y el deseo de opinar sobre ello. Sobre todo, el deseo, la necesidad, de opinar sobre el mundo en que vivía.
P. Toda la profesión lo ve como una referencia imprescindible ¿supone una responsabilidad para usted? R. Creo que es exagerado decir esto. Ya me gustaría que fuese así. Digamos que, entre parte, sólo una parte, de la profesión gozo de una buena reputación y de un cierto respeto, pero, es más, creo yo, por ser viejo que por otra cosa. Estoy muy satisfecho, en cambio, de tener un cierto número de lectores fieles que siguen mi obra. No son un número excesivo, pero es un número de lectores suficientes como para permitirme seguir trabajando y desarrollando mi profesión. Ante estos lectores sí que me siento responsable. P. ¿Considera que el humor en su obra, en general, es agrio? R. No todo, no siempre, pero si en una buena parte. Pero eso es debido a que la mayoría de los temas que yo toco, ya de por sí, son no muy dulces. Yo, en mi obra, procuro muchas veces poner un espejo delante del lector para que se vea, y cuando uno se ve en la imagen del espejo y comprende que esa imagen es la propia, la verdad es que, a veces, quedan pocas ganas de reírse. P. ¿Qué opina del Premio Literario que lleva su nombre y ha organizado el Ayuntamiento de Paracuellos de Jarama? R. Que es como un caramelo. Y a nadie le amarga un dulce. Lo acepto encantado y feliz como un bonito y generoso regalo de este Ayuntamiento. No sé si yo merezco un reconocimiento de tanta valía, pero lo merezca o no, me siento muy orgulloso de que este premio lleve mi nombre. Y sobre todo de que este hecho se produzca en un lugar llamado Paracuellos de Jarama, nombre tan ligado a mi biografía, a mi vida y a mi obra: mi pueblo de adopción.
La Concejalía de Cultura de Paracuellos ha convocado el ‘I Premio Literario Carlos Giménez’
La Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Paracuellos de Jarama ha convocado el ‘I Premio Literario Carlos Giménez’ con el objetivo impulsar la creatividad e incrementar el interés por el relato corto, la poesía y el cómic. El concurso literario lleva el nombre de Carlos Giménez, uno de los autores de historietas más importantes de España.
El certamen está abierto a todas las edades, nacionalidades y lugares de residencia. Los trabajos presentados deben ser originales, inéditos y escritos en lengua castellana. Este premio literario consta de tres modalidades, relato corto, poesía y cómic, cada una de ellas dividida a su vez en tres categorías: infantil (menores de 12 años), juvenil (de 12 a 18 años sin cumplir) y adultos (desde 18 años). Para participar en infantil y juvenil se necesitará una autorización del padre/madre o tutor. • Relato corto: el tema es libre y tendrán una extensión máxima de 25 páginas, a una sola cara, en papel tamaño DIN A4, a máquina u ordenador y con un texto escrito con las características tipográficas que se fijan en las bases. El relato debe ir sin firmar. • Poesía: temática, metro y rima de libre elección. Extensión máxima de 180 versos. Se puede presentar en un único poema o bien en un conjunto de ellos. • Cómic: temática y técnica libre, en blanco y negro o a color y con una extensión máxima de 10 páginas más la portada (solo por una cara en tamaño DIN
A4). Sólo se podrá presentar un único trabajo por autor y deberá ir sin firmar, y sin ninguna marca o señal por el que se le pueda identificar. Los premios, aunque son económicos, solo serán en metálico para los adultos. Los infantiles y juveniles serán cheques para canjear en los comercios de Paracuellos de Jarama.
Hay dos vías para participar - Enviando un correo electrónico a: cultura@paracuellosdejarama.es - Por correo postal: se deberá enviar un sobre tamaño DIN A4 en el que incluya el trabajo sin firmar y un sobre más pequeño con el anexo de participación. El sobre grande, deberá ir con el remitente con un pseudónimo. Todos los detalles del envío se pueden consultar en la página web del Ayuntamiento y el plazo de participación está abierto hasta el 15 de julio de 2020. El fallo del jurado se dará a conocer a través de los medios de comunicación municipales y se les notificará a los autores premiados. El certamen cuenta con los siguientes premios:
Infantil
Juvenil
Adulto
Relato corto Poesía Cómic
1° 100 € libros y/o material escolar 1° 100 € libros y/o material escolar 1° 100 € libros y/o material escolar
2° 50 € libros y/o material escolar 2° 50 € libros y/o material escolar 2° 50 € libros y/o material escolar
1° 150 € canjeable 1° 150 € canjeable 1° 150 € canjeable 2° 75 € canjeable 2° 75 € canjeable 2° 75 € canjeable
1° 600 € 1° 600 € 1° 600 €