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El Indo-Pacífico, clave en el mundo del futuro
El Indo-Pacífico,clave en el mundo del futuro JUAN GARCIA-NIETO
Estudiante del Máster International Politic en SOAS, Universidad de Londres. Vecino de Pedralbes
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El mundo está en constante cambio. Las relaciones internacionales son dinámicas, siempre en permanente movimiento, aunque éste sea lento y aparentemente invisible. El estudio de las Relaciones Internacionales y la geopolítica tiene como objeto averiguar cómo se posicionan los estados respecto a otros, qué poder tienen y cómo lo utilizan. Pero los países son muchas veces prisioneros de la geografía, y su capacidad de acción está limitada dentro de su posición en el planeta, su tamaño, su población o su acceso a recursos naturales. La capacidad de acción de cada estado está así limitada dentro de un marco de posibilidades, influido en gran medida por la geografía.
Dicho de otra forma: Andorra, un país diminuto enclavado en una cadena montañosa, tiene un margen de acción mucho más limitado que Francia, con más diversidad geográfica, acceso al mar y cercanía con el resto de Europa. Y Francia tiene menos margen que Estados Unidos, por ejemplo, un estado con vastos territorios, incontables recursos naturales y acceso a tres océanos (el Índico, el Pacífico y el Ártico). Pero si bien la geografía es estática, la política no lo es. Las dinámicas internacionales y las económicas determinan qué actores, qué países y qué regiones son los más relevantes en cada momento de la historia.
Es decir, un área geográfica puede ser relevante en una época en la que las grandes potencias mundiales pugnan por el acceso a los recursos naturales en esa zona, convirtiéndola en un escenario estratégico: en el final del siglo XIX, por ejemplo, el continente africano se convirtió en el foco prioritario de los imperios europeos que necesitaban el acceso a los ricos recursos naturales en África. Y en el siglo XXI que empezó hace dos décadas estamos siendo testigos del surgimiento de un nuevo escenario que atrae tanto a los países de su entorno como a potencias más lejanas, pero también dispuestas a confirmar su presencia: el Indo-Pacífico. Así se llama al enorme cuerpo de agua entre el Mar del Sur de China y el Cuerno de África, y
Mapa del Indo-Pacífico. compuesto por parte del Océano Pacífico y por el Índico. La principal razón por la que el Indo-Pacífico esté cobrando tal importancia, incluso para países como el Reino Unido o Estados Unidos, que no son adyacentes a la región, es el vertiginoso crecimiento económico (pero también militar) de los dos gigantes que sí tienen acceso a ella: India y China. Por un lado, India goza de relaciones cordiales con Estados Unidos: además, ambos países forman parte del Quadrilateral Security Dialogue, más conocido como Quad, una alianza de cuatro estados que cooperan en materias militares y de seguridad en el Indo-Pacífico: además de los mencionados India y Estados Unidos, Australia y Japón completan el Quad, que durante la presidencia de Trump se revitalizó más que nunca con el fin de contrarrestar la influencia de China en la región. El Quad es la culminación del lento pero progresivo giro de Estados Unidos hacia el continente asiático: ya en 2012 Obama propuso el llamado Pivot to Asia. Si bien durante décadas Estados Unidos ha orientado su política exterior hacia Oriente Medio, Obama, Trump y el recientemente electo Biden han tratado de cambiar las prioridades de Washington, y el Indo- Pacífico aparece como la principal región a la que dedicar esfuerzos militares, diplomáticos y económicos. Por otro lado, China ve esta creciente atención estadounidense en el Indo-Pacífico (y especialmente, el Quad) como un obstáculo a sus intereses. Durante la última década China e India han tenido choques importantes en la cordillera de los Himalayas, debido a desacuerdos sobre la frontera entre ambos, lo que ha contribuido a empeorar sus ya tensas relaciones. Y todo parece indicar que tales tensiones se traslada-
rán al Indo-Pacífico, donde China ha estado invirtiendo masivamente desde hace años. Por ejemplo, China opera el puerto de Hambantota en Sri Lanka, una isla situada en frente de la India, y el puerto de Gwadar en Pakistán.
Los Ministros de Asuntos Exteriores de los países del Quad (India, Japón, Australia y EE. UU.) en una cumbre en Japón con el Primer Ministro japonés.
En rojo están marcadas las rutas comerciales entre Asia y el Golfo Pérsico y el Mar Rojo, de donde provienen la mayoría de las importaciones de petróleo y gas natural de los países asiáticos. Controlar estas zonas comerciales se presume clave para China e India.
decisivo. Ya se ha mencionado que otra isla índica, Sri Lanka, cedió el puerto de Hambantota a las autoridades chinas. Por otro lado, Estados Unidos y Reino Unido comparten una base militar en la isla Diego García en el centro del Índico, añadiendo todavía más tensión a la región. De hecho, el gobierno británico publicó en marzo de 2021 su nueva estrategia de política exterior (la llamada Integrated Review). Al igual que Estados Unidos con su Pivot to Asia, el Reino Unido prometió otorgar al Indo-Pacífico una posición central en el futuro de su acción exterior. La Unión Europea también está indicando un claro giro hacia el Indo-Pacífico, otra prueba de que no son sólo los países de la región los que quieren tener un pedazo del pastel. En rojo están marcadas las rutas comerciales entre Asia y el Golfo Pérsico y el Mar Rojo, de donde provienen la mayoría de las importaciones de petróleo y gas natural de los países asiáticos. Controlar estas zonas comerciales se presume clave para China e India. De hecho, es en Pakistán donde China está llevando a cabo uno de los proyectos más ambiciosos de la historia: el CPEC, un Corredor Económico que, cuando se culmine, logrará unir la costa pakistaní en el Índico con China. De esta forma, China tendría por primera vez acceso directo al Océano Índico y, además, rodearía casi por completo a su rival indio. El CPEC, así como los puertos en los que China está invirtiendo billones desde hace décadas, forman parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI por sus siglas en inglés), un macroproyecto a largo plazo con el cual China procura construir una ambiciosa red de infraestructuras, transportes y cadenas de producción desde Asia hasY, por último, cualquier análisis del Indo-Pacífico debe tener en cuenta el futuro rol de África, hoy en día el continente con mayor crecimiento económico. Países como Angola, Mozambique o Etiopía han incrementado exponencialmente su comercio con China en los últimos años, y China invierte cada vez más en ayuda a la cooperación y al desarrollo, así como en infraestructuras cruciales. Además, el pequeño estado de Yibuti, ubicado en un punto estratégico en el Mar Rojo por donde pasa gran parte del petróleo destinado a China, hospeda la única base militar de China en el extranjero, toda una declaración de intenciones por parte de Pekín. ta Europa y África, tanto por tierra como por mar. El futuro es incierto, y estará determinado en gran parSin embargo, India también está tejiendo su propia red de influencia en la región, especialmente en Irán, donde opera el puerto de Chabahar, situado a la salida del Golfo Pérsico de donde origina la mayor parte del petróleo que consumen tanto India como China. Tanto China como India tienen como interés en asegurarse que el flujo del petróleo sea seguro y estable, y la mejor manera de hacerlo te por el futuro de las relaciones entre India y China, y entre China y Estados Unidos, además del éxito (o fracaso) de la iniciativa de la Franja y la Ruta china. Sin embargo, parece claro que el Indo-Pacífico es el tablero donde se dirimirá buena parte del orden mundial en los décadas venideras – de hecho, podría convertirse en el centro del mundo, de la misma forma que Europa y Estados Unidos lo han sido en el siglo XX. ■ es invirtiendo en puertos como el de Chabahar o el de Gwadar. Aunque en el centro de esta miríada de intereses y estrategias contrapuestos están China y la India, hay otros estados medianos y pequeños que tratan de encontrar su propio espacio y defender sus propios intereses. Las Maldivas, las Seychelles o Mauricio, por ejemplo, son países diminutos, pero debido a su ubicación en el Océano Índico, pueden tener un rol