Salones de baile en las Fiestas de La Encina. La obrera 130 años Toño Criado. Periodista ponferradino. Pregonero Fiestas de La Encina en 1994.
P
onferrada estaba iluminada a la veneciana es decir con farolillos de papel. Las Luminarias consistían en vasos de colores con aceite y una lamparilla. Para los niños los fuegos japoneses especie de petardos que explotaban y salían golosinas y las Carretillas que eran ruedas giratorias que lanzaban chispas asustando a las aldeanas. Más adelante llegarían las candelillas, cohete de luces, que suelen producir tres estampidos e iluminar el cielo de noche. A esa hora, en las fiestas de La Encina, de 1893 los salones de la Unión Obrera, La Tertulia y el café La Luz, ponían detalles ornamentales en paredes y altos techos del salón, que daban tono de gran elegancia. El teatro Principal en la plaza del ayuntamiento construido por la Sociedad ponferradina de teatro en 1845 convertía la sala de butacas en salón de baile, adornado con profusión de flores, guirnaldas y serpentinas y “ocupados sus asientos por hermosas Evas, parecía que nos encontrábamos en un verdadero paraíso” (13-4-1913. El Heraldo del Bierzo). El primer libro turístico del Bierzo, es el de Acacio Cáceres Prat de 1883 y es fruto de un viaje des-
Ponferrada
de Madrid con su mujer en 1882. Vino en tren y coincidió con las fiestas de la Encina y le sorprendió que “acabada la representación de una obra de teatro a cargo de una compañía de Madrid, el público abandonó sus localidades mientras unos carpinteros disponían el teatro para salón de baile, operación que duraba una hora y que yo recuerdo se realizaba también en el teatro de Villafranca mediante un sistema de caballetes de diferente altura que alzaban el patio de butacas al nivel del escenario. Al corto rato, las notas de la música invitaban al baile, y las alegres parejas giraban confundidas en el ancho salón. El baile de la noche de la Encina, tiene franqueza, decoro, galantería y donaire, elementos que todos combinados en ameno concierto formaban las delicias armónicas del baile. Allí había hermosas damas de todos los contornos, confundidas con las ponferradinas como flores de un mismo jardín y ya avanzada la noche, y muy cerca del alba, cesó el baile, quedando entre silencio y sombras el teatro”. Aquí sonarían los vals, que digamos era para los elegantes salones de baile de las clases acomodadas mientras que la polca era el vals de las clases populares. Recomendaban a
Fiestas de la Encina 2019
las mujeres ir de largo y los hombres de negro. En 1883 a la poetisa escocesa Jane Leck, le llamó sobremanera la atención los grandes pendientes de plata que llevaban las bercianas a forma de media luna. LA TERTULIA. CASINO. En principio se denominó Tertulia Artística para desarrollar actividades cívico-culturales y recreativas. Posteriormente figuró como La Tertulia Sociedad de Recreo e Instrucción y más tarde Casino La Tertulia, siendo actualmente Casino Club Náutico La Tertulia. Aquí se solían realizar hasta los años setenta los homenajes a la reina de las fiestas de La Encina. A principios del siglo XX eran muy fuerte y marchoso la mazurca, que era originalmente un baile de salón de la corte real, y pasó a ser una danza para la clase popular. Se baila en parejas, y es una danza de carácter animado y gallardo. En los años veinte, ya bailando al ritmo del foxtrot, desarrollado a ritmo de las primeras orquestas de jazz y el charlestón donde por primera vez, las mujeres podían bailar en sociedad sin pareja. En 1908 se les une el CENTRO RECREO BERCIANO fundado por los afiliados a La Obrera, Teodosio Cuevas y Jacinto Palacios, Después bar Avenida con bailes en la parte de atrás. Antes de llamarse Recreo, estuvo muy poco tiempo el SALÓN DE HÉCTOR Nieto Caamiña, al principio de la avenida de España. Era el primer local en la historia del Bierzo dónde se presentaban espectáculos de variedades llegados de todo el mundo, costaba entrar 50 céntimos, sobre todo el Can, un baile que fue adoptado por los teatros de música y practicado sólo por mujeres, que exponían su ropa interior y sus piernas. Como teatro espectáculo estaba también en 1925 el Monopol. En la calle Antolín López Peláez. En 1931 algunos vecinos presentan quejas contra la actuación de artistas, por entender que salen desnudas, provocando
48