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El sabor del Cariñena
Hay sabores en la Feria que se mantienen inalterables a lo largo del tiempo conociendo a generaciones de padres e hijos, identificándose en el tiempo como un referente de la Feria de Puertollano.
Recuerdo con nostalgia, la ilusión que me embargaba cuando mi madre me vestía con la ropa de los domingos para ir a la feria. Vivíamos cerca de la Mina El Norte, barrio minero, en el que los chavales esperábamos impacientes los días de Feria. Eran días de gastos extras, en los que caían en nuestros bolsillos unas pesetas y céntimos suplementarios para gastar en cualquier chuchería. Días en los que mi abuela Dolores me deslizaba cinco duros en el bolsillo del pantalón, a escondidas del abuelo Pedro, que siempre fue más tacaño.
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¡Dios mío, cinco duros!; una fortuna que se trocaba en envidia al enseñárselos a mis amigos. Pero había que guardar el secreto, así les podía sacar a mis padres algún viaje mas en las Barcas de columpio o en los Caballitos, o en aquella Noria que me producía un suave estremecimiento en las manos y en el estómago cuando iniciaba el descenso.
Después de martirizar un buen rato a mis padres con la espera paciente a pies del aparato de turno, les llegaba a ellos el turno de saborear también algo de la feria. Entonces se me encendía el rostro cuando nuestros pasos se dirigían al puesto de Los Maños. En aquella época me estaba vedado el beber alcohol, pero un traguito pequeño de Cariñena era la licencia de las ferias y luego el mejor premio para mí, todos los barquillos empapados en ese sabor dulce y fuerte a la vez. Hoy, con aquel recuerdo entre los labios, me preguntaba desde cuando están los Maños en nuestra Feria, y ni corto ni perezoso llamé a mi buen amigo Mariano para que me sacase de la duda.
La caseta de vinos de cariñena mas conocida por LOS MAÑOS, apareció en nuestra feria hace unos cincuenta años con Ricardo Gorbea. Era menos vistosa que la actual y con menos mecanismos y luces, pero el vino sigue teniendo el mismo sabor, aunque para mi paladar, los barquillos de antes estaban mejor. Luego, desde año 1977 lo empezó a regentar Mariano García Pelaz, su actual propietario, que antes de regentar este tradicional puesto estuvo curtiéndose en la vida de feriante, montando casetas de tiro con escopetillas de aire comprimido y una barraca de tiro de dardos.
Ya se acerca la Feria y hoy soy yo el que después de la larga espera de los cacharritos, llevo a mi hijo al puesto de los Maños, y hoy es él, el que se come los barquillos. Espero que algún día cambie la mano de mi hijo por la de mis nietos y les continúe enseñando la tradición del barquillo del Cariñena y de uno de los sabores de mi Feria.
Que la disfruten.
Texto: Santos Espejo Rodríguez
Foto Mariano García Pelaz. Vinos “El Maño”